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Las telecomunicaciones y el futuro de las ciudades: derribando mitos

Stephen Graham

Las telecomunicaciones y el futuro de


las ciudades: derribando mitos1
Stephen Graham2

Abstract
This article attempts to debunk five prevailing myths which together are implicit in
much of the current debate and rhetoric surrounding telecommunications and the
future of cities. These are labelled: the myth of the technological determinism, the
myth of urban dissolution, the myth of universal access, the myth of the simple
substitution of transport by telecommunications, and the myth of local
powerlessness. Each is treated in turn, and for each an attempt is made to build to
recent research to develop more sophisticated perspectives of city-
telecommunications relations.

Key words: Telecommunications, Cities, Technology

Resumen
Este artículo intenta derribar cinco mitos prevalecientes, todos los cuales están
implícitos en el debate actual y en la retórica que rodea a las telecomunicaciones y el
futuro de las ciudades. Estos han sido etiquetados como: el mito del determinismo
tecnológico, el mito de la disolución urbana, el mito del acceso universal, el mito de la
simple substitución del transporte por las telecomunicaciones y el mito de la falta de
poder local. Cada uno de ellos será tratado por separado y para cada uno hay un
intento de construir, sobre la base de investigaciones recientes, perspectivas más
sofisticadas sobre las relaciones ciudad-telecomunicaciones.

Palabras clave: Telecomunicaciones, ciudades, tecnología

1 Publicado originalmente en Cities, Vol. 14, N°1, pp. 21-29, 1997. Esta traducción cuenta con la debida

autorización de Elsevier Science Ltd.


2 Center of Urban Technology, Department of Town and Country Planning, University of Newcastle upon Tyne,

Newcastle upon Tyne NEI 7RU, UK. E-mail: s.d.n.graham@ncl.ac.uk

Revista eure (Vol. XXVI, Nº 77), pp. 5-23, Santiago de Chile, mayo 2000
[5]

 
Las telecomunicaciones y el futuro de las ciudades: derribando mitos
Stephen Graham

 
I. INTRODUCCIÓN pierden importancia. Pronto será po-
sible hacer cualquier cosa, en cual-
Los estudios urbanos, políticos y quier parte y en cualquier momento;
de planificación han obviado el será posible acceder a cualquier in-
área de las telecomunicaciones formación y realizar todo tipo de
(Mandelbaum, 1986); del mismo modo, interacción a través de los ubicuos y
las disciplinas dedicadas al estudio de altamente capacitados sistemas en
la comunicación han ignorado a la línea. La consecuencia aparentemen-
ciudad como foco investigativo (Jowett, te inevitable sería que la gran ciudad
1993). En consecuencia, no resulta industrial, tal como hoy la conocemos,
sorprendente que mientras crece la vería su dominio debilitado en función
especulación popular acerca de lo que de las dinámicas económicas, socia-
el "ciberespacio", la "supercarretera de les y culturales de la sociedad capita-
la información" y las "Infraestructuras lista.
Nacionales de Información" significan
para el futuro de las ciudades, los Pero voy a argumentar en contra
debates tiendan a permanecer perdi- de muchos de estos supuestos sobre
dos en una nube de excitada hipérbo- las relaciones ciudad-telecomunica-
le y propaganda. Hasta ahora, muchos ciones, especialmente en contra de
generan más ruido de lo que en rea- aquellos que abundan en los medios
lidad aportan (Burnstein y Klein, 1995), de comunicación y que aportan mu-
siendo, a menudo, extremadamente cho menos que los pronósticos tecno-
simplistas, asumiendo presunciones lógicos pobremente informados. A
injustificadas sobre los actuales avan- menudo, tales supuestos están dirigi-
ces de las telecomunicaciones y su dos a atraer la atención de los medios
impacto en las ciudades. y a generar ventas y glamour para los
equipos tecnológicos. Enormes y pode-
Un claro producto de esas presun- rosos intereses vinculados a las flore-
ciones es la reciente encuesta (The cientes industrias de las comunica-
Economist, 1995) que anuncia apresu- ciones, la computación y los medios
radamente "la muerte de la distan- de comunicación se ven obviamente
cia" debido al mejoramiento de las beneficiados por la promoción de los
telecomunicaciones. En este escena- actuales cambios tecnológicos como
rio de repeticiones, la caída de los transformadores del mundo (y, por
costos de comunicación, combinados supuesto, del mejoramiento del mundo)
con la rápida convergencia de la com- en una simple relación causa-efecto.
putación, las comunicaciones y las El dominio de esta hipérbole ha per-
tecnologías de los medios de comuni- mitido el establecimiento de cinco
cación de masas en la "telemática", mitos, que se han filtrado del debate
son vistos como la "única y más im- popular (y, en una extensión sorpren-
portante fuerza económica que mol- dente, del académico) en torno del
deará la sociedad en la primera mitad tema acerca de las telecomunicacio-
del próximo siglo" (The Economist, 1995, nes y su relación con el futuro de las
p.5). Tales "fuerzas" tecnológicas son ciudades. Cuando menos, éstas son
percibidas por una gran mayoría como sobre-simplificaciones peligrosas;
las creadoras directas de una econo- cuanto más, no son sino fabricacio-
mía, sociedad y cultura mundial, ver- nes. En un libro reciente (Graham y
daderamente globalizada. Dentro de Marvin, 1996) intentamos llevar a cabo
esta visión, el lugar y la localización una exploración respecto de por qué

