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Universidad Alfa Y omega

Alumno: Ángel Roberto Hernández Pérez

Licenciatura: Derecho Semestre:1

Modalidad: Escolarizada

Materia: Teoría Del Estado

Profesor: Elizabeth Del C. Martínez Ocampo

Antología

Historia De La Doctrinas Políticas En Teoría del Estado


CONTENIDO

Clásicos de la antigüedad Edad Contemporánea

Platón…………………pág. 5 a 7 Max Weber…….

Aristóteles……………pág. 8 a 11 Karl Marx……

Seneca………………pág.12 a 14 Friedrich Nietzsche….

Cicerón………………pág. 15 a 19 Jean- Paul Sartre….

Edad Media Albert Camus……

Juan De Salisbury…………

Tomas de Aquino………….

Agustín de Hipona……….

Guillermo de Occan………

Marsilio de Padua………

Época Moderna

Maquiavelo…………

Montesquieu……….

Rene Descartes……

John Locke…….

Francisco Suarez……
Platón

(Atenas, 427 - 347 a. C.) Filósofo griego. Junto con su maestro


Sócrates y su discípulo Aristóteles, Platón es la figura central de los
tres grandes pensadores en que se asienta toda la tradición filosófica
europea.

Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su


inicial vocación política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído
por Sócrates: fue su discípulo desde los veinte años y se enfrentó
abiertamente a los sofistas (Protágoras, Gorgias). Tras la condena a
muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se apartó
completamente de la vida pública; no obstante, los temas políticos
ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a
concebir un modelo ideal de Estado.

Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los
discípulos de Pitágoras; tras una negativa experiencia en Siracusa
como asesor en la corte del rey Dionisio I el Viejo, pasó algún tiempo
prisionero de unos piratas, hasta que fue rescatado y pudo regresar a
Atenas. Allí fundó en el año 387 una escuela de filosofía, situada en
las afueras de la ciudad, junto al jardín dedicado al héroe Academia,
de donde procede el nombre de Academia. La Academia de Platón,
una especie de secta de sabios organizada con sus reglamentos,
contaba con una residencia de estudiantes, biblioteca, aulas y
seminarios especializados, y fue el precedente y modelo de las
modernas instituciones universitarias.
En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado
que la filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que
paulatinamente fueron apareciendo (en la propia Academia) las
disciplinas especializadas que darían lugar a ramas diferenciadas del
saber, como la lógica, la ética o la física. Pervivió más de novecientos
años (hasta que Justiniano la mandó cerrar en el 529 d. C.), y en ella
se educaron personajes de importancia tan fundamental como su
discípulo Aristóteles.
Antecesores y sucesores de platón
Antecesores:

Sócrates

Sucesores:

Hermodoro y Heráclidas, Eudoro, Filipo, de Opuncia, Aristóteles.

Definición Del Estado Según Platón

El Estado ideal de Platón sería una República formada por tres clases
de ciudadanos (el pueblo, los guerreros y los filósofos), cada una con
su misión específica y sus virtudes características, en correspondencia
con los aspectos del alma humana: los filósofos serían los llamados a
gobernar la comunidad, por poseer la virtud de la sabiduría; los
guerreros velarían por el orden y la defensa, apoyándose en la virtud
de la fortaleza; y el pueblo trabajaría en actividades productivas,
cultivando la templanza. De esta forma la virtud suprema, la justicia,
podría llegar a caracterizar al conjunto de la sociedad.

Tipo de gobierno al que estaba a Favor


el filósofo griego propone un orden en las formas de gobierno, siendo
la aristocracia la mejor, pues se trata del gobierno de los mejores, y la
tiranía la peor.
Aristóteles

Aristóteles nació en el año 384 a.C. en Estagira, una pequeña


localidad macedonia cercana al monte Athos; de su población natal
procede una designación habitual para referirse al filósofo: el
Estagirita. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III,
padre de Filipo II de Macedonia y, por tanto, abuelo de Alejandro
Magno. Nicómaco pertenecía a la familia de los Asclepíades, que se
reclamaba descendiente del dios fundador de la medicina y cuyo saber
se transmitía de generación en generación. Ello invita a pensar que
Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina, y que
de ahí le vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia
positiva. Huérfano de padre y madre en plena adolescencia, fue
adoptado por Proxeno, al cual podría mostrar años después su
gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor.

