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Iconos.

Revista de Ciencias Sociales


ISSN: 1390-1249
revistaiconos@flacso.org.ec
Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales
Ecuador

Morales Martín, Juan Jesús


José Medina Echavarría y la sociología del desarrollo
Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 36, enero, 2010, pp. 133-146
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Quito, Ecuador

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=50912885012

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José Medina Echavarría y la sociología del desarrollo
José Medina Echavarría and the sociology of development
Juan Jesús Morales Martín
Estudiante de doctorado, Universidad Complutense de Madrid. Becario de la Fundación Ramón
Areces.

Correo electrónico: juanjemorales@hotmail.com

Fecha de recepción: junio 2008


Fecha de aceptación y versión final: octubre 2009

Resumen
Este artículo presenta un recorrido por el pensamiento del sociólogo español José Medina
Echavarría, cuya obra ha mantenido un sentido de permanencia dentro de las ciencias sociales
latinoamericanas. Medina Echavarría puso en práctica, en Latinoamérica, la sociología del desa-
rrollo, introduciendo la importancia de lo social. Medina sostuvo que el desarrollo no implica
exclusivamente el logro de metas económicas, sino que también ha de suponer la consecución
de fines democráticos. A lo largo de su carrera, Medina asumió los planteamientos weberianos
para definir, entre otros aspectos, qué fuerzas espontáneas pueden cambiar la sociedad. El apor-
te de Medina Echavarría se podría resumir en tres puntos esenciales: la comprensión de una
sociología concreta de corte culturalista e historicista; el encuentro y el entendimiento de la
sociología latinoamericana con otras disciplinas académicas, particularmente con la ciencia eco-
nómica; la sociología y la ciencia como instrumento al servicio del hombre.

Palabras clave: sociología del desarrollo, democracia, teoría de la dependencia, sociología webe-
riana, modernización democrática, cambio social.

Abstract
This article presents a journey through the thought of Spanish sociologist José Medina
Echavarría, whose work has maintained a sense of permanence within Latin American social
sciences. Medina Echavarría put into practice in Latin America the sociology of development,
introducing the importance of the social. Medina maintained that development does not imply,
exclusively, the achievement of economic goals, but that it also must assume the obtaining of
democratic ends. Throughout his career, Medina assumed Weberian positions to define, among
other matters, the spontaneous forces that can change society. Medina Echavarría’s contribution
can be summarized in three essential points: the understanding of a concrete sociology of the
culturalist and historicist type; the encounter and understanding among Latin American socio-
logy and other academic disciplines, especially the science of economics; sociology and science
as instruments at the service of human beings.

Key words: sociology of development, democracy, dependence theory, Weberian sociology,


democratic modernization, social change.

Íconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 36, Quito, enero 2010, pp. 133-146
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
temas
Juan Jesús Morales Martín

Introducción La primera de ellas la denomino como etapa


de formación jurídica y adquisición del enfo-
n el año 2007 se celebró el cincuenta

E
que sociológico, la cual se corresponde a los
aniversario de la creación de la Facul- primeros años de la década de 1930, cuando
tad Latinoamericana de Ciencias So- Medina tomó contacto con el pensamiento
ciales (FLACSO), así como también se cum- español y europeo de su época. La segunda
plió el trigésimo aniversario del fallecimiento etapa se relaciona con los primeros años del
de José Medina Echavarría, sociólogo del exi- exilio en México, donde produce su teoría
lio español, quien fuera el primer director de sociológica más sólida. La tercera etapa, du-
su Escuela de Sociología. Si la figura de Me- rante los años de Puerto Rico, está caracteriza-
dina Echavarría ha pasado prácticamente desa- da por la maduración de un proyecto teórico
percibida dentro de la sociología española por que integraría posteriormente en su sociología
diversos motivos –principalmente, porque la del desarrollo. Por último, la cuarta etapa se
institucionalización de esta disciplina se pro- corresponde a los veinticinco años que nuestro
dujo dentro del espacio cultural del franquis- autor pasó en la Comisión Económica para
mo–, afortunadamente su persona y su obra América Latina (CEPAL) de Santiago de Chi-
han mantenido un sentido de permanencia le, desde 1952 hasta 1977. A esta última etapa
dentro de las ciencias sociales latinoameri- la denomino cepalina o etapa de sociología del
canas. desarrollo. La mayor aportación de Medina
Si bien se ha asociado a Medina insistente- durante esos años fue la introducción de la
mente con la sociología del desarrollo, convie- perspectiva sociológica en la comprensión de
ne aclarar que su obra no solo está acotada a los problemas del desarrollo económico. Hasta
este tema, sino que desde sus primeros libros entonces, el desarrollo tenía una visión muy
muestra una diversidad de inquietudes intelec- modélica y dirigida exclusivamente a y desde-
tuales que le llevaron a desplazarse desde un los parámetros económicos (Devés 2003: 23-
original interés por la filosofía del derecho has- 29). José Medina amplió esa percepción con
ta una cada vez mayor preocupación por la un enfoque mayor e integral de las ciencias so-
sociología. Aunque las etapas estén nítidamen- ciales en su trabajo cotidiano con los econo-
te demarcadas por su experiencia personal y mistas de la CEPAL. Este sería su mayor logro
que éstas puedan oscilar según temas y públi- para la sociología del desarrollo de América
cos, hay que destacar, sin embargo, que la obra Latina, al abrir una mayor amplitud de mira-
en general de Medina mantiene cuestiones das a la hora de analizar, estudiar y compren-
siempre visibles y constantes, como era su vi- der los fenómenos económicos como fenóme-
sión de la sociología como teoría y práctica, su nos sociales e históricos.
fidelidad a los grandes clásicos de la sociología
y su defensa del valor de la democracia.
A pesar de ello, en mi opinión, destaco José Medina Echavarría:
cuatro etapas intelectuales claramente defini- un retrato intelectual
das en la biografía de José Medina Echavarría1.
El contexto sociohistórico en el que se enmar-
1 Consultando la bibliografía sobre las periodizaciones
de la obra de José Medina Echavarría, no encontramos
ca la figura de José Medina Echavarría viene
unanimidad (Gurrieri 1980: 71; Ribes 2003: 264; claramente determinado por la primera crisis
Abellán 1998: 404; Maestre Alfonso 1991: 21). Mi de la modernidad que asoló los decenios
propuesta es la de dividir en cuatro periodos la biogra-
fía intelectual de José Medina, periodos que entreveran
su producción literaria y su experiencia vital: España, México, teoría sociológica; Puerto Rico, maduración
formación jurídica y acercamiento a la sociología; de proyecto teórico; y Chile, sociología del desarrollo.

