Hace mucho tiempo, en un exuberante bosque tropical, vivían dos pequeños pajaritos

llamados Pablo y Paula. Eran inseparables y pasaban sus días revoloteando entre los
árboles, explorando la selva y disfrutando de la belleza de su hogar.

Un verano, una sequía sin precedentes azotó la región, y los arroyos y riachuelos que solían
proveer agua fresca a los habitantes del bosque comenzaron a secarse. Los animales de la
selva, incluyendo a Pablo y Paula, se encontraron en una situación desesperada. La falta de
agua los dejó sedientos y preocupados.

Un día, mientras Pablo y Paula exploraban en busca de agua, se encontraron con un

pequeño charco que aún contenía algunas gotas. Pero era tan poco que no sería suficiente
para satisfacer la sed de todos los animales del bosque. Pablo y Paula tuvieron una idea
brillante: decidieron volar alrededor del bosque y reunir a todos los animales para compartir
el agua de manera equitativa.

Los pajaritos volaron de árbol en árbol, cantando su llamado de ayuda. Los demás animales
escucharon y se unieron a la convocatoria. Juntos, idearon un plan para racionar el agua de
manera justa y asegurarse de que todos recibieran lo que necesitaban para sobrevivir.

Pablo y Paula, al ser los más pequeños y ligeros, se convirtieron en los mensajeros
encargados de llevar las pequeñas gotas de agua a los animales que no podían acercarse al
charco por sí mismos. Era una tarea agotadora, pero estaban decididos a ayudar a sus
amigos.

A medida que los días pasaban, la solidaridad y el trabajo en equipo entre los animales del
bosque se fortalecieron. A pesar de la sequía, todos los habitantes del bosque lograron
sobrevivir gracias a la cooperación y la generosidad de Pablo, Paula y sus amigos.

Finalmente, las lluvias regresaron al bosque y restauraron la abundancia de agua. El bosque

se llenó de alegría y agradecimiento. La historia de los pajaritos y el agua se convirtió en
una leyenda en la selva, recordando a todos que la solidaridad y el trabajo en equipo son
fundamentales para superar los desafíos más difíciles de la vida.