En el año 367, es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue


enviado a Atenas para estudiar en la Academia de Platón. No se sabe
qué clase de relación personal se estableció entre ambos filósofos,
pero, a juzgar por las escasas referencias que hacen el uno del otro en
sus escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera. Lo cual,
por otra parte, resulta lógico si se tiene en cuenta que la filosofía de
Aristóteles iba a fundarse en una profunda crítica al sistema filosófico
platónico.
Ambos partían de Sócrates y de su concepto de eidos, pero las
dificultades de Platón para insertar en el mundo real su mundo
eidético, el mundo de las Ideas, obligaron a Aristóteles a ir perfilando
términos como «sustancia», «materia» y «forma», que le alejarían
definitivamente de la Academia. En cambio, es absolutamente falsa la
leyenda según la cual Aristóteles se marchó de Atenas despechado
porque Platón, a su muerte, designase a su sobrino Espeusipo para
hacerse cargo de la Academia: por su condición de macedonio,
Aristóteles no era legalmente elegible para ese puesto.

A la muerte de Platón, acaecida en el 348, Aristóteles contaba treinta y


seis años de edad, había pasado veinte de ellos simultaneando la
enseñanza con el estudio y se encontraba en Atenas, como suele
decirse, sin oficio ni beneficio. Así que no debió de pensárselo mucho
cuando supo que Hermias de Atarneo, un soldado de fortuna griego
(por más detalles, eunuco) que se habla apoderado del sector
noroeste de Asia Menor, estaba reuniendo en la ciudad de Axos a
cuantos discípulos de la Academia quisieran colaborar con él en la
helenización de sus dominios. Aristóteles se instaló en Axos en
compañía de Jenócrates de Calcedonia, un colega académico, y
de Teofrasto, discípulo y futuro heredero del legado aristotélico.
El Estagirita pasaría allí tres años apacibles y fructíferos, dedicándose
a la enseñanza, a la escritura (gran parte de su Política la redactó allí)
y a la vida doméstica. Primero se casó con una sobrina de Hermias
llamada Pitias, con la que tuvo una hija. Pitias debió de morir muy
poco después y Aristóteles se unió a otra estagirita, de nombre Erpilis,
que le dio un hijo, Nicómaco, al que dedicaría su Ética. Dado que el
propio Aristóteles dejó escrito que el varón debe casarse a los treinta y
siete años y la mujer a los dieciocho, resulta fácil deducir qué edades
debían de tener una y otra cuando se unió a ellas.
Tras el asesinato de Hermias, en el 345, Aristóteles se instaló en
Mitilene (isla de Lesbos), dedicándose, en compañía de Teofrasto, al
estudio de la biología. Dos años más tarde, en el 343, fue contratado
por Filipo II de Macedonia para que se hiciese cargo de la educación
de su hijo Alejandro, a la sazón de trece años de edad. Tampoco se
sabe mucho de la relación entre ambos, ya que las leyendas y las
falsificaciones han borrado todo rastro de verdad. De ser cierto el
carácter que sus contemporáneos atribuyen a Alejandro (al que tachan
unánimemente de arrogante, bebedor, cruel, vengativo e ignorante),
no se advierte rasgo alguno de la influencia que Aristóteles pudo
ejercer sobre él. Como tampoco se advierte la influencia de Alejandro
Magno sobre su maestro en el terreno político: años después,
mientras Aristóteles seguía predicando la superioridad de la ciudad-
estado, su presunto discípulo establecía las bases de un imperio
universal sin el que, al decir de los historiadores, la civilización
helénica hubiera sucumbido mucho antes.

Antecesores y Sucesores de Aristóteles

Antecesores

Platón, Sócrates.

Sucesores

Teofrasto, Estratón de Lampsaco, Eudemo de Rodas, Aristoxeno,


Sátiro.
Definición del Estado Según Aristóteles

Aristóteles define al Estado como la asociación de todos los hombres


que comparten el mismo territorio y cuyo fin es la búsqueda del bien
Común.

