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Principios éticos
Introducción
En las diferentes esferas de nuestra vida profesional los cursos de acción que decidamos tomar tienen que
respetar una serie de estándares éticos que se han vuelto vinculantes para los miembros de las distintas
comunidades académicas y científicas. Estos estándares tienen como propósito garantizar que las distintas
disciplinas estén al servicio de todos los seres humanos y que en su esfuerzo por el progreso del conocimiento
y por el mejoramiento del bienestar de los destinatarios del servicio profesional, se respeten los derechos
humanos de todos los grupos involucrados. Los llamados principios éticos pueden ser vistos como los criterios
de decisión fundamentales que los miembros de una comunidad científica o profesional han de considerar en
sus deliberaciones sobre lo que sí o no se debe hacer en cada una de las situaciones que enfrenta en su quehacer
profesional.
Ahora bien, la aplicación de los principios éticos no se puede hacer de manera mecánica, esto es, no son una
especie de recetario al cual uno acude cada vez que tiene un problema. Cada principio ético tiene límites, así
por ejemplo, la autonomía no implica que la persona pueda hacer todo lo que ella quiera con sus congéneres;
o en el caso de la ayuda hacia los otros no se puede caer en el paternalismo. En este sentido, aunque los
principios éticos son fundamentales, se limitan entre si ya que en su aplicación a una situación concreta se
requiere del buen juicio, es decir, de una ponderación adecuada por parte de quien tiene que tomar la decisión,
y esta ponderación exige tomar en serio los derechos e intereses de los otros.
Con este texto, se pretende proponer a la comunidad psicológica colombiana un modelo de principios éticos
que permitan fundamentar una práctica profesional justa y responsable. En cada principio se hace una breve
exposición de lo que en general éste significa, las referencias de la legislación nacional o internacional que los
apoyan y las normas de conducta que se derivan de ese principio. Con estos estándares o normas de conducta
se espera brindarle a los miembros de la comunidad psicológica elementos de juicio más concretos que puedan
ser útiles para la toma de decisiones en el día a día del ejercicio profesional. La tendencia internacional actual
es reducir los principios, razón por la cual, y en aras de hacer un documento práctico, se ha limitado esta guía a
cinco principios éticos: Beneficencia, No Maleficencia, Justicia, Autonomía e Integridad.4
Beneficencia
El principio de Beneficencia tiene una amplia tradición en la reflexión ética en medicina y psicología. Se
encuentra presente de forma expresa en los principales códigos éticos y bioéticos de ambas disciplinas. Se ha
desarrollado en concomitancia con la ampliación de las posibilidades técnicas de las intervenciones
especialmente en el área de la salud, puesto que ya es posible demandar intervenciones con garantías objetivas
de utilidad que conduzcan a un logro específico en el desarrollo de la persona o a la solución de una situación
patológica o disfuncional.
En líneas generales este principio lo que afirma es que el propósito de toda acción ética es mejorar las
condiciones de vida y de relación, y el bienestar de las personas, grupos, comunidades e instituciones atendidas.
En este sentido, la beneficencia está relacionada con el principio de no maleficencia ya que si la primera
exigencia ética de quienes cuidan por la salud de los otros es no causar daño, una medida primaria es procurar
que no se someta a nadie a procedimientos fútiles o temerarios que puedan entrañar riesgos.
Este principio tiene dos justificaciones, una que tiene sus fuentes en el
utilitarismo de Jeremy Bentham y John Stuart Mill y el otro en las éticas
Justificación
del cuidado. Para el utilitarismo, las acciones y normas son justas y por
tanto moralmente justas cuando las consecuencias de ellas generan la
4 Este escrito es una propuesta de los autores y no compromete la postura oficial de Colpsic o Ascofapsi.
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No maleficencia
El principio de no maleficencia tiene una amplia historia, y está vinculado al campo de la ética de la salud desde
el llamado Juramento Hipocrático, donde se expresa con la sentencia primum non nocere: Primero no hacer
daño. El aforismo demanda la atención particular por preveer riesgos y colocar las debidas medidas para
controlar el riesgo de daño que entraña cualquier intervención.
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De manera similar al caso del principio de la beneficencia, este también tiene dos
tipos de justificaciones. La justificación utilitarista, se puede expresar en los
siguientes términos: el principio de la máxima felicidad para el mayor número tiene
como corolario, la de no causar sufrimiento. De acuerdo con ello, el sufrimiento solo
podría justificarse si contribuye con la disminución del sufrimiento propio o el de los
otros. Ahora bien, el principio utilitarista implica que el sufrimiento solo se justifica si
este contribuye a una posterior disminución del sufrimiento. En este sentido, para el
utilitarista, el daño consistiría en infringir un sufrimiento no justificado.
