En fecha 11 de mayo de 2012, se recibió en la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos (URDD) de las Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo, oficio Nº TSSCA-0573-2012 de fecha 20 de abril de 2012, emanado del Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital, anexo al cual remitió copias certificadas relacionadas con el expediente contentivo del recurso contencioso administrativo de nulidad interpuesto por la abogada Aixa Añez Pichardi, inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Nº 117.122, con el carácter de apoderada judicial de la sociedad mercantil ESTUDIOS Y PROYECTOS DITECH S.A., contra la Providencia Administrativa Nº USM/0001/2011 de fecha 14 de enero de 2011, dictada por la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores de Miranda (DIRESAT) del INSTITUTO NACIONAL DE PREVENCIÓN, SALUD Y SEGURIDAD LABORALES (INPSASEL), mediante la cual le impuso multa por la cantidad de un millón ciento ochenta y cuatro mil bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 1.184.040), por “incurrir en la Infracción contemplada en el artículo 120 numeral 18 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo”. Dicha remisión, se efectuó en virtud de la apelación ejercida por la abogada Mariana Urreiztieta inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Nº 144.742, actuando con el carácter de apoderada judicial de la parte recurrente, contra la decisión dictada por el referido Juzgado Superior en fecha 12 de abril de 2012, que declaró inadmisible las pruebas promovidas por la misma. En fecha 15 de mayo de 2012, se dio cuenta la Corte, se designó Ponente al Juez Alejandro Soto Villasmil y se fijo el lapso de diez (10) días de despacho para la fundamentación de la apelación. En fecha 28 de mayo de 2012, se recibió de la apoderada judicial de la parte recurrente, escrito de fundamentación a la apelación. En fecha 5 de junio de 2012, se abrió el lapso de cinco (5) días de despacho para la contestación a la fundamentación de la apelación. En fecha 12 de junio de 2012, venció el lapso de cinco (5) días de despacho para la contestación a la fundamentación de la apelación. Mediante auto de fecha 13 de junio de 2012, se ordenó pasar el expediente al juez ponente Alejandro Soto Villasmil, a los fines que la Corte dicte la decisión correspondiente. En fecha 19 de junio de 2012, se pasó el expediente al Juez ponente. I DEL AUTO DE ADMISIÓN DE PRUEBAS Mediante auto de fecha 12 abril de 2012, el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital, emitió pronunciamiento sobre la admisibilidad de las pruebas promovidas por la parte recurrente, en el cual señaló lo siguiente: “En relación al CAPITULO I denominado DE LAS PRUEBAS DOCUMENTALES, mediante el cual promueve y ratifica las documentales marcadas con las letras, ‘B’, ‘C’, ‘D’, ‘E’, ‘F’, ‘G’, ‘H’, …’, [ese] juzgado considera que lo promovido es el mérito favorable de los autos, en consecuencia debe forzosamente aplicar lo establecido en la Sentencia Nº 96-861, emanada de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, la cual señala: […Omissis…] En razón de lo anterior, [esa] Sentenciadora considera INTRASCENDENTE pronunciarse sobre esta expresión de estilo, por cuento, no es un medio probatorio para demostrar las afirmaciones de los hechos. En relación al CAPITULO II, denominado PRUEBA DE INFORMES mediante la cual promueve Prueba de Informe […] [ese] Juzgado observa que la Sala político Administrativa mediante decisión de fecha 24.09.2002, estableció lo siguiente: […Omissis…] En razón de lo antes expuesto, [ese] Juzgado declara INADMISIBLE dicha prueba al no estar obligada la demandada, a informar a su contraparte, toda vez que existen otros medios probatorios, para obtener los documentos requeridos por el actor.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrilla del original]. II DEL ESCRITO DE FUNDAMENTACIÓN DE LA APELACIÓN En fecha 28 de mayo de 2012, la abogada Mariana Urreiztieta Terán, ya antes identificada, actuando en su carácter de apoderada judicial de la sociedad mercantil Estudios y Proyectos DITECH, S.A., consignó escrito de fundamentación al recurso de apelación ejercida en fecha 18 de abril de 2012, contra el auto de admisión de pruebas dictado por el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital, exponiendo las siguientes consideraciones: Preció que “[e]l día 14 de febrero de 2011, DITECH demandó la nulidad de la Providencia Administrativa que declaró con lugar el procedimiento sancionatorio por haber violado la inamovilidad del delegado de prevención Yexinio Urdaneta, […]. En [esa] oportunidad se acompañó con la demanda, un conjunto de pruebas documentales que representaban las pruebas fundamentales para sostener los argumentos de nulidad de la Providencia Administrativa esgrimidos por DITECH.