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DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO

El empirismo moderno ha sido en gran parte condicio-


nado por dos dogmas. Uno de ellos es la creencia en cierta
distinció fundamental entre verdades que son analiticas,
basadas en significaciones, con independencia de conside-
raciones fácticasy verdades que son sintéticasbasadas en
los hechos. El otro dogma es el reductivásmola creencia en
que todo enunciado que tenga sentido es equivalente a al-
guna construcció lógic basada en términoque refieren a
la experiencia inmediata. Voy a sostener que ambos dogmas
está mal fundados. Una consecuencia de su abandono es,
como veremos, que se desdibuja la frontera que se supone
trazada entre la metafÃ-sic especulativa y la ciencia natural.
Otra consecuencia es una orientació hacia el pragmatismo.

1. El trasfondo de la analáticidu

La distinció kantiana entre verdades analÃ-tica y ver-


dades sintéticafue anticipada por la distinció de Hume
entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho, y por la
distinció leibniziana entre verdades de razó y verdades
de hecho. Leibniz decÃ- de las verdades de razó que son
verdaderas en todos los mundos posibles. Dejando aparte
ese pintoresquismo, lo que querÃ- decir es que las verdades
de razó son aquellas que no pueden ser falsas. En el mismo
sentido vemos definir los enunciados analÃ-ticocomo aque-

4 - ORMAN QUINE
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110s enunciados cuyas negaciones son autocontradictorias. la situació es algo diversa, pero paralela. Mientras que un
Pero esta definició tiene escaso valor explicativo, pues la términsingular pretende nombrar una entidad, abstracta
noció de autocontradictoriedad, en el muy amplio sentido o concreta, un términgeneral o universal no tiene ese al-
requerido por esta definició de la analiticidad, necesita tan- cance, sino que es verdadero de una entidad, o de cada una
ta clarificació como la misma noció de analiticidad. Las de muchas, o de ninguna de ellas. La clase de todas las en-
dos nociones son la cara y la cruz de una misma problemá tidades de las que es verdadero un términgeneral se llama
tica moneda. extensió del mismo. En paralelismo con el contraste que se
Kant concebÃ-un enunciado analÃ-ticcomo aquel que no da entre la significació o el sentido de un términsingular
atribuye a su sujeto má de lo que ya està conceptualmente y la entidad denotada por 61 tenemos que distinguir ahora
contenido en dicho sujeto. Esta formulació tiene dos insu- análogament entre el sentido de un términgeneral y su
ficiencias: se limita a enunciados de la forma sujeto-predi- extensión Los términogenerales 'criatura con corazón y
cado, y apela a la noció de contenido, dejándolaal mismo 'criatura con riñones'por ejemplo, son quizá iguales en ex-
tiempo, al nivel de una metáforaPero la intenció de Kant, tensión pero desiguales en significación
que se manifiesta en el uso que hace de la noció de anali- La confusihn de la significació con la extensió es me-
ticidad má que en su definició de ella, puede precisarse nos corriente en el caso de los términogenerales que la con-
del modo siguiente: un enunciado es analÃ-tic cuando es fusió de significació con denotació en el caso de los tér
verdadero por virtud de significaciones e independientemen- minos singulares. Es, en efecto, un tópic filosófic la opo-
te de los hechos. Examinemos siguiendo esa lÃ-ne el con- sició entre intensió (o significación o sentido) y exten-
cepto de significació que queda presupuesto. sión o bien, en un léxicdiverso, entre connotació y de-
Recordemos que significar y nombrar no pueden iden- notación
tificarse. l El ejemplo de Frege de 'el lucero de la tarde' y La noció aristotdica de esencia fue sin duda la precur-
'el lucero del alba' y el ejemplo russelliano de 'Scott' y 'el sora de la noció moderna de intensión significació y sen-
autor de Waverleif ilustran el hecho de que diversos térmi tido. Para Arist-teles, era esencial al hombre el ser racional,
nos pueden nombrar o denotar la misma cosa y diferir por y accidental el ser bÃ-pedoPero hay una diferencia impor-
su significació o sentido. No menos importante es la dis- tante entre esa actitud y la teorÃ- de la significaciónDesde
tinció entre significar y nombrar al nivel de los término el punto de vista de la últim puede en efecto concederse
abstractos. Los término'9' y 'el númer de los planetas' (pero sól por necesidades de la discusión que la racionali-
nombran una sola y misma cosa, pero seguramente deben dad està incluida en la significació de la palabra 'hombre',
considerarse diversos en cuanto al sentido; pues para deter- mientras que el tener dos piernas no lo estépero el tener
minar la identidad de la entidad en cuestió hizo falta prac- dos piernas puede al mismo tiempo considerarse incluido en
ticar observaciones astronómica y no bastà la mera refle- la significació de 'bÃ-pedo'mientras que la racionalidad no
xió sobre significaciones. lo estáAsÃque, desde el punto de vista de la teorÃ- de la
Los anteriores ejemplos constan de términosingulares,
concretos o abstractos. Con términogenerales, o predicados,
2. Cfr. supra, p. 36 e infra, pp. 159-171.
*' En la terminologÃ- tradicional: comprensió o comprehensión
1. Cfr. ensayo anterior, p. 35. ( N . del T . )
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significaciónno tiene sentido decir de un individuo concre- ilativo, no temporal); 'y', etc., puede decirse en general que
to, que sea a la vez hombre y bÃ-pedoque su racionalidad le es una verdad lógic es un enunciado que es verdadero y si-
esencial y que su tener dos piernas le es accidental, o vice- gue siéndolpara cualquier interpretació de sus compo-
versa. Las cosas, segú Aristótelestienen esencia, pero sól nentes que no sean partÃ-cula lógicas
las formas lin@Ã-stica tienen significación Significació es Pero hay ademá una segunda clase de enunciados ana-
aquello en que se convierte la esencia cuando se separa de lÃ-ticostipificable por:
su objeto de referencia y se adscribe a la palabra.
Una cuestió capital para la teorÃ- de la significació es
la de la naturaleza de su objeto: zquà clase de cosas son las (2) Ningú soltero es casado.
significaciones? La necesidad tradicionalmente sentida de re-
currir a entidades mentadas puede deberse a la antigua ce- Lo caracterÃ-stic de un enunciado como éses que puede
guera para apreciar el hecho de que significació y referen- convertirse en una verdad lógic sustituyendo sinónimo por
cia son dos cosas diversas. Una vez tajantemente separadas sinónimosasÃ(2) puede convertirse en (1)poniendo 'hombre
la teorÃ- de la referencia y la de la significaciónbasta dar no casado' por su sinónim 'soltero'. Pero seguimos careciendo
un breve paso para reconocer que el objeto primario de la de una caracterizació adecuada de esta segunda clase de
teorÃ- de la significació es, simplemente, la sinonimia de enunciado analÃ-tic y, por tanto, de la analiticidad en ge-
las formas lingüÃ-stic y la analiticidad de los enunciados; las neral, pues en la anterior descripció nos hemos basado en
significaciones mismas, en tanto que oscuras entidades inter- una noció de "sinonimia" que no necesita menos aclaració
mediarias, pueden abandonarse tranquilamente. que la de analiticidad.
Asà nos encontramos, pues, de nuevo con el problema En añorecientes Carnap ha tendido a explicar la analiti-
de la analiticidad. No hay que buscar mucho para dar con cidad apelando a lo que llama descripciones de estado.
enunciados que sean analÃ-tico por filosófic aclamación Una descripció de estado es cualquier asignació exhaus-
Esos enunciados se distribuyen en dos clases. Los de la pri- tiva de valores veritativos a los enunciados atómicosno com-
mera clase, que pueden llamarse lógicament verdaderos, puestos, del lenguaje. Carnap admite que todos los demá
pueden tipificarse mediante el enunciado siguiente: enunciados del lenguaje se construyen a partir de sus clhu-
sulas componentes por medio de los expedientes lógico ha-
bituales, de tal modo que el valor veritativo de cualquier
(1) Ningú hombre no casado es casado. enunciado complejo queda fijado para cada descripcibn de
estado por leyes lógica especificables. Un enunciado se ex-
El rasgo relevante de ese ejemplo consiste en que no sól es plica entonces como analÃ-tic cuando resulta verdadero para
verdadero tal como queda enunciado, sino que sigue sién cualquier descripció de estado. Esta explicació es una adap-
dolo para toda nueva interpretació de 'hombre' y 'casado'. tació de la idea leibniziana de "verdad en todos los mun-
Si suponemos un inventario previo de partÃ-culalógicas con dos posibles". Pero nótes que esta versió de la analitici-
'no' y otras formas de negación 'si', 'entonces' (en sentido dad consigue su propósit sól en el caso de que los enun-

