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3. gPuedo actuar como facilitador de un grupo? ‘Cuando terminé el capitulo que se referia al proceso de los grupos de encuentro, pensé que el siguiente paso légico ‘era escribir acerca de «a facilitacién de los grupos de en- cuentron, Pero, simplemente, no conseguia que cristalizara fen mi, y demoré mas de un aft en ello. Pensaba de continuo fen los muy diversos estilos de coordinadores que he conoci- do y con quienes he compartido el liderazgo de grupos. Un capitulo de esta indole, a causa desu brevedad, tendria que ‘estar tan homogeneizado que, hasta cierto punto, todas sus verdades sorian también falsedades, Reduje entonces mis aspiraciones y_ pensé escribir sobre «oni manera de facilitar un grupo», esperando que con ello estimularia a otros para que hicieran lo mismo. Pero luego de una charla mantenida con varios facilitadores, muchos de los cuales pertenecen a nuestro euerpo de especialistas —charla que enriquecié en todos sus aspectos la presente exposicién—, ese tema quedé, asimismo, descartado. Adver- ti que conservaba atin el tono del trabajo de un experto en Ja materia, que no es mi interés acentuar. Creo que el pre~ sente titulo capta mi verdadero propésito. Deseo escribir con toda franqueza acerca de mis esfuerzos come facilitador en un grupo, y expresar en la medida de lo posible mis vir- tudes, defectos y vacilaciones al intentar desempefiar con eficacia el honesto arte de las relaciones interpersonales. ‘Trasfondo filoséfico y actitudes previas ‘Uno no entra en un grupo como una tabula rasa. Por lo tanto, quisiera enunciar algunas de las actitudes y eonvic- ciones que me son inherentes. ‘Cuando existe un razonable clima de facilitacién, confio en que el grupo desarrollard su propio potencial y el de sus a at sta capacidad del erupo consitaye UD 54 motivo de reverente respeto. Quiza como corolurio de esto, she ido promoviondo, en forma gradual, una gran confianza ‘eneel proceso grupal, Hs indudable que esta confianza es si milar a la que llegué a depositar en el praceso de terapia in- dividual facilitado més que dirigido, A mi juicio, el grupo se rece a un organismo consciente de la direccién en que se encamina, aunque no pueda definirla de manera intelec- “tual, Esto me recuerda un filme cuyo tema correspondia al campo dela medicina, el cual, en cierta oportunidad, me impresioné profundamente. Sc trataba de una pelicula mi- erofotogrifica que mostraba los movimientos aleatorios de Jos gldbulos blancos en el torrente sanguineo, hasta que surgia una enfermedad provocada por una bacteria. Enton- ces, de un modo que sélo podria describirse como intencio- nal, se dirigian hacia esta, la rodeaban, la devoraban poco a poco y destruian, y volvian luego a desplizarse sin orden ni concierto. Se me ocurre que, en forma analoga, un grupo re- conoce los elementos malsanos en su proceso, se centra en ellos, los esclarece o elimina, y se transforma en un grupo ms sano. Esta es mi manera de decir que he visto manifes- tarse «la sabiduria del organismo» en todos los niveles, des- deta célula hasta el grupo. . Ello no significa que cualquier grupo logra «éxito»,! 0 que el proceso es idéntico en todos los casos. Un grupo pue- de empezar desplegando mucha actividad inexpresiva, y dar apenas pasitos hacia una mayor libertad. Otro quiza comience en un nivel muy espontneo y sensible, avanzan- do largo trecho on el camino que conduce hacia el maximo desarrollo do su potencial. Crao que ambos movitiontos om cada grupo, aun peremalinentedistnate dens ds en forma’nay ihstints mente disfrute de los dos poo lta de las actitudes se relaciona con Ins finalidades. “or lo general, no pienso en una meta espeeffica para un &rupo determinado: abrigo el sincero deseo de que giga su 1yQués Qué significa «tener éxito»? Por el mom 48 dofinieiin muy simple, Sin mes después que e grupo