Tipo de gobierno al que estaba a favor

Aristóteles se refiere a una forma de gobierno mixto “democrático-


aristocrático” llamado Politeia. Los ciudadanos se repartirían las tierras
y los esclavos las cultivarían. Aristóteles opta por una "clase media",
permitiendo que los ciudadanos vivan en ocio cumpliendo sus
profesiones (jueces, mercaderes, sacerdotes).
Seneca

(Córdoba, h. 4 - Roma, 65) Filósofo hispanorromano. Perteneció a una


familia acomodada de la provincia Bética del Imperio Romano. Su
padre fue un retórico de prestigio, cuya habilidad dialéctica fue muy
apreciada luego por los escolásticos, y cuidó de que la educación de
su hijo en Roma incluyera una sólida formación en las artes retóricas,
pero Séneca se sintió igualmente atraído por la filosofía, recibiendo
enseñanzas de varios maestros que lo iniciaron en las diversas
modalidades de la doctrina estoica por entonces popular en Roma.

Emprendió tempranamente la carrera política, se distinguió como


abogado y fue nombrado cuestor. Su fama, sin embargo, disgustó
a Calígula, quien estuvo a punto de condenarlo en el 39. Al
subir Claudio al trono en el año 41, Séneca fue desterrado a Córcega,
acusado de adulterio con una sobrina del emperador. Ocho años más
tarde fue llamado de nuevo a Roma como preceptor del joven Nerón, y
cuando éste sucedió a Claudio en el 54, se convirtió en uno de sus
principales consejeros, cargo que conservó hasta que, en el 62, viendo
que su poder disminuía, se retiró de la vida pública.

En el 65 fue acusado de participar en la conspiración de Pisón, con la


perspectiva, según algunas fuentes, de suceder en el trono al propio
Nerón; éste le ordenó suicidarse, decisión que Séneca adoptó como
liberación final de los sufrimientos de este mundo, de acuerdo con su
propia filosofía.
En general, su doctrina era la de los antiguos estoicos, aunque, en
numerosos aspectos, incorporó a ella su propia visión personal y hasta
la de pensadores de escuelas antagónicas, como Epicuro, al que cita
a menudo en términos aprobatorios; con ello no hizo sino ejemplificar
el espíritu ecléctico y sintético característico del «estoicismo nuevo»
propio de su época, del cual fue el máximo exponente.
Fue también autor de nueve piezas dramáticas, inspiradas en modelos
griegos clásicos y que son, de hecho, estudios de las tensiones
emocionales a que se ven sometidos los personajes, destinadas a ser
leídas más que representadas; escribió así mismo una magistral y
mordaz sátira de la edificación del emperador Claudio.

Antecesores y Sucesores de Seneca

Antecesores

Socion, Papiro Fabiano.

Sucesores

El Emperador Romano Nerón

Definición del estado según séneca

Según Séneca existe un “estado natural” anterior a toda organización


política.

Este estado natural preexistente (edad de oro humana) era ordenado y


eficiente, donde los sabios se encargaban de proteger a los más
débiles de los más fuertes,
Su poder aun cuando absoluto, no ofrecía problemas por ser
moralmente perfectos. Þ La ley no era necesaria pues el
comportamiento de todos era perfecto. (esta explicación no deja de ser
mitológica).

La sociabilidad humana se expresa en esa necesidad del estado para


el desarrollo del hombre.

La ley solo actúa como límite para impedir la tiranía.

Tipo de gobierno al que estaba a favor

Estaba a favor del imperio romano en especial del emperador Nerón a


quien había toma como su discípulo, pero este lo terminaría
traicionando y ordenado su muerte Seneca terminaría suicidando al
ver lo que su discípulo había hecho.
Marco Tulio Cicerón

(Arpino, actual Italia, 106 a.C. - Formies, id., 43 a.C.) Orador, político y
filósofo latino. Perteneciente a una familia plebeya de rango ecuestre,
desde muy joven se trasladó a Roma, donde asistió a lecciones de
famosos oradores y jurisconsultos y, finalizada la guerra civil (82 a.C.),
inició su carrera de abogado, para convertirse pronto en uno de los
más famosos de Roma.

