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Las sectas son uno de esos fenómenos que solo le ocurren a los demás.

Parece que un carácter


fuerte o el escepticismo son factores de protección contra ellas; sin embargo, hoy sabemos
que la mejor protección frete a su capacidad de persuasión es la información sobre sus
formas de captar nuevos miembros.
Una secta es una organización que, bajo una normativa moral que se aleja de las convenciones
mayoritarias, atraen y retienen personas para beneficiarse a su costa hasta un punto
perjudicial para el bienestar de sus seguidores. Otra definición: un grupo organizado o una
persona solitaria cuyo propósito es dominar a los miembros de la secta mediante el uso de
estrategias de presión y manipulación psicológica. El primer paso en el compromiso con una
secta, la seducción narcisista, fue descrito por Fournier y Monroy en 1999. Este proceso tiene
muchos elementos: la vulnerabilidad del sujeto, los efectos grupales, el uso de las emociones,
el desapego de influencias externas, el progreso en la enseñanza doctrinal, las promociones y
la asignación de responsabilidades. Este proceso lleva mucho tiempo porque un compromiso
total e instantáneo tiene pocas posibilidades de persistir si no va seguido de un trabajo
profundo y multidimensional con el objetivo de autorreforzarse. El sentimiento de vacío fuera
de la práctica sectaria crea el ciclo pero también es su consecuencia. Así, la capacidad de
equilibrar la vida se vuelve imposible y los miembros pierden la capacidad de elegir. Además,
la participación activa en el grupo sectario podría conducir a una dependencia afectiva del líder
de la secta o del grupo, lo que explica por qué las personas permanecen a pesar de las
amenazas a su integridad física y psicológica.

Estas son las características habituales de los que se convierten en su objetivo:


 Gente joven de entre 18-30 años.
 Personas sin problemas graves: las personas con situaciones comprometidas en su vida
no son rentables para las sectas.
 Individuos con simpatía por la justicia o que están predispuestos a hacer algo para
cambiar las cosas.
 Haber sufrido una pérdida importante, sufrir una crisis personal o la existencia de
factores que aumentan la vulnerabilidad.

3. Repetición de los valores de las sectas


Los miembros están expuestos a charlas repetitivas que exponen la doctrina de la secta. La
exposición repetida, así como la familiaridad, tienen el efecto de darle un aura de legitimidad a
la información. Esta legitimidad se acaba generalizando también al resto de miembros y a los
líderes de la secta.

técnicas de reclutamiento y persuasión más utilizadas por las sectas.

El perfil psicológico de un gurú de secta es altamente complejo. Se trata de personas con


grandes capacidades para seducir y enredar a los participantes del grupo, por lo que entre sus
características personales se encuentra la locuacidad, la labia y un alto grado de habilidades
sociales.

Los objetivos últimos de las sectas

Las sectas no siempre buscan sexo o dinero. La mayor parte de ellas lo que buscan es
conseguir el poder y el control de la mente de los miembros. El dinero viene después, una vez
la voluntad ha sido controlada.
un punto crucial para entender el fenómeno sectario “es que no importa la ideología: hay
sectas destructivas de corte religioso, político, new age, empresarial... hasta hay ONG que,
bajo ese disfraz aparentemente humanitario y altruista, esconden una estructura
completamente sectaria y destructiva”

Consecuencias de entrar en una secta


Merino destaca las principales consecuencias negativas que sufren quienes se integran en una
secta:

Aislamiento. La secta convence al adepto de la maldad de todo aquel que no entiende al


grupo, lo que les lleva a alejarse de su familia y entorno.

Impacto psicológico: Colapso y anulación del sistema de razonamiento y valoración. Se anula la


capacidad crítica de la persona.

Consecuencias físicas: debilitamiento, alteraciones del sueño...

Repercusiones económicas: altos desembolsos de dinero o, en su defecto, largas jornadas de


trabajo con escasa o nula remuneración. Se consideran como “entrega al grupo”.