Justificación
Desde la ética del cuidado, se puede decir que el daño intencional infringido a
nuestro cuerpo lo que expresa es una falta de respeto a lo que es más propio.
Cuando se causa daño al cuerpo del otro, como mínimo lo que nos encontramos es
con una falta de atención y de consideración en los intereses del otro. Para las éticas
del cuidado, el centro de la deliberación ética son las interacciones humanas, y para
ello es primordial tomar en serio los intereses de los otros. En este sentido,
esforzarse por no causar el daño, es una derivación de esta exigencia.
Referentes Principio rector c) del Manual Deontológico y Bioético del psicólogo, Acuerdo No. 10
normativos del Tribunal Nacional Deontológico de Psicología.
Resuelven de manera que evite o minimice el daño, los conflictos que se puedan
Estándares presentar entre las obligaciones o deberes de los psicólogos.
Realizan los actos profesionales que, aunque no beneficien, puedan evitar daño.
Justicia
El principio de justicia en ética está relacionado con la noción clásica de justicia, como la propuesta por Domicio
Ulpiano (170-228): Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi; "La justicia es la
constante y perpetua voluntad de conceder a cada uno su derecho". El mismo Jurista planteaba ideales morales
que correspondían al hombre justo: " Iuris praecepta haec sunt: honeste vivere, alterum non laedere, suum
ciuque tribuere"... "Los preceptos del derecho son: vivir honestamente, no hacer daño a nadie y dar a cada uno
lo que corresponde" (Domicius Ulpianus, Digesto, 1, 1, 10).
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El principio de justicia se encuentra presente en los principales códigos deontológicos de psicología y atiende
de forma particular al respeto por los derechos diferenciales de las distintas poblaciones que interactúan con
los profesionales. Lo justo se refiere a respetar los derechos de las partes involucradas y tratarlas con el mismo
respeto y consideración. En este sentido la justicia demanda que las personas sean tratadas de manera
equitativa y no pueden verse ni tratarse con un menor valor
Los psicólogos reconocen que todas las personas tienen el derecho equitativo a los
beneficios de la psicología, y procuran brindar de forma equilibrada la misma
calidad en los procesos, procedimientos y servicios.
Definición
No llevan a cabo prácticas injustas ni admiten prejuicios ni discriminación por edad,
sexo, identidad de género, raza, etnia, cultura, nacionalidad, religión, orientación
sexual, discapacidad, idioma y nivel socioeconómico.
Consideran que las personas tienen un valor intrínseco, respetan la dignidad de las
personas y los pueblos, y se comprometen en conductas que promueven la equidad.
Mantienen una atenta vigilancia a cualquier posible práctica injusta derivada del uso
inadecuado de la información psicológica por parte de terceros.
Ley 1090 de 2006, Artículos 16 y 17
Estándares Ejercen un juicio razonable y toman las precauciones para asegurarse de que sus
posibles sesgos, los límites de su competencia y las limitaciones de sus
conocimientos no permitan o favorezcan prácticas injustas.
Reconocen sus propias posiciones, creencias y conflictos con el fin de que su trabajo
no se vea influenciado de forma indebida por ellos.
Autonomía
La Autonomía está vinculada a la reflexión ética pragmática, y cuenta con gran tradición liberal. Ha sido aceptada
por un importante número de colegios médicos y psicológicos y es el fundamento de importantes acciones y
deberes en la intervención sanitaria, como el consentimiento informado.
La autonomía es al mismo tiempo un derecho y una capacidad. Como derecho hace referencia a la potestad que
tienen las personas para decidir sobre sus propios asuntos y en especial sobre su propio cuerpo. La autonomía
como derecho va en contravía del paternalismo y por ello exige a los profesionales no intervenir sin el
consentimiento de la persona sujeto de atención, así dicha intervención sea en su beneficio.
Como capacidad la autonomía tiene que ver tanto con las habilidades intelectuales y afectivas del usuario como
también de las oportunidades para ejercer dicha autonomía. Una persona que por diversas circunstancias tiene
limitaciones para llevar a cabo deliberaciones racionales, no tiene la capacidad para ejercer su propio juicio y en
este sentido no es capaz de ser autónoma, permanente o transitoriamente, según sea el caso.
