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Mariem Claret Velazco García

20191110136.

Comportamiento de los países latinoamericanos frente a la Democracia y el papel de la


Carta Democrática Interamericana

En América Latina, la democracia se ha establecido con modalidades y procesos


diferentes, lo que nos ha llevado a entender que sin duda, cada país tiene un
comportamiento distinto frente a ésta. Ese comportamiento, muchas veces está
estrechamente sujeto a los cambios de la concepción de lo democrático, por lo tanto, el
comportamiento termina siendo distinto basado en los hábitos políticos de cada sociedad.

Los países latinoamericanos, cuentan con una historia repetida de fracasos democráticos
y es precisamente este contexto histórico es el que nos lleva a pensar que es de las
desigualdades y la insatisfacción institucional de donde nacen los temores a la vida
democrática en América Latina, otro aspecto que influencia en el comportamiento.

El proceso de democratización en algunos países latinoamericanos empezó antes o


después que otros pero los pasos fundamentales a la “vida democrática” se dieron en la
década de los 80s, cuando la mayor parte de los países suramericanos adoptaron la
democracia como la mejor forma de gobierno. Sin embargo, en mi opinión, ese proceso al
que llamamos “democratización” el paso del autoritarismo a una democracia, es un ciclo
que viven todas las naciones eventualmente, donde la democracia, es el objetivo o el
premio al final de la carrera.

Muchas democracias en América Latina no satisfacen los requisitos fundamentales para


ser llamadas democracias integrales, como garantizar los derechos políticos, civiles y
sociales de la ciudadanía, lo cual despertó mi curiosidad por concocer cuál es el
comportamiento de los ciudadanos de los países latinoamericanos frente a la democracia
para entender porqué muchas veces fracasa o es inconstante. Un ejemplo que conocemos
muy bien es Venezuela, un país que gozó de 30 años de democracia y hoy, vive bajo el
mandato de un gobierno corrupto y autoritario disfrazado de “democracia”.

Después de una investigación y recolección de información, muchos sociologos y


politólogos defensores de los derechos constitucionales opinan que en América Latina, la
democracia es un método de selección de élites y con ello un modo de resolución de los
conflictos que se dan en una sociedad, lo que define a la democracia como un instrumento o
“un medio para un fin”. Bajo esta definición no se puede hablar de fundamentos morales,
valores sociales ni derechos políticos. Si simplemente es solo un método o instrumento,
cuando deja de ser útil debe ser cambiado por otra cosa.

El 71% de los ciudadanos de países suramericanos que viven en democracias, reconocen


estar insatifechos, por lo que puede pensarse que a pesar de los últimos avances, resulta
difícil disociar la legitimidad del procedimiento de la eficacia gubernamental. Muchas
veces el funcionamiento de la democracia es percibido de acuerdo a sus resultados, por lo
que no resulta extraño encontrar un porcentaje elevado de personas que están de acuerdo
con aplicar mano dura o políticas autoritarias a los problemas de sus países.

Afortunadamente, existen mecanismos o instrumentos legales que se encargan de fijar


los lineamientos y reafirmar el principio democrático como guía y orden del sistema
interamericano, como es el caso de la Carta Democrática Interamericana, firmada en
septiembre del 2001 en el Concejo Permanente de la OEA. El documento establece cuáles
son los elementos de una democracia, como el respeto a los derechos humanos, la
separación de poderes y la libertad de expresión. Esto es anunciado textualmente en el
artículo 3:

Artículo 3: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre


otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al
poder y su ejercicio con sujeción al Estado de derecho; la celebración de elecciones
periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión
de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas;
y la separación e independencia de los poderes públicos.” Carta Democrática
Interamericana [CDI]. Artículo 3. 11 de septiembre 2001 (Perú)

Así mismo en el artículo 4:

Artículo 4: “Son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la


transparencia de las actividades gubernamentales; la probidad; la responsabilidad de
los gobiernos en la gestión pública; el respeto por los derechos sociales y la libertad
de expresión y de prensa. La subordinación constitucional de todas las instituciones
del Estado a la autoridad civil legalmente constituida y el respeto al Estado de
derecho de todas las entidades y sectores de la sociedad son igualmente
fundamentales para la democracia.” Carta Democrática Interamericana [CDI].
Artículo 4. 11 de septiembre 2001 (Perú)

Se tiende a pensar de una forma errada que, la Carta Democrática, sólo puede ser
invocada pero en realidad, siempre está vigente, no solo cuando un país presenta una crisis
política, su función es prevenirla. Al ponerse en marcha se hace un llamada a cumplir las
obligaciones que acordaron y aceptaron los miembros de la organización.

Hasta la fecha, ha sido invocada en diez ocasiones donde la primera vez que se aplica fue
en 2002 en Venezuela, durante la salida momentánea del gobierno del presidente Hugo
Chávez, otros países que han invocado el documento han sido Honduras, Ecuador, Bolivia,
Nicaragua y Perú. En siete ocasiones se aplicó preventivamente para impedir una crisis
politico-institucional, que podrían haber puesto en riesgo el proceso democrático o el
legítimo ejercicio del poder, que pudieran terminar como en otros dos casos donde se
aplicó, considerados momentos de rupturas del orden democrático.

La Carta Democrática Interamericana, aunque no tiene ni otorga permiso a la OEA de


interceder militarmente en los gobiernos donde se han incumplido sus linieamientos, sí
puede al no cumplirse, invocar uno de los artículos recientemente aplicado por primera vez
por Luis Almagro frente al gobierno de Nicolás Maduro, el artículo 20 le permite al
Secretario Genaral interceder en la situación:

Artículo 20: En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del
orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado
Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del
Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y
adoptar las decisiones que estime conveniente. Carta Democrática Interamericana
[CDI]. Artículo 4. 11 de septiembre 2001 (Perú)

Pero, ¿se cumple la Carta Democrática? Si nos basamos en las caídas de los índicadores
que muestran que la democracia en nuestra región ha experimentado un deterioro, podría
decirse que no se cumple en su totalidad. Por ejemplo, Urugay califica como “democracia
madura”, otros diez países son considerados “democracias con fallas”. Guatemala,
Honduras, Nicaragua, Bolivia y Paraguay son catalogados como regímenes híbridos. Por
otra parte, Venezuela y Cuba son calificados como autoritarios.

Los países latinoamericanos a pesar de todo lo descrito anteriormente, aún poseen un


concepción positiva de la democracia y es justo que su comportamiento frente sea de
carácter practico para alcanzar el bienestar económico sin embargo, no debe olvidarse los
valores y derechos que la Carta Democrática rescata.

Esta es, a mi parecer, importante para la definición de los elementos esenciales de la


democracia y su ejercicio y a su vez, para establecer las reglas de los mecanismos de
defensa de la democracia. Jurídicamente está en un terreno político donde dependiendo del
momento, lo político es más importante que el cumplimiento de ésta, por eso actúa más
bien como una negociación o gestión diplomática, lo que permite pensar que su papel
podría ser más activo por el bien de los países pertenecientes a la OEA.

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