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iniciales del siglo XX. La situación crítica del ya comienza a reflexionar acerca de las bases
proyecto moderno quedó reflejada en sus es- sociológicas del derecho (Medina 1935: 109-
critos, en sus diferentes expresiones y preocu- 112). A pesar de este interés creciente por la
paciones, algo que lo llevó a reflexionar y pro- sociología, Medina siguió ocupando su cargo
blematizar, por ejemplo, sobre el ascenso de de oficial letrado en el Congreso de los Dipu-
los totalitarismos, la sociedad de masas, la gue- tados, bajo la II República española, plaza que
rra como coordenada vital, la pérdida de valo- había obtenido en 1932. En 1935 logró la
res, el auge del capitalismo, la democracia o la plaza de catedrático de Filosofía del Derecho
situación socioeconómica de América Latina en la Universidad de Murcia. Uno de los tra-
en los nuevos márgenes de la sociedad globali- bajos presentados por Medina en las oposicio-
zada. José Medina fue, ciertamente, un gran nes de cátedra fue el inédito Introducción a la
espectador de la peculiaridad histórica del sociología contemporánea, escrito en 1934 y
pasado siglo XX, el cual marcó profundamen- preparado para su publicación en 1936 por la
te tanto el destino de su vida como el de su Revista de Derecho Privado, pero que las extre-
obra. mas circunstancias de la Guerra Civil españo-
José Medina Echavarría nació en Castellón la abortaron. Esta obra fue ampliada en 1940
de la Plana, el 25 de diciembre de 1903. Se y publicada por El Colegio de México y el
doctoró en Derecho en 1929 por la Universi- Fondo de Cultura Económica bajo el título de
dad Central de Madrid con la tesis La represen- Panorama de la sociología contemporánea.
tación profesional en las Asambleas legislativas. José Medina comenzó a verse y a sentirse
Su estancia en Marburgo (Alemania) como como un verdadero sociólogo, en una socie-
lector de español durante el curso académico dad española en la que apenas contaba la so-
de 1930-1931 le acercó a la filosofía existen- ciología2. La primera cátedra de sociología en
cialista y fenomenológica de Heidegger y al la universidad española se implantó en 1899,
historicismo de Dilthey y de Rothacker. Com- en los estudios del Doctorado de Filosofía de
plementó este enfoque circunstancial con la la Universidad Central de Madrid, ocupando
incipiente sociología alemana, desarrollada su lugar Manuel Sales y Ferrer (Núñez Encabo
por autores como Freyer, Mannheim, Simmel, 2001). La sociología en España continuaba
Tönnies o los hermanos Weber, quienes le in- siendo precaria en los años treinta, ya que to-
fluyeron años después en el sentido concreto e davía no se había completado el proceso de
histórico que tomaría su sociología del desa- institucionalización del campo sociológico.
rrollo. Esta experiencia biográfica, sumada al No había licenciatura de sociología en ningu-
hecho significativo de dar un curso de sociolo- na universidad española y la literatura socioló-
gía durante el año 1934 en la Universidad gica era más bien escasa.
Central de Madrid, por invitación de Adolfo Fueron unos años marcados por un espíritu
Posada, terminó por desplazar a José Medina renovador y modernizador, pero también fue
desde la filosofía del derecho o la ciencia jurí- un tiempo convulso, ajetreado y ciertamente
dica hasta decidirse resueltamente por cultivar contradictorio, del que nuestro autor fue un
la sociología (Medina 2008: 78). La personali- espectador privilegiado. José Medina se adhirió
dad de Adolfo Posada, quien recogía la línea a los principios de libertad, igualdad y fraterni-
positivista abierta por el krausismo español del dad que, para él, como para tantos otros, sim-
siglo XIX (Laporta 1976), fue decisiva para
que Medina adquiriera esa mirada sociológica. 2 Para tener un panorama más completo sobre la histo-
La sociología empezó a tener acogida en la ria de la sociología española, véase Del Campo (2001),
Giner (1991) y el volumen colectivo de la revista
obra de Medina a partir de su libro de 1935 La Política y Sociedad sobre la sociología española poste-
situación presente de la filosofía jurídica, donde rior a la Guerra Civil (2004, Vol. 41, No. 2).