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estos mitos se habían vuelto tan pre- un papel cada vez más importante en
dominantes y, sistemáticamente, in- la reconfiguración de su desarrollo.
tenté abordar cada uno de ellos, a la Más aún, es usual que dentro de es-
luz de las últimas teorías sobre la tas perspectivas haya una clara no-
compleja interrelación entre tecnolo- ción de que el capitalismo está en el
gía y sociedad. centro de las transformaciones hacia
algún tipo de "sociedad de la informa-
II. EL MITO DEL DETERMINISMO ción" (Lyon, 1988; Webster, 1995), "so-
TECNOLÓGICO ciedad postindustrial" (Bell, 1973),
"edad de la información", o de una más
general "revolución de las comunica-
Primero, existe el mito del determi-
ciones" (Williams, 1983) o La "Terce-
nismo tecnológico. De una manera
ra Ola" (Toffler, 1980) que se extien-
más frecuente de lo que se piensa,
den por sobre la sociedad urbana glo-
en el centro de la investigación social
bal. El amplio "impacto urbano de
sobre tecnologías y ciudades (Mansell,
origen tecnológico" refleja de manera
1994), las nuevas tecnologías en tele-
muy cercana la visión del "sentido
comunicaciones son vistas como la
común" y la experiencia del cambio
causa directa de los cambios urbanos. tecnológico, particularmente dentro de
Esto se debe a la "lógica" o cualidades la cultura occidental.
intrínsecas de los canales de comuni-
cación como espacios de trascenden-
cia. Así, las fuerzas que se desgranan Pero tales experiencias y tales apro-
a partir de las nuevas innovaciones ximaciones son inútiles. Esto debido
en telecomunicaciones son observa- a que ellas sugieren que el desarrollo
das como si tuvieran alguna autono- tecnológico de alguna manera está
mía de los procesos sociales y políti- separado de la sociedad, antes que
cos (Winner, 1978), lo que Stephen Hill considerarlo como algo que ha sido
llama una "aparente e intrínseca diseñado, aplicado y formado dentro de
inevitabilidad tecnológica" (Hill, 1988). contextos políticos, sociales, económi-
Invariablemente, bajo esta perspecti- cos y culturales específicos. De he-
va, las telecomunicaciones modernas cho, los efectos de las telecomunica-
son vistas como un "shock", una "ola" ciones son mucho más complejos de
o una "revolución" que impacta o está lo sugerido por estas perspectivas. En
a punto de impactar a las ciudades. primer lugar, el diseño y la produc-
En estos escenarios, por consiguien- ción de las telecomunicaciones está
te, se asume que los cambios urba- fuertemente influenciado por lo social,
nos actuales y futuros están a menu- económico y cultural. Grandes corpo-
do determinados por los cambios tec- raciones transnacionales son los be-
nológicos en una relación simple y neficiarios dominantes del estado glo-
lineal de causa y efecto. bal de las redes telemáticas. Ellas han
ganado el acceso a la fibra óptica y las
redes privadas; por el contrario, aque-
El uso de modelos simples de dos llos que permanecen en ghettos des-
etapas para describir cambios en las ventajosos tienen suerte si logran
ciudades y la sociedad es a menudo el acceder a una línea telefónica. Por el
soporte central de tal determinismo
lado del consumo, los grandes conglo-
tecnológico. Las ciudades son vistas
merados mediáticos están desarrollan-
como colocadas en una nueva "edad",
do actualmente tecnologías digitales
donde las telecomunicaciones tienen
dirigidas al uso particular por parte

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de grupos "seleccionados" para que Nosotros encontramos muchas re-
estos puedan acceder a servicios pa- laciones entre el desarrollo del siste-
gados (de información, telecompras y ma telefónico y la calidad de la vida
urbana, siendo evidente que las rela-
telebanca).
ciones cambian con el tiempo y con el
nivel de penetración del teléfono. El
En segundo lugar, este sesgo no mismo dispositivo en una primera
modela todos los efectos tecnológicos etapa contribuyó al crecimiento de los
en todos los lugares. Una vez que las grandes centros urbanos y en una
etapa posterior, al desarrollo de mi-
tecnologías están disponibles, las lu-
gración suburbana. El mismo disposi-
chas políticas y sociales pueden re- tivo, cuando es escaso, sirve para
dirigir su aplicación y cambiar sus acentuar la estructura de barrios dife-
efectos de hecho en cada caso, tal renciados. Cuando se vuelve una faci-
como las influencias políticas y socia- lidad disponible para todos, no obs-
les pueden redirigir la conformación tante, éste reduce el rol geográfico del
de las políticas urbanas y el medio barrio.
construido en las ciudades. Esto quie-
re decir que los efectos de la tele-
mática en las ciudades pueden depen- III. EL MITO DE LA DISOLUCIÓN
der significativamente de cómo ellos URBANA: EL “SUEÑO DE
están social y políticamente construidos. CUALQUIER COSA, EN
Las tecnologías sólo tienen "efectos" a CUALQUIER PARTE Y EN
través de las vías específicas por las CUALQUIER MOMENTO”
cuales se entraman en las relaciones
sociales, económicas y culturales. Por El segundo mito es el que señala que
ejemplo, en las redes computacionales las ciudades simplemente tenderán a
que sustentan las transacciones fi- disolverse, debido a que las nuevas
nancieras en tiempo real entre Lon- tecnologías de la comunicación per-
dres, Nueva York y Tokio, pueden ser mitirán la descentralización de las
tecnológicamente muy similares a las funciones urbanas en un mundo don-
redes usadas por el sindicalismo in-
de toda la información estaría disponi-
ternacional o las organizaciones no
ble todo el tiempo, en todo lugar y para
gubernamentales. Pero las diversas
todas las personas. La eventual emer-
maneras en que la acción social se
gencia de una red de fibra óptica
mezcla con el apoyo técnico en ambos interactiva, integrada y ubicua es
casos permite que cada uno tenga usualmente vista como la clave tec-
efectos urbanos diferentes. Debemos nológica de este proceso, caracteriza-
entonces tomar conciencia del hecho do por su aparente ilimitada capaci-
de que las relaciones entre las ciuda- dad para proporcionar entretenimien-
des y las telecomunicaciones son com- to, trabajo, cultura, administración,
plejas e indeterminadas y de que pue- salud e interacción social.
den existir efectos muy diferentes en
distintos espacios y tiempos. Resulta
instructivo mirar atrás, hacia la en- Como resultado de ello, la geogra-
cuesta de Ithiel de Sola Pool (1977) fía, la proximidad y las dinámicas
sobre las relaciones entre la ciudad y espaciales cesarían de importar del
el teléfono. Allí, él concluyó que: todo o tenderían a poseer una signi-
ficancia cada vez más reducida. Este
sueño de "cualquier cosa, en cualquier

