Está en la página 1de 2

Desde las llamadas drogas legales, como el tabaco y el alcohol, hasta las drogas

ilegales como la cocaína y el cannabis; todas suponen un riesgo social de graves


consecuencias para sus consumidores. De ahí que el papel de las familias, la pareja o
los amigos es fundamental para la detección precoz del consumo de drogas. Nadie
como ellos pueden observar y valorar el cambio que experimenta un ser querido. Sus
indicios pueden ser pieza clave para salvar una situación de adicción a estas
sustancias.

Si bien no resulta fácil concluir que alguien de nuestro entorno tiene problemas de
uso, abuso o adicción a las drogas; sí existe una serie de síntomas o hábitos que
indican interferencia de estas sustancias psicoactivas en la vida cotidiana de una
persona.

Básicamente, el uso reiterativo de psicotrópicos provocan un gran impacto en la


salud mental de la persona usuaria. Al igual que conlleva cambios
comportamentales, sociales y problemas físicos que, en su conjunto, se perciben
como signos de consumo. Puede decirse que la vida entera del individuo se ve
perjudicada como consecuencia de consumir drogas de forma continuada.

CÓMO SABER SI UNA PERSONA CONSUME DROGAS A


SIMPLE VISTA
En este sentido, la mayor alerta es un cambio muy notorio en su comportamiento y
en su estilo de vida. Aunque todo es un proceso paulatino, se percibe un conjunto
de cambios negativos o desconcertantes en el sujeto, que lo convierten en un
desconocido. Éste es sin duda la primera señal de alarma que debemos explorar.

Asimismo, existen algunas actitudes o circunstancias que pueden servir de pistas


para saber si una persona consume drogas, a simple vista. No obstante, aunque aquí
señalaremos las más comunes, y de un modo muy general; cabe indicar que todo
depende del tipo de drogas que se consuman y de la etapa de consumo en que se esté
(uso, abuso o adicción).
CAMBIOS FÍSICOS
Los mayores cambios físicos que alertan sobre el consumo de una sustancia se basan en un
desmejoramiento visible del aspecto físico del sujeto.

Apariencia física descuidada, falta de higiene y muestras de cansancio.

Alteración de las costumbres alimenticias: falta de apetito, lo que se refleja en una delgadez
constante; o momentos de atracones de comida.

Alterar las fases de sueño: sus horarios de descanso están descontrolados; problemas para
conciliar el sueño; sufre sueños inquietantes o pesadillas

La persona puede verse más pálida de lo habitual; muestra ojeras.

Tiene las pupilas dilatadas, los ojos rojos o amarillentos e incluso vidriosos. El uso repentino de
colirios o gafas de sol en momento que no son oportunos, puede ser muy significativo.

Sufre de sangrado o goteo nasal. Sus resfriados son permanentes, como también lo es su tic de
sorberse la nariz.

Su sudor es más fuerte, impregnando sus vestimentas de olores intenso y manchas de sudor más
oscuras y difíciles de eliminar.

A nivel comunicativo, se aprecia una mayor dificultad para hablar y explicarse con mayor
concreción. Su habla se vuelve pastosa.

Pueden aparecer quemaduras en sus manos. O señales de pinchazos en sus brazos.

Determinados malestares constantes como dolor de cabeza, problemas de garganta, etc.

También podría gustarte