ha dejado Sezeunitee algunos participantes consideran que constivuyé una expe pieteia insatistactoria y curente de significado para ellos, o que les in- pain dav del cual we nthe recuperando todavia, el grupo no tuvo 0F cierto, éxito en su caso. En cambio, si la mayoria de los miembros Piensan que fue una experiencia gratificadora que, de alguna manera, contribuyé a eu desarrollo, est SBrtribuy6 a ou desarrolio, estime que eabe sostener que ha aleanzade ‘0, me conformaré con 5B ropio rumbo. A veces, a raiz de alguna ansiedad o parciali- fad personal, me propuse que un grupo aleangara una mela especifiea. Cuando algo ast ocurrié, 0 bien el grupo desba- rato ese propésito, o bien pasé conmigo el tiempo suficiente para que yo lamentara de veras haber pensado en wna meta especifica. Hago hincapi¢ en los aspectos negatives de las metas espectficas porque, al par que desco evitarlas, también espero que en el grupo se produzca algin tipo de movimiento procesal, y creo incluso que puedo predecir algunas do las probables direcciones generales que tomar, aunque no una especifica. Para mi, esto representa una diferencia importante. El grupo se moverd, de eso estoy se- guro, pero seria prestintuoso pensar que puedo o debo diri- gir ese movimiento hacia una meta especifica, Por lo que puedo observar, este enfoque no difiere en el plano filos6fico del que durante aifios adopté en la terapia individual. No obstante, mi comportamiento en un grupo es a menudo muy distinto de lo que era cn una relacién biper- sonal. Atribuyo esto al desarrollo personal que se experi. menta en los grupos. ‘De ordinario, no otorgo importancia alguna al problema de qué le parece a otra persona mi estilo de facilitacién, En ‘ose sentido, lo habitual es que me sienta bastunte compe: tente y cémodo. Por otra parte, sé por experiencia que puc-{ do, al menos durante un tiempo, sentir celos por un colider que aparenta ser mejor facilitador que yo. Mi esperanza es liegar a ser en cl grapo, en forma paulatina, un participan- tey un facilitador a la vez. Bs dificil desoribir esto sin dar la impresion de que desempefio de modo consciente dos pape- les disimiles. Si observamos a un miembro de un grupo que actia en forma sincera, tal como es, veremos que, por mo- mentos, expresa emocionos, actitudes y pensamientos cuya finalidad principal es facilitar el desarrollo de otro miem- bro, Otras veces, con idéntica autonticidad, expresard sen- timientos 0 preocupaciones cuya meta obvia es correr el riesgo de un mayor crecimiento. Esta tiltima deseripcién se aplica también a mi caso, salvo que ‘tiendo a ser mas a me- nudo Ia segunda clase de persona —o sea, la que se arries- ga— en las tiltimas fases del grupo y no en las primeras Cada faceta constituye una parte mia real, de ninguna ma- nera un rol. Tal vez sea titil presentar aqui otra breve analogia. Si estoy tratando de explicar alyiin fendmeno cientifico a un nifio de cinco afios, mi terminologia y hasta mi actitud se- 56 ran muy diferentes de las que usaré si explico lo mismo a un joven despierto de dieciséis aos. {Quiere decir esto que desempetio dos roles? Por supuesto que no; significa, sim- plemente, que han entrado en juego clos facetas 0 expresio- es de mi personalidad roal. De modo similar, en un mo- pento determinado deseo verdaderamente ucluar como fa- cilitador con alguna persona, y en otro, correr el riesgo de descubrir algiin aspecto nuevo de mi mismo. Creo que la forma en que desemperio mi funeién de faci- itador es significativa para el grupo, pero que el pracesg grupal.es mucho mis importante que mis declaraciones o mieonducia tends lugar si yo no lo obstaculizo. Bs ndu- jue me siento responsable ante los at - file que ent repos one tony que me P articipantes, pe En un curso académico que estoy conduciendo a la ma- nera de un grupo de encuentro, mi gran anhelo es tener presente a la persona