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1.1. Origen
La doctrina en general coincide en señalar que este caso es la fuente del sistema moderno de la
franquicia. Debido al éxito de Singer, General Motors decidió adoptar el mismo sistema de
distribución comercial para expandir su negocio. The Coca-Cola Company no fue ajena al
crecimiento de la franquicia, y en 1899, dos inversionistas en Chattanooga persuadieron al
presidente de la Compañía de que les otorgara los derechos para vender Coca-Cola en botellas en
casi todo el país. Estos inversionistas, finalmente, establecieron la primera embotelladora del
mundo. A partir de ello, se franquiciaron las embotelladoras de Coca-Cola por todo el mundo con
el derecho de distribución de los productos bajo la marca del franquiciante en zonas donde se
respetaba cierta exclusividad.
No obstante lo expuesto, el punto más alto del desarrollo de la franquicia llegaría después de las
experiencias señaladas, exactamente luego de la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia del
escenario económico postguerra en los Estados Unidos, apareció el sistema que en la actualidad es
el estandarte de la franquicia mundial: McDonald’s. Debido al éxito y al gran número de ventas del
restaurante de los hermanos Maurice y Dick McDonald, el señor Ray Kroc les propuso ampliar el
negocio. Por ello, lo que inicialmente era un restaurante familiar tuvo que convertirse en una
corporación para poder desarrollar un sistema que pudiera transmitirse a través del modelo de la
franquicia.
1.2.1. En España
España ofrece un amplia gama de apetitosos negocios en el sector de las franquicias. En materia
de propuestas y desarrollo de franquicias, este país está dentro de la vanguardia europea, pues
alberga las marcas que encabezan las tendencias en moda, alimentos y entretenimiento del Viejo
Continente.
La principal oferta de las franquicias ibéricas está constituida por hoteles y restaurantes, moda y
confección, tiendas especializadas, decoración, mobiliario y textiles, inmobiliarias, tintorerías,
cafeterías, belleza y cosméticos.
El crecimiento de la franquicia española lo registran dos de las más importantes consultoras de ese
país: Tormo & Asociados y Barbadillo Asociados en sus respectivos informes anuales. Ambas
coinciden en que, a pesar de que España entró tarde al sistema de franquicias, sus marcas
reportan amplias ganancias y crecimiento en sus niveles de facturación.
La Asociación Española de Franquicias (AEF), reporta que de sus 100 asociados, el 86% son de
origen nacional y el 14% son de origen extranjero, en su mayoría provenientes de Estados Unidos.
En conjunto, las franquicias del país ibérico facturan alrededor de 13 mil millones de dólares
anuales.
1.2.2. En Italia
Italia ha entrado un poco tarde al negocio de las franquicias en comparación de algunos otros
países de Europa. A pesar de esto, Italia lleva una buena marcha ya que ha incrementado el
número de empresas franquiciantes.
Recordemos que Italia basa gran parte de su economía en Pymes, a las cuales les da el suficiente
apoyo, es decir, que el gobierno promociona más la compra de artículos de marcas nacionales que
extranjeras.
Otro dato significativo para ver el momento en el que se encuentran las franquicias en Italia es el
porcentaje de puntos de venta en este régimen que han cerrado en el último año, que es del
2,71%. La buena marcha de las franquicias ha supuesto también que en el 2003 se hayan renovado
un 92,87% de los contratos de franquicia que estaban llegando a su fin en su término.
En lo que concierne a la actividad de las franquicias extranjeras, el sector servicios es el que atrae
más franquiciados. Los artículos para la persona, que comprenden moda, accesorios, etc., también
representan una porción importante de las franquicias. Hay que tener en cuenta que Italia es un
país en el que el aspecto físico y la moda se valoran mucho, por lo que es consecuente que gran
parte de las franquicias se dediquen a este sector
1.2.3. En Francia
Una de las mejores ideas de expansión empresarial que ha venido desarrollándose con éxito desde
los años setenta es la franquicia; algunos de los pilares de este sistema son Saint-Algue, peinador
oficial de Miss Francia.
En cifras publicadas por la Federación Francesa de la Franquicia, el mercado francés cuenta con
719 redes que cubren más de 33.260 empresas generando un volumen de negocios de más de 33
mil millones de euros. La franquicia francesa representa alrededor de 40% del mercado
franquiciatario europeo. Las franquicias extranjeras en Francia representan únicamente diez por
ciento. El sector de servicios es aún minoritario con respecto al de los productos. Este último
representa cerca de 55% de la franquicia global. Los servicios son, sin embargo, un sector dinámico
y en evolución constante ya que siguen progresando y representan 40% de las redes.