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lugar y en cualquier momento", y la serán las más grandes, sino las más
presunción de que esto implicaría el inteligentes". Aun Marshall McLuhan
colapso de las ciudades modernas, es creía que la emergencia de la "aldea
central, al menos implícitamente, para global" implicaba que la ciudad –como
la mayor parte de las visiones una forma de grandes dimensiones–
futuristas. Como Andy Gillesie (1992) debía inevitablemente disolverse, tal
argumenta, "en todas... las visiones como el sonido de un disparo que se
utópicas, los impactos descentraliza- extingue gradualmente en una pelí-
dores de las tecnologías comunicativas cula" (McLuhan, 1964).
permanecen como no problemáticos y
autoevidentes". Las predicciones so-
No obstante, hoy comienza a verse
bre disolución urbana requieren ma-
con claridad, tal como Jean Gottmann
yor atención. En el escenario de la
afirmó "no se deduce necesariamen-
influyente obra de Alvin Toffler, "La
te [de los mejoramientos en las tele-
Tercera Ola", por ejemplo, la gente se
comunicaciones] que la ciudad com-
liberaría de tener que vivir en una
pacta haya quedado obsoleta y los
ciudad, pudiendo escapar a una idílica
asentamientos se dispersen en el
vida rural dentro de una "cabaña elec-
campo" (Gottmann, 1990). El
trónica" (Toffler, 1980). El gurú del
teletrabajo, por ejemplo, está crecien-
ciberespacio del MIT (Massachusetts
do; sin embargo, éste se ha adoptado
Institute of Technology), Nicolás Ne-
más bien como una manera de
groponte, predice que "la transmisión
flexibilizar los patrones de trabajo al-
de un lugar en sí mismo comenzará a
rededor de las grandes ciudades que
ser posible a través de la nueva rea-
como una forma de apoyar una mi-
lidad virtual y las tecnologías de las
gración masiva de teletrabajadores de
telecomunicaciones, desentrañándose
tiempo completo a cabañas electróni-
así el sostén localizador de lugares
cas en ubicaciones remotas (Gillespie
especiales como las ciudades" (Negro-
et al., 1995).
ponte, 1995). Antony Pascal extiende
esta predicción sugiriendo que "con
el paso del tiempo [vendrá la] regula- De hecho, la urbanización alrede-
ridad espacial; el sistema urbano con- dor del mundo continúa descompasa-
vergerá, aun cuando nunca logre real- da y, si ésta se mueve en algún sen-
mente completa uniformidad areal" tido, es acelerándose antes que mode-
(Pascal, 1987). Para Pascal, por consi- rándose. En todos los continentes se
guiente, las ciudades se "desvanece- espera que la proporción de población
rán" en la medida en que su 'razón de que vive en grandes áreas urbanas
ser´ –el contacto cara a cara– sea aumente entre 1994 y el 2025. Entre
sustituido por las redes y espacios estas fechas, se presume que la pro-
electrónicos. Nuevas sociedades rura- porción de la población global que re-
les emergerían, desde el momento en side en áreas urbanas se incremente
que las personas comiencen a ejer- desde 45 a 61%; en Europa, desde un
cer su nueva libertad para ubicarse 73 a un 83%; en América Latina,
en pequeñas y atractivas localidades desde un 74 a un 85%; en África, desde
más adecuadas a sus necesidades. "Si un 34 a un 54%; en Norteamérica
las ciudades no existen", escriben los desde un 76 a un 85%, y en la región
futuristas Naisbitt y Aburdene (1991), del Pacífico, desde un 70 a un 75%
"no será necesario inventarlas... las (Steele, 1996). En este sentido y tal
ciudades verdaderamente globales no como lo demostrara el Congreso
Habitat II de la ONU, las

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"megaciudades" –particularmente en mos, pues, en este punto, extender las
el hemisferio sur– parecen estar cre- sugerencias de Gottmann acerca de la
ciendo extremadamente rápido. relación entre el teléfono y la complejidad
urbana. El escribió:
En franca oposición a los profetas
de la disolución urbana, pienso que la El teléfono provee, cuando es necesa-
rio, de comunicación verbal cuasi-in-
globalización y los desarrollos en la
mediata entre todas las unidades
telemática actualmente tienden a
interdependientes a costos mínimos...
recomponer muchas de las ventajas Hubiese sido muy difícil para todas
existentes en las grandes metrópolis. La esas redes [ciudades] complejas e
especificidad propia de la urbe tie- integradas el trabajar al unísono sin
ne mucho que ver, como siempre ha el teléfono, el cual ha hecho posible
sido, con la manera en que la ciudad la constante y eficiente coordinación
facilita todo tipo de comunicaciones e de todos los sistemas de la gran ciu-
dad moderna... El teléfono ayudó a la
intercambios, tanto los
ciudad a ser más grande, mejor y más
telemediatizados como los cara a cara. excitante (Gottmann, 1977, pág. 312).
Esta perspectiva sugiere que no es
accidental el hecho de que el uso de
las telecomunicaciones esté crecien- Aunque esto se refiere al teléfono,
do al mismo tiempo que crece el domi- nosotros podemos ahora replantear su
nio de las grandes regiones urbanas afirmación y ampliarla a: "teléfonos y
en el mundo. El dominio urbano de la telemática".
inversión y el uso de telecomunica-
ciones apoyan esta idea. Para el 15% Si bien tales tendencias no anun-
de la población francesa, el área de cian el fallecimiento de las grandes
París recibe un 80% de la inversión ciudades, tienen a menudo conse-
en telecomunicaciones. Para el 10% cuencias claras para la forma urba-
de la población nipona, Tokio posee na. A través de su soporte a la "com-
un 30% de los computadores japone- plejidad extendida" de los sistemas de
ses y, de hecho, hay en ella más te- ciudades a nivel mundial, los víncu-
léfonos que en toda el África los de la telemática avanzada tienden
subsahariana (Graham and Marvin, a facilitar el desarrollo de "regiones
1996). Tal como sucedió con genera- urbanas extendidas", antes que el de
ciones más tempranas de tecnologías ciudades compactas como ha sido tra-
comunicativas, tales como el teléfo- dicional. Con sus constelaciones
no, el cine y el telégrafo, una intensa policéntricas, de centros distribuidos
concentración de las telecomunicacio- a través de grandes áreas, tales re-
nes y las redes computacionales faci- giones urbanas extendidas se están
lita volviendo la norma.
dos cosas en las ciudades.
En segundo lugar, la telemática
Primero, la telemática viene a in- ayuda a extender los servicios urba-
tensificar los procesos establecidos en nos hacia las regiones interiores más
el tiempo, donde los "bits" de las ciu- distantes del hinterland. Ello permite
dades y los sistemas urbanos se en- la "acción a distancia" y el control re-
trelazan dentro de un sistema de tran- moto de las ciudades, posibilitando ex-
sacciones rápidas e integradas y divi- tender su dominio sobre lugares más
siones del trabajo con niveles de
complejidad cada vez mayores, sobre
distancias más y más remotas. Pode-