en su totalidad, que ella aparezca en sus modalidades afectivas y cognitivas. Lo mismo ocurre, _ Sg dletio grado, en cuslquior grupo. Nov Gierio grado, en cualquier grupo. No me ha resultado fa- cil conseguirlo, pues, en cualquier instancia determinada, casi todos preferimos una modalidad a la otra. Sin ombar- go, esto constituye una manera de ser que para mi encierra mucho valor. Trato de progresar yo mismo—y que también Jo hagan los grupos donde actiio como facilitador— con mi. ras a permitir que la persona integra esté presente en for- ma cabal, con sus ideas y sentimientos —los sentimientos imbuidos de ideas, las ideas imbuidas de sentimientos—. En un seminario realizado hace poco tiempo, y por razones ‘que escapan en parte a mi comprensién, todos los que inter- veniamos lo logramos en tin grado sumamente gratificante. Funcién de creacién del clima . Suelo comenzar un grupo de un modo muy poco estructu- rado, quizas haciendo tnicamente un simple comentario, tal como: «Sospecho que, al finalizar estas sesiones grupa- les, nos conoceremoe nos a otros mucho mejor que ahora obien: «Estamos listos para empezar. Podemos hacer de es- ta experiencia grupal exactamente lo que deseemos»; 0 bien: «Me siento un poco inquieto, pero me tranquilizo de flguna manera cuando los miro y comprendo que todos nos smos embareado en lo mismo. . 10 dnieo que puede ser serps de gulia es 1a respuesta del sujeto, y a veces nos ente- ‘ramos por ella de que quiere seguu ui con la realimentacié Glentrentamiento,porpenseoqueleresilte. Expresién de los propios problemas Si, en determinado momento, me in tacione con ni vida privada, no fusion upresao tae sae po, pero tengo sobre el particular algo asi como una cierta eonciencia profesional, pues siento que si se me paga para aug uml la misicn de faelitador, dbo Solucronar mis 1S graves consultando a mis colabora¢ gi erapouts,y no ceupar con alo ol Trompe del grup sea demasiado cauto on relacién con esto. En un 50, con Un grupo de profecores que se reun‘a una vez por s mana y funcionaba en forma lenta, ereo que mi conducta realmente los defraudé, Bn algin momento, me senti may Breocupado por un problena personal, pero considers que al grupo y me abstuy. Suunto. Al vor las cosas de manera retsoepectiva: pienso que nada habria facilitado mas el proceso grupal que mani. festar mi estado de zozobra; los habria ayudado asi a ser mas expresivos. paseo nate siento bre par oxprosar mis problemas pero . jadas dos lamentables conseciencias. Ex primer lugar, no eecucho a lr dems enda forma mis adecuada, En segundo lugar, diversas experiencias me han iado que los miembros del grupo tienden a percibir mi intranquilidad, y piensa i intranguilidad, y iongan que, on cierto modo, son ellos Evitacién del planeamiento previo y de los «ejercicios» na Ttio de evita todo procedimientoplancado de antema »; Lo artifici: produce verdadero rech: i a cuales procedimiento de esa indolt, los avembeos acl grupo deben conocerlo tanto com el faclitador,y ellos mi mos tienen que decidir si desean o no usar ese enfoque. En oportunidades, cuando me he visto frustrado o el 67 grupo parecia haberse detenido en cierto nivel, he probado aebjoar lo que llamo «artificios», pero muy poeas veces ello Gia vesultado, Es probable que esto se deba a que yo misme no tengo fe en su utilidad. Es posible bosquejar un procedimiento a los miembros del grupo, pero lo que Tlegue a ocurrir sera problema de Gio En un grupo que se mostraba muy apatico, sugeri que thtentasemoe salir del aburrimicnto haciendo lo mismo que fen otros grupos: formando un cireulo interno y otro ‘externo, de manera ta) que cada persona del circulo externo se dis: pusiera a manifestar los vordaderos sentimientos del indi: Prguo que tenia delante. El grupo no prest6 atencién alguna amisugerencia y prosiguié como si yo ho bubiera dicho una s alabra, No obstante, al abo de