Dentro de las franquicias más novedosas se puede mencionar el grupo Buro Facility International
(BFI), cuyo concepto es el de una nueva generación de centros de negocios creada por François de
Sonis. El centro experimental abrió sus puertas en La Défense, el corazón económico de París y
cuenta con una superficie de 2 mil m- en los que pone a disposición un conjunto de facilidades y
servicios para empresas, tales como salas de reunión, telecomunicaciones y servicios a la carta:
asesoría jurídica, traducciones, mercadotecnia y secretariado bilingüe, por ejemplo.
En Estados Unidos, cuando se habla de expandir un negocio, una de las primeras opciones que se
consideran son las franquicias. Por eso es que, en este país, se abre una franquicia cada ocho
minutos.
1.2.5. En Sudamérica
1.2.5.1 Argentina
El desarrollo más importante del mercado de franquicias en Argentina se inicia en los primeros
años de la década del ’90. Si bien el fenómeno dio sus primeros pasos en la década del ’70, época
en la cual abrieron sus puertas 115 locales bajo el régimen de franquicias, cobró impulso en la
década del ’90, en la que existieron más de 2200 locales franquiciados, de los cuales
aproximadamente el 90% comenzaron a operar en esa década. Para entender este fenómeno,
debemos entender qué pasó en la economía de nuestro país en esos años. En los años ’90 se
realizaron profundas y drásticas reformas económicas con el fin esencial de reformar el Estado,
privatizar las empresas y servicios públicos y abrir la economía al mundo. El eje de la reforma
económica fue la Ley de Convertibilidad sancionada en 1991, congelando el valor de un peso en un
dólar. Esto generó una sustitución de la producción local por importaciones de bienes y servicios,
ya que era mucho más barato importar que producir bienes y servicios locales, porque la
productividad del sector externo era superior que la nacional. En 1995, la economía local se vio
afectada negativamente por el llamado Efecto Tequila, que provocó un aumento inédito de la
desocupación a nivel nacional hasta un 18,4%. También se revirtió la tendencia descendente del
índice de pobreza, que en el aglomerado del Gran Buenos Aires (el más importante del país), entre
1990 y 1994 había llegado a un mínimo del 16,1%. A excepción de 1995, en la década del 90’ la
economía creció fuertemente hasta mediados de 1998.
1.2.5.2. Uruguay
En Uruguay el sector correspondiente a las franquicias comenzó a tener auge hasta los 80', ya que
en ese entonces las personas vieron una nueva oportunidad de negocios, iniciándose como
franquiciatarios, a pesar de las grandes exigencias que requerían las empresas franquiciantes
provenientes de EE.UU., principalmente.
Las estadísticas que recientemente se tienen del país con respecto al sector de franquicias son del
año 2001, en el cual se contempla un total de 175 franquicias tanto internacionales como
nacionales, predominando las internacionales como es el caso de McDonald's, Burger King, Pizza
Hut, Blockbuster y Subway Restaurants.
Uruguay es un país que aún se encuentra en vías de desarrollo por lo tanto encontramos
estadísticas relativamente bajas en cuanto a franquicias se refiere, es importante decir que
Uruguay cuenta con tan solo el 30% de marcas nacionales y el resto pertenece al mercado
internacional, es decir que es un país meramente importador.
1.2.5.3. Venezuela
Con respecto a los pronósticos referentes a este país los analistas esperan que en 4 años el
crecimiento de empresas franquiciantes aumente en un 50%, para poder satisfacer las
necesidades de su creciente población.
Es necesario resaltar que en Venezuela, como en la mayoría de los países latinoamericanos, existe
una gran influencia por parte de EE.UU. con la introducción de las franquicias de comida rápida
como lo es Mc Donald's y Domino's Pizza.
Si bien existen innumerables definiciones, en línea con nuestra experiencia jurídica y de negocios,
conceptualizamos esta institución como: El formato de negocios por el cual el Franquiciante
concede al Franquiciado, por un tiempo y para un territorio determinado, el derecho de usar una
marca o nombre comercial, transmitiéndole los conocimientos técnicos necesarios que le
permitan instalar, operar y comercializar bienes o servicios con métodos uniformes a cambio de
contraprestaciones previamente convenidas.
