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REV. DE PSICOANÁLISIS, LXVI, 1, 2009, págs.

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*Introspección, empatía y
psicoanálisis
Un examen de la relación entre el
modo de observación y la teoría

Heinz Kohut

El hombre y los animales investigan el entorno con la ayuda de sus órga-


nos sensoriales; escuchan, huelen, observan y tocan; se forman impresio-
nes cohesivas de sus mundos circundantes, recuerdan dichas impresiones,
las comparan y desarrollan expectativas a partir de impresiones pasadas.
Las investigaciones humanas se vuelven más consistentes y sistemáticas
ya que el alcance de los órganos sensoriales se incrementa por medio de
instrumentos como el telescopio o microscopio, los hechos observados se
integran en unidades más amplias (teorías) con la ayuda de pensamientos
conceptuales que funcionan como puentes (los que en sí mismos no pue-
den ser observados); y, por ende, gradualmente, por medio de pasos im-
perceptibles, devienen en una investigación científica del mundo externo.
El mundo interno no puede ser observado con la ayuda de nuestros ór-
ganos sensoriales. Nuestros pensamientos, deseos, sentimientos y fan-
tasías no pueden ser vistos ni olidos, ni oídos, ni tocados. No tienen exis-
tencia en el espacio físico, y aun así son reales, podemos observarlos a
medida que ocurren a través del tiempo: por medio de la introspección en
nosotros mismos, y por medio de la empatía en los otros, esto es lo que
conocemos como introspección vicaria.

* Trabajo presentado por primera vez en Chicago, con motivo de la reunión por el 25º
aniversario del Instituto de Psicoanálisis de Chicago en noviembre de 1957. Publicado en
el Journal of the American Psychoanalytic Association (1959), 7, págs. 459-483. Una ver-
sión abreviada fue presentada en París en la reunión de la Asociación Psicoanalítica
Internacional en julio de 1957.
Traducido al español por la licenciada María Teresa Huttrer.
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Pero ¿es esta diferenciación precedente correcta? ¿Es cierto que los marco total de sus respectivas ciencias porque designan las relaciones
pensamientos, deseos y fantasías realmente no tienen existencia física? existentes entre los datos observados. Observamos cuerpos físicos en el
¿No existen procesos subyacentes que pudieran, por un lado, ser regis- espacio, notamos sus posiciones físicas en un eje temporal, y así llega-
trados por medios físicos altamente refinados y así, por otro lado, ser ex- mos al concepto de aceleración. Observamos pensamientos y fantasías
perimentados como pensamientos, sentimientos, fantasías o deseos? El introspectivamente, observamos las condiciones de su desaparición y
problema es de antigua data y muy familiar, y no puede ser resuelto en emergencia y arribamos así al concepto de represión.
la medida en que se lo plantea como una alternativa de mente-cuerpo ya ¿Será siempre cierto que la introspección y la empatía son constitu-
sea dual o unitaria. La única definición fructífera es operativa. Hablamos yentes esenciales de cada observación psicológica? ¿No existirán hechos
de fenómenos físicos cuando el ingrediente esencial de nuestros métodos psicológicos que podamos averiguar por medio de una observación no in-
observacionales incluye nuestros sentidos, hablamos de fenómenos psi- trospectiva del mundo externo? Consideremos un ejemplo simple. Vemos
cológicos cuando el ingrediente esencial de nuestra observación es la in- una persona inusualmente alta. No se trata de discutir si el tamaño des-
trospección y la empatía. medido de la persona es un hecho importante para nuestra valoración psi-
Las definiciones precedentes no deben, por supuesto, ser entendidas cológica, pero, sin la introspección y la empatía, su tamaño permanece
en un sentido estricto de una operación verdadera que está sucediendo simplemente como un atributo físico. Solamente cuando nos pensamos en
en un momento determinado, solamente pueden ser entendidas en el ese lugar, mediante una introspección vicaria, comenzamos a sentir su ta-
más amplio de los sentidos a partir de una actitud total del observador maño inusual como si fuera propio y así revivimos las experiencias inter-
hacia los fenómenos investigados. Por ejemplo, la influencia de los pla- nas en las cuales habíamos sido inusuales o notables, sólo entonces co-
netas que aún no conocemos por observación directa, los astrónomos menzamos a apreciar el significado que el tamaño inusual pueda tener
pueden ponderar el curso, el tamaño, la magnitud (es decir el brillo) de para esta persona, y sólo entonces podemos decir que hemos observado un
cuerpos celestes que todavía no han aparecido en sus telescopios; y con- hecho psicológico. Consideraciones similares pueden aplicarse respecto
tinúan pensando en las propiedades físicas de los cometas que no van a del concepto psicológico de acción. Si observamos solamente los aspectos
volver al campo observacional por muchos años. Consideraciones simi- físicos sin la introspección y la empatía, contemplamos, no el hecho psi-
lares son aplicables al campo psicológico. En psicoanálisis, por ejemplo, cológico de una acción, sino sólo el hecho físico de los movimientos.
consideramos al preconsciente y el inconsciente como estructuras psi- Podemos medir el movimiento ascendente de la ceja durante una fracción
cológicas no sólo porque nos acercamos a ellas con intención introspecti- de segundo, pero sólo es a través de la introspección y la empatía que po-
va, y no sólo porque podemos eventualmente alcanzarlas por medio de demos entender los matices del significado del asombro y la desaprobación
la introspección, sino también porque las consideramos dentro del que están contenidos en la elevación de la ceja. Pero ¿no podría una acción
marco de una experiencia introspectiva o potencialmente introspectiva. ser entendida sin el recurso de la empatía, simplemente por una conside-
A medida que nuestros datos observacionales se van organizando y ración de su curso visible y sus resultados visibles? Nuevamente la res-
nuestras observaciones se vuelven científicamente sistemáticas, empe- puesta es negativa. El solo hecho de que veamos un modelo de movimien-
zamos a manejarnos con una variedad de conceptos que están más dis- tos conducentes a un fin específico, no define por sí mismo un acto psi-
tantes de los hechos observados. Algunos de estos conceptos constituyen cológico. El hecho de una piedra suelta desde un techo que en su caída
abstracciones o generalizaciones y aun así están más o menos directa- mate a una persona no es una acción en sentido psicológico, ya que existe
mente relacionados con fenómenos observables. El concepto zoológico la ausencia de una intención o motivo con la cual se pueda empatizar. Y, a
de “mamífero”, por ejemplo, deriva de una observación concreta de una pesar de nuestro reconocimiento de que existen determinantes incons-
variedad de diferentes animales individuales; un mamífero per se no cientes de muchos sucesos accidentales, podemos distinguir correctamen-
puede, sin embargo, ser observado. De manera similar pasa en psico- te entre las consecuencias accidentales de nuestras actividades o de las ac-
logía. El concepto de pulsión en psicoanálisis es, por ejemplo, como será ciones realizadas con intención. Un hombre tira una piedra, la piedra cae
demostrado más adelante, derivado de innumerables experiencias in- y mata a otro hombre. Si existe una intención consciente o inconsciente
trospectivas; pero la pulsión como tal no puede ser observada. Otros con- con la que podamos empatizar, hablamos de un acto psicológico; si dicha
ceptos, como el de aceleración en las ciencias físicas o el concepto de re- intención no está presente, pensamos en una cadena de sucesos físicos de
presión en psicoanálisis, no se refieren directamente a fenómenos ob- causa y efecto. Si, por otra parte, fuera posible describir en términos físi-
servables. Dichos conceptos claramente pertenecen, no obstante, al cos y bioquímicos cómo las ondas sonoras de ciertas palabras pronuncia-

