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UNIDAD 5 – PRINCIPIOS DE LA ORGANIZACIÓ N

ADMINISTRATIVA
BUROCRACIA
- Burocracia: mediante esta expresió n se quiere indicar, al estamento o sector personal de la
organizació n -empleados, funcionarios- que cumple con su tarea conforme a determinados
procedimientos, precisamente denominados burocrá ticos. Al modelo de organizació n que
identifica al tipo de funcionamiento del grupo organizado, basado en aquellos procedimientos
cumplidos o llevados a cabo mediante dicho personal, se los denomina, organizació n
burocrá tica. Nace en Francia, Buro=oficina, Cracia=poder, se utiliza, para designar a la
organizació n administrativa, o sea para designar al conjunto de personas que ejercen
determinadas competencias con una finalidad de interés pú blico.
- Tecnocracia: Es el sistema social en el cual los gobernantes “se justifican a sí mismos por
apelació n a los expertos técnicos, quienes, a su vez, se justifican a sí mismos por apelació n a las
formas científicas de conocimiento”. Se caracteriza por una racionalidad técnica, que es
correspondiente a los objetos que se utilizan y al resultado. Ademá s, es flexible, jurídica e
irreversible. La tecnocracia es una especie de la burocracia.
POTESTAD ORGANIZAORIA DE LA ADMINSITRACION
La organizació n administrativa es la estructuració n de ó rganos y atribució n de competencias. El
conjunto de normas relativas a la estructura técnico-jurídica de la administració n pú blica: Su
composició n, funcionamiento, atribuciones, principios y limites
La administració n está organizada por distintas potestades hay una disposició n racional para cumplir
con cada fin.
La organizació n administrativa debe prescindir de las normas que surgen del Congreso y de la
facultad que posee para crear entes descentralizados en concurrencia del congreso y el poder
ejecutivo. Salvo que la CN le otorgue la competencia exclusiva al Congreso.
Límites a la actividad de la administración.
Unos de los principios que caracteriza a la funció n administrativa es el principio de juridicidad se
ejerce conforme a todo el bloque jurídico que la regula: CN, tratados, leyes y reglamentos (como
normas generales) y los criterios que surgen de las sentencias judiciales y de los precedentes
administrativos. La costumbre puede servir para cuestiones de organizació n administrativas, pero
nunca para imponer deberes a los administrados. Estos límites está n: en INTERES PRIVADO para
proteger los derechos de los particulares y en INTERES PUBLICO: para proteger a la comunidad. Los
límites a la actividad administrativa para la protecció n de los derechos de los particulares está n dados
fundamentalmente por los derechos reconocidos por la CN, el principio de razonabilidad, el principio
de los derechos que emergen de la soberanía popular, el principio de reserva o de intimidad, etc.
Regulació n de los derechos privados que surgen del derecho civil, comercial y laboral.
Límites al interés público.
Surgen también de los principios constitucionales, de las leyes y de las normas técnicas y se aplican
con mayor o menor intensidad segú n se trate de actividad reglada (Cuando la norma jurídica
predetermina la conducta del administrador en cierto sentido, debe hacer tal cosa, tiene que actuar en
la forma que la norma prevé) o discrecional (El ordenamiento jurídico le otorga al administrador
cierta libertad de elecció n, la libertad de elecció n no puede ir má s allá de las posibilidades que el
sistema jurídico le brinda).

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Nunca puede haber discrecionalidad para ambas cosas al mismo tiempo, sino hay ausencia de norma,
(para la situació n de hecho y para el curso de acció n).
En cuanto las facultades son regladas el límite surge de la ley, cuando la actuació n es discrecional los
limites surgen en primer lugar de los principios generales del derecho contenidos en la CN (expresa o
implícitamente), otro límite a la discrecionalidad administrativa es la Regulació n inversa: regulació n
de nuestros derechos, otro límite es la llamada Regulació n técnica: no se pueden desconocer las
normas que surgen de las otras ciencias.
Por ejemplo: la avocació n del superior no procede cuando la competencia del inferior esta otorgada
por razones técnicas.
ACTIVIDAD INTER ORGÁNICA E INTER ADMINISTRATIVA
Dentro del ejercicio de la funció n administrativa, la actividad será Inter orgá nica cuando se da entre
ó rganos, se da entre dos o má s ó rganos de una misma administració n, de un mismo sujeto de derecho.