En concordancia con la definición propuesta, Aníbal Sierralta Ríos la define como “una operación
comercial entre varios sujetos, de los cuales uno es con frecuencia una persona jurídica, a través
de la cual esta última, que es propietaria de un nombre, marca o proceso coloca a disposición de
otra persona el derecho de utilizar, mediante pago u otra remuneración, una colección de
productos o servicios, originales o específicos, para explotarlos obligatoria y totalmente, bajo
técnicas y procesos comerciales ya probados, a fin de realizar una efectiva penetración sobre un
mercado determinado y obtener un desarrollo acelerado de la actividad comercial de las empresas
involucradas”.
Así, resulta necesario detallar la existencia de las partes intervinientes en este contrato; el
franquiciante o franquiciador y, por otro lado, el franquiciado o franquiciatario. El franquiciante es
la persona que decide expandir su negocio, red de producción o distribución de bienes y/o
servicios, mediante la participación de terceros con capital de inversión. Es el propietario del
sistema original que busca la inversión de terceros, basado en el éxito de su negocio. El
franquiciante, en otras palabras, es quien temporalmente presta su nombre, marca y sistema para
hacer un determinado negocio, cediendo los derechos de uso de su marca y brindando asistencia
técnica. Por su parte, el franquiciado es quien hace uso de la marca, realiza el negocio y paga
contraprestaciones periódicas, así como un derecho de entrada o derecho inicial para hacer el
negocio con el nombre y sistema del franquiciante.
Para Josefa A. Echevarria Saenz, el contrato de franquicia es aquel que reúne a comerciantes
jurídicamente independientes que median en el sector de bienes o servicios y que corren con el
riesgo económico de sus operaciones, en un sistema económico racionalizado de empresas en el
que un empresario franquiciador, mediante un sistema de contratos múltiples dotados de
prestaciones homogéneas, diseña y controla la comercialización de los franquiciados con terceros.
Oswaldo Marzorati define a la franquicia comercial como aquel contrato celebrado por escrito en
el cual el otorgante, por lo general denominado “franquiciante”, ofrece individualmente a muchos
tomadores, que forman un sistema de distribución de su producción para vender o distribuir
bienes o prestar servicios de manera exclusiva, un sistema para desarrollar un negocio, con lo cual
crean una relación de asistencia de otorgante a favor del franquiciado con carácter permanente, al
amparo de una marca nombre comercial o enseña, bajo control del franquiciante y de
conformidad con un método, sistema o plan preestablecido por éste, contra el pago de un cánon y
otras prestaciones adicionales.
La franquicia es una operación contractual entre dos o varios sujetos, de los cuales uno es con
frecuencia una persona jurídica, a través de la cual esta última, que es propietaria de un nombre,
marca o proceso (know-how o savoir faire), coloca a disposición de otra persona el derecho de
utilizar, mediante pago u otra remuneración, una colección de productos o de servicios, originales
o específicos, para explotarlos obligatoria y totalmente, bajo técnicas y procesos comerciales ya
probados, a fin de realizar una efectiva penetración sobre un mercado determinado y obtener un
desarrollo acelerado de la actividad comercial de las empresas involucradas
Según la doctrina, no se ha establecido de forma unánime cuál es la naturaleza jurídica del
contrato de franquicia, pero se deduce que se trata de una aglutinación de modalidades de
diversos contratos (marca, licencia, distribución, representación), hay autores que lo califican
como «una de las formas de concesión más recientes
Un contrato de franquicia es un instrumento legal por el cual las partes, es decir franquiciante y
franquiciado, establecen los derechos y obligaciones que se deben llevar a cabo para la correcta
aplicación del sistema de franquicias del negocio franquiciado.
A través del contrato de franchising o contrato de franquicia, negocios exitosos de otros lugares
del planeta, han podido replicarse en lugares distintos y muchas veces lejanos, a sus
establecimientos originarios. El contrato de franchising, en nuestro país, no se encuentra regulado
en una ley especial que lo defina y que le otorgue una disciplina particular propia. Es decir, es un
contrato atípico. Por ello, la búsqueda de los elementos esenciales del contrato de franquicia, la
efectuaremos a la luz de las distintas definiciones aportadas por la doctrina, entendiendo al igual
que Kleidermacher, que si bien existen en su definición múltiples variables, "es posible ensayar
algunas definiciones que lógicamente ayudan a la sistematización y, por ende, a la comprensión
del instituto.
