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E-LEARNING, su Reconocimiento y Aprovechamiento en la Educación Virtual

La utilización de tecnologías de información y comunicación TIC hoy por hoy es uno de

los temas más relevantes en el ámbito educativo pues, el aprendizaje no es ajeno a los cambios

tecnológicos, razón por la cual el E-learning toma cada vez más fuerza como último paso de la

evolución de la educación a distancia (Boneu, 2007), al proporcionar la oportunidad de crear

ambientes que dinamizan y favorecen el proceso de enseñanza – aprendizaje y el aprendizaje

autónomo; ya que, a través del enriquecimiento de las habilidades relacionadas con el uso

efectivo y apropiado de las tecnologías, se pueden enseñar, aprender y construir conocimientos

aún más provechosos que mediante la educación tradicional; esto teniendo en cuenta que, las

TIC permiten encontrar, evaluar, crear y comunicar información, requiriéndose para ello

desarrollar habilidades cognitivas y técnicas (Aparicio y Ostos, 2018); además de darle un nuevo

sentido al papel de los docentes y estudiantes dentro del proceso educativo. Sin embargo, y pese

a todos los esfuerzos que se siguen adelantando para la apropiación del E-learning en la práctica

educativa, aún siguen existiendo dudas en cuanto a si es mejor una educación tradicional o una

educación totalmente virtual con apoyo de las TIC, razón por la cual a lo largo de este escrito se

hará un análisis argumentativo que permita entender cuáles son las oportunidades que brinda el

E-Learning para un mejor reconocimiento y aprovechamiento de la educación virtual.

Para empezar, es importante mencionar que, el E-learning se entiende como la formación

basada en la web o tutoría en línea aplicándose un método de enseñanza puramente a través de la

tecnología, de este modo según Boneu (2007) “el E-learning no trata solamente de tomar un

curso y colocarlo en un ordenador, se trata de una combinación de recursos, interactividad,

apoyo y actividades de aprendizaje estructuradas” (p. 37). Razón por la cual para Fan & Yi

(2012) el uso del E-learning, se basa no solo en el dominio de distintos medios y tecnologías,

sino en el dominio de lenguajes y formatos expresivos, el dominio de distintos escenarios y


situaciones comunicativas, desarrollando competencias digitales; todo con lo cual, se va

formando un entorno personal y social de aprendizaje, en el que las personas deciden cómo,

cuándo y dónde aprenden y comparten dicho aprendizaje.

Al respecto, Acosta (2010) expone que “sólo se pueden desarrollar competencias digitales

en un ámbito de aplicación, si se sabe usar la tecnología desde un planteamiento estratégico que

permita enfrentarse a problemas que precisen tratar la información, producir conocimiento y

transmitirlo” (p. 60), por tanto, se hace indispensable que los principales actores educativos

entiendan que las tecnologías son herramientas puestas a su disposición no sólo como un medio

lúdico para el aula de clase presencial, sino como un instrumento con el cual de forma individual

y colectiva, se generen entornos de enseñanza – aprendizaje totalmente virtuales, colaborativos,

dinámicos y realmente aprovechables.

En este sentido, las competencias digitales, hacen referencia al saber hacer desde una

interpretación contextual y estratégica del aprendizaje (Acosta, 2010), para ir más allá de solo

saber cómo usar la tecnología y cómo funciona realmente, para llegar a dar vida al conocimiento

a través de ésta; no solo por parte de los estudiantes sino especialmente por los docentes, pues:

Los docentes, tienen que ser capaces de diseñar comunidades de conocimiento basadas en

las TIC, y también saber utilizarlas para apoyar el desarrollo de las habilidades de los

estudiantes tanto en materia de creación de conocimientos como para su aprendizaje

permanente y reflexivo (UNESCO, 2007, citado por García, 2012, p. 13).

