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Realn perien 984 Gayle Rubin escr we el sexo, sexo (1989, se Pensaiento A (y hombres) —_41 fos que nos convierte en mu iginar y formular las relaciones humanas de maneras alternativas De lo que solia tener normaimente ganas Malte era de mi. En ese sentido no se andaba con romant no empezata confesén- dome su afecto, como Kohimorgen, ni interpretaba una compleja tragedia rica en texto y emociones extremas, como el hambre de abajo; desde la primera noche fue siempre al grano, lo cual era de agra decer, El sexo tampoco despertaba en mi emociones roméntices. Lo que me hacia valorarlo tanto era que no habia otra forma de estar tan cerca de otra persona 0, al menos, yo no la habla encontrado. sa sensacién de tener a alguien cerca me duraba mucho tiempo y ‘me reconfortaba por dentro hasta que se extingula y habla que ré- rovarla. ‘Sin importarle dénde estabamos 0 qué anduviéramos hacien- do, Malte se me echaba encima cuando le entraban ganas de mi, me besaba dvido, a veces on medio de una frase, me cogia de la mano y ime arrastraba tras de sf hacia el dormitorio. Allme depositaba direc tamente en la cama, nos desnudaba a ambos, me colocaba en la osicién que més le apetecia y empezaba, La otra posibilidad ora que yo cogiera las riendas. Entonces le cogia la mano, lo llevaba a vastras y todo transcurria exactamente igual, pero con los papeles cambiados. Una vez hablamos acabado (lo cual solla ser bastante nos ponfamos @ pensar inmediatamente en qué era lo siguiente que deseabamos hacer* ira no saben lo terrible secreto, una care preocupante que sigan insist do en que las definicio carecen de sentido. O peor tadavta, los autores sugieren 0 diferente para los hombres y para las mujeres; que los ‘sexos deberian respetar y adap apacidad de comu nicaci6n puesto que no compartimos el taje. Este tipo de n las formas Ei r estd ausen de compartir estrategi a a adap ‘que se suelen entremezclar y cuy adversas, por el riesgo de etnoc Po, ya que se compone de sensaciones, percepciones, expresiones, movimientos, gestos, actitudes, sentimientos, miradas, que articulan también, es des-encarnable y cepciones, se repiten pero se van modificando 43 os convierte en mujeres (y hombres) Una forma de vinculaci6 concretas y ic0s, hist6ricos, culturales. definic tex su globalidad aunque admito los ‘mocentrismo. Al margen 1 simple vista pareceria icci6n 0 afecto, el erotis- sexual 0 de pareja, Pero snte en e] amor como gené tanto su composicién como su organizacién y fas. Todo lo cual condicionarfa el aprendizaje y la in determinada, lo que en al in, Con todas las transgr est 44 ora pats del amor Un concepto habitual cuando hablamos de amor es el de . pero es éste un término que seria com i6n, para la particular tradicién enfatizar el amor por delante de sion frente al resto; q amorosas y donde, como verem a queda absolutamer in con otros. desigual, de las ral, de las emociones, identifi- \dores y antropSlogos, tiene que ver con ral. Como han sefialado autores como '©0 Peter Burke," ,c6mo diferenciar la wieteen mujeres (y hombres) 45 cemocién en sf de i6n oral oescrita? ,Cémo estar seguros de que un término representando Io que en otro idioma denomina- ? Mas atin, ¢qué sistema de representa 1a y psiquidtrica, desde la que se defenderfa la universalidad de nificados, procesos), o estados biopsicoldgicos, que deja social y linguifstico jente secundar smas. Las otras tres estrategias, a relativiza in y Ia context én, por el contrario, se centran en la dimen- sitia los discursos y las subj vvidades en contextos sociales e hist6ricos particulares y atenderfa a jimo, la contextualiza 6n no insiste tanto en la iz sus cambios. Por ura social, representa sido mujeres y femi- ‘én del estudio de sociaizacién y poder, hi lidad y ha influido en ta pri —_______Bsbozo de una teorfa a partir det cta a las sociedades europeas y norteamericanas, en las consecuencias que una deter especializacién emocional conlleva en el as entre las mujeres, la subordinaci6n, la misideradas desGrdenes ra de negociar ef ejer sectores subordinados, jeres puede ser por tanto vista del poder, que se focaliza sobr ral de la emocién de las represion 0 en los hombres (co +hos juristas, terapeutas y ‘ome la ereacion de la e 8 expert res, Port Discursos cientfficos de procucen estas ideas."