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrillas del original]. En cuanto a las pruebas, relató que “[e]n la oportunidad de la Audiencia de Juicio, DITECH consignó escrito de promoción de pruebas mediante el cual promovió y ratificó las pruebas documentales que fueron acompañadas con la demanda de nulidad; y promovió prueba de informes al DIRESAT para que remita copia de la totalidad de las actas que conforman el expediente USM/027/2009 correspondiente al procedimiento sancionatorio iniciado en contra de DITECH.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y subrayado del original]. En ese sentido, argumentó que “[e]l Tribunal Superior Séptimo a través del Auto de Admisión de pruebas, incurrió en una errónea apreciación de los hechos, toda vez que consideró que DITECH había promovido el mérito favorable de los autos, cuando del escrito de promoción de pruebas presentado por DITECH se desprende que se promovió y ratificó el valor probatorio de las documentales acompañadas en la demanda de nulidad y que corren insertas en el expediente respectivo.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrillas del original]. Indicó que el Juzgado Superior “[…] incurrió en una falsa apreciación de los hechos, causando un perjuicio irreparable a DITECH al no otorgarle valor probatorio a las pruebas documentales que fueron acompañadas en la demanda de nulidad, y que sustentan los argumentos esgrimidos por DITECH con relación a los vicios contenidos en la Providencia Administrativa, basando de esta forma el Juzgado Superior Séptimo su análisis con relación a las pruebas promovidas por DITECH sobre hechos inciertos no promovidos por [su] representada, como lo es el mérito favorable de los autos.” [Corchetes de esta Corte y mayúsculas del original]. Al respecto, consideró que “[…] el Tribunal Superior Séptimo desechó categóricamente las pruebas promovidas y ratificadas por DITECH, negándole el derecho a la defensa y debido proceso al no permitirle demostrar y sostener en el juicio los argumentos esgrimidos en la demanda de nulidad con relación a la ilegalidad e inconstitucionalidad de la providencia Administrativa. El pronunciamiento de intrascendencia con relación a las pruebas promovidas y ratificadas por DITECH, conllevaría a que [su] representada [a] la imposibilidad de demostrar los vicios que en efecto permiten declarar la nulidad de la providencia Administrativa, cuando lo cierto es que [su] representada sí promovió un conjunto de pruebas que demuestran la veracidad de sus afirmaciones” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y subrayado del original]. Finalmente, solicitó a esta Corte “[…] declare CON LUGAR esta apelación y, en consecuencia, REVOQUE el Auto de Admisión de pruebas de fecha 12 de abril de 2012, dictado por el Juzgado Superior Séptimo […], procediendo a admitir las pruebas documentales que fueron oportunamente promovidas y ratificadas por [su] representada”. [Corchetes de esta Corte y mayúsculas del original]. III CONSIDERACIONES PARA DECIDIR Previo a cualquier pronunciamiento, corresponde a este Tribunal Colegiado verificar su competencia para conocer el presente asunto, para lo cual observa que dentro del ámbito de competencias de las Cortes de lo Contencioso Administrativo, se encuentra el conocimiento de las apelaciones interpuestas contra las decisiones dictadas por los Juzgados Superiores en lo Contencioso Administrativo, de conformidad con lo establecido en el numeral 7 del artículo 24 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, publicada en la Gaceta Oficial Nº 39.451, de fecha 22 de junio de 2010, la cual establece que los Juzgados Nacionales de la Jurisdicción Contencioso Administrativa –aún Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo- son los competentes para conocer de las apelaciones y las consultas de ley, de las decisiones de los Juzgados Superiores Estadales de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, las cuales mantienen la denominación de Juzgado Superiores Regionales de lo Contencioso Administrativo, sin embargo, por tratarse el caso de marras de la apelación de un auto de admisión de pruebas recaído en el marco de un recurso contencioso administrativo de nulidad de un acto emanado de la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores de Miranda (DIRESAT) del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), esta Corte estima pertinente emprender un breve análisis