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En otras palabras, la autonomía es reconocida como el derecho que tienen las personas competentes a ejercer
la regulación personal de forma libre y sin interferencias externas que impidan ejercer sus elecciones. De esta
forma, los individuos actuarán de forma intencional, con conocimiento de sus elecciones y ausentes de
influencias externas que pretendan controlar y determinar el acto. En el campo de la salud la autonomía está
vinculada con el reconocimiento que los pacientes tienen derecho a ser informados de las acciones médicas y
psicológicas que los agentes proponen y a partir de esa información determinar su propia elección. El
reconocimiento de este principio puso fin al llamado “paternalismo médico” en el cual el profesional asumía la
determinación de las alternativas profesionales que efectuaba en un paciente (Informe Belmont, 1979).
El principio de autonomía obliga a los profesionales a informar de forma adecuada, procurar y asegurarse de la
comprensión de la información técnica que ofrecen y defender la voluntariedad de las personas, grupos o
comunidades en la toma de decisiones.
En la filosofía moral se encuentran diversas formas de justificación, pero quizá las dos
más influyentes y mas significativas para la psicología son las que vienen de la
concepción deontológica kantiana y la utilitarista. Para Kant, la autonomía se
fundamenta en el hecho de que los agentes morales tienen dignidad, es decir que no
tienen precio y por lo tanto no pueden ser objeto de intercambio. En este sentido, los
seres humanos no somos meros medios de los intereses y preocupaciones de los
otros. Al mismo tiempo, en el centro de la idea de dignidad subyace la exigencia de
proteger al agente moral, que como es aquel que tiene la capacidad de ponerse fines
y por tanto de darle a valor a sus decisiones y acciones. La dignidad en este sentido
Justificación consiste en respetar la forma cómo cada uno concibe su propia vida. Esta exigencia, a
su vez implica que todos tenemos el deber de respetar la dignidad de los otros.
Vigilan sus propias posturas y valores para que no influyan de forma indebida en las
decisiones de los usuarios.
Ley 1090 de 2006, Artículo 2, principio 5. Artículos 15, 22, 26, 29 y 31.
Referentes
normativos Ley 1164, Artículo 35.
Abogan por que se respeten de modo especial los derechos de quienes pertenecen a
grupos vulnerables y quienes estén limitados en el ejercicio de su autonomía.
Están atentos a colocar las salvaguardias especiales que sean necesarias para
proteger los derechos y el bienestar de las personas o comunidades con
vulnerabilidades que puedan afectar su toma de decisiones autónoma.
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Toman las medidas necesarias para que los informes psicológicos realizados a
petición de terceros, y realizados previo consentimiento y conocimiento de su
contenido por parte del usuario, queden sometidos al mismo deber de
confidencialidad por parte de las organizaciones e instituciones solicitantes.
Integridad
El principio de integridad ha estado vinculado en algunos de los códigos éticos más significativos y sus valores
se encuentran integrados en otros principios en los casos en los que no lo es por sí mismo. La integridad como
principio ético está vinculado con la valoración de la honestidad, el respeto y la transparencia en las
interacciones profesionales.
Conceptualmente, la integridad se relaciona con la consistencia entre los valores que se predican y los métodos,
expectativas y resultados realmente alcanzados con las intervenciones profesionales. Como valor humano, la
integridad es una elección personal y un compromiso de consistencia con honrar la ética, los valores y los
principios.
En ética, la integridad considera la veracidad y transparencia de las acciones personales, por tanto, se opone a
la falsedad o el engaño. Cuando éste es requerido en la intervención o indagación, se deben cumplir las
condiciones previstas por la tradición en ética aplicada.
Los psicólogos aclaran su rol y funciones, las características de su tarea, y los límites y
características de sus técnicas, de su competencia y de su actuación profesional.
Actúan con probidad y honestidad y rehúsan prestar sus servicios para actos
contrarios a la moral y al buen nombre de la profesión
Ley 1090 de 2006, Artículo 2, principios 1, 2, 3, 5, 7 y 8. Artículos 10, 11, 18, 19, 21,
33, 37 y 42.
Principio rector e) del Manual Deontológico y Bioético de los psicólogos, Acuerdo No.
10 del Tribunal Nacional Deontológico de Psicología.
Aspectos
normativos
The British Psychological Society, (2009). Code of Ethics and Conduct Guidance.
Principio 4, p. 21.
Cumplen a cabalidad con los deberes profesionales a que estén obligados en las
instituciones en las cuales prestan sus servicios, salvo en los casos en que ello
comporte la violación de cualquiera de las disposiciones de las normas legales
vigentes. En esta última eventualidad, así se lo harán saber a su superior jerárquico.