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MINUTA CONFESIÓN DE DEUDA EN

GESTIÓN PREPARATORIA DE LA VIA EJECUTIVA

La presente minuta tiene como objetivo responder la siguiente pregunta ¿Puede


acudir el mandatario a confesar por la deudora en una audiencia de confesión de
deuda?

1. Doctrina.

Todo acreedor tiene derecho a pedir que se cite a su deudor a la presencia judicial
a fin de que reconozca la firma o la deuda, cualquiera sea el origen de la
obligación y aunque el acreedor tenga otras acciones ordinarias o especiales que
ejercitar para hacer valer su acreencia. El artículo 435 concede tal derecho al
acreedor que no tenga título ejecutivo en términos absolutos y sin establecer
ninguna excepción.

Siendo así, el profesor Raúl Espinosa Fuentes opina lo siguiente:

“Por la razón ya anotada – ser el reconocimiento de firma un acto personal


del deudor – creemos que no podría citarse al mandatario a practicar esa
diligencia, a menos que el mandatario estuviese expresamente facultado
para reconocer la firma.

Podría, sí, citarse al mandatario a confesar la deuda, siempre que la deuda


se encuentre dentro del gro de los negocios del mandato”1.

Por otro lado, y señalando que a la confesión judicial se le aplica lo dicho a


propósito del reconocimiento de firma, agrega:

“La confesión judicial, considerada como una gestión preparatoria de la vía


ejecutiva, presenta entera semejanza con el reconocimiento de firma puesta
en instrumento privado, a que ya nos hemos referido. En ambos casos se
trata de gestiones que tienen a crear un título ejecutivo, y el propio C.P.C.
las trata conjuntamente en el artículo 435.

En consecuencia, y para evitar repeticiones del todo innecesarias, diremos


que es aplicable a la confesión judicial todo lo dicho respecto de la gestión
de reconocimiento de firma en los números 25 a 43, inclusive”2.

Por otro lado, el profesor Carlos Hidalgo, a propósito de la confesión de deuda,


señala lo siguiente:

1
ESPINOSA F., Raúl (1994). Manual de Procedimiento Civil”. Editorial Jurídica de Chile, año 2003,
pp. 32 y 33.
2
ESPINOSA F., Raúl (1994). Manual de Procedimiento Civil”. Editorial Jurídica de Chile, año 2003,
pp. 55.
“A esta gestión preparatoria se le aplican las mismas reglas que en la
gestión de reconocimiento de firma, con la sola diferencia de que este caso
no existe documento y que cualquier deudor puede ser citado a confesar
deuda por sí o por representante. Conferido mandato para confesar en
términos amplios, alcanza a la confesión o negación de una deuda. En
efecto, el citado a confesar deuda puede conferir mandato para que un
tercero comparezca en su representación a prestar declaración en la
audiencia de preparación de la vía ejecutiva. Este representante no
requiere poder especial para concurrir a la diligencia destinada a preparar
la vía ejecutiva, bastará que el mandato contenga la facultad para absolver
posiciones del inciso 2o del artículo 7o del Código de Procedimiento Civil;
facultad que se extiende al delegatario si el mandatario delega el poder en
otro profesional en los mismos términos en que a él le fue otorgado. En
sentido contrario se ha resuelto que el mandatario debe contar con
facultades expresas para confesar una deuda, pues ella no se
comprendería en la que contempla el inciso segundo del artículo 7o
del Código de Procedimiento Civil”3.

Por último, Manuel Casarino, a propósito del reconocimiento de firma, también


admite la comparecencia del mandatario, siempre y cuando este posea facultades
e instrucciones en ese sentido, lo cual también se aplica para la confesión de
deuda:

“El deudor citado puede comparecer verbalmente o por escrito, y también


puede hacerlo por medio de mandatario, siempre y cuando éste último
tenga facultades e instrucciones precisas para comparecer dentro de una
gestión preparatoria de reconocimiento de firma determinada”4.

2. Jurisprudencia.

En términos generales, la jurisprudencia señala que la confesión de una deuda


constituye un acto personal del deudor y, por lo tanto, no sería procedente que el
mandatario confiese por el deudor.

Sin embargo, y con apoyo de la doctrina, ha admitido la comparecencia de su


mandatario, siempre y cuando este esté especialmente facultado para aquello.

“Tercero: Que, en términos generales, la confesión de una deuda constituye


un acto personal del deudor, por cuyo motivo -a primera vista- no resultaría
procedente su realización a través de mandatario. No obstante, la doctrina
admite que, estando el mandatario especialmente facultado para
comparecer en representación de su mandante para confesar, nada impide

3
HIDALGO M., Carlos. “El juicio ejecutivo. Doctrina y Jurisprudencia”. Thomson Reuters, año 2018,
pp. 45.
4
CASARINO V., Mario. “Manual de Derecho Procesal Civil”. Tomo V. Sexta Edición. Editorial Jurídica
de Chile, año 2007, pp. 54.
que sea dicho mandatario quien concurra a la diligencia y niegue o
reconozca una deuda, por cuanto no existe norma expresa que lo prohíba.

Cuarto: Que por tanto, no existiendo –como se dijo- impedimento legal para
que el citado comparezca por medio de mandatario a la audiencia que se
fije para confesar o negar una deuda, sí es necesario, empero, que el
mandatario tenga instrucciones precisas y determinadas al respecto. Así,
don M.C.V., abordando este punto, indica que: “El deudor citado puede
comparecer verbalmente o por escrito, y también puede hacerlo por medio
de mandatario, siempre y cuando éste último tenga facultades e
instrucciones precisas para comparecer dentro de una gestión preparatoria
de reconocimiento de firma determinada.”, agregando posteriormente que
igual criterio aplica a la confesión de deuda. (C.V., M., Manual de Derecho
Procesal, T. V, sexta edición, E.. J.. de Chile, 2007, pág. 54). Lo anterior
resulta asimismo concordante con lo dispuesto en los artículos 2131, 2132
y 2133 del Código Civil, normas que obligan al mandatario a ceñirse
rigorosamente a los términos del mandato, exigiéndose poderes o cláusulas
especiales para todo aquello que exceda de sus límites o facultades
ordinarias.

Quinto: Que refuerza la conclusión anterior, situarse en la hipótesis de que


el mandatario judicial confiese una deuda y preguntarse si tal
reconocimiento sería oponible al mandante. A este respecto, se hace
necesario traer a colación lo dispuesto en el inciso primero del artículo 2160
del Código Civil, en cuanto ordena al mandante cumplir con las
obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario, dentro de los
límites del mandato, pues solo en tal caso las actuaciones del mandatario
producirán efectos respecto del representado y afectarán su patrimonio,
como si éste hubiere actuado personalmente”5.

“Quinto :Que el mandatario judicial que pretenda asumir la representación


de quien ha sido citado, bajo el apercibimiento contenido en el inciso final
del artículo 435 del Código de Procedimiento Civil, debe contar con
facultades especiales expresas, pues las mismas no se comprenden ni
esencial ni naturalmente en dicho mandato, ni aun entre aquellas
extraordinarias que contempla el inciso segundo del artículo 7° del Código
de Procedimiento Civil. Por consiguiente, en las condiciones anotadas la
negativa o el eventual reconocimiento de la deuda no hubiere sido eficaz”6.

5
CORTE DE APELACIONES DE COPIAPÓ. Sentencia de fecha 12 de septiembre de 2014. Rol ingreso
Nº 313-2014.
6
CORTE DE APELACIONES DE CONCEPCIÓN. Sentencia de fecha 1 de diciembre de 2014. Rol Ingreso
Nº 1690-2014.

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