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bolizaba la II República española. Fue fiel a los dina y Recasens llegaron a México; Ayala arri-
valores modernos de cambio y transformación bó a Argentina4. De los tres exiliados fue Me-
económica, cultural y social que representó la dina quien más aportó al desarrollo e institu-
República. El golpe franquista y la posterior cionalización de la sociología en América
Guerra Civil echaron por tierra un buen nú- Latina.
mero de proyectos académicos que tenía en José Medina Echavarría permaneció en tie-
mente nuestro autor3. Para empezar, Medina rras mexicanas desde 1939 hasta 1946. Du-
nunca pudo ocupar la cátedra ganada de Filo- rante esos años su labor como divulgador del
sofía del Derecho en la Universidad Central de conocimiento sociológico alemán y europeo
Madrid, en 1936. La fidelidad a esos valores le fue incesante: impartió docencia en la Uni-
conduciría al exilio en 1937. El sociólogo espa- versidad Nacional Autónoma de México, se
ñol comenzaba un largo destierro que lo llevó encargó de las ediciones de sociología del Fon-
a Varsovia (Polonia), donde fue el encargado de do de Cultura Económica y colaboró en la re-
negocios de la República española hasta 1939, cién creada Revista Mexicana de Sociología.
año en que partió a México ante la amenaza del Asimismo, fue uno de los primeros pensadores
nazismo. del exilio español en incorporarse a El Colegio
La Guerra Civil acabó con toda esperanza de México, donde dirigió su Centro de Estu-
de desarrollar en España una sociología cientí- dios Sociales entre 1943 y 1945, y su revista
fica plenamente autónoma. El papel central Jornadas. Las preocupaciones concretas de una
que les correspondía asumir a Francisco Ayala, época marcada por el destino de la Segunda
José Medina y Luis Recasens Siches de institu- Guerra Mundial caracterizaron varias de sus
cionalizar la sociología española bajo condi- publicaciones de aquellos años, como fueron,
ciones históricas y democráticas normales fue por ejemplo, su Prólogo al estudio de la guerra,
abruptamente truncado por la contienda béli- de 1943, o Consideraciones sobre el tema de la
ca. Fueron, en palabras de Enrique Gómez Ar- paz, de 1945; una literatura sociológica en la
boleya, “sociólogos sin sociedad propia” (Gó- que Medina dibujaba una civilización occi-
mez Arboleya 1991: 38). Fueron sociólogos dental, escindida como comunidad espiritual,
desprendidos radicalmente de la pertenencia temática que también sobresale en su magnífi-
de su objeto de estudio, la sociedad española, co ensayo Responsabilidad de la inteligencia, de
pero también fueron sociólogos que dieron 1943. Por cierto, este libro se destaca sobrema-
con unas sociedades receptoras, en las cuales la nera por temas recurrentes de la obra desarro-
sociología aún estaba por desarrollarse; Me- llista de Medina Echavarría, como son el trato
de los valores, la ética o la democracia –al que
3 Sabemos que entre los años 1933 y 1936 José Medina nuestro autor siempre se mantuvo fiel– desde
fue el encargado de la colección de Sociología de la
Editorial de Derecho Privado, dirigida por Adolfo Po- un enfoque puramente sociológico (Medina
sada. Para esta editorial Medina había traducido, en 1987: 17).
1933, el libro de Gustav Radbruch, Filosofía del dere- La estancia de Medina Echavarría en Méxi-
cho. Además, tenía la intención de que la Editorial tra-
dujera libros de Mannheim, Tonnies, Weber, Michels
co se definió, además, por su dedicación a la
o Lazarsfeld. José Medina no pudo disfrutar de una be- hora de reflexionar sobre la teoría y metodolo-
ca –concedida por la Junta para la Ampliación de gía sociológica. En dicho país, la sociología
Estudios– para estudiar sociología en Inglaterra y Esta-
aún estaba poco desarrollada e institucionaliza-
dos Unidos, en el año de 1936, algo que lo hubiera
convertido en el primer sociólogo español con forma- da; destacaban escasos autores como Antonio
ción en sociología anglosajona, y le hubiera permitido,
sin duda, protagonizar la institucionalización de la so- 4 Para indagar en la dimensión latinoamericana de la
ciología académica y científica en España. (Expediente sociología de Francisco Ayala y de Luis Recasens, se
de José Medina Echavarría de la Junta para la Amplia- puede recurrir a los trabajos de Ribes (2006, 2007 y
ción de Estudios). 2008).

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Caso, Daniel Cosio Villegas o Lucio Mendieta Parsons y el avance del estructural-funcionalis-
y Núñez (Moya 2006). Este interés personal de mo (Medina 1982: 110). Una escuela y una
legitimar científicamente a la sociología queda manera de entender la práctica sociológica que
manifiesto en dos magníficas obras: la Cátedra sería dominante en el campo de las ciencias so-
de Sociología, publicada por La Casa de España ciales tras la Segunda Guerra Mundial6.
de 1939 y, principalmente, Sociología: teoría y Tras su experiencia mexicana, José Medina
técnica, de 1941, obra en la que el sociólogo es- Echavarría pasó brevemente por la Universi-
pañol plantea que el acercamiento a la socie- dad Nacional de Colombia, en el año 1945,
dad ha de parecerse a la aproximación del donde fue profesor visitante. Después se mar-
hombre a la naturaleza: científico. chó a Puerto Rico, donde permaneció duran-
El gran logro que se le reconoce a Medina te seis años, entre 1946 y 1952, como catedrá-
durante esta etapa biográfica fue la introduc- tico de Sociología en la Universidad de Puerto
ción y acercamiento a la sociología latinoame- Rico. Allí pronunció sus Lecciones de sociología,
ricana de la mejor tradición sociológica euro- de 1948, obra que recoge sus clases mecano-
pea, siendo director de la Colección de Socio- grafiadas de teoría sociológica en aquella uni-
logía del Fondo de Cultura Económica, cargo versidad. Además dejó un manuscrito incom-
que ocupó desde 1939 hasta 1959 (Moya pleto, La sociología como ciencia social concreta,
2007). La traducción en el año 1944 de Eco- que sería publicado como obra póstuma en
nomía y sociedad, de Max Weber, fue un hito y 1980. En esas páginas ya se advertía la madu-
un regalo para la sociología latinoamericana al ración de un proyecto teórico-metodológico
acceder a la punta del conocimiento sociológi- que después volcó en su sociología del desarro-
co alemán y adelantarse en lustros a la recep- llo en los años de su estadía en Chile. En el
ción de la sociología comprensiva weberiana5. Campus de Río Piedras coincidió con su com-
José Medina también se encargó con su obra pañero de generación, Francisco Ayala, y con
Sociología: teoría y técnica, anteriormente cita- el poeta Juan Ramón Jiménez. José Medina
da, de otear la emergencia de la figura de llegó nuevamente a una sociedad sin sociolo-
gía y en la que su refugio intelectual fueron sus
5 Una traducción que se prolongó durante cuatro años, libros de sociología en alemán.
desde 1940 hasta 1944, y en la cual colaboraron, bajo El primero de agosto de 1952 inició su la-
la dirección del propio Medina, Juan Roura Parella, bor en la CEPAL de Santiago de Chile, prime-
Eduardo García Máynez, Eugenio Imaz y José Ferrater
Mora, en unas condiciones nada cómodas. La primera
ro como editor de publicaciones, para pasar,
versión en español constaba de cuatro volúmenes; el ya en el año 1955, a dedicarse a tareas relacio-
primero de ellos, “Teoría de la organización social”, nadas con el desarrollo social. En 1953 pu-
traducido, con una nota preliminar, por Medina
blicó Presentaciones y planteos, libro que recoge
Echavarría; la traducción de los volúmenes II y III,
“Tipos de comunidad y sociedad”, corrió a cargo de escritos anteriores, correspondientes a su etapa
Roura Parella, García Máynez e Imaz; mientras que de mexicana. Fue en el año de 1957 cuando José
la traducción del volumen IV, “Tipos de dominación”, Medina se convirtió en el primer director de la
se haría cargo Ferrater Mora. La majestuosa labor de
presentar al español la obra maestra de Weber, libro Escuela de Sociología de la FLACSO, como
sociológico de valor universal y manual indispensable, funcionario de la UNESCO (Franco 2007).
se convirtió en una travesía por el desierto que, al final, Entre 1959 y 1963 trabajó en la División de
tuvo su más loable reconocimiento al profetizar el dis-
currir que tomó la sociología entre los años cincuenta
Asuntos Sociales de la CEPAL. Desde el 30 de
y setenta, cuando o bien se hacía sociología weberiana, noviembre de 1963 hasta el 30 de junio de
o bien se hacía desde su crítica. Sería injusto, sin
embargo, reducir la aportación de Medina Echavarría,
así como la de estos otros autores, a las ciencias socia- 6 Sobre la incidencia de la obra de Medina Echavarría en
les de América Latina a su papel de traductores la sociología mexicana se puede consultar Zabludovsky
(Zabludovsky, 2005). (1998).