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y más distantes (pequeños poblados y La evidencia acumulada sugiere
áreas rurales). Esto cobra especial im- que la telemática puede ser usada,
portancia frente a las intensas incer- además, para entregar servicios de
tidumbres que levantan la volatilidad, rutina desde las grandes ciudades.
velocidad e impredictibilidad de la eco- Una encuesta reciente en los Estados
nomía global. En esta situación, las Unidos halló que las regiones asocia-
ciudades que lideran la jerarquía ur- das a grandes ciudades se estaban be-
bana global se vuelven aún más im- neficiando de las organizaciones de
portantes, como nudos centrales en servicios, como bancos y compañías
la reducción de riesgos, administra- de seguros, que usan las telecomuni-
ción de incertidumbres, coordinación caciones para entregar servicios al
financiera, inversiones, flujos de consumidor en regiones interiores y
medios y negociaciones institucio- lejanas, reduciendo así sus redes
nales. Tales ciudades se vuelven, en ramificadas en pequeños pueblos y
efecto, centros para la producción de áreas rurales (Office of Technological
conocimiento respecto de aquello que Assesment, 1995).
es escaso y de servicios de informa-
ción volátiles. Como Jean Gottmann Es claro, entonces, que necesita-
sugiere (1990), "en el mundo moder- mos movernos más allá de los con-
no, con la expansión y multiplicación ceptos peligrosamente simplistas que
de sus redes de relaciones y la espec- continúan alimentando el mito de la
tacular masa de bits que se producen disolución urbana. Esto debido funda-
e intercambian a través de estas re- mentalmente a que las ciudades y las
des [de comunicaciones], los servicios telecomunicaciones tienden a soste-
de información son rápidamente in- nerse en un estado de interacción re-
corporados como componentes esen- cursiva redefiniéndose una a otra de
ciales, de hecho como un pilar en la complejas y diversas maneras. Como
toma de decisiones transaccionales y lo mostrara Pool, en la cita anterior,
de la centralidad urbana". En la cima este complejo contingente de relacio-
de la jerarquía urbana global, ciuda- nes tiene una historia que se remon-
des como Londres, Tokio y Nueva York ta hasta los días de los orígenes del
alcanzan sus mayores niveles de do- telégrafo y del teléfono (tal como el
minio al ser centros de los mercados dominio urbano continuado de las
financieros globales, desempeñando inversiones y uso en telecomunicacio-
funciones corporativas de alto nivel nes lo dejan en claro). Grandes espa-
directivo y actuando como producto- cios urbanos mantienen densas re-
res de servicios de alto nivel (aún des de "copresencia", oportunidades
cuando estos sectores sean "minimi- transaccionales, economías de aglo-
zados" a través de la nueva tecnología meración, y acceso al trabajo, ser-
y el menor espacio de oficina utiliza- vicios, infraestructura y ventajas cul-
do). Como Michelson y Wheeler seña- turales y sociales "intangibles". No
laron (1994), "en tiempos de gran in- debemos olvidar tampoco el rol de las
certidumbre, selectas ciudades ad- grandes ciudades como ejes dentro de
quieren una importancia estratégica los flujos globales de migración, sus
como centros de comando y producto- funciones como centros de gobierno y
res centralizados de los mayores de- administración, su dominio de los
mandantes de información económica". medios globales y las industrias cul-
turales, su rol como centros industria-
les de punta para el turismo globa-

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lizado, conferencias y exhibiciones, y tado es ofrecido como un escenario
su rol clave como centros de innova- donde, como Eubanks cree (1994, p.
ción manufacturera. Esto no puede 42), habrá potencialmente grandes
–ni será– mediatizado por las tele- beneficios para todos". Jacques Mai-
comunicaciones, puesto que aquellos sonrouge (1984), por ejemplo, argu-
roles son soportes vitales para los menta que "la moderna capacidad de
negocios de alto nivel en una econo- procesamiento de la información crea
mía global, volátil y en riesgo; porque una sociedad donde todos tienen una
las nuevas culturas urbanas confían oportunidad equitativa de llegar a ser
en ellos y porque la vida social y los informacionalmente alfabetizados las
negocios cara a cara derivan de ellos. telecomunicaciones y el computador
Las ciudades son las arenas princip- están haciendo que la información sea
ales que congregan y albergan a las accesible para todos". Santucci, un in-
dinámicas crecientemente globaliza- tegrante oficial de la Comisión Euro-
das de la vida social, económica, cul- pea, predice que "una conciencia ver-
tural e institucional dentro de luga- daderamente planetaria nacerá del
res específicos. Los progresos en las estalecimiento mundial de super-
telecomunicaciones sólo ayudan a carreteras de la información, accesi-
avanzar en el proceso de desarrollo bles a todos los individuos" (Santucci,
urbano, ya sea apoyando nuevos nive- 1994, p. 16). La democracia electróni-
les de complejidad en las conexiones, ca, la ubicuidad en el acceso a la in-
o bien permitiendo a las ciudades formación, la superación de la discri-
extender su alcance hacia regiones minación, la invalidez y la fragilidad
interiores y hacia mercados globales. son también algunas de las prediccio-
nes más comunes que se agregan al
IV. EL MITO DEL ACCESO reciente discurso sobre el ciberespacio.
UNIVERSAL Por supuesto, una vez más, muchas
corporaciones de telecomunicaciones
y computacionales gastan vastas su-
El tercer mito es que el acceso social mas de dinero generando una ima-
a las nuevas tecnologías telecomu- gen positiva y benigna de sus produc-
nicacionales y servicios se expandirá tos, como parte de la ideología en de-
de tal manera, que llegará a ser ver- sarrollo de la era de la información
daderamente universal e igualitario. (Slack, 1987). Muchos debates acadé-
Muchas de las especulaciones futu- micos, acerca de la globalización y el
ristas acerca de las telecomunicacio- cambio hacia redes sociales tele-
nes y las ciudades tienden por lo ge- matizadas, parecen implicar de ma-
neral a desarrollar una perspectiva de nera similar algún grado de uniformi-
relativo optimismo respecto de los dad en estos procesos. El acceso uni-
futuros "impactos" de las telecomuni- versal a la tecnología está asumido o
caciones sobre las ciudades y la vida implícito en todos ellos. Incluso, como
urbana. A menudo, estos entusiastas lo afirma Doreen Massey, cuando se
comentarios ofrecen atormentadas invoca el concepto de compresión del
visiones de cómo los notables adelan- tiempo y del espacio en mucho de los
tos que se producirán gracias a las debates críticos, se le presenta de tal
nuevas tecnologías determinarán los manera, que resulta "un concepto sin
estilos de vida futuros, los que serían mucho contenido social" (Massey,
incalculablemente mejores que los ac- 1993, p. 59).
tuales. Casi siempre, este futuro es-

