Está en la página 1de 95

J

(~1ideal de
spaiia
~~iosires dogmas
uaionales, ~
Excmo. Sr. D. 3uan
U&quez de mella

pronund~do~sel,
4*
madrid, *1 dia si de mayo
de 19I5.~
DISCURSO
PRONUNCIADO POR EL

EX~MOI Sil. II. JIIAN VA7~IIE~11E M~LLA


EN EL TEATRO DE LA ZARZIJELA DE MADRID
EL DfA 31 DE MAYO DE 19 ~

EL IDEIXL DE
LOS TRES DOGMAS NACIONALES

0
0000

00000
0

MADRID
1MI’IIDNTA CLASICA~ ESPAi~OLA
CARDINAL CISNENOS, ~O.

1915
(Al aparecer en Ta tribuna el selier Vdzquez
~ de Me/la, es acegido per una atronadora salva
~ de aplausos.)

:4 SEIZ~ORAS Y sEnoREs:
()

~ Gracias rendidas, gracias de lo más intimo


del corazón por esos aplausos. Vosotros inver-
tIs, sin quererlo, el orden de las cosas, y p0-
néis el aplauso y Ia recornpensa antes de Ia ac-
don meritoria, y ci gaiardOn antes del triunfo,
que yo no he contraIdo todavIa. ( Varias voces:
Si, sI.)
No me refiero a méritos pasados, si alguno
hubiera contraldo, sino a los méritos actuales
en Ia empresa que voy a acometer esta tarde y
que quisiera que estuviese a la altura de tan se-
Jecto auditorio y de Ia hora en que os hablo;
porque son esto~ momentos crIticos y solem-
—6—-

nes paz-a Ia Patria y para Ia Hunianidad en-


tera, y toda palabra que en estos instantes
se pronuncie puede tener una gravedad cx-
trema.
He de procurar que Ia prudencia sea ml
consejera y no se aparte un momento de todo
aquello que he de exponer ante vosotros; por-
que no sOlo está la Humanidad en un instante
critico de su Historia, ci más pavoroso de Ia
Edad moderna, seiialando Ia IInea en que una
Edad termina y otra comienza, sino que las
consecuencias de esos hechos, que alcanzan a
la Humanidad entera, no pueden quedar aisla-
das en otras naciones sin que repercutan en Ia
nuestra. For eso toda prudencia será poca paz-a
que las palabras no se’ conviertan en nuevos
proyectilcs que enciendan las almas.
Pero no quiere esto decir, de ninguna ma-
nera, que yo haya dejado a la puerta de este
recinto mis ideas ni mis propósitos; que yo yen-
gaa habiar aqul con enigmas y confusiones, dis-
frazando las palabras y los pensamientos con
nieblas. Nunca como en Ia hora presente es
necesarlo exponer a Ia Patria con más ciaridad
ci pensamiento. Yo no vengo aqul por propio
impulso, que fuera jactancia en ml: vengo por
los requerimientos, no ya de amigos polIticos,
sino de muchos que no lo son, pero que
cornparten conmigo una tendencia que está
pot encima de todos los partidos, porque
se refiere a las orientaciones futuras que ha
—7-—-
de tener Ia politica internacional de nuestra
Patria.
Vengo aqul porque antes de hablar yo ban
pronunciado palabras elocuentes oradores ilus-
tres, y lo han hecho casi todos en un cierto
sentido que no puede responder más que a
una determinada tendencia en ci pals, pero
no seguramente a Ia más honda ni a Ia más
fuerte.

PRIMERA PARTE

LA I’OL.ItICA INTERIOR

La uniOn de las Habl6 ci Conde de Ronia-


derechas y el pro- nones, hablO el señor Mau-
grarna de Ins Iz- ra, hablO don Melquiades
qulerdas. - - - Alvarez, y se refirieron lo
-

mismo a Ia polltica interior


de Espafla que a Ia poiltica exterior. Yo no voy
a recoger todo lo que eilos han dicho, ci todas
Las alusiones que, indirectaniente, al menos al
referirse a extremas derechas, hayan podido di.
rigirme; pero he de recoger algunas brevemen-
te, porque yo creo que Ia poiltica interior de
Espafia depende de la poiltica exterior, y, pox
Io tanto, no he de dar a la primera Ia impor.
tancia que requiere Ia segunda.
AsI, sucintamente, me he de referir a algu-
nos puntos culzninantes formulados en esos dis-
—s—-
cursos, y después he de tratar del principlo
fundamental que debe servir de norma a flues-
~ras relaciones internacionales y de criterIo para
juzgar aquellos que yo considero objetivos per-
manentes de Ia polItica espaflola.
Permitidme, pues, que brevemente me refie-
ra a aquello que acerca de uniOn de las dere-.
chas, y de uniOn de las izquierdas, y del regimen
y de Ia ConstituciOn actual han dicho esos ilus-
tres oradores.
Acerca de Ia union de las derechas, muy p0-
cas palabras y en una sucinta f6rmula. Tratán-
dose del orden religioso, los que coma yo for-
man parte de esa extrema derecha aludida, no
ponen condiciones: no se unen unos catOlicos
con otros, sino todos con Ia Iglesia, y en ese
punto, ella define y nosott-os obedecernos.
~Muy bien; grandes aplausos.)
Si se trata de Ia acciOn social, de aquello en
que principalmente se concreta ahora esa ac-
ciOn, los Sindicatos agricolas y profesionales,
aunque esa sea libre y haya dentro de Ia eco-
nomIa social cristiana escuelas y tendencias dis-
tintas, nosotros no ponemos obstáculo ningu-
no, y tendremos ci mayor placer en converger
con los demás en una acciOn de pensamiento
comün.
Pero cuando se trata de Ia acciOn meramente
poiltica, porque nosotros además de cristianos
somos ciudadanos, y aunque se nos diera re-
aueltaintegramente,y corno nosotros deseamos,
—9—
Ia cuestiOn religiosa, todavfa tendriamos que
resolver una cuestiOn politica, administrativa,
econOmica, que se relaciona con todos los
Ordenes de Ia vida, en ese punto, en cuanto Se
refiere a Ia organizaciOn del Estado y a las re-
laciones varias que 61 tiene con todos los or-
ganismos sociales, en cuanto se refiere a esos
multiples problemas, nosotros, naturalmentc,
no estaremos conformes, ni de acuerdo, ni apo-
yaremos a aquellos que estén en contra de
nuestro programa; pero en Ia medida en que a
61 se acerquen, o en Ia medida en que Ic corn-
batan, asl nos acercaremos nosotros, o asi i-c-
chazaremos nosotros Ia uniOn con ellos.
V hecha esta afirmaciOn, dire poco de ese
programa de las izquierdas que se presenta
enfrente de las afirmaciones de las derechas.
SabCis que con nombres diversos, desde las
Cortes de Cádiz, tomando las cosas desde on
poco lejos, hasta Ia hora presente, ci anticleri-
calismo espaliol no ofrece novedad ninguna: es
un retoflo del anticlericalismo galicano, y, con
diferentes formas, no ha presentado nunca más
que un programa de opresiOn más o menos
franca a la Iglesia. Ahora se condensa en ci es-
tribillo perpetuo, constante, que ya nos aturde
los oldos, que vemos en la Prensa y escuchamos
en ci mitin hace largos años, y que se compen-
rlia en aquellas cuatro afirmaciones: matrimoulo
civil, secularizacio’n dcl ceineuterie, libertad de
cultos y escuela neutra; escuela neutra, seculari-
zaciOn dcl cementerio, matrimonio civil y liber-
tad de cultos. ~Ap~’ausosy risas.)
En otros paIses Ia piuralidad de cultos como
un hecho social habla precedido siempre a Ia
libertad de cultos consignada como un hecho
que registraba ci Estado en Ia icy. Existia esa
pluralidad de cultos en Italia, existia en Fran-
cia, existla en BClgica, y ci Estado consignaba
ci hecho. En Espana, cuando en Ia Constitu-
dOn del 69 y en ci artIculo 21 quiso estable.
cerse la libertad de cultos, como no habla más
culto que ci catOlico, hobo de concederse a los
extranjeros disidentes, y se añadiO una segunda
cláusuia en que se venla a decir: Si algun espa-
fbi se encuentra en ci caso de los extraojeros
disidentes, será equiparado a ellos.
Y preguntándole a un doctrinario, muy 1-6-
nico y muy zumbOn, uno de los padres de Ia
ConstituciOn del 6g, ci señor Posada Herrera,
qué querla decir con eso de isi algun espaflob,
él explicaba Ia frase diciendo: ~Si algOn perdi-
do~., (Grandes aplausosy risas.)
For una serie de interpretaciones arbitrarias
y de Reaies Orderies, aparte del sentido icono-
clasta de Ia Reforma, hoy se pueden poner toda
clase de signos exteriores en los templos pro-
testantes, y son los templos protestantes los
Onicos que se pueden establecer en España, en
realidad, en competencia con los ternplos catO-
licos, pues no cuento las sinagogas y mezquitas
quo existen en Marruecos. Aqul, fuera de algun
— Li —

cura renegado o de alguna institutriz cxtranje.


ra, los espanoles que no son catOlicos no pro-
fesan religion ninguna. El espafol, poe atributo
de Ia raza, tiende a una lOgica radical y no se
contiene jamás en términos medios. Un protes-
tantismo que, por un lado, admite y afirma la
revelaciOn y Ia divinidad de Jesucristo, y, por
otro, prociama.ei libre examen y pone Ia razOn
individual sobre esa revelaciOn y esa divinidad,
implica una contradicciOn quo ci entendimiento
latino, y singularmente ci espaflol, rechazan.
Por esa razOn aqul no hay más que una Re-
ligiOn que fiorezca y crezca: ci Catolicismo, y
todas las demás se extinguen y mueren, y rio
dejan lugar m~squo a un agnosticismo som-
brIo, o a un ateismo más sombrIo todavia.
(Grandes aplausos.)
En Espafia coexisten dos clases de Cemen-
terios: para los creyentes )t para los no creyen.
tes, y, cosa singular, en ese programa de funera-
na democrática se proclama como un principio
salvador, y como soluciOn de un probicma pal-
pitante, ci que ci hombre no tenga derecho a
disponer dc Ia propiedad de so cuerpo, aun-
que pueda disponer de todas las demás, y que
no pueda pedir que una cruz estC sobre su
tuinba, y Osta se encuentre al lado de la de sus
hermanos en la fe, Y cuando las alias, que son
Ia más importante, han estado separadas en Ia
vida, y las conciencias h~nestado frente a fren-
te en ci hogar, ~qué Ic importa, al quc no cree
— —

en Ia vda futura, que sejunten o se separen dos


pufiados de materia inorgánica debajo do una
losa? Lo importante para ci creyente es qüe se
junten las alias, y negar ci derecho sagrado a
Ia tumba es un ataque y- una tiranla, Ia más fe-
roz, porque hiere a los vivos y persigue mOs aIlâ
del sepulcro a los muertos. V cuando esa secu-
IarizaciOn se quiere trasiadar a los matrimonios,
no habria más que observar, para medir el gra-
do de tiranla, Ia irritaciOn que producirfa en los
hetorodoxos ci hecho de que nosotros, los Ca-
tOlicos, les exigiésemos que aceptasen nucstra
fOrmula canOnica. Verlais entonces cOma gri-
taban, en nombre de Ia iibertad de conciencia,
que esa era una fOrmula contraria a sus princi-
pbs y a sus ideas;.y cuando a Ia conciencia del
católico se le impone una formula puramente
laica, que so conciencia rechaza, lentonces ten-
go que aceptarla en nombre de una libertad
que sOlo sirve para rechazar Ia fOrmula contra-
na! La mayor parte de los que propugnan la
unidad y preeminencia del matrimonio iaico,
no practican, probablemente, más que aquel
ayuntamzento con fembra de que hablaba el
Arcipreste de Hita y que no tenia fOrmula le-
gal aiguna. (Risasy aplausos.,)
V Ia escuela neutra, prologo y pOrtico de Ia
escuela laica o atea, 1ah!... Hay dos padres que
no son catOlicos y cuyos hijos no son creyen-
tes, o que los padres quieren que no lo scan, y
para respetar el sagrado derecho de Ia voncien-
— ‘3 —

cia de los padres y do esos hijos, es necesario


que se prescinda en ia escuela dc toda enseflan-
za religiosa
Figuraos, en sentido contrario, que se dice:
Ia mayorIa de los padres de los alumnos que
van a la escuela son catolicos; haced que la
doctrina catOlica se iniponga a los no creyen-
tes; entonces viene la protesta en nombre dc
la libertad de concicncia. Yo he sostenido en
ci Parlamcnto, y fucra de él, la separaciOn
de escuelas, con Ia consiguiente separaciOn de
~ presupuestos, y he dicho: cnsefiernos los
licos cii catOlico, y aquelios quo no sean crc-
~ yentes enseflen en la irreligion a en ci
,~ mo. Es claro que este rib OS iI ideal; pero
acepto la hipotesis social presente, y digo: di-
vidainos Ia escuela en relaciOn con las creen-
i cias: a un lado los disidentes, a otro lado los
ateos, a otro lado los creyentes: eso se prac-
tica en Alemania, aceptadlo; pero coma Ia
consecuencia inmediata seria repartir ci pre-
supuesto de Ia enseflanza en proporciOn a los
contribuyentes, y Ia inmensa mayonia es catO-
lica, lah!, entonces se rechaza la fOrmula, por-
que se quiere que los catOlicos paguen a los
que no lo son, aunque sean los verdugos de la
conciencia de SUS hijos. (Aplausos)
son estas las fOrmulas de libertad con
las que se va a regenerar esta Patria infeliz?
no tienen estas izquierdas otro programa
que ci de establecer Ia confusiOn do cemente-
— 14

nios y In confusiOn do matrimonids, y pedir


Ia libertad de cultos para los quc. no tienen
tulto ninguno (risas), y amontonar a los alum-
nos en uiia escucla ~nica, aunque estén se-
paradas las conciencias do los discIpulos y se
imponga al maestro neutro ci silencio que su
conciericia x-echaza? Porque ci maestro, en pre.
sencia de los aiumnos quo Ic preguntan par
Ins cuestiones que se refieren al fin y al onigen
del hombre, que Be refieren a las grazides
cuestiones histOricas, tendrá que permanccer
iinpasible y callar, tendrá que violentar su con-
ciencia y hacer do Ia sunceridad una esciava do
Ia secta.
For eso no creo yo quo con semejante pro-
grama sectario, ya caduco, anodino, y, a fuerza
de repetirlo, gastado, pueda ganarse ninguna ba-
talla irnportante contra Ia fe. ~Y por qué no de-
cirlo, señores, si es Un hecho quo cada dIa es más
visible en nuestra historia? Si en Espafia ci ca-
tolicismo ha sido Ia idea directriz y suprema do
nuestro pueblo, ei aglutinante de todas las Va-
niedades éthicas; si él con sangre de mártires
ha amasado ci inismo, sueio nacional; si él ha
sido el motor de nuestra Historia y ei cauce de
los sentimientos nacionales; si ha sido la savia
do todas las instituciones sociales; si Ia Iglesia,
conforme a su jerarqula, moldeO las institucio-
ties politicas y ci orden de las clases; si ella
iluminO con luces sobrenaturales ci pensamben-
~.oibérico1 y encendiO Ia llama del arte en los
— ‘3 —

corazones m~Ssexcelsos; si ha~taaquellos que


baja otroS cielos y en otras tierras recogem
doctrunas o ideas extrailas y reniegan de la es-
tit-pe espiritual de so raza, cuando quicren pen-
sar y discurrir, por Ia acciOn de esta atmOsfera
sobrenatural en que ia Iglesia ha formado se-
cularmente a Ia sociedad espafiola, no pueden
prescindir de la vocaciOn teolOgica de so raza,
y aunque no sean creyentes, aunque no llcven
a! altar ci grano de incienso de la plegaria amo-
rosa, proclaman indirectamente el carácter na-
cional a! poner, en forma do negaciOn atea, ii
religiOn y Ia cuestiOn religiosa par encima de
todas las cuestiones; y asi, si no Ilevan ci tn-
buto de amor, estos teOlogos invertidos, Ilevan
ci tributo del odio, pero de un odio que, poe
sus caracteres, resulta un homenaje unvoluntario
a Ia fe de quc reniegan. (Aplausos.)