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das por A movilizan ciertos patrones electroquímicos en el cerebro de B, están científicamente sistematizadas, y somos propensos a ver los fenó-
esta descripción no contendría, de todos modos, el hecho psicológico que menos como más o menos psicológicos o mentales, dependiendo de nues-
se da por la afirmación pronunciada por A que enojara a B. Sólo un fenó- tra mayor o menor capacidad de empatizar con el objeto de nuestra ob-
meno que podemos intentar observar por medio de la introspección y la servación. Nuestra comprensión psicológica es alcanzada con mayor faci-
empatía con la introspección de otro, puede ser llamado psicológico. Un lidad cuando observamos gente de nuestro mismo bagaje cultural. Sus
fenómeno es “somático”, “conductual” o “social” si nuestros métodos de movimientos, su conducta verbal, sus deseos y su sensibilidad son simi-
observación no incluyen predominantemente la introspección y la em- lares a las nuestras y somos capaces de empatizar con ellos basados en
patía. claves que podrían parecer insignificantes para la gente con anteceden-
Podemos, por lo tanto, repetir la definición anterior de manera explí- tes diferentes. Aun cuando observamos personas de diferentes bagajes,
cita: designamos fenómenos como mentales, psíquicos o psicológicos si cuyas experiencias son distintas de las nuestras, confiamos habitual-
nuestro método de observación incluye la introspección y la empatía mente en que seremos capaces de comprenderlos psicológicamente a
como un elemento constituyente esencial. El término “esencial”, en este través del descubrimiento de experiencias en común con las que podamos
contexto, expresa que la introspección o la empatía nunca pueden estar empatizar. De modo similar ocurre con los animales: cuando un perro sa-
ausentes en la observación psicológica, y que pueden estar presentes por luda a su dueño después de una separación, sabemos que hay un deno-
sí mismas. Consideraciones anteriores han demostrado la primera parte minador común entre nuestras experiencias y lo que el perro experimen-
de la afirmación precedente. Con el objetivo de demostrar la segunda ta al final de la separación de un ser querido, y podemos comenzar a pen-
parte (que la introspección y la empatía pueden estar presentes sola- sar en términos psicológicos aun si estamos inclinados a poner énfasis en
mente en la observación de material psicológico) podemos volcarnos al que las diferencias entre la experiencia humana y la animal deben ser im-
psicoanálisis. Aquí debemos considerar, en primer término, las objecio- portantes. Casi nadie hablaría, sin embargo, de la psicología vegetal, de
nes que pueden suscitarse cuando se afirma que la herramienta más im- las plantas. Algún entusiasta observador de flores puede ver posiblemen-
portante de la observación psicoanalítica no es la introspección, sino el te en el girar de las plantas hacia el sol y hacia un lugar más cálido algo
escrutinio realizado por el analista acerca de ciertos tipos de comporta- con que empatizar, un esfuerzo interno, un anhelo, o deseo; pero esto es
mientos del paciente: la asociación libre. Un gran número de hechos clí- más entendible en sentido alegórico o poético, porque no podemos conce-
nicos han sido descubiertos, no obstante, a través del autoanálisis, y un derle a las plantas (como lo hacemos con los animales, por ejemplo) la ca-
sistema de abstracciones teóricas se ha desarrollado a partir de estos he- pacidad de tener una conciencia de sí, incluso rudimentaria. Existen, no
chos, por ejemplo, en La interpretación de los sueños de Freud. En la si- obstante, algunas gradaciones. Observamos agua corriendo a lo largo de
tuación analítica habitual, el analista funciona como testigo de la auto- una colina, buscando el camino más corto, evitando obstáculos, y aun así,
observación introspectiva del analizado. Es verdad que los insights psi- describimos estos hechos en términos antropomórficos (como ser, correr,
cológicos del analista con frecuencia preceden a la comprensión que el buscar, evitar); aun así no hablamos de la psicología de los cuerpos ina-
analizado tiene de sí mismo. Estos insights psicológicos son, no obstan- nimados, mucho menos de la psicología de las plantas.1
te, el resultado de la tarea introspectiva para la cual el analista está en- La introspección y la empatía desempeñan de este modo un rol en
trenado y ha usado en la extensión de la introspección (introspección vi- toda comprensión psicológica; Breuer y Freud, no obstante, fueron pio-
caria) llamada empatía. neros por excelencia en el uso científico de la introspección y la em-
Estas consideraciones no implican, por supuesto, que la introspección patía. El énfasis de los refinamientos específicos de la introspección
y la empatía son los únicos ingredientes de la observación psicoanalíti- (asociación libre y análisis de las resistencias), el descubrimiento en esa
ca. En psicoanálisis, como en toda observación psicológica, la introspec- época de lo que hasta el momento era un tipo desconocido de experien-
ción y la empatía, los elementos esenciales de observación, están fre- cia interna que emerge sólo con la ayuda de estas técnicas específicas
cuentemente vinculados y amalgamados con otros métodos de observa- de la introspección (esto es el descubrimiento del inconsciente), y el al-
ción. El acto observacional final y decisivo, no obstante, es introspectivo cance de una nueva comprensión de fenómenos psicológicos normales y
o empático. Y como podemos demostrar, además, en el caso de autoaná- anormales, han tendido a oscurecer el hecho de que el primer paso fue
lisis, la introspección está presente de manera aislada.
Puede ser fructífero, en este punto, examinar el uso de la empatía
fuera de la psicología científica. En la vida diaria, nuestras actitudes no 1. Freud (1915, A. E., vol. XIV, págs. 165-166) expresaba pensamientos comparables.