Indicamos a continuación, algunas definiciones acerca del contrato de franchising, que nos
permitirán extraer aquellos elementos indispensables o tipificantes de esta figura:
"La franquicia comercial es aquel contrato celebrado por escrito en el cual el otorgante, por lo
general denominado franquiciante' ofrece individualmente a muchos tomadores, que forman
parte de un sistema de distribución de su producción para vender o distribuir bienes o prestar
servicios de manera exclusiva, un sistema para desarrollar un negocio, con lo cual crean una
relación de asistencia del otorgante al franquiciado con carácter permanente, al amparo de una
marca, nombre comercial o enseña, bajo el control del franquiciante y de conformidad con su
método, sistema o plan preestablecido por éste, contra el pago de un canon y otras prestaciones
adicionales.
De las definiciones enunciadas, podemos extraer los siguientes elementos comunes, que a nuestro
entender son indispensables para configurar un contrato de franchising:
a) Licencia de Signos Distintivos. No hay franquicia sin el otorgamiento de una licencia, por parte
del franquiciante a favor del franquiciatario, para la utilización de los signos distintivos (marcas,
nombres y lemas comerciales) vinculados a la franquicia. Así lo entiende de manera unánime la
doctrina consultada. Por ello, Kahn afirma que: "Desde el momento de la firma del contrato de
franchising, el franquiciante pone la marca a disposición del franquiciado, quedando a cargo de
éste último su explotación, debiendo velar estrictamente por el respeto de su imagen. La imagen
de la marca es, en efecto, el cimiento de toda franquicia; es el signo de adhesión para el
consumidor a quien se intenta conquistar" (las negritas son nuestras).
A la fecha, la figura del contrato de franchising no coincide plenamente con ninguno de los tipos
legales contractuales existentes en nuestro país. En consecuencia, la primera pregunta que
debemos esclarecer, consiste en saber si es que las distintas prestaciones esenciales que se
incorporan en un contrato de franchising, lo categorizan como un contrato atípico, o si por el
contrario, simplemente responden a una unión de contratos (llamados también contratos
coaligados, los cuales implican la coexistencia de una pluralidad de contratos que pese a su
vinculación, no pierden su propia individualidad y responden circunstancialmente a una necesidad
compleja.
Efectivamente, no es lo mismo una operación elaborada utilizando dos o más figuras contractuales
(típicas o atípicas), las cuales respetan y mantienen intacta su individualidad (coexistiendo tantas
causas como contratos formen parte de dicha operación), que celebrar un contrato atípico, el cual,
puede contener prestaciones pertenecientes a dos o más contratos, pero que implican la
configuración de una entidad distinta de los elementos que lo componen. Precisamente Arce
marca el límite entre ambos fenómenos de la contratación, cuando expresa que “la diferencia
entre el contrato atípico y los contratos coaligados es que, en el primer caso, hay unidad en el
contrato, y en el segundo interesa el fenómeno de la dualidad o pluralidad de contratos”
Al respecto también, Santos Briz ha escrito que debemos excluir del concepto de contrato atípico a
la simple “unión de contratos” los cuales suponen “la mera unión externa de contratos autónomos
contenidos en un solo documento o en una sola negociación verbal pues, dicho supuesto no
implica la existencia de una unidad de causa, sino simplemente la concurrencia de un número
plural de contratos autónomos e independientes, cada uno de los cuales responde a una causa
particular distinta de los otros contratos concurrentes.
• Exigir el pago de la remuneración convenida, así como de los derechos de regalía, en caso
de haber sido pactados.
• Vigilar que no se perjudique la imagen del producto o del servicio que le proporciona el
franquiciado.
• Hacer que se respeten sus derechos de propiedad industrial representada por las marcas y
nombres que se ponen a disposición del franquiciado.
• Exigir que el franquiciado se sujete a las disposiciones sobre productos, políticas de ventas,
precios y manuales operativos.
• Mantener una política de precios de los productos y servicios que aseguren la adecuada
operatividad del franquiciado.
• Cuidar que el franquiciado reciba los productos que serán colocados por el franquiciante y
facilitarle la formación de un “stock” en caso de haber sido convenido.
• Realizar las inversiones que sean necesarias para mantener la tecnología debidamente
actualizada y en, condiciones de competitividad en la plaza o mercado donde actúa el
franquiciado.
• Recibir oportunamente del franquiciante, los productos que va a comercializar y que estos
sean de la calidad y demás condiciones establecidas en el contrato.