Posteriormente se embarcó rumbo a Grecia con el objetivo de


continuar su formación filosófica y política. Abierto a todas las
tendencias, fue discípulo del epicúreo Fedro y del estoico Dio dotó,
siguió lecciones en la Academia y fue a encontrar a Rodas al maestro
de la oratoria, Molón de Rodas, y al estoico posidonia.

De vuelta en Roma, prosiguió su carrera política, y en el lapso de trece


años consiguió las más altas distinciones. Empezó como cuestor en
Sicilia en el 76 a.C., y en el 70 a.C. aceptó defender a los sicilianos
oprimidos por el antiguo magistrado Verres, para quien sus alegatos
(Verrinaes) supusieron la condena, lo cual lo hizo muy popular entre la
plebe y contribuyó a consolidar su fama de abogado.
Decidido partidario del republicanismo, admitía la necesidad de un
hombre fuerte para dotar de estabilidad al Estado, figura que
reconocía en Pompeyo; sus simpatías por él, sin embargo, no fueron
siempre correspondidas. Su carrera política fue fulgurante: en un año
fue elegido edil, en el 66 a.C. pretor, cargo desde el que propulsó un
acercamiento entre caballeros y senadores (concordia ordinum), y dos
años después obtuvo la elección de cónsul del Senado.

Desde esta posición, hizo fracasar la reforma agraria propuesta por


Rullo, hizo frente a los populares, liderados por Craso y Julio César, y
llevó a cabo una de las batallas más dramáticas y peligrosas de su
carrera: su oposición a la conspiración de Catalina. Derrotado en las
elecciones, se disponía a promover levantamientos para instaurar una
dictadura. Los cuatro discursos (Catilinarias) pronunciados por Cicerón
ante el Senado a fin de conseguir la ejecución de los conspiradores
constituyen la muestra más célebre de su brillante oratoria, de gran
poder emotivo.
Sin embargo, su actuación acabó por significarle el exilio años más
tarde, cuando Claudio, elegido tribuno de la plebe (58 a.C.) gracias a
César, consiguió el reconocimiento de una ley que sancionaba con la
pena de muerte a todo ciudadano romano que hubiera hecho ejecutar
a otro sin el previo consentimiento del pueblo. Tras buscar, sin éxito, el
apoyo de Pompeyo, Cicerón marchó al exilio.
Regresó a Roma apenas un año y medio más tarde, pero para
entonces su carrera política estaba prácticamente acabada, situación
que pareció hacerse definitiva con la dictadura de Julio César (48-44
a.C.). Sólo cuando Julio César fue asesinado, Cicerón volvió a la
escena política para promover la restauración del régimen republicano.
En un principio, mientras Marco Antonio aún no se había afianzado en
el cargo, gozó de cierto poder y consiguió la amnistía para los
asesinos de César, pero apenas aquél se sintió seguro, Cicerón se
encontró con una fuerte resistencia, a la que hizo frente verbalmente
con las catorce Filípicas.
En vano intentó entonces aliarse con Octavio Augusto, hijo de César,
contra Marco Antonio: tras la batalla de Módena, Octavio se reconcilió
con Marco Antonio y unió sus fuerzas con las de éste y con el ejército
de Lépido para la formación del segundo triunvirato (43 a.C.). Ese
mismo año, Cicerón fue apresado y ejecutado.
En vano intentó entonces aliarse con Octavio Augusto, hijo de César,
contra Marco Antonio: tras la batalla de Módena, Octavio se reconcilió
con Marco Antonio y unió sus fuerzas con las de éste y con el ejército
de Lépido para la formación del segundo triunvirato (43 a.C.). Ese
mismo año, Cicerón fue apresado y ejecutado.

Antecesores y sucesores de Cicerón

Antecesores:

Antíoco de ascalon, Molón de Rodas, Lucio Elio Estilon, Filón de


Larisa.

Sucesores:

Servio Sulpicio Rufo, Cayo Trebacio Testa.