3. Cfr. s q a , pp. 37 s., e infra, pp. 84 s.


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ciados atómico del lenguaje sean recÃ-procament indepen- antecedentes; y si glosa la palabra 'soltero' mediante 'hom-
dientes; a diferencia de lo que ocurre con 'Juan es soltero' bre no casado' es porque cree que se da una relació de
y 'Juan es casado'. Si no hay tal independencia, habrà una sinonimia entre esas formas, relació implÃ-cit en el uso ge-
descripció de estado que asigne el valor verdad a 'Juan neral o preponderante anterior a su propia obra. La misma
es soltero' y a 'Juan es casado', con lo que 'Ningú soltero es noció de sinonimia, presupuesta por el lexicógrafo tiene
casado' resultarÃ-abajo el criterio ofrecido, sintéticen vez de que ser aclarada, presumiblemente en términoreferentes al
analÃ-ticoAsà pues, el criterio de analiticidad en término comportamiento lingüÃ-stic Està claro que la "definición"
de descripciones de estado no sirve má que para lenguajes que no es má que el informe del lexicógraf acerca de una
que carezcan de pares sinónimo del tipo que precisamente sinonimia observada, no puede tomarse como fundamento de
da origen a la "segunda clase" de enunciados analÃ-ticosEste la sinonimia.
criterio es pues, en el mejor de los casos, una reconstrucció Pero la definició no es exclusivamente una actividad de
de la verdad lógicay no de la analiticidad. filólogos Filósofo y cientÃ-fico tienen frecuentemente oca-
No quiero decir con ello que Carnap se haga ilusiones sió de "definir" un términabstruso parafraseándol en tér
en este punto. Su simplificado modelo lingüÃ-stic con sus minos de un vocabulario mhs familiar. No obstante, ordi-
descripciones de estado, no està primariamente orientado nariamente una tal definición igual que la del filólogo es
hacia la solució del problema general de la analiticidad, mera cuestió de lexicografÃ-ay afirma simplemente una
sino hacia otro objetivo, a saber, la aclaració de los proble- relació de sinonimia anterior a la exposició en curso.
mas de la probabilidad y la inducción Nuestro problema es Lo que no està aclarado, ni mucho menos, es lo que sig-
en cambio la analiticidad; y en este campo la dificultad no nifica el afirmar una sinonimia, quà son las interconexiones
se encuentra en la primera clase de enunciados analÃ-ticos que resultan necesarias y suficientes para que dos formas lin-
las verdades lógicas sino má bien en la segunda clase, que güÃ-stic puedan describirse correctamente como sinónimas
depende de la noció de sinonimia. pero, cualesquiera que sean, esas interconexiones está or-
dinariamente basadas en el uso. Las definiciones que apor-
tan casos seleccionados de sinonimia son, pues, informacio-
2. Definici-n nes acerca del uso.
Hay empero un tipo de actividad dehitoria que no se
Hay quien considera resolutoria la salida consistente en limita a informar acerca de sinonimias preexistentes.
- Pien-
decir que los enunciados de la segunda clase se reducen a so al decir esto en la que Carnap llama explicaci-n, activi-
los de la primera, a las verdades lógicaspor definición 'sol- dad a la que son aficionados los filósofo y tambiélos cien-
tero', por ejemplo, se define como 'hombre no casado'. Pero, tÃ-ficoen sus momentos má filosóficosEn la explicación la
¿có descubrimos que 'soltero' se define por 'hombre no intenció no es meramente parafrasear el definiendum me-
casado'? ¿QuiÃlo ha definido asÃ-y cuándo ¿Eque bas- diante un sinónim palmario, sino perfeccionar realmente el
ta con apelar al diccionario má a mano y con aceptar como definiendum, afinando o completando
- su significaciónPero
una ley la formulació del lexicógrafo Esto equivaldrÃ- a incluso la explicacióna pesar de no consistir meramente en
poner la carreta delante de los bueyes. El lexicógraf es un recoger una sinonimia preexistente entre el definiendum y el
cientÃ-fic empÃ-ricocuya 'tarea consiste -en recopilar hechos definiens, descansa de todos modos en otros sinonimias pre-
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existentes. Esta cuestió puede considerarse del modo si- gresió para apreciar el papel de la definició en el tra-
guiente. Toda palabra digna de explicació tiene algunos bajo formal.
contextos que, en conjunto, son lo suficientemente claros y En los sistemas lógico y matemático puede preferirse
precisos como para resultar útiles el objeto de la explica- uno de dos tipos antagónico de economÃ-expresiva, cada uno
ció es preservar el uso de esos contextos privilegiados y de los cuales tiene su peculiar utilidad práctica Por un
afinar el uso de otros contextos. Para que una determinada lado, puede buscarse la economÃ- de la expresió prhctica,
definició sea adecuada a fines de explicación lo que se re- facilidad y brevedad en el enunciado de relaciones com-
quiere no es, por tanto, que en el uso anterior el definiendum plejas. Este tipo de economÃ- exige generalmente notacio-
fuera sinónim del definiens, sino sól que todos y cada uno nes concisas y bien distintas para una gran cantidad de con-
de los contextos privilegiados del definiendum, tomados como ceptos. Por otro lado, en cambio, puede buscarse una eco-
un todo en su uso anterior, sean sinónimo del contexto co- nomÃ- en la gramátic y el vocabulario; podemos intentar
rrespondiente del definiens. hallar un mÃ-nim de conceptos bhsicos tales que, una vez
Dos definientia alternativos pueden ser igualmente apro- adjudicada una notació precisa a cada uno de ellos, sea
piados para los fines de una misma tarea de explicación aun posible expresar cualquier otro concepto ulterior que se de-
sin ser sinónimo entre sÃ-pues pueden ser ambos igualmen- see mediante la mera combinació e iteració de nuestras
te apropiados en los contextos privilegiados, y diferir en cam- notaciones básicas Este segundo tipo de economÃ-es poco
bio en otros. Al escoger uno de esos definientia en vez de práctic en un sentido, puesto que la pobreza en elementos
otro, una definició de tipo explicativo engendra, por un idiom4ticos básico tiende necesariamente a ocasionar la di-
f'at, una relació de sinonimia entre definiendurn y definiens latació del discurso. Pero es práctic en otro sentido: sim-
que no existÃ- antes. Pero, como se ha visto, una tal defini- plifica grandemente el discurso teóric acerca del lengua-
ció debe su propia funció explicativa a sinonimias ante- je, puesto que minimiza el númer de términoy de formas
riores. constructivas en que consiste el lenguaje.
Queda, de todos modos, un tipo extremo de definició Ambos tipos de economÃ-aaunque incompatibles prima
que no recurre en absoluto a sinonimias anteriores, a saber, facie, son valiosos cada uno a su manera. Por eso se ha des-
la introducción explÃ-citamentconvencional, de nuevas no- arrollado la costumbre de combinar ambos, fijando en la
taciones con fines de mera abreviaciónAquÃel definiendum práctic dos lenguajes tales que uno de ellos sea parte del
se hace sinónim del definiens simplemente porque ha sido otro. El lenguaje má amplio, aunque redundante en su gra-
precisamente creado para ser sinónim del definiens. Este mátic y en su vocabulario, es económic en cuanto a la lon-
es un patente caso de sinonimia creada por definición si gitud de las comunicaciones, mientras que el lenguaje-parte,
esto ocurriera en todos los casos, todas las especies de sino- llamado notació primitiva, es económic en su gramátic
nimia serÃ-a inteligibles sin más Pero, en general, la defi- y en su vocabulario. El todo y la parte está relacionados por
nició descansa en la sinonimia má que explicarla. reglas de traducció gracias a las cuales cada elemento idio-
La palabra 'definición ha llegado a cobrar un sonido pe- mhtico que no pertenezca a la notació primitiva se pone
ligroso por la tranquilidad que produce, seguramente a cau- en ecuació con alguna construcció compleja de dicha no-
sa de la frecuencia con que aparece en los escritos lógico y tació primitiva. Esas reglas de traducció son las llamadas
matemiiticos. Serà conveniente ahora hacer una breve di- definiciones que aparecen en los sistemas formalizados. Lo
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mejor es considerarlas no como agregadas a un lenguaje, contextos sin que cambie el valor veritativo; intercambiabili-
como apéndicede él sino como correlaciones entre dos len- dad salva vent-te, segú expresió de Leibniz. Nótes que la
guajes, uno de los cuales es parte del otro. sinonimia asÃconcebida no se libera necesariamente de va-
Pero esas correlaciones no son arbitrarias. Se supone que guedad, al menos en la medida en que es posible hacer com-
muestran cóm las notaciones primitivas son capaces de cum- patibles vaguedades.
plir todos los objetivos del lenguaje redundante, excepto su Pero no es completamente verdad que los sinónimo 'sol-
brevedad y su conveniencia. Por eso puede esperarse que, en tero' y 'hombre no casado' sean intercambiables en todo caso
cada caso, el definiendum y su definiens estérelacionados salva veritate. Es fáci construir verdades que resultan fal-
entre sÃde uno de los tres modos antes indicados. El defi- sedades al sustituir 'soltero' por 'hombre no casado'; por
niens puede ser una fiel paráfrasi del definiendum en la ejemplo, con ayuda de comillas:
notació má reducida (primitiva), recogiendo una sinoni-
mia directa 5 como las de usos preexistentes; o bien el defi- 'soltero' tiene menos de diez letras.
niens puede perfeccionar, en el sentido de la explicación
el anterior uso del definiendum; o bien, por último el de- Pero tales contraejemplos pueden probablemente darse de
finiendum puede ser una notació creada ad hoc y a la que lado tratando el entrecomillado 'soltero' como una palabra
se asigna significació en ese momento y en ese contexto. simple e indivisible (comillas incluidas), y estipulando que la
AsÃpues, tanto en el trabajo formal cuanto en el que no intercambiabilidad salva veritate que debe ser piedra de
lo es, comprobamos que la definició -excepto en el caso toque de la sinonimia no se presume aplicable a instancias
extremo de la introducció explÃ-citament convencional de fragmentarias en el interior de una palabra. Esta explicació
nuevas notaciones - se basa en relaciones de sinonimia an- de la sinonimia, aú admitiendo que sea aceptable en todo
teriores. Tras reconocer, por tanto, que la noció de defini- lo demástiene el inconveniente de apelar a una previa con-
ci6n no contiene la clave de la sinonimia y la analiticidad, cepció de "palabra" que puede a su vez, con toda proba-
volvamos a prestar atenció a la sinonimia y dejemos ya la bilidad, presentar dificultades de formulación No obstante,
definición puede argüirsque se ha hecho algú progreso al reducir
el problema de la sinonimia al problema de la naturaleza
de las palabras. Sigamos pues un poco esta lÃ-neaconside-
3. Intercambiabilidad rando resuelto el problema "palabra".
Sigue en pie la cuestió de si la intercambiabilidad salva
ueritate (aparte de instancias en el interior de palabras) es
Una ocurrencia muy natural y que merece atento exa-
una condició suficiente de sinonimia o si, por el contrario,
men es la de que la sinonimia de las formas 1ingŸÃ-sticcon-
hay expresiones heterónima que pueden ser intercambiables
siste simplemente en su intercambiabilidad en todos los
del mismo modo. Tengamos bien claro que lo que nos pre-
ocupa aquÃno es la sinonimia en el sentido de completa iden-
5. Segú otro sentido importante de "definición" la relacih re- tidad de las asociaciones psicológica o de la cualidad poé
cogida puede ser la relaci-n, má débilde mera concordancia en la
referencia; cfr. infra, p. 191. Pero en el presente contexto serà mejor
olvidar ese sentido d e "definición" que es irrelevante para la cuestió
"d la sinonimia. 6. Cfr. LEWIS[l],p: 373. '' .
60 DESDE UN PUNTO DE VISTA LÓGIC DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 61

