Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cuento de Realista
Cuento de Realista
LOS ÁNGELES
GUÍA DE APRENDIZAJE
“EL CUENTO REALISTA”
OBJETIVOS:
TEXTO N°1
1. Lea atentamente el siguiente fragmento.
Baldosas negras y blancas
Dirma Pardo de Carugatti (fragmento).
Las jóvenes llegaron casi al mismo tiempo, atraídas por el cartel “Se necesita empleada”. La que
vino primero ya estaba hablando con la señora de la casa, cuando la segunda se aproximó con
disimulado interés. Traía en la mano el papelito que le había dado una mujer del mercado que
recordaba haber visto el cartel esa mañana. Ya estaba por pasar de largo, cuando oyó que la
señora decía que necesitaba dos empleadas.
La muchacha que llegó primero hizo un gesto cómplice a la otra y esta se detuvo a su lado. El
trato se cerró tras un largo interrogatorio y la enumeración de exigentes requisitos.
- Nada de novios en la puerta de la calle, ni familiares de visita. Salidas por turno una vez a la
semana y uniforme durante las horas de trabajo.
La Señora hablaba en voz baja, pero autoritaria y firme, mientras las inspeccionaba con la mirada,
como si estuviera midiéndolas.
- No tienen hijos, ¿verdad? -preguntó de pronto, con un tono que no dejaba dudas respecto a la
reacción que produciría una respuesta afirmativa.
La que Llegó Después hizo una mueca de disgusto, pensando, tal vez, que eso ya era
impertinencia, pero la otra, que tenía la risa fácil, la hizo desistir de una contestación altanera que,
por cierto, hubiera dado fin a la entrevista.
- Soy muy exigente, proseguía la Señora, por eso pago muy bien. Jamás tomo empleadas con
mala dentadura o aspecto desaliñado. Ustedes están un poco excedidas de peso, pero eso se
remedia con el trabajo.
Sin dar oportunidad a que las jóvenes hablaran, explicó que era extranjera y vivía sola. No tenía
amistades ni tampoco se relacionaba con los pocos vecinos de aquel barrio. Sólo tenía dos perros,
encadenados durante el día, que de noche se tornaban en celosos centinelas.
-Mis gustos son muy sencillos -explicó- pero demando orden y limpieza. Si están de acuerdo, me
entregan ahora sus documentos. Los guardaré en mi caja fuerte hasta el día que se vayan.
Las muchachas se miraron. La oferta era muy atractiva. Un buenísimo sueldo por solo servir a una
mujer solitaria en tarea compartida, no era para pensarlo dos veces.
La que llegó primero abrió la cartera que le colgaba de un hombro, y La Otra hurgó un momento
en un bolso de loneta donde traía sus pocas pertenencias. Ambas entregaron sus flamantes
documentos a La Señora, pero ésta, apenas los miró y sólo esperando confirmación murmuró
"Están vigentes, ¿verdad?", al tiempo que los guardaba en un bolsillo, junto a un nutrido manojo
de llaves.
-Pueden empezar hoy mismo -dijo mientras las hacía entrar.
Cuando se abrió el ancho y pesado portón, las jóvenes vieron una terraza de baldosas blancas y
negras, sucia de lodo, que terminaba en un patio de tierra al fondo de la propiedad. Allí bajo un
árbol, los enormes mastines prisioneros comenzaron a ladrar y grunir, descubriendo sus
puntiagudos colmillos. Una de las chicas, no pudo dominar su temor, y un fugaz escalofrío
estremeció su cuerpo. Tuvo el impulso de retroceder y deshacer el trato, pero La Otra, le tomó la
mano y se la apretó consoladoramente.
En ese momento, aunque entonces no lo sabían, aquellas muchachas que jamás se habían visto
antes, estaban sellando su suerte y el común destino que ya no las separaría nunca.
2. ¿Por qué el cuento anterior es “realista”? Fundamenta.
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
TEXTO N°2