Toda la actividad dentro de la organizació n será siempre Inter orgá nica, porque está dentro de la
organizació n. Pero en cambio la actividad será interadministrativa cuando se da entre 2 entes
descentralizados o má s, o bien entre entes descentralizados y la administració n central. La actividad
Inter orgá nica produce efectos jurídicos dentro de la administració n, es jurídicamente relevante, pero,
no puede producirlos respecto de los particulares. La actividad interadministrativa si puede producir
efectos respecto a otros sujetos de derecho. La actividad Inter orgá nica es en relaciones entre ó rganos
de una misma administració n de un mismo sujeto de derecho. La actividad interadministrativa es
actividad entre distintos sujetos de derecho administrativos.
EL ORGANO ADMINISTRATIVO
El ó rgano forma parte del estado (persona jurídica pú blica estatal) y aunque no es sujeto de derecho
(no tiene personalidad jurídica) tiene potestades para actuar en el mundo jurídico. Existen 2 teorías
que analizan el ó rgano administrativo:
1. Teoría unitaria: quienes adoptan esta teoría (Cassagne) sostiene que el ó rgano es só lo uno,
pero tiene dos elementos:
a. Elemento Objetivo: es el conjunto de facultades y poderes que tiene, es decir su
competencia.
b. Elemento Subjetivo: es la persona física titular de ó rgano (llamada agente) que a través
de su actuar forma, interpreta y ejecuta la voluntad administrativa. El lugar que ocupa
esta persona física dentro del estado se llama cargo.
2. Teoría de los dos órganos: otros autores (Gordillo), consideraran que existen dos ó rganos:
a. Ó rgano Objetivo: es el conjunto de facultades y poderes que tiene, es decir su
competencia.
b. Ó rgano Subjetivo: es la persona física que ejerce esa competencia
Es má s acertada la postura de Cassagne ya que los ó rganos por separado no tienen autonomía, por
ende, se necesitan los dos elementos, el objetivo y el subjetivo.
Clasificación de los órganos.
Según la estructura.
Por su origen:
- Ó rganos constitucionales: (nacen de la CN: presidente, ministros, etc.)
- Ó rganos administrativos: (nacen de las leyes: Direcció n Gral. Impositiva)
Por su integració n:

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- Ó rgano unipersonal: (integrado por una sola persona como el PE, cuyo titular es el presidente),
o pluripersonal (integrado por varias personas: Corte suprema de justicia)
- Ó rgano simple: (integrado por un solo ó rgano que puede ser unipersonal o colegiado) o
complejo (integrado por 2 o má s ó rganos unipersonales o colegiados)
Según la función que cumplen:
- Ó rganos activos (emiten y ejecutan los actos administrativos como el PE)
- ó rganos consultivos (emiten actos internos como informes o dictá menes para asesorar al PE,
los cuales no deben cumplirse obligatoriamente porque estos ó rganos no tienen poder de
decisió n)
- ó rganos de control o contralor (vigilan los actos de los ó rganos activos, ya sea a través de una
autorizació n o aprobació n).
TEORÍA DEL ÓRGANO.
- Teoría de la representació n. En primer lugar, se entendía que las personas físicas que
trabajaban en los puestos directivos o responsabilidad del estado eran representantes del
estado, el problema mayor se presentaba cuando estos actuaban de manera ilegal y generaban
dañ os, cuando se iniciaban las acciones de dañ os y perjuicios. Pero ocurre un problema: si el
estado era un sujeto de derecho que podía responder por sí mismo, entonces no le hacía falta
representació n, ¿pero si no era sujeto de derecho como es que podía otorgarla? Porque para
otorgar una representació n tengo que ser sujeto de derecho. La teoría no era suficiente desde
el punto de vista jurídico. Se utilizaba la defensa de que la representació n se usaba el contrato
de mandato, la persona jurídica era el mandante y el mandatario era la persona física. El
mandatario responde por los dañ os y perjuicios que ocasionaba en exceso de su mandato, por
eso cada vez que actuaba de manera ilegal nunca el mandante iba a ser responsable. En esa
doctrina del siglo 19 existía el escoyo de que las personas de existencia ideal no responden por
actos y hechos de sus mandatarios.