tica; en este sentido no hay dos expresiones sinónimas LO convencemos pronto de que lo es, mediante ejemplos del
únic que nos ocupa es lo que puede llamarse sinonimia C O ~ tipo siguiente. El enunciado
nitiva. No puede decirse, naturalmente, quà es esta sinoni-
mia sino una vez rematado con éxitel presente estudio;
pero sabemos algo de ella a causa de la necesidad que se (4) Necesariamente todos y sól los solteros son solteros
present6 de ella en conexió con la analiticidad en el $ 1.
El tipo de sinonimia que allÃse necesità consistÃ-meramen- es evidentemente verdadero, incluso suponiendo que 'nece-
te en que todo enunciado analÃ-tic pudiera convertirse en sariamente' se construye tan restrictivamente que no sea co-
una verdad lógic sustituyendo sinónimo por sinónimosEm- rrectamente aplicable má que a enunciados analÃ-ticosSi
pezando ahora por el final y suponiendo explicada la analiti- 'soltero' y 'hombre no casado' son intercambiables salva ve-
cidad, podrÃ-amoexplicar la sinonimia cognitiva en los tér ritate, el resultado de poner 'hombre no casado' por una
minos siguientes (tomando los del ejemplo ya conocido): de- de las instancias de 'soltero' en (4), a saber,
cir que 'soltero' y 'hombre no casado' son cognitivamente
sinónimo no es ni má ni menos que decir que el enunciado
(5) Necesariamente todos y sól los solteros son hombres
no casados
(3) Todos y sól los solteros son hombres no casados
tiene que ser verdadero como (4). Pero decir que (5) es ver-
dadero es decir que (3) es analÃ-tic y, por tanto, que 'solte-
es analÃ-tico
ro' y 'hombre sin casar' son cognitivamente sinónimos
Lo que necesitamos es una explicació de la sinonimia
Veamos quà hay en esa argumentació que le da su as-
cognitiva que no presuponga la analiticidad, si es que que-
pecto de arte de birlibirloque. La condició de intercambia-
remos explicar, a la inversa, la analiticidad con ayuda de la
sinonimia cognitiva, tal como se emprendià en el $ 1. A nues- bilidad salva ventate tiene mayor o menor fuerza segú la
riqueza del lenguaje de que se trate. La anterior argumen-
tra consideració se ofrece ahora, precisamente, una tal in-
tació supone que estamos trabajando con un lenguaje lo
dependiente explicaci-n de la sinonimia cognitiva: la inter-
suficientemente rico como para contener el adverbio 'nece-
cambiabilidad salva ventate en todas partes excepto en el
sariamente' construido de tal modo que da el valor verdad
interior de palabras. La cuesti-n que se nos plantea -
coja-
siempre y sól si se aplica a un enunciado analÃ-ticoPero
-
mos el cabo del hilo es la de si esa intercambiabilidad es
apodemos admitir un lenguaje que contenga ese adverbio?
una condició suficiente de la sinonimia cognitiva. Podemos
tiene realmente sentido ese adverbio? Suponer que lo tie-
ne es suponer que hemos conseguido ya un sentido satisfac-
torio de 'analÃ-tico' Y entonces, ¿par quà seguimos traba-
7. Esta es sinonimia cognitiva en un sentido primario y amplio.
CARNAP
([3], pp. 56 SS.) y LEWIS([21, pp. 83 SS.) an indicado cóm jando tan celosamente?
puede obtenerse, una vez que se tiene esta noci-n, un sentido mis Nuestra argumentació no era un flagrante cÃ-rculvicio-
estricto de sinonimia co itiva que es preferible para algunas finali-
?'
dades. Pero esta especia ramificaci6n en la construcció de concep-
tos cae fuera de nuestro presente objetivo y no debe confundirse con
so, pero sÃalgo parecido. Por decirlo metafóricamente tiene
la forma de una curva cerrada en el espacio.
el tipo amplio de sinonimia cognitiva que aquÃnos ocupa.
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La intercambiabilidad salva veritate carece de sentido a dad salva veritate no garantiza una sinonimia cognitiva del
menos que se relativice a un lenguaje cuya amplitud està tipo deseado. Que 'soltero' y 'hombre no casado' son inter-
especificada en algunos importantes respectos. Supongamos cambiables en un lenguaje extensional salva vent-te no nos
que consideramos un lenguaje que contiene precisamente 10s garantiza absolutamente nada má que la verdad de (3). No
siguientes elementos. Hay una reserva indefinidamente gran- hay ninguna seguridad de que la coincidencia extensional
de de predicados monádico (por ejemplo, 'F'; 'Fx' significa de 'soltero' y 'hombre no casado' descanse en la significació
que x es un hombre) y poliádico (por ejemplo, 'G'; 'GxY' y no en circunstancias fácticaaccidentales, como ocurre con
significa que x ama a y), la mayorÃ-de los cuales se refieren la coincidencia extensional de 'criatura con corazóny 'cria-
a materias extralógicasEl resto del lenguaje es lógico LOS tura con riñones'
enunciados atómico consisten cada uno de ellos en un pre- Para muchos propósito la coincidencia extensional es la
dicado seguido por una o má variables 'x', 'y', etc.; y los mejor aproximació a la sinonimia que podemos conseguir.
enunciados complejos se construyen partiendo de los atómi Pero sigue en pie el hecho de que la coincidencia extensional
cos mediante funciones veritativas ('no', 'y', 'o', etc.), y la queda lejos de la sinonimia cognitiva del tipo requerido para
ouantificación Un tal lenguaje goza de los beneficios de la explicar la analiticidad del modo emprendido en el $ 1. El
descripció y, por tanto, de los términosingulares en ge- tipo de sinonimia cognitiva que se necesita tiene que ser
neral, los cuales pueden ser contextualmente definidos del tal que permita sentar la equivalencia de la sinonimia de
modo visto. 9 Tambiélos términosingulares abstractos que 'soltero' y 'hombre no casado' con la analiticidad de (3) y no
denotan clases, clases de clases, etc., son contextualmente simplemente con la verdad de (3).
definibles con tal de que la reserva de predicados incluya el Tenemos pues que reconocer que la intercambiabilidad
predicado diádic de pertenencia de individuo a clase. Ese salva veritate construida en relació con un lenguaje exten-
lenguaje puede ser adecuado para la matemátic clásic y sional no es condició suficiente de la sinonimia cognitiva en
para el discurso cientÃ-fic en general, excepto en la medida el sentido requerido para derivar de ella la analiticidad a la
en que este últim incluye expedientes discutibles como los manera del $ 1. Si el lenguaje contiene un adverbio inten-
condicionales contrafactuales o adverbios modales como 'ne- sional, el adverbio 'necesariamente', en el sentido antes
cesariamente'. Un lenguaje de este tipo es extensional en indicado, u otras partÃ-culaque tengan el mismo efecto, la in-
el siguiente sentido: siempre que dos predicados coinciden tercambiabilidad salva veritate serÃen ese lenguaje una con-
extensionalmente (esto es, son verdaderos de los mismos ob- dició suficiente de la sinonimia cognitiva; pero ocurre que
jetos) son intercambiables salva veritate. l2 un tal lenguaje no es inteligible má que si la noció de ana-
En un lenguaje extensional, por tanto, la intercambiabili- liticidad se entiende ya por anticipado.
Es posible que el esfuerzo dirigido a explicar primero
la sinonimia cognitiva para derivar luego de ella la anali-
8. En pp. 125 SS., infra, se encontrarà una descripció de un
lenguaje asÃ-con la articularid?d de que no contiene má que un ticidad, como se apuntà en el $ 1, yerre su direcciónEn lu-
dicado, el predica& diidico [pertenencia de miembro a c g ; gar de esforzarnos segú esa lÃ-ne podrÃ-amo intentar ex-
N . del T.].
9. Cfr. suvra. PP. 31-34,- infra,
. pp.- - 130 SS., 237 s. plicar la analiticidad de algú modo que no apele a la sino-
10. Cfr. mira, p. 134. nimia cognitiva. Luego podrÃ-amo sin duda derivar la si-
11. Sobre tales expedientes cfr. tambiéel ensayo VIII.
12. Esa es la sustancia de QUINE[1], * 121. nonimia cognitiva de la analiticidad de un modo plenamen-
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te satisfactorio. Hemos visto que la sinonimia cognitiva de nes dio lugar a la apelació a la sinonimia o a la definicibn.
'soltero' y 'hombre no casado' puede explicarse como ana- Pero la definició mostrà ser un fuego fatuo, y en cuanto
liticidad de (3). La misma explicació sirve para todo par a la sinonimia, resultà que éstno puede entenderse correc-
de predicados monádicoscomo es natural, y puede gene- tamente sino mediante una previa apelació a la analitici-
ralizarse de modo obvio a los predicados poliádicos Tam- dad misma. Y asÃvolvemos al problema de la analiticidad.
biépueden incluirse en la explicación de un modo para- No sÃsi el enunciado 'Toda cosa verde es extensa' es ana-
lelo, otras categorÃ-a sintácticasPor lo que hace a los tér lÃ-tico¿Traicion mi indecisió ante ese ejemplo una com-
minos singulares puede decirse que son cognitivamente si- prensió incompleta, una incompleta captació de las sig-
nónimo cuando el enunciado de identidad formado escri- nificaciones de 'verde' y 'extensa'? Yo creo que no. La di-
biendo ' = ' entre aquellos términosingulares es analÃ-tico ficultad no està en 'verde' ni en 'extensa', sino en 'analÃ-tico'
Por lo que hace a los enunciados, puede decirse simplemen- Se dice a menudo que la dificultad de distinguir entre
te que son cognitivamente sinónimo cuando su bicondicio- enunciados analÃ-ticoy enunciados sintéticoen el lenguaje
nal (el resultado de unirlos mediante la conectiva 'si y sól ordinario se debe a la vaguedad de éste y que la distinció
si') es un enunciado analÃ-ticol3 Si queremos reunir todas es clara cuando se trata de un preciso lenguaje artificial con
esas categorÃ-asintáctica en una sola formulaciónpodemos "reglas semánticas precisas. Voy a intentar mostrar que
hacerlo - al precio de volver a cargar con la noció de "pa- eso es una confusión
labra", a la que ya antes se apelà en esta secció - descri- La noció de analiticidad en tomo de la cual nos movemos
biendo como cognitivamente sinónim cualquier par de for- es una relació entre enunciados y lenguajes: de un enun-
mas lingüÃ-stic que sean intercambiables (aparte de instan- ciado E se dice que es anal'tico para un lenguaje (o en un
cias en el interior de palabras) salva anaZyticitate (y no ya lenguaje) L, y el problema consiste en conseguir un sentido
ueritate sólo)Surgen entonces ciertos problemas técnicoso- general de esa relación es decir, para 'E' y 'L' como varia-
bre casos de ambigüedao de homonimia; pero no nos de- bles. La gravedad del problema no es menos perceptible en
tendremos ahora en ellos, ya que afin nos encontramos en lenguajes artificiales que en lenguajes naturales. El proble-
nuestra larga disgresión Abandonemos má bien el proble- ma de dar sentido a la frase 'E es analÃ-tic para L', con 'E'
ma de la sinonimia y volvamos de nuevo al de la analiti- y 'L' variables, sigue siendo correoso aunque limitemos el
cidad. campo de la variable 'L' a lenguajes artificiales. Intentar6
ahora poner esto de manifiesto.
En materia de lenguajes artificiales y de reglas semánti
4. Reglas sem'nticas cas es natural dirigirse a los escritos de Carnap. Sus reglas
semántica toman varias formas, y para precisar mi tarea
Pareci6 al principio que la manera má natural de defi- tendrà que distinguir algunas de esas formas. Supongamos,
nir la analiticidad consistÃ- en apelar a un reino de signifi- para empezar, un lenguaje artificial Lo cuyas reglas semán
caciones. Afinando esa solución la apelació a significacio- ticas tengan explÃ-citament la forma de una especificacih
-recursiva o de otro tipo- de todos los enunciados ana-
lÃ-ticode Lo. Las reglas nos dicen que tales y cuales enun-
13. Entendiendo "si y s6lo sÃ- en el sentido veritativo-funcional. ciados, y sól ellos, son los enunciados analÃ-ticode Lo. La
Cfr. CARNAP [3], p. 14.
5 - OKMAN QUINE
DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 67