Definición del estado según Cicerón

Para Cicerón el estado ideal es, naturalmente, la res publica romana,


ya que fue construida por un conjunto de personas de gran calidad y
no sólo por un solo legislador, siendo el resultado de una evolución de
largos siglos y generaciones. Para Cicerón la estructura del estado
estaba basada en la triplicidad del ius-fas-mos, como también en el
consenso social romano, o sea, el concordium ordinum, el pilar básico
del estado. Para el funcionamiento de un estado ideal es necesario el
acuerdo entre el orden ecuestre y el senatorial y, por lo tanto, es
precisa la armonía permanente y razonable entre los distintos estratos
y grupos del estado. El término res publica, para Cicerón, se compone
de tres elementos: la congregación de las personas, la unidad del
derecho y la seguridad pública y la coexistencia de las comunidades
de intereses que fundan la unificación: "Est igitur [...] res publica res
populi, populus autem non omnis hominum coetus quoquo modo
congregatus, sed coetus multitudinis iuris consensu et utilitatis
communione sociatus".

Tipo de gobierno al que estaba a favor

fue para Cicerón la república senatorial romana que defendió en sus


libros como pensador y lideró como político frente a diferentes
adversarios como Marco Antonio y Catalina.

Según Cicerón dicho sistema evita los desórdenes, la degeneración de


los gobiernos, favorece el equilibrio y la estabilidad y asimismo evita el
poder absoluto, dictadura o tiranía.

Ve en la República un modo de gobierno en el que ni los reyes, ni los


aristócratas, ni los oligarcas, ni los tiranos, ni la masa popular, ninguna
facción tiene el poder político de manera exclusiva y absoluta.
Juan de Salisbury

(John, Jean o Juan de Salisbury, en latín Johannes Saresberiensis;


Salisbury, c. 1115 - Chartres, 1180) Prelado francés. Fue alumno de
Abelardo en París y en Chartres, y secretario del arzobispo de
Canterbury. En 1164, perseguido por el rey Enrique II, huyó de
Inglaterra, a donde regresó en 1170 con Tomás Becket. En 1176 fue
nombrado obispo de Chartres. Es autor, entre otras obras, de una
biografía de Tomás Becket y otra de San Anselmo.

Fino escritor, docto en teología y en filosofía, de vasta cultura clásica


(se ha discutido si conoció también el griego) y robusto pensador,
Jean o Juan de Salisbury es uno de los mayores representantes del
humanismo medieval. Estudió en París, en 1136, con Pedro Abelardo,
y en Chartres; vuelto a Inglaterra en 1150, se le nombró secretario del
arzobispo de Canterbury, Teobaldo, y fue encargado por el
rey Enrique II de Inglaterra de numerosas misiones.
Viajó por Italia y quizá recibió en Roma, del papa Adriano IV, la bula
que autorizaba a Enrique II a conquistar Irlanda. Conservó también el
cargo de secretario con el nuevo arzobispo Tomás Becket (1162) y,
cuando éste entró en conflicto con el rey y se vio obligado a huir de
Inglaterra, Salisbury le siguió a Francia. En Relins, donde se retiró, se
dedicó a la redacción de la Historia pontificalis.
Vuelto con Tomás Becket a Inglaterra en 1170, y después que el
arzobispo fue asesinado en la catedral de Canterbury por algunos
caballeros del rey, Jean de Salisbury escribió su vida, propugnando su
beatificación: Tomás Becket fue, en efecto, canonizado por el papa
Alejandro III en 1173. Al mismo Tomás Becket había dedicado
Salisbury su Policrático, en el que, tratando de moral y de política,
manifestaba todo su amor por la cultura y por las "litterae", entendidas
como expresión de humanismo; también escribió en elogio de su
arzobispo un poema de 962 dísticos, el Entheticus de dogmate
philosophorum.
En 1176 fue elevado a la cátedra episcopal de Chartres, y en esta
ciudad falleció cuatro años más tarde. Además de las obras citadas,
se le deben también el Metalógico, en el que defiende la lógica como
instrumento de la verdad, una vida de San Anselmo y unas trescientas
cartas a amigos, cortesanos y eclesiásticos.