* alas mujeres feministas que he en auts: nomas e independientes econémicamente y con una dosis import de rebeldfa en sus v definen como t jas), como para muchas otras mujeres que no se ed emotions: Gender, power, andthe rhetoric of emo- tional control in American discourse» (1990, p. 63), 2A Ihidem, p81 se Pensamiento » que nos convirteen mujeres (y hombres) 47 femente de que haya sido para ellas, en momentos coneretos © todo a sfaccién y plenitud o de sufi: aguf y ahora, es ales, sel cuando digo poner por delante, sexual 0 de pareja tiene 1s discursos y las expe- wrafia de cada cual se tien etc. Y que el negativo y,a una determinada ideo ender y practicar el amor \indose y reforzdndose has- ica y prictica que influye ibolos, representaciones, normas identidades sociales y gené- les, soci rma part ie surge en la modernidad y acciones indivi te de representar lo hur res y hombres, Este Pensamiento Am a que se constituye en 50 es asf el caldo de cultivo, la matriz, Era Moderna un orden. desigual. ‘gGnero, clase, etnia, sex 48. REE Eee res (y hombres) ___49 pie a la figura de la lesbiana, en cuanto que deser- que implica no s otras posibles, sino una forma de ino y Jo femenino absolutam mujeres. 1 margen de que hay: homosexuales, esta estre De una forma general se podria deci y europeas de ‘conereto que produc fad heterosexual, queda definida para Wittig « ire el «hombre» y la «mujer»,*y el pensa- un saber, un principio evidente, un dato puede entregarse a una de la historia, de la realidad so- lare- so las que sentime no incompletas, particulares, dep jos hombres son percibidos como completos, margen de que tengan o no detrés a las mujeres, que son vi rites; mientras qui vversales, independientes, iieres y a los hombres hi nda la sociedad, ¢ tezcan sus necesidades jendo a una su- res) que as, identidad se, dependiendo de las disc Idem p49. forma redent apropiada por cultural que es internal ticos significar en sus conductas. yjeres desde muy pequefi trabajo corporal intenso que. bi os en Loic: Wacquant," pode- siva del organismo que 0 mos definir como una ganiza en una deter y tesalta unos Y anticipacién (conversaciones, ciales, en definitiva, donde se ent: Adrienne, Secretasy silencios (198: Habe que subray a tradi este concepto en su a trenamiento. Véase, por ejemy Labour Among Pi Men's Bodies» de ss ue nos converte en mujeres (y hombres) —____51 la heterosexualidad y donde es todo jo. La parafemalia y la ritualizacion amorosa naturalidad. Una performatividad amorosa ratura, la msiea, la televisi6n, La heterosexualidad oblis de la suposicion de que u jetos cuerpos por medio algunos dias, pero da para él, tensa tiempo de vert. nte la disfrazaba. Ropa de fiesta, sajistas, las est jue ponen sus clientas en euidados terarias antiguas, que pueden remontarse hast jempo de los griegos, pero se desarrolla al compas de la sociedad lc consumo, las nuevas tecnologfas de la informaci6n y el su le un nuevo Ienguaje (emocional y psicol6gico) en torno a la vida wna." Cultura de consumo y sociedad industrial que, a través de __—Eshozo de uns tora par un proceso de saturacién roméntica, reformulan el yo, entendido como la constelacién de experiencias y expectativas de rrespondiente, son en conjunt los 1s culturales en las pe natives en unos rrarios que se presentan estin al mismo tiempo lejanos y pré de personas que comparten o han compart quehaceres. Difere in que ver ci 3s, pero también con idiosinerasias in- nos habla de la