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mnographic Review Revista Monografica Editors Janet Pérez Genaro J. Pérez ‘Texas Tech University Texas Tech University Editorial Advisory Board José Luis Cano Rolando Hinojosa-Smith Madrid, Spain ‘The University of Texas at Austin Andrew P. Debicki University of Kansas, Estelle Irizarry Georgetown University Manuel Durén Yale University ‘Maria A. Salgado University of No:th Carolina David W. Foster at Chapel Hill Arizona State University Mario Valdés Luis T. Gonzalez-del-Valle University of Toronto University of Colorado at Boulder Noél Valis Johns Hopkins University Juan Goytisolo Paris, France “Monographie Review/Revisla Monogrifica ISSN: 0885-7512 © Gonaro J. Pérez & Janet I Pérez All rights reserved. No part of this publication covered by the copyright hereon: may be reproduced or used in any form or by any means —graph- ic electronic or mechanical including photocopying, recording, taplng, ot information retrieval systems—without written permission. Printed in the United States of America ‘The MONOGRAPHIC REVIEW/REVISTA MONOGRAFICA, a profes- sional journal of criticism in the Hispanic Literatures, is monographic in character, insofar as each number is devoted to a single theme, major ‘writer, or specific literary phenomenon. The first number comprised es- says on Hispanic Children’s Literature while the second treated the Liter- ature of Exile and Expatiation. Subsequent volumes have treated such themes as marginal genres, women poets, the cuento, and Experimental Fiction by Hispanic Women Writers. The present number treats Hispanic ‘Travel Literature. Submissions are now being accepted for Volume XIII on Canon Formation and Exclusion: Hispanic Women Writers. Contributions should observe MLA style and should be accompanied by High Density diskettes, in either Word Perfect $.1/6.1 ot Mackintech, a prerequisite for publication. Authors whose works are accepted for publication should be subscribers for atleast the year in question. Subscription rates for the MONOGRAPHIC REVIEW/REVISTA MONO- GRAFICA vary according to the number of pages. Pre-publication price for the next number is $35.00; foreign, $45.00 Back Numbers, $40.00; foreign, $45.00 Make checks payable othe Monographie Review Classical & Modern Languages Texas Tech University Lubbock, Tx 79400-2071 Phone (806) 742-3145, FAX (806) 742-3306 E-Mail: WUGIPBTTACS TTUEDU nographic Review Revista Monografica Volume XII HISPANIC TRAVEL LITERATURE 1996 CONTENTS Introduction by the Editors “Algunas notas acerea de la categoria medieval de relatos de viajes César Dominguez ocesesveevceecerseeseese “The Question of Authorship and Purpose in Columbus’ Barcelona Letter” Elizabeth M. Willingham ...+. 02.0000 “"Main Roads and Detours in Antonio Ponu’s Vine de Expata” Pamela Phillips ‘ “El canto a América de Emilia Serrano, Baronesa de Wilson’ John Dowling . a “Unhealthy Retums: 1868 in Valle incén’s El rucdo itérico” Denise DuPont... . : "Fl comercio del vsjeo: paises de fosep Pla” “The Loving Tourist in Kate O'Brien's Farewell Span’ Mary 8, Vasquez... wt “"orca's Impresianes ypaisnjes: On the Road to Immortality” Francesca Colecchia ...... Coming to America, Moving Through Mexico: Motifs of Travel, and Border Crossings in Manuel Altolaguirte’s Literature of Exile” Francie CateArties ....- “"2] Homo Rodans de Remedios Varo y Otros Textos para Viajeros Curiosos” Carlota Caulfield 6.0. 45.4- sa eveane Th ‘The Travel Writing of julio Camba” Maria Dolores Costa ...