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El fenómeno de la interculturalidad en países postcoloniales como Perú es tanto un

problema como una posibilidad. Es un problema porque las relaciones interculturales suelen
estar marcadas por la discriminación y el racismo, con relaciones humanas dialógicas
siendo excepciones. Sin embargo, también es una posibilidad histórica de enriquecimiento,
interaprendizaje y convivencia digna, aunque esta posibilidad está obstaculizada.

La interculturalidad como problema involucra la deconstrucción de la estigmatización


cultural existente para crear espacios de reconocimiento. Al igual que la historia del Perú,
que sigue siendo un problema y una posibilidad, la interculturalidad requiere un esfuerzo
ético y político para desbloquear su potencial.

En resumen, la interculturalidad en países postcoloniales como Perú es un fenómeno


complejo que enfrenta desafíos significativos, pero también ofrece oportunidades para el
enriquecimiento y la convivencia. Resolver los problemas asociados a la interculturalidad
requiere un esfuerzo constante de deconstrucción de estereotipos culturales y la promoción
de espacios de reconocimiento mutuo.

La interculturalidad como problema

El texto habla sobre la fragmentación cultural en Perú y cómo esta ha llevado a una
convivencia insana y tóxica en la sociedad. Entre esos:

1. Fragmentación Cultural en Perú: A pesar de la independencia de Perú, el país sigue


siendo una serie de compartimentos estancos con estratos superpuestos, lo que ha
llevado a una falta de continuidad en la sociedad. Diversos grupos culturales
conviven sin establecer vasos comunicantes y reproducen históricamente
asimetrías.
2. Herencia Histórica de Fragmentación: Esta fragmentación identitaria es una herencia
histórica arraigada en la sociedad peruana. La falta de comprensión intercultural es
el caldo de cultivo para una convivencia insana y tóxica, que a veces se manifiesta
en eventos violentos, como el ocurrido en Bagua en 2009.
3. Estigmatización y Menosprecio Intercultural La estigmatización y el menosprecio
entre diferentes grupos culturales se hacen evidentes en la vida cotidiana. Las
personas tienden a clasificar a los demás según sus características fenotípicas y
culturales, lo que resulta en jerarquías y asimetrías basadas en la pertenencia
cultural.
4. Culturas como Prácticas Sociales: Las culturas no existen de manera abstracta, sino
que se mezclan e incorporan en prácticas sociales, objetos y representaciones. Se
convierten en un problema cuando se utilizan como ideologías que ocultan las
relaciones de poder, tanto dentro como entre culturas.
5. Las Culturas Son Dinámicas: Las culturas son dinámicas y se transforman a través
del diálogo complejo con otras culturas. No son estáticas ni monolíticas, y existen
debates internos y diversidad de voces dentro de cada cultura.
6. Determinismo Cultural: El determinismo cultural es una ficción. Si bien las creencias
y valores de la socialización primaria influyen en las elecciones de las personas, la
crítica y la disidencia cultural son posibles y legítimas.
7. Culturas como Creaciones: Las culturas son creaciones y recreaciones constantes
de significados y representaciones. La relación entre culturas se establece a través
de las relaciones interpersonales y no directamente entre culturas abstractas.
8. Estigmatización y Discriminación: La estigmatización de personas pertenecientes a
culturas o grupos socialmente menospreciados tiene consecuencias graves. Puede
llevar a la discriminación y al racismo, y limita el ejercicio de los derechos
fundamentales de las personas.
9. Ciudadanía y Derechos: La persistencia de la discriminación y el racismo es un
problema de derechos y ciudadanía, ya que las personas estigmatizadas se ven
impedidas de ejercer plenamente sus derechos fundamentales, a pesar de ser
ciudadanos de derecho.