Nadie está totalmente a salvo de las artimañas de estos grupos y no hay un perfil definido y
único de personas más expuestas, pero los expertos han identificado ciertos rasgos de
vulnerabilidad:

Personalidades altruistas.

Individuos idealistas.

Personas con problemas de soledad.

Gente en situaciones vulnerables como una enfermedad, estar en paro, un divorcio…

Las mujeres son más propensas que los hombres a unirse a una secta

Según varias investigaciones, las mujeres representan un enorme 70% de los miembros de las
sectas en todo el mundo. Los psicólogos tienen diferentes ideas sobre por qué hay más
mujeres que hombres que se unen a las sectas. El Dr. David Bromley, de la Virginia
Commonwealth University, señala que las mujeres simplemente asisten a más reuniones
sociales, ya sean religiosas o de otro tipo.

La figura del líder sectario El liderazgo es un fenómeno que ha existido desde siempre; si
revisamos la historia, en todas las épocas de la humanidad nos encontramos con personas que
han ejercido una gran influencia sobre los demás, que los han guiado y dirigido hacia objetivos
específicos a los cuales la sociedad sin ser encabezada por nadie no habría podido lograr por sí
misma, puesto que necesitan una brújula que la oriente. Estos orientadores son los llamados
líderes: personas con gran confianza en sí mismas, una elevada capacidad para la oratoria y un
alto grado de carisma, siendo gracias a todo ello aptos para transformar la visión en realidad y
transmitir a sus seguidores motivación para alcanzar sus metas. Un líder ayuda a organizar a la
ciudadanía, mientras hace sentir a ésta segura para que en consecuencia se genere un buen
funcionamiento social. Ser líder no es algo malo: véase por ejemplo a Mahatma Gandhi, a
Martin Luther King o Nelson Mandela. Sin embargo, en la otra cara de la moneda, nos
encontramos con personalidades como Adolf Hitler, Mao o Iósif Stalin, que igualmente
encajarían dentro de la figura del líder. ¿Cuál es entonces la nota discordante que nos permite
distinguir cuándo un líder es peligroso o perverso, de cuando no lo es? La respuesta es clara: el
fanatismo.

Una persona que muestra fanatismo hacia algo o alguien muestra rigidez, irracionalidad e
intolerancia frente a los miembros del exogrupo; es decir, hacia miembros de otras religiones,
partidos políticos u otros colectivos. “En otras palabras, el fanático considera su creencia, su
ideal, como algo sagrado, y como tal por encima de cualquier cosa (el mundo gira a su
alrededor)” (Benoit & Cancrini, 2013). Todo lo que se aparte de sus creencias significa estar en
el lado equivocado, erróneo. Además, el fanático no soporta que le contradigan
(demostrándose así intolerante), enfureciéndose con aquellos que opinan diferente, ya que
esa divergencia de opiniones puede llevar a que se cuestione sus propios ideales. En
consecuencia, opta por convencer y ganar seguidores con tesón, haciendo proselitismo y
convenciendo a otros de que lo que defiende es la única verdad que existe en este mundo.

Si no lo hubiese leido en numerosos libros de psicología, asépticos en sus enseñanzas, donde


están perfectamente descritas las técnicas de control de las masas, no comprendería unos de
los, si no el principal, fenómenos sociológicos de control de mentes y voluntades, llevados
hasta el último extremo, del siglo XX. Me refiero al nazismo. ¿Cómo un grupo reducido con
creencias radicales pudo, primero influir y luego controlar totalmente las mentes de decenas
de millones de personas? En mi parecer, eso demuestra la veracidad de las enseñanzas de
psicología aplicada que están al alcance de cualquiera que lo desee.

Como que a lo largo de las eras todo se repite, por lo menos en lo que hace referencia a la
conducta humana, aquellas técnicas psicológicas hoy se repiten en los numerosos escenarios
políticos, no solo en España sino también en otros países, ofreciendo al cerebro de una
persona observadora una sensación de un “deja vu”, de que esto se ha vivido antes.

