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UNIVERSIDAD DON BOSCO.

MAESTRÍA Y DOCTORADO EN TEOLOGÍA.


Resumen por: Lic. José Luis Benítez Quintanilla
Martes 11 de abril de 2023
Materia: Método Teológico
Facilitador: Dr. José Isaías Meléndez Juárez
Hacer Teología en América Latina.
Jon Sobrino.
El artículo examinado es sobre la ponencia de Jon Sobrino en el Encuentro de los Decanos
de las Facultades e Institutos de Teología de la Compañía de Jesús en marzo 1989 (hace 34
años) en Roma, Italia.
En su ponencia, Sobrino toma como base tanto la revelación y la fe como la realidad
histórica para la teología latinoamericana, siendo la realidad histórica la novedad de dicha
teología. Sobrino hace una descripción de este quehacer teológico para la producción y
docencia teológicas.
Esto podría denominarse como una “encarnación” de la Teología en la realidad.
Características de la teología latinoamericana:
Hacer teología:
1) En el presente histórico (Dios manifestándose y la respuesta de la fe)
2) Como reacción de la misericordia ante pueblos crucificados (intellectus amoris).
3) Con determinados precomprensión subjetiva (opción por los pobres) y lugar objetivo
(mundo de los pobres).
1) Hacer teología en el presente: Los signos de los tiempos.
La Revelación de Dios sucede en la Historia y ha sucedido definitivamente en la persona de
Jesucristo. Según Sobrino, la Revelación es interpretada autorizadamente por el magisterio
de la Iglesia.
1.1 La teología en El Salvador o en América Latina toma en serio la manifestación de Dios
en el presente. Para esto, Sobrino cita la única Constitución pastoral del Concilio Vaticano
II, Gaudium et Spes (Alegría y esperanza):
El n. 4 de GS plantea que la Iglesia debe escrutar “el mundo en que vivimos, sus
esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia los caracteriza”. Aquí
signo de los tiempos tiene una acepción eclesial-pastoral.
En la Carta pastoral “A 500 años de evangelización y 200 de independencia”, el Arzobispo
José Luis Escobar Alas subraya del n. 4 de GS que el ser humano tiene entre sus esperanzas
ampliar su poder y someter al mundo, y plantea que el sesgo dramático tiene como
resultados a grandes mayorías sufriendo hambre y
miseria; otros padecen analfabetismo; otros sufren la opresión de nuevas formas de
esclavitud social y psicológica.
Respecto al n. 11 de GS, Sobrino cita “El pueblo de Dios procura discernir en los
acontecimientos, exigencias y deseos, de los cuales participa juntamente con sus
contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o de los planes de Dios.
Aquí se menciona la dimensión sacramental de la historia, es decir Dios se manifiesta en la
historia. Signos de los tiempos aquí tiene una acepción teologal. (Desde y hacia Dios).
La Iglesia debe escuchar la actual palabra de Dios. “Dios habla hoy”.
1.2 La teología latinoamericana y de la liberación acepta la manifestación de Dios en los
tiempos, específicamente el mundo de los pobres. Sobrino cita a Gustavo Gutiérrez que el
hecho mayor de la época es “la irrupción de los pobres, sufrientes y esperanzados”, y cita a
Ignacio Ellacuría “ese signo es el pueblo históricamente crucificado” al igual que Jesús
crucificado. Esta es la acepción eclesial-pastoral de signo de los tiempos, en cuento la
realidad presente. Y en cuanto acepción teologal, lo es porque Dios habla en la actualidad.
Sobrino cita el Documento Conclusivo de la II Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano en Medellín en 1968:
1) (A través de la Conferencia) Dios denuncia la injusticia que provoca pobreza y “cuyos
clamores llegan hasta el cielo” (Génesis 4:10 RV1960 “Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La
voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra).
2) Palabra de promesa de liberación de las esclavitudes (al igual que Israel y su liberación
de Egipto).
3) Ánimo y exigencia a pasar de lo inhumano a lo humano.
Esta palabra divina es relevante para las grandes mayorías, por lo que argumenta Sobrino
que no desvía la atención de la revelación plena de Dios.
