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HISTORIAS DE RESILIENCIA: NELSON MANDELA diciembre 12, 2013

http://transformatuestres.blogspot.com/2013/12/historias-de-resiliencia-nelson-mandela.htmlE
La semana pasada falleció uno de los líderes más importantes y respetados de nuestros tiempos: Nelson Mandela,
Madiba, como le llamaban cariñosamente fue una figura reconocida no solo por su gran carisma y liderazgo, sino
también por su capacidad para afrontar grandes adversidades a lo largo de su vida, es decir, su resiliencia personal.
Quizá la más conocida de las adversidades que tuvo que afrontar, fue la de pasar 27 años en prisión, por motivos
políticos, 17 de ellos en Robben Island y los 10 restantes en diferentes prisiones, pero sin que ello causará
aparente mella en su ánimo pues se dice, que a pesar de estar recluido en condiciones precarias, en las ocasiones
en las que se le permitía salir de su celda, él agradecía de buena gana a sus celadores y les bendecía.
Pero su rebelión en contra del Apartheid, que le valiera haber pasado una tercera parte de su vida en prisión, no
fue la única adversidad que tuvo que afrontar: el divorcio de Winny, su esposa, se dice por infidelidad de ella, la
muerte de sus hijos, uno de ellos por causas relacionadas al
SIDA, de una de sus nietas, en la víspera de celebrarse los
Juegos Olímpicos en Sudáfrica y como señala el Psiquiatra
Jose Miguel Gómez, lejos de sufrir depresión, estrés
postraumático, trastorno desadaptativo o cualquier otra
alteración, consecuente y explicable, asume la presidencia
de Sudáfrica, gobierna sin odio y sin resentimiento, sin
corrupción, persecución o exclusión, lo cual le lleva a ser
condecorado con el Premio Nobel de la Paz.
De qué manera personas como Nelson Mandela logran lo anterior, en comparación con otras que ante
circunstancias menos amenazantes responden negativamente ante ellas viéndose inundados o rebasados por las
mismas? La clave está en su capacidad para ser resilientes.
La resiliencia, cómo hemos dicho en todas las historias que te hemos compartido en este blog, no es de gente
“extraordinaria”. Se trata de una cualidad innata que poseemos, pero que también podemos desarrollar en un
momento determinado. Qué elementos serán necesarios para salir adelante y no dejarse invadir por como hemos
señalado, por las circunstancias? Aquí te compartimos algunos de ellos:

1. Tener un propósito, un ideal. En el caso de Mandela, persiguió como ideales la libertad y la democracia, y
fueron estos propósitos o ideales los que lo acompañaron a lo largo no solo de su tiempo en prisión, sino de su
vida.
2. La confianza en sus capacidades, contar con un autoestima elevada. Recordemos que la autoestima surge no
sólo del sentirse bien con uno mismo sino con hacer el bien (lo correcto). Mandela, como el mismo expresó
lucharía contra la dominancia, indistintamente de su color.
3. El optimismo y la esperanza. Tener la capacidad de visualizar un futuro más alentador. Difícilmente hubiera
soportado todos esos años en la cárcel, si no hubiera pensado que tendría un fin, pero además, que algún día
saldría de ahí y que colaboraría en la reconstrucción de su propio país.
Tal como señaló Viktor Frankl a partir también de su reclusión en los campos de concentración nazi, y como hemos
referido en este blog, todo podía quitársele excepto la última de sus libertades humanas:
4. El libre albedrío, la posibilidad de elegir. Mandela podía elegir lamentar su suerte y llenarse de odio respecto
de quienes le habían encerrado, de su esposa, o de quienes asesinaron a su nieta, y sin embargo eligió, ser
compasivo y perdonar.
Como hemos señalado, en diversos posts, la resiliencia no es solo volver al estado original, concepto utilizado en
la Física, sino salir fortalecido de estas experiencias.
Mandela, demostró hasta los últimos momentos de su vida, en el hospital según los médicos, gran resiliencia,
pues su condición era crítica pero estable. Tenía una larga historia de afecciones pulmonares, derivadas se dice,
de la tuberculosis que contrajo mientras estuvo prisionero, y que sin embargo, no fue un impedimento para que
alcanzara una avanzada edad (95 años) cuando falleció.

La diferencia pues, entre las personas consideradas como resilientes, y las no resilientes, radica en su capacidad
de utilizar las habilidades que poseen para salir adelante, de asumir una actitud positiva frente a las adversidades
y conservar la paz interior.

A ser resiliente, también se aprende.