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la introducción del uso consistente de la introspección y la empatía abierto el camino a grandes descubrimientos. Dejando de lado las cau-
como herramientas de observación de una nueva ciencia. La asociación sas socioculturalmente determinadas de nuestras dudas en relación con
libre y el análisis de la resistencia, las técnicas principales del psico- la introspección (ejemplificado en frases que acaparan la atención como
análisis, han liberado la observación introspectiva de distorsiones pre- místico, yoga, oriental, no occidental), incluso así nos resta identificar
viamente no reconocidas (racionalizaciones). Es así incuestionable que los motivos que subyacen al prejuicio contra la aceptación del método
la introducción de la libre asociación y el análisis de la resistencia (con observacional que nos ha dado dichos resultados. Quizás el temor que
el reconocimiento resultante de las influencias distorsionantes de un causa el descuido defensivo del hecho de que la introspección es un fac-
inconsciente activo) determinan específicamente el valor de la observa- tor tan importante en el encuentro de sucesos psicoanalíticos, es en
ción psicoanalítica. El reconocimiento de este valor no contradice, sin realidad el temor al desamparo a través del incremento de tensión.
embargo, el reconocimiento de la libre asociación y el análisis de la re- Estamos acostumbrados al drenaje continuo de tensión por medio de la
sistencia, considerados instrumentos auxiliares, empleados al servicio acción, y estamos dispuestos a admitir el pensamiento sólo como un in-
del método empático de observación. termediario de la actividad, como una acción retrasada o una acción de
Luego de este desarrollo introductorio estamos preparados para dar prueba o planificación. La introspección parece oponerse a la dirección
un giro hacia el cuerpo principal del presente estudio. El examen que de lo actual por la cual alcanzamos aliviar la tensión y podemos así
sigue no se refiere, primariamente, a las múltiples experiencias psicoló- agregar el temor generalizado de pasividad y el incremento de tensión
gicas del analizado o del analista, tampoco es su meta la elucidación de a temores más específicos que son creados cuando el contenido repri-
la introspección y la empatía desde los puntos de vista dinámicos y gené- mido se descubre y está a la vista. Es cierto que la asociación libre en
ticos. Daremos por hecho, desde aquí en adelante, que la introspección psicoanálisis no se corresponde, en este sentido, con nuestros procesos
y la empatía son elementos esenciales y constitutivos del hecho psicoa- habituales de pensamiento. Hablando en términos generales, el pensar
nalítico, e intentaremos demostrar cómo este método de observación de- “es en lo esencial una acción tentativa con desplazamiento de cantida-
fine los contenidos y los límites del campo observado. Ya que los conte- des más pequeñas de investidura” (Freud, 1911, pág. 226). La terapia
nidos y los límites del campo en cuestión determinan las teorías de una psicoanalítica en su totalidad puede decirse que prepara para la (liber-
ciencia empírica, será también nuestra tarea en este estudio demostrar tad de) acción; la asociación libre en sí misma, no obstante, no es pre-
la conexión entre la introspección y la teoría psicoanalítica, particular- paratoria para la acción sino para un reacomodamiento estructural vía
mente en aquellas áreas donde un descuido de esta conexión ha condu- aumento de tolerancia de la tensión.
cido a inexactitudes, omisiones o errores. Los temores acerca de la duración del análisis y la frecuencia de las se-
siones son, a menudo, reclamos de los pacientes en las primeras etapas
de la terapia, justificados por el sacrificio de tiempo y dinero que el tra-
Resistencias contra la introspección tamiento demanda. Uno tiene la impresión, no obstante, que, por lo
menos en algunas instancias, estas quejas ocultan un temor más profun-
Las resistencias contra la asociación libre son adecuadamente discuti- do de inactividad de cara al incremento de tensión; un temor, en otras pa-
das como una consecuencia de la función defensiva de la mente. El pa- labras, de un manera prolongada de ver el flujo de energía por medio de
ciente se opone a la libre asociación por temor a los contenidos incons- la introspección. Y es quizás una disconformidad similar por parte de los
cientes y sus derivados, y el proceso de análisis es resistido porque toma analistas que nos han prevenido, en nuestros experimentos con el méto-
la significación de fantasías masturbatorias prohibidas, agresiones y do analítico, de investigar los resultados de períodos prolongados de in-
otras similares. Pareciera existir, no obstante, una resistencia más ge- trospección, por ejemplo la efectividad de una cantidad importante de
neral contra el método psicoanalítico que se expresa de modos alta- horas analíticas.
mente racionalizados: una resistencia contra la introspección. Quizás La introspección puede también constituir, por supuesto, un escape
hemos descuidado examinar el uso científico de la introspección (y la de la realidad. En sus formas más patológicas, como en algunas ensoña-
empatía), quizás hemos fallado en experimentar con él o refinarlo, de- ciones diurnas autistas de esquizofrénicos, la introspección sucumbe al
bido a nuestro rechazo a aceptarlo completamente como nuestro modo principio de placer y se convierte en una aceptación pasiva de las fan-
de observación. Parecería que nos avergonzamos de él y no queremos tasías. Más, bajo el dominio de la parte introspectiva del yo, aun bajo el
mencionarlo directamente; y aun así, con todos sus defectos, nos ha dominio del principio de placer, están las maneras racionalizadas de la

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introspección de los cultos místicos y la psicología mística seudocientífi- condujeron a Freud a la formulación de que las neurosis actuales son
ca. El hecho de que puede abusarse de la introspección, no obstante, no una expresión directa de disturbios orgánicos, en otras palabras, de una
debe engañarnos acerca de su valor como herramienta científica. condición que promete una exploración más fructífera por medio de mé-
Después de todo, la búsqueda de las ciencias físicas no introspectivas todos no introspectivos de investigación, por ejemplo, de ser examinados
puede involucrarse igualmente al servicio de un principio de placer no por medios bioquímicos. Consideraciones análogas pueden ser aplicadas
modificado si un científico utiliza la actividad científica para propósitos a estas entidades psicopatológicas como perturbaciones neuróticas,2
patológicos. La introspección en psicoanálisis no es un escape pasivo de neurosis vegetativas (Alexander, 1943) o las órganoneurosis (Fenichel,
la realidad pero, en el mejor de los casos, es activo, buscador y empren- 1945), y al dispositivo de diferenciar una fase funcional primaria del de-
dedor. Ésta es animada tanto por el deseo de profundizar y expandir el sarrollo mental (Glover, 1950). De manera similar, no deberíamos pre-
campo de nuestros conocimientos como el mejor de las ciencias físicas. tender una comprensión precisa del contenido psicológico de las fases
más tempranas del desarrollo mental, pero deberíamos, al discutir estas
fases tempranas, evitar términos que se refieren a fenómenos análogos
Organizaciones mentales tempranas de experiencias más tardías. Debemos así sentirnos satisfechos con
aproximaciones empáticas leves y deberíamos hablar, por ejemplo, de
Estamos confrontados, no obstante, no sólo con resistencias irracionales tensión en vez de deseo, o de disminución de tensión en vez de realiza-
opuestas a la introspección, sino también con limitaciones realistas. ción de deseo, y de condensaciones y de formaciones de compromiso en
Escuchamos, por ejemplo, afirmaciones críticas en descripciones de al- vez de resolución de problemas. Más difícil que detectar estos errores
gunos autores o teorías que son antropomórficas, adultomórficas, y si- terminológicos son los cambios operativos que a veces se utilizan en la
milares. Afirmados en el lenguaje de las presentes consideraciones, estos discusión de estados psicológicos tempranos. En vez del intento por ex-
términos críticos implican que los procesos empáticos del observador no tender una forma rudimentaria de introspección empática hacia un es-
han sido manejados con discreción –cautela– o bien que el autor en cues- tado mental temprano, se ofrece la descripción de una situación social,
tión ha tenido fallas en la empatía. Puede existir poca duda acerca del por ejemplo: la descripción de la relación entre una madre y su hijo.
hecho de que la confiabilidad de la empatía declina cuanto más difiere La investigación y la descripción de las interacciones tempranas entre
lo observado del observador. El psicoanálisis está genéticamente orien- madre e hijo son, por supuesto, indispensables, pero no debería olvidarse
tado y observa la experiencia humana como un continuo longitudinal de que estamos lidiando con una forma de psicología social y que nos move-
organizaciones mentales de variada complejidad, de variada madurez, mos, por ende, hacia un marco de referencia que debe ser comparado
entre otros aspectos. Las etapas tempranas del desarrollo mental son así pero no igualado con los resultados de la psicología introspectiva.
un particular desafío para la habilidad de empatizar con nosotros mis- Debemos también tener cuidado de no confundir ni mezclar teorías
mos, esto es, con nuestras organizaciones mentales pasadas. (Estas con- basadas en observaciones llevadas a cabo con la ayuda del método in-
sideraciones se aplican, por supuesto, no sólo en un acercamiento longi- trospectivo con teorías basadas en el método observacional, por ejemplo,
tudinal, sino también a un acercamiento transversal-seccional, por la psicología social o la manera de ver de un biólogo. El arroyo que corre
ejemplo, cuando hablamos de profundidad psicológica y de regresiones río abajo y, evitando rocas en su trayecto, encuentra el camino más corto
psicológicas durante el sueño, la neurosis, la fatiga, el estrés, y otras si- hasta el río, resuelve así un problema de adaptación entre el agua y el
tuaciones por el estilo.) ¿Qué clase de concepto debemos usar cuando es- medio ambiente. Una mujer casada, con un conflicto vinculado con la
tamos describiendo procesos primitivos, tempranos o profundos desde el tentación hacia la infidelidad, desarrolla una ceguera histérica y nueva-
punto de vista psicológico? En el síndrome freudiano de las neurosis ac- mente el problema de adaptación se puede decir que ha sido resuelto.
tuales por ejemplo, era operacionalmente decisivo que la introspección Otra mujer en situaciones similares decide que no quiere seguir sintién-
persistente (aun en la forma de asociación libre, y el análisis de la resis- dose tentada; y tampoco quiere ver al hombre que la tienta y rápida-
tencia) no podía descubrir ningún contenido psicológico detrás de la an-
siedad y las neurosis de angustia o más allá de los dolores y la fatiga de
la neurastenia (Freud, 1898). Freud debe haber considerado aquellas
fantasías que ocasionalmente se construían secundariamente (como ra- 2. Freud (1910) comparaba perturbaciones neuróticas con disturbios psicogénicos, lo
cionalizaciones) a estos síntomas. La ausencia de hallazgos psicológicos que significa, de algún modo, con síntomas psiconeuróticos.