1.3 La aceptación de la palabra de Dios actual en los signos de los tiempos viene a ser
cuestión de fe, pero la teología puede argumentar a su favor. A pesar de no poderse
demostrar porque exige una opción y una precomprensión, es importante que la teología -
como plantea G. Gutiérrez- “les diga a los pobres del mundo que Dios los ama”, esta es la
acepción eclesial-pastoral.
En cuanto acepción teologal, el pueblo crucificado es signo de los tiempos teniendo como
justificantes las declaraciones de los Documentos de Medellín y Puebla (este último
teniendo como principios de la evangelización la opción preferencial por los pobres y por
los jóvenes), y la intuición de fe de buena parte del pueblo de Dios.
Se puede argumentar a favor de ella en dos vías:
1) Esta teología potencia la Escritura (Éxodo, Lucas 4:18 “El Espíritu del Señor está sobre
mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y
vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos).
2) La respuesta de la fe a este signo de los tiempos genera más fe, caridad, vida cristiana en
el pueblo de Dios.
1.4 Basarse en los signos de los tiempos significa dar prioridad al presente sobre el pasado
y a la realidad sobre los textos. Esto significa entender que Dios se manifiesta en el
presente partiendo de los orígenes y del pasado, pero es importante comprender que es
trascendental su manifestación actual. También es importante la realidad, ya que sino la
teología se convierte solamente en un estudio de textos sagrados.
2) La teología como “intellectus amoris”
2.1 El signo de los tiempos de la teología latinoamericana es el mundo sufriente. (En la
época que Sobrino dio su ponencia, aun había guerra en El Salvador, 1989)
La reacción adecuada del creyente es la misericordia, no sólo de manera “afectiva” sino de
manera globalizante, acabar con el sufrimiento.
Dios Padre y Dios Hijo son movidos a misericordia. En el Éxodo; Jesús y las multitudes.
(“Los vio como ovejas sin pastor”).
El creyente debe ser como el buen samaritano.
2.2 La teología por tanto debe reaccionar con misericordia. Misericordia para el mundo
sufriente. Se puede decir que no sólo hay que “teorizar”, sino que actuar en favor de los
necesitados. En esto se basa el quehacer teológico latinoamericano.
Así también en la construcción del reino de Dios (vida y fraternidad), y erradicar el
antirreino (mundo sufriente).
2.3 El sufrimiento al que se refiere la teología en América Latina es a uno masivo y cruel.
Sobrino cita el Documento Conclusivo de la III Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano en Puebla en 1979, en el apartado de la Visión Pastoral y Sociocultural de
la Realidad de América Latina; 2.2 compartir las angustias en el párrafo 28: “escándalo y
contradicción con el ser cristiano (brecha entre ricos y pobres, miseria de las masas”, y el
párrafo 29: “devastador y humillante flagelo (pobreza de millones de latinoamericanos,
problemas de vivienda, salud, desempleo, alimentación, migración).
Por ello la teología debe traer justicia, liberación. Es así que la teología se comprende como
intellectus amoris, después de interpretar o razonar la fe.
1) Primero se razona la fe (intellectus fidei)
2) Luego se comprende que en la revelación y la fe hay una praxis de amor y caridad
(Gálatas 5:6 en Jesús ni la circuncisión ni la circuncisión valen, sino la fe que obra por el
amor, Santiago 1:7 la verdadera religión consiste en visitar huérfanos y viudas, 1 Juan 4:8
quien no ama no conoce a Dios).
3) Entonces se propone la teología como intellectus amoris, concibiendo al cristianismo
como una fe que ama.
Sobrino desarrolla que la teología puede plantearse a partir de las virtudes teologales fe
(intellectus fidei), esperanza (intellectus spei), pero que la mayor es el amor (intellectus
amoris), puesto que la teología latinoamericana se da en un pueblo sufriente crucificado.
