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¿Cuál sería la primera ley que emergería del Congreso democrático? ¿Alguna relativa a
justicia y verdad en las violaciones a los derechos humanos? ¿La revisión de las
privatizaciones truchas con que los amigotes del régimen se habían llevado empresas
públicas para la casa?
En apenas unas horas, el proyecto fue aprobado por la Comisión de Agricultura y la sala
de la Cámara de Diputados. Al día siguiente llegó al Senado, donde fue eximido de su
paso por la comisión y votado directamente en la sala, en un “debate” que contó con
apenas una intervención, a favor del proyecto por supuesto.
Tras este trámite de 24 horas, la Ley 18.977, que postergaba las licitaciones pesqueras,
se convirtió (junto a una norma sobre seguros que se promulgó el mismo día) en la
primera ley de la nueva democracia chilena.
En las décadas siguientes, los industriales pesqueros consolidaron su poder, por medio
de una red transversal de financiamiento de políticos. El PPD Sergio Bitar, exsenador
por Tarapacá, el centro del imperio Angelini, lo confesaría sin tapujos: “Antes de la ley
de gasto electoral, siempre que buscamos apoyo, él nos ayudó”.
En 2011 llegó la hora de discutir una norma definitiva. De acuerdo al libre mercado,
correspondía que las cuotas de pesca fueran licitadas en una competencia abierta, en que
ganaran quienes ofrecieran mayores pagos al Estado y mejores condiciones laborales y
medioambientales.
A pesar de ello, nueve años después, la ley corrupta sigue vigente, y Corpesca y las
demás empresas siguen disfrutando sus beneficios. Algunos proponen anularla, para
evitar que las empresas puedan pedir una indemnización por los derechos que se les
entregaron. Otros señalan que, ante las pruebas de corrupción, difícilmente un tribunal
accedería a ese reclamo.
Esta semana, al fin, pasó algo: la Cámara de Diputados aprobó la anulación de la Ley
Longueira. Al día siguiente, el proyecto debía discutirse en la Comisión de Pesca del
Senado. Pero no hubo quórum. Llegó solo uno de los cinco parlamentarios convocados.
El senador Fidel Espinoza (PS) justificó su ausencia diciendo que se estaba
“instrumentalizando a los pescadores artesanales en época de elecciones”. Curioso
argumento: desde 2013, la ley ha sobrevivido cuatro gobiernos: Piñera, Bachelet, Piñera
de nuevo y ahora Boric. Han pasado tres elecciones presidenciales y parlamentarias, dos
municipales, una de convencionales y un plebiscito. Nunca ha sido el momento
oportuno para derogarla o anularla.
El senador Iván Moreira (UDI) tampoco apareció. Explicó que “estaba en cosas mucho
más importantes”. En 2011, Moreira escribió un correo al dueño de Corpesca, Roberto
Angelini, pidiéndole que “me prepararan una minuta” para repetirla en el debate de un
acuerdo pesquero internacional.
A nueve años de la infame Ley Longueira, parte de nuestra clase política sigue
ejerciendo su deporte favorito: hacerse los giles. Dilatar los temas que tocan intereses
poderosos y apostar a la apatía de los ciudadanos.
Fuente: https://www.latercera.com/opinion/noticia/columna-de-daniel-matamala-nadie-
pesca/GVWUUJZ7ZJGR3E5UQAIYW7EIW4/
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Problemas de la educación sexista
El Mostrador, 9 de abril de 2019
Señor Director:
Mi nombre es Gabriela Calvo, tengo 13 años y curso octavo año en el colegio John
Dewey. Yo soy mujer. ¿Sabía usted que cuando estudio física o química ninguno de los
grandes científicos es mujer? ¿Y que cuando me toca estudiar historia ninguna de las
grandes figuras retratadas es mujer? En historia, por ejemplo, las únicas veces que
recuerdo haber oído de mujeres fue cuando pasamos historia romana, donde se nos
enseñaba que las mujeres sólo podían salir a lo público si se trataba de fiestas religiosas,
el resto del tiempo debían quedarse en casa limpiando o cuidando de sus hijos e hijas; o
cuando pasamos el periodo de la independencia chilena, donde las mujeres eran
nombradas sólo en cuanto eran esposas de alguna gran figura masculina. Pero
probablemente muchas mujeres importantes sí existieron, sólo que las hicieron
invisibles.