únic dificultad en este caso es que las reglas contienen la una regla veritativa, especifique todas las verdades de su
palabra 'analÃ-tic'... que es la palabra que no comprende- lenguaje; sól precisa -recursivamente o de otro modo --
mos. Comprendemos cuále son las expresiones a las que las un cierto númer de enunciados que deben considerarse ver-
reglas atribuyen analiticidad, pero no comprendemos quà daderos junto con otros que no especifica. Puede concederse
es en realidad lo que las reglas les atribuyen. Dicho breve- que una tal regla es suficientemente clara. Sobre ella puede
mente: para que podamos entender una regla que empieza luego precisarse derivativamente la analiticidad del modo
diciendo 'Un enunciado E es analÃ-tic para el lenguaje LO siguiente: un enunciado es analÃ-tic si es verdadero por la
si y sól si...', tenemos que entender antes el términge- regla semántic (no simplemente verdadero).
neral relativo 'analÃ-tic para'; tenemos que entender 'E es Pero con ello no se ha conseguido ningú progreso real.
analÃ-tic para L' siendo 'E' y 'L' variables. En vez de apelar a la inexplicada palabra 'analÃ-ticoestamos
Podemos naturalmente tambiéconsiderar la llamada re- apelando ahora a la inexplicada frase 'regla semántica' No
gla como una definició convencional de un nuevo sÃ-mbol todo enunciado verdadero que dice que los enunciados
simple, el sÃ-mbol 'analÃ-tic para Lo', que valdrà má es- de una clase determinada son verdaderos puede tomarse como
cribir, sin tendencia psicológica 'K' por ejemplo, para que una regla semánticapues entonces todas las verdades serÃ-a
no parezca indebidamente que arroja luz sobre la palabra "analÃ-ticas en el sentido de ser verdaderas por virtud de
que nos interesa, 'analÃ-tico' Cualquier númer de clases, reglas semánticasTodo parece indicar que la únic carac-
K, M, N, de enunciados de Lo puede especificarse en aten- terÃ-stic de las reglas semántica consiste en figurar en una
ció a diversas necesidades o sin ninguna finalidad; d u à págin encabezada por el rótul 'Reglas Semánticas' y este
significa entonces decir que K, a diferencia de M, N, etc., es rótul carece por su parte de significación
la clase de los enunciados "analÃ-ticos de Lo? Podemos pues decir que un enunciado es analÃ-tic para
Enumerando los enunciados que son analÃ-ticopara Lo Lo si y s6lo si es verdadero segú tales y cuales "reglas se-
explicamos 'analÃ-tic para Lo', pero no 'analÃ-tico ni 'ana- mántica~precisamente especificadas, pero con ello volve-
lÃ-tic para'. No explicamos la frase 'E es analÃ-tic para L' mos a encontrarnos esencialmente en el mismo caso inicial-
con 'E' y 'L' variables, ni siquiera limitando el campo de mente discutido: 'E es analÃ-tic para Lo si y sól si...'.
'L' a los lenguajes artificiales. Y puesto que lo que queremos explicar es 'E es analÃ-tic
En realidad, conocemos lo suficiente de la significaci-n para L' en términogenerales para la variable 'L' (aunque
buscada de 'analÃ-ticocomo para saber que los enunciados admitiendo su limitació a los lenguajes artificiales), la ex-
analÃ-ticose suponen verdaderos. Atendamos por ello ahora plicació 'verdadero segú las reglas semántica de L' es
a otra forma de regla semánticala cual no dice que tales O estérilpues el términrelativo 'regla semántic de' necesi-
cuales enunciados son analÃ-ticossino, simplemente, que ta- ta por lo menos tanta aclaració como 'analÃ-tic para'.
les o cuales enunciados se incluyen entre los verdaderos. Puede ser instructivo comparar la noció de regla se-
Una regla de este tipo no està sujeta a la crÃ-tic por con- mántic con la de postulado. Dado un conjunto de postula-
tener la palabra 'analÃ-tico'cuya comprensió se busca; por dos, es muy fácidecir quà es un postulado: es un miembro
amor de la argumentació podemos suponer que no hay dÃ- del conjunto dado. Y dado un conjunto de reglas semánti
ficultades a propósit del términomá amplio, 'verdadero'. cas, es tambiémuy fácidecir quà es una regla semántica
No se supone que una regla semántic de este segundo tipo, Pero dada simplemente una notació matemátic o de otro
DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 69