una hora, un hombre caplo Ur aspecto eentral de este «artificion y recurrié a él, dicien- Go: euiero hablar en lugar de John, y expresar lo que yo creo que realmente ‘esté sintiendo. Durante los dos dias posteriores, otros: miembros utilizaron este recurso por lo pepnos una docena de veces, aunque de manera personal y ‘espontanea y no como un expediente burdo o rigido. Mara mi, nada es «truco» sise produce con auténtica es- pontaneidad. Por consiguiente, el juego de roles, ol contact corporal, el psicodrama, ejercicios ‘como el que he descripto J otros diversos procedimientos pueden ser utilizados st permiten expresar Jo que se siente realmente en un momen: to determinado. ‘Como corolario de lo anterior, podria decir que la espon- tanvidad es el elemento mas precioso y huidizo que conozco. KR veces hago algo de modo muy espontaneo y resulta de eu tna oficacia; en otro, siento una gran tentacion de repetir tas misma conducta —«en forma espontanea»—, ¢, inexpli- cablemente, fracasa: es obvio que no ha sido realmente es- pontanea. Bvitacién de interpretaciones o comentarios acerca del proceso Formulo escasos comentarios respecto del proceso era pal, ya quo estos tienden a hacer que el grupo se sionta mo- Pogie. aminoran su movimiento y dan a los miembros la Sonsacion de que son objeto de escrutinio. Ademés, tales co- mentarios implican que no los veo como personas, sisto co- 68 mo una especie de conglomerado, y no es en esa fe > , forma que querer con ellos. Si se efectiian comentarios de esa na- {uraleza, es mejor que provengan esponta gin integrante. wi spontaneamente de al- Arig? la misma opinién en cuanto a los comentarios s0- bro el proceso de cada individu. Para mi, por ejemplo, la experiencia de sentirse competitivo y de experimentar en forma consciente ese sentimiento es més importante que el 6tulo que ponga el facilitador a dicho comportamiento, Sin embargo, no me niego a que ua participante haga algo pa- recide cuando le asiste una razén para ello. Por ejemplo. jerta vez un profesor se quejaba de los estudiantes que siempre quieren que les contesten sus preguntas, y las for- mulaban continuamente. Sogtin él, no tenian suficiente confianza en si mismos. Me preguntaba con insistencia, una y otra vez, qué hacer respecto de ellos. Por dltimo, un miembro de! grupo opind: «Se diva que ti nos brindas un buen ejemplo de lo que es, precisamente, motivo de tus tages. Esto result muy tttil fo tiendo a indagar qué puede e: f seonderse detras de la tonducta de una persona, y tampoeo hago alusiones al . Entiends que una interpretacion de la causa del tomportamionts individual jam‘ puode ser ota cosa que alto nivel; sélo puede pesur cuando est sustentoda por la experiencia de alguien que goza te auton tidad. Pero no quiero verme envuelto en esa clase de det pense. Yo nunca formularia una declaracién de esta indo- 2 que tti acttias de esa manera 6 ‘Pienso jactancios: tesientes inepto como hombre» , sporane Potencialidad terapéutica del grupo Aprendi que k 1b a e los miembros de un grupo son tan terapéu- tinnoe ean ete mas atin— cuando surge en luna rave, en Ja cual un individuo manifi wna conduela psieética o acta en forma extrafia. De vooen tuando cl profesional cae en la trampa de ls rtsloa y pie aa, por ejemplo: «Bata es una conducta sin duda parano pervo ‘iende asia establecer cierta distancia y tratar ala Persona omg si fuera més bien un objeto, Sin embargo, Jos BBiembros del grupo, ms ingenuos,contindan relaciondn- ne individuo perturbado como persona, y, de actier- 69 . ‘ : joncia, esto es mucho mas terapéutico. Po? do con mi experioncia, esto | eorapéutio, Por fen aquellas situaciones en las qu Font ea tuna eonducta a todas luces patoldxica, confi iduri fi Ta mia propia, y, con sabiduria del grupo mas que en Ta mis y-con on Sabidanedo profindamente sorprendido por la caps: cidad terapbutiea de sus integrantes, Beto