Los dos siste- Pci-a, al lado de las cuestio-


mas: el Parlaznen- nes religiosas, esos orado-
tarlsmo 3? e~Go- res insignes han tratado las
bieriio repi-esen- cuestiones poilticas, y han:
tativo. pintado con vivIsimos cob-
res los males do la hora
presente. V yo debo decir quo entre las mu-
chas cosas que va a iiquidar Ia guerra actual,
una de ellas, y esa será una de sos grandes
ventajas, es el panlarnentarismo que nosotros
padecemos. (‘Risas.)
DecIa Donoso que Dios habia concedido ci
impenio a las razas guerreras y se lo habla nega-
do a las razas disputadoras. (Nuevas risas.) El
parlarnentarismo espafloi, coma rcpugna pro-
furtdamente a nuestra constituciOn interna, es
el más degradado de todos los parlamentaris-
mos del Continente. V ci vicio no está en las
personas, que no son peores que las de otras
partes: ci vicio radica en ci sistema. Cuando se
confunden aqucilas dos soberanias, éuya dife-
rencia he sefialado tantas veces en ci Parla-
mento, soberania social, Ia que tiene sus Or-
ganos en todas las sociedades que so derivan
de Ia familia, o Ia completan y Ilegan hasta la
region, y Ia soberanIa poiltica, quo se concen-
ti-a en ci Estado oficial; cuando esas dos sobe-
ranfas so juiitan en Ia unidad de una Constitu-
dOn y de on solo Poder, coma sucede en ci

parlamentarismo, la centralizaciOn resulta una


necesidad y una consecuencia lOgica dci prin-
cipio; y con Ia centralizaciOn viene Ia absor-
ciOn do toda la poiItica y de toda Ia direc-
ciOti social en los partidos y en Ia oligarqula
de los partidos. V cuaudo esos partidos acapa-
ran toda Ia soberanfa, viene unexorabiennente
una consecuencia social, en la cual as suplico
quo reparéis un momento, ponque produce los
niás terribles y funestos resultados.
Cuanido la soberania está concentrada en las
oligarquias quo forman el Estado Mayor de
los partidos politicos, entonces toda direcciOni
social está como vinculada en ellos, y los que
— ‘7 —

gozan del privilegio de formar parte de esas


oiigarqulas, tienen todas las preeminencias y
derechos, y los quc no forman parto de ellas a
están sometidos, a están arrojados y proscri-
tos V ~qué sucede entonces? Quo so ye ei con-
trastc entre los méritos ocultos en las capas in-
feriores de la sociedad y do las regiones, y Ia
incapacidad que la intriga ha llevado al éxito
y a las alturas del mando.
Entonces, todos los que están postergados
del Fader, quieren participar de eI, y al que-
rer participar dci Podcr, el ingeniero, ci me-
dico, ci abogado, ci sacendote, ci militar, no se
concretan a so especialidad ni a su esfera: todos
quieren ser politicos, todos quieren toner algu-
na parte en el patrmmonio comOn quo está ablá,
en las alturas de la soberanla. V entonces las
vocaciones se tuercen; ci motivo supremo, ci
que mmpera sabre todos los motivos de acciOn,
es ci goce de Ia soberanla polItica; ci éxito do
algunos aviva las concupiscencias de los otros,
y asl, torcidas las voluntades, dirigidas las voca-
ciones en un solo sentido, ci trabajo intelectual
quo requerla ia cspecialidad en los diferentes
órdenes de la vida, mengua, y con él men-
guan los entendmmientos, y coma las concupis-
cencias crecen, ci enervamiento de los carac-
teres aumenta. V asl Ilegan aquellas épocas de
corrupciOn social y politica en quo los más ap-
tos, los polIticos incontaminados y puros, las
inteligencias elevadas y las voluntades no
2
— Is

manchadas, se retiran de Ia poiltica a son aban.


clonados por los polIticOs. (Aplausos.)
V hay hombres que, rio habiéndose envene-
nado con ese ambiente, a! ver Ia diferencia que
hay entre ci nivel social de un Parlamento co-
rrompido que se convierte en urn laguna pes-
tilente, y ci rival moral do so conciencia, pro-
testan airados y lanzan imprecaciorles, y mal-
dicen ci ambiente, y rnaidicen Ia laguna; pero
como SUS maLdiciones racer y brotan do quien
no se ha apartado de ella, aunque pel-manezca
incontaniinado, sucede entonces quo esas mal-
diciones son estCniles, hasta quo ci espiritu no-
ble que las lanza no se convence de la irriposi-
bilidad do alternar en ci mando y en La gober.
naciOn con Los quo continlian en Ia laguna, y
pot- un impulso natural de hidalguIa so aparta
de ella y Va a vivit- en las orillas y a protestar
fuera en nombre de sistemas radicalcs quo ne-
gan Ia iaguna y los habitantes do la laguna.
(Grandes aplausos.,)
For eso es en vano invocar, coma centro do
convcrgencia social, unas Constituciones que
pueden ser alternativarnente interpretadas con
fOrmulas de ia izquierda y con fOrmulas de Ia
derecha. Una ConstituciOn semejante, no es
una CoristituciOn: es on escenario por donde
urn yea pasan los actores que representan una
tragedia, y otra los que ieprcsentan un drama,
cuando no representan un sainete. (Risas.)
El Estado no será nunca inás que on poder
— ‘9 —

trashumante si no expresa, en una unidad ju-


rIclica estable, los fundamentos en que la so-
ciedad descansa y los cauces quo han abierto
los siglos para quo discurra par ellos Ia tra-
diciOn nacional. Par eso, en presencia dc esa
Leorla vieja, doctrinaria y caduca de los par-
tidos alternativos que turnan en ci Poder, yo
opongo otra doctrina quo está en las entra-
ilas de la sociedad y que va triunfando en el
inundo.

El tunic tie los Cuando cayO Ia sociedad


partidosybas par- antigua, que no. era, por
tidos circunstan- cierto, la sociedad cristia-
dales. na; cuando vino la Revulu-
ciOn francesa y se encon-
trO, no un regimen cristiano, sino un absolu-
tisino regalista y cesarista, que conservaba
algunos principios catOlicos, abajo en ci orden
social, pero que no los expresaba en ci orden
politico, ni par sus tendencias ni por sus pro-
pOsitos, Ia sociedad nueva quo se formaba pci-
Ia Rcvoiuci~n en presencia del anti~uorOgi-
men, tratO do estabiecer—como sucedë cuando
triunfa on principio radical en ci mundo, que
siempre Va acompai’iado do un eclecticismo que
Ic atcnüa,— una doctrina siricrética quc dicra
Un mornento enlace, ai nicoos aparenle,
a los repi’escntantes de los dos princapios, ci
dcl regimen quo caIa y el del que se levantu.
ba, y vino Ia teoria de las dos Cániaras, una
— 20 —

que representaba ci principio aristocr~tico,quo


ilarnaban arcaico, y otra que representaba el
principio innovador y popuiar, y nacieron dos
partidos, ascmejanza do ias dos Cámaras: uno
quo representaba los principios conservadores
del antigua regimen, y otro quo representaba
las reformas del nuevo
El prmmero no tenfa más misiOn que Ia de ser-
vir do escolta al segundo, ilevar ci registro de
sus avances e ir consoliddndolos, y, en ciertas
ocasiones, scrvirle de freno pat-a quo no avan-
zara demasiado y los comprometiera; ci segundo
era ci que avanzaba, y asi sucedia que Ia Ca-
mara alta, en realidad, era la Cárnara baja, y Ia
Cárnara baja era Ia Cámax-a alta. (Risas.) Dc
aqul naciO la tcorIa do ese flujo y reflujo poli-
tico que ha venido trascendiendo a todos los
doctrinarismos, que en realidad habIan muerto
en las barricadas del 48, pero que, por lo visto,
todavIa subsisten en EspaI’ia. Seg(rn esta teo-
rIa, cada tres, cada cuatro afios, par excepciOn
cada cinco (es ci témmino legal, al quo ni una
sola vcz se ha ilegado), cambia ia opiniOn total-
mente en Espafla; entonccs se desmorona una
torre administrativa, que enipieza en ci Pt-c-
sidente del Consejo de Ministros y acaba en
el Iiltimo Alcalde rural, y es sustitulda pot- otra
do igualos proporciones, y vienen unas afimma-
clones contrarias a ott-as, a pasar pot- la corn-
bre del Estado. Va sabemos que, periOdicamen-
te, tenemos que set- los espaulolos conservadores
— 2! —

o libera!es, liberales o conservadores, si es quo


no hay algOn matiz conservador a algun matiz
liberal que sirve do cstrambote a los dos par-
tidos. (Grandes aplausosy risas.)
Las escuelas y los partidos radicales somos
la escolta do los dos partidos gobemnantes;
ellos nos invitan, lo mismo a los de Ia izquier-
da que a los de la derecha, a que los apoye-
mos, a que los secundemos, a que les demos
nuestra fuerza y nuestra savia; en cambio, ellos
~ gobernarán y nosotros presenciaremos cOmo
~ gobiernian, aplaudierido o censurando desdele-
‘ jos, pero no participando del Gobiemno, que
un feudo de los dos partidos, sujeto a repartos
periOdicos.
Seflores, csta teorla, que todavia impera en
~ Espafla, es absurda, repugna a Ia naturaleza do
Ia sociedad, repugna a Ia naturaieza del Gobier-
no, y está en contradicciOn con todo aquello
que debe integrar coma base y coma norma la.
ciencia politica.
Pot- eso yo, en presencia de ella, y precisa-
mente recogicndo las enseflanzas y las conse-
cuencias quo se han derivado dci parlamen-
tarismo actual en los deinás pueblos, afirmo,
no Ia represeritaciOn de los partidos, sino la
representaciOr1 de las clases soda/es, quo son
pernianentes. En tada sociedad que no so im-
provisa existen cincu clases como categonIas.
que expresan los grandes intereses co!ectivos~
existe un inter/s material, repi-esentado par la
— 22 —

agnicultura, pot- Ia industria, pot- ci coniercio—


porquo los obreros do los distintos Ordenes,
dentro de esas categorias, están coniprendi-
dos;—existe un inter/s inteleetzea4 representa-
do por las escuelas, por las Universidadcs, por
las Corporaciones cientIflcas; existe un inte-
r/s moraly religioso, representado par ci sn-
cerdocio; existe un inter/s de Ia defensa, repre-
sentado por la Marina y ci EjCrcito; existe on
inter/s histdrico, de una clase quo no es tan sOlo
Ia aristocracia do sangre, sino Ia que expresa
todas las supenioridades sociales; y cuando en
una sociedad se afirman esas categorias, quo
son eviclcntcs, si queréis hace.r unas Cortes
verdaderas, tenéis que hacer quo todas esas
fucrzas sociales estCn condensadas y reproduci-
das en ellas coma en on espejo. Quitad una, y
la socieclad queda muti!ada; quitadlas todas, y
La sociedad queda supnimida. Suprimid una dc
los pantidos turnantes, suprimidlos todos, y Ia
sociedad queda aligerada. (Risas y a,blausos.)
~Es quo con esa representaciOn par clases ~e
suprime la representaciOn do los partidos? No.
Habrá partidos on ci rnundo tniontras los horn-
bres estOn conformes en no estarlo (risas), y lo
estarán hasta ci fin de los tiempos.
Yo no pido Ia representaciOn de dos pat-ti-
dos, siro do seis, do ocho, de diet. ~Por qué?
Porquc alrededor do cada cuestiOn se puecle
format- un partido. Hay una cuestiOn inttrnacio
nal, y se fornian dos partidos; hay una cuestiór
— 23 —

do enseflanza, y so forman dos partidos; hay


una cuestiOn arancelariay desde el librecamblo
absoluto hasta !a absoluta prohibicion hay una
ganla y una gradacion para todos los maticos;
hay una cuestiOn administrativa, y desde una
centralizaciOn absurda hasta un separatismo
comp!eto, hay tambiCn otra gradacion. Yo for-
nio parte do uno de los grupos contendientes;
uno de ellos sube a! Poder y triunfa; ci otro se
deshace con ci éxito del priniero Sucedo io
contrario: fracasa uno, y el otro puede triunfar;
triunlan los matices, triunfan los grupos, y so
suceden segOn las necesidades sociales en las
alturas del mando y del poder; pero no hay dos
categorlas politicas de ciudadanos, ni un jefe
convertido en pontiuice laico que tiene que va-
t-jar cada trimestre so programa pat-a quo no se
quiebre al contrastarlo con los prob!etnas ur-
gentos. (Aplausos.)
Asi habrá sobre ci fundaniento com~lnde las
clases una sorie do partidos circunstanciales y
izccidentales; pero no habrá ci turno absurdo do
los partidos ~ermanentes. Y ved cOmo, dentro
dcl misn-io regimen pat-larnentario, la naturale-
za y la realidad histOrica so imponen, y cOmo
Italia, a pesar de todas las divet-gencias do sus
partidos, va teniendo por encima do oI!os una
tendencia cornün; ved cOma en Francia misma,
siguiendo una politica radical al tra~Csdo todos
SUS grupos y matices, So impone una tendon-
cia general; ved cOnio sucede eso en Alt-mania.
— 24 —

cOma sucode en BClgica, donde un partido gober-


naba, como en Colombia, dot-ante treinta aflos.
~Y sabéis par qué este hecho resaita cada
yea más? Porque una de las cosas que han fra-
casado en ci niundo (y que han puesto en cvi-
dencia hasta las declaraciones do Ia guerra ac-
tual hechas por unos pocos), y quo era ya horn
de quo fritcasase, es esa famosa democracia
igualitaria, en Ia cual jamás he creIdo. En ci
mundo nunca han gobemnado los más; siempre
han gobernado los menos, cuando no ha gober-
nada uno detrás de los menos, quo suele ser Jo
rails frecuente. (Aplausos.)
Ya la he dicho a!guna vez: sefialadnie una
sociedad en donde estén en niayoria Ia capa-
cidad) Ia cultura, Ia rectitud y ci valor cIvico
pat-a no dojarse imponer par una turba y una
minorIa, y en ella semé demOcrata; pet-a no he
conocido on todas las latitudes do la historia
una sociodad en donde hayan estado en mayo-
rIa Ia capacidad, Ia cu!tura, Ia rectitud y ci va-
lor civico; siempre los he oncontrado en mi-
norla; y si alguna vez estuvieran en mayoria,
donde tal acaeciese desaparecerIa Ia sociedad
apenas tuvioran conocimiento las otras do tales
superiaridades, porque set-ía una (Jniversidad
do estadistas y de gobernantes, vendrian a bus-
carlos y Ia sociedad quedarla despob~ad~. (Muy
bien.) No: la d~mucraciatriunfará siempre, si;
pero en foitna do dernocrathije-rdrquica, no do
democracia igualitarni, nc~de la dernocracia del
—25—

poivo, no de Ia democracia dcl nivel comiTh, no


do soberania de Ia cantidad, no do soberanla
del vu/go sobre los que no soit vu/go ni canti-
dad La democracia jerárquica so funda, no on
una voluntad coloctiva, quo rat-a vet Se da y
cuando se da es más bien coma un eco y coma
una luna, y no como una voz o como un sol,
sino en Ia necesidad social, no sentida par los
mils, pero sólo compmendida y remediada pot-
los menos; y esa democracia tiende a con-
cretar so direcciOn en varios prestigios, y pot-
una selecciOn natural quo en Ia sociedad so for-
ma, en un nficlea determinado do personas en
donde el Fader parece que so vincula y se com-
pendia; y cuando sucede quo en una minoria
social esta como condensada Ia confianza pfl-
b!ica, y quo tiene Ia inteilgencia suficiente para
conocer todas las necesidades sociaies y procu-
rarlas ci remedio, entonces abajo existe Ia fOr-
mula do Ia verdadora democracia, quo no es ci
derecho degobernar, sino ci dot-echo de ser bie,t
gobernado y ci do oxigir que se gobiemne bien.
Cuando ci deber de gobernar confarmo y en
Ia medida en que las necesidades sociales lo re-
quieran, so cunipic at-nba, los pueblos marchan
par ci cainino do Ia civilizaciOn y progresan~
porque esa minonia gobernante encarna ~rerda-
ramento, no Ia voluntad coloctiva quo el pübii.
Co flO puede tenet- cuanido no tiene conciencia
cornpleta de sos necesidades y de SUS rome-
dios, pet-a si su voluntad implIcita al expaner
sos necesidades y al verlas satisfechas pot- go-
hornantes que ponen la abnegación y el deber
aill dondo Ia masa social pono Ia carencia do
esas cosas y Ia exigencia do ellas.

SEGUNDA PARTE

LA POLITICA INTEaNACIONAL DE ESPA~A

_La Guerra Euro- Por eso ct-co yo quo se it-o-


pen. Sus caracte- pane, hoy mils quo nunca,
res. esta conclusiOn: Ia de que
Ia guerra actual va iiqui.
dando muchas cosas: una, ci parlamentarismo;
ott-a, ci cancepto do la falsa democracia. V ha
Ilegado ya ci momenta en que, habiCndome
extendido más do lo quo qucrIa en estas prime.
ras afirmaciones, hablemos do la guerra misma
y de sus consocuencias.

Para rnuchos polfticos espafloIcs no as


asoinbre Ia aflrrnacion—parece quo la guerra


europea no existe toclavia. Hay algunos quo
hab!an y obran y formulan programas camo si
La guerra europea actual existiese en otra pia-
neta y coma si tuyiCsemos conocimiento de
ella par algCin telCfono sideral que nas fuese
dando noticias, mediante Agencias coma las
que padecemos actualmente, de ian sucesos
27

que acaecieran allá en otras esforas. Y, sin em-


bargo, Ia guerra es un hecho y un hecho do tal
trascendencia y magnitud, quo yo no conozco
otra semejanto en Ia Historia.
Ciertos filOsofos menudos no Ia von más quo
par un prisma, que tiene ci don do ompeque-
fiecor las cosas, y aplicando a Ia guerra actual
on criteria semejante at de Cat-los Marx, no in
mit-an sino par ci aspecto econOmico, y quie-
ren par éi explicarla. Vet-i en Ia guerra una !ucha
do intereses, do mercados; sogfln elios, no hay
nada rnás quo ci interCs material quo muove
a Inglatcrra o quo mueve a Alemania; no yen
rnás quo una lucha comercial que acabará con
una rovoluciOn de tarifas y a!guna revoluciOn on
las fronteras. jMenguada manera do mirar las
cosasi Los pretextos, los aiotivos do las accio-
nes hunianas, cuando so trata do empresas co-
lectivas, no sirvon dcl tado pam juzgar SUS COO-
s~cuencias,quo frecuentemente los traspasan.
Ut-i dia, allá en Ia Antiguedad, un Imporio
que so consorvaba viril, ci pet-sn, va a domi-
nat- las dinastIas gastaclas dcl quo habla sido
lrnporio corrompido de Asiria, conquistando a
Babilonia, sorprendida en una orgIa, reuniendo
baja su ~etno los restos de los cuatro imporios
orientales demarcados entre ci Eufrates y e!
Indo. ~Era un niOvil moral ci quo la dirigia? Era
ci mOvil material de In conquista. DespuCs, con-
tra la sensual, inteiectual y artistica Atenas, so
levanta on día Ia fOrt-ca Esparta, y in domina y
— 28 —

avasalla. ~Esquo Esparta, que ct-a ut-ia gran es


cuela do gimnasia, que se mantuvo más put-a
on las costumbres quo la corrompida Atenas,
iba movida par un fin Otico pat-a ejencer unit
dictadura moral? No; Ia guerra era una rivalidad
do pueblos movida pot- Ia ambiciOn.
Otra rogiOn mds ruda que Esparta, Beocia,
domina un dIa a Esparta y a Atenas. ~Es acaso
quo Epaminondas y los quo Ia personifican se
inspiraban pat-a sojuzgarlas on algcln pnincipio
moral? No; se inspiraban en ci doseo de ia do-
minación.Y Macedonia, más tarde, tan ruda quo
los Estados helOnicos no quiet-en reconacerla
coma do Ia propia raza, domina a todas; y va
después a Oriente, y ileva ailI las gOrmenes do
Ia civilizaciOn helOnica, y ilega hasta ci Hifasis
y quiere establocer un Imperio universal. ~Mo-
viO a Alejandro un pnincipia moral o artistico
pat-a dominar al mundo? No; SUS ambiciones
fuenon guorneras; tuvo ci alan del Impenio ünica.
V Roma, más ruda que los (iltimos Estados
helOnicos, hace que Grecia entera caiga de ro-
dillas ante su espada, y Ia dontina. ~Esquo ileva
un pnincipio espinitual? No; Rama, quo es In
organizaciOn do Ia conquista, quo so establece
en todas pantes y en todas pane su planta de
hieri-o, va movida do ut-I interOs material, de on
deseo do dominaciOn, como Cartago; pet-a no
sabe quo dctrás do ella, y cuando haya ilegado
a Ia plenitud do una cultura decadento, se sa-
cudirán las selvas germánicas y apai-ocorá mi
— 29 —

enjambre do pueblos bárbaros que no han pa-


dido pasar do Ia nociOn rudimentaria do Ia tnibu,
y quo subirán jadeantes los Alpes blaidiendo
Ia lanza quo atravesara su pecho y seg1~nIa frase
do un gran poeta espaflol,

Amarrado a los pies do sus bridones,


Par las tierras de Oriente y Occidcnte
El cadilver de l~omapasearon.