+.0csc0seseseeseeeseeeteeee 154 “Amrca de cabo a rao de José Lisis Castllo-Puche” ‘Concha Alborg . + 166, “La elaboracién atistca de Camtinando por las Hurdes: metéfora, leitmotif y unidad” Edward T. Gurski . exsveseoved IF “Connotaciones Intertextuales del Viaje por el Tinel del Tiempo en Avila de José Jiménez Lozano” Francisco Javier Higuero . "Carmen Kurta’ El visje as Quest Narrative” Roberta Gordenstein “Bhlargo viaje de Jorge Sempre’ José Ortega “Literatura de viz cde Makbera” Janis Breckenridge “Exploring New Worlds: Eduardo Daun “Un viaje por EI ro del olpiéo”™ ‘Agustin Otero... 4 “Cristina Feméndez.Cubas! “Con Agata en Estambul: Traveling into Mist and Mystery” Kay Pritchett “Alonso Ramirez Gives the World a Spin Dale Pratt .......c.0. wis ne secereosey ay PSB “i vigjey la memoria como vehiculos de produccién cultural en FT lazarillo de ciegos camtinantes” Mariselle Melendez ......0.2002+260ssccecceeeseese ere 269 “Voice to the Visited: Indigenous Presence in the Guatemala Travel Writings of the Abbot Brasseur de Bourbourg and Alfred Valois” Linda Ledford-Miller 286 ““Pormaciones cronotépicas en un Viajero hispano-americano del Siglo XIX en los Estados Unidos: Benjamin Viewka Mackenna” Lillanet Brintrup “Fronteras interiore vie ierra adentro”” Jalidn Pérez | erorenser 01H = 201 a1 parodiada y subvertida a través de un capitulo 218 “Colonialismo y aculturacién en El informe de Brodie’ de Jorge Luis Borges y El entenado de Juan José Saer” Vivian Plotnik sss e0.scseeeseees . “Writing Paris: Topographies of Desire in Latin American Urban Identity” Mary Schwartz... "Viajes reales y ficticios: Roberto Arlt su descripcién del Oriente” Victoria Cox . a “tistria secrete de una novela de Vargas Llosa o La casa verde y el viaje de “retomo alo natural’ en la ‘novela de la selva’ hispanoamericana” Jorge Marcone . “"Loimpenetratle: La vota al paraiso ferrenal” Wa-Ki Fraser de Zambrano. “Olga Nolla's La segunda hija: The Real, the Imaginary, the Physical pes eee eereescorsan ere MOB. = 355 = 368 379 = 398 ADA MARIA ELFLEIN: VIAJE AL INTERIOR DE LAS IDENTIDADES! MONICA SZURMUK University of Oregon En este trabajo analizo una serie de crénicas de viaje publicadas por ‘Ada Maria Eiflein en el diario La Prensa de Buenos Aires durante el otofio de 1918! Las tnicas otras crénicas de viaje que aparecian ese afio en La Prensa ademés de las de Elflein eran escritas por otra mujer — Marfa Luisa Solano— desde EEUU. El espacio de Europa en el dia- rio estaba representado por la columna “El conflicto bélico” que era ppublicada a diario y para la que La Prensa ten‘a corresponsales exclusi- ‘vos en Europa, Este desplazamiento de interés — de Europa al interior de Ia Argentina — es también sintomatico de otro fenémenc: el surgi- miento de un incipiente movimiento nacionalista preocupado por res- catar elementos de la nacionalidad que velan sucumbir ante el embate inmigratorio, Los representantes més importantes de esta primera ge- neraci6n nacionalista eran Ricardo Rojas, Manuel Galvez y Leopoldo ones. ‘Ada Marfa Elflein, habja nacido en Buenos Aires en 1880, el afio en que la ciudad se transformé en capital del pais, En ese mismo afio, Julio Argentino Roca, el general responsable por el masivo exterminio {de indigenas en la llamada “Campafia del Desierto,” asumié la Presi- dencia del pais e instituys una agresiva politica para atraer inmigran- (es europeos. El rol de transformar en argentinos a los descendientes de esos inmigrantes europeos le fue otorgado a la escuela normal, in- stitucion importada por Domingo Fatistino Sarmiento al pafs en la dé- cada de 1860. La escuela normal formaba maestras mujeres, la mayorfa 337 338 Monographic Review / Revista Monogréfic, Vol. XI de ellas hijas de inmigrantes, a las que luego se les asignaba el rol de formar nuevas generaciones de argentinos. Muchas mujeres pasaron de la docencia a la Universidad y se formaron en las profesiones libe- zales. Un grupo de estas mujeres profesionales se reunieron para for- ‘mar una versién local