- Teoría del ó rgano. La doctrina alemana (Gierke), desarrolla la teoría del ó rgano desde un punto
de vista institucional, el ó rgano es un conjunto de competencias unitariamente reunidas. En
funció n de ésta, se consideraba que las personas físicas que trabajaban llevando adelante
cometidos de responsabilidad no eran representantes del estado, sino que eran ó rganos que
llevaban adelante la administració n y cuando éstos actuaban actuaba el estado.
- Teoría de la reiteració n. ante la existencia de una orden que el ó rgano inferior considera que es
ilegal, le manifiesta los reparos que le genera al ó rgano superior y si el superior insiste o
reitera la orden dada, el inferior puede incumplirla sin que esto implique ningú n tipo de
responsabilidad.
- Teoría del control material. se reconoce en el ó rgano inferior ciertas atribuciones de legalidad
de las ordenes impartidas.
Noción de órgano.
El ó rgano forma parte del estado (persona jurídica pú blica estatal) y aunque no es sujeto de derecho
(no tiene personalidad jurídica) tiene potestades para actuar en el mundo jurídico. El agente es la
persona física titular del ó rgano que a través de su voluntad les imputa a los entes del estado los actos
que realiza. El agente puede actuar de dos formas:
- Hacia afuera de la organizació n: en este caso el agente pasa a ser la organizació n misma,
perdiendo su individualidad porque no son sujetos diferentes. El agente no tiene derechos y
obligaciones propios, sino que ejerce los del ente
- Hacia adentro de la organizació n: en este caso el agente no pierde su individualidad y es
considerado un sujeto distinto de la organizació n: por un lado, está la persona jurídica y por el
otro el agente. Tiene derechos y obligaciones diferentes.
PRINCIPIOS JURÍDICOS DE LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA.
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La organizació n administrativa es el conjunto de normas que regulan las atribuciones, la composició n
y el funcionamiento de un aparato administrativo. En la administració n encontramos diferentes clases
de relaciones:
- De coordinació n: surge el principio de competencia
- De subordinació n: surgen los principios de jerarquía, centralizació n y descentralizació n.
- Entre ó rganos: surgen los principios de competencia y jerarquía.
- Entre entes: surgen los principios de centralizació n y descentralizació n.
Podemos decir que los principios fundamentales son cuatro: jerarquía, competencia, centralizació n, y
descentralizació n.
1. JERARQUIA.
Es la relació n que existe entre ó rganos sistemá ticamente subordinados y coordinados, o sea, todos los
ó rganos está n organizados dentro de un sistema, algunos son superiores y otros inferiores. La
jerarquía constituye una relació n entre ó rganos de una misma persona jurídica.
Esta relació n es Inter orgá nica, porque vincula a los ó rganos dentro de una misma persona publica,
cuando hay que definir a la relació n entre los ó rganos nos referimos a una relació n interrogantica,
cuando nos referimos a una relació n entre sujetos pú blicos nos referimos a una relació n
interadministrativa o intersubjetiva, como por ej. La relació n entre la administració n y el banco
central.
Si bien la jerarquía implica siempre una relació n, ella se basa en la preexistencia de una serie de
ó rganos, caracterizados por dos figuras típicas de toda organizació n: la línea y el grado. La línea
jerá rquica se forma por el conjunto de ó rganos en sentido vertical, mientras que el grado es la
posició n o situació n jurídica que cada uno de os ó rganos ocupa en dicha línea.
Los principales efectos que se derivan de la relació n jerá rquica significan para los ó rganos superiores
el reconocimiento de importantes facultades, tales como:
1. Dirigir e impulsar la actividad del ó rgano inferior, dictando normas de cará cter interno, de
organizació n o de actuació n y ordenes particulares.
2. Vigilar y controlar la actividad de los ó rganos inferiores a través de diversos actos y del sistema
de recursos administrativos
3. Avocarse al dictado de los actos que corresponden a la competencia del ó rgano inferior
4. Delegar la facultad de emitir determinados actos que correspondan a su competencia
5. Resolver los conflictos Inter orgá nicos de competencia que se suscitan entre ó rganos inferiores
6. Designar los funcionarios que ejerzan la titularidad de los ó rganos inferiores
Uno de los problemas es el relativo al deber de obediencia que tienen los ó rganos inferiores, que se
origina precisamente en el vínculo de subordinació n que los une con los ó rganos superiores de la
administració n pú blica. El deber de obediencia reconoce sus limitaciones y hay varias teorías:
a. La doctrina de la reiteració n, por cuyo merito el inferior tiene la obligació n de efectuar una
observació n si considera que el acto es ilegal, quedando desligado de responsabilidad si el
superior reitera el acto frente a su observació n
b. La doctrina que afirma el derecho de control material que se ubica dentro de aquellas posturas
que admiten el derecho de examen del inferior respecto de la orden del superior.
