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EXPEDIENTE N° AP42-R-2012-000658

JUEZ PONENTE: ALEJANDRO SOTO VILLASMIL


En fecha 11 de mayo de 2012, se recibió en la Unidad de Recepción y Distribución de
Documentos (URDD) de las Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo, oficio Nº
TSSCA-0573-2012 de fecha 20 de abril de 2012, emanado del Juzgado Superior Séptimo de lo
Contencioso Administrativo de la Región Capital, anexo al cual remitió copias certificadas
relacionadas con el expediente contentivo del recurso contencioso administrativo de nulidad
interpuesto por la abogada Aixa Añez Pichardi, inscrita en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el Nº 117.122, con el carácter de apoderada judicial de la sociedad mercantil
ESTUDIOS Y PROYECTOS DITECH S.A., contra la Providencia Administrativa Nº
USM/0001/2011 de fecha 14 de enero de 2011, dictada por la Dirección Estadal de Salud de los
Trabajadores de Miranda (DIRESAT) del INSTITUTO NACIONAL DE PREVENCIÓN, SALUD Y
SEGURIDAD LABORALES (INPSASEL), mediante la cual le impuso multa por la cantidad de un
millón ciento ochenta y cuatro mil bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 1.184.040), por “incurrir
en la Infracción contemplada en el artículo 120 numeral 18 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo”.
Dicha remisión, se efectuó en virtud de la apelación ejercida por la abogada Mariana Urreiztieta
inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Nº 144.742, actuando con el
carácter de apoderada judicial de la parte recurrente, contra la decisión dictada por el referido
Juzgado Superior en fecha 12 de abril de 2012, que declaró inadmisible las pruebas promovidas
por la misma.
En fecha 15 de mayo de 2012, se dio cuenta la Corte, se designó Ponente al Juez Alejandro Soto
Villasmil y se fijo el lapso de diez (10) días de despacho para la fundamentación de la apelación.
En fecha 28 de mayo de 2012, se recibió de la apoderada judicial de la parte recurrente, escrito
de fundamentación a la apelación.
En fecha 5 de junio de 2012, se abrió el lapso de cinco (5) días de despacho para la contestación
a la fundamentación de la apelación.
En fecha 12 de junio de 2012, venció el lapso de cinco (5) días de despacho para la contestación
a la fundamentación de la apelación.
Mediante auto de fecha 13 de junio de 2012, se ordenó pasar el expediente al juez ponente
Alejandro Soto Villasmil, a los fines que la Corte dicte la decisión correspondiente.
En fecha 19 de junio de 2012, se pasó el expediente al Juez ponente.
I
DEL AUTO DE ADMISIÓN DE PRUEBAS
Mediante auto de fecha 12 abril de 2012, el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso
Administrativo de la Región Capital, emitió pronunciamiento sobre la admisibilidad de las pruebas
promovidas por la parte recurrente, en el cual señaló lo siguiente:
“En relación al CAPITULO I denominado DE LAS PRUEBAS DOCUMENTALES, mediante el cual
promueve y ratifica las documentales marcadas con las letras, ‘B’, ‘C’, ‘D’, ‘E’, ‘F’, ‘G’, ‘H’, …’,
[ese] juzgado considera que lo promovido es el mérito favorable de los autos, en consecuencia
debe forzosamente aplicar lo establecido en la Sentencia Nº 96-861, emanada de la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo, la cual señala:
[…Omissis…]
En razón de lo anterior, [esa] Sentenciadora considera INTRASCENDENTE pronunciarse sobre
esta expresión de estilo, por cuento, no es un medio probatorio para demostrar las afirmaciones
de los hechos.
En relación al CAPITULO II, denominado PRUEBA DE INFORMES mediante la cual promueve
Prueba de Informe […] [ese] Juzgado observa que la Sala político Administrativa mediante
decisión de fecha 24.09.2002, estableció lo siguiente:
[…Omissis…]
En razón de lo antes expuesto, [ese] Juzgado declara INADMISIBLE dicha prueba al no estar
obligada la demandada, a informar a su contraparte, toda vez que existen otros medios
probatorios, para obtener los documentos requeridos por el actor.” [Corchetes de esta Corte,
mayúsculas y negrilla del original].