de! movimiento feminista y onganizaran el Primer Congreso Feminista Intemacional en el pais en 1910. En ese aito, Jas feministas entraron en conflicto con ofro congreso de mu- jeres—el Congreso Patridtico de Sefioras. El Congreso Feminista era de ideologia cosmopolita, liberal y laica; el Congreso Patristico represen- ‘taba la tendencia tradicional, nacionalista y catélica. En 1910, Ada Maria Elflein participé en ambos congreses. Producto cella misma del normalismo y de la profesionalizacién de la mujer, El- flein descreia del cosmopolitismo de tas feministas y compartia la preocupaciones naconalistas de las participantes del Congreso Patriéti- ‘co. Es en este contexto que la figura de Ada Maria Elflein es intere- sante para estudiar las intersecciones de las probleméticas de género y nacionalidad como estaban planteadas en Ia Argentina de ese momen- to, Elflein es tradicionalmente vista como una nacionalista a ultranza aun cuando un andlisis detallado de su obra muestra areas de desa- cuerdo muy grandes con los nacionalistas de la época especialmente ‘en temas de género sexual. Por otro lado, sus diferencias con las femi- nistas de la época podrian indicar un nivel de antifeminismo exagera- do. Asi la imagen de Elflein maestra normal, pueblerina y rodeada de nifios que a menudo se presenta en textos escolares tiene poco que ver con Elflein misma y mucho con la imagen que ella misma construyé de si misma en los intersticios de lo que la sociedad de la época le per- miitia, Joan Riviére definié la femineidad como una mascarada, como un disfraz. muchas veces consciente que las mujeres eligen para pre- sentarse y a la ver ocultarse y crearse un espacio dentro del mundo patriareal. En su andlisis de Gabriela Mistral como personaje, Licia Ficl-Mata investiga minuciosamente cémmo Mistral usa un discurso pa- tiarcal sobre los espacios a los que la mujer puede acceder para crearse a sf misma un espacio donde los patrones de ese discurso pa- triarcal no la puedan tocar. Segtin Fiol-Mata, Mistral se hace eco de la ideologia heterosexista y procreacionista y se presenta como la macs- tra de América, la madre del continente para, en utima instancia, ten- er permiso para no ser made, para no ser esposa, ¥ para ser lesbiana, ‘Con matices, Elflein utiliza téonicas parecidas a las de Mistral. Como Mistral, se define como maestra, pero no ensefia y tiene en con- creto apenas meses de experiencia docente antes de dedicarse por ‘Szurmuk 339 completo a Ja literatura. En su vida privada, Elflein se presenta como ‘una mujer soltera que vive durante décadas con una amiga insepara- bile, relacién que Julieta Gémez Paz. bidgrafa de Elflein define come la ‘unin de dos huérfanas en una casa grande pero que puede interpte- {arse més adecuadamente como una relacién lesbiana. Elfein nunca hhabla por supuesto de su vida sexual pero estimula ampliamente a las mujeres “a lanzarse a viajar, no diré solas, pero de dos, o tres, 0 cuatro, independientes y movedizas, olvidadas de prejuicios y falsos escripu- los, valientes, briosas” (Abril 28, 1918). Ella misma siempre viajara con ‘su compafiera y dirigird excursiones de mujeres a sitios insdlitos para ese tipo de delegaciones en esa €poca como a escalar montafias 0 rea lizar cruceros. Leyendo los relatos sobre estas excursiones se hace dificil relacionar a Eiflein con sus companteros de generacién como Gélvez, Rojas 0 Lugonees. Elfiein comparte con ellos la preocupacién sobre la nacionali- dad y sobre la educacién de los nifios inenigrantes (como Elflein mis- ma) para transformarlos en buenos ciudadanos argentinos. Leyendo Jos textos nacionalistas de Elflein, por otto lado, se hace dificit relacio- rrarla con las mujeres feministas de primera generacién en Argentina como Cecilia Grierson y Julieta