~Es que los ha movido un pt-incipio moral?


Van a Ia conquista, ai saqueo y al botfn.
~ Pero sabre Ia unidad artistica do Grecia so os-
? tablecerá Ia unidad dominadora y juridica de
Ronia, y sabre Ia unidad material do Roma
~ surgirá una unidad más alta, a Ia quo ie
de sede para cambiar Ia sociedad, y es quo no
r iniportan los motivos ni los pretextos materia-
;~ los; cuando en esos lagos humanos se rizan las
:~ ondas, hay una brisa quo viene del cielo, quo
Cs Ia quo mueve y agita las aguas. (Muy bien
Grandes aplausos)
La guerra presento es universal, on Ia más
vasta quo han conocido los siglos Desde quo
ia protosta iuterana estall6 en el mundo, cada
siglo parece que tiene como prOlogo una gue-
nt-a eurapea. En ci sigio xvi, las guerras anigi.
nadas par el protestantismo se extendieron a
toda ‘Europa y llogaran hasta los Estados es-
candinavos. En ci xvii, las consecuencias’ do
esas guerras siguieron, y la guerra de los Trein-
— 30 —

ta Afios ensangrentO a Europa. Al hogan ci si’


gb xviii estallO Ia guerra do SucesiOn, quo era
ya una guerra quo se referia al equilibria poli-
tico de los Estados europeos, y ci sigio xix so
inauguro con las guet-ras napoleOnicas. Poro
ninguna, ninguna, ha tenido las proporcianes
do Ia presente.
La guerra actual es In más universal do todirs
has guorras. La mist-na guerra napoleOnica no
alcanzO directamente a todos los Estados euro-
peos, ni alcanzO directamente a America más
quo en las sacudidas coloniaies. Par ci espiri.
tu de los pueblos y las tribus amenicanas pas&
coma una imagen do Ia Ieyonda do sus mu-
tologias Ia sombra dcl guerrcro inrnortal que
ensordeciO a! mundo y quo avasallaba las na-
clones.
La solidaridad material do ahora, Ia red co-
mercial quo en todas partes está extendida,
hace quo las repercusiones do in guerra lieguen
a todo el niundo. Estados neutrales a bolige-
rantcs, todos participan de ella, y aunque la
guerra no estO moviendo todos las brazos~
muevo on Ia hora actual todos los espfritus y
adeniás todos los intereses. Está America ente-
ra conmovida; repot-cute hasta en el corazOn do
China y en el centro de la OceanIa, y coma
toda Africa está compuesta de colonias out-a-
peas, alil repercutirán ci éxito y Ia IiquidaciOn
de Ia guerra, y cuando los hechos son univer-
aales están par encima do las voluntades do los
— 31 —

hombres, ponque los efectos son proporciona-


dos a las causas, y cuando los efectos son urn-
versales, es quo ci espiritu do Dios, como en el
pnincipio de los tiempos, iota sabre esas aguas
elisangrentadas. (Aplausos.)

La guet-ra no Pero esa gucrra, ~havenido


do impro~7iso. de improvisa? Pat-a niuchos
Pi-oiecias de In vat-ones prudentes y pen-
guerra. sadores, si; para otros quo
no lo somos tanto, no (Ri-
sos); y yo say de aquellos que, viviondo en las
regiones humildes, pero bastante huniuldes pat-a
que no ilegueri a mi monte las nubes que sue-
len forniarse on las alturas, he visto venir esa
guerra, y la vaticiné tres veces, y lo recuerdo,
aunque parezca vanaglonia, pot-quo, despuOs do
todo, los anuncios futuros en alga se fundan,
cuando se ha acertado en los pasados. Voy a
indicaros aquI, nada mas quo muy brevemon-
te, alga do lo que yo he dicho en ci Paniamento
cuando todos negaban la guorra.
El 31 do enoro do 1912 dije en ci Congi-eso
que, coma consecuencia do Ia guerra en la Tn-
politauia, que llevarla consigo aparojada Ia gue-
ma de los Balkanes, sut-giria necesariamente
Ia guerra europea, y el 17 do diciembro dcl
mismo afio lo formulO más clara y precisamen-
te, anunciando quo estaba prOxima In guerra.
Es claro que fu! Ilamado falsa viderite, iluso,
sofiador, idealista; lo habia sido yn cuando don
— 32 —

afios antes de Ia guerra do los Estados IJnidas


ha habIa anunciado, y hasta habIa descnito cOma
volvenlan nuestras tropas do aquei continentc,
sin saludar militarmento Ia sombra do Cot-ten
en Vet-acruz. (Grandes aplausos.)
En octubre de 1913, cuando Ia visita do Pain-
care, yo pubiiqué on largo anticulo, quo ct-a un
proceso do toda nuestna polItica internacional,
y quo foe pt-ofusamente nepartido en toda Es-
pafla, y volvi a insistir en Ia proximidad do Ia
guonra. Pet-a llegO ci 28 do mayo de 1914, y
entonces, viendo que mis requerimientos ante-
riot-es, mis afirmacionos procisas y terminantes,
no~ct-an oldas, anuncié los sucesos ya coma
muy prOximos, y dije algunas do las palabras
quo voy a toner ci gusto do leer ante vasatros.
DecIa yo entonces:
i~Peroyo creo quo me equivoco mucho si
aquolla guerra europea quo yo as anunciC como
una consecuencia do los conflictos balkánicos,
y do lo que eilos Ilevan consigo, no es una
cuestión que va a piantearse en ci mundo.~

~Ved los enormes, cuantiosos aprcstos marl-


timos y tert-estres do Austt-ia-Hungt-Ia; ved
cómo Rusia espera toner ci aI’io 17 conipletos
todos sus anmamentos y sus principales ilneas
do invasi6n sobt-e las fronteras ouropoas, y
cOma cuanda Alernania ho sabe par los contros
militares y diplaniáticos, dice que Aleinania no
lo tolerará, quo so llegará a ese punto, pot-quo
—— 33~—

Alemania, el dia de Ia contionda, no quiere ncr


atacada por Ia espalda, y que tendrá en el Du-
cado de Possen las fuerzas necesarias para i-c-
sistir ci empuje moscovita. Ved cômo todavia
tin ilustre Emperador, varOn de dolores, Nester
do los Reyes, acaba de ver ott-a vez levantanse
on tat-no do su lecho Ia sombra ensangrentada
y trágica do so hermano, de su esposa y do su
hijo, y avanzar la enfenmedad, ministro de Ia
niuerte, quo lc visita con demasiada frecuencia,
COt-nO Si ilevase ya en su maca el sImbolo quo
un artista esculpiO en el monumento sopulcrai
do Mat-ía Teresa en ci panteOn do los Capuchi-
nos de Viena, pat-a nepresentar Ia vanidad hu-
maca: UNA CORONA Th~rERiALCINENDO ui~.&CALAVE-
BA. AMARILLENTA. V ved cónic~ ci noble anciano

parece que retiene ha vida coma si quisiera prO-


Jongar Ia paz, porquo sabe quo el din que muo-
ra, a que no puoda prolongarla más, no par Va-
nidad militar, no par instintos belicosos, sino
pot- ol macditto do la Geografla, de Ia raza, y
del heterogOneo conglomerado do sus pueblos,
tendrá quo ennojecen las ondas dcl Danublo
azul que bafia los parques de Viena y ci Parla-
mento magiar, y EMPUJA1I SIJS LEt-IIONES AL CUt-i
QUE TERRIBLE CON LOS OTROS PUEBLOS ESLAVOS, At.
MISMO TIEMPO QUE PELEAN LATINOS V GERMANOS
I)ESDE EL RrnN AL SENA, MARCANDO CON UNA IIILERA
DR IITJESOS mJMANOS, IILANQURANDO AL SaL, VZ’1A
NUEVA EDAD EN LA HISTORIA.>~ ~‘Muybien)
Y nun afiadl:
34 —

Eso estil do tal manera sucediendo, que no


so necesita son vidento ni leer en ci porvenir:
basta deletrear los hechos; dire más: basta mi-
t-an al suelo y ver en él la sombra fugaz quo
pasa, para notar la nube cenicienta que asoma
par ci horizonte. ~
V In nube asomO, yestalló, en terrible tern.
pestad en Agosto de 1914, y todavla en ci mn.
mento do estallan, muchos varanes prudentes
negaban quo existieso el hocho y que viniese la
guerra cut-open.

Entre qulenes Permitidme quo ho diga: ci


est~planteada Ia error no está sOlo en los
Querra. - - - --quo se llaman en Espafia
francOfiios a francOfobos;
ei error, desgraciadamente, está en dos, par
Jo menos, do los pueblos latinos, que creen que
Ia guerra está planteada entro Francia, de ut-ia
parte, y Alomania, do ott-a; la guerra está plan
teada entre Alemania e Inglatet-na. Si Rusia hi-
ciesc Ia paz despuCs do las victonias alemanas,
Ia guerra no conchuirIa, ha guerra seguirla Con
niás Impotu contra Francia y contra Inglaterra.
Si Francia hiciese ha paz, la guerra continuarla
contra Inglaterra y contra Rosin. Si Francia y
Rusia hiciosen la paz, Ia guerra continuarla con
mayor ardiniienta contra roglaterra. Pero si r~-
glatcrra hiciese Ia paz can Alemania, ella, que
en ci banquet-a do las dos, habrla terminada In
guerra. (Jl~lausos.)Eso quiero decin que so
—35—

plantea falsamonte ci prohierna a! hlamar fran-


cOfilos a los quo siguen una tendencia, y fran-
cOfobos a los que Siguen ott-a. Vo no he queni-
do acoptanlo nunca, porque jamas he sida
francOfobo ni he sido francOfilo. En ci a~o70,
ja cuestiOn estaba planteada ontre Alemania, do
una parte, y Francia, do ott-a; hay, no; y uno do
los man graves orroros, quo so hará patonte ci
dia do ia liquidacion do ha guenra, es ci enorme
error do Ia politica do Francia y do Italia, ci do
Delcassé y de Salandra, quo no han campren-
dido cuiules eran los intereses do Ia raza
latina. Es un error en Italia hacer depender su
poiltica de ha reivindicaciOn do unos Estados
quo nunca fueron suyos. El Trentino jamás I~
fuO, porque desde cl sigia XIV pertenece a
tnia, y silos 800.ooo italianos que viven en
sirven do motivo pat-a anexionar ci territoria,
lo mismo pudiera sorvit- pat-a reivindicar Ia pro-
vincia do Constantina, en Argehia, que tambiCn
está habitada por italianos; quo, además, no se
encuontrari coma los tnientinos que están moz-
clados con Ia raza eslava. Italia tenfa man in-
terCs que nadie, Si consultara sos conVonien-
clan geográficas, en quo permanecioso ci vas-
to y multiforme Impenio austriaco. El din en
quo Austria desapareciera, Italia so encontrania
en has costas del Adriático con un inmensa im-
pet-to eslavo, quo habria Iorzado Ion Dardaric-
las y quo so habria establecido en Constantino-
pha, sienda Ia pnimera potencia del Mediterra-
—- 3() —

neo oriental. (Aplausos.) ~Y Francia? Fraricia,


enemiga do Inglaterra desde Ia guerra de los
Cien Aflas y las guerras napoleOnicas hasth
Fashoda, no tenIa fortificados a Dunkenque y
a Calais contra Alernania, nina contra Inglate-
rra,como ha fortificado las costas do Normandla
contra las isias inglesas do Guernesey y de Jer-
sey, avanzadas sobre ella porque tione intot-eses
antagOnicos con Inglaterra. Alemania sorá siem-
pro una potencia continental, en primer tCnmi-
no, y sOlo secundariamente una patencia marIti-
ma; y nosotros, los latinos, que tenemos el dot-e-
cho sagrado do reivindicar ci mar do la civiliza.
ciOn, mare nostrum, ~contra quién Ibamos a
reivindicarle, sino contra un intruso quo le usur-
pa yb ha convertido en lago suyo? (Aplausos.)
~Son las aguilas germánicas has quo se han pa-
sado on ha roca de Calpe? ~Son las iIguiias ger-
mánicas las quo so han posado en Malta? ~Son
ellas las quo se han posado en Chipre, en Ale-
jandrla y en Suez? No, no; es Ingiaterna; son los
leopardos ingleses. (Grandes aplausos.)
El man latino, oh mat- do la civilizaci6n, ci
mar Mediterráneo, era ci que deblan reivindicar
los pueblos quo so llaman latinos. V ci domina.
don do este mar, ci que avasalia a esos pueblos,
ci que los rinde, ci que tierie ha planta puesta
sabre su frente, no en Aiemania, es Ingiaterna.
Es polItica funesta y absurda Ia que han
seguido Delcassé, en Francia, y Salandra, en
Italia: funesta, si, pot-quo Francia está ompe.
— 37 —

iiada en reducir su poiltica internacional a Ia


reivindicaciOn do dos provincias germánicas,
que ella arranc6, a mediados del siglo xvii, a
Alemania, y quo Aiemania no hizo más quo
rescatar en ci siglo xix; y ponque Itahia reduce
toda so poiltica a una porciOn, y Ia menos
importante, de su frontera del Norte, olvidan-
~o además las islas, coma Malta y COrcega, y
mar quo bafla sun costas.

La neutralidad V nosotros, ~vamos a incu-


del Estado y in de rrir en tal error? En pre-
Ia NaciOn. - - - sencia do los sucesos actua-
-

les, ~vamos a participar do


esa politica? ~Cual debe sen nuostro critenio ante
esa guerra y esos hechos? Hay tres puntas que
examinar: Pnimero. ~Debemos ser neutrales?
Segundo. ~Debemos inclinannos hacia Alema-
nia? Tercero. ~Debemos inclinarnos hacia los
ahiados? Creo, señores, quo está escuetamente
presentada ci problema.
Empiezo par aft-mar que en ha hot-a pt-esonto
(p rescindo de Ia quo debió suceder antes, y,
pot el momenta, do ho quo debe sucoder des.
puCs do la hiquidacion do ha guerra), en ci ma-
mento actual, so impono como una necesidad
nacional Ia ncutrahidad man absoluta. (Ovacidn
larga y estrue;tdosa.) Pero entiCodase bien quo
yo distingo dos ciases de neutralia’ad: la del Es-
tada y Ia de la naciOn. Yo recaba la neutrali-
dad absoluta~in neutnalidad no inclinada a nm-
— 38 —

guno do los platillos do Ia balanza eurapea, ni


a Ia izquiet-da, ni a la derecha, iii a los aliados,
i-ti a los ahemanes, pana ci Goblet-no y pat-a ci
Estado; pet-a no aflrmo do igual manera la
neutralidad de la naciOn o do gran parte de Ia
nación. Nosotros no somos estatuas quo este-
mon presenciando inmutablos la lucha: tene-
mos una inteligencia y un corazOn, y ponemos
nuesti-as ponsamientas y nuestros afectos al
lado de aquelia causa quo consideramos quo
está más en consonancia con los intereses
permanentos de Espafla.
Por oso creo quo hacia ella se debe produ-
cm una carniento de simpatla muy grande en
Ia naciOn, sin penjuicio do Ia neutralidad abso-
luta en el Goblet-no; y cuando ho oldo afirman,
a praposito do ha neutralidad de éste, do labios
tan eiocuentes como ion do don Molquiades
Alvarez, quo debla nor una neutralidad con
siinpatfas hacia los ahiados, no he podido me-
nos de sonreirmo. Una neutralidad con sim-
patIas oficiales hacia una parte es una neutrali-
dad sin neutralidad; pot-a que tieno el gnavo
inconveniento de llevar apanejadas, ci dfa do la
liquidacion, todas has consocuoncias de ha gue-
rra y ninguna de Ian ventajas de la noutraii-
dad. (Muy bien, muy bien.)
Figuraon qüe la guerra so ha hiquidado y que
Espafia, neutral, pero con una sixnpat!a acen-
tuada par pat-to del Estado hacia los aliadas, se
prcsenta en ci Cangrcso dc Ia Paz (si existo
— 39 —

