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Título: Violencia de género y responsabilidad parental. Reforma al Código Civil y Comercial


Autor: Solari, Néstor E.
Publicado en: LA LEY 10/07/2017, 10/07/2017, 1 - LA LEY2017-D, 793
Cita Online: AR/DOC/1788/2017
Sumario: I. Introducción.— II. Génesis y desarrollo parlamentario.— III. Violencia de género.— IV. La
disposición legal.— V. Conclusiones.
La ley 27.363 incluye en el texto del Código de fondo un renovado sistema de causales de privación de la
responsabilidad parental, haciendo visibles problemáticas sociales que habían sido omitidas en la redacción del
Código Civil y Comercial. Si bien el régimen de responsabilidad parental había sido replanteado en el Código
vigente, tanto desde lo terminológico como en su contenido, muchas cuestiones no fueron adaptadas a nuevos
fenómenos y realidades que tienen protección jurídica en el ordenamiento legal argentino.
I. Introducción
La ley 27.363 constituye la primera reforma al texto del Código Civil y Comercial, aprobado por ley 26.994
y que entrara en vigencia el año 2015.
A poco menos de dos años desde la vigencia del nuevo Código de fondo se ha materializado una primera
reforma en su texto, específicamente en el título de la responsabilidad parental, incluyendo problemáticas
sociales que no habían sido receptadas en su texto.
El objetivo del presente trabajo consiste en describir algunos ejes fundamentales de la reforma y sus
incidencias en el régimen vigente.
II. Génesis y desarrollo parlamentario
El camino de la reforma tuvo su génesis en el proyecto de ley de los senadores Riofrío y Abal Medina que
proponía la privación de la responsabilidad parental al femicida (1).
Obtuvo sanción en la Cámara de Senadores el 25 de noviembre de 2015. Girado en revisión a la Cámara de
Diputados y junto a otros proyectos legislativos (2), obtuvo tratamiento en las Comisiones de Legislación
General y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, de la Cámara de Diputados (3). Fue aprobado en el recinto
el 26 de abril de 2017, pasando a revisión a la Cámara de Senadores, donde obtuvo sanción definitiva el 31 de
mayo de 2017.
El consenso en la diversidad hizo posible el debate parlamentario para obtener la redacción final de la ley
27.363, permitiéndose cambios y sugerencias en lo que fuera su redacción inicial.
III. Violencia de género
La ley 27.363 incluye en el texto del código de fondo un renovado sistema de causales de privación de la
responsabilidad parental, visibilizando problemáticas sociales que habían sido omitidas en la redacción del
nuevo código civil y comercial.
Si bien el régimen de responsabilidad parental había sido replanteado en el Código vigente, tanto desde lo
terminológico como en su contenido, muchas cuestiones no fueron adaptadas a nuevos fenómenos y realidades
que tienen protección jurídica en el ordenamiento legal argentino.
En particular, el régimen de privación y suspensión de la responsabilidad parental ha mantenido los
lineamientos del Código derogado, al no incluir cuestiones vinculadas a la violencia de género en las distintas
relaciones jurídicas (4).
Con la sanción de la presente ley queda comprendida expresamente esta problemática y realidad social en el
esquema de la responsabilidad parental. En la formulación originaria del primer proyecto se pretendió incluir
solamente las situaciones derivadas del femicidio; sin embargo, el texto final es más amplio, comprendiendo
otros delitos previstos en el Código penal, resultando ser más completa la versión que, finalmente, ha sido
aprobada.
IV. La disposición legal
La ley 27.363 incluye un nuevo artículo al texto del Código Civil y Comercial (art. 700 bis) y modifica la
redacción del artículo 702 del referido cuerpo legal. Analizaremos ambas disposiciones por separado.
1. Privación de la responsabilidad parental
El art. 700 bis dice: "Cualquiera de los progenitores queda privado de la responsabilidad parental por: a) Ser
condenado como autor, coautor, instigador o cómplice del delito de homicidio agravado por el vínculo o
mediando violencia de género conforme lo previsto en el artículo 80, incisos 1 y 11 del Código Penal de la

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Nación, en contra del otro progenitor; b) Ser condenado como autor, coautor, instigador o cómplice del delito de
lesiones previstas en el artículo 91 del Código Penal, contra el otro progenitor, o contra el hijo o hija de que se
trata; c) Ser condenado como autor, coautor, instigador o cómplice del delito contra la integridad sexual previsto
en el artículo 119 del Código Penal de la Nación, cometido contra el hijo o hija de que se trata. La privación
operará también cuando los delitos descriptos se configuren en grado de tentativa, si correspondiere. La condena
penal firme produce de pleno derecho la privación de la responsabilidad parental. La sentencia definitiva debe
ser comunicada al Ministerio Público a los fines de lo previsto en el artículo 703, teniéndose en cuenta la
asistencia letrada establecida en el artículo 26, segundo párrafo y a la autoridad de protección de los derechos de
las niñas, niños y adolescentes competente en cada jurisdicción, a efectos de que proceda en sede civil, a los
efectos de este artículo. Se deberá observar lo previsto en el artículo 27 de la ley 26.061".