II
DEL ESCRITO DE FUNDAMENTACIÓN DE LA APELACIÓN
En fecha 28 de mayo de 2012, la abogada Mariana Urreiztieta Terán, ya antes identificada,
actuando en su carácter de apoderada judicial de la sociedad mercantil Estudios y Proyectos
DITECH, S.A., consignó escrito de fundamentación al recurso de apelación ejercida en fecha 18
de abril de 2012, contra el auto de admisión de pruebas dictado por el Juzgado Superior Séptimo
de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital, exponiendo las siguientes
consideraciones:
Preció que “[e]l día 14 de febrero de 2011, DITECH demandó la nulidad de la Providencia
Administrativa que declaró con lugar el procedimiento sancionatorio por haber violado la
inamovilidad del delegado de prevención Yexinio Urdaneta, […]. En [esa] oportunidad se
acompañó con la demanda, un conjunto de pruebas documentales que representaban las
pruebas fundamentales para sostener los argumentos de nulidad de la Providencia Administrativa
esgrimidos por DITECH.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrillas del original].
En cuanto a las pruebas, relató que “[e]n la oportunidad de la Audiencia de Juicio, DITECH
consignó escrito de promoción de pruebas mediante el cual promovió y ratificó las pruebas
documentales que fueron acompañadas con la demanda de nulidad; y promovió prueba de
informes al DIRESAT para que remita copia de la totalidad de las actas que conforman el
expediente USM/027/2009 correspondiente al procedimiento sancionatorio iniciado en contra de
DITECH.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y subrayado del original].
En ese sentido, argumentó que “[e]l Tribunal Superior Séptimo a través del Auto de Admisión de
pruebas, incurrió en una errónea apreciación de los hechos, toda vez que consideró que DITECH
había promovido el mérito favorable de los autos, cuando del escrito de promoción de pruebas
presentado por DITECH se desprende que se promovió y ratificó el valor probatorio de las
documentales acompañadas en la demanda de nulidad y que corren insertas en el expediente
respectivo.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrillas del original].
Indicó que el Juzgado Superior “[…] incurrió en una falsa apreciación de los hechos, causando un
perjuicio irreparable a DITECH al no otorgarle valor probatorio a las pruebas documentales que
fueron acompañadas en la demanda de nulidad, y que sustentan los argumentos esgrimidos por
DITECH con relación a los vicios contenidos en la Providencia Administrativa, basando de esta
forma el Juzgado Superior Séptimo su análisis con relación a las pruebas promovidas por
DITECH sobre hechos inciertos no promovidos por [su] representada, como lo es el mérito
favorable de los autos.” [Corchetes de esta Corte y mayúsculas del original].
Al respecto, consideró que “[…] el Tribunal Superior Séptimo desechó categóricamente las
pruebas promovidas y ratificadas por DITECH, negándole el derecho a la defensa y debido
proceso al no permitirle demostrar y sostener en el juicio los argumentos esgrimidos en la
demanda de nulidad con relación a la ilegalidad e inconstitucionalidad de la providencia
Administrativa. El pronunciamiento de intrascendencia con relación a las pruebas promovidas y
ratificadas por DITECH, conllevaría a que [su] representada [a] la imposibilidad de demostrar los
vicios que en efecto permiten declarar la nulidad de la providencia Administrativa, cuando lo cierto
es que [su] representada sí promovió un conjunto de pruebas que demuestran la veracidad de
sus afirmaciones” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y subrayado del original].
Finalmente, solicitó a esta Corte “[…] declare CON LUGAR esta apelación y, en consecuencia,
REVOQUE el Auto de Admisión de pruebas de fecha 12 de abril de 2012, dictado por el Juzgado
Superior Séptimo […], procediendo a admitir las pruebas documentales que fueron
oportunamente promovidas y ratificadas por [su] representada”. [Corchetes de esta Corte y
mayúsculas del original].
III
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Previo a cualquier pronunciamiento, corresponde a este Tribunal Colegiado verificar su
competencia para conocer el presente asunto, para lo cual observa que dentro del ámbito de
competencias de las Cortes de lo Contencioso Administrativo, se encuentra el conocimiento de
las apelaciones interpuestas contra las decisiones dictadas por los Juzgados Superiores en lo
Contencioso Administrativo, de conformidad con lo establecido en el numeral 7 del artículo 24 de
la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, publicada en la Gaceta Oficial Nº
39.451, de fecha 22 de junio de 2010, la cual establece que los Juzgados Nacionales de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa –aún Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso
Administrativo- son los competentes para conocer de las apelaciones y las consultas de ley, de
las decisiones de los Juzgados Superiores Estadales de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, las cuales mantienen la denominación de Juzgado Superiores Regionales de lo
Contencioso Administrativo, sin embargo, por tratarse el caso de marras de la apelación de un
auto de admisión de pruebas recaído en el marco de un recurso contencioso administrativo de
nulidad de un acto emanado de la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores de Miranda
(DIRESAT) del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), esta
Corte estima pertinente emprender un breve análisis de los criterios que ha establecido nuestro
Máximo Tribunal de la República respecto de la competencia de esta Jurisdicción Contencioso
Administrativa para conocer de los recursos de nulidad ejercidos contra actos emanados del
Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales.