Congreso de ha Paz y no hay paces pat-dubs


impuestas pot- el vencedar, quo en lo más pro.
babie), so presenta ante ci dominador o en ci
Congrcso a quo concurran tadas las naciones.
España dma: ~Yo ho sido neutral, pero he ma-
nifestado mis simpatlas hacia uho do los beiige..
rantes.,
V si ha tniunfado aquel en cuyo favor no so
inclinaban las simpatlas, sino los adios, será
tratada como on vencido quo ni siquiera ha lu-
chado, y si so trata de aquellas par Ion cuales
so han manifestado las simpatlas y son vence-
~.‘doros, ellos podrán dccir: ~Por qué a las simpa-
tias y a los amores platOnicos no has unido ci
esfuct-zo y ci sacrificio? V si contesta: Es pat--
quo no he querida, o ponque no he podido, le
dirán: Signos do ixnpotencia san ambas cosas;
-~ sufre, par ho tanto, oh dominio dci más fuorte.
~ (Grandes aplausos.)
Aft-mo Ia neutrahidad absoluta, tan absoluta,
quo no quieroni aun la sonibra dcl contnabando
(Risas.) para ninguna de las dos partcs; man a!
mismo tiempo digo: en cuanto a Ia naciOn, no.
La nación no puedo nunca, ni pot- on mo-
menta, olvidar los intereses permanenten de so
tornitonio y do so raza. Esos tiene quo aft--
mat-hon ahora mas que nunca; y ~sabéis pot-
qué? Parque no ostábamos preparados pai-a in-
torvenir, parquo cstá dividida Ia naciOn espa-
fiola hay quo mantener ha neutralidad del Es-
tado; pero en cuanto a Ia neutralidad de Ia
—49-.—

naciOn, supondrIa que nosotros podfamos nor


indiferontes ai triunfo de una do las partes
behigenanten, y eso signifcanIa quo Espafia no
tiene ideal ~e polItica internacional, quo cat-ece
de objctivo qüe reahizat-, lo cual set-ía Ia no-
gaciOn do nuestra personalidad on ese orden
intot-nacional. Es necesario quo cuando Ilegue
Ia hiquidaciOn de la guerra riosotros podamos
alit-man nuestra personahidad y nuestros ideales,
y esta Os ha ocasiOn do afinmarlos y do que Es-
pafia so presente ante ci mundo con esos obje-
tivos, tan definidos, quo parozcan las constela.
ciones quo Ia alumbron on oh camino do Ia vida
entre los pueblos europoos. (Muy bien)

CrIteriogeogr~%— ~Cuáles oh criteria para fijar


fico para fijar nuestra polItica intennacio-
nuestra politico nal? Yo tengo ono fijo,
Internaclonal. - - permanente, ci quo siguen
todos las demnas pueblos:
en ci quo yo Ilamaré criterio geograjico, al que
yo he dada un nombre: autonoinla geograjica.
Hay los Estados no son Estados nómnadas:
son Estadon quo tienen territorio fljo, y todo
Estado completo quo ho sea de veras, tiene do-
t-echo a Ia dominaciOn absoluta y soberana sa-
bre su tei-nitorio; tiene derecho a que ningun
otro Estado Ia sojuzgue en todo a en pat-to, a
quo ning~n otro Estado haga actos de sobe-
ran!a y do jurisdicciOn en aquello quo en eh
patrimonio territorial suyo. Esta cs uria do las
— 41 —

bases mas fundamentales del Dot-echo interna-


cional. Un Estado cuya soberania en todo o en
parte esté sometida a otro Estado, un Estado
cuyo territario esté sojuzgado pot- ott-a Es-
tado, no es en todo a on pat-to, segcin sea Ia
sumisiOn, Estado soberano, nina organismo me-
diatizada y feudatanio.
Nosotros tonemos los limites naturales mas
definidos. Va sé yo quo ciertos geOgrafos mo~
denrns han puesto hasta en hitigio las fronteras
naturales, exagerando la dificuitad de se~alar
bien los don caracteres que les asignan: ol de
protecci6n y obstaculo. Clara esta quo si no hay
par parte do bas naturales una preparaciOn at-ga-
nica y tOcnica, no existe ni aun en ci Himalaya
obstaculo ni protecciOn sabre ci globo; pero si
hay algunas bien deflnidas, olbos ho afirman,
son las de la Peninsula ibénica, porque aunquo
tengamos parte do nuestra raza extendida al
otro lado del Pirinea, en on hecha evidento que
In muralla do los Pirineos y oh man nos deman-
can con hlmites tales quo no existe ninglin atro
Estado en la Europa actual quo pueda pnesen-
tar unas fronteras coma las quo tenemos non-
ott-as.
Y Espana, ~ejerce ha soboranla sobre
todo su territonio? ~Hay aiglin Estado que
ejerza sobcranma sobre sun domirtios espa.
flaies?
IGibraltari Las Al hacer Ia pt-egunta ya
negociac lo nes habéis contestado vosotros,
porn recobrnrJo.- y un nombro pasa par vues-
tra momonia y par vues-
tros habios. Nosotros, coma decla Floridablan-
ca, tenomas clavada ha enpina do Gibraltar;
pet-a ~na es nada man quo Ia de Gibraltar? Yo
he denunciado un hocho, del coal tengo Ian
pruebas documentadas, dadas par un minis-
tro, y con ci piano presentado por on embaja-
dot- do Inglaterra; y clara está quo no me ha-
bOis do pedir que revehe nombres; pero pude
indicarlo ya en ci Parlamento, y pudo a1g~n
personajo inglés extraflarse do cOma canada
yo one dato tan impartante en la historia do
nuestras rebaciones diplomáticas. Yo sé quo on
emnbajador inglés, presentando un piano de
Gibraltar, exigió a Espana jy está cancedido!
quo, trazando una circunferencia, cuyo centro
fuese ci Castillo del Moro, do Gibraltar, abar-
case unos trece kilOmotros, dentro de has cua-
los Espafla no podrfa fortificar ni emplazar una
bater~a,ni el más insignificante fuerte quo pu-
diet-a amenazar ha plaza, sin quo Inglaterra io
considorase coma un casu beii. Do modo que
no en Ia plaza, ru oh Pcflón do Gibraltar: so-n
trece kildmetros de territorio español los que
están sojuzgados pot- ott-a potencia. (Sensación.)
Nuestra soboranla esta himitada y enfeudacla;
nasatras no podeinos fortificar Sierra Carbo-
iiena, no podernos fortificar Sierra At-ca, quo
— 43 — -

está detnás y ha domina; no pademos fortificar


Punta Cat-nero, no podemos porter caflones
en San Garcia ni en los Adalidos, ni en San
Roque, ni sobre ott-os muchos puntos; nosotros
lonemos sometido a otra potencia pat-to dcl to-
rnitoria nacianal.
No so tt-ata, no, de ha plaza de Gibraltar, y
cuando se habla de eIla—y han habiado rocion-
temente oradores y periOdicos,—se plantea
rnuy mal Ia cuestión. Porque so dice. ~C6mo
quoréis quc reivindiquemos a Gibraltar? ~Lo
vamos a rcivindicar diplomáticamonte, lo Va-
mos a neivindicar pot- ha fuerza? No tenemos p0-
den bastante pat-a reivindicarhe, y, diplomatica-
monte, has ncgaciacioncs han fracasado siompre.
Acerca de Gibraltar ha habido, si 110 ostoy
en oste i~stantetrascordada, hasta sieto nego-
ciacianos distintas. Ant~sde in paz do Utrech,
en los proiiminaros, ya negoció Fehipe V pat-a
quo ci tratado secreto quo intentaba hacer en
Vorsahles, Inglatenra, no ilevase Ia cainponsa.
ciOn do Gibraltar. Después, Fehipo V negoció
dos veces con motivo do Ia cuddruple aliansa,
y en in segunda, Jorge I, quo Jo ofrociO acce-
der, no pudo llovar a cabo no propOsito pot-que
ho rechazó ci Panlamento britanico.La cuat-ta voz
so puso do acuerdo con ci Emperador pat-a con-
seguirlo; pero Inglatenra y Francia lo estorba-
ran. La quinta negociacion se veriflcó en tiem-
pos de Fernando VI, quo trató de Ia devolución
de la plaza, y Pitt la ofreció, pero a cambio de
— 44 —

que len ayudásemos nosatros a reconquistat-,


para Inglaterra, Ia Isla do Menorca, que habIa
perdida. La sexta y sOptima gestión se realiza-
ran en tiempo de Cat-los III par Fhonidablanca y
Aranda, y las dos fracasaran por excesivas cxi-
gencias do Inglaterra, y par ha oposiciOn pat-la-
montana.
Después no Se volviO a tratat-, porque la quo
intentO Godoy no paso do preliminanes, do la
reivindicaciOn de Gibraltar; y hay, cuando so
habla de estas cosas, siempre so cita y se Se-
fiala a Gibraltar, y oste en on grave error. 1S1
para anular a Gibraltar no se nocosita de recon-
quista ningunal Sirnpbemente con que nosotros
pudiésemos ejercor Ia soberania sobrc esos tre-
cc kiiOmett-os, o, dada la artilleria rnoderna,
fuera de esos trece kildmetros, Gibraltar no exis-
tirla en muy poco tiempo. Es quo Inglatenra no
nas consiente que pongamos dos batenias quo
Ilegueru a Gibraltar, aunque estOn foot-a del ra-
dio los trece kilOmetros. Paned do los caihones
o de los abuses Shkoda, quo ahora usan los aus-
tniacos, dos en Algeciras a dos en Sierra At-ca,
y verOls Ian hat-as que dura ci PefiOn do Gi-
braltar; poned on puerto franca en Algeci-
ras, y veréis Jo quo dora el poderio comet-cia!
de Gibraltar. No so trata sOlo de Ia plaza de
Gibraltar; so plantca rnuy mal Ia cuestiOn: so
trata de ha sQberanha sabre el Estreclza de Gi-
braItar.
— 45 —

El Irredentisino Inglaterra y Francia, en


Español. tmpor- ci artfcuio 7. del Tratado
tancia excepclo- franco-inglés, non prohiben
nal del Estrecho. fort ~Jicar la costa viarro-
Clove de nuestra qul quo portenece a nues-
politico exterior. tra zona. ~IngIatert-anon im-
pide fortificar nuestras pro-
pins costas, independientemente de Gibraltar,
y además nos prohibe fortificar las costas do
enfrentel 1Si sOlo con fortificar los altos do Los
Ohivanes, en Tarifa, frente a Punta Cit-is, quo es
ha distancIa más cont~tenti-e has dos costas, sOlo
con eso quedaba Gibraltar inutilizadol (MiLy
bicu.) Pet-a es quo so nos prohibo fortificarlo, y
esta en ha situaciOn terrible de Espafia; y yo
quicro quo me digáis cuái es ci criteria de
esas quo aplauden ci irredentismo italiano
y condenan el irredentthno español. (Graudes
ap!ausos) Ellos alit-man quo Itahia tiene dot-e-
cho, incluso sabre las tratados y sobre Ia pala~
- bra empefiada, a dominan ci Trentina, quo con-
sidera coma una porciOn do su territonio, y son,
al roismo tiernpo, las quo so unen con Ingiate-
ma y habian de nuostras conexioncs y do nues-
tros lazos geográficos. 1Y OW quo hay diferen-
cia ontre ci Trontina y Gibraltar! Ellos admiten
oh derocho do Italia a dominar en ci Adriático,
y no quieren reconocer oh dot-echo de Espafia
a dominar en el Estrecho, quo os mar territo-
rial. (Aplausos)
V observad, sofiares, quo ci Estrecho do Gi-
— 46 —

braltar en ci punto central del planeta, y que


aIII está escnito todo noestra pragrama in-
tcrnacional; parece que Dios, previendo la
ceguedad do nuestros estaclistas y palIticos
parlamentarios, se lo ha querido poner dc-
lante de las ajos para que supiesen bien cual
era nuestra palItica intornacional. Es ci pun.
to central del planeta; uric cuatro continen-
tes; une y relaciona ci cantinonte africano con
ci contInente ouropco; es ci contra pot- don-
do pasa Ia gran corriente asiática y donde
viene a comunicarso con las naciones mcdi-
terráneas toda Ia grant cornionte ameridana;
cs más grando y más importanto quo ci SSa-
tot-rat y ci Categat, que el Gran Be! y ci Fe-
queiioBel, que ai fin no dart paso más quo
a on mat- interior, helado la mitad del tionipo;
en más importanto quo ci Canal do Ia Mancha,
quo no impido Ia navegaciOn par ci Atlántico
y el roar del Narto; en muy superior a Suez,
quo no es man quo una filtraciOn dot Medite-
rráneo, quo on barco atravesado, con so cat-ga-
mento, puedo cot-ran, y quo los Dardanelas,
que si se abnioran a ha comunicación, no Ilova-
nan más quo a on mat- interior; y no tione
comparacion can ci Canal de Panama, quo cot--
ta-un continente. Dios non ha dada Ia have
dcl mar latino. La Geologia, ha Geografia, Ia
TopograiTh, las olas mismas dci Estrecho, cho-
cando en el acantilado de ha costa, nos ostOn
diciendo todos los dias: Aqul tenéis la poet-ta
— 47 —

dcl Mediterr~neoyla have; aquf est~ivucstra


grandeza. (Grandes aplausos)
Suponod quo dominamos en has dos costas
del Estnecho, quo no hay ninguna naciOn qu~
sajuzgue ha soberanla do Espana y quo tene-
man Ia integridad territorial. ~Qué sucedenla
entonces? Que Inglaterra, habiendo pordido
Ia lhave y Ia poet-ta dci Mediterránea, estarIa
bet-ida cii ci corazOn. Dc poca le servirlan
Malta, Chipro, Alejandria y Suez; la puerta es-
tarIa en nuestras manos, y Ia consecuencia in-
mediata set-ia Ia soborania en toda la Peninsula,
Ia soborania inchirecta sobre Portugal y ci dere-
clrn, en virtud do ha unidad geográflca, a impo-
net- una sola politica internacional,y, coma con.
secuenicia do ella y coma Organa suya, una Ic-
deraciOn ibérica quo rospandiese a esa politica.
(Aplausos.) -

— Los tree ideales Entonces, rentaurados noes-


de Espaüa. Sn ne- tro poderIo y nuestra na-
gacion por Ia his- dOn, podiamos dirigirnos
toria de Inglaterra a los Estados amenicanon,
quo hemos amasado con
nuesti-a sangre y a los cuales hemas infundido
noestra civihizaciOn, y fundar can ellos on im-
pet-ia espiritual, diplomático y morcantil, en
pie de igualdad, que volverca a nut-gin eru-dicz y
echo Estados que habian nuestra longun, por
una con~ederaciOntacita; y vendrIin a agrupar-
se alrededor de nuestra baridera. Y todo eso,
— 43 —

quo sort los tres ideales do Espai~a,los tres ~b-


jelivos do nuestra polItica internacional—el d#-
ininia del Estrecho, lafederacio’n con Portugaly
ha confederación tdcita con los .Estados america-
nos—, ~quién ho ha negado?; ~quién 1~ha den.
truida? ~Quién en ha causa de quo so hayan no-
biada esos tres ideales, y pretonda quo queden
nada más que coma un recuerdo on nuestra pa-
lItica? ~Quiénha sido? Preguntádselo a Ia Histo-
na, quo ella as contestará do acoerdo can ha
Geagrafla: Inglaterra. (Aplausos.)
La autonomia geogrdflca do Espafia exige ci
dominia del Estrecho, Ia federaciOn con Portu-
gal, y como punto avanzado do Europa, y por
haben civilizado y engrandecido y sublimado a
America, ha red espiritual tendida entre aquel
cantinento nuevo y ci viejo cantunente europeo.
Pore observad quo ha Geografla, que, coma de-
cia un ministro frances discutiendo on el Parha-
mento con JaurCs, en urn frase magnIfica, man-
da en la .&‘istoria, impone a Inglaterna una p0-
utica opucsta, y quo ha seguido, par cierto, te-
naz y ilelmente.
Va ho he dicho muchas veces, y estay din-
puesta a repetirla rnuchas más, a vet- si, a fuer-
za do repetiria, ha convict-ta en axioma: he di-
cho que Inglaterra obodoco en tada su politi.
Ca con nosotros a una ospecie de soritesgeo~rd-
fco. No puede set- grande, pot- ha praporciOn
entre su pablaciOn y los productos do su suelo,
si vivicra replegada dentro do si misma; tiene
—49—

que nor gra~~dcdominando ci mar, y pat-a do-


roman ci roar necesita dominar el Mediterránoo,
qu~ sigue siendo oh mar do ha civihizacion; y
pat-a dominat- ci mar do Ia civiiizaciOn necesita’
dominar ci Estrecha, y para daminar ci Estre-
cha necesita dominar Ia Peninsula ibCrica, y
pat-a dominar ha Peninsula ibérica necesita divi-
dirla, y para dividirla necesita sojuzgar a Por-
tugal y sajuzgarnas a nasotros en Gibraltar. V
eso ha hecho. Recant-ed no histania; mit-adia con
relaciOn a Espafia, y veréis quo, para dorninarla
y dividit-la, no empieza par Gibraltar ni par ci
Estrecho: ompieza par Portugal.
Consta en d-cumentos pubhicados por Ion
portugueses mismas Ia representaciOn grafica
de in CamisOn portuguosa quo foe a Inglate-
nt-a a demandar pratecciOn y amparo pat-a ha
sublevaciOn do has Avis, cuando la Corona de
Portugal vino a unirso on Ian sienes do un Rey
con ha de Castilia, quo Inglaterra amparO y pro-
tegio a Portugal; y despuOs do ha dot-rota do Al:
jubar-rota, un Duquo do Lancaster, con on EjCr-
cito, trata do desombarcar en Corufla y Ilega a
estabiecor durante on aflo so carte en Santiago.
V cuando mueren don Sebastian y ci Cat-denal
Enrique, y Feiipe II hereda ha Corona pot-to.
goesa, ~contra quiCn tieno quo huchar, apante
dcl Marques de Santa Cruz, quo en las Ten.
ccras dot-rota ha escuadra francesa? Contra In-
giaterra, que apaya al inquicto prior do Cra-
te, con un ejército de quince roil hombres, quo
50 —

desombarca en In mm do Piniche. V cuando so


sublevaba ci Duquc de Braganza en ci si-
gb xvii, aprovechando Ia guerra de l~sTrein-
ta Alias, las guerras de Catalulia, do Nápoles y
hasta do Andalucla, y cuando se conjuran todos
para disgrogar la PenInsula, ~quién le apoyn
contra Felipe IV?
DecIdseho al segundo don Juan de Austria,
quo en aquehla memorable batalla do Estre-
maz, quo aunt t-efieren con horror las historia-
dares partugueses, después del heroico asaito
de Ebora, a Ia caida de Ia tat-dc, en hot-a y me-
dia do combate, con 9.000 hombres, para sal-
var Ia tierra quo quiere arrebatarnos Inglaterra,
tione quo iuchar contra 17.ooo, do los conies
11.000 son ingleses, y pelea came bueno en
las avanzadas y le matan dos cabailos, y can Ia
mcienia tan cnsangrentada coma Ia pica, sabre
on mantOn do cadáveres, pierde alhi 7.000 horn-
bnes, entt-e los cuaics yacen en ci nude 105 Ti-
tubs de Castihla.
Pero nuestra politica correspondo, came es
natural, a csa poiltica ingiesa. Toda Ia Casa
do Austria hucha contra Inglaterra. Lucha Fe-
lipe II con Ia Invencible; envIa unia divisiOn
quo pelea can poca fortona en Irhanda, Feli-
P0 III; sOlo un tnomento, cuando aparece en
escena Lois XIV y non requiere Inglaterra por-
que van a peligrar los Paises Bajos, sufre un
eclipse, nada rods quo un instante, nuestra hos-
tilidad a Inglaterra; y despuCs, coanda se ha
— St —

perdido en Utroch a Gibraltar, toda Ia polftica


barbOnica, incluso ol Pacto do Familia, quo no
es sOlo Pacto do Familia, pot-quo despues del
epinodio man sangriento de Ia Revalución, Se
ronueva can ci Consulado y ci Imperio, está
fundada on eh odio a Inglaterra. Pet-o liega un
momento en quo Napoleon, par ci mal conscjo
do aquel Maquiavelo quo so hlarnabaTayiberand,
hace ha cosa más absurda quo so puedo irna-
ginar: a so más fiel aliada, y al mayor enomigo
~ de Inglaterra Ic provoca a una guerra, quo ha
~. sido Ia causa do su ruina, y eritonces nosotros,
ofendidos y heridos,tenemos quo juntarnos con
Inglaterra pat-a luchar pot- ha Independencia.
~Y qué hace Inglaterra? Inglaterra, quo ha-
bIa, sin declaraciOn de guenra, cchado a pique
cuatro fragatas espafiolas, quo ct-a Ia quo non
obligara a in a Tnafalgar, Inglaterra destruye
~ todas las fortificacionos quo hay cot-ca de Gi-
braltai-, porque teme quo no apoderon de ellas
los francoses; pci-a dando no pababra do quo,
ni terminar ha guerra, las fortificaciones valve-
ran a set- levantadas, y, en efecto, cuando Ia
guerra termuna prohibo quo Ian fortificaciónes
so levanten; y mientran par ci Tratado do i8og
tenemos con ella una aiianza ofensiva y defen.
siva, hucha contra nosotnos en America y fon-
da aquehla farnosa logia filibustera ilarnada La
(3rwr Reunidu Americana, cuya alma fuC ci ja-
cabino Miranda, y cuyo Centre directive ge-
neral estaba en Londres y en relación con ci
- —52--—