Lanteri. Solo en la interseccién de am- ‘bos discursos: el nacionalista por un lado y el feminista por otz0, po- demos dar sentido a las preocupaciones de Elfein con la patria y con Jos roles femenincs. Por un lado, en Flflein se nota la preocupacién con la patria y la nacionalidad que era parte del discurso dominante de la ‘década del 1920 en Argentina, Biflein alimenta este discurso con innu- merables leyendas, tradiciones y cuentos para nifios. Donde Elflein se distancia de este discurso es en el rol de la mujer como madre abnega- da, esposa fiel y maestra sumisa. En esa area su compromiso con fos logros del movimiento normalista es inclauidicable. Es por eso que lo ‘que ella presenta en sus textos es la manera de despojar al nacionalis- mo de los elementos retrogrados'y sexistas que limitaban la partici- ‘pacién de la mujer en la vida pdblica. Las crénicas de viajes publicadas en La Prensa son un excelente ‘ejemplo de cémo Ada Maria Elflein integra los discursos de la nacién y del género sexual. Por un lado Bifiein utiliza la narrativa de viaje como _género para abrir, para hacer conocer al puiblico portefio aspectos de la realidad interior del pais. A diferencia de las mujeres de la primera generacién. feminista cuyos modelos eran siempre europeos, Flflein rescata el interior como un lugar del que se puede y se debe aprender. La narrativa de viajes ha sido el género por excelencia del encuentro 340 ‘Monographic Review / Revista Monogrifica, Vol. XII con el otto, y en este casola otredad esta representada por el interior, la barbarie, la Argentina oculta, para user s6lo unos pocos de los miil- tiples calificativos que se han usado para hablar det interior, de lo que no es Buenos Aires, de lo que no es el litoral, de lo rural. La sierra como el elemento fisico més sabresaliente del paisaje que describe El- flein en sus vifietas, se presenta como extranjera, como una versiGn an- acrénica de la nacionalidad, como testimonios del pasado, simbolos de cultura y de nacionalidad que en iitima instancia deben desaparecer ‘Para que tenga cabida la nacién moderna Elflein entonces describe el interior como la prueba palpable de la cexistencia de la nacionalidad pero se apresura a ubicar a esta naciona- lidad en un lugar anacrénico con respecto al presente det que ella proviene, Con un tono netamente sarmientino, Flflein rescata la di- cotomia civilizacién y barbarie: Pronto dejamos atrés los pésimos caminas del gjido y nos hallamos en la campafa, donde segrin historica frase politi- a, todo suele ser camino, Atravesdbamos la regién medi- terrénea argentina tipica: esa zona arenosa, espinosa, seca, en cuyo suelo podria caer el diluvio sin dejar huellas, donde el viento se calienta y el sol arde furioso, zona que en mi ha ejercido siempre una fascinacién quizé atévica (Abril 21, 1918) Una caracteristica de la prosa de Elflein ¢s la insistencia en la pre- sentacién del interior como naturaleza en oposicién al litoral que siemn- [pre est representado por los elementos teenol6gicos de la moderni- dad: el tren, el regadio, el capital, la escuela normal: PPor siglos ha caminado a través de nuestros campos la tro- pa de carretas y por siglos més caminard lenta, serena y ppintoresca hasta que la via férrea triunfe sobre ella..