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1974, fecha de su retiro, se estableció en el Ins- Orígenes de la sociología del desarrollo


tituto Latinoamericano de Planificación Eco- de José Medina Echavarría
nómica y Social (ILPES), donde llegó a ser Di-
rector de su División de Desarrollo Social. Fue Decíamos que la figura de José Medina Echa-
una etapa intelectual definida claramente por varría destaca al haberse erigido como maestro
la sociología del desarrollo. de la sociología en las coordenadas marcadas
José Medina encontró, por fin, en los pro- por el debate del desarrollo de las décadas de
blemas del desarrollo para América Latina su los años cincuenta, sesenta y setenta del pasa-
verdadero “tema latinoamericano”. Ya tenía do siglo. Mi pretensión es destacar que Me-
una pregunta propia sobre la realidad latinoa- dina, durante los años de su etapa biográfica
mericana. Tras largos años de exilio, y de abs- adscrita a la FLACSO y, principalmente, a la
tracción teórica, había hallado un tema con- CEPAL, vertió en su sociología del desarrollo
creto con el que se sentía identificado y en el toda la formación académica que había recibi-
que podía volcar todo su conocimiento socio- do de la sociología europea de los años treinta.
lógico. En este período se aprecia una evolu- Es decir, encontró en América Latina y en su
ción en su pensamiento, ya que fue abando- peculiar configuración estructural el perfecto
nando paulatinamente el inicial teoreticismo laboratorio social en el cual poner en práctica
de su estancia mexicana por una creciente todos sus conocimientos teóricos previos.
preocupación por los problemas del desarro- La demanda teórica de José Medina duran-
llo, de la modernización democrática y de la te los años treinta y principios de los años cua-
cooperación trasnacional en la región latinoa- renta, como bien se apreciaba, era la de reafir-
mericana. Su obra descuella por insertar en el mar el estatus científico de la sociología, discu-
debate académico y teórico del desarrollo eco- tida y poco o nada desarrollada en los países de
nómico los aspectos y consecuencias sociales habla española –no así en otros países, como el
de la modernización, convirtiéndose, sin nin- caso de Alemania, Inglaterra, Francia o Esta-
gún tipo de dudas, en gran intérprete en len- dos Unidos–. Este subdesarrollo explica su
gua castellana de Max Weber, como así atesti- propósito de dotar a la sociología hispana de
guan algunas de sus mejores obras de este pe- reconocimiento y propensión científica, para
riodo intelectual; Aspectos sociales del desarrollo que se emancipara de las influencias foráneas.
económico, de 1959; Aspectos sociales del desa- Su trabajo de 1934, Introducción a la socio-
rrollo económico de América Latina, de 1962; logía, es un buen ejemplo de los temas que
Consideraciones sociológicas sobre el desarrollo luego han sido recurrentes en la obra desarro-
económico, de 1964; Filosofía, educación y desa- llista de Medina: desde el tránsito comuni-
rrollo, de 1967; o Discurso sobre política y pla- dad-sociedad hasta las propuestas teóricas que
neación, de 1972. José Medina Echavarría, tras encierran el carácter concreto e histórico con
un fracasado intento de reinserción académica el que entendía las situaciones sociológicas.
en España entre los años 1974 y 1975, regresa Medina sostiene que la historicidad de la
a Santiago de Chile, ciudad en la que moriría estructura social hace que categorías cultura-
el 13 de noviembre de 1977, dejando tras de sí les y sociales, históricamente predominantes,
una huella imborrable dentro de la historia de pervivan en el presente. Y el propósito es cla-
la sociología hispanoamericana. ro: la modernidad implica un tránsito de “la
circunstancia social de comunidad” a la “cir-
cunstancia social de sociedad”, lo cual supone
un mundo cultural vertical que favorece la
movilidad y el ascenso social dada la diferen-
ciación de la estructura social. Si en la socie-