Hoy, en muchos colegios existen talleres deportivos sólo para hombres, porque se
piensa que a las niñas no nos interesa. Por otra parte, muchos espacios recreativos son
usados por niños jugando a la pelota, mientras que las niñas debemos quedarnos
arrinconadas en espacios de menor tamaño y sin hombres que nos molesten. Algo
parecido a lo que ocurre en el metro o en la micro, donde existen espacios ocupados a
veces por hombres sentados con sus piernas abiertas, mientras que a las mujeres nos
toca ir apretadas.
En clases a veces ocurre que se dan desafíos más interesantes y difíciles a los niños,
porque se subentiende que las niñas no han de ser buenas en matemáticas o ciencias. No
es que al momento de darlos se diga que esos desafíos son sólo para niños, sino que
cuando toca contestar, se deja hablar a ellos primero. Algo que quizás los motiva a
estudiar más.
¿Cómo podríamos resolver estas cuestiones? Creo que todo parte por la diferenciación
de los géneros, por el sexismo y por la creación de estereotipos que perjudican a las
personas. Esto se remedia no sólo cambiando el uso del lenguaje, sino que incluyendo a
más mujeres en todo orden de cosas, sin hacerlas sentir menos. Pero creo que es mucho
más importante aún hacer visibles a las mujeres en la historia y en las distintas
asignaturas. Y dejar que nos hagamos visibles en los colegios y en las universidades, en
el mundo del trabajo y en el espacio público.
Gabriela Calvo
8º B John Dewey College
Fuente: https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/cartas/2019/04/09/problemas-de-
la-educacion-sexista/
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El nudo gordiano de la inseguridad y la violencia
Editorial, El Mostrador, 2 de mayo de 2022
Desde hace más de veinte años, todos los gobiernos han llegado a La Moneda
prometiendo un Ministerio de la Seguridad. Pero el tema del orden público va de mal en
peor, y la inseguridad y la violencia que lo acompañan son ya el nudo gordiano de
nuestra democracia. Mientras tanto, se suceden ensayos de planes y programas que
nunca se aplican completamente.
A este diagnóstico habría que agregar que en La Araucanía se advierten formas expresas
de lucha armada sin reacción efectiva del poder legítimo del Estado; y la violencia de
parte de estudiantes, grupos anarquistas, ocupantes ilegales de calles y plazas (o de
cualquier grupo social que tenga algo que pedir), parece ser la única manera de
relacionarse con la autoridad. Todo, sin que se perciban cambios de actitud
gubernamental.
El denominado “estilo Boric”, cercano, cariñoso, empático y muy de piel, puede ser más
un obstáculo en política de seguridad interior, a la hora de aplicar la ley. Sobre todo si
su equipo ministerial no actúa con firmeza y eficiencia, y los grupos convocados a
dialogar no pueden concurrir o simplemente no quieren hacerlo.
Los hechos violentos hace algunos días en las cercanías de Curanilahue, quema de
camiones incluida, motivaron una enérgica respuesta del subsecretario del Interior, pero
institucionalmente vacía de contenido de Gobierno. De sus palabras, quedó en claro que
se aplicará “todo el rigor de la ley”, incluso de Seguridad Interior, a quienes resulten
responsables, pero que “la responsabilidad de investigar es del Ministerio Público”, es
decir, un clivaje a la inacción. Porque a estas alturas, en el clima de violencia que prima
en la zona, todos sabemos que si la ministra del Interior no pudo visitar a la familia
Catrillanca en Temucuicui, lo de la investigación del Ministerio Público son palabras
vacías.