Distintas cuestiones deben destacarse en el contenido del nuevo precepto legal.
i) Causales de privación de la responsabilidad parental. Se incluyen expresamente nuevas causales
específicas de privación de la responsabilidad parental, sumándose a las contempladas en el art. 700 del mismo
ordenamiento legal.
Con buen criterio, durante el debate parlamentario se ampliaron las causales que originariamente estaban
previstas en el proyecto originario, quedando comprendidas distintas hipótesis de violencia de género y delitos
contra la integridad sexual previstas en el Código Penal. En tal sentido, quedan comprendidas: delito de
homicidio agravado por el vínculo o mediando violencia de género (conforme art. 80, incis. 1 y 11 Cód. Penal);
delito de lesiones (conforme art. 91 Cód. Penal); y delitos contra la integridad sexual (art. 119 Cód. Penal)
Dichas conductas, habiéndose producido la respectiva sentencia condenatoria, merecen la sanción prevista
en la presente ley, pues aquella conducta afecta la relación paterno-filial, no debiendo ser ignorada por el
ordenamiento jurídico.
El reproche legal —en las situaciones antes descriptas-, lleva a la privación de la responsabilidad parental,
resultando adecuada y atinada la sanción legal, en el estado actual de los valores existentes en la sociedad, así
como en las normas constitucionales y convencionales.
Por lo demás, acertadamente se ha suprimido una disposición proyectada (5), que propiciaba el dictamen de
mayoría de la Comisiones de Legislación General y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, de la Cámara de
Diputados, y que, ante las críticas suscitadas en distintas disidencias en el dictamen, en el recinto se desistió de
su inclusión. Esto es, la imposibilidad de la rehabilitación consagrada en el art. 701 del Código Civil y
Comercial.
De haberse mantenido la primitiva redacción, se habrían producido dos situaciones incompatibles.
En primer lugar, habría importado introducir nuevamente la figura de la "pérdida" de la responsabilidad
parental, que ha sido suprimida en el derecho argentino en el año 1985, con la ley 23.264, que modificó el
régimen de Filiación y Patria Potestad.
La pérdida de la entonces patria potestad —vigente hasta el año 1985- significaba una sanción definitiva, no
pudiéndose restituir el vínculo paterno-filial, pues adquiría el carácter de definitiva. Acertadamente, el derecho
argentino lo ha eliminado de nuestra legislación, sustituyéndola por la "privación" de la responsabilidad
parental. La diferencia fundamental radica en que esta última puede ser restituida y, por lo tanto, es provisoria,
nunca definitiva. De esta manera, ante la privación de la responsabilidad parental siempre queda abierta a una
eventual restitución, no estableciéndose impedimento alguno para revisar judicialmente la medida en el futuro.
En consecuencia, habría significado introducir la "pérdida" de la responsabilidad parental para los casos
incluidos en esta reforma. Dicha solución, además, no coincidiría con el interés superior del niño, principio
rector establecido por la Convención sobre los Derechos del Niño, obstaculizando que, con posterioridad, pueda
eventualmente restituirse el vínculo paterno-filial, si se dieran las circunstancias específicas que así lo
aconsejen.
En segundo lugar, de haberse consagrado aquella primitiva redacción de lo que constituye la ley 27.363, el
art. 700 bis habría denominado "privación", a lo que hubiera sido "pérdida" de la responsabilidad parental.
Por todo ello, la supresión de la referida disposición durante el debate legislativo evitó las disparidades que
hubiera generado la misma, tanto en el contenido y esencia, como en lo estrictamente terminológico.
ii) Tentativa. La referida sanción legal —privación de la responsabilidad parental— corresponderá cuando
los delitos comprendidos en la norma se configuren en grado de tentativa.
La solución es clara, en punto al reproche que cabe adjudicar tratándose de tentativa de dichos delitos,
aplicándose la misma solución legal que cuando el delito se ha consumado.