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dad estamental el estatus social era de valor cipal tema de trabajo de José Medina durante
cultural o familiar, en la sociedad de clases el los últimos veinticinco años de su vida. Fue
valor predominante es el económico (Medina una preocupación centrada en los problemas
1934: 131). Por eso, José Medina ya advertía a de la emancipación económica y la transfor-
los sociólogos que tuvieran en cuenta el carác- mación social, producidos por el desarrollo
ter económico que forja el tipo ideal de socie- económico en América Latina. Su proyecto
dad. El sociólogo tiene que saber de los aspec- modernizador para la región latinoamericana
tos económicos que caracterizan a una socie- pasaba por un análisis sociológico de los aspec-
dad. A esta postura de definir el oficio del so- tos, de los orígenes y de las consecuencias so-
ciólogo la puso en práctica durante sus años en ciales del desarrollo económico como posibili-
la CEPAL, cuando se encargó de abrir el cam- dad de un mayor conocimiento y racionaliza-
po de la sociología en la economía, y ambos ción de la realidad para su transformación
pensamientos convergieron en una única línea social. Un proyecto modernizador planteado a
a la hora de entender el desarrollo en un con- favor de una “planeación democrática com-
texto cualitativo amplio, que tenía que ver con prensiva” (Almoguera 2008: 9) atenta al diag-
la historia de América Latina. nóstico de las condiciones sociales del desarro-
La transición societaria que sobrevuela en llo económico y sujeta a la aspiración funda-
estos primeros lineamientos teóricos de Me- mental de la democracia. La postura intelec-
dina estaba a la sombra del binomio comuni- tual de Medina estuvo orientada a advertir so-
dad-sociedad de Tönnies (1979: 116-117) o bre la idea de que el desarrollo no implica úni-
las distinciones entre solidaridad mecánica y camente el logro de metas económicas, sino
solidaridad orgánica de Durkheim (1987). To- también ha de suponer la consecución de fines
dos ellos compartieron un problema de fondo: democráticos.
cómo hacer más nítidos unos órdenes sociales En su análisis sociológico, confiando en
cada vez más opacos y oscuros. Los problemas abrir un proceso de racionalización para Amé-
sociales que se encontraron estos clásicos en la rica Latina similar al suscitado en Europa al
Europa de principios del siglo XX fueron tam- calor de la modernidad, José Medina separó
bién detectados por José Medina en Latinoamé- este camino hacia la transición democrática y
rica después de la Segunda Guerra Mundial, desarrollista para la región latinoamericana en
pero con una necesidad diferente: la urgencia dos procesos convergentes: el económico y el
del desarrollo. La respuesta, sin embargo, fue político (Medina 1967: 269). Su trabajo so-
similar: la confianza en el enfoque sociológico ciológico, influido por las corrientes económi-
para señalar el declive de la sociedad tradicio- cas de la CEPAL, afirmó la necesidad de que a
nal y apuntar la necesidad de incorporar pro-
gresivamente proyectos y programas de racio- 7 Es necesario contextualizar y reseñar que la teoría de la
nalización de la vida social. modernización tenía un origen claramente norteame-
ricano, adscrito a la escuela funcionalista de finales de
los años cuarenta y principios de los cincuenta del siglo
XX. Los primeros exponentes de este paradigma fue-
Sociólogo de la modernización ron, entre otros, David E. Apter, Samuel N. Eisen-
stadt, Samuel P. Huntington, Seymour Lipset y Talcott
Parsons. Esta corriente sociológica tuvo una gran re-
José Medina Echavarría se esforzó como repre- cepción en América Latina, de la mano de Gino Ger-
sentante de la “sociología de la moderniza- mani y Florestán Fernandes. Sobre la faceta de José
ción” latinoamericana en renovar el debate del Medina como “teórico de la modernización” se puede
desarrollo, eminentemente económico, intro- consultar Alarcón (1997). Para tener una visión más
amplia sobre el desarrollo de la sociología latinoameri-
duciendo la importancia de lo social7. La “preo- cana en este período, véase Fernandes (1957) y Ger-
cupación latinoamericana” constituyó el prin- mani (1959, 1964).

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la creación de una estructura económica con noamericano no se debía tanto a factores ex-
sus instituciones y organismos le acompañará ternos, sino más bien a factores internos y es-
otra estructura democrática que permita legi- tructurales de la propia región9. El sociólogo
timar, dar estabilidad y generar confianza para español veía que la planeación para el desarro-
un proceso histórico encaminado a mejorar las llo tenía que ser procesual y reformista. El
condiciones culturales, económicas, políticas y cambio debía quedar institucionalizado, prin-
sociales de la ciudadanía latinoamericana8. El cipalmente porque los saltos en la historia su-
triunfo de este proyecto modernizador de ca- pondrían unos altos costes humanos y sociales
rácter económico pasaba antes, sin duda, por que no se deberían permitir (Medina 1963a:
la construcción de una arquitectura política y 80). La teoría de la dependencia, por su parte,
social –en forma de valores socialmente com- tendía a sobreestimar al desarrollo en un sen-
partidos– de la nueva sociedad. tido económico y material, descuidando los
Ello explica su afán de investigar qué con- derechos y la forma política que adquiere tal
diciones sociales determinan el desarrollo eco- desarrollo10. La democracia no era una aspi-
nómico y en qué medida la estructura social ración.
establecía la orientación económica y política Lo que venía a concretar José Medina, dis-
de una sociedad. El interés de José Medina por tanciándose con ello de la teoría de la depen-
la relevancia de la estructura social lo vuelve dencia, era que el desarrollo debía privilegiar
también reconocido como destacado miembro un clima favorable para la acción social (Me-
del “estructuralismo latinoamericano” o de la dina 1991: 36). El Estado no tenía que ser el
“escuela latinoamericana del desarrollo”, junto actor principal, sino que, como Estado em-
a autores como Raúl Prebisch, Celso Furtado presario, tenía que facilitar la aparición de un
o Aníbal Pinto (Di Filippo 2007). Su apuesta clima propicio para las opciones de libertad y
pasaba por una sociología científica que res- subjetividad individual, puesto que los indivi-
pondía a la necesidad –de América Latina en duos habían de convertirse en agentes para el
su conjunto– de indagar sobre su composición desarrollo (Medina 1964: 69). Hay que recor-
social, sobre por qué es así y no de otra mane- dar que fueron tiempos en que el Estado en
ra, apostando por los métodos de investiga- América Latina estaba en pleno proceso de
ción social y la aplicación de categorías y con- edificación, y la pregunta por el Estado enca-
ceptos científicos que apelaban a una sociolo- jaba en esa aspiración de una planeación de-
gía empírica, de clara inspiración weberiana mocrática (Medina 1967: 63). José Medina
(Medina 1972: 150). El objetivo era encontrar
qué racionalidad económica se había dado his- 9 La conocida obra de Fernando H. Cardoso y Enzo
tóricamente en América Latina. Faletto, Dependencia y desarrollo en América Latina, es
una clara revisión crítica de las enseñanzas neoweberia-
De esta manera, José Medina enfatizaba las nas recibidas del maestro Medina, con quien coinci-
connotaciones culturales, motivacionales y dieron y trabajaron intelectualmente en el ILPES. Am-
sociales que determinan el terreno de los valo- bos autores entendían que el lastre modernizador de
América Latina se debía a causas externas, abriendo,
res, la moral, la composición económica, so- con ello, el camino teórico de la teoría de la dependen-
cial y política. Frente a la dialéctica de la do- cia (Cardoso 1969). Una teoría de la dependencia que,
minación asumida por la teoría de la depen- como se puede observar, nació dentro de la propia
dencia, nuestro autor consideraba que la situa- CEPAL que en aquella época era foco impulsor de una
teoría de la modernización de corte comprensivo, his-
ción periférica o marginal del continente lati- toricista y weberiano.
10 Para tener una visión más amplia sobre el significado
de la teoría de la dependencia dentro de la historia de
8 Sobre los orígenes y la génesis del pensamiento cepali- las ciencias sociales latinoamericanas, se pueden con-
no y su proyecto modernizador, se puede consultar el sultar los trabajos de Casas Gragea (2005), Larraín
interesante trabajo de Devés (2003). (1998) y Marini (1999).