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La evidencia actual sugiere, no nicaciones e información de todo tipo.
obstante, que tales predicciones se De esta manera, resulta evidente que
encuentran en directa confrontación las imágenes benignas de las teleco-
con la realidad urbana contemporánea. municaciones tienden a ignorar el he-
Como lo señala Pedersen, se corre el cho de que el acceso a estas redes y
peligro de que aquello que él ha lla- servicios tiene, para ciertos grupos,
mado "el radical ideal democrático de un creciente e importante sentido,
una sociedad de la información", po- donde el poder se ejerce sobre el es-
pularizado por las visiones utópicas, pacio, el tiempo y las personas. Como
"pueda constituirse en un mito" (Pe- lo señala Eric Swyngedouw, "la cre-
dersen, 1982, p. 254). Las sociedades ciente libertad y la liberalización del
urbanas parecen estar volviéndose espacio, como resultado de nuevos
cada vez más desiguales y no menos modos de mobilidad que experimen-
desiguales, tanto a escala intraurbana tan algunos, puede conducir a la pér-
como interurbana e internacional. dida de poder y la relativa exclusión
Para una gran proporción de la pobla- de otros. Lo que, a su vez, puede acen-
ción occidental, dejando aparte a las tuar las desigualdades económicas y
ciudades del Tercer Mundo, los deba- sociales" (Swyngedouw, 1993, p. 322).
tes acerca de unir los hogares a Inter-
net o la "supercarretera de la infor- Se está haciendo nítido, en gene-
mación", son mera ciencia-ficción, ral, que aquellos grupos sociales con
dada las demandas de comida, vestua- acceso a la telemática sofisticada co-
rio y calefacción que los aquejan. mienzan a trascender los límites físi-
cos y los ritmos asociados a la vida
Asímismo, las desigualdades de re- urbana tradicional. Es posible acceder
quisitos para estar "en línea" son pro- a servicios, amenidades y trabajos a
fundas, penetrantes y posiblemente través del espacio electrónico sin (ne-
crecientes: ya sea al acceso físico a cesariamente) moverse en el espacio
las comunicaciones y a la infraestruc- físico (a través del teletrabajo, las
tura eléctrica; a los fondos para pagar telecompras, la telebanca, etc.). De
la conexión y los costos de uso; a la manera tal que lo que Hägerstrand
capacidad de pagar por computadores, (1970) llamó "coreografía tempo-espa-
modems y cargos de servicio; o a la cial" de la vida cotidiana, no se limita
alfabetización, habilidades y entrena- exclusivamente a los espacios físicos
miento en el uso de esos servicios urbanos. Para muchos (usualmente
(Massey, 1993). Estas desigualdades aquellos que tienen una alta movili-
son importantes, porque ellas influ- dad física), esto también abarca el uso
yen en la capacidad de las personas de una multitud de redes electróni-
para participar en modas significati- cas y espacios tales como teléfonos,
vas, dentro de sociedades basadas cre- facsímiles y correo electrónico que son
cientemente en la información. Pero usados para mantenerse en contacto,
ellas son también importantes, por- así como computadores distantes que
que las elites sociales (usualmente soportan las pequeñas transacciones
masculinas), que tienen mayor acce- de cada día, y los medios de masas,
so a estas redes, son capaces de usar- que en sí mismos comienzan a tomar
las para reforzar sus privilegios socia- la forma de redes electrónicas glo-
les y, en muchos casos, su dominio bales.
sobre aquellos a los cuales se les nie-
ga el acceso a todo tipo de telecomu-

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Hay evidencia de que este intenso amplio, considerando incluso las co-
contacto basado en la tecnología puede nexiones de tipo Ethernet como parte
"conectar" hogares de las elites des- de la planeación de la estructura bá-
articulándolas de sus ambientes so- sica de estas comunidades de planifi-
ciales inmediatos dentro de los espa- cación centralizada. El resultado pue-
cios urbanos. En algunas ciudades de de ser un paisaje urbano de profunda
Estados Unidos (como Los Angeles), fragmentación, donde las nuevas tec-
parece ser que los espacios públicos nologías se enredan en la producción
donde interactuaban los diferentes de nuevas estructuras urbanas "celu-
grupos sociales se han ido perdiendo lares", basadas en la prevención del
y han sido reemplazados por espacios contacto entre las elites y aquellos que
de consumo seguros y privatizados (los se juzgan como no pertenecientes a
malls), por una creciente comunica- sus espacios.
ción electrónica entre hogares fortifi-
cados (en enclaves comunitarios se- Por supuesto, el relato es muy di-
guros) y, por supuesto, el auto privado ferente para aquellos que permane-
como el (cada vez más fortificado) cen espacialmente atrapados en los
transporte entre el trabajo, el hogar y el ghettos urbanos y con poco acceso, si
mall (Sorkin, 1992). Manuel Cas- acaso tienen alguno, a los espacios
tells, en este sentido plantea que: electrónicos disponibles vía redes
telemáticas. Como lo sugiere Michael
Los hogares... están siendo equipa- Dear (1993, p. 27), con la telemática,
dos con un mundo de imágenes, soni- las coordenadas de "tiempo y espacio
dos, noticias e intercambios de infor- se han ensanchado a dimensiones
mación autosuficientes... Los hogares
aún desconocidas" para los grupos de
pueden disociarse de los vecindarios
y ciudades y aún así no estar solita- elite altamente móviles, mientras que
rios, en lugares aislados. Ellos esta- para las minorías, para los pobres, los
rán poblados de voces, imágenes, so- discapacitados y las mujeres, el pris-
nidos, ideas, juegos, colores y noti- ma del tiempo y del espacio se cierre
cias (Castells, 1985). rápidamente hasta convertirse en
una "prisión tempo-espacial". Las fron-
Tales tendencias hacia el "encapsu- teras entre estas diferentes áreas
lamiento" son alentadas por el cre- sociales en las ciudades pueden ser
ciente temor frente al crimen y la vio- consideradas como límites sociales en
lencia, así como por la proliferación dos sentidos: un límite físico y otro
de comunidades planificadamente en- electrónico. Con las telecomunicacio-
rejadas, tan comunes hoy en día en nes en creciente desarrollo y de
los Estados Unidos (Dillo, 1994). acuerdo con la lógica del libre merca-
do, los amplios desequilibrios sociales
frente al acceso a las redes y servi-
Estas tendencias muestran pertur-
cios son una parte intrínseca de su
badoras pistas respecto de la manera
desarrollo actual. En consecuencia,
en que la telemática puede ser usada
mientras algunos ven a las telecomu-
para apoyar una mayor fragmentación
nicaciones como "tecnologías de liber-
y polarización social dentro de las ciu-
tad" (Pool, 1983), yo plantearía que
dades. Así, pues, una intensa seguri-
ellas sólo tienden a ofrecer libertad a
dad física y electrónica cierra estos
aquellos grupos sociales ya poderosos.
"enclaves urbanos" a un mundo más

14 eure

 
Las telecomunicaciones y el futuro de las ciudades: derribando mitos
Stephen Graham

