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LA LLEGADA DE

MI MASCOTA
Una tarde mi vecina me regalo una perrita a la cual la llame
Kira. Era muy pequeña y juguetona, tenía solo dos meses de
nacida, ese día la bañamos y la secamos.
Pero al día siguiente no quería comer, ni jugar, solo dormía
todo el día y empezaba a bajar de peso hasta debilitarse.
Mis padres la llevaron a la veterinaria y le dijeron que estaba
muy grave y que no era posible que viviera, pero aun así mis
padres no se dieron por vencidos y decidieron hacer hasta lo
posible por ella, entonces la veterinaria le inyectó suero para
que valla teniendo fuerza para las inyecciones que se le tenía
que poner.
Al pasar de los días mi perrita empezó a sentirse mejor y le
compramos comida para subir sus defensas y empezó poco a
poco a comer y jugar, aunque era un poco difícil ya que las
inyecciones le dolían, pero con amor y paciencia la estuvimos
ayudando.
Todos estábamos muy felices por su recuperación así que le
compramos muchas cosas para que este abrigada y cómoda en
casa.
Empezó a crecer fuerte y linda, cada día fue recibiendo más y
más el amor de parte de todos nosotros y se fue integrando a la
familia.
Una mañana todos nos despertamos y vimos todo tirado,
no sabíamos lo que había sucedido hasta que buscamos
a Kira y no estaba por ningún lado, al llegar la tarde
apareció debajo de unas cajas, estaba toda sucia y llena
de polvo, sin saber lo que había sucedido decidimos no
tocar el tema y la bañamos hasta dejarla limpia.
Al día siguiente ocurrió lo mismo y así seguía pasando día
a día y nos fuimos dando cuenta que la pequeña Kira era
la que ocasionaba el desorden rompiendo todo sin
ninguna explicación. Todos estábamos confundidos ya
que no sabíamos lo que pasaba.
De repente rompió casi toda la ropa subiéndose en la
cama, eso hizo que mis papas se molestaron con ella y
decidieron que lo mejor sería dársela a alguien más.
Esa decisión me hizo sentir triste ya que ella había sido
una gran compañera y estaba todo el tiempo conmigo,
pero aun así decidieron dársela a una niña que vivía
ceca, con lágrimas en los ojos se la entregue ya que sabia
que iba a estar bien y ya no ocasionaría problemas en mi
casa.
Estuve muy tiste durante muchos días y la extrañaba con
frecuencia, asi que mis papas me llevaban a visitarlas y
jugaba con ella aunque al irme a mi casa me iba triste.

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