El poder jerá rquico tiene algunas manifestaciones, el superior dirige e impulsa la actividad del inferior
para ello dicta normas jurídicas de cará cter interno, en la que se dice a los inferiores lo que deben
hacer y realiza el control de la tutela administrativa.
La tutela administrativa busca asegurar la juridicidad del actuar de los ó rganos de la administració n y
este control (tutela) abarca el control de legalidad, como el de oportunidad mérito y conveniencia.
Habitualmente el control de la tutela administrativa se hace a través de vía recursiva. El superior
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también puede avocarse al dictado de actos de competencias del inferior, también puede delegar
competencias en el inferior.
La unidad deriva de la jerarquía y suple a la misma en los casos en que entre entes administrativos del
estado no haya relació n jerá rquica. Esto se da con la organizació n descentralizada, el hecho de que
haya entes descentralizados que no tienen relació n jerá rquica con la administració n central, no
significa que tengamos má s de un estado, sigue existiendo un solo estado, por el principio de unidad
de acció n, éste deriva de la relació n jerá rquica y suple a la misma cuando los entes administrativos no
tienen esa relació n jerá rquica con la administració n central. Sigue existiendo un solo estado con una
sola finalidad a cumplir. Eso es lo que asegura el principio de unidad de acció n. Se actú a para cumplir
con el interés pú blico, que es la finalidad por excelencia de la funció n administrativa.
La administració n só lo tiene sobre los entes descentralizados ésta (tutela administrativa), quiere decir
que la administració n tiene un control sobre ellos que no llega a ser jerá rquico, no puede modificar o
sustituir los actos de estos entes, só lo puede revocarlos o convalidarlos por razones de oportunidad,
mérito, conveniencia o legitimidad. Para determinar el alcance del deber de obediencia se barajan
diversas teorías:
- Obediencia absoluta: La voluntad del agente inferior desaparece, debe cumplir cualquier
orden que se le da y no es responsable por ello.
- Obediencia con derecho a examen: Inferior puede revisar los requisitos formales de la orden
y el contenido de la misma, si la orden no reviste los caracteres extrínsecos (de forma) que el
ordenamiento manda puede negarse a obedecerla, o si el contenido de la orden es violatorio de
derechos y garantías constitucionales también puede negarse a obedecerla. EJ:(El comisario no
puede ordenar al cabo obediencia de vida).
- Reiteración: Inferior considera que la orden tiene algú n defecto, entonces puede pedir que le
sea reiterada en legal forma, si la orden es reiterada con los mismos defectos, en principio el
subordinado la cumple y queda exento de responsabilidad.

2. COMPETENCIA.
En el plano de las organizaciones publicas estatales constituye el principio que determina, articula y
delimita la funció n administrativa que desarrollan los ó rganos y las entidades publicas del estado con
personalidad jurídica.
Desde otra perspectiva, la competencia puede ser definida como el conjunto o circulo de atribuciones
que corresponden a los ó rganos y sujetos pú blicos estatales o bien con un alcance jurídico mas
preciso, como la aptitud de obrara o legal de un ó rgano o ente del estado.
Competencia y capacidad.
Clase: “En el derecho privado, la capacidad ¿Es la regla o la excepció n? Art. 19 CN, nadie está obligado
a hacer lo que la ley no manda ni privado de lo que ella no prohíbe. La capacidad es la regla y la
incapacidad la excepció n.”
La competencia se distingue de la capacidad del derecho privado (donde esta constituye la regla o
principio general) por constituir la excepció n a la regla, que es la incompetencia. Es lo que se
denomina el postulado de la permisió n expresa.
La especialidad del ó rgano de que se trate no va a surgir de su propia voluntad sino de la norma
objetiva que establezca las finalidades para las cuales el ó rgano fue creado, o bien, de su objeto
institucional. De ese modo, el á mbito de libertad del ó rgano administrativo va a estar acotado por el
fin que emana de la norma y no por el que surja de la voluntad del funcionario.