Diez años después: la recuperación y la resiliencia de Tohoku junto con el mundo
Ultima actualización: 12/03/2021
En una fría tarde de viernes, la vida de millones de personas en Japón cambió en tan solo unos minutos. El 11 de
marzo de 2011, el noreste de Japón fue azotado por uno de los terremotos más poderosos de la historia
registrada. El terremoto de magnitud 9 causó daños masivos a lo largo y ancho de la costa noreste del país, y se
sintió un fuerte temblor a varios cientos de kilómetros de distancia. Poco después de que amainó el temblor, la
costa fue golpeada por un devastador tsunami, que destruyó por completo decenas de ciudades y causó más de
quince mil muertes. Los daños causados por el terremoto y el tsunami, así como por el accidente en la central
eléctrica nuclear de Fukushima Dai-ichi poco después, obligaron a cientos de miles a evacuar sus hogares, lo cual
el Banco Mundial estimó que costó más de 20 billones de yenes (aprox. $ 190 mil millones).
Sin embargo, diez años después, la región se ve muy diferente. El trabajo de limpieza y recuperación comenzó
inmediatamente después del desastre, y aunque ha habido mucho por hacer, los esfuerzos combinados de los
equipos profesionales de reconstrucción, los residentes locales y el apoyo de la comunidad internacional han
tenido un gran impacto en la vuelta a la normalidad. La pandemia mundial del COVID-19 detuvo la mayoría de los
viajes al extranjero en 2020, pero la región de Tohoku continúa fortaleciendo sus lazos internacionales.
Creando conexiones culturales con el mundo
Tan pronto como ocurrió el desastre, comenzaron a llegar donaciones y asistencia de todo el mundo, de gobiernos
nacionales, ONGs, corporaciones y ciudadanos privados que querían ayudar de cualquier manera. La asistencia
inmediata llegó en forma de financiación, suministros, equipos expertos de médicos y de rescate y muchos
voluntarios. Sin embargo, una vez que pasó la crisis inicial, se volvió igualmente importante restablecer las
conexiones culturales y económicas que Tohoku había establecido con el resto del mundo a través del turismo, la
educación y el apoyo a las artes tradicionales. Estos esfuerzos han sido increíblemente exitosos, con más de 1,5
millones de turistas extranjeros que llegaron a Tohoku en 2019, el triple de la cantidad que llegó antes del
terremoto.
Una forma en que las personas están marcando la diferencia es mediante el aprendizaje y la promoción de muchas
artesanías tradicionales que existen allí. Sylvia Gallagher, originaria de Nueva Zelanda, se enteró de los graves
daños que había sufrido la región cuando era estudiante de secundaria en 2011. Después de terminar la escuela,
llegó a Japón como profesora con el programa JET y comenzó a trabajar en la ciudad de Iwaki en la prefectura de
Fukushima. “Cuando vi los efectos del desastre, pensé que la vida aquí había cambiado irrevocablemente”,
recuerda, “pero la gente de aquí rehusó a darse por vencida. Creo que esa es una fuerza increíble y es algo que
quiero que el mundo sepa ". La ciudad había estado ofreciendo capacitación en artesanías tradicionales para
asegurarse de que las generaciones futuras no las olvidaran, y Gallagher aprovechó la oportunidad para aprender
el arte de producción de washi o papel estilo japonés. En 2019, se convirtió en la primera Cooperadora de
Vitalización Local certificada no japonesa de la ciudad. Este es un equipo de voluntarios que utilizan su aprendizaje
para promover la artesanía tradicional entre los visitantes. Gallagher se encuentra trabajando con ex colegas en
la publicación de un libro ilustrado sobre las experiencias de la gente de Fukushima luego del terremoto y tsunami,
y espera que el washi que ella ayuda a hacer se emplee en la producción del libro.

La región de Tohoku también ha tenido la oportunidad de


compartir su cultura con el resto del mundo. Hay un juguete
tradicional llamado akabeko, el cual tiene la forma de una vaca
y es de color rojo claro. Hecho de papel maché, el akabeko está
elaborado de una manera en la que le permita mover la cabeza
hacia arriba y hacia abajo. El juguete se remonta a hace más de
mil años, pero durante el siglo XVI creció la creencia de que la
vaca protegería a los niños de las enfermedades, y se difundió la
historia de que un niño se había curado de la viruela después de
recibir un akabeko. Hoy en día, se consideran símbolos de buena
salud y se pueden encontrar en muchos hogares en todo Japón.
“El akabeko ha sido una artesanía tradicional de nuestra ciudad desde hace mucho tiempo”, dice Minako
Hayakawa, una artista que elabora las pequeñas figuras, “simboliza la esperanza para las personas enfermas. Los
fabrico con la esperanza de que durante esta pandemia del coronavirus, las personas puedan mantenerse fuertes
juntas ”. Con la propagación de la pandemia mundial del coronavirus, la popularidad del akabeko ha aumentado
a medida que la gente los conserva como amuleto no solo en Japón, sino también en el extranjero.
GLADYS TEJEDA: “A PESAR DE NO TENER ZAPATILLAS PARA CORRER, FUI FELIZ A MI MANERA”