Antecesores y Sucesores de Juan de Salisbury


Antecesores:
Pedro Abelardo, Bernardo De claraval, Gilberto Porretano, Guillermo
de Conches, Adam parvipontanus, Robert of Melun.
Sucesores:
Pierre de Celle,
Definición de estado según juan de Salisbury
Santo tomas De Aquino
Róscasela, actual Italia, 1224 - Fossanuova, id., 1274) Teólogo y
filósofo italiano. Máximo representante de la filosofía escolástica
medieval, abordó brillantemente una profunda y perdurable
reformulación de la teología cristiana, que apenas había recibido
aportaciones relevantes desde los tiempos de San Agustín de Hipona,
es decir, durante los ocho siglos anteriores.
Hijo de una de las familias aristócratas más influyentes de la Italia
meridional, estudió en Montecassino, en cuyo monasterio benedictino
sus padres quisieron que siguiera la carrera eclesiástica.
Posteriormente se trasladó a Nápoles, donde cursó estudios de artes y
teología y entró en contacto con la Orden de los Hermanos
Predicadores. En 1243 manifestó su deseo de ingresar en dicha
Orden, pero su familia se opuso firmemente, e incluso su madre
consiguió el permiso de Federico II para que sus dos hermanos,
miembros del ejército imperial, detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en
Acquapendente en mayo de 1244, y el santo permaneció retenido en
el castillo de Santo Giovanni durante un año. Tras una queja de Juan
el Teutónico, general de los dominicos, a Federico II, éste accedió a
que Tomás fuera puesto en libertad. Luego se le permitió trasladarse a
París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, fecha en que obtuvo
el título de maestro en teología.
Durante estos años estuvo al cuidado de San Alberto Magno, con
quien entabló una duradera amistad. Les unía -además del hecho de
pertenecer ambos a la Orden dominica- una visión abierta y tolerante,
aunque no exenta de crítica, del nuevo saber greco árabe, que por
aquellas fechas llegaba masivamente a las universidades y centros de
cultura occidentales. Tras doctorarse, ocupó una de las cátedras
reservadas a los dominicos, tarea que compatibilizó con la redacción
de sus primeras obras, en las cuales empezó a alejarse de la corriente
teológica mayoritaria, derivada de las enseñanzas de San Agustín de
Hipona.
En 1259 regresó a Italia, donde permaneció hasta 1268 al servicio de
la corte pontificia en calidad de instructor y consultor del Papa, a quien
acompañaba en sus viajes. Durante estos años redactó varios
comentarios al Pseudo-Dionisio y a Aristóteles, finalizó la Suma contra
los gentiles, obra en la cual repasaba críticamente las filosofías y
teologías presentes a lo largo de la historia, e inició la redacción de su
obra capital, la Suma Teológica, en la que estuvo ocupado entre 1267
y 1274 y que representa el compendio último de todo su pensamiento.
Tomás de Aquino supo resolver la crisis producida en el pensamiento
cristiano por el averroísmo, interpretación del pensamiento aristotélico
que arranca del filósofo árabe Averroes (1126-1198). El averroísmo
resaltaba la independencia del entendimiento guiado por los sentidos y
planteaba el problema de la doble verdad, es decir, la contradicción de
las verdades del entendimiento y las de la revelación.
En oposición a esta tesis, defendida en la Universidad de París
por Siger de Brabante, afirmó la necesidad de que ambas fueran
compatibles, pues, procediendo de Dios, no podrían entrar en
contradicción; ambas verdades debían ser, además, complementarias,
de modo que las de orden sobrenatural debían ser conocidas por
revelación, mientras que las de orden natural serían accesibles por el
entendimiento; filosofía y teología son, por tanto, distintas y
complementarias, siendo ambas racionales, pues la teología deduce
racionalmente a partir de las premisas reveladas.

Antecesores y Sucesores de Santo Tomas De Aquino


Antecesores:
Alberto Magno
Sucesores:
Enrique Bateno De Molina

Definición De Estado Según Santo Tomas De Aquino


El Estado es una institución basada pues en la naturaleza del hombre.
Su objetivo es una vida justa y el bienestar común. Dios es el origen
del poder para Santo Tomás, pero su organización es cosa de los
hombres. Para Santo Tomás el fin último de la existencia humana es
la visión de Dios en la otra vida. Por eso subordina el Estado a la
Iglesia, porque es la Iglesia la que dirige al hombre a ese fin último.

