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El racionalismo

En la Edad Moderna la matemática se presenta como un ideal de ciencia, a partir de sus principios
se elabora una rigurosa construcción deductiva en base a la cual se organiza y se explican los
fenómenos de la naturaleza. Por ejemplo la ley del movimiento de Newton (F m a) que se
considera válida para cualquier sistema dinámico considerado, ofrece una definición de todos los
movimientos posibles que permite deducir un movimiento particular.

Así, un saber construido al modo matemático permite establecer sus propias bases y fundamentarse
a si mismo como norma del pensar, espera que a partir de estas normas se formulen las reglas
derivadas. El conocimiento al modo matemático es una forma de concebir las cosas, que parte de
principios elaborados por la razón desde los cuales las cosas se determinan. Constituye así el objeto
de manera independiente de la experiencia, desde principios a priori elaborados por la razón. Tales
principios son una construcción mental hecha por el científico que establece las condiciones de
posibilidad de la experiencia del objeto.

Desde allí, Galileo funda la física que tiene como punto de partida enunciados de la propia ciencia
con valor axiomático a partir de los cuales se explican los fenómenos de movimiento de los
cuerpos. Por ejemplo, el principio de inercia y la ley de gravedad.

Los filósofos del periodo de la modernidad rechazan el


argumento de autoridad como garantía de verdad de una
doctrinar y dan mucha importancia al sujeto individual en la
búsqueda de conocimiento. Dios deja de ser el centro de la
preocupación filosófica, como lo era en la edad media. El
hombre pasa a ocupar un puesto importante como sujeto del
conocimiento. Aunque no quiere decir que las cuestiones
religiosas y teológicas queden totalmente marginadas sino que
las tratan desde un punto de vista frecuentemente polémico y
crítico.
Por otra parte, y en relación con esta mayor preponderancia del
individuo como reflejo de los cambios sociales, la filosofía se
plantea la búsqueda de un nuevo fundamento para dar solución
a los problemas éticas y políticos.

En éste marco surge la posición racionalista de René Descartes (1596-1650), cuyo propósito es
construir una fundamentación del saber sobre principios verdaderos. Para esto necesita axiomas que
sean evidentes en si mismo, absolutamente primeros según el modo matemático.

Se llama axioma a una proposición en la cual aquello que se afirma no se toma o no depende de
otros conocimientos o proposiciones y no requiere ser justificado, pues la propia afirmación es
evidente e indudable y verdadera, lo que convierte en la base para fundamentar otros
conocimientos.

Tal proposición evidente es lo que Descartes quiere encontrar para fundar el saber sobre bases cuya
firmeza esté más ala de toda duda. Para ello aplicará el método de poner en duda todo saber.
Aquellos conocimientos que se presentan como dudosos y requieran de algún sostén sobre otros
saberes para poder justificarse, prueban no ser evidentes por sí mismos y por lo tanto deben ser
descartados. Este método llamado duda metódica es el camino para encontrar un conocimiento que
sea seguro. Para aplicarlo, Descartes no necesita dirigirse a los conocimientos mismos, sino a las
facultades mediante las cuales se los obtienen, a saber. Los sentidos y la razón. Así al hacer una
crítica del saber sensible y el saber racional se asegura de poner en duda los fundamentos mismos
de todo saber.

El conocimiento que nos aportan los sentidos son dudosos porque a veces nos conducen al error. El
conocimiento racional, en cambio, se apoya en ciertos principios como los de identidad, no
contradicción y tercero excluido que se nos presentan como evidentes al espíritu, es decir como
indudables y seguros. Sin embargo, si llevamos el método de la duda al extremo puede existir la
posibilidad de que un genio maligno nos induzca al engaño, dándonos seguridad sobre los
principios mismos del conocimiento racional, cuando en realidad son erróneos.

En éste punto, cuando todo conocimiento se presenta dudoso, Descartes advierte que todo el tiempo
ha dudado y si ha dudado ha pensado, de lo que no puede dudar es que piensa y si piensa, existe. El
pienso, existe se convierte así en la primera certeza. El yo pienso, es el punto de partida axiomático
que estaba buscando para construir todo el edificio del saber. Dicho axioma nos pone ante el primer
ente indudablemente existente, la actividad pensante, la res cogitans, en la que pensar y ser
aparecen identificados.

Descartes deduce de este axioma un criterio de verdad: una proposición es verdadera cuando se
presente a la razón de manera evidente y es evidente cuando es clara y distinta. Se entiende por
clara que se manifiesta directamente a la razón y por distinta la idea de algo donde no hay nada que
no le pertenezca a ese algo.

El sujeto que conoce debe cuidarse de afirmar o negar algo antes de haber llegado a la evidencia y
tener prevención respecto de los conocimientos que nos han llegado por educación o tradición. Solo
aquello que se haya examinado con la propia razón puede ser válido.

La res cogitans cartesiana es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, imagina,
siente. Esta cosa pensante es independiente del cuerpo y es más evidente que éste. Los estados o
manifestaciones de la razón son los pensamientos (imágenes de cosas, sensaciones, ideas, pasiones)
Las ideas son las cosas mismas en tanto pensadas (las representaciones).
Las ideas para Descartes se subdividen en:

Para el racionalismo se puede alcanzar el conocimiento de las cosas mediante la razón pues el
orden y la conexión de las ideas sería el mismo que el orden y la conexión de las cosas. El
conocimiento basado en la experiencia no constituye un fundamento para el conocimiento sino algo
que necesita ser explicado a partir de principios de la razón.
A partir de la modernidad comienza a imperar la idea de una razón ordenadora de la legalidad del
mundo humano y natural. Se afirma que el universo entero es racional y que la razón humana tiene
en su ser los elementos esenciales para acceder a las leyes que lo regulan.

