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Dinámica de las Comunidades: ZONACIÓN

La estructura física y biológica de una comunidad no es una característica estática. Ambas cambian
temporal y espacialmente, lo cual depende de que las condiciones ambientales cambien en el
tiempo y en el espacio.
1. La variación espacial en la estructura de las comunidades se conoce como zonación.
A medida que nos desplazamos en el terreno, la estructura física y biológica de una
comunidad varía. A menudo estos cambios son pequeños, cambios sutiles en la composición
de especies o altura de la vegetación. Sin embargo, cuando nos desplazamos más lejos, estos
cambios se acentúan.
Si caminamos a través de un bosque, la estructura física de la comunidad -la zona de copas,
el sotobosque, la capa arbustiva y el suelo forestal- parecen no variar. Sin embargo, la
estructura biológica suele cambiar de manera espectacular. Estos cambios en la estructura
física y biológica de la comunidad, que se pueden observar conforme nos desplazamos por
una determinada área, se denomina zonación.
Los patrones de variación espacial en la estructura de la comunidad o zonación son
comunes a todos los ambientes, acuáticos y terrestres. Las diferencias en la estructura de la
comunidad son el resultado de cambios ambientales a lo largo del gradiente espacial, los
cuales incluyen, por ejemplo, en una marisma la microtopografía del paisaje, profundidad
de la columna de agua, magnitud de la inundación por marea y salinidad. Los cambios se
observan a través de distintas comunidades vegetales que se definen por cambios en las

especies dominantes y cambios en las características estructurales como la altura, densidad


y dispersión.

2. Definir los límites entre comunidades resulta a menudo complicado.


Si la transición entre comunidades es abrupta, entonces puede no haber problema
en definir cuales son los límites de las comunidades. Sin embargo, la composición de especies
y los patrones de dominancia pueden cambiar gradualmente. En este caso, el limite no es
claro. La clasificación real de áreas en distintos grupos de comunidades implica un cierto
grado de subjetividad y a menudo depende del objetivo de estudio en particular.
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3. Las zonas de transición constituyen ambientes especiales.
Estrechamente asociado con la zona de transición entre comunidades se encuentran
el borde y el ecotono. Aunque los dos términos se usan muy a menudo como sinónimos, en
realidad son diferentes. Un borde es donde se encuentran dos o mas comunidades
vegetales. Un ecotono es donde dos comunidades vegetales no solamente se encuentran,
sino que además se intergradan.
Los bordes pueden señalar un cambio abrupto en las condiciones ambientales, por
ejemplo: en el tipo de suelo, sustrato, topografía, microclima. Los bordes son inherentes
cuando los bordes son permanentes y estables porque las características naturales a largo
plazo determinan tipos de vegetación. Otros bordes son el resultado de perturbaciones
naturales como el fuego, inundaciones, etc. o antrópicas, la tala, el pastoreo, la agricultura,
etc. llamados bordes inducidos. Estos últimos pueden ser abruptos o de transición,
produciendo un ecotono.
Los ecotonos surgen en la transición entre dos comunidades que muestran un cambio
en dominancia. Estas áreas pueden estar compuestas de una mezcla de especies que se
pueden encontrar en las comunidades adyacentes o estar caracterizados por una especie o
grupo de especies que no se encuentran en ninguna de las comunidades vecinas.
Las especies de borde suelen ser oportunistas. Las especies animales del borde son
habitualmente aquellas que requieren dos o más tipos de comunidades vegetales.
La variedad y densidad de vida son a menudo mayores en y cerca de los bordes y ecotonos.
Este fenómeno se conoce como efecto de borde. El efecto de borde está influenciado por la
cantidad de borde disponible y el grado de contraste entre las comunidades vegetales
colindantes. Cuanto mayor sea ese contraste, mayor debe ser la riqueza de especies.

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Apunte de cátedra, tomado de:
- Smith, L. y T. Smith. “Ecología”. Edit. Addison Wesley. Madrid. 2001. Cap. 21 “Dinámica
de las comunidades” pág. 316 a 337.

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