 
Las diversas formas por las cuales próxima "sociedad encablada", sugie-
las telecomunicaciones están social- re que los espacios físicos congestio-
mente estructuradas implican que di- nados y contaminados de las ciudades
chas desigualdades y diferencias son serán en el futuro vencidos por el
complejas, puesto que no derivan en- crecimiento del uso de las telecomu-
teramente de las desigualdades de las nicaciones las que reemplazarían el
redes económicas globales ni de la transporte físico y la necesidad de
distribución desigual de la riqueza. proximidad (Martin, 1978).
Las relaciones entre el acceso, el grado
según el cual las personas usan las En la realidad, sin embargo, los flu-
telecomunicaciones y el poder son jos del transporte y las telecomunica-
complejas. Por una parte, por ejemplo, ciones tienden a crecer juntos y a
muchos trabajadores respaldan ofici- reforzarse mutuamente. Existen tres
nas de información en naciones como aspectos involucrados en esta coevo-
Filipinas, Jamaica e India y se comu- lución. Primero, se ha reconocido
nican de manera muy significativa, ampliamente que, antes que sustituir
pero tienen poco o ningún poder como el viaje, las telecomunicaciones pue-
resultado de ello (Massey, 1993, p. 31). den generar o inducir a nuevas de-
Sus trabajos aún tienen bajos suel- mandas para el movimiento físico. Los
dos, son riesgosos para la salud y se flujos eléctricos son capaces de actuar
efectúan bajo una estricta disciplina como poderosos generadores o induc-
militar. Por otra parte, incluso una tores del movimiento, tanto a nivel de
conexión de banda de baja amplitud a los flujos físicos como de los espacia-
Internet puede hacer una significati- les. Las redes de telecomunicaciones
va diferencia para grupos activistas y pueden ayudar a aumentar los espa-
demostraciones populares, colocando cios conceptuales e informacionales de
sus temas en la agenda de los medios una persona o una firma. Mokhtarian
globales, como lo comprueban la re- (1988, p. 283) señala que, al "hacer
ciente experiencia de los rebeldes de realmente más accequible la informa-
Chiapas y las demostraciones de los ción acerca de las actividades exter-
estudiantes de la Plaza de Tiananmen. nas y las oportunidades de interacción,
las telecomunicaciones crean el de-
V. EL MITO DE LA SIMPLE seo de participar en aquellas activi-
SUSTITUCIÓN DEL TRANSPORTE dades y oportunidades, estimulando,
POR LAS TELECOMUNICACIONES en consecuencia, el viaje y el com-
promiso con ellas". Tal como el correo
El cuarto mito abunda en los escritos electrónico, el facsímil y el teléfono
futuristas y deterministas acerca de efectivamente incrementan el número
las ciudades: la presunción de que las de participantes en las redes de nego-
telecomunicaciones ofrecen limpias y cios o recreación, esto puede crear una
desmaterializadas soluciones que lle- demanda de formas de interacción
varían a una sustitución de aquellos entre los participantes de la red de
materiales de conmutación y conta- mejor nivel y mayor distancia basado
minación perjudiciales para los espa- en las relaciones interpersonales. Lo
cios físicos. Las redes telemáticas han anterior crea una demanda por una
sido llamadas incluso la "gasolina al- copresencia física conducente a nue-
ternativa". En esta línea, James Mar- vas formas de viajes materiales que
tin, en su predicción acerca de la ya pudieron no haber tenido lugar sin el
vínculo de las telecomunicaciones. El

eure 15

 
Las telecomunicaciones y el futuro de las ciudades: derribando mitos
Stephen Graham

 
desarrollo de redes de trenes, auto- mejoras en estos sistemas de control
móviles y líneas aéreas más econó- tienen importantes implicancias para
micas y rápidas permite que ocurran el aumento de la capacidad, efectivi-
estos viajes interurbanos. dad, seguridad y para la reducción del
costo de las redes de transporte.
Segundo, la substitución del viaje
por el teletrabajo, la telecompra, etc., El nuevo rol de control, supervisión
no es nunca un proceso simple. El con- y adquisición de datos que poseen las
cepto de una asignación personal para telecomunicaciones puede aumentar
tiempo de viajes relativamente cons- el atractivo de viajar (Cramer y Zeg-
tante implica que "el resultado natu- veld, 1991). Los nuevos sistemas com-
ral de reducir los viajes gracias a la putarizados de registro y pago de via-
telecomunicación es que se crearán jes hacen muy fácil la obtención de
viajes adicionales en forma información y el pago de un pasaje
compensatoria para ocupar el tiempo aéreo. A su vez, métodos más efecti-
de viaje presupuestado" (Mokhtarian, vos de administración de las redes de
1988, p. 283). En este caso las teleco- viajes pueden ayudar a aumentar la
municaciones no necesariamente es- eficiencia de las redes de transporte
timulan los viajes; pero, al reducir el en todo nivel –terrestre, ferroviario,
tiempo dedicado a ellos, liberan tiem- aéreo– bajando los costos y aumentan-
po para aumentar viajes con otros pro- do el atractivo del viaje como op-
pósitos. Los teletrabajadores, pueden ción. También se ha hecho cada vez
viajar mayores distancias que antes, más evidente que las nuevas tecnolo-
porque hacen viajes más largos por gías informáticas aplicadas al trans-
motivos de esparcimiento social y de porte terrestre proveen de formas para
compras durante el día de trabajo. Es- superar los problemas de las vías con-
tas conclusiones encuntran asidero en gestionadas y aumentar la capacidad
análisis de largo plazo de las relación efectiva de estas redes, en una frac-
entre las telecomunicaciones y los ción del costo que tiene construir una
viajes (ver Graham y Marian, op cit., infraestructura de transporte entera-
Capítulo 6). mente nueva (Hepworth y Ducatel,
1992).
Tercero, las telecomunicaciones
también contribuyen al fortalecimien- VI. EL MITO DEL MENOR
to de las redes de transporte al au- PODER LOCAL
mentar la eficiencia, seguridad y
atractivo de los diferentes medios de
El último mito es que los modelos del
transporte. A través de la historia, "el
"shock", "ola" o "revolución" a través
transporte siempre ha estado a la
de los cuales se analiza el impacto de
vanguardia en la aplicación de nue-
las telecomunicaciones sobre las ciu-
vas comunicaciones, porque el con-
dades, conceden un mínimo poder a
trol de los mensajes debe exceder la
lo local, el cual aparece como incapaz
velocidad de transporte, permitiendo
de alterar el "destino" inminente al
un efectivo ajuste a lo atrasos, crisis
que conducen las fuerzas de la tecno-
y accidentes" (Boettinger, 1989, p.
logía. El énfasis en la tecnología autó-
288). El transporte, en todas sus for-
noma, los escenarios positivos y las
mas, está controlado telefónicamente
ciudades futuras sugieren que los
y por líneas de datos de despacho y
debates analíticos y políticos se cen-
control de tráfico. De tal modo que las