Gobiet-no buitánico, que daba todo ci rilnero


nocesanie. Poscia filiaies en Madrid y en Cfdiz;
y en sos iniciaciones no juraba ha sepat-aciOn de
Espafia. So extendió pan todas has ciudades
arnerkanas, y a ellas pertonecieron los princi.
pales caudilbos do la insurnecciOn, empezando
per los hibertadores. inglaterra es Ia quo pro-
porciona aquehic’s 5.000 hombres que formaban
ci nttcleo del Ejército do Bolivar, ho quo Se
llamó Ia leg-idu brittinica. V cuando ha termina-
do ha guerra, en el Congreso do Viena, nos-
ott-os, que habiamos hecho más que nadie por
dei-ribar a NapoleOn, ~quC recompensa tene-
mos? Alli está Inglaterra, que pide que so non
arranque ha plaza de Olivenza, que estd for-
mando la cuerda dci arco que describe ci Gua.
diana en aquelha parte de ha frontera portugue- -

sa, pat-a quo Portugal pueda avanzar rods en oh


tornitorie, y asi se decide, y se hubiera Ilevado
a cabo sin Ia tenacidad de los Gobiernos espa.
i’ioles en no aceptarho.
Y ci aflo 17 nan impone todavIa un Tratade
especial, en ci cuah estabiece el mutuo derechio
do visita entre nuestros bat-con y los suvos, y
dada Ia desproporciOn entre dIes, en una de
las causas do nuestra ruina mercantil, V des-
puCs acude a nuestt-as luchas civiles, y vione
aquf con Ia Cuadruple Ahianza, y unes puntos
susponsivos, quo yo conozco, de una nota di-
plomática, ocultan lo quo Ic sirviO pat-a agran-
dan la zona del PefiOn.
V cuando vamos a Africa, ~quién detiene en
Tetuán a nuestras tropas y quiCn roclama una
deuda do 44 niillonos en aquellos mornentos?
[nglaterra. V coando viene Ia guerra colonial,
iahl, cuando viene ha guerra cohonial, sabcdlo,
pot- altos requonirnientos y pan instigaciones
prepias, on Viena so tratO par los Emperado-
ros de ponerso do noestra parte, y Alemania
quiso intervenir dircctamente en nuestro favor,
pero ahlI estaba ci veto de Inglaterra. V paz-a
que veáis hasta qué punto han ilegado las cosas,
voy a leer, do un hibro recientisimo, publicado
por on olevado funcionario inglés, SOi)re ha
gucrra actual, este hecho que pucdc set-vir do
luz pat-a las futut-as onicntacianes de Espafia.
Se tituba ci libro Los Or/genes de liz Guerra, y
su autor, Sir Percy Fitz Patrick, dice asi:
i~Peroha iota britdnica estaba tamhiCn aiII
(era en Rio Janeiro) y el ainiirante aherndn quiso
saber qué hat-ia ci inglCs si Cl atacaba a Ia lbota
americana. Un bate saliO del buque almirantc
alemán al buque lr~si~nia inglOs; has tren flotas
espeiaban en silexiciu; sabian quo todo depon.
dIn (10 Ia actitud dcl almirante hritdnico. 4c~QuC
hat-a in iota ing~esa proguntO el aim irante
——

aiemán — $1 at~camosa ha americana?~La con-


te.~acióntoe: ~Nu estoy autorizado pat-a con-
~~st~trpreglLntas hipotCticas, ci almirante amc-
:icano ~,odrá ~ontentar a osted.~Y mientras oh
bate alcmán vulvia can Ia cantestaciOn dcl ahmi-
rante británico, Ia iota iniglesa se alineO pausa.
— 54 —

damento al lado do ha americana, hacienda


ft-onto a un eneniigo comün. Si Inglaterra no
hubicra adoptado esta actitud, tal vez hubiera
~ido otro ci nesuitado de Ia lucha do los Estados
Unidos con Espafia.

Diferencla do con- V ahora pregunto: Par-


ducta con lnglate.. tiendo del cniterio geogrd-
t-rayFranda.Elo- flea y do ha historia que
gb do ésta. - - éste ha impuesta a las don
-

naciones, ~podemos nas-


ott-as tender on io futuro a una alianza con ha
Gran hiretafia? La Historia y Ia GeografIa con-
testan cjue no. Con rehaciOn a Francia, lo he di-
cho, lo repito ~ no habrá nadlo que pueda citar
un articulo mb (y he escrito muchos en esta
época), ni una paiabra do on discurso on donde
haya la menor ofcnsa paz-a Francia, came na-
dOn, aunque haya muchas censuras para nu p0.
Utica y porn su Estado. Nunca, jamds, porque
ye reconozca los defectos y tambiCn las grant-
dezas de Francia.
Francia discropa do nosotras en muchos
puntos. No es cntoramente exacto ese latinis-
mo, ponque aunquo tengarnos Dna correspon-
dencia étnica con ha parte meridional de Fran-
cia, no la tenemas con ci Centro gale ni con
ci Norte, en grant parte germánico, y pat-quo
hay una diferenciaciOn niuy grande entre su
psicologia y Ia nuestra; pero ye, que recanoz-
co (ha reconocen muchos escritores francesos)
— 53 —

(a Iigereza francosa, y, a Voces, su supenficiall-


dad, tarnbiCn reconozco so intuiciOn brillante y
genial, Ia transparencia do so estilo, y ful yo
quien dijo on ci Parlamento, y repita aqul, quo
Francia era come Ia aduana del cspiritu huma.
no, y quo todas las grandos ideas, buenas o
malas, tenian quo pasar per ella y recibit- su
sehlo pat-a circular rápidamente par el mundo.
Yo proclamo esas coalidades do Francia, y ye,
que he consurade agriamento so polItica jaco-
bina, say eh que en estos instantes reconozco
la grandeza quo, a pesar de ella, existe en Fran-
cia. ~V cOmo no recanoccrla, si a ml rue ha
causado prafunda admiraciOn, y algunas veces
esa adrniraciOn ha movido Ia plun-ta pat-a can-
tar In grandeza do aqoellos quo, ytctimas expul.
sadas del propia hogan, lanzadas come crinli-
nales fuera del territoria, al salLar Ia hera trá~
glen para su patnia, ho alvidan todu, y aquelios
religiosos y sacerdotes expulsaciu~ do Fraiicia,
vienen hasta do Oriente, precipitadamente, en
las primeras naves quo alcanzan, y hlcgan al
suelo do in patria y no pi-eguntan quien los
inanda ni quiCn los dirige, y no miran nada ~nds
que ci honor de Fi-ancia, y van a las trincheras
a luchar hcroicamcnte par ella?
V esa naciOn, quo viO cOmo se pastcrgau~.
so herIa y se cscarnecIa Ia conciencia eatOlica;
que vió cOma una politica antimihitai-inta, ~
habia pene trade hasta la escucla, no recuriu...1i~
ci senvicio do los tres aflos, ilegaba hasta negai
— —

ci saludo jerdrquico y a establecer Ia deiación


y has Ochas en ci EjCrcito, y habia negado, con
sus votes, en el Parlamonto, los grandes apt-es.
tas militares y Ia artihlerIa gruesa; a pesan do
tado, cuando hit-gO Ia hera del combate, se los
ye recogerse dentro de si mismas, in a peloar
en Ian trincheras, horadar, par docirho asi, ci
soda do Ia Patria, y con abnegacion, con saci-i-
ficio heraico, regarle con su sangro, came si
buscasen aIM, en ho más hondo dcl nude, las
ralces de Ia vieja Francia pat-a fecondarla do
nuevo... (Ajilausos.) Ye tengo hasta Ic en su
triunio. ~SabCisporquC? Pot-quo ct-co quo, cuan-
do salga purificada por Ia prueba caldaria de ha
catástrofe, cuando reanude los eslabanes de su
histonia y suprima ci parCntesis jacobino, vol-
vera a set grande. (Aplausos.)
Con Francia tenemos nasotros, relativamen-
te, intereses antagOnicas en ci Mediterráneo:
porque ella desearla ser alli ha primcra poten-
cia y extenderse per todo ci Not-te africano, y
clara está quo eso pugna con nuestros intone-
ses; hemas tenide muchas lochas en ha Histo-
na; hemos tenido mochas oposiciones y con-
trastes; pore esos contrantes y enas luchas que
homes tenido con ella, come con otros pue-
blos, son rehativamente accidentales. Con Ft-an-
cia, ci dia do maflana, podt-famas nesotnos Os-
trechar nucstras relaciones; pore, icon Inglate.
- rra? Con Ingiaterx-a, jamás. (Aplausos.)
— 57 —-

La grcndcza ~‘Ia ~Y os que ye niegue Ia


dec~.denciade In- grandeza do Inglaterra? Po.
glaterra. - - - cos habrá quo tan profun-
-

damentc Ia reconozcan. 1S1


no hay Irnperio semejante al Imperio britOnicol
Ye admire la inmcnsa capacidad, Ia inmenszl
Iuerza y energia qoe Inglaterra ha tenido quo
gastar pat-a fundar ese colosai Impenio quo ocu-
p~mds de Ia sexta parto del planeta, y que tie-
ne baja nu cetro ha cuarta partc del gCnero hu-
mano. Inghaterra es grando, rnglatet-ra ha hecho
cosas maraviliosas en Ia Historia; ~c6ma he de
desconocer yo esa grandeza?
Interioi-mcnte, su magnifica constituciOn y
su desarroilo histOnice, somojantc per ci senti-
do tradicionalista do sos institocionies a has de
Roma, y fuera, asombra in inrnenisidad do su
Imperie y su dominaciOn; pet-a cuando no trata
de has relaciones do Tnglaterra con los dern~s
Estados, mi Etica, en vez do adniiraciOn, pane
otra palabra muy diferente. Es grande login-
terra. ~No lo ha do set-, si So lmperio, ma-
yor quo oh do Ciro, ci do Alejandre y ci do
Rerun, ha ihegado a set- man extenso quo el
nuestro?
Inglatcrra, cuando mit-a a America, ye, alIá
en oh Norte, ci Canada; en oh centre, islas como
las i3ermudas yJamaica; en ci Mediodla, ha Gua-
yana; en ha Oceania, islas que parocen conti-
nentes; en Asia, ha inmensa India; en Africa,
desde ci Egipto hasta el Transvaal; on ci Mcdi.
—58—
terránoo, Chipre, Malta, Suoz, Alojandria, Gi-
braltar, y cuanda, apoyando un pie sabre Irlanda
martit-izada, y otro sabre Escocia céltica domi-
nada, envanecida con ci home do sos fábricas,
quo parece quo es ci incienso quo so tributa a
misma, so cantempla camo Un inmonse castillo
quo tiene per muralla ci acantilado de so costa,
y en cuye lane cabe el OcCano, dcsdo ho alto
do sos atalayas mira satisfecha cOme las cuer-
das de sun navies se van extendiendo sabre tedo
ci planeta y le va estrechande y oprimicnde en
sus redes; cantenipla nus formidables escuadras
coma bandadas do ayes marinas dispuestas a
levantar ci vuele, y a posarse on todos los pue-
blos al mandato do su vaz. V cuando parece no-
petit Ia franc dei cronista aragonCs aplicada a
tedos los mares, do quo no so puede mayor on
pez sin hlevar sobre sos escamas grabade ci sehie
do sun leapardos, no advierte quo unos extra-
lies mat-adores do las aguas fabricados par ha
Ciencia, perfeccionados por ci Genio, niovidos
per ci HeroIsma, so sumergen entre has olas y
disparan ha moorte sabre sos acarazados, quo
desaparecen, deshechos, en el abismo; y coan-
de, llena de paver, levanta sus ojas al ciole, ye
cOme pausadaniente toman las medidas del Ta-
mesis y so acorcan a so Metropoli los audaces
zippelines, extendiendo sun alas come has águi-
Ian triunfadoras de Germania. (Grandes y pro.
longados aplausos.)
Es gnande Ingiatcrra. ~COmohe do neganlo
—59—
yo? Ct-ce que si se hundieso politicamcnte en
Ia Historia, su hundiniiento sorla semejanto al
de sun islas en ci mar, y que subirlan alboro-
tadas las alas en todas has costas entonando
una elegia, y quo ah retirarse so replegarian
sabre sI mismas y se juntarlan, temerosas de
quo surgieso do improyiso y has avasallaso do
nuovo. (Grandes aplausos.)
Pet-a Inglatorra ha negade, ha mutilado, ha
~ometida, ha sojuzgado a ml Patria, ha deshe-
cl-to su 1-listoria y ha rate sus ideales.
(Aplausos estrepitososy repetidos. Se oj’en vi-
vas a España, que son contestados con el mayor
eutuslasmo.)
Cuando on tirano pane so planta sabre Ia
cot-viz do ha victima, y Csta no fercejea y no so
revuelve para combatir y hibortarse del epre.
son, sino quo besa Ia planta que la oprirnc, en-
toncos, toned por segure quo alli ha muerto un
cuerpo y antes ha muerto on honor. (Aplausos
ftrO/O2igadoS.)
Yo aspiro a ha soberania dci Estrecho y a Ia
integridad territoriai quo non nioga Inglatcrra.
V digo man, y nepito lo quo he dicho muchas
veces: si Aiernania so unicra can Inglatonra, ye
serfa enernigo do Afemarila; si Francia so sepa-
t-ara de Ingiaterra, serla amigo do Francia. Par-
que ha norma en ml no cs ci odie; son los inte-
roses geogi-aficos y la integridad de mi Patt-ia.
(A’itevos aplausos.) --
— ~,o —

Graiideza ex- Enfrente do Inglatorra otra


traordlnarla de potencia so levanta. Do una
Alenisula. Sem- humihdo Mat-ca do .Rrnn-
blanza del Kaiser, demburgo ha nacido. ~Co-
que In personifica nocCis algo semejante al
Imperie aiemán? En ha
Edad Media hay historiader que sefiala so di- -

visiOn en mas de trescientas Estados. Liega Ia


hora de Ia Reforma, y se disgrega rnás; y in
lucha más enconada continua durante todo ci
siglo xvi, desde Ia Dicta do Spit-a y ha Liga de
Esmacalcia, y desde ha guenl-a do los calnpcsi-
nos hasta Muitberg, ha sangre so derrama a to-
rrentes; que continOa corriendo sabre ci sue-
ho de Germania en el sigio xvii, can ha guerra
de los Treinta Afios.
V despuOs del gran Federico y do in cenquis-
ta do Silosia, en que pareco que Prusia so yet--
gue y no levanta, vuelve de nuevo a caet- bajo
el lmpenio napoleOnico, rendida y avasallada
en Jena, y vuelve ott-a vez a erguirse y a levan-
tame, pero no cempietamente, no con eh empu-
Jo can que al principio apareciO. V cuando Vie-
no Ia rcvoIuciOn do 1848, quo parece ci prOlo.
go de ott-a revoluci6n conlo ha do 1789, y tras-
tot-na todos hon tronos do Europa, Prusia so
conniucve hasta en sos cimientos y no puede
recobrar su impcrio; pero crnpieza a ti-abajar,
siicnciosa y pacientemente, y hlega el dia de Sa-
down, en ci que alcanza ci predorninio sabre
toda ha raza germánica, y el 70, sabre Ia peten-
— (3~ —

cia latina, qoe podia contrabalancear su influjo


en el Continente; y cuande ya so ha levantado
asi, empronde otra tarea paciento y tenaz, y ci
hiamado imporialisma alemán, durante las vein-
tisiete afios quo hieva ya do reinado ci actual
Emperador, no conquista un palmo do tierra
con las at-man, y cuando quiere adquinir terri-
tories, come Las Carolinas y Marianas, o Ia
sultania do Zanzibar, los con-ipra. Moitiplica In
enorgia en las fábricas, Ian Univensidades, las
escuehas, movidas tadas par on sole impulse y
ona direcciOn: Ia grandeza del Imperie.
V cuando hiega Ia hot-a suprema dci confhicto
eurapeo, aparace ena Alemania gigantesca, a
Ia quo habria que saludar rendidarnente, nun-
quo ne loose niás quo pot- cuestiOn do EstCtica.
(iIfi~ybien. Aplausos)
No ha panado pot oh mundo, no ha roda.
de sobro ha tiei-ra, una máquina scmojante
a Ia máqoina formidable del Ejércite aiemán.
Tomando ha ofensiva en Rusia, Ia defensiva
en la i!nea do FIandos; on EjOrcite en
COli

los Cárpatos, can ott-a E~ércita do acupa-


ciOn en Béhgica, con otro en diez departa-
mentos francoses, con otro xnás grando, y
siempre en mavimiento, en los ferrocarriles,
ho mismo a! tomar Ia ofcnsiva quo ha defen-
siya, 10 mismo ai defender que al atacar, ho
minmo al conquistar las plazas que al recon-
quistat- regiones, siempt-e está en ci primer
puesto, y tieno en este memento, avasahiande
— 62 —