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mente decide volver al hogar y, una vez más, un problema de adaptación por el inconsciente sobre la parte de la psiquis más accesible a la intros-
es resuelto. El psicólogo social puede intentar diferenciar estos procesos pección. Una introspección persistente conduce, en las neurosis de
de adaptación comparando las variadas complejidades de la tarea, el bió- transferencia, al reconocimiento de una lucha interna entre tendencias
logo comparando las complejidades variables de los medios empleados infantiles y fuerzas internas contrarias que se les oponen: el conflicto es-
en resolverla, no como una diferenciación simple en vista de las máqui- tructural. El analista, en la medida en que es una figura transferencial,
nas electrónicas o los cerebros de computación de nuestra era. Sea cual no es experimentado en el marco de una relación interpersonal pero es
fuere la solución del psicólogo social o del biólogo, es clara la variación el que lleva las estructuras endopsíquicas inconscientes del analizado
con la que tiene el psicoanalista, quien, empleando la introspección y la (sus memorias inconscientes).3 Un paciente, por ejemplo, cuenta ligera-
empatía, diferencia los mecanismos no por su efectividad o ineficiencia mente que ha evadido pagar el boleto del autobús camino a su sesión. Se
ni por su complejidad o simpleza, sino que lo hace vía empatía con las “da cuenta” que la cara del analista se encuentra inusualmente rígida
experiencias de otra persona, estimando la distancia relativa de varias cuando lo saluda. El analista como figura transferencial es (se revela
actividades mentales del self introspectivo. Algunos procesos psicológi- como introspección persistente con el análisis de la resistencia) una ex-
cos como tensión, alivio de tensión del recién nacido, están siempre más presión inconsciente de fuerzas superyoicas (la imago inconsciente del
allá de la empatía y las adaptaciones que ocurren, podemos decir que padre) del analizando.
están más cerca del movimiento del agua interactuando con las rocas y Gradualmente, no obstante, el rango de la manera psicoanalítica de
la gravedad. Otros procesos, más cercanos al observador empático que el investigar se incrementó y pronto comenzó a incluir las psicosis. Una
anterior, aún distan mucho de un yo autoobservador: las formaciones de nueva tarea se estableció así para el analista: tuvo que empatizar con las
compromiso, condensaciones, desplazamientos y sobredeterminación experiencias de organizaciones mentales primitivas, con las experiencias
que solemos llamar procesos primarios (por ejemplo, en la formación de del psiquismo preestructural. Los dos grandes descubrimientos tempra-
síntomas psiconeuróticos). Y finalmente, encontramos aquellos procesos nos en el tema de las psicosis fueron la comprensión de Freud acerca del
psicológicos que yacen muy cerca de nuestra introspección y empatía: significado de la hipocondría psicótica (1914), y el reconocimiento empá-
los procesos secundarios del pensamiento lógico, de la solución de pro- tico o introspectivo de Tausk (1919) que el delirio esquizofrénico de ser
blemas y acción deliberada –la facultad de elección y toma de decisión–. influido por una máquina era la manera de revivir una forma temprana
del self, una regresión a experiencias corporales dolorosas y de ansiedad,
después que el contacto con la experiencia del “tú” se perdió. La intros-
Conflicto endopsíquico e interpersonal pección persistente en los desórdenes narcisistas y en los estados bor-
derline conduce, así, al reconocimiento de una psiquis no estructurada
Examinaremos a continuación la posición de los conceptos de conflicto luchando por mantener el contacto con un objeto arcaico o para soste-
endopsíquico e interpersonal dentro del marco de la teoría psicoanalíti- ner una tenue separación del mismo.4 Aquí, el analista no es una panta-
ca, considerando en especial las convicciones frecuentemente expresa- lla para la proyección de estructuras internas, es decir, transferencia,
das de que el psicoanálisis no es lo “suficientemente interpersonal” o
que utiliza sólo un marco de referencia demasiado unipersonal en vez de
una matriz social. Dichos puntos de vista se equivocan teniendo en
cuenta que el constituyente esencial de la observación psicoanalítica es
la introspección. Por ende, debemos definir el significado psicoanalítico 3. Para aceptación de huella mnémica como concepto estructural, véase Glover
del término “interpersonal” como connotando una experiencia interper- (1947).
4. La experiencia introspectiva de las luchas con el objeto marginal en las psicosis y
sonal abierta a la autoobservación introspectiva; difiere así del signifi-
estados fronterizos no es la misma que la observación de relaciones interpersonales. Es
cado de los términos “relación interpersonal”, “interacción”, “transac- instructivo estudiar las consecuencias de una combinación de estas dos aproximaciones
ción”, etc., que son utilizados por psicólogos sociales y otros. teóricas, logradas, por ejemplo, por el uso de un concepto puente como el de “observador
La investigación temprana de Freud estuvo dirigida hacia la investi- participante”, donde la distinción fructífera entre el concepto estructural de un objeto
gación introspectiva y empática de las psiconeurosis. Sus esfuerzos fue- transferencial en las neurosis y el objeto interpersonal arcaico en los trastornos narci-
sistas desaparece. El resultado que emerge es una concepción lógica e interiormente con-
ron compensados por dos grandes descubrimientos: el inconsciente y el sistente de la psicopatología en la cual, no obstante, los fenómenos clínicos más diversos
fenómeno de la transferencia, esto es, la particular influencia ejercida pueden ser observados como variaciones o grados de esquizofrenia (Sullivan, 1940).