Así, en primer lugar, resulta oportuno precisar que la Ley que rige al Instituto Nacional de
Prevención, Salud y Seguridad Laborales es la Ley de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N°
38.236 de fecha 26 de julio de 2005, la cual en su Disposición Transitoria Séptima, dispone lo
siguiente:
“Mientras se crea la Jurisdicción Especial del Sistema de Seguridad Social, son competentes para
decidir los recursos contenciosos administrativos contenidos en la presente Ley, los Tribunales
Superiores con competencia en materia de trabajo de la circunscripción judicial en donde se
encuentre el ente que haya dictado el acto administrativo que dio origen al recurso inicial.
De estas decisiones se oirá recurso ante la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia”. [Resaltado de esta Corte]
Aquí, conviene señalar que la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, llegó
a asumir el criterio competencial establecido por el legislador en la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, [Vid. Sentencia Nº 02743 del 30 de noviembre de
2006, Caso: Sociedad Mercantil Servicios de Personal La Arenisca, C.A.].
No obstante, posteriormente la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, a
través de la decisión Nº 589 de fecha 14 de mayo de 2008, Caso: Hermanos Pappagallo S.A., al
resolver un conflicto negativo de competencia con apoyo en lo establecido por la Sala Plena del
Tribunal Supremo de Justicia, a través de sentencia Nº 9, de fecha 2 de marzo de 2005, caso:
Universidad Nacional Abierta, determinó que los órganos habilitados para el conocimiento de los
recursos de nulidad interpuestos contra los actos administrativos dictados con ocasión a la
aplicación de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, son los
tribunales superiores del trabajo y la Sala de Casación Social, hasta tanto se cree la Jurisdicción
Especial del Sistema de Seguridad Social.
Aunado a ello, no puede dejar de observarse que posteriormente a las consideraciones
correspondientes al criterio atributivo de competencia anteriormente explicado, el Tribunal
Supremo de Justicia -en Sala Plena- consideró que era a esta Jurisdicción Contencioso
Administrativa a quien le compete conocer de casos como el que nos ocupa, así, la referida Sala,
en sentencia Nº 144, publicada en fecha 5 de noviembre de 2008, Caso: Industrias Esteller C.A.,
con ocasión de resolver un conflicto de competencia suscitado entre el Juzgado Superior Primero
del Trabajo del Circuito Judicial Laboral de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua y el
Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial del
Estado Aragua, precisó que para conocer de un recurso de nulidad interpuesto contra una
Providencia Administrativa emanada del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad
Laborales, eran los Juzgados Superiores en lo Contencioso Administrativo los competentes para
conocer y decidir, en primer grado de jurisdicción, de los recursos contenciosos administrativos
incoados contra los actos administrativos emanados por dicho órgano.
Sin embargo, es de señalar que en decisión de reciente data el Tribunal Supremo de Justicia -en
Sala Plena- mediante sentencia Nº 27 del 26 de julio de 2011, al momento de analizar un conflicto
negativo de competencia suscitado entre un Juzgado Superior de la Jurisdicción Laboral y un
Juzgado Superior de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, señaló que corresponde a la
jurisdicción laboral conocer y decidir recursos como el de autos, y en tal sentido estableció:
“Al respecto, esta Sala advierte que, en efecto, la Sala Constitucional en sentencia N° 1318/2001
del 2 de agosto, caso: Nicolás José Alcalá Ruiz, estableció -con carácter vinculante- que los
órganos de la jurisdicción contencioso administrativa eran competentes para conocer y decidir los
juicios de nulidad contra los actos administrativos que emanaran de las Inspectorías del Trabajo,
así como para la resolución de los conflictos que surgiesen con motivo de la ejecución de las
referidas providencias administrativas que hubiesen quedado firmes en sede administrativa y,
además, para el conocimiento de las demandas de amparo constitucional que se incoasen contra
ellas.
