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Tarea William Colgate
Tarea William Colgate
William Colgate
William Colgate era un joven campesino, emigró a Nueva York con el fin de
establecerse como vendedor de jabones. Allí experimentó la dureza de la vida en una
gran ciudad y la dificultad para conseguir trabajo. Lo que lo sostuvo fue su fe en Dios y
la ambición por superarse y obtener prosperidad con el fin de ayudar a su familia.
Un vendedor ambulante
A los 16 años William Colgate vendía jabones por la calle, las que recorría con una caja
de madera colgando del cuello. Se ganaba la vida de esta forma tratando de ayudar a
su madre que ya había enviudado, y contribuía además en la educación de su pequeña
hermanita.
Su encuentro con Dios
Un día de lluvia torrentosa, William Colgate buscó refugio en una iglesia, en medio del
aguacero. Allí el predicador estaba narrando la historia de Jacob, que era un joven
como él que estaba huyendo de su hermano Esaú, quien buscaba matarlo para
vengarse. Jacob tuvo que dormir debajo de un árbol para escapar del hermano, sumido
en la pobreza. El Señor se le apareció prometiéndole que estaría con él toda la vida, a
lo que Jacob respondió quebrantado, arrodillándose y haciendo el siguiente voto:
“Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para
comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.
Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el
diezmo apartaré para ti.” Génesis 28:20-22
Y Dios le dio tanta prosperidad a Jacob (también llamado Israel) que fue el hombre
más millonario de su país. En agradecimiento al Señor, Jacob enseñó a sus hijos que
dieran siempre a Dios la décima parte de sus ganancias.
Y Dios respondió siempre a ese pacto dando tal prosperidad al pueblo de Israel, que
siendo apenas veinte millones de personas poseen la cuarta parte del oro del mundo.
El niño Colgate oró al Señor
De acuerdo a su crianza y los consejos de su madre, así como las recomendaciones que
le había hecho el capitán de una barcaza, William Colgate dedicó su vida a Dios. Se
determinó a ser fiel al Creador y a devolverle un diezmo honesto y exacto de cada
dólar que ganara.
Así fue como el joven Colgate le entregó al Hacedor de todas las cosas la décima parte
del primer dólar que ganó con su trabajo. Sus primeros diez centavos diezmados
sagradamente al Señor, se multiplicaron rápidamente. Los dólares ingresaban a diestra
y siniestra, y en el momento más impensado William Colgate fue socio del fabricante
de jabones.
El empresario dio instrucciones a su contador para que abriese una cuenta destinada al
Señor, donde acreditaba cada décima parte de sus ingresos. Milagrosamente el
negocio creció más y más, y en agradecimiento al Creador el empresario depositó
primero dos décimas, luego tres y así sucesivamente hasta llegar a depositar
generosamente cinco décimas.
Viviendo sólo con la décima parte de sus ganancias, William Colgate fue considerado el
hombre más rico del mundo, siendo el que apoyó la obra de Dios para que el mensaje
de salvación llegara a todas las naciones.
Resumen: En esta increíble narración acerca de lo que William vivió, nos da a mostrar de lo
cuan increíble que es Dios, de como pone lugares, personas y situaciones cuando nos
desea hablar, cuando ve la necesidad que tenemos, nos da gran ejemplo de que Dios
jamás nos dejara de su mano, que por poca fe que tengamos siempre nos amara, nos
cuidara y estará para nosotros, obre todo que depositemos nuestra fe, esperanza, amor y
confianza, sobre todo que hagamos su voluntad, que nos sometamos a su palabra.
Explicación: Esta enseñanza nos muestra lo grande que es Dios, de cómo se manifiesta a
través de la oración, de cómo la oración puede llegar a oídos de nuestro padre, asimismo
respondiéndonos de la mejor manera, no dándonos todo solo para que lo agarremos, sino
que nos da la sabiduría de poner en práctica los conocimientos para tener en abundancia y
asimismo proveer a otros.
Explicación del hombre con relación con Dios y el éxito: La gran relación que hay entre el
hombre, Dios y el éxito, es que cuando nosotros le pedimos a Dios algo, él nos da las
fuerzas, la sabiduría, nos hace ir confiados, nos da su mano para que caminemos con él y
así lograr este objetivo, Dios nos ha prometido que ganaremos nuestras luchas, nuestro
éxito, solo nos pide que confiemos en él, que pongamos en practica su palabra y honremos
sobre todo a nuestro prójimo, ser buen humano, brindar ayuda.