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sino la continuación directa de la realidad temprana que ha sido dema- lidad presente, aspectos que vuelca sobre la figura del analista. Ella
siado distante, demasiado desagradable, o demasiado poco confiable podría estar claramente delimitada a partir de otras dos experiencias: la
como para ser transformada en una sólida estructura psicológica. El de las tendencias hacia objetos que, si bien emergen desde lo profundo,
analista, por ende, es experimentado introspectivamente dentro del no cruzan la barrera de la represión (el diagrama de Freud del yo y el
marco de una relación interpersonal arcaica. Él es aquel objeto arcaico ello: la barrera de la represión separa sólo una pequeña parte del yo de
con el cual el analizando trata de mantenerse en contacto, del cual trata aquella del ello); y la de los objetos del yo que, si bien originalmente son
de separarse como para adquirir su propia identidad o de quien intenta transferenciales, han roto los lazos con aquellos reprimidos y se han
derivar una modalidad de estructura interna. Un paciente esquizofréni- vuelto elecciones de objetos autónomos del yo. Es importante reconocer
co llega a la sesión analítica en un estado frío y distante. La noche ante- que en ambas instancias la elección de objeto se origina en parte en el
rior soñó que estaba en un lugar cubierto de nieve, árido; una mujer pasado, esto es, que elecciones objetales más tardías son tomadas como
ofrece su pecho, pero él descubre que este pecho es de goma. La frialdad modelos a partir de aquellos de la infancia. Pero si bien es cierto que
emocional del paciente y su sueño son una reacción a un aparente ins- todas las transferencias son repeticiones, no todas las repeticiones son
tante, pero en realidad significativo del rechazo que el paciente percibió transferencias.
por parte del analista. Las reacciones a estos rechazos realistas por parte No es posible diferenciar, por una aproximación histórica no intros-
del analista también ocurren, por supuesto, en el análisis de las neuro- pectiva, las influencias del pasado que afectaron el crecimiento del apa-
sis de transferencia, y su reconocimiento y aceptación son de importan- rato mental de la influencia del presente de un remanente del pasado
cia táctica. que aún tiene existencia actual, esto es, el inconsciente reprimido. A
En el análisis de las psicosis y de los estados borderline, no obstante, través de la introspección científica persistente, no obstante, somos ca-
los conflictos interpersonales arcaicos ocupan una posición central de paces de diferenciar las elecciones de objeto no transferenciales que to-
importancia estratégica que corresponden al lugar del conflicto estruc- maron como patrón modelos infantiles (por ejemplo, parte de los cuales
tural en las psiconeurosis. Las mismas consideraciones son aplicables habitualmente son erróneamente llamados “transferencia positiva”) de
también mutatis mutandis a los conflictos estructurales que encontra- una transferencia verdadera. Las últimas pueden ser disueltas median-
mos en las psicosis. te una introspección persistente; las primeras, sin embargo, residen
No podemos dejar el tema de los conflictos endopsíquicos e interper- fuera de la esfera del conflicto estructural y no están directamente afec-
sonales sin algunos breves comentarios sobre la transferencia. La defi- tadas por la introspección psicoanalítica.
nición básica de transferencia de Freud (1900) fue el resultado de la for-
mación de un concepto no ambiguo: la transferencia es la influencia del
inconsciente sobre el preconsciente a partir de la existencia de barreras Dependencia
de represión (aunque frecuentemente debilitadas). Los sueños, síntomas
y aspectos de la percepción del analista por parte del analizando son las Algunos conceptos utilizados por el psicoanálisis no son abstracciones
formas más importantes en las que la transferencia se manifiesta. La fundadas en una observación introspectiva o una introspección empáti-
utilización confusa de los términos “transferencia” y “contratransferen- ca, sino derivados de datos obtenidos a partir de otros métodos de ob-
cia” (frecuentemente denotando relaciones interpersonales específicas servación. Dichos conceptos pueden ser comparados con abstracciones
en el sentido de la psicología social) proviene de una cierta inconsisten- teóricas basadas en observaciones psicoanalíticas; no obstante, no son
cia concerniente al modo operacional sobre el cual el marco teórico debe idénticas a ellas.
estar basado. Podemos aprovechar la gran ventaja de la consistencia Consideremos, por ejemplo, la hipótesis de que la importancia de la
operacional sin quedar paralizados por el crudo modelo de la mente sexualidad infantil en general y el complejo de Edipo en particular se re-
sobre el cual Freud estaba trabajando alrededor de 1900 y tratamos de laciona con, o en parte, una prolongada necesidad de dependencia bioló-
ubicar el concepto temprano de transferencia en su diagrama estructu- gica del infante humano. ¿Es ésta una hipótesis psicoanalítica? En un
ral de 1923, y definirlo en relación con el de autonomía del yo de sentido general, la respuesta es, por supuesto, afirmativa porque sabe-
Hartmann de 1939. La experiencia transferencial del objeto en la situa- mos que la hipótesis en cuestión no podría haber sido formulada previa-
ción terapéutica podría conservar su significado original como una amal- mente al descubrimiento introspectivo de la experiencia fálica, anal y
gama de luchas reprimidas de objetos infantiles insignificantes en la rea- oral-erótica, y la recuperación de las pasiones edípicas de la transferen-

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cia. Consideraciones más precisas, no obstante, demostrarán que no mostrar lo poco confiable de dichos esfuerzos, podemos encontrar la
todos los conceptos utilizados en la hipótesis pueden, sin ser modifica- hipótesis opuesta de buscar una conciencia de sí rudimentaria de un
dos, tratarse como si hubieran sido derivados de observaciones intros- niño sano tomando el pecho, que más bien puede ser comparado con el
pectivas y empáticas. El problema de las pulsiones y el de la sexualidad estado emocional de un adulto que está totalmente absorbido por una
serán considerados más tarde. El concepto de dependencia es el que actividad que le resulta altamente significativa y placentera, como, por
vamos a examinar ahora. ejemplo, una persona que está ganando una carrera, un virtuoso que
El término “dependencia” puede ser utilizado para transmitir dos está tocando algún instrumento musical o un amante en el clímax de
significados distinguibles, que se confunden habitualmente pero que no una unión sexual. Asumir que los estados de dependencia en el adulto
siempre están relacionados el uno con el otro. El primer significado se son el reverso de una gestalt psicológica primaria no puede ser reducido
refiere a la relación entre dos organismos biológicos o dos unidades so- por el análisis, ya que es lo opuesto a nuestra comprensión empática de
ciales (sociología). El observador biológico puede afirmar que varios los niños sanos.
mamíferos neonatos dependen para su supervivencia del cuidado que re- Puede, por supuesto, a veces, ser útil para el psicólogo tomar estas
ciben de los adultos que funcionan como madres. Juicios similares en re- pistas de descubrimientos biológicos o principios de manera de orientar
lación con la dependencia también pueden ser realizados acerca de las su búsqueda acerca de lo que está observando. La prueba final, no obs-
relaciones entre adultos humanos. En nuestra civilización compleja y al- tante, es la observación psicológica en sí misma; y es erróneo extrapolar
tamente especializada, cada miembro de la sociedad desarrolla solamen- principios biológicos a la interpretación de un estado mental específico,
te cierta cantidad de habilidades y, por ende, depende del total de la so- especialmente si contradicen nuestros descubrimientos psicológicos.
ciedad (la suma total de las capacidades de los otros) para su existencia, Parecería que una manera obstinada de apegarse, de no poder despren-
de lo cual es consciente, y también para su supervivencia biológica. derse de la resistencia que encontramos en algunos pacientes adultos no
Aparte del significado sociológico y biológico del término “dependencia”, es una repetición de una fase normal del desarrollo psicológico, esto es,
nos encontramos con un concepto psicológico que, con el mismo nombre, no es una regresión a un estado mental de un niño razonablemente nor-
es utilizado ampliamente en nuestras formulaciones psicodinámicas. mal con padres razonablemente sanos. Las reacciones de una depen-
Decimos que algunos pacientes tienen o problemas de dependencia o que dencia muy fuerte en los adultos, si son regresiones a situaciones infan-
los desarrollan en el curso del psicoanálisis. O hablamos de personalida- tiles, no se refieren a un retorno a una fase normal del desarrollo oral
des oral-dependientes y concluimos que su dependencia oral puede con- sino a una patología infantil, con frecuencia, de fases más tardías de la
tribuir decisivamente a su deseo de perpetuar la relación con el analis- infancia. Son, por ejemplo, reacciones a experiencias específicas de re-
ta. Como nos estamos manejando con el concepto psicoanalítico de de- chazo, esto es, de mezclas intrincadas de ira y temores retaliativos. O
pendencia, debemos asumir que éste deriva de observaciones psicoanalí- protegen al paciente (por ejemplo, contra la emergencia de culpa o an-
ticas de nuestros pacientes y que el término constituye alguna generali- siedad asociada con conflictos estructurales ocultos), por medio de esta
zación o abstracción referente al estado mental del analizando. Y, en adhesión al terapeuta, quien se ha vuelto el portador omnipotentemen-
efecto, éste es frecuentemente el caso, por ejemplo, cuando decimos que te benigno de fantasías narcisistas proyectadas.
un paciente está en conflicto con sus tendencias de dependencia, o en Podemos también objetar la tendencia por adscribir una dependencia
una formulación estructural, que las ha reprimido. Dicha formulación psicológica casi exclusiva a la oralidad. Dicha asociación, sin duda, existe
parece inobjetable porque simplemente estamos aplicando un concepto en algunas instancias. La observación empática que permanece destra-
probado de regresión. Sumado a esto, no obstante, tácitamente hemos bada por expectativas biológicas puede, no obstante, estar abierta al re-
realizado una presunción que debemos aislar antes de examinar la con- conocimiento de que una gran variedad de tendencias, particularmente
fiabilidad de la formulación precedente. La regresión, como término psi- si se trata de un estado de las casi frustradas (abstinencia psicoanalítica
coanalítico, denota el retorno a un estado psicológico anterior. Nuestro incompleta, y ¿cuándo es completa?), puede contribuir a un estado de
problema, por ende, no está referido al hecho indiscutible de que un niño cautiverio, de ligazón en orden al sometimiento al terapeuta. Y es, por
es dependiente de su madre (en un sentido biológico o sociológico), sino ende, una manera de aferrarse muy insistente que caracteriza el estado
más bien a la enigmática cuestión de si el estado mental del niño co- psicológico en cuestión, y no la asociación con una pulsión particular.
rresponde toscamente a lo que encontramos cuando descubrimos ten- Quizás el principio psicológico más general que uno podría evocar
dencias de dependencia reprimidas de un analizando adulto. Para de- para explicar alguno de estos estados es la resistencia a cambiar (la vis-