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mantenía viva la idea de que la democracia era co de forma creciente, según maduraba su
el mejor sistema de dominación política, por- proyecto sociológico bajo la sociología del de-
que permitía la coexistencia de intereses dife- sarrollo. En México, Medina insistió primera-
rentes y contradictorios. mente en cuestiones que concernían a la cons-
El apunte estaba claro; se debatía intensa- trucción del objeto de estudio de la sociología
mente el futuro de América Latina y según la desde una postura abstracta –dada la ausencia
estructura política y económica de cada país de tema y audiencia–, como así hizo en su So-
en particular y de la región en general, así sería ciología: teoría y técnica, de 1941. Su preocupa-
la sociedad y así, por tanto, sería el tipo de ción pasaba por construir científicamente la
hombre. José Medina, como intelectual res- nueva ciencia de la sociedad (Medina 1982:
ponsable, estimaba que de la tarea de dinami- 38). Posteriormente, aprovechó el retiro de
zar la economía surgía, a su vez, la obligación Puerto Rico para empaparse de la sociología y
de ofrecer una cultura política, socialmente de la teoría comprensiva weberiana. En Chile
compartida. fue donde José Medina ajustó la pregunta
weberiana de la racionalidad occidental a la
realidad latinoamericana. Fueron aquellos
Max Weber en la sociología del desarrollo años de la CEPAL durante los que nuestro au-
de José Medina Echavarría tor, en plena madurez intelectual, encontró
una audiencia y un “tema latinoamericano” al
La figura de José Medina Echavarría ha queda- calor de las teorías del desarrollo y de la mo-
do indudablemente asociada a Max Weber. El dernización. El proceso de incorporar a Max
tropiezo con Max Weber marcó sustancial- Weber dentro de su pensamiento fue lento.
mente la obra de José Medina (2008: 161). No solamente había que leerlo, sino también
Fue un autor al que incorporó, revisó y visitó estudiarlo. José Medina pasó de pensar como
en sus distintos momentos biográficos a lo lar- Weber a pensar a partir de Weber.
go de su exilio sociológico por América La- Una de las primeras herramientas metodo-
tina11. En un primer momento, el sociólogo lógicas que José Medina tomó de la sociología
español encontró en Weber un principio de weberiana fue la del tipo ideal (Medina 1967:
legitimación o sustentación teórica, para pasar 273-276). A partir de ese concepto teórico
a integrarlo en su cuadro teórico-metodológi- trasladó los rasgos generales de las sociedades
desarrolladas a los de las sociedades periféricas.
11 Una de las tareas que todavía no se ha acometido res- Medina Echavarría abstraía como tipo ideal las
pecto a su biografía académica es la que trato de res-
ponder con las siguientes preguntas: si Medina es reco- español del primer tercio del siglo XX hubo una doble
nocido a partir de Weber, ¿cuándo comenzó a intere- recepción de Max Weber: por un lado, hubo una re-
sarse verdaderamente por el clásico alemán?, ¿cuándo cepción conservadora de la mano de Ramiro de
incorporó a Weber como fuente de hipótesis y de preo- Maeztu y, por el otro, una recepción liberal por parte
cupación teórica? Recientemente apareció un trabajo de Fernando de los Ríos (Ruano 2007). En la misma
que señalaba que José Medina llegó a Max Weber a tra- dirección liberal también se sitúan las tempranas citas
vés de la mediación de Karl Löwith en los cursos que de Ortega y Gasset a Weber en los años veinte (Ruano
tomó durante su estancia en la Universidad de Mag- 2007: 554). Esta doble recepción del pensamiento
burgo entre 1930 y 1931 (Morcillo 2008: 157). Dicha weberiano en las ciencias sociales españolas de aquella
estancia en la universidad alemana, sin embargo, fue época confirma el conocimiento de este autor, aunque
decisiva para el acercamiento de nuestro autor a la filo- fuera de una manera singular y poco desarrollada. Sin
sofía fenomenológica. Mi hipótesis es que José Medina embargo, la integración de Max Weber dentro de las
no integró –cosa bien distinta a recibir el pensamiento ciencias sociales en lengua española lo protagonizó José
de un autor– a Max Weber hasta tiempo después, Medina ya en tierras latinoamericanas, durante su exi-
cuando empezó a madurar su proyecto teórico en lio, continuando el camino abierto por estos intelec-
Puerto Rico y lo pudo desarrollar en la CEPAL de tuales y decantándose por una lectura liberal del clási-
Santiago de Chile. Para empezar, en el pensamiento co alemán.