Tipo de Gobierno al que estaba a Favor Santo Tomas De Aquino


piensa que un gobierno justo es aquel que se rige por el bien común,
siendo la mejor forma de gobierno para las sociedades corrompidas,
faltas de virtud y de sabiduría una monarquía mixta entre
la aristocracia y la democracia para evitar que un rey se convierta en
una tiranía,

Agustín de Hipona
(Aurelius Augustinus o Aurelio Agustín de Hipona; Tagaste, hoy Suq
Ahras, actual Argelia, 354 - Hipona, id., 430) Teólogo latino, una de las
máximas figuras de la historia del pensamiento cristiano.
Aurelio Agustín nació en Tajaste, en el África romana, el 13 de
noviembre de 354. Su padre, llamado Patricio, era un funcionario
pagano al servicio del Imperio. Su madre, la dulce y abnegada
cristiana Mónica, luego santa, poseía un genio intuitivo y educó a su
hijo en su religión, aunque, ciertamente, no llegó a bautizarlo. El niño,
según él mismo cuenta en sus Confesiones, era irascible, soberbio y
díscolo, aunque excepcionalmente dotado. Romaniano, mecenas y
notable de la ciudad, se hizo cargo de sus estudios, pero Agustín, a
quien repugnaba el griego, prefería pasar su tiempo jugando con otros
mozalbetes. Tardó en aplicarse a los estudios, pero lo hizo al fin
porque su deseo de saber era aún más fuerte que su amor por las
distracciones; terminadas las clases de gramática en su municipio,
estudió las artes liberales en Metauro y después retórica en Cartago.

A los dieciocho años, Agustín tuvo su primera concubina, que le dio un


hijo al que pusieron por nombre Adeodato. Los excesos de ese
"piélago de maldades" continuaron y se incrementaron con una afición
desmesurada por el teatro y otros espectáculos públicos y la comisión
de algunos robos; esta vida le hizo renegar de la religión de su madre.
Su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó su
desconfianza hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Sus
intereses le inclinaban hacia la filosofía, y en este territorio encontró
acomodo durante algún tiempo en el escepticismo moderado, doctrina
que obviamente no podía satisfacer sus exigencias de verdad.

Sin embargo, el hecho fundamental en la vida de San Agustín de


Hipona en estos años es su adhesión al dogma maniqueo; su
preocupación por el problema del mal, que lo acompañaría toda su
vida, fue determinante en su adhesión al maniqueísmo, la religión de
moda en aquella época. Los maniqueos presentaban dos sustancias
opuestas, una buena (la luz) y otra mala (las tinieblas), eternas e
irreductibles. Era preciso conocer el aspecto bueno y luminoso que
cada hombre posee y vivir de acuerdo con él para alcanzar la
salvación.

A San Agustín le seducía este dualismo y la fácil explicación del mal y


de las pasiones que comportaba, pues ya por aquel entonces eran
estos los temas centrales de su pensamiento. La doctrina de Maní o
Manes, fundador del maniqueísmo, se asentaba en un pesimismo
radical aún más que el escepticismo, pero denunciaba
inequívocamente al monstruo de la materia tenebrosa enemiga del
espíritu, justamente aquella materia, "piélago de maldades", que
Agustín quería conjurar en sí mismo.
Dedicado a la difusión de esa doctrina, profesó la elocuencia en
Cartago (374-383), Roma (383) y Milán (384). Durante diez años, a
partir del 374, vivió Agustín esta amarga y loca religión. Fue colmado
de atenciones por los altos cargos de la jerarquía maniquea y no dudó
en hacer proselitismo entre sus amigos. Se entregó a los himnos
ardientes, los ayunos y las variadas abstinencias y complementó todas
estas prácticas con estudios de astrología que le mantuvieron en la
ilusión de haber encontrado la buena senda. A partir del año 379, sin
embargo, su inteligencia empezó a ser más fuerte que el hechizo
maniqueo. Se apartó de sus correligionarios lentamente, primero en
secreto y después denunciando sus errores en público. La llama de
amor al conocimiento que ardía en su interior le alejó de las
simplificaciones maniqueas como le había apartado del escepticismo
estéril.