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iii) Privación de pleno derecho. El aspecto esencial de la reforma radica en determinar que al quedar firme la
sentencia penal condenatoria, por los delitos antes descriptos, se produce de pleno derecho la privación de la
responsabilidad parental. Es decir, sin necesidad de plantear con posterioridad y en ocasión de ello, la respectiva
privación de dicha responsabilidad parental.
Por lo demás, la privación de pleno derecho efectiviza una protección al niño, sin necesidad de plantear
judicialmente su correspondiente acción de privación.
iv) Comunicación. Dada la consecuencia automática de la privación de la responsabilidad parental, se
consigna que dicha sentencia condenatoria debe ser comunicada al Ministerio Público, a los fines previstos en el
art. 703, CCyC (6).
Dicha comunicación tiende a garantizar la situación futura en que quedará el niño o adolescente, debiendo el
Ministerio Público poner en marcha el mecanismo que eventualmente corresponda, teniendo en cuenta las
particularidades del caso.
Asimismo, debe ser comunicada —por las mismas razones que las indicadas al Ministerio Público- a la
autoridad de protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes competente en cada jurisdicción, a
efectos de que proceda en sede civil, como se indica en el precepto bajo análisis.
v) Asistencia técnica. Finalmente, se establece que a los fines de la correspondiente comunicación al
Ministerio Público, debe tenerse en cuenta la asistencia letrada establecida en el segundo párrafo del art. 26,
CCyC (7).
A su turno, se consigna que deberá observarse lo previsto en el art. 27 de la ley 26.061 (8).
Sin perjuicio de las distintas cuestiones emergentes del contenido del art. 27 de la ley 26.061, la
particularidad radica, en esta temática, en vincular lo atinente al patrocinio letrado previsto en el art. 26 del
CCyC con el inc. c) del art. 27 de la ley 26.061.
No resulta ocioso destacar que la referencia del art. 27 de la ley 26.061 —en punto a la figura del abogado
del niño, consagrada en el inc. c)— le insufla nuevos vientos al Código de fondo, que había restringido esta
figura en los términos y alcances de su artículo 26.
De ahí que el art. 26, CCyC debe ser interpretado bajo el paraguas del art. 27 de la ley 26.061, pues, de lo
contrario, si aplicamos literalmente la doctrina consagrada en el art. 26 del CCyC estaremos restringiendo un
derecho constitucional, consistente en el derecho de todo niño a tener asistencia técnica individual en todo
proceso judicial y administrativo que lo involucre.
En punto a la figura del patrocinio letrado del niño, la colisión de normas, por lo establecido en el art. 26,
CCyC —tener madurez y edad suficientes y en tanto exista conflicto con sus representantes legales— y lo
prescripto en el art. 27, de la ley 26.061 —el derecho de todo niño, independientemente de su edad y de la
existencia de conflicto con sus representantes legales-, caben dos posibilidades.
Una primera, extrema, es recurrir al recurso de la declaración de inconstitucionalidad del segundo párrafo
del art. 26, CCyC, pues la Convención sobre los Derechos del Niño consagra el patrocinio letrado, sin hacer
distinción alguna respecto de la edad u otras circunstancias, como sería el conflicto con sus representantes
legales.
Una segunda posibilidad, más atenuada —y que propiciamos-, y ante el conflicto de normas de dos leyes de
igual jerarquía —ley 26.994, aprobatoria del Código Civil y Comercial y la ley 26.061, de Protección Integral
de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes-, consiste en hacer prevalecer la ley especial, esto es, la
26.061, por otorgar el derecho al patrocinio letrado a todo niño, y no solamente a quien tenga madurez y edad
suficiente.
2. Suspensión del ejercicio de la responsabilidad parental.
Asimismo, se ha modificado el texto del art. 702, CCyC,. que regula lo atinente a la suspensión del ejercicio
de la responsabilidad parental.