Ahora bien, el fin del E-learning es el de ser un medio que contribuya al mejoramiento de

los procesos de enseñanza – aprendizaje, impulsando cambios pedagógicos (Yong et al., 2017),

permitiendo, por un lado, que los estudiantes desarrollen un ritmo de aprendizaje propio, en el

que potencialicen sus habilidades y competencias multitarea en la adquisición de conocimientos;

mientras que, para los docentes, desarrollar aulas virtuales que les permitirá mejorar e innovar su

práctica docente, además de impulsar el trabajo colaborativo (Gadvay, 2016). Esto teniendo en
cuenta que, el uso del aprendizaje virtual puede potencializar el desarrollo de las habilidades y

competencias de los estudiantes mediante la creación de rutas de aprendizaje individualizadas

(Yong, et al., 2017), en las cuales se incluyan contenidos y planes de estudio personalizados y

adaptables con juegos interactivos, recursos educativos abiertos, herramientas de comunicación y

colaboración, para generar un aprendizaje adaptativo, mejorar la retención de contenidos,

aumentar el compromiso y la comunicación entre estudiantes y estudiantes y maestros, así como

la creatividad y el pensamiento crítico para la resolución de problemas (Domínguez et. al.,

2013.).

Así mismo, la educación virtual apoyada en el E-learning al ofrecer “una forma de

utilizar la tecnología para distribuir materiales educativos y otros servicios” (Boneu, 2007, p.

37), permite establecer un canal de retorno entre profesores y alumnos centrándose en un

aprendizaje diferenciado, personalizado y combinado, que se puede desarrollar gracias al uso de

plataformas abiertas, mediante las cuales se gestionan ambientes estructurados y diseñados de

manera tal que, se pueden implementar procesos y prácticas educativas eficientes, con el apoyo

de materiales y recursos digitales cuyos contenidos formativos, fomenten la construcción activa

de conocimientos (Boneu, 2007); pues, según Gadvay (2016) los contenidos que se utilizan en

las plataformas E-learning pueden ser modificados y actualizados en cualquier momento, gracias

a la incorporación de herramientas avanzadas para su creación, y con las cuales se podrá crear

tanto actividades y ejercicios como tests y evaluaciones de los conocimientos adquiridos,

generando además, un aspecto de mayor eficiencia en el proceso educativo, dado que, las

plataformas de evaluación educativa virtuales, permiten monitorizar no solo los resultados

obtenidos, sino analizar el contexto y usarlos como modelos para replicarlos en el resto del

proceso educativo (Ardila-Rodríguez, 2011), esto permite una mayor flexibilidad y

personalización de la formación; además de facilitar la gestión del tiempo para estudiar y

conservar la motivación a la hora de aprender y enseñar.


Adicionalmente, a través de las plataformas virtuales el docente puede desarrollar un

control de la actividad del alumno, permitiendo de forma rápida e intuitiva realizar tanto un

seguimiento individual como por grupos, obteniendo comparativas y dejando más tiempo para

trabajar en la mejora de los procesos de enseñanza.

Entonces, se puede decir, a manera de conclusión que, el E-learning permite concentrar

todos los esfuerzos en la creación de la mejor experiencia de aprendizaje posible en la educación

virtual; gracias a su flexibilidad, los estudiantes pueden crear rutinas de estudio que se adapten a

sus necesidades y circunstancias, siempre bajo las directrices del docente, mientras que éstos

pueden dinamizar y maximizar el proceso de enseñanza, así como su seguimiento y

mejoramiento. Sin embargo, lo realmente importante, es comprender que la incorporación del E-

learning en la educación virtual y en los procesos pedagógicos y de enseñanza tanto individual

como colectivamente, permiten tener el máximo provecho en el abordaje de diversos estilos de

aprendizaje, en los cuales los estudiantes acepten la responsabilidad del mismo y el docente se

convierta en guía y colaborador, más que en el principal actor dentro del proceso, permitiendo

entonces, una formación centra en el estudiante con la mediación de las tecnologías.


Referencias

Acosta Barros, L. (2010). El tratamiento de la información y competencia digital (TICD) en la

enseñanza-aprendizaje de la historia en bachillerato. . CATHARUM Revista de Ciencias y

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Aparicio Gómez, O., & Ostos Ortiz, O. (2018). Las TIC como herramientas cognitivas para la

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Ardila-Rodríguez, M. (2011). Indicadores de calidad de las plataformas educativas digitales.

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Boneu, J. (2007). Plataformas abiertas de E-learning para el soporte de contenidos educativos

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