na ince ot 0 ‘es, al mismo tiempo, alentador, Inumnildos J ender el mereible potencial de ayuda jue posee Inpersona comin, carente de una formacién especial, cua dovse sionte en libertad de utilizarlo. Movimientos y contactos fisicos i i de la manera ovimientos fisicos, me expreso a dc nepontinea posible. Por mis. antecedentes, no me sien: wo muy Hiberado al respecto, pero si estoy inquieto me evan to, me dosperozo y me muevoy si deseu cami de Lugar con otra persona, se lo sugiero, Cualquiers puode ventarss © ce sus necesidade: : tenderse en oi suelo si eso satisface sus necesidades sions nte, no promuevo particularment ae aoe acticipantes: sé de algunas facilitadores que con wen hacerlo con gran soltura y eficacia : seen pendide pogo a poco @ xesponder con él contacto f- sico cuando este me parece autentio eee gue habia 16 Ilo siente. En un casa, una joven s¢ ec} ia Sofiado que nadie la quoxia en el grupo; entonces te atracé, § y console, Si veo que una persona sufre, y siento el Heese a2 acercarme a ella y todearla por los hombros a ha- jo sin vacaciones. Rito que no intentopromouer 260. siente esta clase de cone 5 per eee ‘ee muestran mas libres y sueltas en este as specto. Fl punto de vista de tres generaciones ‘ibis idad de dis- és de escribir lo antedicho, tuve oportunidad de ct peeetre Ja comunicacién no verbal yel contacto fico on mi i de Fuchs, y con un - con mi hija, Natalie Rogers ¥ COM ne aha te universitaria. tas, Anne B. Rogers, estudiante universitaria; Natatie ha ido con frecuencia funciones de en fos: Anne acababa de participar en un grupo de encuer 70 tro, experiencia que juzga muy valiosa, Ambas estaban de cepeionadas por la falta de énfasis con que yo habia tratado estos temas, ¥ se me ocurrié que el intento de reproducir sus observaciones daria la perspectiva de tres generacio- nes, dentro de una familia, acerca del problema del contac- tofisico y otros medios de comunicacién no verbales. Lo que sigue no es una transcripeién literal, sino un relato mas 0 menos fiel de la opinién sustentada por ellas en nuestras conversaciones, Para que se advierta con claridad que ellas hablan por si misinas, las transeribo en primera persona En primer lugar, habla la seriora de Fuchs, «En mi calidad de participante en los grupos, saqué gran provecho de diversas experiencias fisicas y no verbales. Fue asi que luego me senti més libre para aplicarlas en los grupos donde actué como facilitadora. Veo que los miem- bros del grupo aprecian mucho esas nuevas formas de co- municacién, y ofrecen en ells gran cantidad de datos para su examen ulterior. »Siempre participo yo misma en cualquiera de las experien- cias de este tipo que inicio. Personalmente, no me resulta fécil indicarles a las personas qué deben hacer, o incluso sugerirselo, pero la tarea se me alivia al conceder a todos la oportunidad de optar en cualquier momento por abstenerse de realizar tales ejercicios. Si participo en un grupo, quiero tener libertad de eleccién, arriesgurme a hacer algo que se ‘me sugiere o no. No me gusta recibir drdenes, de modo que no las imparto. . »Creo que nuestra cultura sufre una terrible limitacién con respecto a este asunto del contacto. Sélo le asigna un signi- fieado: el sexual, ya sea heterosexual u homosexual. Al in- terpretar el contacto fisico de este modo, nos privamos de una gran dosis de afecto y apoyo. Empero, el grupo ofrece un ambiente seguro dentro del cual el individuo puede pro- bar de vorrer estos nuevos riesgos y discernir sus sentimien. tos acerca del contacto. Una mujer quizé descubra que quie- re recibir un abrazo paternal de un hombre al cual dobla en edad, o bien que experimenta sentimientos homosexuales. hacia otra mujer, o que determinado hombre la atrae sexual- mente. Todos estos sentimientos son aceptables. En vez do temor a sus emociones, puede efoctuar elecciones racionales, basadas en