Los Esteros del Iberá son una red de humedales que entre
todos suman 700.000 ha, y gracias a eso se constituyen
como el segundo humedal más grande del mundo. Situado en el corazón geográfico, contienen bajo su manto terrestre, al Acuífero Guaraní, la tercera reserva de agua dulce más grande del planeta. A su vez, de todos los cientos de miles de hectáreas mencionadas antes, 183 mil de ellas forman parte del Parque Nacional Iberá.
Los Esteros son pioneros en reintroducción de especies y
con la mayor cantidad de fauna, mansa y fácil de observar; también posee numerosa cantidad de especies vegetales, hacen de su flora y fauna uno de los principales destinos turísticos de la República Argentina; pero el Iberá no solo es poseedor de animales y vegetación, también cuida de las más antiguas tradiciones de la cultura correntina.
La principal fauna silvestre del Iberá son el yacaré,
carpincho y ciervo de los pantanos además de una gran variedad de aves donde se destacan la garza mora, el tordo amarillo y el yetapá de collar con su magnífica cola. Con más de 350 especies de pájaros, Iberá contiene la mayor población mundial de yetapá de collar, buscado por los más exigentes observadores de aves.
Por otra parte, en materia de flora, la vegetación que
crece en la zona es muy diversa con tres provincias botánicas componiendo el sistema: El Espinal desde el sur; el Chaco Oriental por el oeste (quebrachos, algarrobos, palmeras, sabanas y esteros) y la Selva Paranaense (selvas mixtas y campos) por el norte.
Los Esteros del Iberá no son solo flora y fauna, como se
mencionó antes también son atesoradores de cultura y folklore. Una cultura milenaria, donde nacen algunas costumbres que incluso se practican a diario en muchas otras ciudades argentinas y del mundo. Estas costumbres van desde el consumo de la yerba maté y el chipá, hasta el tratamiento de la tierra para plantaciones. La gastronomía del Iberá conjuga su origen guaraní con la influencia europea llevada por los sacerdotes jesuitas.
Con respecto al ingreso de los esteros, algunos pueblos
son los encargados de posibilitar el acceso a los humedales, como Colonia Carlos Pellegrini, San Miguel, Concepción, Chavarría y otros pueblos más chicos. Cada uno de estos lugares tiene un espacio llamado “portal” y son estos los accesos principales a los esteros. Hay otros portales fuera de pueblos, donde se aprecia más aun la naturaleza viva, como el Portal San Antonio, el Cambyretá, Galarza y el Uguay, que no tienen un municipio constituido alrededor. Estas localidades viven y se desarrollan casi exclusivamente al rededor de los Esteros y los pobladores son sus protectores; así como también cada pueblo y portal tienen una propuesta propia de actividades, recorridas y experiencias pensadas para el visitante.
Los pueblos y portales, mencionados antes, son visitados
por decenas de miles de personas de todo el mundo durante el año; pero no siempre fue así. El Iberá fue siempre un destino conocido solo por pocos y sufrió un desarrollo socio-económico bajo. Ahora, gracias a las ultimas gestiones de gobierno, los esteros son uno de los máximos referentes en turismo sustentable, coronándose como uno de los primeros destinos turísticos del país.
Este es uno de los parques más grandes de la Argentina,
con alta biodiversidad y gran variedad de paisajes en estado de conservación que se conjugan con la cultura gauchesca. Como visitante, tendrás la oportunidad de disfrutar una región que gracias a estar protegida por el Gobierno Nacional y Provincial, mantiene sus valores naturales y culturales, y podrás comprobarlo a través de tu propia experiencia cuando visites los Esteros del Iberá.
6)Parrafo adicional
Uno de los problemas de los humedales correntinos, que
tienen a los Esteros del Iberá como su mayor emblema, se convirtieron en la principal víctima del inédito ciclo de sequía y fuego que desde principios de enero se ensaña contra uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo y el último gran pastizal subtropical de América del Sur.