Grimson

1- Según Grimson: ¿a qué se debe el proceso de invisibilización de la diversidad que operó

en nuestro país desde el siglo XIX?
Grimson expresa que, a diferencia de lo que se cree, en Argentina sí hay racismo
por el hecho de que se tome el discurso “en Argentina no hay racismo porque no hay
negros”, se invisibilice la existencia de las diversidades presentes en el país. Sin embargo,
dejando de lado a las personas con ciertos rasgos fenotípicos africanos, se asignó a las
clases trabajadoras (a veces con alguna ascendencia indígena), a los más vulnerables el
término “negro” o “cabecitas negras”. Lo particular de esto es que el racismo se utilizó como
una maniobra política donde las personas discriminadas se identificaban con una identidad
política, el “peronismo”, adoptando esos términos como identificación de su ideología
política. Por lo que, esta invisibilización de las diversidades en Argentina estuvo
caracterizada fuertemente por la política. Por otro lado, la tendencia eurocéntrica invisibiliza
la gran diversidad de los argentinos y argentinas en su “blanqueamiento compulsivo” que
excluye a indígenas y mestizos cuando el 56% de la población tiene ascendientes indígenas
puesto que ellos fueron los primeros en habitar la actual República Argentina y más de 4%
de la población tiene ascendencia afro y de otras razas producto de las inmigraciones. Para
demostrar la inexistencia de negros en la Argentina a fines del siglo XIX, los censos
nacionales omitían la presencia de índios y negros y afirmaban que murieron en las guerras
de independencia. De esta forma, se niegan y se invisibilizan las raíces que conforman la
diversidad de Argentina.

2- ¿Con cuál de los conceptos trabajados por Margulis se puede vincular dicho proceso?
¿Por qué?
Al invisibilizar al otro, se niega que existe y esto no es más que otra forma de negar
su derecho a ser diferente. Con la racialización de las clases, la supremacía del hombre
blanco y europeo, supuso un estándar que elevaba a unos pocos y segregaba y excluía a
otros, promoviendo el racismo y el etnocentrismo. Pero, como dice Margulis, con expresar
las diferencias del otro no basta para hablar de discriminación, sino que se debe añadir a
priori una carga negativa donde se asocien ciertas características de un grupo de personas
con una actitud de desprecio hacia ellas, lo que lleva a jerarquizar los grupos sociales de
acuerdo a lo considerado “aceptable”. Asimismo, es que al adjudicarle el adjetivo de
“negro”, “cabecitas negras” o “bolita”, a una persona por el hecho de ser de la clase baja y
trabajadora y/o afrodescendiente o mestizo, se lo está estigmatizando, segregando y
clasificando dentro de una categoría en la que se supone inferior y menos importante por
tener cualidades diferentes a la etnocéntrica.