necesidad de poner: onvierte en mujeres (y mal y las experien rales, y los senti- s ambivalentes que expe! za asimismo esto que I te en las entrevistas b entre el . algo que por defi or y la raz6n, el n escaparta igaria a perder los pape nr de la e: mente) porque se sitt se puede lleva jer mujer que tenga un minimo de sensi imensiones, €] amor como lo sublime y el amor como idan sino que se entienden perfectamente compatibles. El resultado es que persiste por un lo esencial, e] amor como nuclear en o, y en otro nivel, secundari ideologfa ye Y.yo me pregunté cudntas veces a lo largo de mi vida habia presen- lado el ritual de los hombres mostréndoles a las mujeres los peque- ‘fos riesgos particulares que entraftan sus trabajos (no presumen ast ‘cuando el riesgo es grande). Quieren impresionarias, quieren que los ‘admiren. Enserartes dénde tienen que poner el pie o adénde han de dirigir sus pasos es sdlo un pretexto para reteneries. Y ademas encie- ‘ma otro placer. EI ntual exagera la oiferencia entre mujeres y hombres, yen esa exageracién revolotean las esperanzas."" 2001 nos convierteen mujeres (y hombres) 57 — Esbozo de una teria partir de amor € Isolda, uno de los relatos centrales en ‘medio pr uestra psicol tradici6n europea, expresa claramente el hecho oscuro e incon- fesable de que la pasién estd vinculada con la muerte y que sup 1 la destruccién para quienes abandonan a ella toda ira occidental, todos los gran idos «mds alld del especie de trascendencia de nuestras ¢ como una unidad fisica y psicol6gica, cogniti- absoluto tible con las leyes del mundo, pero que con un interior y un exterior perfectamente de- experi 0 «mds real que este fo». La fatalidad que biisqueda de la les empuja, y ala que se abandonan gimiendo, suprime la o y del mal; les conduce incluso oral, mds alld del placer y del si en que éste se distingue Id del origen de ‘ ds alld yen el que los contrarios se in. Ellos mismos lo n es el amor, el hecho iuye para Sarah Ahmed” un modelo odelo opuesto, er social de e tsolda sobre la persona libre y responsable. Amar mds al we al objeto de amar a la pasién por simisma, desde el «ama- amare» de ¢ ode) 10. Amor-pasion: deseo de lo que n nros» son modelados a trav ds: el eyo» y el «nos hha dejado de repi su persistencia nos invita a ropa (...) Definiréa fuera, mo estoy sean psicoldgicas y so laa tanteniendo que l tales y colectivas. Mi modelo : Tévora, Ana, 2004, pp. 8-9) 58 boro de una eon «pari del yo social como objetos, un proceso que sit- siere que la «objetividads de lo psiq tarfa, como ya se ha pedestal de tod como veremos més ade~ i208 comunitarios se myugal— se constituye rma de vida mbios n 0 Xx. Cambios que podrfamos resumir sefialando que hemos pasado de u sitve para distingu Sociedad y la expe x c0 a Rosa Medina experience? (1995); Bestar, lay ele se Ponsa lerizada por una segrega ‘xos, en la que la nica y Stephanie C ist6 el ay sesenta del sig lental y Norteamérica estuviera const po el ‘50 afios, en el que e! 16s —en el siglo xx—, se sexual trimonio, primero —en el sentimentaliza, y des omando fuerza un nuevo patrén amoroso qh me- idad, y produce de rotu- nde Ia aventura we, la ex- 10 tiempo se ha vuelto opeional y mds. indivisible, libre de me | consiguiente abandono cuando no hay suficientes dosis de pasion y inicaci6n.” clay formacisn de pate 6 pa), 5p. medianoche atin le rompe el corazén a Marivoeen. Los de- ‘més se habian ido a fa misa, ella estaba de vuelta de todo, con aquel ‘bebé sin patas entre las manos y no llors, no hay lagrimas, agobiada or fo inevitable. EI mundo que habla montado paciontemente a su alrededor se derrumba. Esté sola. Més que sola, porque no sabe uién es ef padre de la nia que acaba de part Pero al cabo del largo silencio en el que apenas se toma el tiempo de limplarse la sangre {que atin le gotea, suspira y se pone en pie. Hay muchas mujeres que ‘se encuentran asi en el momento