tad, podemos construir un lenguaje artificial L como un par


tipo, entendida como se quiera en cuanto a la traducció O ordenado cuyo segundo elemento es la clase de sus enun-
a las condiciones veritativas de sus enunciados, quiépue- ciados analÃ-ticosen este caso los enunciados analÃ-ticode L
de decir cuále de sus enunciados verdaderos tienen el ran- son especiÃ-kable sencillamente como los enunciados que
go de postulados? Es obvio que la cuestió carece de sen- componen el segundo elemento de 1,. O, mejor aún pode-
tido; tanto como la pregunta que inquiriera quà lugares de mos dejar de una vez de intentar levantamos tirándono de
Ohio son puntos de partida. Toda selecció finita (o h h i - nuestras propias orejas.
ta, pero efectivamente especificable) de enunciados (quizà No todas las explicaciones de la analiticidad conocidas por
preferiblemente verdaderos) es un conjunto de postulados con Camap y sus lectores han sido explÃ-citament cubiertas
el mismo derecho que cualquier otra selección La palabra por las anteriores consideraciones; pero no es difÃ-civer cóm
'postulado' es significante sól si es relativa a un concreto pueden éstaampliarse a las demá formas. Sól habrÃ-
acto de investigaciónaplicamos la palabra a un conjunto de que mencionar aú un factor adicional que interviene al-
enunciados en la medida en que al mismo tiempo pensamos gunas veces: en ocasiones las reglas semántica son en reali-
en esos enunciados en relacih con otros que pueden obte- dad reglas de traducció al lenguaje ordinario, caso en el
nerse de ellos mediante un conjunto de transformaciones al cual los enunciados analÃ-ticodel lenguaje artificial se reco-
que hemos tenido que prestAr nuestra atención La noció nocen efectivamente por la analiticidad de sus especificadas
de regla semántic es tan concreta y significativa como la traducciones al lenguaje ordinario. Realmente, en este caso
de postulado si se concibe con el mismo espÃ-rit relativo no podrà decirse que el problema de la analiticidad quede
-relativo, en este caso, a la tarea de informar a alguna per- eliminado por el lenguaje artificial.
sona acerca de las condiciones suficientes de la verdad de Desde el punto de vista del problema de la analiticidad,
enunciados en un determinado lenguaje, natural o artificial, la noció de lenguaje artificial con reglas semántica es un
L. Pero desde este punto de vista ninguna indicació de una feu follet par excellence. Las reglas semántica como de-
subclase de verdades de L es por derecho propio má regla terminantes de los enunciados analÃ-ticode un lenguaje ar-
semántic que otra, y si 'analÃ-ticosignifica 'verdadero por tificial no tienen interémá que si hemos entendido ya la
reglas semánticas' ninguna verdad de L es má analÃ-tic noci6n de analiticidad; pero no prestan ninguna ayuda en
que otra. l4 la mnsecuci6n de esa comprensión
PodrÃ- pensarse en argüique un lenguaje artificial L (a La apelacidn a lenguajes hipotéticode un tipo a%-
diferencia de un lenguaje natural) es un lenguaje en el sen- cialmente sencillo podrÃ- probablemente ser úti para la
tido ordinario de esa palabra má un conjunto de reglas se- aclaració de la analiticidad, siempre que el modelo simpli-
mánticaexplÃ-cita - constituyendo el conjunto, digamos, ficado incluyera algú esquema de los factores mentales,
un par ordenado; y que las reglas semántica de L son en- comportamentisticos o culturales relevantes para la analiti-
tonces simplemente especificables como el segundo elemen- cidad, cualesquiera que ellos sean. Pero es poco verosÃ-mi
to del par L. Pero, con el mismo resultado y menos dificul- que un modelo que toma la analiticidad como un carácte
irreductible pueda arrojar luz a la hora de intentar explicar
la analiticidad.
14 El párraf anterior no figuraba en la primera edicih de este
ensayo. Ha sido inspirado por MARTIN(v. bibliografÃ-a)igual que el Es obvio que la verdad en sentido general depende a la
final del ensayo VII.
DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 71