Una vez determinada la especialidad, y dentro de sus límites, la competencia es la regla. Fuera de
aquella, la competencia es la excepció n. Este principio de la especialidad, no se verifica con relació n a
los actos de gravamen ni respecto de la materia sancionatoria.
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Sin embargo, el principio de la especialidad no desplaza la posibilidad de que la aptitud del ó rgano o
ente surja, en forma expresa o implícita, de una norma completa atributiva de competencia y ello es
conveniente en cuanto reduce el margen de actuació n discrecional de la administració n, brindado
mayores garantías a los administrados. En definitiva, el principio de la especialidad se vincula con el
fin de la competencia de cada ó rgano u ente, el cual surge no solo de las atribuciones expresas o
implícitas sino, fundamentalmente, de la enunciació n de objetivos, principio de normació n y de las
facultades inherentes que son aquellas que, por su naturaleza, fundamentan la creació n y subsistencia
y sin las cuales, carecen de sentido.
Existe una diferencia fundamental entre capacidad y competencia, pues, mientras el ejercicio de la
primera cae dentro del arbitrio de su titular, el ejercicio de la competencia puede ser obligatorio.
Naturaleza jurídica y caracteres.
La competencia configura jurídicamente un deber-facultad no existiendo realmente un derecho
subjetivo a su ejercicio cuando ella es desarrollada por ó rganos; excepcionalmente tal derecho existirá
si ella es invocada por sujetos o personas jurídicas publicas estatales. Los caracteres son los
siguientes:
1. Legal: Es legal porque, como regla general, en el á mbito del derecho pú blico, la regla es la
incompetencia y la regla es la excepció n. El ó rgano no puede hacer nada salvo aquello para lo
cual la ley le ha reconocido las atribuciones o facultades. La norma que autoriza al ó rgano a
ejercer las atribuciones, partiendo de esta premisa nos obliga a analizar el alcance de la norma
atributiva de competencia. A partir de esto surgen los postulados de la permisió n. Dentro de
los postulados de la permisió n lo primero que nos encontramos es el postulado de la permisió n
expresa, se parte de que el ó rgano no puede hacer nada, salvo aquello para lo cual se encuentra
expresamente facultado. La norma atributiva de competencia debe ser absolutamente
detallada, sino el ó rgano no podrá actuar porque será incompetente. Resultó necesario intentar
flexibilizar esto, por lo cual se desarrolló el postulado de la permisió n amplia, el ó rgano va a
poder hacer todo aquello para lo cual está expresamente facultado y ademá s todas aquellas
competencias que se encuentren inherentes o implícitas a la competencia expresa.
2. Objetiva: en cuanto surge de una norma que determina la aptitud legal en base al principio de
la especialidad.
3. Obligatoria: cuando el ó rgano no tenga atribuida la libertad de escoger el contenido de la
decisió n o el momento para dictarla. El ó rgano no puede decidir si ejerce o no la competencia,
está obligado. Es una competencia obligatoria porque hace su razó n de ser.
4. Improrrogable: lo cual se funda en la circunstancia de hallarse establecida en interés publico
por una norma estatal. Esto significa que la competencia tiene que ser ejercida por el ó rgano a
la cual ha sido atribuida y no por otro. Sin embargo, tiene dos excepciones:
a. Delegació n
b. Avocació n
Estas son técnicas transitorias de desplazamiento del ejercicio de la competencia entre
ó rganos. Son transitorias y desplazan el ejercicio de la competencia, no la titularidad de ésta.
Tanto la delegació n como la avocació n son técnicas inter orgá nicas, desplazamiento del
ejercicio de las competencias por un tiempo determinado.
5. Irrenunciable: perteneciendo al ó rgano y no a la persona física que lo integra.
Origen o fuente de la competencia.
La competencia puede tener su fuente en el reglamento. Tal es el criterio que surge de la LNPA y de la
jurisprudencia anterior.
Clases de competencia.