de los criterios que ha establecido nuestro Máximo Tribunal de la República respecto de la competencia de esta Jurisdicción Contencioso Administrativa para conocer de los recursos de nulidad ejercidos contra actos emanados del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales. Así, en primer lugar, resulta oportuno precisar que la Ley que rige al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales es la Ley de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.236 de fecha 26 de julio de 2005, la cual en su Disposición Transitoria Séptima, dispone lo siguiente: “Mientras se crea la Jurisdicción Especial del Sistema de Seguridad Social, son competentes para decidir los recursos contenciosos administrativos contenidos en la presente Ley, los Tribunales Superiores con competencia en materia de trabajo de la circunscripción judicial en donde se encuentre el ente que haya dictado el acto administrativo que dio origen al recurso inicial. De estas decisiones se oirá recurso ante la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia”. [Resaltado de esta Corte] Aquí, conviene señalar que la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, llegó a asumir el criterio competencial establecido por el legislador en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, [Vid. Sentencia Nº 02743 del 30 de noviembre de 2006, Caso: Sociedad Mercantil Servicios de Personal La Arenisca, C.A.]. No obstante, posteriormente la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, a través de la decisión Nº 589 de fecha 14 de mayo de 2008, Caso: Hermanos Pappagallo S.A., al resolver un conflicto negativo de competencia con apoyo en lo establecido por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, a través de sentencia Nº 9, de fecha 2 de marzo de 2005, caso: Universidad Nacional Abierta, determinó que los órganos habilitados para el conocimiento de los recursos de nulidad interpuestos contra los actos administrativos dictados con ocasión a la aplicación de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, son los tribunales superiores del trabajo y la Sala de Casación Social, hasta tanto se cree la Jurisdicción Especial del Sistema de Seguridad Social. Aunado a ello, no puede dejar de observarse que posteriormente a las consideraciones correspondientes al criterio atributivo de competencia anteriormente explicado, el Tribunal Supremo de Justicia -en Sala Plena- consideró que era a esta Jurisdicción Contencioso Administrativa a quien le compete conocer de casos como el que nos ocupa, así, la referida Sala, en sentencia Nº 144, publicada en fecha 5 de noviembre de 2008, Caso: Industrias Esteller C.A., con ocasión de resolver un conflicto de competencia suscitado entre el Juzgado Superior Primero del Trabajo del Circuito Judicial Laboral de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua y el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua, precisó que para conocer de un recurso de nulidad interpuesto contra una Providencia Administrativa emanada del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, eran los Juzgados Superiores en lo Contencioso Administrativo los competentes para conocer y decidir, en primer grado de jurisdicción, de los recursos contenciosos administrativos incoados contra los actos administrativos emanados por dicho órgano. Sin embargo, es de señalar que en decisión de reciente data el Tribunal Supremo de Justicia -en Sala Plena- mediante sentencia Nº 27 del 26 de julio de 2011, al momento de analizar un conflicto negativo de competencia suscitado entre un Juzgado Superior de la Jurisdicción Laboral y un Juzgado Superior de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, señaló que corresponde a la jurisdicción laboral conocer y decidir recursos como el de autos, y en tal sentido estableció: “Al respecto, esta Sala advierte que, en efecto, la Sala Constitucional en sentencia N° 1318/2001 del 2 de agosto, caso: Nicolás José Alcalá Ruiz, estableció -con carácter vinculante- que los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa eran competentes para conocer y decidir los juicios de nulidad contra los actos administrativos que emanaran de las Inspectorías del Trabajo, así como para la resolución de los conflictos que surgiesen con motivo de la ejecución de las referidas providencias administrativas que hubiesen quedado firmes en sede administrativa y, además, para el conocimiento de las demandas de amparo constitucional que se incoasen contra ellas. Sin embargo, la Sala Constitucional de este máximo Tribunal, en la sentencia N° 955/2010 del 23 de septiembre, caso: Bernardo Jesús Santeliz vs. Central