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fisonomías generales de los países occidentales, latinoamericana. Una coexistencia que no es


económicamente adelantados, y las compara- contradictoria ni problemática, pero que sí
ba con los semblantes estructurales de una supone a la larga un obstáculo para el desarro-
sociedad pobre. De esta manera, el desarrollo llo económico, cultural y social. La gran carac-
se simplificaba entendiéndose como el paso de terística de la estructura social latinoamericana
un tipo ideal pobre a un tipo ideal avanzado y ha sido su capacidad de integrar algunos ras-
moderno. Una dualidad estructural que une, gos de la modernidad y de racionalidad, sin
en el mismo presente, el desarrollo y el atraso, abandonar patrones tradicionales e irraciona-
la modernización y el tradicionalismo, el pro- les. La flexibilidad de las estructuras tradicio-
greso y el estancamiento, la racionalidad y la nales explicaría, por ejemplo, la convivencia
irracionalidad, la independencia y la depen- de prácticas económicas capitalistas con accio-
dencia económica y científica, la unidad y la nes enraizadas en el servilismo y el patronazgo.
dispersión territorial. Todas estas parejas de Detrás de estos presupuestos se escondía una
conceptos que apelan a dos caras de una reali- clara denuncia política por parte de José Me-
dad hacían que en el diagnóstico sociológico, dina al apuntar la dificultad de implementar,
en unas condiciones de integración económica espontáneamente en América Latina, una cul-
cada vez más globales, apareciera una muy tura política racional y abstracta que fuese ca-
compleja sociedad latinoamericana, poco apre- paz de transmitir al ciudadano la confianza en
hensible desde el lenguaje científico. una institución impersonal –y aparentemente
Por tal motivo, el empeño teórico moder- lejana– como es el Estado (Medina 1963b:
nizador de José Medina fue poner fin a esas 14). En ese punto teórico sobresale su aporta-
concepciones dualistas, dando mucha impor- ción sobre la hacienda a la hora de moldear
tancia y presencia al legado histórico de las históricamente la estructura cultural, econó-
estructuras sociales12. José Medina superó esos mica, política y social de la sociedad latinoa-
esquemas de corte funcionalista al introducir mericana (Medina 1963a: 34). La hacienda
un concepto sociológico clave –el de “porosi- fue una unidad económica, pero sobre todo
dad estructural”– en su obra El desarrollo social representó una manera particular de organizar
de América Latina en la postguerra, de 1963 y vivir lo social y lo cultural, de caracterizar la
(Medina 1963b: 12-13). Con ese concepto de forma de relacionarse de hombres y mujeres
porosidad estructural nuestro autor describía latinoamericanas.
la coexistencia de elementos modernos con El marco teórico del que partió José Me-
elementos tradicionales en la estructura social dina fue la sociología de Max Weber, claramen-
te caracterizada por una metodología de la
comprensión (Verstehen) (Weber 2001). El so-
12 Pero tanto lo que es como lo que será deviene de lo que
fue. En otras palabras, tanto la estructura como las ten- ciólogo español quería poner de relieve cómo
dencias tienen un origen remoto, histórico. Resultó, la interacción recíproca de desarrollos externos
entonces, inevitable para Medina enfrentarse con la e internos actúa sobre las ideas y las motivacio-
realidad latinoamericana de su tiempo, retomando la
hipótesis weberiana de por qué Occidente se define nes de los individuos, apareciendo, de esta ma-
por su racionalidad, y por qué América Latina, como nera, como mecanismo de transformación so-
fragmento de Occidente, no se distingue por esta con- cial a la hora de sustituir un sistema de domi-
fianza en la razón, y su sociedad no se organiza racio-
nalmente (Weber, 2004). “Fragmento de Occidente”,
nación por otro (Weber 1990). Los plantea-
así la entendía el autor que nos preocupa; si América mientos weberianos fueron asumidos por nues-
Latina forma parte de la historia occidental, por qué tro autor para la sociedad latinoamericana en la
no tiene una racionalidad establecida socialmente, clara búsqueda de qué fuerzas espontáneas
acorde con la modernidad, con el desarrollo o con el
cambio social. ¿Hasta dónde ha llegado la transcultu- pueden cambiar la sociedad (Medina 1963a:
ración con Occidente? 69-70). Esa afanosa búsqueda de elementos