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La clasificació n de la competencia responde a la diferente manera como ella se atribuye y ejerce,
teniendo una significació n especial en cuanto se vincula con los criterios que determinaran el grado de
invalidez de un acto emitido en violació n de las reglas sobre competencia.
a. En razón a la materia. Su clasificació n reposa en la sustancia o naturaleza del acto conforme al
derecho objetivo (constitució n, ley y reglamento) que confiere una serie de atribuciones a los
ó rganos y sujetos estatales para la realizació n de sus cometidos propios. Rige el principio de la
especialidad que permite a los ó rganos y sujetos estatales realizar todos aquellos actos que se
encuentren vinculados a los fines que motivaron su creació n.
b. Debido al grado o jerarquía. Se denomina vertical y se encuentra vinculada a la jerarquía. La
organizació n administrativa se integra generalmente en base a una estructura piramidal, en
cuya cú spide se ubica el ó rgano superior, constituyéndose ademá s por un conjunto de
escalones jerá rquicos cuyo rango decrece a medida que se alejan del ó rgano superior. EL grado
es así la posició n que cada ó rgano tiene en la estructura jerá rquica.
c. Debido al lugar o del territorio. Se refiere a la determinació n de la competencia en base a
circunscripciones territoriales, que limitan geográ ficamente el campo de acció n de los ó rganos
y sujetos. Puede ocurrir que dos entidades tengan atribuidas idénticas competencias
constitucionales respecto a la materia, pero distintas debido al lugar.
d. En razón del tiempo. Se relaciona con el periodo de duració n de la competencia o del plazo o
situació n a partir del cual ella corresponda.
EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE IMPRORROGABILIDAD DE LA COMPETENCIA
La delegación. Distintas especies. Su procedencia.
La delegació n es una técnica que traduce la posibilidad de producir el desprendimiento de una
facultad por parte de un ó rgano que transfiere su ejercicio a otro.
Clase: “Es el supuesto donde el ó rgano superior desplaza el ejercicio de una competencia que le es
propia a un ó rgano inferior. Por ej. Un ministro puede delegar una competencia en un secretario, éste
va a poder ejercerla si ha mediado la delegació n, hay una transmisió n del ejercicio por un tiempo
determinado del ó rgano superior al inferior. Para que sea procedente es necesario que haya una
norma expresa que autorice la delegació n, la norma expresa.”
Hay dos especies fundamentales:
a. Delegació n legislativa: es totalmente extrañ a a la relació n jerá rquica. Se opera cuando el
legislativo delega, dentro de los limites que le marca la constitució n, el ejercicio de facultades
en el ejecutivo.
b. Delegació n administrativa: puede o no darse en el terreno de la relació n jerá rquica admite a su
vez dos subespecies:
I. Delegació n Inter-orgá nica: es la transferencia de facultades, por parte del ó rgano
superior al ó rgano inferior, que pertenecen a la competencia del primero. Se trata de
una técnica transitoria de distribució n de atribuciones, e cuanto no produce una
creació n orgá nica ni impide el dictado del acto por el delegante, sin que sea necesario
acudir por ello a la avocació n, pues la competencia le sigue perteneciendo al delegante,
pero en concurrencia con el delegado. Como la delegació n es un instituto de excepció n
que crea una competencia nueva en el delegado, ella requiere el dictado de una norma
que la autorice, principio que recoge el articulo 3 LPA.
II. Delegació n entre entes pú blicos
Las figuras de la suplencia y la sustitución.
La diferenciació n entre la suplencia y la delegació n viene caracterizada por la circunstancia de que en
la primera no existe propiamente una transferencia de competencia de un ó rgano a otro, sino que
consiste en una modificació n de la titularidad del ó rgano, en razó n de que el titular del mismo se halla
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en la imposibilidad de ejercer la competencia. La suplencia, en principio, no repercute en la
competencia del ó rgano cuyo titular no pueda ejercerla. Ella se efectú a ope legis, en forma automá tica,
siendo total a diferencia de la delegació n, que solo puede referirse a competencias concretas y
requiere una declaració n de voluntad del delegante.
La sustitució n se funda, en cambio, en la prerrogativa de control que tiene el ó rgano superior sobre el
inferior y procede en supuestos de deficiente administració n o abandono de funciones en que incurra
el ó rgano que es sustituido. La sustitució n configura una excepció n al principio de la
improrrogabilidad de la competencia siendo necesario que una norma expresa la autorice.
La intervención.
El control represivo que ejercen los superiores jerá rquicos, como consecuencia del poder de
vigilancia, puede acarrear que aquellos dispongan la intervenció n administrativa de un ó rgano o de
una entidad jurídicamente descentralizada. Este tipo de intervenció n, que no siempre implica la
sustitució n o reemplazo del ó rgano intervenido, se distingue de la llamada intervenció n política.