vez del lenguaje y del hecho extralingüÃ-stic El enuncia- nonimia. Pues lo que la teorÃ- de la verificació dice es que
da 'Bruto matà a CésarserÃ-falso si el mundo hubiera sido unos enunciados son sinónimo si y sól si coinciden en cuan-
diverso en algunos aspectos de 10 que ha sido, y tambiélo to al métodde confirmació o invalidació empÃ-rica
serÃ- si resultara que la palabra 'mató tuviera el sentido de Es éstuna explicació de la sinonimia cognitiva de enun-
'procreó' Por eso se presenta la tentació de suponer que ciados, y no de formas lingüÃ-stic en general. l5 No obstan-
la verdad de un enunciado es algo analizable en una compo- te, partiendo de1 concepto de sinonimia de enunciados po-
nente lingüÃ-stiy una componente fáctica Dada esa su- demos derivar el concepto para otras formas lingiiÃ-stica
posición parece a continuació razonable que en algunos mediante consideraciones bastante parecidas a las hechas al
enunciados la componente fáctic se considere nula; y estos final del 9 3. Pres~~poniendola noció de 'palabra', podemos
son los enunciados analÃ-ticosPero por razonable que sea en efecto explicar la sinonimia de dos fomas cualesquiera
todo eso a priori, sigue sin trazarse una lÃ-ne separatoria por el hecho de que la sustitució de una instancia de una
entre enunciados analÃ-ticoy enunciados sintéticos La con- forma en cualquier enunciado (aparte de instancias en el
vicció de que esa lÃ-nedebe ser trazada es un dogma nada interior de una "palabra") por la otra forma produce un
empirico de los empiristas, un metafÃ-sic artÃ-cul de fe. enunciado sinónimo Por illtimo, dado asÃel concepto de si-
nonimia para formas lingüÃ-stic en general, podemos defi-
nir la analiticidad en términode sinonimia y verdad lógic
como en el 9 l. En realidad, podemos definir la analiticidad
má simplemente en términode mera sinonimia de enun-
En el curso de estas sombrÃ-areflexiones hemos conse- ciados má verdad lógica no es necesario apelar a la sino-
guido una visió bastante oscura de la noció de significa- nimia de formas lingiiÃ-sticadiversas de los enunciados, Pues
ció primero, luego de la de sinonimia cognitiva y, finalmen- un enunciado puede describirse como analÃ-tic con tal de
te, de la de analiticidad. 4Y la teorÃ- de la verificaciónque que sea sinónim de un enunciado lógicament verdadero.
es una teorÃ- de la significación se preguntará Esa frase AsÃpues, si la teorÃ- de la verificació puede aceptarse
-teorÃ- de la verificación se ha establecido tan firme- como explicació adecuada de la sinonimia de enunciados,
mente como marca de fábric del empirismo que habrÃ- sido la nocibn de analiticidad se salva en últim instancia. Pen-
muy poco cientÃ-ficno buscar antes por otros lados una po- semos, de todos modos. La teorÃ- dice que la sinonimia de
sible clave del problema de la significació y demá proble- enunciados es la igualdad de métodde confirmació o in-
mas asociados con él validació empÃ-ricaPero, ¿qu son esos métodoque hay
La teorÃ- de la verificación tan destacada en la litera- que comparar para establecer su igualdad? Dicho de otro
tura a partir de Peirce, sostiene que el sentido o significacibn
de un enunciado es el métodde confirmació o confuta-
c i h empÃ-ric del mismo. Un enunciado analÃ-tic es aquel 15. Pero la doctrina puede formularse con término-en vez de
enunciados - como unidades. AsÃ-LEWISdefine la significació de un
caso lÃ-mitque queda confirmado en cualquier supuesto. términcomo "un criterio mental por referencia al cual somos capaces
Como se dijo en el 9 1, podemos perfectamente obviar la de aplicar, o negamos a aplicar, la expresió en cuestió en el caso de
cosas o situaciones presentes o imaginadas" ([2], p. 133). -Para una
cuestió de las significaciones como entidades y dirigirnos instructiva ex osició de las vicisitudes de la teorÃ- de la verificación
directamente hacia la de la identidad de significacióno si- centrada en $ nocih de significatividad y no en las de sinonimia y
anditicidad, véasHEMPEL.
72 DESDE UN PUNTO DE VBTA LÓGIC DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 73

modo: p h l es la naturaleza de la relació entre un enun- uso; l6 tambiéestà implÃ-cit en la teorÃ- de la significació
ciado y las experiencias que contribuyen a su confirmació que consideramos, la teorÃ- de la verificaciónpuesto que los
o la impiden? objetos de la verificació son enunciados.
La concepció má ingenua de esta relació consiste en El reductivisrno radical, concebido con los enunciados
suponer que se trata de una referencialidad directa. Tal es como unidades, se pone la tarea de especificar un lenguaje
e1 reductivismo radical? que sostiene que todo enunciado de los datos sensibles y de mostrar la forma de traducir a
con sentido es traducible a un enunciado (verdadero o fal- élenunciado por enunciado, el resto del discurso significan-
so) acerca de experiencia inmediata. En una forma u otra, te. En esta empresa se embarcà Carnap en Der Zogische
el reductivismo radical precede a la teorÃ- de la verifica- Aufbau der Wdt.
ció propiamente dicha. AsÃ-por ejemplo, Locke y Hume El lenguaje que Carnap adoptà como punto de partida
sostenÃ-aque toda noció se origina directamente en la ex- no era un lenguaje de datos sensibles, en el sentido má es-
periencia sensible, o bien es un compuesto de nociones asà tricto imaginable? pues incluÃ- tambié notaciones lógica
originadas. Recogiendo una indicació de Tooke? podemos hasta el nivel de la teorÃ- de conjuntos superior. IncluÃ-aen
reformular esta doctrina en la jerga técnicsemántic di- efecto, todo el lenguaje de la matemátic pura. La ontolo-
ciendo que para ser significante un términtiene que ser gÃ- implÃ-cit en ese lenguaje -es decir? el campo de va-
el nombre de un dato sensible? o bien un compuesto de ta- lores de sus variables - abrazaba no sól acaecimientos sen-
les nombres o una abreviatura de un compuesto de esa na- soriales, sino tambiéclases de clases, etc. Hay empiristas
turaleza. Asà Formulada, la doctrina sigue siendo ambigua que se aterrarÃ-a ante tal prodigalidad. En cambio? el pun-
porque se refiere a la vez a datos sensibles como acaecimien- to de partida de Camap es muy económic en su parte ex-
tos sensoriales y datos sensibles como cualidades sensibles; tralógic o sensorial. En una serie de construcciones en las
y es ademhs vaga en cuanto a los modos admisibles de com- que aprovecha con mucho ingenio los recursos de la lógic
posició (de nombres de datos sensibles). Aú más la doc- 1110derna~Camap consigue definir una amplia coIecció de
trina es innecesaria e inadmisiblemente restrictiva por la ca- importantes conceptos adicionales de tipo sensorial que, a
suÃ-sticcrÃ-tic de términoque impone. Má razonablemen- no ser por sus construcciones, nadie habrÃ- imaginado defi-
te -aunque sin rebasar los lÃ-mite de lo que he llamado oibles sobre tan estrecha base. Carnap fue el primer em-
reductivismo radical - podemos tomar como unidades sig- pirista que7 no contento con afirmar la reducibilidad de la
nificantes enunciados completos, y exigir que nuestros enun- ciencia a términode experiencia inmediata, dio senos pa-
ciados sean traducibles como totalidades al lenguaje de los sos hacia la reaiizacibn de esa reducción
datos sensibles?y no que lo sean términpor término Si el punto de partida de Camap es satisfactorio7sus cons-
Esta correcció habrÃ- sido sin duda bien recibida por trucciones no eran en cambio? como émismo subrayaba,
Locke, Hume y Tooke? pero históricament no se produjo má que un fragmento del programa entero. Incluso la cons-
hasta e1 momento de la importante reorientació de la se- truccibn de los enunciados má sencillos acerca del mundo
mántic por la cual se pasà a ver el vehÃ-culprimario de la FÃ-sicquedaba en un estadio esquemátic o de esbozo. A pe-
significació en e1 enunciado y no en el términoEsta reorien- sar de su carhcter esquemático las sugestiones de Camap
tación ya explÃ-citen Frege ([l]? $ 60)?està en la base del --
concepto msselliano de sÃ-mbol incompleto deÃ-hid por el 16. Cfr. wpra, p. 31.
DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 75