Sin embargo, la Sala Constitucional de este máximo Tribunal, en la sentencia N° 955/2010 del 23
de septiembre, caso: Bernardo Jesús Santeliz vs. Central La Pastora C.A. revisó el criterio que
precede y cambió la doctrina en relación con la competencia para el juzgamiento de las
demandas, de cualquier naturaleza, que se interpongan contra los actos administrativos que
dicten las Inspectorías del Trabajo, con base en las siguientes consideraciones:
‘(…) considera oportuno la Sala revisar los criterios de interpretación de esta norma
constitucional, que ha venido aplicando de manera pacífica y reiterada en casos como el de
autos, a fin de garantizar la efectiva vigencia y respecto de los derechos y garantías consagrados
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
(…omissis…)
Por todo lo anterior, esta Sala Constitucional, actuando como máximo intérprete de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, estima que el conocimiento de las
acciones intentadas en ocasión de providencias administrativas dictadas por las Inspectorías del
Trabajo, debe atribuirse como una excepción a la norma general contenida en el artículo 259
constitucional, a los tribunales del trabajo. Así se declara.
Con fundamento en las consideraciones que se expusieron, y en ejercicio de la facultad de
máximo intérprete del Texto Constitucional, esta Sala deja asentado el siguiente criterio, con
carácter vinculante para las otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de la
República:
1) La jurisdicción competente para el conocimiento de las distintas pretensiones que se planteen
en relación con los actos administrativos dictados por los Inspectores del Trabajo, es la
jurisdicción laboral.
2) De los tribunales que conforman esta jurisdicción, el conocimiento de las pretensiones antes
especificadas corresponde, en primera instancia, a los Tribunales de Primera Instancia del
Trabajo y en segunda instancia, a los Tribunales Superiores del Trabajo. Así se declara. (….)’.
Del criterio vinculante que precede, debe advertirse que a la jurisdicción laboral le corresponde
conocer todas aquellas controversias surgidas con ocasión de la relación laboral, atendiendo a la
especial naturaleza del contenido de dicha relación jurídica más que al órgano que la dicta. De allí
pues, que corresponde a los tribunales laborales conocer de los recursos de nulidad de las
resoluciones emanadas de las Inspectorías del Trabajo, por cuanto los mismos tienen como
fuente la relación laboral.
Así mismo, la Sala Constitucional en sentencia N° 108/2011 del 25 de febrero, caso: Libia Torres
Márquez vs. Energy Freight Venezuela S.A. y otro, estableció que: ‘(…) como se observa esta
Sala establece un nuevo criterio respecto a la competencia para conocer de los juicios contra las
resoluciones administrativas emanadas de las Inspectorías del Trabajo, siendo en esta
oportunidad preciso señalar que todos los conflictos de competencia que surjan con ocasión a
dichos juicios, e incluso los que hayan surgido con anterioridad al presente fallo, se resolverán
atendiendo el criterio vinculante contenido en la sentencia N° 955/2010, la cual tiene aplicación
efectiva desde su publicación el 23 de septiembre de 2010, como ya antes apuntó esta Sala en
sentencia N° 43 del 16 de febrero de 2011 (…)’.
Para más abundamiento, en torno a las sentencias que preceden, recientemente la Sala
Constitucional en sentencia N° 311/2011 del 18 de marzo, caso: Grecia Carolina Ramos
Robinson vs. Instituto Universitario Politécnico Antonio José de Sucre, señaló:
‘En este sentido, una vez que se determinó que el laboral es el juez natural, resulta en interés y
beneficio de las partes que las causas a las que se ha hecho referencia sean decididas por este
con independencia de los criterios atinentes a la competencia que se hayan podido sostener con
anterioridad y, por tanto, de la fecha de interposición de las demandas, de modo que esta
circunstancia fáctica, que le es ajena, no les impida el acceso al juez que está más calificado para
la cabal composición de la controversia; ventaja que se acentúa en materia de amparo
constitucional caracterizada como está por la urgencia, que exige la mayor celeridad posible,
celeridad que el juez especializado está en mayor capacidad de ofrecer.