los sentimientos que acaba de descubrir. »Considero importante que los ejercicios no verbales llenen las necesidades presentes del grupo, o satisfagan su estado a do énimo o el de algunos de sus integrantes. Si los miem- bros estén en la etapa inicial de eonocimiento y confianza jutuas, sujiero hacer algo que los ayude a revelarse ante Jos demas en un nivel relativamente profundo. »Por ejemplo, es frecuente que las personas comioncen por Dresentarse de acuerdo con las pautas que se siguen en un Pocktail-party: “Soy una madre, una esposa, una trabajado- ta social". $i esto predomina, podria sugerir que cada per- fona dibuje un autorretrato o imagen de si misma abstrac- tos. Los dibujos se fijan en la pared y se dan explicaciones. “Este es mi aspecto iracundo —el revoltijo rojo, aqui—; la mayor parte del tiempo se reprime, pero, vean ustedes, es- talla aqui y alla’. >Los miembros del grupo pueden formular preguntas acer- ta del retrato, pero no permito que sc hagan interpretacio- nes. El objeto del ejereicio cs revelarse uno mismo. >A veces, utilizo estas instrucciones para ayudar al grupo a que se conozca con rapidez: “Parece que nos cuesta trascen- der la forma socialmente aceptada de conocernos unos a otros. Sugiero a quienes deseen ensayar algo nuevo que de- mos una vuelta en torno, presentandonos con un apretén de nanos, usando nuestros nombres de pila y estableciendo un contacto visual”. [Pocos minutos después:] “Dejen ahora de utilizar palabras, estréchense las manos y mirense a los ojos”, [Mas tarder] “Dejen ahora de estrecharse las manos y encuentren otra manera de saludarse”. »La gente obtiene mucha informacién util respecto de si misma y de los demas, la cual, si no se emplea en la discu- sién inmediata, se usa como referencia en sesiones poste- riores. pHe comprobado que la caminata a eiegas —en la cual una persona guia a otra cuyos ojos estén vendados—constituye un modo ttil de enfrentar las actitudes de uno mismo con respecto a la dependencia. Ademas, he empleado muchos cjereicios Hamados “de confianza”. Para mi, lo importante es que estos no sean meros juegos, como Jos que se realizan en las fiestas, sino que se los emplee en el momento apro- piado y se cxploren los sentimientos. »Co-dirijo un grupo de conciencia sensorial compuesto por ‘adolescentes alienados, Utilizo muchos procedimientos de- satrollados en Esalen, Participo también de las sesiones se manales terapéuticas del grupo, en calidad de asesora. En Jas “horas de terapia", nos ocupamos sabre todo de las expe- tieneias del pasado —relaciones en el seno de la familia, 72 tropiezos, actitudes hacia la escuela y Ia sociedad— La e periencia de conciencia sensurial parece consti mn ituir un com- plement dela terapia, Pone de relieve las cosas positivas dela vida: Ia legria de ole, tocar sor consciente, aqui y al otro ser humano. Saca ah c shore otro luz la parte afectiva de »Cierto dia, un muchacho pan dia, u ho purecia bastante ajeno a todo, muy solitario. Le pregunté si podiamos hacer algo para lo. grar que participara, Respondié: “Bueno. .. esta ha sido una semana de mucho trajin, en casa y en todas partes. Lo que quisiera, en realidad, es que me masajeen el cuerpo", Dicho esto, se tendié boca abajo y los demas lo rodearon y masajearon en forma concienzuda y carifiosa Demostrs sentir el afesto que sole dispensaba. »A menudo ocurren cosas espontineas no ve : bales, 8: coordinador del grupo establece la norma de que las, scaoe ngs de esa indole estén permitides. »En un grupo de adultes, un hombre solicita 7 solicitaba realimenta- eid de los otros. Estos manifestaban con palabras y sin ambages ss pereepciones. Mo impresionaba como wn ser solitaric, emeroso y pasivo, tanto por su postura (ee habia sentado en un rincon) como por lo que nos habia dicho on 8 anteriores. Cuando me tued el turno, le pedi i a f Je pedi saliora del rineén y se ubicara