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Las telecomunicaciones y el futuro de las ciudades: derribando mitos
Stephen Graham

 
tran alrededor de cómo la sociedad debe y las redes de fibra óptica, tienen el
adaptarse y aprender a vivir con propósito de posicionar a las ciudades
los efectos del cambio basado en las como sitios globales para la inversión
telecomunicaciones, antes que con- y competitividad telecomunicacional,
centrarse en los caminos por los cua- dirigidas a servicios multinacionales
les estos efectos pueden ser alterados y corporaciones manufactureras.
o reformulados a través de iniciativas Roubaix, en Francia, ha basado com-
políticas. Implícitamente, los actores pletamente su estrategia de regene-
políticos y sociales en las ciudades ración urbana en el telepuerto apos-
contemporáneas tendrían poca o nin- tando a colocarlo "sobre las redes del
guna oportunidad de dar forma al de- futuro". Segundo, las ciudades han
sarrollo de las telecomunicaciones desarrollado sistemas computaciona-
dentro de las ciudades. Como lo seña- les muy populares, las redes cívicas
lara Robert Warren, "las proyecciones "Freenet", y cerca de 2.000 de las lla-
benignas dan pocas señas de que exis- madas "ciudades virtuales", como la
tan a este respecto cuestiones políti- Ciudad Digital de Amsterdam, que se
cas significativas que deban conside- basan en Internet (Mitchell, 1995).
rarse dentro de la agenda pública" Estas tienen el propósito de impulsar
(Warren, 1989, p. 345). un desarrollo "endógeno" de las ciuda-
des, utilizando la telemática para in-
Sin embargo, existe de hecho un tentarlo, y de reconectar los fragmen-
creciente interés a nivel mundial por tos económicos, sociales y culturales
la utilización urbana de las telecomu- que son características crecientes de
nicaciones como herramientas políti- las ciudades contemporáneas. Terce
cas para el desarrollo económico, so- ro, muchas ciudades están llevando a
cial y cultural (Graham, 1994). La tele- cabo innovadores programas de desa-
mática se ha vuelto un foco natural rrollo a través de los cuales los servi-
de la política en la medida en que los cios públicos entregan servicios vía
hacedores de políticas luchan por revi- redes (Graham y Martin, 1996). Final-
gorizar las economías de las ciudades, mente, estas ciudades son un intento
regenerar áreas urbanas, incorporar por establecer formas de colaboración
al mercado los espacios urbanos como a través de las regiones, naciones y
sitios globales para la inversión, diri- continentes, por medio del desarrollo
gir la polarización social y reestructu- de redes de comunicaciones computa-
rar los servicios públicos para afron- rizadas tal como la red "Telecities" en
tar futuras crisis de financiamiento. Europa. Estos se proponen apoyar los
intercambios de información y un lo-
bby coordinado.
Tales políticas conducen a amplias
variaciones en la forma en cómo las
telecomunicaciones son configuradas
socialmente en diversas ciudades. Así,
pues, se pueden destacar cuatro áreas
donde la telemática y las telecomuni-
caciones emergen como clave en la
política focal. Primero, las ciudades
han intentado desarrollar "telepuer-
tos", como el telepuerto de Nueva York.
Tales iniciativas, producto de la con-
vergencia entre el desarrollo satelital

eure 17

 
Las telecomunicaciones y el futuro de las ciudades: derribando mitos
Stephen Graham

 
VII. CONCLUSIONES: ESPACIOS formas más avanzadas de telecomu-
ELECTRÓNICOS, ESPACIOS nicaciones. De hecho, el transporte y
URBANOS los flujos de comunicaciones, la vida
urbana cara a cara y el intercambio
Los debates acerca de las ciudades y electrónico, tienden a alimentarse
las telecomunicaciones tienen una mutuamente en ciclos de retroalimen-
infortunada tendencia a ser –usual- tación positiva. Finalmente, tales pers-
pectivas deberían reconocer que las
mente de manera implícita– portado-
redes de telecomunicaciones avanza-
res de presunciones simplistas e in-
das son usadas como sistemas a tra-
justificadas. A menudo, esto consoli-
vés de los cuales las grandes corpora-
da mitos y ortodoxias que restringen
ciones y las elites ejercen el poder
severamente la comprensión de cómo
por sobre grupos con menor poder en
las ciudades y las telecomunicaciones
el espacio, en el tiempo y en lo social
interactúan entre si. El resultado es
(Castells, 1989).
que mientras parece claro que el cre-
cimiento actual de los intercambios
electrónicamente mediatizados inevi- Pero, por sobre todo, existe la ne
tablemente está llegando a ser un cesidad de comenzar a observar la
aspecto clave del desarrollo urbano ciudad contemporánea como una amal-
futuro, nosotros permanecemos en gama, donde los aspectos fijos, tangi-
una posición de análisis muy pobre bles y visibles de la vida urbana
de cómo exactamente estos intercam- interactúan permanentemente con lo
bios y el cambio urbano parecen vin- intangible, con transacciones media-
cularse uno a otro. tizadas electrónicamente, que operan
a través de escalas cada vez más
amplias. Las construcciones fijas en
Pienso que los mitos anteriormen-
lugares urbanos que se vinculan a las
te mencionados deberían ser recha-
redes electrónicas y los "espacios"
zados y que es necesario establecer
parecen ser lo que define el urbanis-
perspectivas más sofisticadas. Sugie-
mo contemporáneo. La telemática
ro tres puntos iniciales para tales
perspectivas. Primero, es necesario
–el soporte de los espacios electróni-
aceptar que la sociedad y la tecnolo- cos– se entrama crecientemente en
gía se dan forma una a otra de mane- la construcción de ambientes en las
ra compleja. Se requiere, pues, de ciudades; también está llenando los
modelos teóricos que conceptualicen corredores entre ellos, así como las
lo social y lo tecnológico y que los estructuras claves que apuntalan el
comprendan como interacciones com cambio hacia redes urbanas y de
plejas y recursivas, antes que como infraestructuras globales. Juntos, los
dominios separados (por ejemplo, la diversos "espacios electrónicos" se
teoría de la red de actores desarrolla- amontonan en un escondido universo
da por, entre otros, Bruno Latour paralelo de zumbantes redes electró-
(Latour, 1987). Segundo, se debe to- nicas. Relativamente libre de las res-
mar conocimiento de que la concen- tricciones espacio-temporales, esta
tración en regiones urbanas, el flujo interacción se da con y en choque con
del transporte físico y la copresen- las tangibles y familiares dinámicas
cialidad dada por las relaciones cara de la vida urbana en una base de 24
a cara, no pueden ser simplemente horas por día y en todas las escalas
telemediatizadas o ser sustituidas por geográficas. Este mundo ensombrecido
de espacios electrónicos existe a tra-