No obstante, en respeto a los principios de estabilidad de los procesos, economía y celeridad
procesal que imponen los artículos 26 y 257 constitucionales, aquellas causas en que la
competencia ya haya sido asumida o regulada de conformidad con el principio de la perpetuatio
fori y el criterio atributivo de competencia que esta Sala recientemente abandonó –como se
explicó supra- por o a favor de los tribunales de lo contencioso administrativos, continuarán su
curso hasta su culminación. Así se decide. (…)’.
Ahora bien, en el caso bajo estudio, la demanda fue propuesta contra el acto administrativo
emanado del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), dictado
con ocasión del procedimiento administrativo instruido contra la empresa Agropecuaria Cubacana
C.A., que determinó la imposición de una sanción pecuniaria por el accidente laboral sufrido por el
ciudadano José Rafael Castrillo, como consecuencia de la violación de la normativa legal en
materia de seguridad y salud en el trabajo, supuesto de hecho previsto en el artículo 129 la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo .
Al respecto, se advierte que el referido dispositivo legal prevé, expresamente, que las acciones
derivadas ‘(…) de lo regulado por este artículo conocerán los tribunales de la jurisdicción especial
del trabajo, con excepción de las responsabilidades penales a que hubiera lugar (…)’; asimismo,
la Disposición Transitoria Séptima eiusdem, establece que ‘(…) son competentes para decidir los
recursos contenciosos administrativos contenidos en la presente Ley, los Tribunales Superiores
con competencia en materia de trabajo de la Circunscripción Judicial en donde se encuentre el
ente que haya dictado el acto administrativo que dio origen al recurso inicial. De estas decisiones
se oirá recurso ante la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia (…)’.
En este mismo orden de ideas, debe acotarse que la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa no incluyó dentro de los asuntos que deben conocer los órganos de la jurisdicción
contencioso administrativa, las acciones de nulidad contra los actos administrativos emanados del
Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL) o de los órganos
adscritos al mismo, con ocasión de la aplicación de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo.
No hay duda pues de que la voluntad del legislador, en absoluta concordancia con las
disposiciones constitucionales sobre la protección del hecho social trabajo y el entramado de
relaciones jurídicas que del mismo deriva, tal como el régimen de seguridad y salud en el trabajo
y las condiciones idóneas para el desempeño del mismo en protección de las condiciones físicas
y mentales del trabajador, atribuyen –de forma expresa y exclusiva- a los órganos que integran la
jurisdicción laboral, la competencia relativa al conocimiento de las acciones de nulidad ejercidas
contra las decisiones administrativas dictadas por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales (INPSASEL), pues lo relevante para determinar cuál es el juez natural que
ha de conocer este tipo de pretensiones no es la naturaleza del órgano del cual emana sino la
naturaleza jurídica de la relación.
Así las cosas, atendiendo la reciente doctrina vinculante emanada de la Sala Constitucional, en la
que destaca la importancia de que la jurisdicción laboral conozca de las controversias que se
deriven del hecho social trabajo y el entramado de relaciones jurídicas que del mismo derivan, por
la relevancia que tiene en el Estado Social de Derecho y de Justicia, así como la propia Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo que establece los criterios
atributivos de competencia en esta materia, debe determinarse que los órganos jurisdiccionales
competentes para conocer y decidir situaciones como la de autos, son los de la jurisdicción
laboral. Así se decide”. [Resaltado de esta Corte].
Asimismo, la Sala Político-Administrativa en decisión Nº 0080, de fecha 8 de febrero de 2012, en
el caso: [“SCHLUMBERGER VENEZUELA, S.A contra el INSTITUTO NACIONAL DE
SEGURIDAD Y SALUD LABORAL (INPSASEL)”] declaró competente a la jurisdicción laboral. Ello
así, este Órgano Jurisdiccional considera que en el presente caso debe tomarse en consideración
el principio de perpetuatio fori, establecido en el artículo 3 del Código de Procedimiento Civil,
aplicable por remisión expresa del artículo 31 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, según el cual, la competencia se determina conforme a la situación de hecho
existente para el momento de la presentación de la demanda, y no tienen efecto respecto de ella
los cambios posteriores de dicha situación, salvo disposición de la Ley. (Vid. Sentencia N° 832
dictada por la Sala-Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia en fecha 15 de julio
de 2004, Caso: Minera Las Cristinas C.A., vs. Corporación Venezolana de Guayana).
Así, sobre la base de lo anterior, esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo resulta
competente para conocer del recurso de apelación incoado contra la decisión dictada en fecha 12
de abril de 2012 por el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la Región
Capital. Así se declara.