de! parto, solas consigo mismas y ccon esa prolongacién de su ser que les parece tan extraflo, tan poco lla. uma teora a pati del amor problemas de salud, entre otros. Un del zaci6n del amor lleva a las mujeres a renunciar a sf i de encontrar en hombres. Nos Linda Rebhun sobre la mismas, lo que es mu de los del ( de las iento y la generosidad. Mientras q ligacién de auto-ren Esta actin hombres son ernidad, consecu le eso que estamos denominando Pensamiento Amoros y de alguna manera dina ccéntricos y rigidos como los del ape perfodo ene guerra cas feminists desde rs y hombres) 63 aes, como la del o,® para poder acceder a entender esas tulos em solutamente s que se establecen entre una mi Algo que podi ta que resul le es mas pertinente que nunca: {Qué es, e6mo y cu Vieja a ser madre (padre) ¥ por pulre) de alguien que no lo es? Mas s, que se presen- bre de sto muy en boga, la dedica a como un requisito no solo " undo. A este huvel, en el contexto espaftol, la voz cantante \do dife- " taformas alrededor del embarazo, el parto 0 mista en Ia Na- lo por ejemplo un papel prota jea del parto con nan cambios ia materidad de las mujeres vascus co (2008), i2t dela Leche o El Paro es Nae fv mspseslorganizacion/ sn) bres) __ 65 se Pensamie te en mujeres (y 64 a en que ver con el hecho de intentar permanecer en (o intentar idea- vat) relaciones de pareja que no les satisfacen. Pero lo més interesan- wees que hay una relaci6n directa entre urgentes, tiende a re lizaen su tesis doctoral c s carencias vividas respecto s padres (sobre todo 1a madre) y Ia busqueda compulsiva de al- uien que las ame; entre el sentimi | margen de las condiciones sociales de la de las teo1 s que se basan sus agumen= bles y asocian, por poner un ejem- ies com ellas (...) La ne conveniencia de po- Una estudiante de doctorado, madre reciente, comentaba debate que e1 is de los procesos de en su caso); y en segundo lugar, de que la s mn estos momentos la pri ja de pocos meses, muy por delante de su compai rece Ser, por otra parte, Io que se espera de una mujer. No los hijos no estén siempre Th icos graves de salud ment esti casa pueblo de Granada, la mayorfa de las cual estable.§* Muchos de los conflictos presentados por onstruidas amor a los otros y que culpat permitidos (envi- dias, deseos de estar en el centro o decidir sobre Ia propia vida.. -cho de que en nuestros hospitales piblicos o privados se ani- 's hombres ‘que sea la madre, una hermana, una amiga 0 la que acompafe, es una cong en las tareas reproductivas. Y en cierto modo Una reflexién reposada nos podria llevar, sin embargo, ta. Blizquez muestra también en su en general ss son mas bien sujetos extrafios en rio del embarazo y el parto, no tienen un lugar en él." ue esto es asf porque 1o que importa no es el papel el hombre, sino la presenci o tienen pare ‘na minora pri Uno de fos 66 shoo de una teri partir det amoe Jina como simbolo de que la pareja (sobre todo Ia heterosexual) es y debe ser central, no s6lo como niiclea de la familia, sino como base de la sociedad. La ideologfa de pareja. Los hombres también aman Pero, como escribe Clara Cor rergonzarse por ello uales cor 1 cuando el varén es afectuoso y ‘ama intensamente sin categorta de «idolo», mientras en vistas como cumpliendo con lo que ru Como si el amor fuera un sentiment nal en los varones.