• Cumplir con los aportes porcentuales oportunamente convenidos para las campañas
publicitarias.
• Dar intervención al franquiciante en la elección de local o locales en donde se va a
establecer la franquicia.
• Dar cumplimiento a la normativa vigente que regula los distintos aspectos que hacen la
operatividad de la franquicia.
Es un contrato que facilita la circulación y distribución de los bienes y servicios, ofreciendo cierta
seguridad a la inversión, pues se brinda un producto o servicio, ya introducido y probado en el
mercado.
No es posible hablar de un tipo de contrato general, debido a que deberá ajustarse a la legislación
nacional, a las normas que regulan los contratos comerciales y a su contexto. No obstante, es
posible determinar la existencia de siete características claves en todo contrato de franquicia:
Oneroso, Ya que una de las partes (franquiciatario) obtiene una ventaja a cambio de una
contraprestación en dinero a favor de la otra (franquiciante).
Conmutativo, Porque desde el momento de la celebración cada una de las partes conoce las
obligaciones y ventajas que le corresponden.
Consensual, Porque queda perfeccionado y genera los efectos jurídicos correspondientes desde el
momento en que las partes manifiestan su consentimiento.
Bilateral, Porque cada una de las partes se encuentra obligada respecto a la otra, existiendo
prestaciones recíprocas para cada una.
Tracto Sucesivo, las obligaciones que se generan para cada parte no se agotan en el momento de
la celebración del contrato, sino que perduran más allá de éste
Una vez verificada la validez del contrato celebrado, resultará aplicable, en primer lugar, las
estipulaciones convenidas por las propias partes en el contrato de franchising. Como lo reconoce
el artículo 1361 del Código Civil, los contratos son obligatorios para las partes en cuanto se haya
establecido en ellos.
Como ya se señaló, la Franquicia es un contrato atípico. Dentro de los contratos atípicos, existen
dos modalidades: contratos atípicos con tipicidad social y con- tratos atípicos sin tipicidad social.
La primera modalidad, que es la que nos interesa, son contratos que, a pesar de que carecen de
una regulación legal, cuentan con una regulación particular que viene dada por las "reglas
sociales" (usos y costumbres) y supletoriamente, otras fuentes del derecho. Esto se sustenta en el
aún vigente Código de Comercio que señala "los actos de comercio, se regirán por las
disposiciones contenidas en él y en su defecto por los usos del comercio observados generalmente
en cada plaza". La prevalencia de las reglas sociales se encuentra sustentada además por el
artículo 1353 del Código Civil que dispone que "todos los contratos (...) que- dan sometidos a las
reglas generales contenidas en esta sección, salvo cuando resulten incompatibles con las reglas
particulares de cada contrato. Precisamente las reglas particulares del contrato de franchising son
aquellas que se encuentran en las reglas sociales de esta figura contractual.
Conforme con lo expresado, si es que lo pactado no brinda una solución al in- conveniente
contractual, resultará aplicable, en segundo lugar, las reglas sociales del contrato de franchising,
dado que se trata de un contrato atípico con tipicidad social. Dichas reglas sociales no solamente
se encuentran directamente en los usos y costumbres, sino que son reconocidas también por la
doctrina y la jurisprudencia.
La doctrina y la jurisprudencia, son fuentes de derecho diferentes a los usos y costumbres, sin
embargo, reproducen o reconocen las reglas sociales que los usos y costumbres brindan a esta
figura contractual.
Si es que las reglas sociales no brindan una respuesta al tema planteado, resultarán aplicables las
reglas generales de contratos, conforme lo expresa el artículo 1353 del Código Civil), Asimismo, se
podrán aplicar las disposiciones del Código Civil sobre las obligaciones, conforme con la naturaleza
de la prestación materia de análisis (obligación con prestación de dar, de hacer o de no hacer).
Si es que resulta infructuoso tratar de solucionar el tema planteado con las reglas anteriores,
como última alternativa, se podrá aplicar las reglas de contratos afines al Contrato de Franchising.
Esto último no significa que se desconozca la singular naturaleza del Contrato de Franchising.
Precisamente, reconociendo su esencia particular, como última alter- nativa, puede encontrarse
respuestas a los problemas o inconvenientes que el Contrato de Franchising pueda presentar,
recurriendo a la aplicación de reglas que corresponden a otras figuras contractuales distintas al
Contrato de Franchising.