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Las telecomunicaciones y el futuro de las ciudades: derribando mitos
Stephen Graham

 
vés de flujos instantáneos de electro- series de "puntos de entrada" tele-
nes y fotones dentro de las ciudades y máticos dentro de los efervescentes
a través de redes planetarias metro- mundos de los espacios electrónicos,
politanas. Estos flujos se encuentran es todavía un lugar significativo en tér-
virtualmente con todo lo que vemos y minos económicos, sociales y cultura-
experimentamos a medida que nos les. Esto es así especialmente cuando
aproximamos a nuestras vidas coti- recordamos que el acceso a las nue-
dianas, aunque todavía, como hemos vas tecnologías telemáticas tiende a
visto, muy pocos tienen conciencia de ser casi el exclusivo resguardo de po-
ello. derosas firmas, organizaciones y
elites sociales (usualmente masculi-
Pero estas nuevas tecnologías no nas), y que las desigualdades espacia-
implican un simple salto hacia una les en todos los niveles de dicho acce-
economía, sociedad y cultura teleme- so permanece extremadamente rígi-
diatizada. Más bien, parece estar das.
emergiendo una compleja articulación
entre la vida en los espacios urbanos Es útil ilustrar con algunos ejem-
y la vida en los espacios electrónicos. plos de este "estado de suspensión"
Así, William Mitchell cree que: entre la vida urbana cara a cara y la
interacción electrónicamente media-
Los espacios construidos serán vistos tizada. Así, pues, un viaje en auto,
crecientemente como sitios servidos tren, avión o bus y los flujos físicos
electrónicamente donde los bits se en- del agua, mercancías, bienes manu-
cuentran con el cuerpo. Donde la in- facturados y energía son apoyados en
formación digital se traduce a alguna paralelo por una red mundial electró-
forma perceptible sensorialmente vi- nica.Esta última monitorea, modela
sual, auditiva, táctil u otra, y vicever-
y controla los flujos físicos en curso
sa. Despliegues y sensores para pre-
sentar y capturar información serán sobre una base de "tiempo real". La
esenciales en las puertas (Mitchell, maraña del tráfico es ahora el pad
1994). para incontables conversaciones e
interacciones electrónicas. El desarro-
Como Kevin Robbins sugiere: llo de los mercados financieros elec-
trónicos ahora vincula los centros de
los capitales financieros globales a
A través del desarrollo de las nuevas
través del mundo "en tiempo real". El
tecnologías, nosotros estamos, de he-
cho, más y más abiertos a experien- mundo aparentemente sin vida de una
cias de desrealización y desloca- cuadra de oficinas en, digamos, la
lización. Sin embargo, continuamos ciudad de Londres, a menudo oculta
teniendo existencias físicas y loca- un "edificio inteligente", un centro en
lizadas. Nosotros debemos considerar un universo electrónico de flujos de
nuestro estado de suspensión entre capital, servicios, fuerza de trabajo de
ambas condiciones (Robbins, 1996). carácter global y permanente en el
lapso del día. Una sola cuadra de ofici-
En otras palabras, la ciudad contem- nas en Wall Street opera ahora como
poránea, a la vez que aloja vastas un nodo de transacciones electróni-
cas diarias estimados en tres mil
millones de dólares (United Nations
Research Institute for Social Deve-
lopment, 1995). Redes "de oficinas de

eure 19

 
Las telecomunicaciones y el futuro de las ciudades: derribando mitos
Stephen Graham

 
contrapartes" están en desarrollando- los paisajes y las vidas de las mismas
se a través de las cuales servicios ru- ciudades. Esto contrasta con la insi-
tinarios, como el procesamiento de da- nuación que forma parte de los deba-
tos y procesamiento de seguros, son tes populares acerca del ciberespacio,
distribuidos desde las periferias –a donde se le muestra como un todo in-
menudo ciudades del Tercer Mundo– tegrado, como un espacio electrónico
a los centros de las grandes ciudades único, globalmente interconectado y
como Londres y Nueva York. universalmente accesible. Lejos de
esto. De hecho, el propósito fundamen-
tal de las redes corporativas, de elite,
Los flujos de medios globales, como
militares, financieras y de vigilancia
la televisión satelital, están crecien-
es estar seguros, propietario y desco-
do rápidamente, vinculando ciudades
nectados de usuarios no autorizados.
dentro de un único e integrado siste-
El software, que hace de "cortafuegos",
ma cultural global. La vida cotidiana
separa las Intranet corporativas basa-
de un residente urbano deja un con-
das en la tecnología Internet, de aque-
tinuo set de "imágenes digitales" que
llas redes más amplias del "Internet
han sido registradas por diversas se-
público"; y aun esto se está
ries de sistemas de vigilancia: cáma-
rapidamente transformando en un do-
ras de circuitos cerrados de televisión,
minio electrónico de servicios de con-
sistemas de transacciones, informa-
trol corporativo. Tal como sucede con
ciones electrónicas de transporte te-
los espacios geográficos urbanos, en-
rrestre y otros similares. La fortifica-
tonces, el ciberespacio está experi-
ción de los vecindarios acaudalados
mentando muchas segmentaciones,
descansa en viejas murallas planas y
muchas divisiones sociales y muchas
rejas, conectadas con sofisticados sis-
luchas sociales. Hay "hoyos negros de
temas de vigilancia electrónicos (ta-
información" y "ghettos electrónicos",
les como el teléfono, el cable y las
donde los pobres permanecen confi-
redes telemáticas que permiten una
nados a la tradicional vida marginal
vida hogareña "fortificada" para vin-
de los físicamente excluidos, y hay in-
cularse al mundo). Los suburbios más
tensas concentraciones de infraes-
ordinarios de la mayoría de las ciu-
tructura en los centros urbanos y los
dades actúan ahora como un eje en la
suburbios de las elites que apoyan a
cacofonía electrónica de los flujos de
las clases corporativas y a las corpo-
imágenes y medios en aumento y en
raciones transnacionales. Y, como tam-
la creciente participación de las per-
bién ocurre en los espacios geográfi-
sonas en comunidades virtuales, a
cos, los resultados pueden ser "leídos"
menudo sobre bases globales. Las
como reflejos de procesos complejos,
"comunidades de interés" globales y las
donde las relaciones sociales, étnicas,
comunidades de base territorial se
de género y de poder juegan contra el
vinculan, pero de una manera que
telón de fondo de la globalizante eco-
sólo hoy estamos comenzando a ex-
nomía política del capitalismo.
plorar. Las políticas urbanas y sus
estrategias están crecientemente di-
rigidas a tratar de dar forma a ambos BIBLIOGRAFÍA
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Traducción realizada por Ximena Goecke


y Carolina Stefoni y que cuenta con
observaciones formuladas por Carlos A.
de Mattos y Francisco Sabatini.

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