La Pastora C.A. revisó el criterio que precede y cambió la doctrina en relación con la competencia para el juzgamiento de las demandas, de cualquier naturaleza, que se interpongan contra los actos administrativos que dicten las Inspectorías del Trabajo, con base en las siguientes consideraciones: ‘(…) considera oportuno la Sala revisar los criterios de interpretación de esta norma constitucional, que ha venido aplicando de manera pacífica y reiterada en casos como el de autos, a fin de garantizar la efectiva vigencia y respecto de los derechos y garantías consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (…omissis…) Por todo lo anterior, esta Sala Constitucional, actuando como máximo intérprete de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, estima que el conocimiento de las acciones intentadas en ocasión de providencias administrativas dictadas por las Inspectorías del Trabajo, debe atribuirse como una excepción a la norma general contenida en el artículo 259 constitucional, a los tribunales del trabajo. Así se declara. Con fundamento en las consideraciones que se expusieron, y en ejercicio de la facultad de máximo intérprete del Texto Constitucional, esta Sala deja asentado el siguiente criterio, con carácter vinculante para las otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de la República: 1) La jurisdicción competente para el conocimiento de las distintas pretensiones que se planteen en relación con los actos administrativos dictados por los Inspectores del Trabajo, es la jurisdicción laboral. 2) De los tribunales que conforman esta jurisdicción, el conocimiento de las pretensiones antes especificadas corresponde, en primera instancia, a los Tribunales de Primera Instancia del Trabajo y en segunda instancia, a los Tribunales Superiores del Trabajo. Así se declara. (….)’. Del criterio vinculante que precede, debe advertirse que a la jurisdicción laboral le corresponde conocer todas aquellas controversias surgidas con ocasión de la relación laboral, atendiendo a la especial naturaleza del contenido de dicha relación jurídica más que al órgano que la dicta. De allí pues, que corresponde a los tribunales laborales conocer de los recursos de nulidad de las resoluciones emanadas de las Inspectorías del Trabajo, por cuanto los mismos tienen como fuente la relación laboral. Así mismo, la Sala Constitucional en sentencia N° 108/2011 del 25 de febrero, caso: Libia Torres Márquez vs. Energy Freight Venezuela S.A. y otro, estableció que: ‘(…) como se observa esta Sala establece un nuevo criterio respecto a la competencia para conocer de los juicios contra las resoluciones administrativas emanadas de las Inspectorías del Trabajo, siendo en esta oportunidad preciso señalar que todos los conflictos de competencia que surjan con ocasión a dichos juicios, e incluso los que hayan surgido con anterioridad al presente fallo, se resolverán atendiendo el criterio vinculante contenido en la sentencia N° 955/2010, la cual tiene aplicación efectiva desde su publicación el 23 de septiembre de 2010, como ya antes apuntó esta Sala en sentencia N° 43 del 16 de febrero de 2011 (…)’. Para más abundamiento, en torno a las sentencias que preceden, recientemente la Sala Constitucional en sentencia N° 311/2011 del 18 de marzo, caso: Grecia Carolina Ramos Robinson vs. Instituto Universitario Politécnico Antonio José de Sucre, señaló: ‘En este sentido, una vez que se determinó que el laboral es el juez natural, resulta en interés y beneficio de las partes que las causas a las que se ha hecho referencia sean decididas por este con independencia de los criterios atinentes a la competencia que se hayan podido sostener con anterioridad y, por tanto, de la fecha de interposición de las demandas, de modo que esta circunstancia fáctica, que le es ajena, no les impida el acceso al juez que está más calificado para la cabal composición de la controversia; ventaja que se acentúa en materia de amparo constitucional caracterizada como está por la urgencia, que exige la mayor celeridad posible, celeridad que el juez especializado está en mayor capacidad de ofrecer. No obstante, en respeto a los principios de estabilidad de los procesos, economía y celeridad procesal que imponen los artículos 26 y 257 constitucionales, aquellas causas en que la competencia ya haya sido asumida o regulada de conformidad con el principio de la perpetuatio fori y el criterio atributivo de competencia que esta Sala recientemente abandonó –como se explicó supra- por o a favor de los tribunales de lo contencioso administrativos, continuarán su curso hasta su culminación. Así se decide. (…)’. Ahora