La interculturalidad como posibilidad

El enriquecimiento mutuo que puede derivar de la convivencia en diversidad cultural es una


posibilidad infinita, pero en las sociedades poscoloniales, esta potencialidad está truncada
principalmente debido a la persistente estigmatización intercultural. Por lo tanto, en lugar de
comenzar postulando el diálogo, es necesario construir las condiciones que lo hacen
posible.En la actualidad, se han desarrollado y, en algunos casos, implementado políticas
de reconocimiento para abordar este problema. Sin embargo, es importante destacar que
las "políticas de reconocimiento" a veces se asocian erróneamente con las "políticas de
identidad", aunque no son sinónimas en todos los casos. Esta identificación de políticas de
reconocimiento con políticas de revitalización de lenguas e identidades culturales es común
en América Latina.

El racismo y la estigmatización sociocultural son un problema de doble vía, lo que significa


que las políticas de identidad que se centran en los grupos menospreciados no abordan
completamente el problema subyacente. En cambio, se requiere complementar y subsumir
estas políticas en políticas antidiscriminatorias de amplia base, que se dirijan tanto a las
personas de culturas subalternas como a las personas de culturas hegemónicas.

El multiculturalismo como política de reconocimiento

El multiculturalismo como política tuvo sus orígenes en la India y se expandió


posteriormente a los Estados Unidos en respuesta a la crisis racial de los años setenta. Este
enfoque surgió como una alternativa al modelo integrador del melting-pot, que demostró ser
un fracaso en la promoción de la convivencia entre diferentes grupos culturales. A pesar de
los esfuerzos por implementar políticas de reconocimiento multicultural, el racismo sigue
siendo un problema estructural en los Estados Unidos, y la incorporación de las demandas
sociales de las llamadas minorías culturales sigue generando fuertes resistencias en la
sociedad. Estas tensiones y resistencias contribuyen a la polarización y al fortalecimiento de
posiciones radicales en el país. El texto analiza diferentes tipos de políticas de
reconocimiento en el contexto de la diversidad cultural. Aquí se presentan tres tipos de
políticas multiculturales:

1. Políticas Multiculturales como Políticas de Reconocimiento: Estas políticas buscan


abordar la inequidad de oportunidades que se origina en las asimetrías de origen, es
decir, las desigualdades que existen desde el nacimiento y que afectan a las
personas de manera involuntaria. Estas asimetrías crean inequidades inmerecidas e
injustas. Las políticas multiculturales aplican el principio de discriminación positiva o
discriminación a la inversa para generar equidad de oportunidades a corto plazo
para las minorías excluidas. Estas políticas son fundamentalmente
antidiscriminatorias y tienen como objetivo disminuir las brechas sociales. Sin
embargo, no promueven necesariamente relaciones interculturales positivas, ya que
su enfoque es principalmente inclusivo y cuantitativo.
2. El Multiculturalismo de las Acciones Afirmativas: Este enfoque se centra en generar
igualdad de oportunidades y destacar el problema de la discriminación y el racismo.
Las acciones afirmativas introducen en la agenda pública la discriminación y el
racismo como problemas estructurales que atraviesan las instituciones educativas.
Sin embargo, también generan tensiones sociales y culturales, ya que se centran en
la equidad a corto plazo y no necesariamente en la convivencia intercultural. Las
tensiones que surgen de estas políticas pueden ser tratadas mediante la
sensibilización y la educación antidiscriminatoria.
3. El Multiculturalismo de los Derechos Especiales de Grupo:En Canadá, se emplea
este enfoque para superar barreras que impiden que las personas pertenecientes a
minorías discriminadas ejerzan sus derechos individuales. Los derechos especiales
de grupo son herramientas que permiten a personas de grupos socioculturales
menospreciados superar barreras culturales y lingüísticas. Estos derechos se
consideran medios para garantizar equidad de oportunidades y no un aumento de
derechos. Will Kymlicka ha sistematizado estos derechos en cuatro grupos:
derechos de autogobierno, derechos de representación, derechos lingüísticos y
derechos poliétnicos. Este enfoque presupone un cambio en el modelo de Estado,
hacia un Estado multicultural que rechaza las políticas de asimilación y promueve
políticas de reconocimiento de la diversidad. También reconoce la injusticia histórica
como parte de la construcción de la memoria colectiva.