La decisió n de intervenir un ó rgano o entidad no puede ser arbitraria ni discrecional, debiendo
obedecer a causas graves que originen una situació n anormal que no sea posible corregir con el
empleo de los medios ordinarios y propios del poder jerá rquico.
Delegación de firma. Subdelegación.
La llamada delegació n de firma no importa una verdadera delegació n, en sentido jurídico, en virtud de
que no opera una real transferencia de competencia, sino que tan solo tiende a descargar una porció n
de la tarea material del delegante. En este caso, el ó rgano delegado carece de atribuciones para dictar
actos administrativos pro si, limitá ndose sus facultades a la firma de los actos que le ordene el
delegante, quien en definitiva asumen la responsabilidad por su contenido.
La delegació n de firma constituye un instituto de excepció n que requiere para su justificació n y
procedencia el cumplimiento en conjunto de dos condiciones:
a. Debe tratarse de actos producidos en serie o en cantidad considerable
b. El objeto del acto ha de estar predominantemente reglado, sin perjuicio de que reviste cará cter
discrecional la oportunidad de emitirlo y la elecció n de la alternativa escogida
En lo que concierne a la sub-delegacion hay que advertir que no resulta ló gico aceptar que la
transferencia de funciones pueda ser nuevamente objeto de una segunda delegació n por parte del
delegado, la cual, extendiendo el proceso, podría llegar hasta el ó rgano inferior jerarquía de la
organizació n administrativa. Por esa causa, la subdelegació n es, en principio, improcedente, salvo
autorizació n expresa de la norma o del delegante originario.
Avocación de competencia. Régimen legal.
La avocació n, que funciona en un plano opuesto a la delegació n es una técnica que hace a la diná mica
de toda organizació n y que, por tanto, asume un cará cter transitorio y para actuaciones determinadas.
Ella consiste en la asunció n por parte del rango superior de la competencia para conocer y decidir en
un acto o asunto que correspondía a las facultades atribuidas al ó rgano inferior.
Su razó n de ser radica en la conveniencia de armonizar el principio de la improrrogabilidad con la
eficacia y celeridad que debe caracterizar en ciertos casos a la acciona administrativa.
Clase: “Importa la asunció n transitoria del ejercicio de una competencia que corresponde a un ó rgano
inferior para que sea ejercida por un ó rgano superior. La facultad de avocarse de una competencia se
desprende de la posició n jerá rquica del ó rgano superior, la regla general es que le avocació n procede
siempre, salvo en tres supuestos.”

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¿En qué casos no procede la avocació n? Al respecto, el articulo 3 LPA prescribe que ella es procedente
salvo:
1. Que una norma expresa dispusiera lo contrario, es decir, que prohíba la atribució n de la
competencia.
2. Cuando la competencia hubiera sido atribuida al ó rgano inferior en virtud de una idoneidad
especial, ya que en tal caso la fundamentació n de esta figura no puede justificar la emisió n de
actos por parte de quienes carecen precisamente de esa idoneidad específicamente reconocida.
Por ej, la procuració n del tesoro de la nació n. El propio reglamento de la LPA prohíbe a los
ministros y ó rganos directivos de los entes descentralizados avocarse al conocimiento y
decisió n de un asunto cuando una norma le hubiera atribuido una competencia exclusiva al
inferior.
3. La competencia del ó rgano inferior surge directamente de la CN, por ej, refrendo que debe
hacer el jefe de gabinete respecto de los DNU o de los reglamentos delegados.
PERSONALIDAD JURÍDICA
Las personas jurídicas son entes que tienen aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones. La
personalidad jurídica pú blica es del derecho pú blico porque está regulada por el derecho pú blico,
constitucional en algunos casos, porque hay entes descentralizados administrativos de ascendencia
constitucional y en otros casos la personalidad jurídica es de derecho privado porque surge del
derecho privado civil y comercial.
Clases de personas jurídico-públicas.
Personas jurídicas de cará cter pú blico estatal
1. Estado nacional, Provincias y Municipio: El estado es el representante de toda la sociedad,
organiza a toda la sociedad jurídica, política y econó micamente. Por ente es primordial
reconocer su personalidad jurídica. En conformidad a nuestro sistema federal de gobierno se
debe reconocer la autonomía jurídica de las provincias y municipios integrantes de a la nació n.