en este terreno eran realmente sugestiones - sugestivas. Ex- todo enunciado sintéticoestà asociado un únic campo po-
plicaba los puntos-instantes espacio-temporales como con- sible de acaecimientos sensoriales, de tal modo que la OCU-
juntos de cuatro número reales, y estudiaba la asignació rrencia de uno de ellos añadprobabilidad a la verdad del
de cualidades sensibles a los puntos-instantes segú ciertos enunciado, y tambiéotro campo únic de posibles acaece-
cánones Sumariamente resumido, el plan consistÃ- en asig- res sensoriales cuya ocurrencia eliminarÃ- aquella probabi-
nar cualidades a los puntos-instantes de tal modo que se con- lidad. Esta noció està sin duda implÃ-cit en la teorÃ- de
siguiera el mundo má perezoso compatible con nuestra ex- la verificación
periencia. El principio de acció mÃ-nim debÃ- ser nuestra El dogma reductivista sobrevive en la suposició de que
guÃ- en la construcció de un mundo a partir de la ex- todo enunciado, aislado de sus compañerosp ~ ~ e tener
d e con-
periencia. firmació o invalidación Frente a esta opinión la mÃ-aque
Pero Camap no parece haber visto que su tratamiento procede esencialmente de la doctrina carnapiana del mundo
de los objetos fÃ-sicono alcanzaba la reducció no sól por fÃ-sic en el Aufbau, es que nuestros enunciados acerca del
su carácte esquemático sino por principio. Segú sus cá niundo externo se someten como cuerpo total al tribunal de
nones, habÃ-que atribuir valores veritativos a enunciados de la experiencia sensible, y no individualmente. l7
la forma 'La cualidad c se encuentra en el punto-instante Incluso en su forma atenuada, el dogma reductivista
x; y; z; t', maximizando y minimizando ciertos rasgos gene- està en Ã-ntimconexió con el otro dogma, a saber, que hay
rales, y con el enriquecimiento de la experiencia habÃ- que una distinció entre lo analÃ-tic y lo sintéticoNosotros mis-
revisar progresivamente los valores veritativos dentro de esa mos nos hemos visto llevados de un probIema a otro a tra-
misma lÃ-neaCreo que esto es una buena esquematizació véde la doctrina de la signiÃ-kaciÃofre&&-pur~ia-tecrrÕ
(sin duda deliberadamente simplificada) de 10 que realmen- de la verificación Aun má directamente, el primer dogma
te hace la ciencia; pero no da la menor indicación ni si- sostiene al segundo del modo siguiente: mientras se con-
quiera la má esquemáticasobre cóm podrÃ- traducirse al sidere significante en general hablar de la confirmació o la
inicial lenguaje de datos sensibles y lógic un enunciado invalidació de un enunciado, parece tambié significante
de la forma 'La cualidad c se encuentra en x; y; z; t'. La co- hablar de un tipo lÃ-mit de enunciados que resultan confir-
nectiva 'se encuentra en' es una conectiva añadid y no de- mados vacuamente, ipso facto, ocurra lo que ocurra; esos
finida; los cánone nos guian en su uso, pero no en su eli- enunciados son analÃ-ticos
minación Los dos dogmas son en efecto idénticoen sus raÃ-ces
Carnap parece haber apreciado este problema má tarde, Antes dijimos que en general la verdad de los enunciados
pues en sus posteriores escritos ha abandonado la noció depende obviamente de1 lenguaje y del hecho extralingüÃ-
de traducibilidad de los enunciados sobre el mundo fÃ-sic tico; y ya entonces notamos que esa circunstancia obvia lleva
a enunciados acerca de la experiencia inmediata. El reduc- consigo, no por inferencia lógica pero sÃmuy naturalmen-
tivismo en su forma radical ha dejado de figurar en la filo- te, la sensació de que la verdad de un enunciado es algo
sofÃ-de Carnap hace ya mucho tiempo. analizable en una componente lingüÃ-sti y otra factual. Des-
Pero el dogma reductivista ha seguido influyendo en el
pensamiento de los empiristas en una forma sutil y má 17. Esta doctrina fue bien argüidpor DLIHEM,
pp. 303-328. -
tenue. Persiste la opinió de que con cada enunciado, o con Ver tambiéLOWINCER, pp. 132-140.
DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 77
de un punto de vista empirista, la componente factual debe tacto con la experiencia má que a lo largo de sus lados.
reducirse a un campo de experiencias confirmativas. En el O, con otro sÃ-milel todo de la ciencia es como un campo de
caso extremo de que lo únic que importe sea la componente fuerza cuyas condiciones-lÃ-mitda la experiencia, Un con-
lingüÃ-stic el enunciado es analÃ-ticoPero creo que ahora flicto con la experiencia en la periferia da lugar a reajustes
estaremos bastante impresionados por la tenacidad con que en el interior del campo: hay que redistribuir los valores ve-
la distinció entre analÃ-tic y sintéticha resistido a toda ritativos entre algunos de nuestros enunciados. La nueva atri-
precisión Personalmente me impresiona tambiélo confuso bució de valores a algunos enunciados implica la re-valo-
que ha sido siempre el problema de llegar a cualquier teo- ració de otros en razó de sus interconexiones lógica -y
rÃ- explÃ-cit de la coniirmació empÃ-ric de un enunciado las leyes lógica son simplemente unos determinados enun-
sintétic-dejando aparte los prefabricados ejemplos de ciados del sistema, determinados elenlentos del campo. Una
las bolas blancas y negras en la urna. Quiero sugerir en este vez redistribuidos valores entre algui~osenunciados, hay que
momento que hablar de una componente lingüÃ-stiy una redistribuir tambiélos de otros que pueden ser enuncia-
componente factual en la verdad de cualquier enunciado dos lógicament conectados con los primeros o incluso enun-
particular es un sinsentido que da lugar a muchos otros sin- ciados de conexiones lógicas Pues el campo total està tan
sentidos. Tomada en su conjunto, la ciencia presenta esa do- escasamente determinado por sus condiciones-lÃ-mit-por
ble dependencia respecto del lenguaje y respecto de los he- la experiencia- que hay mucho margen de elecció en
chos; pero esta dualidad no puede perseguirse significativa- c ~ ~ a n at olos enu~lciadosque deben recibir valores nuevos a
mente hasta los enunciados de la ciencia tomados uno por uno. la luz de cada experiencia contraria al anterior estado del
Como ya hemos observado, la idea de definir un sÃ-mbol sistema. Ninguna experiencia concreta y particular està li-
por el uso fue un progreso respecto del imposible empirismo gada directamente con un enunciado concreto y particular
de los términoindividuales propios de Locke y Hume. Con en el interior del campo, sino que esos ligámene son indi-
Frege, e1 enunciado llegà a ser reconocido, en vez del térmi rectos, se establecen a travéde consideraciones de equili-
no, como la unidad relevante para una crÃ-tic empirista. Lo brio que afectan al campo como un todo.
que ahora afirmo es que nuestra red sigue siendo de mallas Si esta visió es correcta, serÃentonces erróne hablar del
demasiado estrechas incluso cuando tomamos el enunciado contenido empÃ-ric de un determinado enunciado - espe-
entero como unidad, La unidad de significació empÃ-ric es cialmente si se trata de un enunciado situado lejos de la pe-
el todo de la ciencia. riferia del campo, Ademásresulta entonces absurdo buscar
nna divisoria entre enunciados sintéticos que valen contin-
6. Empirismo sin dogmas gentemente y por experiencia, y enunciados analÃ-ticoque
valen en cualquier caso. Todo enunciado puede concebirse
como valedero en cualquier caso siempre que hagamos re-
La totalidad de lo que llamamos nuestro conocimiento,
ajustes suficier~tementedrástico en otras zonas del sistema.
o creencias, desde las má casuales cuestiones de la geogra-
Incluso un enunciado situado muy cerca de la periferia pue-
fÃ- y la historia hasta las má profundas leyes de la fÃ-sic
de sostenerse contra una recalcitrante experiencia apelando
atómic o incluso de la matemátic o de la lógic puras, es a la posibilidad de estar sufrieiido alucinaciones, o reajus-
una fAbrica construida por el hombre y que no està en con- tando enunciados de las llamadas leyes lógicas A la inver-
78 DESDE UN PUNTO DE VISTA LÓGIC DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 79