bien, en el caso bajo estudio, la demanda fue propuesta contra el acto administrativo emanado del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), dictado con ocasión del procedimiento administrativo instruido contra la empresa Agropecuaria Cubacana C.A., que determinó la imposición de una sanción pecuniaria por el accidente laboral sufrido por el ciudadano José Rafael Castrillo, como consecuencia de la violación de la normativa legal en materia de seguridad y salud en el trabajo, supuesto de hecho previsto en el artículo 129 la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo . Al respecto, se advierte que el referido dispositivo legal prevé, expresamente, que las acciones derivadas ‘(…) de lo regulado por este artículo conocerán los tribunales de la jurisdicción especial del trabajo, con excepción de las responsabilidades penales a que hubiera lugar (…)’; asimismo, la Disposición Transitoria Séptima eiusdem, establece que ‘(…) son competentes para decidir los recursos contenciosos administrativos contenidos en la presente Ley, los Tribunales Superiores con competencia en materia de trabajo de la Circunscripción Judicial en donde se encuentre el ente que haya dictado el acto administrativo que dio origen al recurso inicial. De estas decisiones se oirá recurso ante la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia (…)’. En este mismo orden de ideas, debe acotarse que la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa no incluyó dentro de los asuntos que deben conocer los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa, las acciones de nulidad contra los actos administrativos emanados del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL) o de los órganos adscritos al mismo, con ocasión de la aplicación de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo. No hay duda pues de que la voluntad del legislador, en absoluta concordancia con las disposiciones constitucionales sobre la protección del hecho social trabajo y el entramado de relaciones jurídicas que del mismo deriva, tal como el régimen de seguridad y salud en el trabajo y las condiciones idóneas para el desempeño del mismo en protección de las condiciones físicas y mentales del trabajador, atribuyen –de forma expresa y exclusiva- a los órganos que integran la jurisdicción laboral, la competencia relativa al conocimiento de las acciones de nulidad ejercidas contra las decisiones administrativas dictadas por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), pues lo relevante para determinar cuál es el juez natural que ha de conocer este tipo de pretensiones no es la naturaleza del órgano del cual emana sino la naturaleza jurídica de la relación. Así las cosas, atendiendo la reciente doctrina vinculante emanada de la Sala Constitucional, en la que destaca la importancia de que la jurisdicción laboral conozca de las controversias que se deriven del hecho social trabajo y el entramado de relaciones jurídicas que del mismo derivan, por la relevancia que tiene en el Estado Social de Derecho y de Justicia, así como la propia Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo que establece los criterios atributivos de competencia en esta materia, debe determinarse que los órganos jurisdiccionales competentes para conocer y decidir situaciones como la de autos, son los de la jurisdicción laboral. Así se decide”. [Resaltado de esta Corte]. Asimismo, la Sala Político-Administrativa en decisión Nº 0080, de fecha 8 de febrero de 2012, en el caso: [“SCHLUMBERGER VENEZUELA, S.A contra el INSTITUTO NACIONAL DE SEGURIDAD Y SALUD LABORAL (INPSASEL)”] declaró competente a la jurisdicción laboral. Ello así, este Órgano Jurisdiccional considera que en el presente caso debe tomarse en consideración el principio de perpetuatio fori, establecido en el artículo 3 del Código de Procedimiento Civil, aplicable por remisión expresa del artículo 31 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, según el cual, la competencia se determina conforme a la situación de hecho existente para el momento de la presentación de la demanda, y no tienen efecto respecto de ella los cambios posteriores de dicha situación, salvo disposición de la Ley. (Vid. Sentencia N° 832 dictada por la Sala-Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia en fecha 15 de julio de 2004, Caso: Minera Las Cristinas C.A., vs. Corporación Venezolana de Guayana). Así, sobre la base de lo anterior, esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo resulta competente para conocer del recurso de apelación incoado contra la decisión dictada en fecha 12 de abril de 2012 por