Ia tierra, siete mihlenes do hembrcs sabre las


at-man. (Aplausos.)
Tenia prepanados, hace ya scm meson, un ml-
116n de hombres, pet-quo contaba con el des-
prendimiente do Italia (risas), y esta es Ia hera
en quo, vencida y humiilada Runia, y prOxima
a pedir Ia paz, puedo precipitar so tniunfo, ci
tn~sesplCndido do ia Historia V esa máquina
de goerra, con scr tan grande, no puedo corn-
pararse a ha fábrica quo ha ha producido, quo en
ci pueblo alemán, y nun osa fábrica es inferior
ai motor do osa máquina, que es su espinitu, y
pam medirlo bien hay que vet- so imagen,
su encarnacic5n viva en ci grari Emperador.
(Aplausos.)
Guillermo II, do quion decca yn I3ismarck quo
set-ia Cancilier de Si mismo, en ci consul de so
pass quo abre mercados a sos nuevos produc-
tos; on ci embajader, quo tojo pam 61 nuevas re-
lacianes; en artinta, Os poeta y es humanista;
fomenta e cultiva todos los names de las bohlas
artes; impolsa has cioncian hanta en los discur-
sos latinas que dingo al rector de ha Univot-si-
dad de Bonn; pat-oce ut-i peregrine cuando no-
corro Palcstina; parece on cnuzado cuande pe-
notra, a ha caida do la tat-do, en los santuaries
do Polorila, en monstrum activ-itatzs, como CC-
sar. Un dia aparece ante has liricas de Flandes,
otre en has ciudades coriquistadas, preside -a los
generales, erimienda los planes y, al mi~mo
ticmpa, pt-estde a sun ministros y a sos non-iS
— 63 —

bres civiles; toma ci niande de divisienes, din.


ge batahias, y ailá en los Cát-patos, a Ia Iuz mdc-
cisa do Ia maflana, cuande sus soldados, ateri-
dos per ci frIe, huchan con len elementos quo
han rcndido a las ejCrcitos de NapoleOn y pa-
rece quo vacilan, divisan, envuolte en so Capo-
te do soldado, como una apariciOn fantástica,
ai noeve Carlomagno, que pronuncia palabras
mágicas quo encienden ion cerazones: y la
visiOn desaparece, porque a los paces dias ci
Emperader Guihlermo está sepultado on Ian
tnincheran do Francia hablando can sos sal.
dados.
Par eso ye he nalude con respeto y con at-nor,
no sOlo come a Ia personificaciOn glaniosa de
Ia MonarquIa y del at-den en eI munda, sine
come al testamentanie de Felipe II y de Napo-
leOn... (Grandes y fi’rolongados aplausos.)
Si no me hubierais interrumpido con esos
aplauson, que agradezco par lo espontáneos,
pero no par ho oporturios (Risas), ye as hu-
biera dicho, completande mi frase, quo he aplau-
dIn, y he amaba, y he rospetaba, no tan sOlo
came personificacion do Ia Monarqula, nine
came testamentarie do Felipe II y do Napo-
le6n, porque cumphia contra ha Gran Bretafla
los designios do ha raza latina, quo Csta no ha
sabida cumphit-. (Estrej’itosos aplausos.)
— 64 —

Segundo Ideal No basta, sefiores, ci do-


de Espaila: La fe- rninio del Estrecho, porqoe
deracldn con Pot-- pat-a compietar ha autono-
_______________

tugal. mIa goagráfica, came as he


dicho antes, en necesaria ha
uniOn con Portugal. ~En qué fat-ma y de qué
manera? La canquista, jamán; ha abserciOn, nun-
ca: una federaciOn. Si nosotros hhcgásemos a
dominar en ci Estrecho, si ejcrciCsctnos en él
Ia soberanla, no hahrIa razOn aiguna pam Ia tu-
tela do Inglaterra en Ia Peninsula, y no exin-
tionde esa tutela, es clara que ha unidad gco-
gráfhca do Espafia exigirla ut-ta unidad depoliti.
ca fiiterna’-ionaL No podlamos permitir en in
Peninsula una politica internacionalsontenida y
apoyada on ci daminio de una pat-to de ella
per una petencia cxtranjera, y habiende uni-
dad do poiItica internacional, set-ia necesanio
on Organo, y one Organo set-ía una fcderaciOn,
o bien en fot-ma do Monarquia dual a bicri en
fat-ma do Imperlo, con una Monarquia en ho in-
ternacional subordinada.
Se dice: ~Es quo entonces estabheceriamos
una dominaciOn indirecta sobre Portugal? No;
estabieceniamos ut-ia federaci~n.~Cómo? Ape-
y~ndonossabre un partido espafiol.
Existe en Portugal ut-ia parte de ia dane me-
dia que no responde a ha pureza de ha raza per-
tuguesa, porque ha i-aza portuguesa, on ha ma-
yor parte do su aristocracia y en ci pueblo bajo,
so canserva porn; pero pot- una influencia do.
—6~—
testable do las celonias sabre ha metrOpohi, no
socede asi en parte do Ia chase media, que on
ha que produce esas revoluciones cinematagx-á-
fican quo tionen alga do metines zooiogicos.
(Grandes aplausosy risas.)
V pat-a quo Portugal no sea oh MCjico do EuL
rapa, es neconario quo, apayándonos en los
elomcntos man sanos de Portugal, en un pat--
tide espaflol a ibCrico si querCin, ileguemos
a ha federaciOn do toda ha Peninsula con ona
sola pohItica internacional. Esa es ml aspira-
cion en ho que a Portugal so relict-c. V no en la
aspiraciOn do un espaflol en contrapasicion a un
lusitano, pues en ut-i sentido verdadert-’ somos
espailalestodos, come decia Aimeida Garret en
el famosa estudio sabre Camoens, en aqucila
irase quo repetia con at-guile MonCndez Pclayo:
Espafiaies sernes, y do cspaflolen non debemas
do precian todos len quo habitat-non Ia Peninsula
lbérica~.V ni querCis air han palabran do on
ilustre histoniador Iusitano, do Ohiveira Martins,
Os has recordarC; pero antes quiet-a loot-os
otras quo he copiada de on gran espanoi del
siglo xvii. Fehipe II, on las Cortes do Tomar, ro-
conocIa, con ona amphitud vordaderamente cx-
traordinania, todos los privilegios, fueren, insti-
tuciones, uses y costumbres que teem Portugal,
hasta ci punto de aceptar un-a inultitud de cria-
dos, damas, grandes y caballeros portugueses a
So Servicia y no perutitir quo ningOn espanal
ejerciese cargo mihitar ni clvii en Portugal, lIe-
—66---.

gando at case inusitado do quo no pasasen de


media doccna has empleados espaflohes en Per-
tugal, coat-ide se emancipO en 1640. V vcd ho
quo un espafloi, embajador y escriten ilostre,
decla a los portuguesen coande se emancipa.
ron, comentando lo que Felipe II los habia pro.
metido y cumplido.
Son palabras del insigne Saavedra Fajar-
do, quo decia a los partogoeses on ci si-
gb xYIE
icNe deben dendeflarse los portugueses de que
so juntc aquella Corona con ha de Castilia, quo
de ella saliO come Condado yvuelve a ella camo
Reino; y no a incorporarse y mezclarse con ella,
sine a florecer a so lado, sin que so pueda de.
cm quo tiene Rey extranjere, sine prapia, poes
no per conquista, sine par sucesión... panda oh
Reine y he gobernaba con sus mismas leyen, es-
tiles y henguajen, no como castehlanos, nina
coma pertugueses. V aunque tenia su residen-
cia en Madrid, resphandecfa Su Majestad en
Lisbaa. No so velan en los escudos y sehios do
Portugal, ni en sun flatan y Armadas, oh LeOn y
Castihlo, sine has Quinas... No so dabari sus
premios y dignidades a oxtranjeras, sine so-
Iamento a has natot-ales, y éstos gozaban tam-
biCn do los de Castilla y de toda ha Menar-
quia, favorecidos con ha grandeza, con las
encamiendas y puestos mayores de ella, en-
tando en sun ma non Ian at-man de mar y tiert-a
y el gobierno de las provincias man principa-
— 67 —

ten. El comet-cia era, came en tedas partes, Ce-


mün; tambiCn ha religiOn y ci nombro general
do cspafioles.
. -

Old ahora ho qoe dice Ohiveit-a Martins, en


so Historia de Portugal, al examinar los fun-
damenton do ha nacionalidad portuguesa. Los
va soflalande todos, y habiando de has fron-
Loran do Portugal ya habIa dicho en ott-a
parte: ~~QuCft-octet-as során has nuentras, que
cot-tan pet-pondicularmente Ion rios y las cer-
dihleras? V examinaba Ia raza, y no encon-
traba diferencia, y examinaba ci lenguaje, y
vein quo era una lengua románica coma in
lengua gahloga, de Ia cuah se deriva; y aft-ma
despuCs:
~Quien pise Portugal y Espafla, observará
ciertamente, o no tiene ojos, una afinidad inne-
gable do aspecte y do cat-actor, ut-i parentesco
evidente, entro los pueblos de los don laden del
Mino, del Guadiana, de Ia raya scca del Este.
Si csos hombres no hablanen, nadio distingum-
na has dos naciones. Y, por otra pat-to, ~confun-
de ya alguien on algarben e un alemtejano puro
con on pore miniense (minhoto)? La’ historia
comün funde, no sepana; después do vet- que, a
pesar de transcurnidos siete nighes, no hay di-
ferencias marcadas, ha obsorvaciOn de has horn-
bres Ilévanos a ct-ocr que, con efecto, en Portu-
gal faltO una unidad do raza, sobrando, pal- ci
corttrario, una voluntad enCrgica a utia capaci-
dad notable en sun Principes... Con un trozo de
— 68 —

Galicia, otro de LeOn, otro de Ia Espafla meri-


dional sart-acona, esos Principes compusieron
pat-a si un Estado.

~Verdades quo nuostra independencia res-


taurOse on 1640 pore ~c6me? ~Se atreverá al-
guien a docin quo fué una renurrecciOn? ~No
set-a ha historia de ha RostauraciOn ha nueva his-
toria de un pals qoe, dostnuida ha obra dci Tm.
pet-b ultramarine, surge en ci sigle xvi, come
en ci nuestro aparoce Bélgica para las necesida-
dos del oquilibrio ouropee? ~Ne vivimos, desdo
1641, baja oh PROTECTORADO DE INOLATERRA? ~No
homes hiegado a ser, POSITIVAMENTE, UNA PAdvo-
RIA BRITANICA?

~En sos henguas, en sos tradiciones, en su


carácter, ci Cotta de Irlanda encuentra siempre
on punto do apoyo viva y penitive. ~Queneis
una prueba do ha diferoncia? Los punten de
apoyo que nosotres buscamos ~AN MUERTO 0
SON NEOATIVOS. Muerto ci Imporio maritime
y colonial, Ia India y toda ha historia, quo
terminO con Os Lusiadas en 1580. Negative
el onto a Castilla, quo ni non oi’iu~sni nos
ODIA.I
—69 —

_________________
Armonfa ~ red- Seliores, los intereses de
procidad de afec— Alemania son concordes
tos e intereses en: con nuestros Intereses, los
Ire Espafia y Ale- intoreses de Inglaterra son
manla Tesilmo- apucstos a nuestren intone-
abs de Lopez Do- roses geográflcos y pet-ma-
ntinguez 37 Pola- nentes. Do mode que cc
9leJa.
________________ ha hera do la hiqu~daci6n
de Ia goorra y ahera, acen-
tuando las corrientes do simpatla, Ia naciOn, a
mi entender, debe dirigirse hacia Alernania, y
nunca jamás hacia Inglaterra. Debe dinigirse ha-
cia Alemania, aunquo no sea rnás quo apoyan-
dose en aquel apotegma oriental que oncierra
una verdad perenne: Son nuestras amigos los
enemigas do nuestras adversarios.~(Mi~ybien.
Grandes aplausos.)
Alemania en, ante todo y sabre todo, una
petendia continental; su triunfo ha ohhigarla a
ser, y he en ya, patoncia rnarItima; tratanla do
extender su influoncia en ci Mediterránee y ne-
cesitaria alll on punto de apoyo, una nación vi.
gorosa y bet-to. V osa naciOn, ~coál net-ía? Esa
nación no puodo set- Itahia, no puede set Ft-an-
cia; Os demasiado exigua Grocia y cntá en ci
ott-a extreme pat-a set-ho. Esa naciOn tieno quo
ser, necesariamento, Espai~a.
Los intoreses de Alemania son concorcbes
con nuestros intcreses, y por ese, hoy me ho
deem persona que acaba do hicgar do Berlin, si
has simpatfas do una gran pat-to do Ia rtaciOn ~s.
— 7°—

paflola se acentOan cada véz man a Aletnania,


las de Alemania hacia Enpafla han Ilegade a un
grade tal, quo puode dccii- graciesamente cues-
tro embajador, señor Palo do Bernabé, que
allI, después dci Kaiser, oh quo más manda en
~l (Risas), y no ha podido hiegar a decir que
nor espaflol, en Alemania, en on salvo-
conducte para recorret- ci mperie. (Grandes
aplausos.)
Entas tendencias no son sOlo aflrrnaciones
mian. Ye voy a tenor el gusto de leeros aqui
Fan do don ilustres generales espafloles (es claro
q\~ernuertos, no cite generahes vives) quo han
ocupado Ion más altos puestos y jet-arquias en
Ia milicia; pero .qoe, come estudiaron nuentro
territonio y nuentras defensas, habian vista con
man clanividencia quo nuestros polIticos.
Old, seflores, lo quo decla ci general López
Domlnguez eh able 1882 en ci prOlogo quo, con
so firma, estampO al frente do Ia abra do Na-
varretc, tituhada Las haves del Estrecho. El ge-
net-al López Dominguez docia, hablande de
Gibraltar, pore generahizanda despues ci hecho.
Sobt-e todo, hay quo pensar quo, sea cual-
qoiera Ia razón, ci motive, ci pretexto y hasta
ei derecho con quo flamea ci pabehhOn do ha
Gran Bretafla on lo alto del monte Calpe, en-
clavade on tierra enpaflola, oh heche es que tal
aft-enta, hiere Ia dignidad de cuanton on aquella
nacieron, y hay quo aprovechat- todas las oca-
siones y adoptar todon Ion medios y recursos,
— 71 —

procurando pet- la paz, coma por Ia guerra, Si


a énta fatalmente se llega, pet- Tratados, coma
par I’OR CONVENIOS Y ALIANZAS, ha consecuciOn
do lo quo so propone usted en su trabajo La~
haves del Estretho. Solo en on media no hay
que pensar jamás, y es en ci dcl cambio de
ott-a pedazo do Espafla per ci que debe velvet-
a sor nuestro, camo ho exige ci honor y ha in-
tegridad do ha Patria. (Grandes aplazesos.)
V otro general ilustre, que tenia cxcopciona-
los condiciones de hombre do Estade, y coyas
~ Memorias ye posce, pues pot- una amistad, quo
recuerdo con agrade, y con ut-ia conflanza cx-
trema, quo no olvidaré nunca, me ha hecho p0-
seedor do algunos secretos que en ehlas so con-
signan y que sirven pat-a juzgar ha onientaciOn,
a mejer dicho, los descarrIos do nuestra poifti-
ca intet-nacional, ci general Polavieja, ci aflo
1904, en una Memoria que parece profética,
pot-quo, entre ott-as conas, no sOlo anuncia la
guei-ra eurepoa, sine quo, en ci momenta do ha
lucha, Italia se desprenderd de los irnJ’erios cen-
trales, en esa Memonia, hablando do Ia polItica
enpafiaha, dice conan came cstas quo voy a to-
ner ci gusto de leer:
i~Cent-olaciOn a Londres y Berlin semen hey,
maniflentamente, in Corea europea, con Ia dife-
rencia, esencialisima on nuentt-o favor, quo ha
asi~iticatiene que set- ferzosamento dominada
por Rusia a per oijapOri, mientras quo Espafla
está solo en igualdad do condiciones con aqu&
—72—

Iha t-especto a Francia e Inglaterra, pore no con


Alemania, que necesita en nosotron ci ahiado
fuerto y rice, quo can su poder naval sea nine-
naza dcl dé Ingiatet-ra en ci Cantábnico y on ci
Mediterraneo, y de Ian comunicacienes mariti-
mas do Ft-ancia entrc este mat- y ci Atlántico;
y que con sus ejércitos distt-aiga fuerzas de
Francia en oh Pirineo y anule a Portugal; Ilegan-
do asI a mejer garantir ha paz do Europa y sun
intereses en ha pohItica mundial, hoy muy per-
tut-bados per Inglaterra, quo ayudo a has Esta-
dos Unidos contra Espafla y ayuda al Japon
contra Rusia.
~Podran los jefes de nuestros partidos fanta-
sear cuanto hcs acomode rospocto a nuestra
politica exterior; pet-a deben tenet- muy en
cuenta que, no vivimos en la luna, y, per ho
tanta, en condicionos do hacet- cuanto len ace-
mode y convenga a nun propagandas pahiticas,
y si en ha ticrra sujetos a sos interesos genera-
les, y más pat-ticolarmente, a los de nuostro
continente.
La Inglatorra foot-to y poderosa, sintiéndose
débil pat-a su tan preconizado espléndide ainla-
miento, ha tenido que abandonanlo y contract
alianzas quo Ic permitari sostener pot- mode
eficaz los interesen de so palltica econOniica,
que son las de so existencia.
~COmo Ia débil Espafla pretende ho quo no
ha podido alcanzar ci gran Truperie británico?
Obligados, piles, Si ~omos capaces do en-
— 73 —

mienda, a desechar ha peiltica exterior quo


aquéi no puda mantener, y quo a nenotros nos
contó on imperio colonial, dos caminas sola-
monte se abren ante nosotros: oh de ha ahianza
con Ahemania o con Inglaterra...
~Esta nos necesita débiles, e impane nervi-
dumbre, ni no somos hábiles; aquéhla non quio.
i-c poderonas, y non exige scr hembres.