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cosidad de la libido), pero uno probablemente debería volcarse a una ex- la tiene. No podemos definir adecuadamente el concepto psicológico de
plicación más general sólo después de haber visto otras posibilidades o sexualidad haciendo referencia a sustancias bioquímicas específicas (por
si existe una evidencia psicológica directa para este factor en un caso es- ejemplo hormonas). Si el bioquímico pudiera demostrar, por ejemplo,
pecial. El episodio que sigue, que me fue contado recientemente por un que la sobreproducción de algunas hormonas sexuales contribuye al cre-
señor de 35 años, pueda quizá ser explicado en estos términos. Él había cimiento de ciertos tumores malignos, no sería necesario concluir que
sido uno de los treinta sobrevivientes en un campo de concentración esos tumores son el resultado de deseos sexuales preconscientes o in-
donde en el curso de los años de su detención alrededor de cien mil per- conscientes de la persona afligida. El psicólogo puede, no obstante,
sonas habían sido asesinadas. Cuando el avance de los rusos se volvió tomar las pistas de estos descubrimientos bioquímicos. Si, por ejemplo,
amenazante, los guardias nazis abandonaron el campo y los treinta cau- las hormonas que habitualmente están involucradas en el embarazo de-
tivos fueron liberados. A pesar del hecho de que mantenían cierta con- berían ser descubiertas en la etiología del cáncer, nuestra investigación
dición física, no pudieron abandonar el campo por unos largos cuatro psicológica podría volverse hacia la personalidad precancerosa pre-
días. guntándonos si dichas personas tienen anhelos de maternidad insatisfe-
El fenómeno de dependencia debe ser visto de una manera diferente chos. La prueba psicológica final de la existencia fáctica de dichos anhe-
en analizandos con una estructura psicológica insuficiente. Algunos los debería, no obstante, ser un descubrimiento introspectivo empático.
adictos, por ejemplo, no han adquirido la capacidad de autocalmarse o Consideraciones similares pueden aplicarse, por supuesto, mutatis mu-
irse a dormir; no han sido capaces de transformar experiencias tempra- tandis, a pistas que el bioquímico puede extrapolar de la psicología pro-
nas de haber sido calmados o de haber sido acunados y convertir esto en funda.
una capacidad endopsíquica, es decir, una estructura. Estos adictos, por Los analistas no han enfatizado suficientemente que la cualidad se-
ende, tienen que depender de drogas, no como sustituto de relaciones de xual de una experiencia no puede ser totalmente definida. Es cierto, los
objeto, sino como sustituto de estructuras psicológicas. Si estos pacien- analistas comprenden que por “sexual” entendemos algo mucho más ex-
tes están en psicoterapia, se podría decir que se vuelven adictos al tera- tenso que la sexualidad genital, y que las experiencias sexuales pregeni-
peuta o al procedimiento psicoterapéutico. Su adicción no debe ser, no tales incluyen pensamientos sexuales, procesos sexuales, etc. De todas
obstante, confundida con la transferencia: el terapeuta no es una pan- maneras, es instructivo ponderar lo que Freud ha dicho (1916-1917),
talla para la proyección de estructuras psicológicas existentes, sino sola- mitad en chiste, mitad en serio, acerca de que “sexual es lo impropio”; y
mente un sustituto de las mismas. Tanto más cuanto la estructura psi- en chiste dice: “en total cuando llegamos a pensar en ello, no estamos
cológica es necesaria, el paciente realmente ahora necesita la conten- perdidos en relación con lo que la gente llama sexual” (Freud, 1916-
ción, digamos el ser calmado por el terapeuta. Su dependencia no puede 1917, págs. 277-278). La experiencia sexual pregenital de la infancia y la
ser analizada o reducida a un insight; tiene que ser reconocida y admi- experiencia sexual adulta (sea en un juego preliminar, en perversiones,
tida. De hecho, es una experiencia clínica cuya tarea psicoanalítica más o en una relación sexual) tienen una cualidad sexual que no puede ser
importante en estas instancias es el análisis de la negación de la necesi- definida más allá de lo que sabemos o conocemos como sexual, ya sea por
dad real. El paciente debe primero aprender a reemplazar una cantidad experiencia directa o después de una introspección persistente y prolon-
de fantasías de grandiosidad que se mantienen con la ayuda de un ais- gada y la desaparición de obstáculos internos para la introspección (aná-
lamiento social para poder tolerar una dolorosa aceptación de la realidad lisis de la resistencia).
de ser dependiente. Podemos decir, por ende, que para el infante y el niño una cierta can-
tidad de experiencias tienen la cualidad que a los adultos les resulta muy
familiar en su vida sexual; nuestra vida sexual nos provee de un rema-
Sexualidad, agresión, pulsiones nente de la experiencia que fue tempranamente, en nuestro desarrollo
psicológico, mucho más amplia. El término, de acuerdo con Freud (1921,
El concepto psicoanalítico de sexualidad ha conducido a mucha confu- pág. 87), fue elegido “a potiori”, esto es la mejor conocida de estas expe-
sión y numerosas discusiones. La cualidad sexual de una experiencia no riencias, un nombre, en otras palabras, que indiscutiblemente nos va a
es adecuadamente definida ni por el contenido de una experiencia ni por evocar el real significado que tiene para nosotros. Habría menos razones
la zona erógena en cuestión. Un adolescente que mira ilustraciones mé- para insistir en el término “sexual” si su significado fuera biológico. El
dicas puede tener una experiencia sexual; un estudiante de medicina no desacuerdo de Freud para no abandonar la búsqueda fue la única ma-