En efecto, el art. 702 CCyC, en su nueva redacción, señala: "El ejercicio de la responsabilidad parental
queda suspendido mientras dure: a) La declaración de ausencia con presunción de fallecimiento (9); b) El plazo
de la condena a reclusión y la prisión por más de tres [3] años (10); c) La declaración por sentencia firme de la
limitación de la capacidad por razones graves de salud mental que impiden al progenitor dicho ejercicio (11); d)
La convivencia del hijo o hija con un tercero, separado de sus progenitores por razones graves, de conformidad
con lo establecido en leyes especiales (12); e) El procesamiento penal o acto equivalente, por los delitos
mencionados en el artículo 700 bis. El auto de procesamiento debe ser comunicado al Ministerio Público a los
fines de lo previsto en el artículo 703, teniéndose en cuenta la asistencia letrada establecida en el artículo 26,
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segundo párrafo y a la autoridad de protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes competente en
cada jurisdicción, a efectos de que proceda en sede civil, a los fines de este artículo. Se deberá observar lo
previsto en el artículo 27 de la ley 26.061. No se procederá a suspender el ejercicio de la responsabilidad
parental en los términos del presente inciso en los casos del artículo 700 bis incisos a) y b), cuando en los
hechos investigados o en sus antecedentes mediare violencia de género".
La redacción modificada, agrega —respecto del texto derogado- el inciso e, manteniéndose vigente las
demás causales contempladas en la ley 26.994, aprobatoria del Código Civil y Comercial. A los fines del
presente trabajo analizaremos solamente el último de los incisos, objeto de esta reforma, destacando sus
aspectos principales.
i) Nueva causal de suspensión del ejercicio de la responsabilidad parental. Sin perjuicio de la privación de la
responsabilidad parental, la nueva redacción incluye otra causal de suspensión del ejercicio de dicha
responsabilidad parental, en consonancia con el art. 700 bis CCyC. En tal sentido, se contempla como causal de
suspensión el procesamiento penal o acto equivalente, de los delitos mencionados en el referido art. 700 bis.
ii) Comunicación. En tales circunstancias, se determina que el auto de procesamiento deberá ser comunicado
al Ministerio Público a los fines de lo previsto en el art. 703 CCyC.
Se reproduce el deber de comunicación consagrado en el inciso c) del art. 700 bis CCyC, debiendo aplicarse
el mismo mecanismo de comunicación.
Asimismo, se sigue idéntico criterio que el señalado en el art. 700 bis CCyC en cuanto al deber de
comunicación a la autoridad de protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes competente en
cada jurisdicción, a efectos de que proceda en sede civil.
iii) Asistencia letrada. Respecto de la asistencia letrada, se exige el mismo criterio que el señalado en el art.
700 bis CCyC, por lo que remitimos a lo sostenido en dicha disposición legal.
iv) Situación en que no resulta aplicable la suspensión. Finalmente, la última parte del inciso de referencia
ha sido incluida en el recinto de la Cámara de Diputados, durante el debate respectivo (13).
De conformidad a ello, la suspensión de la responsabilidad parental que contempla el inciso bajo referencia,
no será aplicable en las situaciones descriptas en los incisos a) y b) del art. 700 bis. En tales hipótesis, si se trata
del delito de homicidio agravado por el vínculo o mediando violencia de género —inciso a—, o bien, del delito
de lesiones —en los términos del inciso b)—, la víctima que se ha defendido del mismo podría verse
perjudicada si se le suspende la responsabilidad parental, al tener que afrontar el respectivo proceso penal.
Entiendo que esta exclusión contempla una problemática social, que otorga un debido resguardo legal ante
dichas circunstancias.
V. Conclusiones
El contenido de la ley 27.363 implica un avance significativo en el ámbito de la responsabilidad parental,
conforme las problemáticas modernas, omitidas recientemente en la redacción del nuevo Código. Conecta la
violencia de género con la responsabilidad parental.
La inclusión de estas problemáticas en la privación y suspensión de la responsabilidad parental visibilizan la
violencia de género en el ámbito de la relación paterno-filial.
Por lo demás, en lo atinente a la figura del abogado del niño, el nuevo texto viene a restituir un derecho que
el art. 26 del CCyC deniega a los niños que no tienen madurez y edad suficiente o que no tienen conflictos con
sus representantes legales. En tal sentido, la ley 27.363 restituye un derecho cercenado por el Código Civil y
Comercial, en la doctrina emergente del segundo párrafo del artículo 26.
A pocos días de cumplirse los dos años de entrada en vigencia, se restituyó el derecho de "todo" niño a tener
un abogado, independientemente de su madurez y su edad. La ampliación de derechos consagrada en la norma
modificada merece ser destacada y seguida para todas las cuestiones en donde el niño encuentre afectados sus
derechos personales y patrimoniales.