frente a mi, donde yo pudiera respondesle en forma mas directa. No pude resistir el im- Pulao de darie un suave empujén. Se inclind hacia atré, y vi a empujarlo un poquito. Retrocedié mas todavia. Co- meneé a encjarme, y le di un fuerte empellén en el hombro No intereambiamos palabra alguna, pero nos mirdbamos de hito en hito. Por dltimo, se defendis, y luchamos y force- jeamos hasta que advert que no lo podia deribar. Kise be 2efici mucho con la experiencia, yyo también, Creo que, al menos por ub tiempo, se sinti6 mas hombre ' »Casi siempre hablamos durante ‘del i un rato del significad Ser fienen para nosotros los contactos fisicos y no verbales, oa fe ocurre que vuelven a producirse varias clases de tprendizae, Quinds uno de los mas importantes sea yue el ¢ “desexualiza’. Esto no significa que pie1 das comnotasionessexuales, sino que estas infurtden mods to mor y el contacto fisieo adquiere nuevos significados, Ade- tis, hace que los individuos se formulen esta pregunta en elplano dela experiencia: “Deseo de verdad estar cerea de souteene? Por Gltimo, puesto que es mucho mas facil aucar” a otros —~e incluso a uno mismo-~ con las pala- 73° bras, las experiencias no verbales plantean el interrogante: «Soy sincero? {Digo lo que siento cuando hablo, o slo soy real en mis acciones?”. He aqui algunos de los valores que encontré en esta clase de experiencia grupaly. Con esto termina el relato de Natalie, que corresponde al punto de vista de una facilitadora. "Transcribo a continuacién el de Anne, mi nieta, vincula- do con los movimientos corporales de un grupo de encuen- tro que se reunié durante un fin de somana, y en el cual ella sintié por primera vez suficiente confianza, dentro de un grupo de personas, como para expresarse con libertad en ese plano. Al igual que en el caso de Natalie; se trata de una reconstruccién parcial de nuestra conversaci6n. «Uno de los miembros del grupo, John, habia realizado ex- periencias de psicodrama,y movimiento corporal en grupos previos. Al principio, provoes la hostilidad de todos, pues parecia sentirse superior, pero al final de nuestra sesion Vespertina inicial, todos nos desplazamos hacia el centro de a habitacion —quiza haya sido é1 el primero—, formamos tun apretado montén de cuerpos, nos rodeamos unos a otros ‘con los brazos y nos balanceamos hacia atras y hacia ade- Jante, cerranda los ojos. Fue una sensacion extraordinaria, y, al dia siguiente, todos nos sentimos mis libres para esta biccer contacto fisico cuando lo desedramos, »Seria dificil puntualizar en detalle los medios fisicos que uutilizamos para expresar nuestros sentimientos. A veces hos sentibamos muy juntos, sobre el piso; en algunas opor- tunidades lo haciamos tomados de la mano. Hubo otras en que los miombros que se detestaban se empujaban entre si gon fuerza. En una oportunidad, se produjo una furiosa lu- cha que nos hizo correr de un Jado a otro, para proteger a cualquiera de ambos contrincantes, o a la habitacién si era necesario, Pero habia también movimientos muy tiernos; personas que se abrazaban y se demostraban carifio. Ade- Inds, practicamos una “caminata de confianza”. En deter- minado momento, expresamos nuestros sentimientos a la facilitadora hamacdndola con suave vaivén. Una tarde Ile gamos a sentirnos tontos y también expresamos so, jbai- Tando en cireulos, como los monos! Era divertido dejar que las cosas se manifestaran como iban viniendo. »Habia en nuestro grupo des hombres que sentian miedo ‘quténtico al contacto, Uno era casado y, en cierto modo, 4 pensaba que tocar o demostrar sentimientos tiernos Iujeres del grupo implicaba un ato do infidelidad hacia 9a esposa. Fue cambiando poco a poco con respecto a esto. El otro era un muchacho tenso, pareeia creer que si no contro- Jaba sus emociones con firmeza —en especial, su ira y sus.

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