(Aplausos.)

Los tres dogmas Si hay Congreso do Ia paz


naclonales, coin- en ha hora do ha hiquidacion
pletados con los do la guerra o ésta se ten-
Estados Unidos de mica pot- paces parciales
In America del impuestas par el von cedor,
Sat. Enpaila necesita afirmar sun
ideales, y nocesita afirmar-
los do una manerasolemne on este pet-lade que
la antecode. Necesitamos una unidad quo esté
~ enás aiiá do las frenteras, y ya que las unidades’
morales interiet-es so han roto, on necesarie
quo, siquiora man aiIá do has frontet-as, pot- en-
dma de has discondias do ion partidos, do has
luchas, do los enconos, haya ahgo quo nas junto
y quo nos una.
Yo quiera quo esos tt-es grandes objetivos do
Ia paiItica internacional: ia noberania on ci Es-
trecho, ha federaciOn con Portugal y el requeri-
miento a has pueblos americanos, quo en una
corisecuoncia, non higueri, non unan, non jurite a
todos ion espafioles en urla regiOn serena que
— 74 —.

se extienda sabre Ion pat-tides, adonde Ian pa-


nieces no hieguen, donde len noncares acaben
y los amores comiencen. Propugnemos onto
ideal, defond~mosiotodos, hablenias también
nosotros do una España Irredenta, y si so
dice que semen imperiahistas, no importa: los
espaflales dcl siglo xvi también lo eran, baja
ci macto y ci cetro do Caries V, y so cubrie-
ron do gloria en todos los campos do bata-
ha. Si, seaman imperialistas del Iniporlo espa-
ilol; pidames quo esos tren objetivon no corn-
plan; y cuando dominemos en ci Estrecho,
cuando hayamos impuesto una soha politica
internacional, con una dirccci6n on tocla ha
Peninsula, mb!, entoncen en hot-a de cornpietar
el programa. (Grandesy estruendosos aplausos.)
Entonces non podremos erguir en esto extre-
mo do Europa, y dInigirnos a los pueblos ame-
ricanus, y decirles: Os hemos dade tedo ho
quo tenlamos, homes lievado aill, con Alonse
de Cárdcnas, nuestro Municipio glonieso; homes
hlevado nuestras Cat-ten y nuestre goblet-no re-
presentativo, as homes ilevado nuestras tradi-
clones, homes et-igido ci monumento do cues-
tras leycs de Indias, homes levantado esan razas
e injortado en eilas ha sangre espaflola, y enon
Estados amonicanos, quo hablan nuestra hen-
gua, formados están con nuestra cat-ne, y non
cot-a de nuestra civihizaci6n; ahora, ornancipa-
aos de Europa, no vein ha naciOn humilada,
postracla y envilecida, sit-ia lovantada, y ved
— 7$ —

cOma vuelve a enlazar so vida con Ia pt-age-


ide de los navegantes y do has conquista-
dares, quo, con sun espadas, tocaron en todas
las cumbres, y los minioneron, quo, con sun
crucos, conductores do una vida sobrenatural,
tocaran vuestras almas, y recordad cOino toda
esa inmensa cordillera do los Andes, con sus
bosques y sun ríos, vibrO coma ut-i at-pa gigan-
tesca, con nones do cpopeya, que todavia no ha
podido igualar ningün pueblo do Ia tierra.
Fat-memos ahera Ion Estados Unidos Espaulo-
les de America del Sur, pat-a contrapesar Ion
Estados Unidos sajonos del Narto. (Grandes
aplausos.)
V si me decfs que en soilar, quo en sueflo
ideologico boscat- Ia t-ealizaciOn do eson ideaies,
as dire que one nuofie lo están realizande todas
las nacionen de Ia tiet-ra. El pangermaninmo y ci
panenhavismo significan ese dominio do Ian razas
sabre ci teri-itenie quo habitan sos naturales; ci
panhelenistno significa Ia tendoncia a querer
deminar las inlas del mar Egeo y tedas aqucilas
tiorras que ilevan sehlo helénico; las Estadon
balkánicos, quo no son nada man que nadianes
incipiontes, tratan do campletar so nacionalidad
sabre pet-clones do Turqula. Francia tiene nu
irredentismo en AIsacia y Lorona; Italia Ic tic-
no on Tnieste y en oh Trentino, y en Niza y on
Savoya; ho tienen Ia Finhandia y Etania y todos
len palnes quo ne extienden a Ia hat-ge del Balti-
ca, donde, a pesar do los vendavales moscovi-
— 76 —

tas, no se ha podida extinguir ci got-men y ha


flora do nacionalidades indIgenas; ho tiene In-
glatet-ra, rama germánica quo so asionta y do-
mina pot- so territorio sabre Ion palses célticos.
Todos buscan so autonamla geografica; tados
aspiran a quo se complete oh dominio dcl tern-
tat-ia nacionah. ~Y será aquI, come dicen, sucflo
romántica, vago ideahismo, cosa quimérica ho
quo pretendo ye?

Los prãctlcos, ~Pudiera serf Con tanta


los equllibrados y práctica do ha vida, con
ha poesfa. — — — tanto onpiritu metGdico,

con tanto hombre ecuáni-


me y equihibrado, Espafla se encuentra a Ia
hera presente coma veis. Va estey ye hace mu-
che tiempo en oposiciOn radical con tantos
equilibradon y eco~nimes(risas), porque siom-
pro entendi quo todas las grandes onergIas de
las hembres y en las razas suponen on desoqui-
librio, y Ia santidad, y ci heroismo, y ci gcnio ho
son; y esos quo están siempre entre ci pro y Oh
contra, oscihando do tal macera quo ne so atre-
von a lanzar una aflt-maciOn ni una nogaciOn, y
que cntre ci sly ci no practican ci qué sIyo, ones
servirán pat-a las épecas de paz decadente que
siguen a has cembates cruontos. Cuande dos
Ejércitos han canibatide saiIudamerite, y so han
agotado, y so sientan sobre los escernbros ho-
meantes del combate, aquehlos que no han lu-
chat-ho y quo no ban tornado pat-to en ha can-
— 77 —

tienda, suehen venir a hablar de paz; es ha épo-


ca do los anmisticias, do has equilibries, do
has escuehas doctrinarias que han hocho lu-
cir tante en ha histot-ia a los pueblos latinos,
y singuharmente al nuestro. (Risas.) Eses
pt-ácticas dirán quo ho qoe ye afirmo y ho
qu~yo desee en poesla. Sea: prefiere ml pee-
sia a ia prosa soya. (Grana’es y prolongados
aplausos.)
Si ha práctica y Ia prosa cansisten en esta
degradaciOn pat-lamentaria, quo va alcanzan-
do a todos len 6t-denes do ha vida, on Ia
merma do ha riqueza p6bhica, en ha tiranfa
caciquil sabre ha justicia quo va nublande y
sustituyendo en ha mente popular con ci fa-
vor; si consiste en la pérdida igneminiosa
do las ceienias, jah!, en tonces nialdita sea ha
prosa y la pi-áctica, y viva esa poesla, quo si-
quiet-a alienta oh corazOn y enciende ha fan-
tasIa. ~‘Aplausos)

E~’ocaclOn de 1Poesca, paesIa! Ye quhera


Ins grandezas y el vivir en esa region do ha
alma de Espafia - peesla y quiet-a surnorgir-
me, par decirlo asi, en ci
espiritu nacienal de mi patria; sienta quo soy
una gota do una anda do ese rIo, siente la soiida-
ridad no sOlo con los que son, sine con Ion
que fueron, y pot- eso ha siento con los quo
vendrán.
Pot- eso ama a ml patria y Ia evoca en mis
— 78 —

sue~osy deseo vivir en una atm6sfera que rio


se parezca a Ia atmOsfera quo me t-odca en ha
hat-a presente. jCuántan veces, al apartar ha
vista de ha realidad actual, me dinijo hacia ia
Histot-ia pasada, y ha evoco y la bunco en
aqoel penIodo do internecciOn entre una Es-
pafla quo termina y ott-a quo comienzal En-
tonces veo aquella Reconquista quo ne va fat--
macdo con hues do sangre, quo salon do las
montailas y do has grutas de Ion eremitas, que
van creciendo hasta formar arroyos y reman-
sos, y yea nacer y crocer en sun mat-genes
los concejos y has behetnIas, y Ion gromias, y
Ion seflorIos, has chases, Ion neinos y has Car-
tes, y distirigo a Ion monjos, a las rehigiasos,
a los cruzados, a los pecheros, a los payoses,
a los solat-iogos, a los infanzones, enlazados
par los Fuoros, los Usatges, los codigos, has
poemas y los rotnanceros, descendiendo hacia
Ia vega do Granada en un ocaso do gloria,
pat-a ver alhI el alborear de una nueva época
y de on nueva mundo con ha cenquista de
America y del PacIfico; y entonces panan
ante mu fantasia ColOn y El Cane, Magahla-
non y Cot-ten: Ion cenquistadores, Ian navegan-
ten y has aventoreros; y a medida que el sol
so levanta, mi alma arrebatada quierc vivir, y
sentir, y admit-ar a politicos coma Cisneres y
come Fehipe II; a estadistas caudihlos come
Cat-los V y coma Juan do Austria; y pot- on
impulse do ha sangre, deseo ser soldado de
— 79 —

los tot-dos dcl Duque do Alba, do Reque-


Sons y do Farnesia, y quiero que rccreen
mis aides has perIodas salemnos do Fray
Lois do Granada, y has estrefas quo brotan
de Ia lit-a do Lope y de CalderOn, y quo me
traiga relates do Lepanto, aquei manco a qolen
quedo una mane todavIa para cincelar sabre
Ia naturaleza humana a Don Qu~’jote,y quie-
t-a vet- pasan ante mis ajos Ion emba~aderesde
los Parlameritas de Sicilia y do Munstor, quo
se hiaman Quevedo y Saavodra Fajardo; y ver
Ia calda do Flandes at travCs do las lauzas do
Velázquez, y quiero sentarme on ha Cátedra do
Vitoria para absenvar cOmo eh pensamienta too-
lOgice de mi raza bt-iIIa en aquella ft-onto sobe-
rana, y quiero vet-Ic hiamear en ha monte de
Viven, sembrador do sistemas, y en ha do Suá-
nez, ascondiendo hasta las cumbres do Ia Me-
tafIsica; y quiene man: quiero que infundan
alionto on mi corazOn hon penitentes varoniles
y dosganradon en los cuadros do Ribora, y ho
caldeen has llamas minticas que brotan en ho
niás exceiso del ospirito espafiol con Santa Te-
resa y San Juan do ha Cruz, y quiet-a, en fin,
embriagarme de gloria ospaiioia, sentit- en mu
alma ci alma do ha madro Enpaila, porquo cuan-
do so disipe oh suefle, coat-ide se desvanozca ci
éxtasis y tenga quo valver ha t-eahidad presen-
te, no imperta quo sOlo sea recuerde del pasa-
do ho quo ho cantemplado y sentido, purque
sicmpro habrá dejado ardor en ci corazOn y
—So—
fuege en ha palabra pat-a comunicarle a mis
het-manos y decirles quo es necesario que so
encienda más su patri0tismo cuanto más vacile
ha patt-ia.
(La ovaciSn inmensa que s#’ tributiz al orador
dura varies minutos, y se oyen muthos vivas a
Erpaula. 2’odo elpáblico, puesto en pie, a~laude
deliranteinente. Las señoras agitan Los pailuelos
v arrojan sobre el orador los ramos dejinres con
que han sido obsequiadas a La entrada. El ma-
menlo es & una emocio’n tan inteiisa come im-
ponderable.)
Na crefa ye que iba a empezar aqu! ha bata.
ha do ulores que está anunciada pat-a esta tat-do,
y qoe, adcniás, no podrIa nealizarse fuei-a de
onto local estando vosotras en Cl. (Risas.) Esta
es una hermosa protesta quo hacCis vosotras
contra aquolhas que denigran y rechazan ha
Poenla, sin ha coal ha vida de nada servirla.
Pot-quo las fuentes do Ia Poesfa san: ci amer a
Dies, oh at-nor a Ia Naturaieza exterior, que on-
tra en nasotros can rientes imágenes; ci amer
a Ia naturaleza interior, en donde gormina ci
manantial de los más elevados sentimienton, y
ci amer a la mujer. Sin esos aniores, ha vida no
rnereceria la pena do vivirse; sin ones ameres,
la Hutnanidad no seria man quo una colecciOn
despreciable do apetitos y do tubos digestivos.
(Z~isas.)
— Si —

Llnmnznlento a Por eso ye ha invoco, y sf


haarbtncrac~a~a me ho permiten los se~o-
ioicomnzoneses- res fotografon (que estdn
j~noies. enfocando ci orador en
medio del teatro), quo no
sueleni tener ha oportunidad pot- norma (Risas),
yo len dire quo no quiet-a conchuir Sin hacor
una aft-maciOn y dinigir Un roego, y hanta un
recordatorio; porque al pasar Ia vista pot- estos
palcos y plateas, yea en ellos tanten nombros
ilustres do has. grandes casan de nuestra vieja
aristocracia, quo no me atreverfa a torminar
sin t-ecordarles sun grandes debores on los me-
mentos actualos y en has quo han do seguinlos
antès de Ia terniinación do Ia guerra
Va sC yo quo en ha gran democracia cristia-
na+ desde la tat-do del Calvario, ningCin cristia-
no no ha quedado sin blas6n. ~ qué blasOnt
El que Don Juan de Austria puse en su e’sco-
do: un crucifija at-lade con Ia corona do espi-
nas; pore sé tat~ibiCnquo sobre Ia iguahdad na-
tura~está tIn hocha tan natural come ella: ha
desigualdad do aptitudes y las do condiciones
quo producen has supenionidades morales, do
virtudes, do talontos y de grandes empt-csas, ha-
zaflas y servicias prestades, quo fat-man una
minorla selecta quo tieno toda pueblo que no
se iniprovisa. (Grant-Irs aplausos.)
Yo sC quo desdc has almenas do on viejo to-
rt-eOn, desde un palaclo desierte, desdo una
casa solarioga abandenacia, un blan6n rota y
— 82 —

limado pot- el tietnpo, aunque esté cubierto


do jaramages y he sombren ponachas do hie-
dra, no es una hápida sepuicral detrán do Ia
coal hay on cadaver: cs una poet-ta detras
de ha coal hay varies siglos quo hablan a las
gonoracienos sucesivas y hen dicen can vez
imperiasa: iNe hemas ganado estos tItulos
ni estos biasones pat-a quo sean came on gra-
do más alto ct-i el escalafOn do has vanida-
des sociales, ni para que sit-van do adorna
en Ia poi-tezuela del cache o del autamOvil;
Ion hemos cenqoistada pat-a quo prolonguen
los aitos hechos que los iniciaron.~ Pot-quo
son oh simbolo de abnegaciones, do sacnificios
heraicas, do has virtudes gloriosas de vat-ones
fuertes quo macdan can voz imperativa a sos
descendientes, y los imiten, y per eso afiadon:
No importa quo ha fat-tuna haya monguada
con un industriahismo can que no contabais y
con una desvincuhaciOn quo as ha dejado sin
el patrimania material que nonotnos as lega-
men; basta el patnimonio moral do has grandes
haiaflan para quo, en Ian horas do crisis de ha
Patria, deis oh ejomplo a has mtichodombres.
Escuchad esa vaz. Vosotros fermáis pat-to de
ha Histonia de Espafia; 51 se arrancat-an violen-
tarnente los noxnbre~de toda nuestra vieja
anistucracta con todas has empresas que re-
piesentan, esa Historia quedarfa desgajada,
y esa 1htstan1~ habia desde Ian blasones y
t~b1a d~~delus~ sepuicros, y us dice en es-
— 83

4as hat-as criticas, en estas hot-as supremas-


Dad el ejemplo, hacod do cada hogan ut-ia en-
coda de patriatisrno, sin que on iniporte oh
toner o no fat-tuna; tenCis ci patrimonio espi-
ritual, y eso basta; porque no importa nada
que hos caballeros Sean mendigos, con tal de
quo los mendigas sean caballeros. (Muy bien.
Aplazisos.)
Proclamemos las tres grandes ideales do Ia
Patria coma tres dogmas nacionales; afirm~-
moshos sobre todas las diferencias do los parti-
dos; estemon dispuestos a sacrificar per ehlos Ia
vida, y si vienen aquf met-cadet-es de concien-
cias a querer comprar voluntades, que sepan
que ha dignidad espaflola no se vende ni se cc’-
tiza en los tncrcados publicos; que sepan qu~-
habria quo cempnar tambiCn el sentido comtI:,
y el instinto do conservación, y osas, cuando
van al mercado y quioron venderse, ya no exis-
ten. (Mzty bien. Aplausos.)
Hagamos do cada corazOn un ascua, que to-
das ellas so jontcn, farmando una hoguera
cuyas llamas tifian el herizonte can sun
resplandores, y si tenemos ha desventura
do no haber pedido realizat- estos ideales,
que ha genoraciOn que haya do suceuernos,
al dirigir una mit-ada hacia los que Ia precedie.
rot-i, no lance una maldici&n, sit-rn quo diga do
nosatros quo, coma ci caudihlo de Israel, vi-
mos on las lejanfas del horizonte ha tiet-ra pro-
~ietida, y quo ni no podimas restaurar In-
— 84 —

tegramento Ia Patria, siquiera ha homes ama-


do, ha homes conocido y sentido, y hemo~
legado ci amer y ci impulse a la genora-
ción afortunada que ha recenquisto y ha no-
dinia. (Ovacio’n estruendosa que dura large
veto.)
SINTESIS Y CONCLUSIONES
DEL DJSCURSO4