el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital. Así se declara. Resuelto el punto anterior, esta Corte pasa a analizar el auto de admisión de pruebas apelado, a cuyo efecto, estima pertinente destacar, como criterio doctrinario reiterado, que la providencia o auto interlocutorio a través del cual el Juez se pronuncia respecto a la admisión de las pruebas promovidas por las partes, “[…] es el resultado del juicio analítico efectuado por él, respecto de las condiciones de admisibilidad que han de reunir las pruebas que fueran promovidas, esto es, de la reglas de admisión de los medios de prueba contemplados por el Código de Procedimiento Civil, atinente a su legalidad y pertinencia; ello porque sólo será en la sentencia definitiva cuando el Juez de la causa pueda apreciar, al valorar la prueba y establecer los hechos, si su resultado incide o no en la decisión que ha de dictar respecto de la legalidad del acto impugnado” [Véase Sentencia de esta Corte Nº 354 de fecha 14 de marzo de 2007 (Caso: Electricidad de Caracas)]. [Corchetes de esta Corte]. En efecto, los artículos 395 y 398 del Código de Procedimiento Civil establecen lo siguiente: “Artículo 395: Son medios de prueba admisibles en juicio aquellos que determina el Código Civil, el presente Código y otras Leyes de la República. Pueden también las partes valerse de cualquier otro tipo de medio de prueba no prohibido expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus pretensiones. Artículo 398: Dentro de los tres días siguientes al vencimiento del término fijado en el artículo anterior, el Juez providenciará los escritos de pruebas, admitiendo las que sean legales y procedentes, y desechando las que aparezcan manifiestamente ilegales o impertinentes. En el mismo auto, el Juez ordenará que se omita toda declaración o prueba sobre aquellos hechos en que aparezcan claramente convenidas las parte.” [Negrilla de esta Corte]. Ahora bien, en los artículos ut supra transcritos se establece el principio de la libertad de medios probatorios, el cual, como ya ha destacado esta Corte en anteriores oportunidades, se inserta a su vez en el derecho al debido proceso consagrado en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, siendo que éste precepto constitucional resulta incompatible con cualquier intención o tendencia restrictiva de admisibilidad del medio probatorio seleccionado por las partes, con excepción de aquellos legalmente prohibidos o que resultan inconducentes para la demostración de sus pretensiones. Así, una vez analizada la prueba promovida, el Juez deberá declarar la legalidad y pertinencia de la misma y, en consecuencia, habrá de admitirla; negándola sólo: 1) Cuando se trate de una prueba que aparezca manifiestamente contraria al ordenamiento jurídico, que no constituya el medio eficiente a los fines de la demostración que se pretende en el proceso –que devendría en todo caso en una forma de impertinencia de la prueba –; o 2) Cuando el hecho que se pretende probar con el medio respectivo no guarda relación alguna con el hecho debatido; podrá ser declarada como ilegal, no idónea o impertinente, y por tanto inadmisible. Establecido el anterior criterio, esta Corte aprecia que el recurso ejercido por la parte actora se subsume a su disconformidad con lo dictaminado en el auto de admisión de pruebas en cuanto a: 1) La calificación dada por el a quo al medio por ella promovido como “documentales” en relación a las pruebas previamente consignadas con el libelo de demanda como merito favorable de los autos. En ese sentido, esta a Corte a continuación pasa analizar dichos puntos, a cuyo efecto observa: 1) Del merito favorable de los autos: Acerca de este particular, el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital determinó que “En relación al CAPITULO I denominado DE LAS PRUEBAS DOCUMENTALES, mediante el cual promueve y ratifica las documentales marcadas con las letras, ‘B’, ‘C’, ‘D’, ‘E’, ‘F’, ‘G’, ‘H’, …’, [ese] juzgado considera que lo promovido es el mérito favorable de los autos, en consecuencia debe forzosamente aplicar lo establecido en la Sentencia Nº 96-861, emanada de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo,[…]. En razón de lo anterior, [esa] Sentenciadora considera INTRASCENDENTE pronunciarse sobre esta expresión de estilo, por cuanto, no es medio probatorio para demostrar las afirmaciones de los hechos”. [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrillas del original]. En contravención a lo anterior, la parte apelante estimó que “[e]n la oportunidad de la Audiencia de Juicio, DITECH consignó escrito de promoción de pruebas mediante el cual promovió y ratificó las pruebas documentales que fueron acompañadas con la demanda de nulidad; y promovió prueba de informes al DIRESAT para que remita copia de la totalidad de las actas que conforman el expediente USM/027/2009 correspondiente al procedimiento sancionatorio iniciado en contra de DITECH.