Una manera segura de hacer que la gente se crea falsedades es la repetición frecuente porque
la familiaridad no es fácilmente distinguible de la verdad. “Una mentira contada 1000 veces se
convierte en verdad” una de las frases de Goebbels; ………. “decimos una necedad y a fuerza
de repetirla acabamos creyéndola” Voltaire.

La "secta" como concepto problemático en la cultura política de la izquierda: notas para una
exploración

El concepto de “secta” en el lenguaje político de la izquierda es analizado a partir de los usos


del término en Marx y en Engels. Se sostiene que no hicieron un empleo unívoco de dicha
noción. Las aplicaciones del epíteto se comprenden pragmáticamente en las disputas dentro
del movimiento obrero y especialmente en el contexto de la Primera Internacional. En Marx la
secta política refiere a una forma organizativa primitiva, anacrónica para los tiempos de
consolidación de la clase obrera como partido-movimiento. Se concluye con indicaciones sobre
un programa de investigación sobre la tendencia a la cristalización de pequeños grupos
dogmatizados en la izquierda radical, estudio que se encuentra en sus comienzos. Un apéndice
analiza brevemente las concepciones de crítica de las “sectas” por Hal Draper y Jacques
Camatte.

PRINCIPIOS APLICADOS PARA EL CONTROL PSICOLOGICO DE LAS MASAS

- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único
Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o
individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos,
respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa
otras que las distraigan”.
- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña
que sea, en amenaza grave.
- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel
al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la
masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad
receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran
facilidad para olvidar”.
- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de
ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes
perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni
dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite
suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos
nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado
en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel
creciente de acusaciones.
- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a
través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias
- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen
argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también
contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines
- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de
un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y
prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en
actitudes primitivas

- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como


todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

Los hechos son simples y repetitivos en el tiempo. Todos los gobiernos, lo primero que hacen
cuando llegan al poder es controlar los medios para poder difundir su discurso y educar y
controlar a la masa que se complace en discutir y repetir hechos –verdaderos o supuestos- que
se les ofrece pero, que al final, a fuerza de repetición, acaba siendo dogma de fe

Es mas fácil engañar a una persona que hacer que reconozca haber sido engañada. Mark Twain
Aproximación ético-política a la cuestión de las sectas - Injuve

El sectarismo es la intolerancia, discriminación u odio que surgen de dar importancia a las


diferencias percibidas entre diferentes grupos sociales, políticos o religiosos, o entre las
subdivisiones dentro de un grupo, como las diferentes manifestaciones de una
misma religión o las facciones de un movimiento político.
Las bases ideológicas de las actitudes y comportamientos sectarios son
extraordinariamente variados. Los miembros de un grupo religioso o político pueden creer
que su propia salvación, o el éxito de sus objetivos particulares, requiere la búsqueda
agresiva de la conversión de otros grupos, o los partidarios de una facción determinada
pueden creer que para lograr sus proyectos políticos o religiosos los opositores deben
ser purgados.
En ocasiones un grupo que está bajo presión económica o política ataca a los miembros
de otro grupo que considera responsable de su propia decadencia. Sectarismo podría
definir también la "ortodoxia" más rígida, la creencia de un grupo u organización que
expulsa o excomulga a aquellos que no son compatibles con sus definiciones políticas o
religiosas "ortodoxas". En otras ocasiones, el sectarismo puede ser la expresión de
ambiciones nacionalistas o culturales de un grupo.
La expresión "conflicto sectario" generalmente se refiere a los conflictos violentos entre
diferentes religiones o facciones políticas, tales como los conflictos entre católicos y
protestantes en Irlanda del Norte1 (las divisiones de clase pueden desempeñar también un
papel importante). También puede referirse en general a la disparidad filosófica o política
entre diferentes escuelas de pensamiento, como la existente entre chiitas y sunitas.2

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