En 384 encontramos a San Agustín de Hipona en Milán ejerciendo de


profesor de oratoria. Allí lee sin descanso a los clásicos, profundiza en
los antiguos pensadores y devora algunos textos de filosofía
neoplatónica. La lectura de los neoplatónicos, probablemente
de Plotino, debilitó las convicciones maniqueístas de San Agustín y
modificó su concepción de la esencia divina y de la naturaleza del mal;
igualmente decisivo en la nueva orientación de su pensamiento serían
los sermones de San Ambrosio, arzobispo de Milán, que partía de
Plotino para demostrar los dogmas y a quien San Agustín escuchaba
con delectación, quedando "maravillado, sin aliento, con el corazón
ardiendo". A partir de la idea de que «Dios es luz, sustancia espiritual
de la que todo depende y que no depende de nada», San Agustín
comprendió que las cosas, estando necesariamente subordinadas a
Dios, derivan todo su ser de Él, de manera que el mal sólo puede ser
entendido como pérdida de un bien, como ausencia o no-ser, en
ningún caso como sustancia.
Dos años después, la convicción de haber recibido una señal divina
(relatada en el libro octavo de las Confesiones) lo decidió a retirarse
con su madre, su hijo y sus discípulos a la casa de su amigo
Verecundo, en Lombardía, donde San Agustín escribió sus primeras
obras. En 387 se hizo bautizar por San Ambrosio y se consagró
definitivamente al servicio de Dios. En Roma vivió un éxtasis
compartido con su madre, Mónica, que murió poco después.

En 388 regresó definitivamente a África. En el 391 fue ordenado


sacerdote en Hipona por el anciano obispo Valerio, quien le
encomendó la misión de predicar entre los fieles la palabra de Dios,
tarea que San Agustín cumplió con fervor y le valió gran renombre; al
propio tiempo, sostenía enconado combate contra las herejías y los
cismas que amenazaban a la ortodoxia católica, reflejado en las
controversias que mantuvo con maniqueos, pelagianos, donatistas y
paganos.

Tras la muerte de Valerio, hacia finales del 395, San Agustín fue
nombrado obispo de Hipona; desde este pequeño pueblo pescadores
proyectaría su pensamiento a todo el mundo occidental. Sus antiguos
correligionarios maniqueos, y también los donatistas, los arrianos, los
priscilianistas y otros muchos sectarios vieron combatidos sus errores
por el nuevo campeón de la Cristiandad. Dedicó numerosos sermones
a la instrucción de su pueblo, escribió sus célebres Cartas a amigos,
adversarios, extranjeros, fieles y paganos, y ejerció a la vez de pastor,
administrador, orador y juez. Al mismo tiempo elaboraba una ingente
obra filosófica, moral y dogmática; entre sus libros destacan
los Soliloquios, las Confesiones y La ciudad de Dios, extraordinarios
testimonios de su fe y de su sabiduría teológica.
Al caer Roma en manos de los godos de Alarico (410), se acusó al
cristianismo de ser responsable de las desgracias del imperio, lo que
suscitó una encendida respuesta de San Agustín, recogida en La
ciudad de Dios, que contiene una verdadera filosofía de la historia
cristiana. Durante los últimos años de su vida asistió a las invasiones
bárbaras del norte de África (iniciadas en el 429), a las que no escapó
su ciudad episcopal. Al tercer mes del asedio de Hipona, cayó enfermo
y murió.

Antecesores y Sucesores de Agustín de Hipona


Antecesores: El obispo Valerio, plotino

Sucesores: Posidio

Definición de Estado Según Agustín de Hipona


Como ciudadano de Roma, creía en la tradición de un Estado obligado
por leyes, pero como humanista coincidía con Aristóteles y Platón en
que el objetivo del Estado es facilitar que su pueblo lleve una vida
buena y virtuosa.

Tipo de gobierno al que estaba a favor Agustín de Hipona


Para san Agustín, un modelo teocrático bajo la influencia de la Iglesia
sobre el Estado es la única forma de asegurar que las leyes terrenales
se dicten con referencia las divinas, lo que permite que la gente viva
en la ciudad de Dios, ya que "una ley injusta no es ninguna ley en
absoluto".

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