sa, y por la misma razón no hay enunciado alguno inmune conjunto nos lleva a centrar la revisió en esos espec%cos
a la revisión Hasta una revisió de la ley lógic de tercio enunciados relativos a casas de adobe o a centauros. Por eso
excli~sose ha propuesto como un expediente para simplifi- se tiene la sensació de que esos enunciados tienen una re-
car la mecánic cuánticady quà diferencia hay en principio ferencia empÃ-ric má precisa que los muy teoréticoenun-
entre un cambio asÃy el cambio por el que Kepler sustitu- ciados de la fÃ-sicade la lógic o de la ontologÃ-aPuede con-
yà a Ptolomeo, o Einstein a Newton, o Darwin a Aristóteles siderarse que éstoestá situados en una zona relativamente
Por motivos de plasticidad he estado hablando de dis- centra1 de la red, lo que significa meramente que presentan
tancias respecto de una periferia sensible, Aclaremos ahora poca conexió preferencial con algú dato sensible deter-
esta noció sin metáforas Algunos enunciados, aunque minado.
se refieren a objetos fÃ-sico y no a experiencia sensible, Como empirista, sigo concibiendo el esquema conceptual
parecen hermanarse caracterÃ-sticament con la experiencia de la ciencia como un instrumento destinado en últim ins-
sensible -y, además de un modo selectivo: esto es, tales tancia a predecir experiencia futura a la luz de la experien-
enunciados con tales experiencias, tales otros con tales otras, cia pasada. Introducimos con razó conceptualmente los ob-
etcéteraEn nuestra metáforalos enunciados que está es- jetos fÃ-sicoen esta situació porque son intermediarios con-
pecialmente hermanados con experiencias determinadas se venientes, no por definició en términode experiencia, sino
describen como próximo a la periferia. Pero en esa rela- irreductiblemente puestos con un estatuto epistemológic
ció de "hermandad" no veo má que una laxa asociació comparable al de los dioses de Homero. lg Yo por mi parte,
que refleja la relativa probabilidad de que en la práctic como fÃ-siclego que soy, creo en los objetos fÃ-sicoy no creo
escojamos un enunciado en vez de otro para someterlo a re- en los dioses de Homero, y considero un error cientÃ-ficorien-
visió caso de presentarse una experiencia negativa. Pode- tar su creencia de otro modo. Pero en cuanto a fundamento
mos, por ejemplo, imaginar experiencias negativas para aco- episternológico los objetos fÃ-sicoy 10s dioses dseren sól
modar a las cuales nuestro sistema nos inclinarÃ-amosin duda en grado, no en esencia. Ambas suertes de entidades inte-
a cambiar los valores anteriormente atribuidos a un enuncia- gran nuestras concepciones sól como elementos de cultu-
do como el de que hay casas de adobe en el Paseo de Gra- ra. El mito de los objetos fÃ-sico es epistemológicament
cia, * junto con otros asociados y relativos a ese mismo tema. superior a muchos otros mitos porque ha probado ser má efi-
Podemos imaginar otras experiencias crÃ-ticapara acomodar caz que ellos como procedimiento elaborar una estruc-
a las cuales nuestro sistema nos inclinarÃ-amoa dar un nue- tura manejable en el flujo de la experiencia.
vo valor al ent111ciado de que no hay centauros y a otros1 em- Esa actitud que pone objetos fÃ-sicono se reduce al ni-
parentado~con élSegú he dicho, una experiencia impre- vel macroscÓpico Tambiéal nivel atómic se pone objetos
vista puede acomodarse en el sistema mediante una de varias para que las leyes de los objetos macroscópico -y, en úl
nuevas valoraciones posibles en otros tantos sectores del sis- tima instancia, las leyes de la experiencia - sean má sim-
tema; pero en los casos que hemos imaginado, nuestra natu- ples y manejables; y no debemos esperar ni pedir una plena
ral tendencia a perturbar lo menos posible el sistema en su definició de las entidades atómica y subatómica en tér
minos de entidades macroscópicas ni tampoco una defini-
* Texto original: ".. .that tllere are brick houses on Elm Street ..."
(N.del T.). 18. Cfr. supra, pp. 44.
80 DESDE UN PUNTO D E VISTA L ~ G I C O DOS DOGMAS DEL EMPIRISMO 81

ció de las cosas macroscópica en términode datos sensi- que se conceda lo mismo respecto de todas las hipótesi cien-
bles, La ciencia es una prolongació del sentido comú que tÃ-ficaen general. Carnap ([e], p. 32 n.) ha reconocido que
consiste en hinchar la ontologÃ-para simplificar la teorÃ-a sól puede sostener una diversidad de criterios para las cues-
Los objetos fÃ-sicoslos grandes y los pequeñosno son tiones ontológica por un lado y para las hipótesi cientÃ-.6
las única entidades puestas. Otro ejemplo son las fuerzas; cas por otro asumiendo una distinció absoluta entre lo ana-
y efectivamente hoy nos dicen que la separació entre nla- lÃ-ticy lo sintético
y no es necesario repetir que éstes una
teria y energÃ- està anticuada. Las abstractas entidades que distinció que ya he rechazado.
son la sustancia de las matemática -en últim instancia, La cuestió~de si hay o no hay clases parece má bien
clases y clases de clases y asÃsucesivamente - son tambié una cuestió relativa al esquema conceptual conveniente.
entidades puestas en e1 mismo sentido. EpistemolÓgicamen Y la cuestió de si hay casas de adobe en el Paseo de Gracia
te, todos esos son mitos con la misma base que los objetos o la de si hay centauros parecen má bien cuestiones de
fÃ-sicoy los dioses, y por lo únic que unos son mejores que hecho. Pero he indicado que esta diferencia es sól de gra-
otros es por el grado en que favorecen nuestro manejo de do y se basa en nuestra vaga inclinació pragmátic a reajus-
la experiencia sensible. tar un determinado ramal de la red de la ciencia, en vez de
La extensa álgebr de los número racionales e irracio- otro u otros, cuando intentamos acomodar en ella alguna
nales està subdeterminada por el álgebr de los número ra- experiencia negativa inesperada. En esas decisiones desem-
cionales, pero es má cómod y conveniente que ella, y la peña algú papel el conservadurismo y la búsqued de la
incluye como parte coja o manca. l9 La ciencia total -ma- simplicidad,
temática natural y humana - està análogament subdeter- Carnap, Lewis y otros adoptan una actitud pragmátic
minada por la experiencia, de un modo aú má extremado. en la elecció entre fonnas lingüÃ-stic o estructuras cientÃ-fi
El contorno del sistema tiene que cuadrar con la expenen- cas; pero su pragmatismo se detiene ante la imaginaria fron-
cia; el resto, con todos sus elaborados mitos y sus ficciones, tera entre lo analÃ-tic y lo sintético
Al repudiar esa frontera
tiene como objetivo la simplicidad de las leyes. expongo un pragmatismo má completo: Todo hombre reci-
Desde este punto de vista, las cuestiones ontológica van be una herencia cientÃ-ficmá un continuo y graneado fue-
de par con las cientÃ-fico-naturales 20 Considéresla cues- go de estÃ-mulo sensoriales; y las consideraciones que le
tió de si deben admitirse las clases como entidades. Se mueven a molclear su herencia cientÃ-ficpara que recoja sus
trata, como he indicado en otros lugares, 21 de la cuestió continuos estÃ-mulo sensoriales son, si racionales, pragn16-
de si deben cuantificarse variables que toman clases como ticas.
valores. Carnap [o] ha sostenido que éstno es una cues-
tió factual, sino de elecció de la forma lingüÃ-sticonve-
niente, del esquema o estructura conceptual conveniex~tepara
la ciencia. Puedo estar de acuerdo con esa opinión siempre

19. Cfr. supra, p. 43.


20. "L'ontologie fait corps avec la science eue-mbme et ne peut
en &be separée"MEYERSON, p. 439. 22. Se hallad una eficaz expresió de otros motivos para dudar
21. Cfr. sufra, pp. 39 s.; infra, pp. 153 SS. de esta distinció en WHITE121.

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