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Este 6 de enero se celebra la Epifanía del Señor.

¿Cuándo se celebra el Día de los Reyes Magos?

La aparición de los Reyes Magos se da en la Biblia, exactamente en el Evangelio según Mateo 2, 1-12, donde se relata que el rey
Herodes, después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, se preocupó ante la aparición de magos de Oriente que preguntaban dónde
había nacido el Rey de los Judíos.

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Tras consultar el lugar de nacimiento a los pontífices y escribas, les dijo a los magos que lo informen y avisen para él también
adorarlo.

“Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre. Se hincaron y lo adoraron. Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro,
incienso y mirra. Luego, habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su país por otro camino”, dice en
el Evangelio.

En esta semana se intensifica la venta de rosca de Reyes. Foto: EFE

Si bien la Biblia no especifica cuántos reyes magos era, se hizo un estimado debido al número de regalos que se menciona que recibió
(oro, incienso y mirra). Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecieron por primera vez en el famoso mosaico del siglo VI en
la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad italiana de Ravena.
20 de enero de 2023 / 12:01 AM

Cada 20 de enero se celebra la fiesta de San Sebastián, mártir, patrono de la arquería, de los soldados y
los atletas.
Sebastián nació hacia el año 256 en Narbona, hoy territorio francés, pero que en ese momento formaba
parte del Imperio romano. Siguió la carrera militar con éxito y llegó a ser jefe de la cohorte de la guardia
imperial romana, cargo militar de altísimo rango que obtuvo, con toda seguridad, gracias a su fuerza, arrojo
y astucia (las virtudes ensalzadas en los guerreros).

Sin embargo, contra lo que podría esperarse de alguien al servicio directo del emperador Diocleciano,
célebre perseguidor de cristianos, Sebastián se convirtió a la fe y abrazó la causa de Cristo.

La sangre de los mártires


Es muy probable que el santo haya quedado conmovido por el testimonio de tantos y tantos cristianos
asesinados a manos del emperador.

Como muchos otros, Sebastián debe de haber sentido en algún momento el mismo rechazo contra aquellos
que no creían en los dioses, no seguían las costumbres de los patricios o no compartían sus ambiciones.
Quizás fue la sangre de tantos y tantos que morían invocando el nombre de Cristo lo que ablandó su
corazón y lo hizo dirigir su alma hacia el Dios verdadero.

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