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y subrayado del original]. En ese sentido, argumentó que “[e]l Tribunal Superior Séptimo a través del Auto de Admisión de pruebas, incurrió en una errónea apreciación de los hechos, toda vez que consideró que DITECH había promovido el mérito favorable de los autos, cuando del escrito de promoción de pruebas presentado por DITECH se desprende que se promovió y ratificó el valor probatorio de las documentales acompañadas en la demanda de nulidad y que corren insertas en el expediente respectivo.” [Corchetes de esta Corte, mayúsculas y negrillas del original]. Ahora bien, a los fines de dilucidar lo anterior, es necesario precisar que la apreciación del mérito favorable de autos no constituye un medio de prueba per se, sino que más bien una manifestación del principio de comunidad de la prueba que rige en el sistema probatorio venezolano, cuya aplicación opera de oficio, ello en atención al principio de exhaustividad procesal (Vid. sentencias Nº 2.595 y 2.564 de fechas 5 de mayo de 2005 y 15 de noviembre de 2006, respectivamente, emanadas ambas de la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia). En ese sentido, es de destacar que la misma parte apelante manifestó que las pruebas documentales promovidas ya rielan insertas en el expediente judicial, por cuanto las mismas fueron consignadas conjuntamente con el escrito contentivo del recurso contencioso administrativo funcionarial interpuesto. Así pues, esta Corte aprecia que la calificación hecha por el a quo no comporta en forma alguna una lesión al principio de libertad de medios probatorios vigente en nuestro ordenamiento jurídico, ni mucho menos al derecho a la defensa ni a realizar actividad probatoria, por cuanto las pruebas documentales promovidas ya forman parte del expediente correspondiente a la causa principal, ergo, no existe admisión sobre la cual pronunciarse. Vale decir, el merito favorable de lo cursante en autos se configura como una invocación al principio de exhaustividad, previsto en el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, y en ningún caso –se insiste- se convierte en un medio probatorio sometido a las normas de nuestro ordenamiento jurídico. En razón de lo anterior, esta Corte aprecia que no existe prueba alguna que admitir, y por tanto, desecha la denuncia relativa al perjuicio irreparable al no otorgarle valor probatorio alguno a dichas documentales, así como a la suposición falsa delatada ya que las mismas forman parte del merito favorable de los autos y por tanto debe ser valorada en la definitiva por el Juez de la causa; en consecuencia, se confirma el auto apelado en lo concerniente a este punto. Así se decide. De este modo, en virtud de los razonamientos precedentemente expuestos, esta Corte debe necesariamente declarar Sin Lugar el presente recurso de apelación y, en consecuencia, Confirma el auto apelado. Así se decide. IV DECISIÓN Por las razones antes expuestas, esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara: 1.- Que es COMPETENTE para conocer del recurso de apelación ejercida por la abogada Mariana Urreiztieta, inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Nº 144.742 actuando con el carácter de apoderada judicial de la sociedad mercantil ESTUDIOS Y PROYECTOS DITECH, S.A., contra el auto dictado por el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital en fecha 12 abril de 2012, mediante el cual emitió pronunciamiento referente a las pruebas promovidas por la misma, en el marco del recurso contencioso administrativo de nulidad que interpuso contra la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores de Miranda (DIRESAT) del INSTITUTO NACIONAL DE PREVENCIÓN, SALUD Y SEGURIDAD LABORALES (INPSASEL). 2.- SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto; 3.- CONFIRMA el auto apelado dictado por el Juzgado Superior Séptimo de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital en fecha 12 abril de 2012. Publíquese y regístrese. Déjese copia de la decisión y remítase el expediente al Tribunal de origen. Cúmplase lo ordenado. Dada firmada y sellada en la Sala de Sesiones de la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, en la Ciudad de Caracas a los once (11) días del mes de julio de dos mil doce (2012). Años 202° de la Independencia y 153° de la Federación.