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motores o agentes para el desarrollo vendrá ex- clases emergentes capaces de dirigir la trans-
plicada y sustentada por la característica orga- formación estructural de la sociedad. Medina
nización estructural de América Latina. Para consideró evidente que la tesis de Weber sobre
ello destacó la noción de “clase social dirigen- el origen del capitalismo no se podía aplicar a
te”, en el sentido de qué grupo social debía Latinoamérica al quedar invalidado (Medina
asumir la responsabilidad de encabezar la 1967: 277-279). El cambio social, por tanto,
transformación social en un momento históri- se tenía que institucionalizar desde el Estado
co caracterizado por una crisis de liderazgo como factor de modernización y como fuerza
sociopolítico. de transición de una sociedad tradicional, oli-
También fue muy importante, tanto para gárquica y rural, a una sociedad industrial y li-
Medina como para Weber, la noción teórica bre. Y la planeación democrática, especial-
de “legitimidad”. Para José Medina el concep- mente para Medina, era el mejor escenario ins-
to de legitimidad invocaba un sistema, una es- titucional que posibilitaba la alteración de la
tructura social sustentada: nuevamente, sus sociedad al estar respaldado por un clima
miradas se dirigieron a la hacienda. Como or- abierto de crítica, debate y discordia.
ganización económica, social y política de Aquí, sin duda, hay un punto de aleja-
América Latina, la hacienda se asienta sobre miento entre Weber y Medina –quien tomaría
unas creencias, normas y valores que se trasla- unos planteamientos respecto a la planeación
dan a formas políticas autoritarias (Medina democrática más cercanos a los de Karl Mann-
1964: 34). Ello hace que el sistema político en heim–14. Si se lee Economía y sociedad, la de-
América Latina fuera visto exclusivamente por mocracia no aparece como aspiración –y si
su eficacia, por su instrumentalidad y no por aparece, lo hace desde la desconfianza–. A We-
una legitimidad democrática o legal-racional ber lo que le interesaba verdaderamente era el
(Medina 1964: 44). Así se explica que el inte- proceso de racionalización y no tanto la demo-
rés de nuestro autor hacia la legitimidad polí- cracia. Sin embargo, José Medina se convirtió
tica le venga de la combinación de una gran en un abanderado de la democracia, dada su
reflexión teórica junto a la sensibilidad de la propia experiencia biográfica. Cuando deci-
experiencia viva de la historia. mos que José Medina fue intérprete de Max
Medina Echavarría con su teoría de la mo- Weber en lengua castellana, estamos diciendo
dernización también se acercó al incipiente que no impuso a este autor, sino que con sus
estructural-funcionalismo de Parsons, pero de- traducciones y sus reflexiones teóricas ofreció
sarrollando su vertiente dinámica, y privile- un ejemplo de pensamiento para comprender
giando el cambio social como elemento fun- la propia realidad latinoamericana.
cional positivo13. La sociedad no solo es estáti-
ca, sino también dinámica. La sociedad es ten-
Conclusión
dencia (Medina 1987: 133). Es más, el cambio
y el conflicto social, la crisis como ethos socio-
Los cultivadores de las ciencias sociales tende-
lógico no es que fuera un factor positivo, sino
mos a ver la historia de una disciplina de ma-
que también era sumamente necesario. Para
nera superficial y periférica, con ausencia clara
José Medina el cambio social en América La-
de profundización. Esto pasa tanto con los
tina quedaba asociado a la labor transforma-
dora del Estado, dada la ausencia de nuevas 14 Medina tradujo al español, en 1946, la obra de Mann-
heim, Diagnóstico de nuestro tiempo. Pero la influencia
del sociólogo alemán no acabó ahí. José Medina reali-
13 Los primeros trabajos en los que se presentó el cambio zó implícitas referencias a Ideología y utopía y, princi-
social como categoría funcionalista fueron los propues- palmente, al libro Libertad, poder y planificación demo-
tos por Coser (1956) y Dahrendorf (1969). crática.

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sociólogos latinoamericanos del pasado como la sociología latinoamericana que aún perdu-
con los clásicos contemporáneos que en mu- ran en mayor o menor grado. En primer lugar,
chas ocasiones, a fuerza de la incipiente no- aportó una perspectiva histórica que la socio-
vedad, son desechados y olvidados por parecer logía norteamericana casi nunca ha tenido ni
perentorias sus posturas teóricas. La obra de ha entendido. José Medina criticó la aspira-
José Medina ha pecado en ciertos momentos ción universalista del funcionalismo. Él apos-
de tal olvido. Sin embargo, el sentido de per- taba por la comprensión de una sociología
manencia de algunas de sus aportaciones so- concreta de corte culturalista e historicista. En
ciológicas se debe a la fuerte impronta de las segundo lugar, José Medina tenía una perspec-
mismas. José Medina es recordado dentro de tiva amplia de conocimiento y de formación
las ciencias sociales latinoamericanas por ha- sociológica que no desdeñó ninguna forma de
ber introducido la temática social en la visión acercamiento al objeto de estudio sociológico
de los problemas de desarrollo económico. (ensayo, empírico, teoría). Abrió el encuentro
Desde entonces se pensó el desarrollo econó- y el entendimiento de la sociología latinoame-
mico como algo que también tenía que ver ricana con otras disciplinas académicas, espe-
con lo social. cialmente con la ciencia económica. Y, por úl-
Tampoco sería justo recordarlo única y ex- timo, la democracia fue una aspiración origi-
clusivamente como mero traductor de Max nal que depositó en su sociología del desarro-
Weber o por haber sido difusor de la mejor llo. Nos entregó una forma muy personal de
sociología alemana de su tiempo. Su labor a la entender a la sociología y a la ciencia como
hora de transmitir el conocimiento sociológi- instrumentos al servicio del hombre. Por eso,
co europeo contemporáneo es innegable, co- dada su experiencia biográfica marcada por el
mo también resulta relevante el papel que de- exilio, las guerras y las crisis de la modernidad,
sempeñó a la hora de contribuir al desarrollo e siempre trató de perseguir el bienestar huma-
institucionalización de los estudios y la inves- no con arreglo a principios racionales y éticos.
tigación sociológica en América Latina, cuan- José Medina dejó esa puerta abierta para que
do apenas existía la sociología. Fue protagonis- las generaciones futuras se cuestionasen algu-
ta del desarrollo de la sociología y de las cien- nos problemas culturales, económicos, políti-
cias sociales latinoamericanas en sus diferentes cos y sociales que se presentan en el mundo
etapas, comenzando por ser una de las figuras actual con renovada fuerza. Tal es su legado.
claves de los inicios de la sociología académica
mexicana, a principios de los años cuarenta
desde El Colegio de México y su Centro de
Estudios Sociales. Pero, sobre todo, fue motor Bibliografía
del proceso institucionalizador de la sociología
en todo el continente desde los años cincuen- Abellán, José Luis, 1998, El exilio filosófico en
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la sociedad también se pensara sociológica- sidad Autónoma de México, México, pp. 54.
mente y de que el discurso sociológico encon- Almoguera Carreres, Joaquín, 2008, “Presen-
trase su espacio. tación de la edición. José Medina Echavarría:
Más allá de estos logros, algunos ya borra- honestidad intelectual y prudencia política”, en
dos por el paso del tiempo, me atrevo a decir José Medina Echavarría, La situación presente de
que Medina Echavarría nutrió de tres cosas a la filosofía jurídica, Editorial Reus, Madrid.

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