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“SI SE SEPARA, QUÉDESE SIN CASAR”

El cristianismo en general en estos últimos tiempos de la historia ha abandonado la doctrina del


matrimonio como es presentada en la Biblia. Con la excusa de un supuesto permiso se divorcian
en hasta más de la mitad y con ello desobedecen la prohibición directa de Dios a ese respecto.
Exageran sus problemas y diferencias como pareja con tal de hacer caer su caso ya sea en
infidelidad o violencia, pues la “cultura cristiana” en que vivimos provee provisión de divorcio por
esas dos razones, sin que eso pueda ser probado con la Biblia como hemos demostrado
ampliamente.

LA BIBLIA PROVEE LA POSIBILIDAD DE SEPARACIÓN, NO DIVORCIO NI RECASAMIENTO

Hay una pregunta retórica y sarcástica que todos los divorcistas usan como muletilla para justificar
el divorcio y recasamiento. Ignoran todos los textos claros y alegan: “Entonces ¿debo aguantar
violencia, maltratos, infidelidades, humillaciones y hasta poner en peligro mi vida por quedarme al
lado de mi cónyuge?”. La respuesta clara es un rotundo no. Sí la vida de un cónyuge corre un
peligro real, Dios en su palabra provee la posibilidad de una separación:

“Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se
separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido
no abandone a su mujer”. (1Cor. 7:10-11)

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