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el “argentinazo”: los sucesos del 19 y 20 de diciembre

El 19 de diciembre del 2001 comenzaron los saqueos en comercios y supermercados en el conurbano


bonaerense. Fueron una mezcla de desesperación por hambre, activados por parte de intereses políticos,
y por supuesto, aprovechados, en muchos casos, por delincuentes y ladrones ocasionales. Según los
líderes piqueteros, ellos no tuvieron relación con los saqueos, sino que algunos líderes políticos usaron
pandillas para hacer la acción psicológica, sacando ventaja de la crisis social.
En ese momento, en la Argentina vivían 14 millones de pobres, y hubo agitadores que favorecieron el
caos social.
La clase media, harta del autoritarismo y de la inconstitucionalidad de las medidas, después del
discurso presidencial que anunciaba la implantación del Estado de Sitio salió a la calle golpeando
cacerolas, y se dirigió a Plaza de Mayo. A ellos se sumaron distintos sectores de la población: defensores
de derechos humanos (como Madres de Plaza de Mayo), piqueteros, militantes de izquierda y de
derecha, gremialistas, moto-queros y trabajadores en general. La consigna general era contra la clase
política: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. Y también “Baila la hinchada, baila; baila de
corazón: sin peronistas, sin radicales, vamos a vivir mejor”.
La gente descargó su bronca contra los frentes de bancos, financieras y empresas multinacionales. El
Poder Ejecutivo ordenó a la Policía Federal el despeje de la Plaza de Mayo, y se desató la represión
salvaje y encarnizada. Sin justificación, la Policía Federal atropelló con los caballos a los
manifestantes (entre ellos a las Madres de Plaza de Mayo) y persiguió, disparando y pegando, a los
manifestantes desarmados. La represión terminó con un saldo de 38 muertos en el país, y
muchísimos heridos. Primero el ministro de economía Cavallo y luego el presidente De la Rúa,
totalmente deslegitimados, debieron renunciar. Asumió interinamente el mando el presidente
provisional del Senado, Ramón Puerta.
asambleas

Durante los gobiernos transitorios post De la Rúa, los que participaron en la rebelión del 19 y
20 de diciembre de 2001 vieron que la actuación espontánea había sido importante, pero no
suficiente para cambiar la situación. Continuaron en las Cámaras los mismos legisladores, que
trataban de aprovechar políticamente el momento. Por eso los vecinos crearon un espacio
político inédito, el de las asambleas populares, la mayoría de ellas fun-cionaba en barrios de
Capital Federal y en el Conurbano bonaerense. Organizaron marchas con banderas, que confluían
hacia Plaza de Mayo con el movimiento de los piqueteros, con la consigna “Piquete y cacerola, la
lucha es una sola”. Se realizaron también asambleas interbarriales que ejercieron con entusiasmo
una verdadera democracia directa en el predio del Parque Centenario. Estos hechos de participación
popular masiva no eran registrados por los medios de comunicación, por lo que hubo filmaciones
que intentaron cubrir esos acontecimientos para que circulasen por Internet y también prensa
extranjera que grababa el acontecimiento popular.
Entre las resoluciones de la interbarrial figuraron los cacerolazos contra la Corte Su-prema de
Justicia, contra el FMI en Congreso, boicot a las telefónicas, contra los bancos en cada barrio y
la unificación en las siguientes consignas: Que se vayan todos, Juicio y Castigo a los asesinos, No al
pago de la Deuda Externa, Devolución de los depósitos, Nacionalización de la Banca, de las empresas
privatizadas y las AFJP, y Fuera la Corte. Las Asambleas que concretaron un objetivo en común
(comedores, guarderías, centros culturales) lograron perdurar en el tiempo.

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