(Absil 17, 1918). Bl contraste entre el interior que se describe como “nuestro”, adkemis de por supuesto lento, anacrdnico, sereno y pintoresco y el elemento modemizador del ferrocarril avasallador y triunfante es claro. En su intento de construir lo que Benedict Anderson ha llamado una “com nidad imaginaria,” Elfein aisla los elementos de lo que considera la nacionalidad y los transforma en simbolo. Como escritora de textos es- ‘Seurmuk 341 colares, Elflein haré lo mismo. La patria se transforma en una serie de simbolos que no tienen otra funcién que existir precisamente como simbolos vacios de vida real, El interior debe modemizarse para inte- grarse a la nacién modema y dejar de vivir lo “criollo” como vida co- ftiente y relegarlo al espacio del imaginario en la cultura, la iconografia, la literatura, El peligro del campo, lo que Sarmiento consideraba el riesgo de la barbarie toma en Elflein otra significacion cuando la barbarie toma el cariz de una barbarie masculina donde las mujeres tienen un espacio tradicional y marginal. La barbarie es una barbarie masculinizada. La ciudad se feminiza y se muestra camo el espacio privilegiado para la mujer modema. Los roles de género ilustran la distancia temporal que Eiflein delimita entre el tiempo de la narrativa y el anacronismo con el que describe el orden de las provincias serranas: “Pareciamos a veces,” es- cribe Elflein, “estar en un hogar colonial como lo describen los viajeros de otras épocas” (Abril 21, 1918). Elflein luego describe en detalle el ser atendida y mimada y termina con una descripcién de la siesta, a casa cexrada, fodos durmiendo plécidamente. La nostalgia que permea la descripcién, sin embargo, aerta al lector sobre las caracteristicas an6- ‘malas de la situacién. La nostalgia agrega distancia, ubica al presente narrado en el pasado. La siguiente vifieta sobre la misma ciudad — San Francisco del Monte — describe la contrapartida de la plécida situaci6n narrada anteriormente. Fl ¢je de la descripcin esta dedicado a la escuela normal “en la que tantas esperanzas cifran los hebitantes de San Francisco y de toda la campafa..” (Abril 28, 1918) Para insistir sobre Jo anacrénico de! pueblo, Elflein insiste en que es un Inger en el ‘que pasar “una temporada agradable” (Abril 28, 1918). La placider esté teftida de pesar. Elflein y su compaftera se sienten invadidas por ‘esa “malaise” que muchos viajeres describen al entrar en contacto con 1 otro, No es casual, entonces, que la partida de ese higat se narre vio- Jentamente: “No se la trag6 (€l lobo de Fenris) aquella noche, pues el isco lurminoso (la luna) brillaba pl4cidamente sobre San Francisco, cu- ando nuestros caballes cruzaron al galope sus calles olfateando la que- rencia” (Abril 28, 1918). La combinacién de la leyenda alemana clésica del lobo de Fenris y etérming criollo “querencia” sirve para distanciar a Elflein como narradora del lugar que se narra. El uso modemista de la leyenda alemana sirve para exotizar atin més a San Francisco. Los caballos reemplazan aqui al automévil que Elflein y su amiga usan para el resto del vigje y prestan asf virilidad a la escritora y su com- 32 Monographic Review / Revista Monogrifica, Vol. XIt ppatiera que se masculinizan y cruzan las calles “al galope,” distancidn- dose xipidamente de este orden colonial que las limita como mujeres. Es interesante que Elflein use el sustantivo “querencia,” una versién criolla de la melancolia y de la nostalgia como un elemento fisico que puede ser aprehendido por los caballos que la olfatean. La querencia se transforma entonces en una nueva expresiGn de la melancolia en ‘que las reas menos desarrolladas del pais sumergen a Elflein. Fl uso del término “querencia” un eriollismo por excelencia argentiniza la ‘melancolia y la tranforma en un indicativo de nacionalidad. ‘Para escapar de la melancolia, las ciudactes deben seguit el ejemplo de Buenos Aires: asada la primera impresiGn de interés que despierta todo Jo nuevo, nos sentimos en la ciudad capital de la provincia, ‘adios por Ta melancolia> La edificacién chata, las calles flanqueadas de tapias de adobe y sin aceras a dos pasos del ‘centro, escasos y pobres los sitios de recreo, la catedral en el mismo estado semi

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