El empirismo
Surge en Inglaterra con Francis Bacon, quien establece el principio de que toda ciencia debe
fundarse en la experiencia siendo la observación y la experimentación los puntos de partida seguros
para construir explicaciones científicas. Plantea que el único método valido para obtener
conocimiento es el inductivo.

Considera que el espíritu no nace con ideas ni posee contenidos originarios. El hombre al nacer es
como una página en blanco, que la experiencia va llenando. El espíritu se reduce a ser una mera
colección de ideas que se constituyen a partir de la sensibilidad.

Para Berkeley (1685-1753) el carácter constitutivo del ser, es ser percibido. Los objetos de nuestros
conocimientos son las ideas, las mismas se reducen a sensaciones, las cosas son combinaciones
perdurables de ideas, pero las ideas y sus combinaciones perdurables solo están en la mente, las
sensaciones son concretas e individuales, por lo que las ideas abstractas son ilusorias. Las ideas son
sensaciones u operaciones de la mente sobre sensaciones.

La distinción entre cualidades primarias y secundarias no es más que un error peligroso y la


expresión sustancia material es contradictoria o bien no significa nada, ya que todos los cuerpos que
forman la estructura del universo no poseen ninguna subsistencia fuera de la mente y su ser consiste
en ser percibido por el hombre.
John Locke (1632-1704) en su obra Ensayo sobre el entendimiento
humano sostiene que la experiencia puede ser de dos tipos:
1. Experimentamos objetos sensibles externos
2. Experimentamos las operaciones internas de nuestro espíritu y
los movimientos de nuestro ánimo. Consecuentemente las ideas pueden ser
simples o complejas.
Las ideas simples son;
Ideas de sensación: con un solo sentido (colores, sonidos, olores,
sabores, etc.) con diversos sentidos (espacio, figura, movimiento)
Ideas de reflexión (ideas de percepción, de voluntad, de distintas
facultades como; distinguir, comparar, combinar)
Ideas de sensación y reflexión a la vez ( ideas de potencia y
existencia)
Las ideas complejas son;
Ideas de modos: simples de los objetos de sensación (espacio duración, cantidad) o de los
objetos de ideas de reflexión (razonar juzgar) o mixtas (acciones morales).
Ideas de substancia: corpóreas, espirituales, de Dios
Ideas de relaciones: causalidad, Identidad.
David Hume (1716-1776) se pregunta cómo surgen los contenidos de
nuestra conciencia. Responde indicando que todos son, en último término,
percepciones sensibles, Entiende que existen dos clases de percepciones:
impresiones e ideas.
Las impresiones se perciben de modo directo y pueden ser:

Toda impresión se reproduce en una idea que la representa y toda idea deriva de una impresión
correspondiente. IMPRESIONES E IDEAS se diferencian solo por su vivacidad o intensidad,
siendo la impresión más intensa que la idea. Ejemplo la impresión de dolor es más intensa que su
recuerdo.

Además, Hume distingue dos clases de ideas: simples y complejas. Las ideas simples son copias de
las impresiones que permanecen en la mente después que ha ocurrido una impresión, y difiere de
ellas sólo en que son menos fuertes y vivaces. Las ideas complejas son las ideas que crea la
imaginación combinando ideas simples mediante asociación.
Las asociaciones se dan mecánicamente sobre la base de la semejanza, de contigüidad en el espacio
y el tiempo o bien sobre la constitución de ideas complejas, que pueden ser;

Recapitulando, el punto de partida del empirismo es la experiencia considerada como una sucesión
de percepciones diferenciables. Las percepciones son los únicos objetos de conocimiento. Las ideas
no es la representación de los objetos, sino una impresión, la cual no es representativa de ningún
objeto. Por ejemplo si tomamos el caso de silla, de la silla no tenemos una impresión, no vemos ni
tocamos a la silla en si misma sino a sus cualidades, es decir el color –marrón- , su dureza- madera-
su forma- estilo antiguo, moderno-. La silla en si no es más que una colección de ideas simples
continuas que designamos con el nombre silla.
Para Hume, impresiones e ideas proporcionan un inventario completo de los objetos de conciencia,
pero no constituyen conocimiento. Solo se puede conocer el significado de un término si se ha
tenido experiencia de las impresiones necesarias para la formación de la idea correspondiente, y un
término que refiera a un objeto que esté más allá de los límites de la experiencia es un mero sonido
sin significado. El conocimiento se formula en proposiciones. Las proposiciones refieren a ideas
que contienen un significado, los términos poseen un significado solo si refieren a ideas. Las
proposiciones que contienen términos sin significado son pseudo-proposiciones.

CONSIGNAS

1. Lee atentamente la información y confecciona un mapa conceptual con los principales


conceptos del Racionalismo y del Empirismo.
2. Responde y justifica la siguiente pregunta:
¿Todo conocimiento proviene de la sola razón o todo conocimiento proviene de la
experiencia?
3. Resuelve la sopa de letras, descubre las palabras y relaciónalas con los principales conceptos del
racionalismo y el empirismo

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