Está en la página 1de 9
por st patie, se siente ast comprendido, su necesidad de onside. raciGn positiva se satisface, por lo que reacciona también positiva- mente. Esto revierte como hecho gratificante para el primero, por Jo que ninguno se siente amenazado y no necesita entonces defor. ‘mar Ja pereepeién de to comunicado. La relacién progres sobre bases cada ver mis realistas, Jo cual le da cierto carécter terapéutico, especialmente para algunos de los sujetos, que evolu- cionan entonces hacia un mayor acuerdo interno. Tal hecho se com= prueba fuera del marco profesional, en ciertas relaciones positivas entre amigos, maestros y alummos, étc., con lo que se consolida la validez. general de los principios relucionales rogersianos. Luego, parece posible que la aplicacion de estos principios a foda relacisn hhumana traiga un mejoramiento sefialado en el vasto campo de Jas relaciones interpersonales, con la ventaja de que tal i objetiva y cientificamente elaborados, pucden ser s tante investigacién y perfeceionamiento. 174 Capitulo 15 LOS GRUPOS DE ENCUEN A medida que fue ereciendo en ef ambiente psicoterdpico la con: viccién sobro la efectividad de los grupos terapéuticos, nacié 1a idea de acrecentar ésta y extendor ademis las aplicaciones de In terapia grupal a diversos campos de Ins relaciones humanas. Como resultado de tal tendencia, surgicron los grupos intensivos de muy variados tipos, especialmente en los Estados Unidos (T-group, encounter-group, sensitivitytraining, marathon group, etc.). ‘Tam. bign portenecen a este tipo de grupos los workshops 0 labotatorios de relaciones humanas enfocados sobre liderazgo, educacidn, coun seling y otros as Rogers se ha dedicado en los ulti ‘mos afios especialmente al desarrollo ¢ investigacién de estas mo- dalidades de interaccién humana, a las que considera “como la invencién social de expansién més rpida del siglo y quizd Ia més potente”. Estos grupos “potenciados” han sido aplicados, con re- tacos estimulantes, a muy diversos campos: industrias, univer- sidades, colegios, iglesias, entidades gubernativas, ete., en muchos paises, Historia, Poco antes de 1947, Kurt Lewin, en el Massachusetts Institute of Technology, desiaed que ef entrenamiento de habili- dades en relaciones humanas era un tGpico importante pero des- cuidado en el Ambito cducativo. Después de su muerte, se forms en 1947 cl primer T-group (I: training) en Bethel, Maine, que Inds tarde pasé a la Universidad de Michigan. El interés producido por Ia experiencia determiné Io ereacién en Washington de los National Training Laboratories. Esta entidad trabajé primero con empresarios y cjecutivos de la industria, formando grupos de entre- 175 namiento para el desarrollo de habilidades en relaciones humanas. Se ensefiaba a los participantes a observar la naturaleze de sus interaeciones con otros y el proceso grupal mismo. Puclicron cons- totarse, entonces, profundos cambios individuales sobre todo refe- a plano det een interpersonal, ste fendmeno Mame ol6gico, Por esa épo- opens ym aarp wba ena foronuion de enoetjros personales pata la Administracién de Veteranos, en el Centro de Consejo de la Universidad de Chicago. Los aspirantes se reunian diatiamente, durante varias horas. Segdn relata Rogers “el objetivo era comprenderse mejor, tomar conciencia de actitudes ne cn la entrevista de consejo y relacionarse més constrectivamente” Tos organizadores buseaban asociar cl aprendizaje experiencial con cl intelectual en un proceso simulténeamente terapéutico para el aspirante, La experiencia fue francamente exitosa; Iiexo se con plomenté con laboratories (workshops) de verano. Esta orientacién hacia el desarrollo personal y terapéutico fue asoviada con Ja ton- dencia a mejorar Ia capacidad en relaciones humanas, que era la ota de los primeros T-groups. La combinacién de ambus tenden- segin Rogers, el miicleo del movimiento actual de lox grupos de eneuienteo. Fn otras palabras, estes grupos intensivos se fundamentan en dos vertientes: por un Tado la idea original de . asociada a Ia Psicologia de la Gestalt