® Lo los deja a veces perplejos, nte, e ei s, € imposi el reparto de tareas y, en do mas gicas diversas, im son la Plataf dope jevadas a cabo por jos que proclaman Ja custodia is jueces de conceder nte la mujer. Se muestran ademés muy criticos, e incluso agresivos, con las feministas, por haber propiciado esta situacién (dicen ellos) pero no profundizan de Ja misma manera en el modelo dominante ideal de pareja/familia lta seriamente la crianza compartida después de una se- paracién, Muy al contrario, lo reafirman, Pero, el amor materno estd siempre en eli 0. Todo por el hijo. Y las, ven su vida absolutamente supeditada a las directrices de expertos 0 Pseudo-expertos que proclaman un amor de madre qu wraizado, como seflala también Coria, en una superpo tificaciones erréneas. Una es la de suponer que mujer es igual a ma desde otro plan distintas aso compartida y de al cultural por delan- sjeres de came y hueso 90, Corin (2 91, Vease p72) town se Pensamiento Amoroso que nos conviere en mujeres (y hombres) ___ 67 por lo tanto incondicional. Otra que madre es igual a amor, yla rercera que amor es igual a bo equivocadas porg es el «ser madre». En se 2 de brin Ademiés de la matemidad, el otro ambito cultural que configu: a Ia triada occidental del amor, estrechamente ligado a todo Io es el de las cuidados)que ha adquirido mucha relevancia en sociedades europe: ." pero tambi pleo, y las transformaci al y Atencion n de dependencia, que ha tenido la virtud las que se responsabilizan de atender y apoyar a los demi. in sexual del trabajo absolutamente discriminatoria, por pobreza y el menor estatus social que supone para las muje- Podriamos decir que, en general, cuando mis euida este ibuyendo estudio de las emociones en el ani organizacién social del trabajo y Ia si del 6n de las lugar a resultados muy interesantes. En este sentido iS aportaciones de la socisloga Ar lo, aeneubr creo que hace falta de cuidados que, a la vez. que es n te6rico, resu definirse como espacio, y se dis organizacién sociedades occidentales, con j6n conereta d ‘muchas veces problemitico y confuso, ya que suele ‘ima del tiempo y del in modo de produccién y una socializa- personas a través de una divisidn sexual (también conereta) del trabajo, donde las mujeres son orientadas hacia el cui do y la atencién y los hombres haci mercado. 96. Véase, por ciemplo, su 1 Pensamiento Amoroso que nos convierte en mujeres (y hombres) —__.69 En el feminismo las posiciones tesricas més radicales que aso- mor y cuidado estén representadas por lo que se ha denominado Maternal, de autoras como Sara Ruddick.” Carol ma de las ms veterat ss en estos pl camientos, sostiene ela identidad de las mujeres esté constituida en js que relacionan el amor es femeninos a este nivel: nes en Ia atenci s que es urgente redefinir qu ademas de redefinir J el apoyo daridad y ta reciprocidad y traspasar las fronteras de I ser la relacién entre las personas que ue son atendidas. Que el 70 RPE tee r del amor 8 teorfa ap el cuidado compartido 1e la responsabilidad debe ent tanto en el caso de las entre distintas personas y servicios implica nde ién de la buena atencién se- y del desequilibrio entre per- oras y cuidadas (...) No es posible pensar en el bienestar de forma conjunta en el bienestar de todos. Redi- dos y diferenciables ( tarea de cuidar: desde garantizar la alimentac vilidad y la intimidad de la perso n, la higiene, la n wpacidad de diagnosticar distintas necesidades y situaciones, ofrecer seguridad 1e ejerce 1es laborales (trabajo/ des instrumentales y y por un lado, y asignacién a las de cuidar, basada en el hecho de que sean conside- lo por 0, en consecuencia el de )y Tas muje- mmo las guardianas de los afectos, es I6gieo que sean ‘a, no hace més que y las buenas condiciones laborales para ellos, combinado con el reparto del t ‘entre generaciones, garantiza un sostenit Amoroso que nes converte en mujeres (hombres) —____71 Pareja. Maternidad. Cuidados. Estamos hablando de tres marcos de sig que son permeables y se retroalimentan e izarse y paternalizarse iaginario privilegia jerta jerarquia entre ellas, que dependiendo de la edad y de ser en tun momento dado estigmatizadas 0 incluso penalizadas. No hay mis que ver la desproporcién entre la cantidad de litera- sobre el amor en relacién a la que existe en torno a la embargo, en la vida de practicamente todas las mujeres con he estado y de otras muchas que conozco (también de muchos bres), [a amistad es absolutamente primordial y