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“De la boca de los que maman perfeccionaste la alabanza”

“Y vinieron a él en el templo ciegos


y cojos, y los sanó.
Pero los principales sacerdotes y
los escribas, viendo las maravillas
que hacía, y a los muchachos aclamando
en el templo y diciendo: ¡Hosanna
al Hijo de David! se indignaron,
y le dijeron: ¿Oyes lo que estos
dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca
leísteis:
De la boca de los niños y de los
que maman
Perfeccionaste la alabanza?”
Mateo 21:14-16

Dios se prepara para traer a la Iglesia de Jesucristo la mayor activación profética de la cual
tengamos idea. Niños de tierna edad, adolescentes y jóvenes de escasa edad serán tocados por la
unción de los profetas, metiéndolos en un fluir profético sorprendente a través de sus propias
vidas. Alguna vez los fariseos se molestaron cuando al entrar Jesús a Jerusalén las gentes le
aclamaban. El les respondió diciendo: “Os digo que si estos callaran, las piedras clamarían”.
Lucas 19:40

Para los tiempos del fin, el Señor anuncia usar a gente de corta edad para profetizar y proclamar
Su grandeza y victoria en alabanza. Es en la boca de los pequeños y nobles niños en quienes El
perfecciona la profecía por alabanza.
David profetizó siglos antes de la entrada de Jesús al templo y de Sus palabras. El nos da luz
acerca de lo que Dios haría por la boca de los pequeños:

“De la boca de los niños y de los


que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al
vengativo”.
Salmo 8:2
Es a través de la profecía y la alabanza en la boca de los niños y de los que maman, que el Señor
levanta las fuerzas de Su pueblo y es por causa de las artimañas y ataques de nuestros
adversarios que Él activará la profecía y la alabanza profética; Su fortaleza, para deshacer las
obras del maligno.

Una orden muy clara

Dios me dio una orden muy concreta: “En forma prioritaria activarás lo profético en los jóvenes
de doce a veinticuatro años”.
Jehová me dijo: “Estas son las edades donde la mayoría son llamados al ministerio en esos años y
el diablo hará contra ellos el mayor esfuerzo para apartarlos del propósito. Debes marcarlos con
la unción profética. En esas edades hacen sus más grandes decisiones y yo los quiero para mi
Reino; tira sobre ellos tu manto profético”.

Profecía pura: Una Generación Profética se levanta en el Tercer Milenio.


Los jóvenes de hoy son una generación marcada por y para Dios. Son los Eliseos modernos que
están trabajando en la última yunta. Ellos necesitarán de los Elías de hoy para activarlos en sus
vocaciones proféticas.

“Partiendo él de allí, halló a Eliseo


hijo de Safat, que araba con doce
yuntas delante de sí, y él tenía la
última. Y pasando Elías por delante
de él, echó sobre él su manto…
Después
se levantó y fue tras Elías, y le servía”.
1 Reyes 19:19,21

El manto de Elías

Eliseo tenía un llamado profético poderoso; él sería el carro de Israel y el Padre de los profetas
del futuro, más araba como boyero en la última yunta en el campo. Eliseo requería de un profeta
ungido que tirara sobre él el manto y lo trajera hacia su ministerio. Elías fue aquel profeta que le
tiró su manto y lo sacó de lo improductivo para meterlo de lleno en la preparación cabal de su
llamado de profeta. El manto de Elías era necesario; hoy igualmente miles de Eliseos aran en la
última yunta de sus ocupaciones teniendo escondido un poderoso llamado profético. Es necesario
que profetas padres también hoy activen a los discípulos proféticos y los desaten luego como
profetas emergentes.
“Tomando entonces Elías su manto,
lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales
se apartaron a uno y a otro lado, y
pasaron ambos por lo seco.
Cuando habían pasado, Elías dijo a
Eliseo: Pide lo que quieras que haga
por ti, antes que yo sea quitado de ti.
Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble
porción de tu espíritu sea sobre
mí”.
2 Reyes 2:8,9
Esta es la hora de la Nueva Generación Profética; esta es la hora de los Eliseos. Todos los Elías
modernos (esto es, los padres profetas, deben invertir sus vidas en formar a los hijos de los
profetas y hacerlos pasar del último lugar al primero; de lo postrero a lo primero. Amén y amén.

…”Y así que hubo golpeado del


mismo modo las aguas, se apartaron
a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.
Viéndole los hijos de los profetas
que estaban en Jericó al otro lado,
dijeron: El espíritu de Elías reposó
sobre Eliseo. Y vinieron a recibirle,
y se postraron delante de él”.
2 Reyes 2:14-15

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