El interculturalismo latinoamericano como política de reconocimiento

El texto analiza el concepto de interculturalidad como política de reconocimiento en América


Latina, destacando su origen y su evolución a lo largo del tiempo. Basándonos en estos
puntos:

1. Origen de la Interculturalidad en América Latina: La interculturalidad como política de


reconocimiento surge en respuesta a la imposición cultural que prevalecía en las
políticas educativas de construcción de la identidad nacional en la región. Esta
imposición cultural se relaciona con el asimilacionismo forzado y la negación de las
identidades culturales de los pueblos indígenas y otras minorías. En los años
setenta, la interculturalidad comenzó a emerger como una respuesta a esta
problemática, principalmente en el contexto de proyectos de educación bilingüe de
los pueblos indígenas, lo que le otorga un sesgo indigenista y lingüístico.
2. Transición de la Educación Bicultural a la Educación Intercultural: En 1983, durante
una reunión de la UNESCO, se acordó cambiar el término "educación bicultural" por
"educación intercultural" de manera consensuada. Este cambio implicó un enfoque
distinto en el que se buscaba promover la interacción positiva entre las culturas en
lugar de simplemente manejar dos culturas y lenguas de manera paralela. El
enfoque en la interacción busca superar las barreras culturales y lingüísticas y
promover el diálogo.
3. Identidades Étnico-Culturales y Relaciones Interétnicas: Se destaca que las
identidades culturales no son entidades preexistentes, sino que son resultado de las
relaciones interculturales y situacionales. La interculturalidad no busca simplemente
conservar las culturas originarias o mantenerlas estáticas frente a la extinción de las
lenguas y culturas subalternas. En cambio, propone un diálogo fecundo en igualdad
de condiciones entre las diferentes culturas.
4. Desafíos de la Interculturalidad en América Latina: El texto subraya que en la
práctica, las políticas de interculturalidad pueden verse limitadas y centrarse en la
revitalización cultural y lingüística de los pueblos indígenas, sin abordar de manera
efectiva las relaciones de poder y prestigio social entre las culturas originarias y las
culturas europeas dominantes. Además, se señala la necesidad de trabajar con los
sectores estigmatizadores de la sociedad, ya que la estigmatización cultural es un
problema relacional de doble vía..

El interculturalismo funcional

El texto aborda la implementación de políticas interculturales en Estados nacionales que


mantienen una cultura predominante, esto hace referencia a:

1. Crítica a las Políticas Interculturales en Estados Monoculturales: Se plantea que la


implementación de políticas interculturales en Estados nacionales monoculturales
puede tener limitaciones significativas. Estas políticas a menudo no cuestionan el
modelo societal vigente y, en cambio, tienden a servir como un instrumento funcional
para mantener el status quo. A pesar de postular la revalorización de las culturas
originarias y el diálogo intercultural como metas, no se aborda adecuadamente la
discriminación y la estigmatización sociocultural arraigadas en la historia y que
afectan a la convivencia.
2. Relaciones de Poder Subyacentes: El texto señala que es esencial considerar las
relaciones de poder existentes entre los pueblos y las culturas. Estas relaciones,
preexistentes y a menudo asimétricas, se manifiestan en formas como la asimetría,
la diglosia (preferencia por una lengua sobre otra), la incomunicación y el conflicto.
Para que el diálogo intercultural sea genuino, es crucial crear las condiciones que lo
hagan posible y abordar estas relaciones de poder subyacentes
3. El Interculturalismo Funcional: Se critica lo que se llama "interculturalismo funcional",
que promueve un diálogo descontextualizado y superficial, a menudo como una
especie de sustituto del reconocimiento de los obstáculos reales. Este enfoque
tiende a centrarse excesivamente en cuestiones culturales, en detrimento de la
injusticia distributiva, las desigualdades económicas y las relaciones de poder dentro
y entre culturas.
4. Invisibilización de la Pobreza y la Exclusión: El texto argumenta que cuando el
discurso sobre la interculturalidad no aborda las condiciones de pobreza y exclusión
de los pueblos indígenas y otros grupos subalternizados, se convierte en un discurso
ideológico. Este discurso tiende a legitimar indirectamente las inequidades sociales
existentes al representar la realidad de manera engañosa. No enfocarse en los
problemas derivados de la exclusión estructural es, en última instancia, una
negación de la exigencia de justicia que subyace en el proyecto intercultural.
5. Reproducción del Estado-Nación Homogeneizante:Se sostiene que en lugar de
desafiar al Estado-nación homogeneizante, el interculturalismo funcional contribuye
a su reproducción. Este enfoque favorece la identidad de grupo sobre los intereses
de clase como el principal mecanismo de movilización política. La dominación
cultural se presenta como la injusticia fundamental, reemplazando la explotación
económica, y el reconocimiento cultural se convierte en el objetivo principal de la
lucha política en lugar de la redistribución socioeconómica.

El interculturalismo crítico

El texto destaca la importancia de crear condiciones adecuadas para el diálogo intercultural


y critica el enfoque de interculturalismo funcional de los Estados nacionales.

1. Inicio con Condiciones Previas al Diálogo: El texto argumenta que no es posible


generar un diálogo efectivo donde no existan las condiciones adecuadas. Por lo
tanto, es esencial comenzar identificando y tomando conciencia de las causas
intersubjetivas e institucionales del no-diálogo. Estas causas se arraigan en la
convivencia social entre diferentes grupos culturales y requieren ser expuestas y
comprendidas.
2. Contextualización de la Inoperancia del Diálogo: Se enfatiza la importancia de
contextualizar y entender las razones subyacentes detrás de la falta de diálogo. Esto
implica recuperar la memoria de aquellos que han sido excluidos y visibilizar los
conflictos interculturales actuales como manifestaciones de una violencia estructural
más profunda, arraigada en la historia de desencuentros y postergaciones injustas.
3. Crítica al Interculturalismo Funcional: El interculturalismo funcional, común en los
Estados nacionales, tiende hacia el biculturalismo esencialista y no aborda las
asimetrías injustas que causan la incomunicación crónica entre culturas.
4. Tarea del Interculturalismo Crítico Latinoamericano: El interculturalismo crítico se
presenta como una nueva tarea intelectual y práctica. Se insta a asumir la crítica
como una deconstrucción teórica de la estigmatización sociocultural que se basa en
una historia colonial. Se reconoce que la crítica no es abstracta y se ejerce mediante
la acción de los ciudadanos y ciudadanas que buscan innovar y promover un
entendimiento mutuo sin prejuicios ni estereotipos descalificadores.
5. Descolonización de Espacios Públicos: Una parte esencial de la tarea del
interculturalismo crítico es descolonizar los espacios públicos existentes y construir
espacios inclusivos de diversidad cultural. Esto implica democratizar los espacios
públicos y descolonizarlos de las influencias del mercado para que reflejen y
respeten la pluralidad ideológica y cultural.
6. Desafío de la Descolonización Liberadora de las Mentalidades: Se enfatiza que la
descolonización no significa necesariamente volver a un estado anterior o idealizar
culturas no contaminadas. En su lugar, se busca desmitificar las ideologías acríticas
y promover un proceso de intercambio cultural y descolonización liberadora de las
mentalidades. Esto es un reto para las democracias latinoamericanas y una tarea
ética y política esencial.

En resumen, el interculturalismo crítico busca crear las condiciones para el diálogo


intercultural al abordar las causas subyacentes del no-diálogo y promover la
descolonización de espacios públicos y mentalidades en una sociedad diversa y asimétrica.

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