ocupa un lugar de 1s mujeres cuentan en Ja consecuciGn de ipios proyectos de vida, con un papel especial en las iniciativas 1s de cambio." yroso no se proyecta solo en la erianza, ida conyugal y familiar, sino que afecta 72 a la organizacién social en su conjunto e influye yn indirectamente simbolos, normas, leyes, y préctic aborales, relacionales 0 de ocio, incluso aquellas q tement cultural como el de Ia Virgen Marfa que, lades a rciadas 0 separadas 3s, con hijos 0 co jos 0 sin hijos cc ‘con hijos grates que comparten, ‘Aunque alguna de las formas citadas, comparten vivienda, no obedecen tanto a una ele 1ue no favoreceria la autoridad mascu- del trabajo u rereta del parentesco y los hogares, ni... ira sovegada nos h fremte a la sepa- tado, mereado 0 to redes de n y control, y que las ibres) dentro de las fumilias son n obligacién legal. Pri necesida- 1 amenaza y protegerles, o bien cwidar de smas, sea porque no siendo Ja principal jende a las situaciones de nstitu (1995) y Ulrick Beck y El 1 espaol por Inés Alber. La Backward ~, Kinship, Class ithe Sil ance este respecte: Thome, Barve 15, Izquierdo, Mara J Hacia una p 74 tz de ut partir del amor nes legales levada a cabo en jobierno de Rodriguez Zapater /de 1a madre/padre no biol6; ‘a afirmar que, a algunos niv ciones no significan cambios profundos, 0 convulsién que producen; inseminacién 0 adope cando, de bi omo un refuerzo de la pareja como nucleo principal de Jaciones humana gue ver el aleance de estos cambios contextos diferencia de algunos es! donde la familia es la de eleccién (a partir de la pareja y a tades), en Espafia, los homosexuales entrevistados por él diferencian claramente Ja familia y la pareja/amigos/redes de apoyo, y viven como crucial las relaciones familiares, aunque sean motivo de conflicto. Algo que probablemente tiene que ver con diferentes ideologias de parentesco que podriamos denominar endogamicas y exogémicas, que las sociedades del sur de Europa, al me- es posible que diferenci nos a la espa [Ese Pensamiento Amoroso que nos converte en mujeres (y hombres) —___75) PORQUE no hay una perfeccién del amor pero s!un pats donde ef amante ‘pueda cambiar su monedal* rargo, cualquiera que haya ide prevalecen los n esencial les no occidentales? mnes los estudiosos clisicos de! (Weber, Habermas, Parsons, Simmel, Luhmann) han tendido a {ipo de amor como una experiencia particular occiden- 30 de modernizacién."" En Aunque con algunas ext suada, 0 ofreciendo paradojas Lindholm, Por otra parte, socidlogos y sociobi6logos han defendido sal del romance. Estos titimos han defi raleza se’ nte a la ones del existe en coordenadas his- is de la 6poca moderna. tos que parecen fa- jedades estra je que pred base di specto, parece que la favorece la idealizaci ue lo son en la sociedades en donde ep. 2 tas referencias incluidas en Jankowiak (1998) y p20). la lucha, ta descon idividuos opuestos.” tales de pequetia ese: estructuras de parentesco no son tan comp arcada p lidad e7 lugar, los contextos no occid yen los que ores Ojibway \des lagos, que ¥ esposos y describen el De acuerdo con Lindholm, el r lo con el matrimonio, porque la pareja es el n in romdntica, se- clores que favorecen incia de algunas condiciones bajo las de celebrar I ‘el amor pue- Un buen ‘nos analizada por Victoria Burbank, donde 50, con intenciones ev {que echaron mano a partir de 1965 is de Hollywood." En una socie- stante en los af acionistas después, para Boundaries of love» (1995); en Jankowiak js: Romantic Love in an Avstalian Abor eee e _____Eshozo de una tora partir del amor dad donde los matrimonios se arreglaban antes d menarquia de Ia sici6n a los matrimonios concertados es de la menarqu fas. Burbank, inspiréndose en Lila Abu-Lughod' construc nor rom de las coneluye que la intico en esta sociedad es un gma de resistencia adolescente frent jonales que en sa la influencia de la de la pasién y del ena- es