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El mundo que nos rodea se compone de muy diversos materiales, algunos vivos, otros inanimados.

Además, la materia cambia con frecuencia de una forma química a otra. En sus intentos por explicar
estas observaciones, los filósofos desde los tiempos más antiguos han especulado acerca de la
naturaleza del material fundamental del que está hecho el mundo. Demócrito (460-370 A.C.) y otros
filósofos griegos de la antigüedad pensaban que todo el mundo material debía estar constituido por
diminutas partículas indivisibles a las que llamaron átomos, que significa “indivisible”.
Demócrito (470-370 a.c.):
Para explicar su modelo o idea, Demócrito comenzaba con una piedra, la cual explicaba que si se
cortaba a la mitad obtendría dos pedazos de la misma piedra y si se repitiera la operación
continuamente, se llegaría a una pieza dentro de la piedra que ya no pudiera ser cortada. Una pieza
indivisible, el “átomo”. Como se puede apreciar el modelo era totalmente mecánico y solamente
consideraba la unión entre átomos.
1. Estos átomos son físicamente indivisibles.
2. Entre cada átomo hay un espacio vacío.
3. Los átomos son indestructibles.
4. Los átomos están continuamente en movimiento.
5. Hay muchos tipos de átomos.
John Dalton (1803-1808)
1. Cada elemento se compone de partículas extremadamente pequeñas llamadas átomos.
2. Todos los átomos de un elemento dado son idénticos; los átomos de elementos diferentes son
diferentes y tienen propiedades distintas (incluida la masa).
3. Los átomos de un elemento no se transforman en átomos diferentes durante las reacciones químicas;
los átomos no se crean ni se destruyen en las reacciones químicas.
4. Cuando se combinan átomos de más de un elemento se forman compuestos; un compuesto dado
siempre tiene el mismo número relativo de la misma clase de átomos.
J.J. Thomson (1897)
El científico británico J. J. Thomson observó varias propiedades de los rayos, entre ellas el hecho de que
la naturaleza de los rayos no depende de la identidad del material del cátodo y que una placa metálica
expuesta a los rayos catódicos adquiere una carga eléctrica negativa. En un artículo publicado en 1897,
Thomson resumió sus observaciones y concluyó que los rayos catódicos son corrientes de partículas
con carga negativa y masa. El artículo de Thomson se acepta generalmente como el “descubrimiento” de
lo que ahora conocemos como el electrón.
A principios del siglo XX, Thomson razonó que, como los electrones constituyen una fracción muy
pequeña de la masa de un átomo, probablemente había una relación con el tamaño del átomo, y
propuso que el átomo consistía en una esfera uniforme de materia positiva en la que estaban
incrustados los electrones. Este modelo, conocido como “pudín de pasas”, por su semejanza con el
tradicional postre inglés, tuvo una vida muy corta.
Ernest Rutherford (1910)
Rutherford estaba en condiciones de explicar estas observaciones; postuló que la mayor parte de la
masa del átomo, y toda su carga positiva, residía en una región muy pequeña, extremadamente densa, a
la que llamó núcleo. La mayor parte del volumen total del átomo era espacio vacío en el que los
electrones se movían alrededor del núcleo.
Estudios experimentales subsecuentes condujeron al descubrimiento de partículas tanto positivas
(protones) como neutras (neutrones) en el núcleo. Rutherford descubrió los protones en 1919, y el
científico británico James Chadwick (1891-1972) descubrió los neutrones en 1932.
Niels Bohr (1913)
Los postulados de Niels Bohr se resumen de la siguiente forma:
1. Los electrones en un átomo se mueven de forma estable a una cierta distancia del núcleo con
una energía definida. Esto es lo que se llama el estado estacionario.
2. Los electrones en cada estado estacionario siguen una ruta u órbita circular. Cada órbita recibe el
nombre de "nivel energético" o "capa".
3. Cuando el electrón está en el estado estacionario, no produce luz (fotón). Sin embargo, cuando
baja de nivel energético, emite un fotón.
4. Los niveles estacionarios, o capas, se denominan con las letras K, L, M, N, y así sucesivamente.
Los postulados de Bohr llevaron a representar el átomo como las capas o anillos de una cebolla. Sin
embargo, el modelo de Bohr no sirvió para explicar átomos con más de un electrón.
Schrödinger (1926)
Conocida como el modelo mecánico cuántico. En este caso, el electrón se comporta como una onda
estacionaria y ya no se habla de órbitas sino de nubes electrónicas. Las nubes electrónicas son espacios
alrededor del núcleo donde probablemente se pueda encontrar el electrón.

Las aportaciones del modelo atómico de Schrödinger pretenden despejar la incógnita ᴪ conocida como
función de onda. Esta incógnita contiene toda la información teórica sobre el sistema cuántico y nos
permite describir el comportamiento de las partículas que forman el átomo.
L. Brown, T. (2004). Química la ciencia central (9.a

ed.). Prentice Hall.

pág. 36-42

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