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nera de salvaguardar la esencia de su significado psicológico. Estos tér- Freud, habitualmente, se resistía a dejarse llevar por especulaciones
minos como “fuerza vital” y “energía mental” no conducen a un reco- biológicas, por más aparentes que fueran, cuando no podía confirmarlas
nocimiento igualmente inequívoco de un modo de experiencia primaria- por medio de los descubrimientos de la observación psicoanalítica in-
mente rechazado.5 trospectiva. Un ejemplo de este empirismo está contenido en sus escri-
Similarmente, puede lograrse mucha mayor claridad si admitimos tos sobre sexualidad femenina. Mucho ha sido dicho sobre el supuesto
que el término psicoanalítico “drive” –tendencia– es derivado de la in- sesgo antifemenino de Freud, como lo evidencia su insistencia en darle
vestigación introspectiva de una experiencia interna. Las experiencias mayor importancia a las tendencias fálicas en el desarrollo de la sexua-
pueden tener la cualidad de querer, desear, anhelar en distintos grados. lidad femenina. La obvia verdad biológica parece ser que la mujer de-
Una pulsión es entonces una abstracción de innumerables experiencias bería tener tendencias femeninas primarias, y que la feminidad no
internas, implica una cualidad psicológica que no puede ser analizada puede ser explicada –de ningún modo– como un retraimiento de una
más que por la introspección; es el común denominador de las tenden- masculinidad frustrada. Es poco probable que la opinión de Freud se de-
cias sexuales y agresivas. biera a algún punto ciego que limitara sus poderes de observación. Su
Las hipótesis de Freud sobre narcisismo primario y masoquismo pri- rechazo a modificar sus puntos de vista sobre la sexualidad femenina,
mario también yacen dentro del marco teórico de la psicología intros- más bien se debía a su confianza en evidencias clínicas, que en ese mo-
pectiva. Él observaba hechos clínicos de narcisismo y masoquismo y pos- mento estaban a su alcance, por medio de la observación psicoanalítica,
tulaba que eran el revivir de formas tempranas (teóricamente) de expe- y por ello se rehusó a aceptar una especulación biológica aparente como
riencias sexuales y agresivas (potenciales) acerca de las cuales las for- un hecho psicológico. Profundizando más allá de actitudes y sentimien-
mas tardías (narcisismo clínico, masoquismo clínico) habían vuelto en tos femeninos de sus pacientes, habitualmente encontró un conflicto
respuesta al estrés del entorno. El asumir, no obstante, la existencia de entre tendencias fálicas, y, mientras aceptaba una bisexualidad biológi-
los instintos de vida y muerte haciendo un paralelo con la teoría del nar- ca, rechazaba el postulado de una fase de feminidad psicológica prece-
cisismo primario y masoquismo primario, constituye un tipo entera- dente sin tener una evidencia psicológica de la misma.
mente diferente de formación teórica. Los conceptos de Eros y Tánatos La actitud de Freud concerniente al desarrollo de la sexualidad fe-
no pertenecen a una teoría psicológica fundada en métodos observacio- menina es sólo uno de los tantos ejemplos de su fiel adhesión al método
nales de introspección y empatía, sino a una teoría biológica que debe introspectivo y empático de observación. Es importante admitir, no obs-
estar basada en diversos métodos de observación. El biólogo tiene por tante, que a pesar de su habitual lealtad a su observación psicoanalítica,
supuesto la libertad de tomar cualquier pista útil que pueda encontrar Freud prefirió permanecer no comprometido respecto de alguno de sus
en psicología; sus teorías, no obstante, deben estar basadas en observa- conceptos y guardarlos en una especie de tierra de nadie entre la bio-
ciones y evidencias biológicas (Hartmann y otros, 1949). La aplicación, logía y la psicología. Dicho lugar límite, no obstante, deja de existir una
por otro lado, de los métodos de psicología introspectiva de toda materia vez que la posición operacional es tomada. Visto desde este ángulo, es
animada como, por ejemplo, en algunas formas de biología teleológica,6 tan poco justificable considerar el concepto de pulsión desde un punto de
no es científica. vista dinámico, como algo hormonal o bioquímico, es decir biológico en
Así, mientras podemos admirar la audacia de la especulación biológi- sentido operativo, como pensar el concepto de superyó como anatómico
ca de Freud, debemos reconocer que los conceptos de Eros y Tánatos desde un punto vista estructural.
están fuera del marco de la psicología psicoanalítica.

Libre albedrío y los límites de la introspección

La psicología y especialmente el psicoanálisis (Knight, 1946; Lipton,


5. Consideraciones paralelas de las elaboradas para la sexualidad también pueden ser 1955) han sido confrontados últimamente con una nueva edición de la
aplicadas en relación con el otro continuum de una experiencia introspectiva, i.e., hosti- paradoja que ha tenido varias formas a lo largo de una teología, filosofía
lidad-agresión. y jurisprudencia: ¿cómo nuestra facultad de elegir o de llegar a una de-
6. Thalassa, de Ferenczi (1924), es el ejemplo sobresaliente de extender por demás el
cisión es compatible con la ley del determinismo psíquico? El psicoaná-
método introspectivo y empático.

