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BLANCA NIEVES

Narrador: un poderoso señor tenía una hija muy bella que se llamaba
Blancanieves, porque su piel era blanca como la nieve. La madre de
Blancanieves había muerto al nacer ella y, cuando cumplió quince años,
su padre se casó de nuevo. Su madrastra era una mujer soberbia, que se
creía la más bella del mundo. Todos los días se miraba al espejo encantado
que le había regalado un mago y le hacía la misma pregunta.

Madrastra: Dime, espejito, ¿quién es la mujer más bella del reino?

Espejito: Me preguntas lo mismo todos los días.

Madrastra: ¡Contesta mi pregunta!

Espejito: ¡Oh!, antes eras tu pero ahora la más bella es Blancanieves.


Madrastra: ¿Blancanieves?, ¿Cómo puede ella ser más bella que yo?
Esto no se quedará así.

Narrador: La Madrasta llama le llama al leñador.

Madrastra: Tienes que hacer algo por mí. Lleva a Blancanieves el bosque
más lejano y asesínala.

Leñador: Si mi señora.

Narrador: El leñador y Blancanieves caminan durante un largo rato en el


bosque.

Leñador: Blancanieves, tu madrastra me ha dicho que te asesine, pero yo


no soy un asesino.
Blancanieves: ¿Mi madrastra?

Leñador: Te dejaré aquí en el bosque, pero nunca regreses. Vete ya.


Blancanieves: ¿Qué voy a hacer aquí sola en el bosque?

Leñador: Busca un refugio en donde pasar la noche, ya después lo


resolverás.

Blancanieves: Como tú no eres el que dormirá en el bosque.

Narrador: Blancanieves camina por el bosque y encuentra una pequeña


casa. Lo que ella no sabía, era que ahí vivián 7 enanitos que en estos
momentos estaban trabajando.

Blancanieves: ¡Una casa!, digo, una casita, ¿quién vivirá aquí?, no


importa, descansare.

Narrador: Los siete enanitos van camino a su casa, cantando.

Enanitos: Ay hop, ay hop, ay hop ya es hora de cerrar, ay hop, ay hop,


hay hop, nos vamos a cenar, ay hop, ay hop. Ay hop, ay hop, marchemos
al hogar, ay hop, ay hop, ay hop, ay hop.

Narrador: Los enanitos entran a su casa y ven a Blancanieves durmiendo


en una de las camas.

Enanito bonachón: ¿y esta chica quién es?

Enanito tímido: ¡Es muy guapa!

Enanito gruñón: ¿Qué hace aquí?, es nuestra casa, ¡que se largue!

Enanito dormilón: Déjenla dormir, nosotros igual durmamos. Ya tengo


tanto sueño.

Narrador: Blancanieves se levanta al escuchar voces.


Blancanieves: (bosteza) ¿Qué hacen aquí niños?, ¿Viven aquí?

Enanito bonachón: No somos niños, y sí, es nuestra casa, ¿por qué te has
quedado a dormir aquí?

Blancanieves: Perdón, creí que eran niños, mi madrastra quería matarme,


pero el supuesto asesino me ha dejado escapar.

Enanito tontín: ¡Oh, que madrastra tan mala! ¡Quédate con nosotros, te
cuidaremos!

Blancanieves: Les ayudare con la limpieza, no se cocinar, pero intentare


prepararles comida.

Narrador: Pasaron los días y la madrastra era feliz, pues se creía de nuevo
la mujer más bella del reino. Pero, una mañana volvió a preguntar al
espejo.

Madrastra: Dime, espejito, ¿quién es la más hermosa del reino?

Espejito: Blancanieves, que vive con los enanitos del bosque, es más
hermosa que tú.

Madrastra: ¿Qué?, ¡No puede ser! Ese leñador infeliz las pagara. Pero
antes, iré yo misma a ocuparme de Blancanieves. Este será el fin de
Blancanieves.

Narrador: La madrastra se disfraza de anciana y lleva con ella una


canasta de manzanas envenenadas. Se dirige al bosque donde se encuentra
Blancanieves y le ofrece manzanas.

Anciana - madrastra: Muchacha, traigo manzanas deliciosas, ¿te


gustaría llevar algunas?
Blancanieves: Claro, les llevaré algunas a mis pequeños amigos.
Anciana: Pero prueba una primero.

Blancanieves: Esta bien.

Narrador: Blancanieves muerde la manzana y cae desmayada al suelo.


La madrasta se va, dejando a Blancanieves en el suelo. A lo lejos, se oyen
cantar a los enanitos que vuelven de trabajar.

Enanitos: Ay hop, ay hop, ay hop ya es hora de cerrar, ay hop, ay hop,


hay hop, nos vamos a cenar, ay hop, ay hop. Ay hop, ay hop, marchemos
al hogar, ay hop, ay hop, ay hop, ay hop.

Enanito tímido: ¿Qué es eso?, ¡es Blancanieves!

Enanito bonachón: ¡No puede ser, está muerta!

Enanitos: ¿Muerta? Ohhhhh, noooo.

Enanito gruñón: Ya que me empezaba a caer bien Blancanieves.

Enanito dormilón: ¡Ya se, intentemos revivirla como en el cuento de la


bella durmiente, busquemos un príncipe!

Narrador: Los enanitos fueron en busca de un príncipe. Y por suerte


había uno que se había perdido en el bosque. Los enanitos lo secuestraron
y lo llevaron a su casa donde tenían a Blancanieves.

Enanito gruñón: ¡Bésala! Príncipe: ¿Qué les pasa, enanos?

Enanitos: ¡Bésala! Príncipe: ¿A quién?

Enanito dormilón: A ella, es Blancanieves, la malvada madrastra del


reino le dio una manzana envenenada y quedó inconsciente. Es nuestra
amiga. ¡Bésala!

Príncipe: Qué muchacha tan hermosa.


Narrador: El príncipe besa a Blancanieves y esta despierta, de inmediato
se enamora del príncipe que la salvó del hechizo, se hicieron novios y
posteriormente se casaron, vivió feliz para siempre junto a su príncipe y
sus pequeños amigos. En cuanto a la madrastra, el príncipe ordenó
buscarla y fue llevada al calabozo, de donde logró escapar. Huyó por las
montañas entre una tormenta de nieve y nunca más se supo de ella.

Fin
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f in

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