Sugerimos que, en todas las cuestiones de aplicación del Código Civil y Comercial, en donde se encuentre
involucrado un niño —es decir, un menor de edad-, se aplique el art. 27 de la ley 26.061 como garantía mínima
de todo procedimiento, judicial y administrativo. La referencia explícita de lo establecido en el art. 27 de la ley
26.061 significa una necesaria "visibilización" de la doctrina emergente, en atención al carácter restrictivo
consagrado en el art. 26 del Código Civil y Comercial.
(1) En efecto, dicho proyecto de ley contemplaba agregar el art. 700 bis al Código Civil y Comercial en los
siguientes términos: "Queda privado de la responsabilidad parental el progenitor o progenitor afín que sea

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condenado como autor, coautor, instigador o cómplice por el delito de homicidio agravado conforme artículo
80, inciso 11 del Código Penal contra la progenitora o progenitor afín de las hijas o hijos en común o afines con
la víctima, respecto de ellos".
(2) Stolbizer y otros (6252-D-2015); Di Tullio (6435-D-2015); Lipovetzky y otros (2794-D-2016); Bianchi
(4441-D-2016); Ehcosor y otros (5020-D-2016); Rach Quiroga y otros (5120-D-2016).
(3) Dictamen de mayoría y dictamen de minoría (Orden del Día 912, del 2016).
(4) Un aspecto fundamental de estas omisiones debe ser atribuido a la circunstancia de que el texto del
Código Civil y Comercial ha sido aprobado a libro cerrado en el recinto, sin la adecuada discusión.
(5) En efecto, se preveía agregar el art. 701 bis en los siguientes términos: "Lo establecido en el artículo
anterior no será aplicable a los casos previstos en el artículo 700 bis del presente Código".
(6) De acuerdo al mismo: "Si uno de los progenitores es privado de la responsabilidad parental o
suspendido en su ejercicio, el otro continúa ejerciéndola. En su defecto, se procede a iniciar los procesos
correspondientes para la tutela o adopción, según la situación planteada, y siempre en beneficio e interés del
niño o adolescente".
(7) Indica: "No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los
actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de conflicto de intereses con sus
representantes legales, puede intervenir con asistencia letrada".
(8) En efecto, bajo el título de Garantías mínimas de procedimiento. Garantías en los procedimientos
judiciales o administrativos, dice: "Los Organismos del Estado deberán garantizar a las niñas, niños y
adolescentes en cualquier procedimiento judicial o administrativo que los afecte, además de todos aquellos
derechos contemplados en la Constitución Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niño, en los tratados
internacionales ratificados por la Nación Argentina y en las leyes que en su consecuencia se dicten, los
siguientes derechos y garantías: a) a ser oído ante la autoridad competente cada vez que así lo solicite la niña,
niño o adolescente: b) a que su opinión sea tomada primordialmente en cuenta al momento de arribar a una
decisión que lo afecte; c) a ser asistido por un letrado preferentemente especializado en niñez y adolescencia
desde el inicio del procedimiento judicial o administrativo que lo incluya. En caso de carecer de recursos
económicos el Estado deberá asignarle de oficio un letrado que lo patrocine; d) a participar activamente en todo
el procedimiento; e) a recurrir ante el superior frente a cualquier decisión que lo afecte".
(9) Reproduce la redacción originaria del Código Civil y Comercial.
(10) El mismo texto que el anterior.
(11) Repite la redacción originaria.
(12) Respecto del texto anterior, solamente se agrega el término "hija".
(13) En efecto, la diputada Analía Rach Quiroga, justifica el agregado, a los fines de atender muy
particularmente a las mujeres que son víctimas de violencia de género. Explicó que la razón de esta
incorporación es clara y contundente en el marco del procesamiento por los delitos previstos justamente en los
incisos a) y b) del referido artículo. Si la madre comete alguno de estos delitos mediando legítima defensa,
porque los hechos se dan claramente en un contexto de violencia de género, el procesamiento penal procede de
todos modos y esta circunstancia es atendible únicamente en el auto de sentencia. Por lo tanto —argumentó-, si
no se incorporara este párrafo, se estaría colocando a la mujer víctima de violencia de género en una situación
de mayor vulnerabilidad. No solamente tendrá que atender y llevar adelante en un proceso penal en su contra
cuando lo único que hizo fue ejercer su derecho de legítima defensa ante su agresor, sino que además estaríamos
privándola de la relación con sus hijos o hijas. De este modo, al incorporarse dicho párrafo, estaríamos en total
consonancia con la protección, promoción y efectiva satisfacción de derechos humanos, de niños, niñas y
adolescentes, y a la par de la obligada perspectiva de género del ordenamiento jurídico vigente.

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