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San Ignacio de Loyola

Toma, señor, recibe toda mi libertad, mi


memoria, mi entendimiento y mi voluntad,
todo mi haber y poseer, tu me lo diste a ti
lo torno, todo es tuyo dispón de todo a tu
voluntad. Dame tu amor y gracia que esto
me basta.
Oración usada por san Ignacio

Alma de Cristo, santifícame.


Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe por los
siglos de los siglos. Amén.
LA MAGNIFICA
Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la
bondad de Dios mi Salvador. Porque ha puesto la mirada en la humilde sierva
suya, y ved aquí el motivo, porque me tendrán por dichosa todas las
generaciones. Pues hizo en mi favor cosas grandes y maravillosas. El que es
Todopoderoso y su nombre infinitamente Santo. Cuya misericordia se
extiende de generación en generación, a todos cuantos le temen. Extendió el
brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus
designios. Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los
necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a
Israel su siervo, acordándose de él por su gran misericordia y bondad. Así
como lo había prometido a nuestro padre Abraham y a toda su descendencia
por los siglos de los siglos. Así sea.

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