siempre producto de occidente, como arg Jankowiak en su trabajo de campo en China. nenta e: el amor s internas, dependiendo de Factores astes muy agudos les de unas sociedades y otra que en Europa y Norteamérica, 1os F en la atracciéa romantica, pero no como un ideal, y dan toda la importancia a la capacidad de autocor regulaciGn de las emociones, lo cual tiene un refl 0 directo en tse Pensamiento Amoroso que nos convierte en mujeres (y hombres) 79 0s obtenidos no son independientes de las cste sentido, 1a antropsloga Helen Harris ‘9 del amor roméntico 0 pasioné jduales o colectivos en distintas (Islas Cook, Polines dad, Jo que ha conducido nde se enfatiza sobre todo la sexu: ‘oe08 a mas de un autor, Por tanto, una cosa st jaraciones, y otra distinta erpret y diversas dependiendo de los marcos 10s y de los a prioris de los investigadores. En todo caso, fa an- jende a subrayar la conveniencia de hacer at son muchas restricciones. Si Pamela Stem y Richard C y los celos, y promover la cooperacién entre distintos hogares y grt- * local ‘Veamos ahora algunos datos etnogrificos en torno a las diferen- iad: idealizaign: exclusvidad y focalia ing: dependencia emocional, eordens ‘ue te hace atender soe [Bsbozo de una tora a part cen una sociedad en crisis sexual pero con una tradiciGn literaria amorosa que ha influido i europea, no aparentan experimentar I que los hombre: ‘No me quieres. ‘Nada que replicar a estas palabras; él las oy como ella las ha- bia odo. Nada que ella pueda decir; ella no sabe nada, Asfes, pero él ve, slente, se fe ha revolado algo que ignoraba: esta chica extranjera siente por él... —acuden a su mante hermosas palabras en su lengua ‘materna—, siente devocién. No es natural ser amado, aceptar una bendicién? Ella sabe algo. Aunque proceda de Ie /gnorancia, de la Inocencia respecto a la realidad. EI ha recuperado toda su capacidad, pues esta extranjera lo completa. Esa noche le hizo el amor con la ternura recioroca —llama- lo por el nombre que més 0s guste— contra la que 6! mismo se ha- bia precavido, salvo unos pocos desiices; en su situaciin no puede pemiitrse el compromiso, tiene que estar en condiciones de aceptar cuanto pueda ofrecerie su siguiente asidero. Esa noche hicieron el ‘clase de amor que es otro pais, un pais ajeno, ni el tuyo ni el de Ia necesidad de ser cautas davia mucho més. Pero hi amor y de la biisqueda de maneras a larse, solidarizarse y entender y pra nen por qué perder i tulo. Pero, mientras denteo de nuestra sociedad, pttlo «Esbozo de una teria a 2 amor y rel 0 Xx, que deno- ‘mina amor confluente. Este modelo habria surgido al hilo de las trans- ormaciones en Ia esfera piblica y privada que cor lucién sexual (mejora en la posicidn social de las mujeres y reconocimiento de Ja necesidad de Ia igualdad de homosexua amor rom: nante hasta el momen- lizado precisamente para definir el partir de ese momento, donde predomina- ria (siempre segdin Giddens) la democratizaci6n de la vida fatima. La intimidad implica yerpersonal, en una forma en todo ho n la esfera piblica. Hay todavia més Este opti ‘ado por autoras como Wendy Langford,""* por no analizarse en lo concreto las relaciones entre el in intra-pareja del con- A este respecto podriamos citar ejemplos europeos en los que existen diferencias juridieo-legales por sexos, como el hecho de que hoy dfa en algunos pafses las mujeres casadas tomen todavia el ape do del esposo; que las casadas tienen empleo, ademas de no ser -cedan a derechos bisicos como la | marido; o que la titularidad fando en muchos casos en manos de las expl de los hombres, Es dificil pensar que este tipo de cuestiones no tengan ninguna influencia en Ia toma de decisiones y en la dinémica general de relacién de la pareja, Amoroso que nos converte en mujeres (y hombres) — 83 Por otra parte, Ios estudios levados a cabo en la tiltima década poblacién joven reiteran una y otra vez la misma idea: que, aun- chicos estén siendo educados en discursos de igualdad y serven algunos cambios en sus planteamientos, sus modelos de ) viven el amor, la afectividad y las relaciones de pareja. Un dato Ila- por ejemplo, que una mayoria significativa de chicas pien- eel amor es s estigacién sefialaban que en defienden en teorfa al menos parejas que soffa paritaria, sigue habit se definen los crterios para evaluar dichos cambios. comprobaremos en el capftulo Voces discordantes: el amor ‘motor, conocimiento y posibilidad de cambio, que recoge as rosa igual s previ ideol6gicas sino econ6- y laborales, por parte de a ros de la pareja. Condi nes que coinciden ademas con aquellas que propician el reparto de s domésticas o de cuidado. Zygmunt Baumat talogar de més pe parte, da un paso més en ‘modernidad liquida y 1a 90 jes actuales. Segin é cemplazamiento de los vinculos familiares y cor sis en la identidad y una organizaci6n de las rel jones sociales no son las ideales para que florez: relaciones entre las personas se caracterizarian sobre todo por la am- bivalencia, la ansiedad y la inseguridad. Por una parte, necesitarfamos de amistades ms que en ningin otro momento del pasado per otra, esto i ympromisos firmes pero la sos duraderos; espaciales 0 temporales."* Se estableceria as{ una equ el uso de diferentes objetos en la sociedad de consumo y de pare; Si resultan defectuosos 0 no son «pl productos pueden cambiarse por otros, 4 ido no se haya ofrecido garantia de devoluc torios, transaceién no haya inc Pero aun en el caso de que el producto ¢ iin producto doras o teléfonos celulares perfectamente usables y que funci relativamente bien van a engrosar la pila de d ningiin escrifpulo en el momento en que sus «vers radas» aparecen en el mercado y se convierten en comidilla de todo el mundo. gAcaso hay na razén para que las relaciones de pareja sean 130, Beck y Beck-Gemsh 31, Baum nos (2008). TS.” Beck y Beck isk Bi 85 Ese Pensamiento Amoroso que nos converte en mujeres (y hombres). ales del homo una excepcién a la regla?™ (...) Las agontas ac sexualis» son las del «homo consumens». Nacieron juntas. ¥ si alguna nbres, pobres y ricos, ne- nis se proclar ‘pos de personas que est como diferentes y/o desi s y que, por tanto, pueden partir (y poder. Bs probablemente esta paradoja la se incluso ofuscados, pero al mismo tiempo sedu- 0s, incluidos algunos mo conflictos y desigual a base de amor. En un perfodo hist6 eneia en una manera privile- \d humana, disfrazéndose, paradéjica- ___—sbovn de una tein re sus miembros y pone a ci conform: 1 para el reconoci amor implique reconoci Pero una de las preguntas qui otro lugar. {Deben estar el reconocimiento, el com) confianza... todos es0s el cen baisicos para andar gDénde quedan la ju ra social sobresaturada de amor? 87 Los domingos, cuando las muchachas iban a mise 0 @ pasear por la avenida del brazo de sus novios, abuela se recogia en un mofo el palo, que todavia conservaba espeso y negro cuando yo era nia y ella ‘ya una anciana, imaginate entonces, y se iba a la iglesia a preguntarie 2 Dios por qué, por qué era tan injusto como para negarle que cono- Ciera ! amor, que es la cosa mds bonita, la Unica por la que vale la pana vivir una vida en la que te levant ‘cuatro de la mariana para hacer las tareas de la casa y después vas al campo y después a la escuela de bordado, qué aburrimiento, y después 2 la fuente con ol ccdntaro en la cabeza a buscar agua para beber y después una de cada cifez noches la pasas en vela haciendo el pan y después sacas agua del poza y después tienes que dar de comer a las galinas. Entonces, si Dios no queria permitle que conociera el amor, que la matara como fuese, Cuando se confesaba, el cura le decta que esos pensamientos fran un pecado gravisimo y que en ef mundo hay muchas otras cosas, pero a abuela las otras cosas no le importaban nada.”

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