Resuelto el punto anterior, esta Corte pasa a analizar el auto de admisión de pruebas apelado, a
cuyo efecto, estima pertinente destacar, como criterio doctrinario reiterado, que la providencia o
auto interlocutorio a través del cual el Juez se pronuncia respecto a la admisión de las pruebas
promovidas por las partes, “[…] es el resultado del juicio analítico efectuado por él, respecto de
las condiciones de admisibilidad que han de reunir las pruebas que fueran promovidas, esto es,
de la reglas de admisión de los medios de prueba contemplados por el Código de Procedimiento
Civil, atinente a su legalidad y pertinencia; ello porque sólo será en la sentencia definitiva cuando
el Juez de la causa pueda apreciar, al valorar la prueba y establecer los hechos, si su resultado
incide o no en la decisión que ha de dictar respecto de la legalidad del acto impugnado” [Véase
Sentencia de esta Corte Nº 354 de fecha 14 de marzo de 2007 (Caso: Electricidad de Caracas)].
[Corchetes de esta Corte].
En efecto, los artículos 395 y 398 del Código de Procedimiento Civil establecen lo siguiente:
“Artículo 395: Son medios de prueba admisibles en juicio aquellos que determina el Código Civil,
el presente Código y otras Leyes de la República.
Pueden también las partes valerse de cualquier otro tipo de medio de prueba no prohibido
expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus pretensiones.
Artículo 398: Dentro de los tres días siguientes al vencimiento del término fijado en el artículo
anterior, el Juez providenciará los escritos de pruebas, admitiendo las que sean legales y
procedentes, y desechando las que aparezcan manifiestamente ilegales o impertinentes. En el
mismo auto, el Juez ordenará que se omita toda declaración o prueba sobre aquellos hechos en
que aparezcan claramente convenidas las parte.” [Negrilla de esta Corte].
Ahora bien, en los artículos ut supra transcritos se establece el principio de la libertad de medios
probatorios, el cual, como ya ha destacado esta Corte en anteriores oportunidades, se inserta a
su vez en el derecho al debido proceso consagrado en el artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, siendo que éste precepto constitucional resulta incompatible
con cualquier intención o tendencia restrictiva de admisibilidad del medio probatorio seleccionado
por las partes, con excepción de aquellos legalmente prohibidos o que resultan inconducentes
para la demostración de sus pretensiones.
Así, una vez analizada la prueba promovida, el Juez deberá declarar la legalidad y pertinencia de
la misma y, en consecuencia, habrá de admitirla; negándola sólo: 1) Cuando se trate de una
prueba que aparezca manifiestamente contraria al ordenamiento jurídico, que no constituya el
medio eficiente a los fines de la demostración que se pretende en el proceso –que devendría en
todo caso en una forma de impertinencia de la prueba –; o 2) Cuando el hecho que se pretende
probar con el medio respectivo no guarda relación alguna con el hecho debatido; podrá ser
declarada como ilegal, no idónea o impertinente, y por tanto inadmisible.
Establecido el anterior criterio, esta Corte aprecia que el recurso ejercido por la parte actora se
subsume a su disconformidad con lo dictaminado en el auto de admisión de pruebas en cuanto a:
1) La calificación dada por el a quo al medio por ella promovido como “documentales” en relación
a las pruebas previamente consignadas con el libelo de demanda como merito favorable de los
autos.
En ese sentido, esta a Corte a continuación pasa analizar dichos puntos, a cuyo efecto observa:
1) Del merito favorable de los autos:
Acerca de este particular, el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la
Región Capital determinó que “En relación al CAPITULO I denominado DE LAS PRUEBAS
DOCUMENTALES, mediante el cual promueve y ratifica las documentales marcadas con las
letras, ‘B’, ‘C’, ‘D’, ‘E’, ‘F’, ‘G’, ‘H’, …’, [ese] juzgado considera que lo promovido es el mérito
favorable de los autos, en consecuencia debe forzosamente aplicar lo establecido en la Sentencia
Nº 96-861, emanada de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo,[…]. En razón de lo
anterior, [esa] Sentenciadora considera INTRASCENDENTE pronunciarse sobre esta expresión
de estilo, por cuanto, no es medio probatorio para demostrar las afirmaciones de los hechos”.
[Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrillas del original].