2.4 Sobrino plantea que el intellectus amoris configura el intellectus fidei y hace dos
reflexiones al respecto
a) Se cuestiona si no es una utopía inalcanzable el promulgar el amor en el mundo
sufriente, debido a la desesperanza reinante en la tierra. La teología intellectus amoris
confronta la verdad que si Dios es amor, ¿por qué el sufrimiento y las injusticias contra los
que luchan contra éste? Es allí donde debe de argumentarse a partir de la praxis del amor y
la realidad, no solamente el razonamiento de la fe. Entonces el amor sirve como
fundamento para la fe. El amor desvela el misterio de la fe.
b) Al ejercer el intellectus amoris, al amar a los pueblos sufrientes, recibimos amor
también. Pero también la teología recibe cuestionamiento sobre si es una actividad
cristiana, y no solo un discurso de elementos cristianos.
También el pueblo crucificado ilumina la teología, y citando el Documento de Puebla,
ofrece contenidos teológicos que evangelizan la teología. Al pueblo crucificado se le da
salvación, se le ama, y es salvado y es amado. Esto resume la vida cristiana.
3) La opción por los pobres en el mundo de los pobres.
3.1 La precomprensión subjetiva de la teología en América Latina es la opción por
preferencial por los pobres, que viene dada por el magisterio latinoamericano para la misión
pastoral de la iglesia. Es precomprensión en cuanto:
1) la realidad es entendida mejor desde los pobres (parcialidad)
2) la vida en favor de los pobres y en contra de la pobreza (descentramiento)
3) la salvación histórica y trascendente que surge (salvación)
Esta precomprensión tiene las siguientes características:
1. Es creatural, precreyente, preteológica (En favor o en contra de los pobres).
En latinoamericana optar por el pobre es primigenio.
2. Es verdadera opción. Hay diversas opciones teológicas (sentido de la propia vida,
salvación personal), pero la opción por el pobre es revelada por Dios y por Jesús, queriendo
salvar los pobres del mundo. Se puede argumentar en favor de ella, sabiendo que hay
creyentes y no creyentes, cristianos y no cristianos que aceptan esta teología por su
aprehensión de la realidad latinoamericana, su humanidad, su convergencia con la realidad.
3. Expresa la conversión dentro de la teología. La teología deja de no optar por el pobre, se
convierte, denuncia el mundo de pecado del sufrimiento del pobre, ya no lo encubre. La
teología no debe pecar encubriendo este sufrimiento, debe convertirse. El teólogo se
convierte respecto de la hybris (desmesura del orgullo y la arrogancia) en las siguientes
maneras: i. es consciente que la hybris quiere someter a la verdad sobre la realidad del
mundo de los pobres, ii. para superar la hybris hay que aceptar la realidad masiva del
mundo de los pobres.
Sobrino señala que la muerte de decenas de millones de pobres al año debe cuestionar la
inteligencia teológica, debe hacer que se convierta, que cambie sus discursos teológicos, y
una prueba de esto es el ataque de los poderes del mundo, los que optan por empobrecer a
las poblaciones, habiendo una persecución.
3.2 El lugar objetivo del mundo de los pobres propicia la opción preferencial por ellos en la
teología. La teología se hace en lugares fácticos-institucionales (universidad, seminario,
colegios, iglesias), pero también la teología latinoamericana debe realizarse en la realidad
sustancial del mundo de los pobres, debe dejarse afectar por ésta, versar sobre el
sufrimiento, las esperanzas del pobre configurar la salvación. Esto se constata cuando la
teología es recibida por los pobres, los concientiza, alimenta sus esperanzas, cuando los
poderosos la persiguen hasta el martirio. Entonces la teología se realiza desde los pobres y
el quehacer teológico se encarna en el mundo.
El mundo de los pobres es primordial en la teología porque es el Sitz in Leben (situación
vital) latinoamericana, una realidad “en la vida y en la muerte”.
Jon Sobrino concluye en su ponencia que, a pesar de haber limitaciones y dificultades para
este quehacer teológico en la región, no debe de ignorar el sufrimiento de la mayoría de la
humanidad. Sobrino compara la tarea de la promoción de la teología liberadora, como
cuando se predicó el Evangelio a los gentiles, pensar a Dios desde ellos y para ellos.
También Sobrino sentencia que la teología de la liberación ha sido criticada la mayoría de
veces por intereses falsos no auténticos, pero que lo que más le preocupe es que se la
ignore, que se ignore el sufrimiento humano en el tercer mundo. Hizo un llamado a que las
teologías del mundo ayuden y corrijan a la teología de la liberación.

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