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lisis pareciera, a primera vista, darle peso al argumento en contra de la (por ejemplo, obsesiva) de indecisión y duda, puede usualmente venirse
existencia del libre albedrío, mostrando, primero, cómo estamos llevados abajo por medio de la introspección. Como tenemos éxito en reducir estos
por fuerzas irracionales que sólo somos capaces de racionalizar, y, se- fenómenos psicoanalíticamente, estableciendo sus motivos, nos move-
gundo, que tendemos a sobrevaloraciones narcisísticas de nuestras fun- mos simultáneamente hacia un reestablecimiento del libre albedrío y de-
ciones psíquicas, teniendo así un sentimiento megalomaníaco delirante cisión. ¿Podemos hacer lo mismo con la capacidad introspectivamente
de libertad respecto de nuestras actividades mentales superiores alta- observada de elección? ¿Podemos, por medio de la introspección, resolver
mente valoradas. Un escrutinio más agudo, no obstante, muestra que la la experiencia de elegir entre los componentes de compulsión y narcisis-
actitud psicoanalítica pertinente acerca de la existencia de una elección mo? La respuesta a esta pregunta es no, a pesar del énfasis puesto por el
y decisión no es simple y tiene muchas discrepancias. La posición con- psicoanálisis en la motivación inconsciente y la racionalización; por todo
tradictoria del mismo Freud es la que mejor lo describe afirmando, entre ello la persistente recuperación de las motivaciones inconscientes y de
líneas y como una opinión personal, que suscribía a la convicción de un las racionalizaciones conducen, en condiciones favorables, a una expe-
área de libertad, elección y de decisión en psicología humana, pero que, riencia de libertad más amplia y más vívida.
por otro lado, estuvo por un largo tiempo extremadamente reacio a in- Cada rama de la ciencia tiene sus límites naturales, determinados
corporar esta convicción de lleno al marco teórico de su ciencia. Es ca- aproximadamente por los límites de su herramienta básica de observa-
racterístico de su irresolución que su famosa, frecuentemente citada ción. El científico físico admite que toda teoría tiene que comenzar con
afirmación en relación con la meta de la terapia psicoanalítica es rele- algunos hechos inexplicables que yacen debajo de la ley de causalidad,
gada al pie de página. Freud (1923, pág. 51) dice en El yo y el ello que “el por ejemplo, la existencia de la energía en el universo. Estas variables
psicoanálisis trata de darle al yo del paciente libertad para elegir de una inexplicables (los elementos, el calor, la electricidad, y otras similares)
manera u otra” (las itálicas son de Freud). Las formulaciones teóricas pueden ser reemplazadas o su número puede ser reducido a medida que
más tempranas de Freud se orientaron hacia un determinismo psíquico las ciencias físicas avanzan o cambian. Ninguna reducción a cero de
absoluto y había poco espacio en su sistema teórico temprano para estos elementos primarios es, no obstante, pensable ni puede una re-
ningún tipo de “libertad del yo… para decidir”. El concepto de ducción a un elemento único parecer útil para una ciencia que tiene que
“Ichtriebe” (ego instincts), las afirmaciones de que el yo desarrolla a par- explicar y dar cuenta de la variedad de los fenómenos naturales. Cada
tir del ello, o que el principio de realidad es un principio de placer modi- ciencia llega, así, a un pequeño número de conceptos básicos. Los lími-
ficado, sirven como ilustración a este punto de vista. Las formulaciones tes del psicoanálisis están dados por los límites de la introspección po-
teóricas posteriores de Freud, no obstante, comenzaron a incorporar tencial y la empatía. Dentro del campo observado reina la ley del deter-
sólo implícitamente, en su mayor parte, algo del espíritu de sus convic- minismo psíquico, que comprende la presunción de que la introspección,
ciones más tempranas respecto de algún tipo de libertad y de indepen- en la forma de asociación libre y el análisis de la resistencia, es poten-
dencia del yo. El énfasis sobre el yo como una estructura psíquica y, en cialmente capaz de revelar las motivaciones de nuestros deseos, decisio-
adición a la afirmación de El yo y el ello, algunas observaciones sobre la nes, elecciones y actos. La ciencia introspectiva debe, sin embargo, ad-
génesis de independencia del yo en “Análisis terminable e interminable” mitir sus límites, más allá de los cuales su herramienta de observación
(Freud, 1937) son ejemplos del cambio sutil en su mirada teórica, anti- no alcanza y debe aceptar el hecho de que ciertas experiencias no pue-
cipando quizá lo que ahora, con Hartmann (1939), usualmente designa- den ser resueltas en el presente con el método del que dispone. Podemos
mos como yo autónomo. reconocer deseos u otras fuerzas interiores que pueden expresar el
Algunas de las confusiones pueden reducirse si abordamos el proble- hecho introspectivamente irreductible de la observación por el término
ma definiendo el método de observación por el cual vamos a obtener la “drive” o como pulsiones sexuales y agresivas. Y podemos observar, por
materia prima para nuestras abstracciones teóricas. Para una ciencia otro lado, la experiencia de un “yo” activo: tanto disociado de las ten-
que obtiene su material de observación por medio de la introspección y dencias en la autoobservación o sumergido con una pulsión no descar-
la empatía, la pregunta puede ser formulada de la siguiente manera: po- gada como experiencia de un deseo o fusionado con un modelo de des-
demos observar en nosotros mismos la habilidad de elegir y decidir, carga motora como acción. Lo que experimentamos como libertad de
¿puede la introspección posterior (análisis de la resistencia) resolver esta elección, como decisión y similares, es una expresión del hecho de que la
habilidad de componentes que subyacen? Las configuraciones psicológi- experiencia del yo y el núcleo de actividades que de él emanan, no pue-
cas opuestas, es decir, la experiencia de estar obligados y la experiencia den ahora ser divididas en más componentes por medio del método in-

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trospectivo. Están, por ende, más allá de la ley de motivación, esto es, Bibliografía
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El estudio precedente intentó demostrar que la introspección y la empatía son
Ferenczi, S. (1924): “Thalassa. A Theory of Genitality”, Psychonalytic
ingredientes esenciales de la observación psicoanalítica y que los límites del psi-
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coanálisis están, por ende, definidos por los límites potenciales de la introspec-
Buenos Aires, Letra Viva, 1983.]
ción y la empatía. Se discutieron varias inexactitudes, omisiones y errores en la
Freud, S. (1898): “Sexuality in the aetiology of the neuroses”, Collected Papers,
utilización de los conceptos psicoanalíticos. Se pudo mostrar que estos defectos
1, Londres, Hogarth Press, 1924, págs. 220-248. [Traducción cast.: “La se-
se debían a la negligencia del hecho de que la teoría psicoanalítica –la teoría de
xualidad en la etiología de las neurosis”, A. E., III, 1981, págs. 257-276.]
una ciencia empírica– es un derivado del campo de las experiencias internas ob-
— (1900): The interpretation of dreams, S. E., 4 y 5, Londres, Hogarth Press,
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— (1910); “The psycho-analytic view of psychogenic disturbance of vision”, S.
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Summary perturbación psicógena de la visión según el psicoanálisis”, A. E., XI, 1979,
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An Examination of the Relationship Between Mode of Observation and Theory — (1911): “Formulations on the two principles of mental functioning”, S. E.,
12, Londres, Hogarth Press, 1958, págs. 215-226. [Traducción cast.:
The preceding examination attempted to demonstrate that introspection and
“Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico”, A. E., XII,
empathy are essential ingredients of psychoanalytic observation and that the
1980, págs. 223-231.]
limits of psychoanalysis are, therefore, defined by the potential limits of intro-
— (1914): “On narcissism: an introduction”, S. E., 14, págs. 69-102, Londres,
spection and empathy. Several specific inaccuracies, omissions, and errors in
Hogarth Press, 1957. [Traducción cast.: “Introducción del narcisismo”, A.
the use of psychoanalytic concepts were discussed. It was shown that these de-
E., XIV, 1979, págs. 71-98.]
fects were due to the neglect of the fact that psychoanalytic theory –the theory
— (1915): “The unconscious”, S. E., 14, págs. 161-204, Londres, Hogarth Press,
of an empirical science– is derived from the field of inner experiences observed
1957, pág. 16. [Traducción cast.: “Lo inconciente”, A. E., XIV, 1979, págs.
through introspection and empathy.
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KEYWORDS: INTROSPECTION / EMPATHY / METHOD / INVESTIGATION / PSYCHOANALYSIS — (1916-1917): Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse, G. W., 11, págs.
313-314, Londres, Imago Publishing Co., 1940. [Traducción cast.: Conferencias
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INTROSPECÇÃO, EMPATIA E PSICANÁLISE. Londres, Hogarth Press, 1955. [Traducción cast.: Psicología de las masas
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— (1923): The Ego and the Id, Londres, Hogarth Press, 1927 pág. 29, n. 72.
O estudo precedente tentou demonstrar que a introspecção e a empatia são [Traducción cast.: El yo y el ello, A. E., XIX, 1979, pág. 31.]
itens essenciais da observação psicanalítica e que os limites da psicanálise, por — (1937): “Analysis terminable and interminable”, Collected Papers, 5, págs.
conseguinte, são definidos pelos limites potenciais da introspecção e da empa- 316-357, Londres, Hogarth Press, 1950, pág. 343. [Traducción cast.:
tia. Discutiu-se sobre várias inexatidões, omissões e erros na utilização dos con- “Análisis terminable e interminable”, A. E., XXIII, 1980, págs. 219-254.]
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negligência do fato que a teoria psicanalítica –a teoria de uma ciência empírica– [Traducción cast.: “Conceptos mentales básicos: sus valores clínicos y
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PALAVRAS-CHAVE: INTROSPECÇÃO / EMPATIA / MÉTODO / INVESTIGAÇÃO / PSICANÁLISE pág. 365.

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40 HEINZ KOHUT

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REV. DE PSICOANÁLISIS, LXVI, 1, 2009, págs. 17-40

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