Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Trabajo Simone de Beauvoir
Trabajo Simone de Beauvoir
¿Qué es ser mujer? ¿Qué implica esto? ¿Existe alguna forma de hacer que esto
deje de ser así?
Cada ser humano tiene un posicionamiento singular que hace que vea o entienda
las cosas de un modo en concreto. El posicionamiento singular es el conjunto de
determinaciones históricas, económicas, sociales, psicológicas y demás que
afectan al propio individuo y a su punto de vista.
Teniendo en cuenta esto, ¿por qué la mujer acepta esta situación? ¿Existe alguna
razón que haga que mantengan esta posición de subordinación? Beauvoir
expone las siguientes tres razones:
- Las mujeres no tienen medios concretos para agruparse en una unidad que
se afirme al oponerse. Es decir, no tienen elementos que les faciliten la
composición de un grupo unido, ya que no existe nada en común que las
distinga de los varones.
- Los vínculos que las unen a los dominadores son más estrechos que los que
podrían existir entre ellas. La mujer ha estado tan relegada al hombre que se
ha convertido, la pareja, en algo esencial en la sociedad.
- La reivindicación como sujeto implicaría una pérdida de ventajas que ofrece
la alianza o unión con quien tiene el poder: el hombre.
Esta última razón se relaciona estrechamente con la dialéctica hegeliana del amo
y el esclavo, en la que se observa la relación hombre-mujer como una relación de
dependencia de la mujer hacia el hombre, por lo que esta no es recíproca, sino
desigual y jerárquica. Esta desigualdad está enraizada en todas las sociedades
conocidas y tiene lugar por una falta de simetría en la relación: no hay alteridad
simétrica, el hombre tiene un papel, la mujer otro. De este modo, como hemos
mencionado anteriormente, la mujer representa la alteridad, la “otra”, mientras
que el hombre representa lo neutro, el “mismo”.
Así, Hegel en La fenomenología del Espíritu (1808) expone que toda relación es
una relación dialéctica que se desarrolla mediante la oposición entre elementos,
que toda relación es hostilidad, ya que la oposición de lo hostil constituye la
propia consciencia. De esta manera, todo sujeto toma conciencia de sí mediante
la negación de otras posibles conciencias.
Así, la mujer, considerada menos y débil durante toda la historia, mantiene una
relación de dependencia con el hombre porque cree que esto le proporciona
ciertas ventajas que perderá si se reivindica. Así mismo, la moral existencialista
hace que quienes rechazan esta posición conscientemente produzcan una falta
moral, mientras que quienes no lo hacen se sienten frustradas. Se concluye, de
este modo, que la condición femenina es un modo no humano impuesto de vivir
que limita las posibilidad vitales de la mujer.