LOS TIlES DOG~A5 NACIONALES

El pnograma do pohit.ica internacional de Es-


pafia, que debejuntar en ona aspii-aciOn comC~n
a todos sus hijos, si no quieren dejar do sot-la,
ne condensa en estas canclusiones, quo so en-
lazan estrechamente come consecuencias del
derecho evidente de Enpai’ia a ha autencinila y ha
unidad geogr4,fica.
PRU~1ERAcoNcLusiON: La soberanla sabre las
dos costas del Estrecko coma garantia de Ia inek-
/‘endencia nacionaly & La accio’n en Marruecos.
SoberanIa sabre oh Entrecho, y no sOlo sabre oh
PefiOn. Esta irnpiica oh dot-echo do fortificar las
dos costas: Ia espaflola y ha africana de nuostra
zana. El Estrecho es on mar territorial, pues no
sOlo so cruzan Ion fuegos do ha at-tihlet-la, sine
quo, dada ha potencia actual do los caftones, des-
de una costa so puede bombardear ha ott-a.
~Sin ci reconocimiento y ejercicio de ese cze
recho, Espai’ia on una naciOn &nutiiada; porqu~.
tiene una soberanla extranjera, soinetiendu uila
pat-to del territorio naciuzial, y son infitihes tu~
(lOS los sacrificios quo haga en Marruocos. Es-
paila no ha ida al Not-to afnicatio pat-a conquls-
— 86 —

tar ni calonizar una tierra quo cii gran parte no


remunera con eJ~producto oh esfuerze Su prin-
cipal objetivo os garantizar ha independencia do
Ia frontera meridional, descubierta y amenaza-
da per ha costa Norto do Marruecos. La linea
do Fez a Tánger en una linea do invasiOn. Pun-
ta Seguir, fuertemonte artillada ft-onto a unas
baterIas emplazadas en has Ohiv~tresdo Tanifa,
vale man pie diez Tanger sin fei-titicar. Una
faja estrecha y bien defendida do in costa ma-
rroqui, es mucho man importanto para ha mdc-
pendencia de Espaita quo el dominio sabre
todo oh Impenio del Mogreb despojado de esa
carnisa que completa ha sobenania sabre Ia cos-
ta extrema del Sur peninsular.
Inglaterra, pot- exigencias reconacidas y acep-
tadas, nos impide estabiecer fantificaciones en
on circulo do trece kihOmetros do radio, a partir
del castillo del Mere, de Gibraltar, cotno centro.
Ni Punta Carnero, ci San GarcIa, ni los Adahi-
des, ci Sierra Carbonena, ni Sierra Arca, parte
del territorio nacional, pueden ser defendidos,
pat-a quo no quede inutihizada ha plaza de Gi-
braltar. V si los trece kilOmetras de radio se
exigieran teniendo en cuenta el alcance do los
caflonos de entonces, ahora, y per ha misma
razOn, so exigiz-á tado ho necosarie para quo la
plaza quede indemno y oh Estrecho baja so do
minmo.
Inglaterra y Francia, en eh trataau ~. ~
sin intex-venciOn de Espana ni cantar con ella;
acordaron entre si, en oh artIculo .~é~tirno, ho si-
guiento: Con objeto do garantizar ha hibertad
do tráflco en oh Estrecho (objeto aparerite y
ridicule, porque nadie niega ha hibertad de tt-~n
site on los Estrechos, peno todon hon grandes
tratadistas recenocon ci dot-echo do los Estado5
— 87 —

riberefios, on ho que so llama mar territorial, a


defender sus costas en case de guerra contra
ci enemigo), convienen los dos gobiernos (sin
contar para cads con oh espailol) en no ~ermi-
tir que se lieven a cabo forlUicaciones ni obra.s
estratéçicas do cualquiera clase en La parte de li-
teral marroqul comprendida en Ire Mclii/a y las
alturas que dorninan La on/la dereclia dcl rIo
Sebz~Para proteger eh trárisito en ci Esti-eche,
extienden in prohibiciOn a Ia costa africana del
Atlántice, pot-quo do ha europea ya se encarga
ha acciOn británica sabre ci hitoi-al husitano.
Corolario.—La soberanIa del Estrecho, ha
integridad territorial, ha mndependencia y Ia Se-
guridad do Ia frontera meridional, y ha acciOn
en Marruecos, están negadas par Inglatet-ra.
ScGUNOA coNcLusiON: Lafederacio’n con Por-
tugal. Etnica, geografica o histOricamento,

Portugal os un miembro de ha nacionaiidad es-


pañola. Aun separados el Estado Espafiol y el
Lusitana, Ia historia interna y extort-ia do los
don pueblos, en Ia quo no es abra accidental d~
influoncia extrafia, resuita pat-aloha y homoge-
nea. La separaciOn de Portugal ha side reahiza-
da y sastenida par ha acciOn de Inglatet-ra en
ci siglo xiv, en oh xvi, en ci xvii y contir1uadu
on has revoluciones del xix y dci xx. Portugal,
baja Ia tutela do Inglaterra, en una ft-octet-a in-
terior bnitánica on Ia Peninsula.
Portugal tiene dereche a su campleta in-
dopendencia; pore Espafia, en virtud do Ia
autonomia y do ha unidad geográfica, pasee ha
imprescriptible prerrogativa que se confunde
con so propia vida, do exigir quo haya en ha
peninsula una sola pohitica internacional y n~
dos, antagónicas y opuestas, fundadas sobre l~t
sepanaciOn y la mutihaciOn.
—88—

La unidad do politics internacianal roqule-


re un drgano com~n, y éste, una federaciOn,
bion en fat-ma de manat-qula dual, o de impe.
rio con una monarquIa en ho internacional su-
boi-dinada.
~Qué so quiero significar con ha frase 6rgano
comán?
~Un solo poder seberano quo t-ija los dos Es.
tados? Dc ninguna manera. Esa unidad serIa in-
compatible can Ia duahidad de soberanIas y
constituiria un Estado unitario y no dos a man
federados.
Los grades do uniOn entre Estados campues-
ton o diferenten, sen lapersonal, ha real, Ia con-
fed~qracidny lafederacidn, porque las Ilamadas
uniones pot- incerporaci6ri, como las do Irlanda
y Escocia con Ingiaterra, son vcrdaderas absor-
ciones contrahistas.
La uniOn personal on efIniera, y so extingue
con ha dinastIa o ha persona dci soberano par
suponer don leycs do sucesiOn contrarias, coma
sucedjt5 con Ia uniOn de Dinamarca y Schlevisg-
Holstein al merir ci rey Fedet-ico VII y con ha
nionarqufa holandesa y oh Ducado do Luxem-
burgo a ha muorte dcl Duque Alejandro Gui-
ilermo III.
La uniOn real quo inantiene la undcpenden-
cia interior do has Estades, subordinada a ha
tinidad exterior, y tieno una hey do sucesiOn
comlin, coma en ha monarquia dualista de Aus-
tt-ia-Hungrfa, y antes, y seguramento en tiempo
no hejano, triple con ha de Bohemia, es una fe-
dei-aciOn.
La uniOn canlederada no tiene sobre Ia Va-
riedad independionto do los Estadon Un Organa
fijo y perenrie, sino intermitente en on Congre-
so a Conferencia diphomática, cuyos acuerdos
—89-—
no son obligatorios, pues necesitan ha sanciOn
particular do cada Estade.
Las confederaciones son lot-man de transiciOn
quo terminan en ha separaciOn o en la federa-
dOn, de quo no son rnás quo un pnolege, conio
Jo domuestran Suiza, Aiemania y los Estados
Unidos.
La unidad de palItica exterior impuesta par
ha Geognafia y ha Historia, no en compatible con
las uniones personahes ci con las Asambleas
interinitentos y discontinuas do las confedera-
ciones, cuyas acuerdos en potestativo acoptar y
rechazar. Requiere nfl drgano permanente y co-
~ mi~n,quo sOle no da en Iaftderacio’n, quo en ha
lot-ma real y adecuada que junta los Estados
autOnomos sin cenfusi6n ni separaciOri.
En Ia federaciOn permanece Integra ha sobe-
ranla interior do cada Estado; pet-a hay un dr-
çano comz~npat-a Ia exterior, un Consejofederal,
que en Ian MonarquIas suele toner Canciller y
Emperador.
El Organo comOn represonta extoriormente
a todos, y sos decisiones non obligatorias; pore
no sorla Organo comOn si no estuviese fat-made
con igual dot-echo y participacIOn equitativa
per los Estados fedet-ados, quo proporcienal-
monte a sos fuerzas ofrecerlan sus sacrificios.
~Supone esto absorciOn ni anulaciOn de ha
indopendencia husitana? Evidentemente no. La
fedot-aciOn supone igualdad, reciprocidad y de-
pendencia a una unidad exterior cemün, y que
pan set- igual y cemtln para todos, no itnplica
met-ma alguna de Ia rospectiva independencia
Portugal, dosde ci tratado de Methuen, y
a pcsar de habense hibrado de Ion absurdos
privihegios que otorgaba a Inglatet-ra, es una
factorfa británjca. Dc su enorme deuda exte—
— 90 —

nor (unas cinco mil millones) ha znás grande


del mundo, dada su poblacion, en oh principal
act-cedar Inglaterra, que pam el page do into-
resos va hipotecando habilmente sus cahonias.
- A una indepondencia nominal ha sacrificado so
independencia real. Su esclavitud ha servide
pat-a que sun amos eschavicen a su hermana
mayor. La absurda pohitica internacianal ha
dade par resultado una comün servidumbre.
La federaciOn puede unit- a los don pueblas on
una hibertad e indepcndencia cemunes.
TERCERA CONCLUSION: Confederacidn tdcita con
Los Estaa’os Hispano-Amenicanos.—Do esas es-
tados no no exchuye al Brasil, obra, came has do-
más do ha civihización espafioha, que abarca can
sus caractet-es y demo obra de todos, a los di-
fet-entes estados peninsuiares.
La poblaciOn de Espafla no está toda en el
tet-ritorie eurepeo: Se encuentra extendida pan
el continente atnenicano, singularmente en ci
centre y en el mediodIa. Diez y ocho Estados
hablan ha lengua más extendida en nuestro so-
lar. Una emigracion constante renuova y acrece
Ia sangre espaflola, quo circula par sociedades
quo llevan improse ci seilo espiritual de nuestra
estirpe. -

Una confedot-ación tácita en pie de igualdad,


pore con ha primadla de honor pat-a ha madre,
quo puode resolver can ei arbitraje en quo se
juntan ha justidia y oh amen, has discordian inte-
riot-os de sos hijes, fat-mat-Ia, estrechanda los
vinculas intehectuales y comerciales con un
creciente intorcambio espiritual y material, los
Estados Unidos del Sur, que cantrapesarlan ha
acciOn sajona de los Estados Unidos del Norte.
~Espafla, descubridora y civilizadorá -del Nue-
vo Mundo, es geográflcamente ha parte avanza-
— 91 —

da de Europa quo sale al encuentro do Amé-


rica y quo tienc ha misiOn do estrechar has re-
haciones entre los dos centres, que son Ia sede
do ha civiiizaciOn en ha tierra.

ENLACE ENTRE LOS DOGMAS NACIONALES. — LA


OPOSICION ENTER ESPA~AE INGLATERRA.—Sf i~s
PRECISO SER FUERTES PRIMERO, PARA SER LII3IU~S
DESPU]iS.—COMCLUSION FINAL.

Sin ha soberania sobre el Estrecho, Espafia,


mutilada y sometida a Inglaterra, no puedo in-
tentar ha federaciOn con Portugal, sujeto a ha
misma humihiante tuteia. Sin ci dominio en ha
puerta del Mediterraneo y Ia unidad e integri-
~j dad gcograflcas restauradas, no puede dirigirse
a America, porquc quiet-i está suj eta a enclavi-
tud, carece de fuet-zas pat-a brindar amparo.
Esten tt-es ideaies, quo constituyen los tres
dogmas nacionales, son Ia conclusion de toda la
Historia de Espana. Sin dominio en el Estre-
cha, ni parte en ha sobetanla del Meditorráneo,
sin integridad peninsular e imperie espiritoal
con Ia ráza extendida en America, ha Historia
de Espana ronulta negada y su porvenir redu-
cido al do una naciOn que termina y al do una
colonia quo empieza.
Esos ti-es ideales han nido negados per In-
glatet-na con harga set-ic do hechos quo conntitu-
yet-i una historia fot-mada pot- exigencias do su
geogiaffa frente a Ia nuestra. Peru ha negaciOn,
no sOlo ha sido histOnica y pretCrita, os actual
con Ia inutilación de nuestra soberanla y do
nuesti-a influcncia en el Estreche y en Por-
tugal.
— 92 —

Unirse a Inglaterra, ayudar a Inglaterra, co.


operar con Inglaterra, os trabajar contra los in-
tereses y las exigencias do Espafia. Ser anglO.
fib, resulta ncr hispanofobo.
No existen sobre el planeta dos pueblos que
tongan intereses goográficon m~sopuestos qu~
Inglaterra y Espafia. ~Y ion intereses cornet-cia-
hen? Los intereses comerciales, en La que se re-
fibre a metales y frutas, quo pat-a nosotros en Ia
más importante, no reciben su precio del mer~
cado inglOs, sine dci mercado universal. Ingla.
terra toma do Espafla ho quo he conviene y re-
sulta man barato, no pot- nuestno interés, nino
por ci suyo. Los tratados de comercio no do-
penden ci siguen a los diplomáticos. Alemania
extendiO enormemente su importaciOn en Fran-
cis cuanda era mayor ha exportación do odio.
El comercia espafiol con Ahemania aumen-
taba en propot-ciencs gigantoncas antes do ha
gueri-a. DespuCs quo tot-mine cambiarán todas
has relaciones conierciahos y habrá una revolu-
ciOn en has tanifas man grande quo en has ft-on-
teras.
Defender a Inglaterra, no par amen, nina por
miedo, es desconocer ha quo pesa ha vehuntad
do veinte mihiones de hembnes sabre ona tie-
rra que tieno, come se ha dicho gt-áflcamente,
ha omnipotencia g-eogrd/ica, cuande hay osta-
distas quo saben servirha.
~Si Espafla sola no puede reivindicar so auto-
namla territorial, pudo conseguirlo con una
alianza gcrmánica hecha a tiempo, y puode
lograrlo ahot-a con una neutralIdad de Entado,
ilcompafiada do simpatfas nacionalos quo anu-
den esa ahianza ah hiquidarso ha guerra.
Espafia nocesita do Alemania contra Ingla-
terra, y Alemarjia nocesita do Espafia en ci
— 93 —

Mediterraneo, ya que no han de secundarla


Itahia ci Francia.
*
**

Can buena intención y mala I6gica, ne dice


que es nocenarie reconstruirnos y hacernos
fuet-tes inteniormente pat-a denpués pador sacu-
dir el yoga actual y ehegir alianza convenionte.
Mas es ci caso, que mientras ostemos sujetan a
dominio quo non mutila y sujuzga, no serornos
nunca fuertos, y de aquf el circulo viciose: para
nor libres nocenitamos set- fuertes, y pat-a ncr
fuertes nocesitames set- hibt-es. Per phantear rnai
ha cuestiOn no serernos ci hibros ci fuertes.
.~Noso quiet-c vor ha relación de dependoncia
entre ha pohItica interior y ha exterior, y do ahi
nace ci sofisma. El desconciet-to y ha debilidad
interior, en efecto, on gran parte, do ha pehitica
extenior Espafla hace mucho tiempe que no
tiene, pot- ha natonia incapacidad y ha natania
flaquoza do sun gobornantes, man quo ona pahi-
tica exterior negativa, quo consiste en Ia acop-
taciOn resignada y cobarde de una imposiciOn
extranjora sabre ha soberanfa, su territonlo y su
dignidad.
Son discordias y luchas interiores man cada
vez en aumento, desgastando man has ya mer-
madas enorgias nacionales, mientras no haya
una politica pasitiva exterior que afit-me renuel-
tamente un ideal camOn, puesto a mado de
frontora do las huchas y Ian discordias.
Difundii- one ideal hasta convertirlo en dog-
ma nacional, ct-dde y amado par todos, es una
inmensa fuerza quo tiene Ia virtud de atraer
hacia silos sacnificios y enrique~rsey agran-
dame con ellen.
— 94 —

Los fuet-tes tienen ci derecho de elegir, en


vet-dad, pero los dCbiles tienen ci deber do dc-
gin a los fuertes pat-a sot-la dIes.
Un dCbil, colocado entro dos fuertes que so
aborrecen, y de los cualen uno tiene intet-oscs
opuestos a los suyos, y ci ott-a at-mOnicos, si
vacua en hi eiecciOn es un idiata. No tieno do.
recho a ha vida ci quo reniega del instinto do
consenvadOn.
Y ni ut-ia do ion rivales quiet-c forzanle a inter-
venir, contratándole coma una manada do cipa-
yes a senegalescs para que ci poder opresor
no vacile y pueda continuar ha opresiOn, y ci
ott-a no le pide man quo una neuti-ahidad since-
ma, no hipOcrita, en ha contionda, inchinarse al
primero apenan tiene nombre en eh chiccionario
do has vihozas histónicas.

*
**

En suma: ha soberania sabre ci Estrecho, Ia


federaciOn can Portugal y Ia confederación con
los Estados americanos, son ha abra final de Ia
histonia de Espafia, y las tres ban sido negadas
pot- Ingiaterra.
Cuando onto pet-lode do rebajamienta inte-
lectual y moral sea aventado cemo misers pa-
vesa pot- ha guonra man grande quo ha canocida
Ia Historia, una gencracion de espInitu elovado
y quo sienta ardor en so carazón ha llama del
patriotismo, se quedará asombrada y avorgon-
zada al saber que ha habido que probar a los
espauioles quo prosonciaban ha caida de Inglate-
mt-a, quo las intereses geográficos do ésta eran
opuestos a los do so patria.
Pat-a que no lleguen a contundit-nus ~ todos
— —

con su desprecio, set-ía conveniente formular


ahora ha conclusiOn final do los dogmas nacio-
cabs y de los deberes que irnponen. Una liga
general con ci nombre de Erpana, o, St quip-
Si

re, Iberia irred~nta


para reivindica.nbos.

FIN

p~j~l_Ic
UEIRAI~YOrYiCTQRLA
— n -.

S
~ e — 9
C - o ~z

~II ~

También podría gustarte