La medallista de oro en el Maratón de Lima 2019 recordó sus duros inicios y los buenos recuerdos de los Juegos
Panamericanos.
Gladys Tejeda recordó con mucha emoción lo que fue
ganar la competencia en la Maratón de Lima 2019, que se
corrió por las principales calles de la capital. “La
competencia en Lima 2019 es muy significativa para mí.
La recuerdo con cariño, será difícil que se borre de mi
mente y mi vida, porque es un logro especial, es algo
histórico para el país. Siempre me motiva y es una
alegría interna, pero la tranquilidad al saber que logre
con esfuerzo esa medalla de oro”.

EL CARIÑO DE LA GENTE
La fondista nacida en la provincia de Junín señaló que el apoyo de la gente en las calles de toda Lima fue
fundamental para ganar. “Mi fortaleza fue el cariño de mi país y que todos los peruanos se dieran tiempo para
apoyarme en las calles y sus casas. Fue muy fantástico porque con eso quebré el cansancio y muchas cosas. Las
fuerzas salieron por el aliento de la gente. Eso me dio fuerzas. No lo voy a olvidar nunca”, afirmó la fondista.
Gladys Tejada también se refirió a la importancia de ganar la medalla de oro en Lima 2019. “Es algo histórico
porque es orgullo para mi familia y mi país. Es muy importante para mí, pasarán los años y lo seguiré
recordando. Serán muchos años para realizar otros Juegos como los Panamericanos. Este tipo de espectáculo
fue maravilloso para nosotros. Más que revancha por lo que pasó con Toronto 2015, fue un objetivo logrado
con sacrificio y el 100% responsabilidad”.

LEGADO LIMA 2019


La medallista de oro en Lima 2019 destacó el Legado que ha dejado en el Perú la realización de los Juegos
Panamericanos. “Perú tuvo suerte en ser sede en Lima 2019. Se llevó a cabo impecablemente. Todo lo que se
hizo porque no teníamos infraestructura es muy bueno. Me sorprendió mucho porque fue uno de los mejores
Juegos en los que me tocó participar. Nos abrió muchas puertas para los deportistas y el país, porque se dio a
conocer muchos deportes y disciplinas”.
“Sirvió bastante porque los niños y jóvenes ahora tienen ganas de hacer deporte. Han conocido más disciplinas.
Ha sido maravilloso Lima 2019 porque el Perú se dio a conocer en todo el mundo. Hemos ganado muchas
medallas y demostramos que cuando nos decidimos, lo podemos lograr. La infraestructura va a aportar mucho
para crecer. Saldrán más deportistas. En Juegos Olímpicos, Perú lleva menos de 30 deportistas y otros más de
300. Debemos tener más deportistas de alta competencia. Lima 2019 nos va a ayudar en eso”, dijo la fondista
olímpica.

SUS INICIOS EN EL FONDISMO


Gladys Tejeda recordó con mucho orgullo sus inicios en el fondismo, donde pasó por muchos apremios y
dificultades económicas para entrenar, llegando incluso a correr sin zapatillas.
“Siento que desde niña se inició mi pasión por el atletismo. Eso traspasó barreras y pude romper obstáculos,
llegar a donde estoy y darme a conocer. Estoy agradecida a mi familia que se dedicó a mí, a mis maestros, a la
gente cercana en Junín, que estuvo apoyando para no dejar el deporte. Fue muy duro, pero todo lo hacía por
amor al deporte”.
“Mis inicios fueron complicados por la economía de mi familia, por los ingresos deficientes. Teníamos para
estudiar y comer, pero no para otras cosas extras como hacer deporte. A pesar de no tener zapatillas, he sido
feliz, haciendo deporte a mi manera, corriendo, caminando. Sufrí bastante, recuerdo eso. La mayor satisfacción
es haber llegado a cumplir muchos sueños. A pesar de eso disfrutaba mi deporte. Mis entrenamientos eran
dolorosos, pero soportas todo cuando te apasiona. Así los logros llegan. En la vida, muchas cosas se cumplen.
Tengo mucha fe porque me enseñaron mis papás. Dios es grande y Él nos hace el camino. Igual hay que luchar
y lograr alcanzar la estrella al nacer. Mi estrella era el atletismo y correr”, enfatizó la fondista.

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