y, por otro, la terapia centrada en ef paciente (Gltimamente han surgido grupos de ene cuentro de otras orientaciones). Tales grupos, pues, propenden al entro bisieo” consigo mismo y con el projimo, lo cual, auten- ticando la relaciGn infrapersonal, madura y perfecciona la relacién lerpersonal. En estos momentos se observa una expansién ereciente de Tos grupos de encuentro, no sélo en Estados Unidos sino en otros patses (Alemanie, Japén, Francia, ete.). Rogers 1o explica por dos ra- zones: a) respuesta a la accién deshumanizante de nuestra cultura, bésicamente tecnolégica y competitiva. b) La mayor capacidad eco- némica que permite atender a fas necesidades psicolégicas de los individuos y los grupos. (Las clases pobres estin demasiado ocu- padas en ganarse la vida como para preocuparse por la soledad © incomunicacién.) La demanda de tos grupos de encuentro surziria por la necesidad de experimentar rel wciones mas intimas y rei 176 en las que Ios sentimientos ¢ ideas puedan expresarse libremente sin temor a ta censura, Estructuracién det grupo de encuentro. Los pavticipantes pue- dden ser dasconosidos entte si o no, como los miembros de un directorio, los compafieros de actividades diversas (industriales, ceducativas, etc.) También se forman grupos de parejas y de fan lias. El ivimero de miembros oscila generalmente entre 8 y 18, pero estos “pequefios grupos” pucden intervenir en laboratorios amplios, donde se alternan las reuniones aisladas de los “grupos pequefios", que mantienen su continuidad, con reuniones peris- dicas de todos los patticipantes (community meetings), que Tegan 1 sobrepasar el centenat, La edad de los miembros puede oscilar entte 17 y 65 aos, aproximadamente, pero lo importante ¢3 que ciocultural permita una amplia y libre comunicacién. cterfstica de los grupos de encuentro es la intensificacién de la experiencia grupal, merced a una fatima y prolongada convi- vencia de los participantes, Estos suelen reunirse junto con su lider, © lideres, durante varias horas un fin de semana; précticamente todo cl dia en la mayoria de los casos. O bien, las reuniones pueden ser diatias durante una o varias semanas. Se trata de grupos algo heterogéneos, relativamente inestructurados, que plantean sus pro ios objetives EL lider del grupo de encuentro. La actitud de los Kderes ia en funcién del enfoque doctrinario. En algunos grupos el lider es mis 0 menos “manipulative” (Gestalt-therapy y otros) ; en cambio, ef lider rogersiano evita cuidedosamente todo tipo de nipulacisn: debido al eriterio permisivo y amplio que informa Ja posicién interpersonal de Rogers, més su confianza bisica en Jes fucrzas autcnomes de desarrollo, individuales y grupales, el Tider rogerstano de grupos de encuentro aparece despojado de los caracteres directivos tradieionalcs que se asoctan a la imagen del lider geupal. Por ello, se lo ha rehautizado como facilitador, ya que su misi6n ¢s simplemente la de facilitar el encuentro bdsico, intea e interpersonal. Su actuaciin es lo menos parecido a la de un “técnico” o “experto” en grupos: tiende a liberar “cateliticamente”” Ja exprosién espontinea de sentimientos y pensamientos en fos participantes, coacentréndose en Ia relacién interpersonal del “aqui y ahora”. Se elude asi toda propensién a “‘intelectualizar” la expe- riencia personal y grupal. En la interacciéa comprometc lo més 7 auténticamente posible su personalidad real, creando vn clima de seguridad y vorismo en el grupo, lo cual propicia la confianza re proc que permite la libre manifestacidn de los participantes. Estos van experimentando progresivamente 1a aceptacin del facilitador y de los compafieros, 10 cual conduce a la autoaceptacidn “tal como uno es”. El facilitador, por su actuacién real y esponténea, ayuda a disolver el temor a los cambios psicoldgicas, necesarios para cl desarrollo de la personalidad. Se consigue ast un grado mayor de apertura a la comunicacién junto con una comprensién creciente de las intcrinfluencias que se dan en la dinémica relacional del ‘grupo. Este proceso est matizado por catarsis