En contravención a lo anterior, la parte apelante estimó que “[e]n la oportunidad de la Audiencia
de Juicio, DITECH consignó escrito de promoción de pruebas mediante el cual promovió y ratificó
las pruebas documentales que fueron acompañadas con la demanda de nulidad; y promovió
prueba de informes al DIRESAT para que remita copia de la totalidad de las actas que conforman
el expediente USM/027/2009 correspondiente al procedimiento sancionatorio iniciado en contra
de DITECH.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y subrayado del original].
En ese sentido, argumentó que “[e]l Tribunal Superior Séptimo a través del Auto de Admisión de
pruebas, incurrió en una errónea apreciación de los hechos, toda vez que consideró que DITECH
había promovido el mérito favorable de los autos, cuando del escrito de promoción de pruebas
presentado por DITECH se desprende que se promovió y ratificó el valor probatorio de las
documentales acompañadas en la demanda de nulidad y que corren insertas en el expediente
respectivo.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrillas del original].
Ahora bien, a los fines de dilucidar lo anterior, es necesario precisar que la apreciación del mérito
favorable de autos no constituye un medio de prueba per se, sino que más bien una
manifestación del principio de comunidad de la prueba que rige en el sistema probatorio
venezolano, cuya aplicación opera de oficio, ello en atención al principio de exhaustividad
procesal (Vid. sentencias Nº 2.595 y 2.564 de fechas 5 de mayo de 2005 y 15 de noviembre de
2006, respectivamente, emanadas ambas de la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo
de Justicia).
En ese sentido, es de destacar que la misma parte apelante manifestó que las pruebas
documentales promovidas ya rielan insertas en el expediente judicial, por cuanto las mismas
fueron consignadas conjuntamente con el escrito contentivo del recurso contencioso
administrativo funcionarial interpuesto.
Así pues, esta Corte aprecia que la calificación hecha por el a quo no comporta en forma alguna
una lesión al principio de libertad de medios probatorios vigente en nuestro ordenamiento jurídico,
ni mucho menos al derecho a la defensa ni a realizar actividad probatoria, por cuanto las pruebas
documentales promovidas ya forman parte del expediente correspondiente a la causa principal,
ergo, no existe admisión sobre la cual pronunciarse.
Vale decir, el merito favorable de lo cursante en autos se configura como una invocación al
principio de exhaustividad, previsto en el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, y en
ningún caso –se insiste- se convierte en un medio probatorio sometido a las normas de nuestro
ordenamiento jurídico.
En razón de lo anterior, esta Corte aprecia que no existe prueba alguna que admitir, y por tanto,
desecha la denuncia relativa al perjuicio irreparable al no otorgarle valor probatorio alguno a
dichas documentales, así como a la suposición falsa delatada ya que las mismas forman parte del
merito favorable de los autos y por tanto debe ser valorada en la definitiva por el Juez de la
causa; en consecuencia, se confirma el auto apelado en lo concerniente a este punto. Así se
decide.
De este modo, en virtud de los razonamientos precedentemente expuestos, esta Corte debe
necesariamente declarar Sin Lugar el presente recurso de apelación y, en consecuencia,
Confirma el auto apelado. Así se decide.
IV
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara:
1.- Que es COMPETENTE para conocer del recurso de apelación ejercida por la abogada
Mariana Urreiztieta, inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Nº 144.742
actuando con el carácter de apoderada judicial de la sociedad mercantil ESTUDIOS Y
PROYECTOS DITECH, S.A., contra el auto dictado por el Juzgado Superior Séptimo de lo
Contencioso Administrativo de la Región Capital en fecha 12 abril de 2012, mediante el cual
emitió pronunciamiento referente a las pruebas promovidas por la misma, en el marco del recurso
contencioso administrativo de nulidad que interpuso contra la Dirección Estadal de Salud de los
Trabajadores de Miranda (DIRESAT) del INSTITUTO NACIONAL DE PREVENCIÓN, SALUD Y
SEGURIDAD LABORALES (INPSASEL).
2.- SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto;
3.- CONFIRMA el auto apelado dictado por el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso
Administrativo de la Región Capital en fecha 12 abril de 2012.
Publíquese y regístrese. Déjese copia de la decisión y remítase el expediente al Tribunal de
origen. Cúmplase lo ordenado.
Dada firmada y sellada en la Sala de Sesiones de la Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo, en la Ciudad de Caracas a los once (11) días del mes de julio de dos mil doce
(2012). Años 202° de la Independencia y 153° de la Federación.

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