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Paula Sofía Torres Infante

1104

16 de agosto 2023

Cuento corto

EL ARBOL

En el corazón de un valle rodeado de montañas y bañado por un río serpenteante, se encontraba


el pintoresco pueblo de Ubatexas. Sus calles adoquinadas estaban rodeadas por casas de colores
vivos, adornadas con flores que trepaban por las fachadas y llenaban el aire con fragancias
embriagadoras. Los habitantes de Ubatexas eran conocidos por su amabilidad, su alegría y su
espíritu comunitario, y cada día se reunían en la plaza central para compartir historias, risas y
deliciosas comidas caseras.

La historia de Ubatexas estaba entrelazada con la leyenda del Árbol Ancestral, un majestuoso
roble que se alzaba en el centro del pueblo. Se decía que el árbol tenía siglos de antigüedad y que
estaba lleno de un poder especial. Según la leyenda, si alguien compartía sus deseos más
profundos con el Árbol Ancestral durante la luna llena, esos deseos se harían realidad.

Un día, llegó al pueblo una joven llamada josefina. Fascinada por la belleza y la magia de Ubatexas,
decidió establecerse allí. Pronto, se hizo amiga de los habitantes y aprendió sobre la leyenda del
Árbol Ancestral. Sin embargo, Josefina era escéptica y pensaba que la magia solo existía en
cuentos de hadas.

A medida que pasaban los meses, Josefina se volvió más cercana a los habitantes del pueblo.
Conoció a Ferney, un artesano talentoso que tallaba figuras de madera inspiradas en la naturaleza
que lo rodeaba. Aunque disfrutaba de la compañía de Ferney y de su amor por la naturaleza,
Josefina seguía siendo escéptica sobre la magia del Árbol Ancestral.

Una noche, durante una luna llena, Ubatexas se sumió en una atmósfera especial. Las luces de las
velas iluminaban las calles, y los habitantes se reunieron alrededor del Árbol Ancestral,
compartiendo sus deseos en voz baja. Ferney tomó la mano de Joefina y la llevó al árbol. Con una
sonrisa, le susurró al oído: "A veces, creer en la magia es lo que la hace realidad".
Josefina cerró los ojos y, con una pequeña sonrisa en los labios, compartió su deseo más profundo
con el Árbol Ancestral. Al hacerlo, sintió una extraña conexión con el árbol y una sensación cálida y
reconfortante la envolvió.

Los meses pasaron y Josefina notó que cosas inusuales comenzaron a suceder a su alrededor.
Pequeñas coincidencias la guiaron hacia nuevas oportunidades y amistades. Además, su
escepticismo comenzó a disminuir a medida que las historias de los habitantes sobre cómo sus
deseos se habían cumplido aumentaban.

Un día, mientras caminaba junto al río con Ferney, encontraron una hermosa mariposa que
parecía llevar consigo los colores del arco iris. Ambos tomaron esto como un signo y decidieron
casarse, rodeados por el amor y el apoyo de la comunidad.

La boda se convirtió en una celebración que duró días, llena de música, danza y risas. Durante la
ceremonia, todos se dieron cuenta de que la magia no solo residía en el Árbol Ancestral, sino en la
fuerza de la comunidad, en la amistad y en los lazos que unían a las personas.

Josefina finalmente abrazó la magia de Ubatexas y aprendió que a veces, creer en lo


extraordinario puede dar forma a nuestra realidad de maneras inimaginables. Con el tiempo, ella y
Luis continuaron siendo parte activa de la comunidad, compartiendo su historia y su amor con
todos los que cruzaban su camino en este pueblo donde la magia era más real que cualquier
cuento de hadas.

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