2. Entidades autárquicas: organizamos que se han desprendido del Estado y que llevan a cargo
funciones propias de él, es decir, servicios pú blicos, por ejemplo, el banco central,
universidades.
Personas jurídicas de cará cter pú blico no estatal
Se les aplica el derecho pú blico, tiene un fin de interés pú blico, no son desempeñ adas por funcionarios
pú blicos y el Estado controla su actividad, aunque no pertenecen a él.
1. Iglesia Católica: proviene del hecho de que es el culto sostenido por la nació n y el profesado por
la mayoría.
2. Asociaciones de profesionales: por ejemplo, el colegio pú blico de abogados.
Personas jurídicas públicas y privadas. Criterios de distinción.
En virtud de que el artículo 33 del Có digo Civil só lo contiene una enumeració n de personas jurídicas y
privadas, resulta necesario precisar cuá l es el criterio de distinció n entre ambas categorías. Cabe
señ alar que son varios los criterios elaborados por la doctrina nacional y extranjera, cuya importancia
prá ctica es indudable, en atenció n al diferente régimen, predominantemente pú blico y privado,
aplicable a dichas categorías, segú n la naturaleza jurídica que corresponde aplicar en cada caso.
Los principales criterios tienen en cuenta estos aspectos:
a. La creació n estatal del ente.
Se sostiene que, como principio, los entes pú blicos son creados por el Estado, en tanto que los
privados lo son por los particulares, aun cuando su voluntad requiera ser integrada por el

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reconocimiento estatal. La excepció n a esta regla la constituiría la Iglesia. Este criterio, aunque
indicativo en algunos casos, resulta insuficiente, atento la posible existencia de entidades pú blicas no
creadas por el Estado y de entidades privadas creadas por éste. Estas ú ltimas, no só lo en el derecho
comparado sino también en nuestro derecho, si se acepta la creació n de entidades del Estado, con
personería jurídica del derecho privado.
b. El fin pú blico.
Segú n este criterio son personas jurídicas pú blicas las que persiguen un fin pú blico, o de interés
pú blico o de utilidad general, en tanto que las personas jurídicas privadas persiguen fines privados, de
interés o utilidad particular. Esta postura, si bien resulta también insuficiente dado que hay personas
privadas, como las fundaciones, que persiguen fines de interés pú blico, proporciona una pauta
importante a los efectos de decidir el encuadramiento del ente. Adviértase que, no obstante, segú n las
épocas y los lugares, varían los fines que pueden considerarse de interés pú blico, pero, ante el caso
concreto, no es tan difícil su distinció n con los fines o intereses puramente particulares, presentes en
las entidades privadas.
c. La existencia de prerrogativas de poder pú blico
Conforme con esta tesis, los entes pú blicos se caracterizan por el ejercicio de prerrogativas de poder
pú blico, de las cuales no gozan las entidades privadas. Así, por ejemplo, la facultad de recabar
contribuciones o de imponer la asociació n compulsiva de los miembros de una determinada profesió n
u oficio o la obligació n de contribuir a la formació n de su patrimonio (por ejemplo, el Colegio Pú blico
de Abogados de Capital Federal creado por ley 23.187).
Si bien es cierto que el principio señ alado tiene aplicació n en un gran nú mero de supuestos, el mismo
no es absoluto, ya que pueden existir entidades privadas con prerrogativas de poder pú blico
(concesionarios de servicios pú blicos), y entidades pú blicas sin esas prerrogativas (caso de algunas
que cumplen fines comerciales).
d. El grado de control estatal.
La distinció n se apoya en el tipo o grado de vigilancia que el Estado ejercite sobre el ente. Debido a la
importancia o fuerza de este contralor, la entidad será pú blica o privada. Es éste otro elemento de
juicio importante para decidir el cará cter del ente. No obstante advertirse que el mayor o menor
control es consecuencia y no causa de la naturaleza de la entidad, lo cierto es que, ante una
determinada regulació n legal, esta circunstancia dará una pauta de aquélla.
Luego del aná lisis realizado cabe concluir que los distintos criterios expuestos, aunque insuficientes
de por sí, suministran —en conjunto— importantes elementos de valoració n para llegar a caracterizar
a una persona jurídica como pú blica o privada. Sin desconocer, por cierto, que, en primer término,
habrá que atenerse a la norma contenida en el artículo 33 del Có digo Civil.

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