emocionales, a veces muy intensas, asf como por introvisiones espontiinens. Tn conse cuencia, las pautas estereotipadas de conducta ast como las escata Hgidas de valores son sustituidas, en mayor o menor grado, por otras, tactualizadas y flexibles, Naturalmente, y como se vord mais ade Tante, este proceso de desarrollo no cursa por lo comin de manct plicide. Pero Ia actitud realista y aceptadora del facilitador ayuda soricar los escollos. Ninguna direccién es impuesta al grapo: sto se ve asi obligado a elegir su derrotero. Tal liberiad ofrecida por el faelliador, si biew ae cierta dosis de angustia, ee progres Vamente aprovechada para In manifestacién realista de Jo sentido yy pensado; por otto Indo promueve la astncién de responsabilidad ‘en los participantes en cuanto al curso de Ia experiencia de cuentro. Al respecto, Rogers dice: “Creo que mi retaja de todo interés en dirigir puede tener una influencia iby os demés”. Siendo una condicién del facilitador Is oi varfan los desempefios segtin las diversas. personalida ilustracién es interesante consignar lus caracteristicas de Rogers en el papel do facilitador, enunciadas por & deseo realmente set facilitndor respecto de cierta persona y en ‘otro momento trato de arriesparme exponiendo algsin uspecto micvo de mi mismo. Me siento realmente responsable hacia Jos mierabr pero no por ellos, Truto de estar presente con toda mi persona, tanto en los niveles afectives como intelectuales”, A semejanza del psico- rerapeuta centrado en el paciente, cl favilitador rogersiano se apoya en a comprensién empatica y emplea cl reflejo. Modiante éste ‘busca ademds resumir exposiciones prolongndas y avlarar otras complejas, resaltando siempre las significaciones personales €e lo manifestado (“de modo que usted siemte...", “usted cree én y Falla 178 “usted considera que. ..”, etc). El facilitador tiende a expresar sus propios sentimientos persisientes hacia un individuo determi nado o todo el grupo, incluso traténdose de un fastidio particular ante algin miembro, Pero no sc stjeta a una regla fija; a voces hho expresa su disusto si no lo cree oportuno. El facilitador suele Ccomunicar sus fantasias respecto de uno © més miembros, lo cual Frecuentemnente desencadena profundas respuesias emocionales introvisiones. De este modo las defensas de los participantes no son alacadas con interpretaciones, pero si se sacuden ale une fexpresién auténtica como “usted me da rabia” 0 “lo eavidio en El facilitador evita, pues, constantemente, las interpre- tacioncs y juicios valoratives sobre lo expresado on el grupo: cuando ello ccutre, proviene de los participantes mismos. Para tste tipo de lider, 1o importante no es Ia interpretacién o el étulo Gientifico de una vonducta, sino Ja posibilidad de que los miembros sientan y expresen sus emociones euténticas. Puede suceder que el facilitador se halle penosamente afectado por algin problema personal; on tal caso, Rogers considera que no debe usar el tiempo fet grupo para expresar sus problemas propios, pero por otro lado Seffala que, al no expresarse, provoca dos consecuencias negativas: 4) en esas condiciones no atiende bien al grupo, y 6) el grupo puede percibir la prescupacién de! facilitador y sentirse culpable, fin saber bien por qué razin. El tacte y autocomprension del fact Titwdor deberdn indicarle la conducta a seguir, Ia cual es espeeitica ia siluacién y grupo particular, El facilitador rogersiano, emplear una comunicacién intelectual y exclusivamente cxpresa fisicarnente en lo posible: si estd inquieto, camina, o cambia de asiento, se tira en el piso si lo desea. Si el Contacto fisico Io sicnte “real, esponténeo y apropiado” (Rogers) fo aplica. Asi llega a besar y abrazar a un miembro en estado de conflicto, con naturulidad. Por supuesto, estas condu jetan @ ninguna regla “té&nicu”, sino que emanan de fa ps lidad genuina det facilitador . "Todo lo expresado en cl grupo es considerado vatioso por el facilitador en Ia medida en que valore a los miembros, punto clave de {a actitud rogersiana, Para

También podría gustarte