Está en la página 1de 3

EN TIEMPOS DE CRISIS

Salmos 86:7-10

En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes. 


Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras. Todas las naciones que hiciste
vendrán y adorarán delante de ti, Señor, Y glorificarán tu nombre. Porque tú eres grande, y hacedor de
maravillas; Sólo tú eres Dios.

En la actualidad podemos ver la palabra "crisis" en todas partes. La prensa lo anuncia, los noticieros, los
informes de las empresas, los jefes a sus empleados, en los hogares, etc. En todo lugar se declara "crisis"
cuando se ve que las cosas no tienen solución.
Cuando atravesamos esos momentos de crisis, recordamos que Dios existe que podemos acercarnos a Él y
rogarle que nos ayude a encontrar la solución. Pero realmente, muchas veces, sentimos que tal vez Él no nos
escucha porque no pertenecemos a un grupo determinado, porque no somos fervientes en la oración o algo así.
Esta sí que es una verdadera crisis, saber que existe Dios pero que no lo conocemos. Y ¿por qué sucede
esto? ¿Qué pasa que cuando oramos a Dios, El parece que no nos está escuchando? ¿Por qué tantas oraciones
sin respuesta? ¿Por qué cada vez las cosas empeoran? La respuesta a todas estas preguntas está en que
hemos hecho a Dios tan pequeño que no creemos que pueda ser capaz de sacarnos de la terrible situación que
estemos. Hemos creído que Dios solo ayuda a otros, pero a nosotros no. Esta es la peor crisis de la
humanidad, pues No hemos conocido a Dios realmente.

La Biblia nos enseña quien es el único Dios verdadero, y a Su Hijo a quien envió a pagar la deuda que teníamos.
No lo conocemos, porque no vamos a Su Palabra. Por alguna razón, en todo el mundo, en cada hogar hay una
Biblia. Pero, ¿cuantos la abren todos los días para conocer realmente a Dios? 
El tiempo de crisis en la vida es que no conozcamos quien es Dios realmente . Él es más grande que
cualquier cosa que podamos imaginar. El sobrepasa nuestro entendimiento, por su eterno poder y gloria.
Él es magnífico, Todopoderoso, y con solo decir una palabra, el Universo entero se conmueve.
Te invitamos a que no creas más en un Dios pequeño, que es el bastón para andar por la vida, sino a creer en
que Dios es real, inmenso, poderoso, tan grande que nada lo puede contener; así que ningún problema en la
vida, ni todos los problemas de la humanidad juntos, podrán ser mayores que Él.

PREGÚNTATE:

¿Crees que tus problemas son demasiado grandes como para que Dios te ayude?
¿Puedes confiar en que Dios es Todopoderoso, y más grande en amor de lo que puedes imaginar? 

PIENSA Y HAZLO REALIDAD EN TU VIDA:

Hoy tenemos una nueva oportunidad para conocer a Dios, realmente. Su Palabra, La Biblia, está al alcance de tu
mano, así que no dudes en buscarlo porque con seguridad podrás hallarlo.
LA PROVISIÓN DE DIOS EN TIEMPOS DE CRISIS

“…más el justo por su fe vivirá”. Habacuc 2:4

Meditaba en la crisis que estamos atravesando no solo en Colombia sino en todas partes del mundo. Y esto me llevó
a pensar en José y su familia. Siempre que hay una crisis, de alguna manera se manifiesta el ingenio de Dios.
Él siempre tiene un plan específico con el que nos salva de muchas cosas. Vemos como Dios preservo a la familia de
José en Egipto (Génesis 42) en medio de la gran hambre y escasez que hubo. Aún en el tiempo de las vacas flacas
Dios tuvo cuidado de sus hijos. Los sacó de la tierra donde estaban para que pudieran subsistir. Jehová es fiel y
cumple sus promesas. Y cuando analizamos el impacto que tuvo el que Dios permitiera que José fuera un
gobernante en aquellos tiempos (pese a todas las cosas que tuvo que pasar antes de llegar al palacio) vemos el
impacto que eso trajo no solo a su familia sino a las generaciones posteriores.
Sé que estamos viviendo tiempos difíciles, momentos en que muchas personas andan confundidas, depresivas,
desalentadas, pensando que la solución es quitarse la vida o robar un banco. Pero amigo y hermano que me lees,
que no se turbe tu corazón. Si es cierto que muchas veces atravesamos momentos de pruebas difíciles ya sea en
el área económica, física o de cualquier índole. Pero Dios sigue teniendo control y cuidado . Las crisis pasan,
después de la tormenta viene la calma. A través de estas cosas que muchas veces pasamos, se prueba nuestra
fidelidad y perseverancia.

Siempre he visto la mano poderosa de Dios obrando, rescatando, proveyendo en el momento justo. Confieso que no
ha sido fácil, confiar absolutamente en Dios cuando nuestra lógica interviene es algo fuerte. Pero siempre recuerdo
ese pasaje de la Biblia que dice que, si Él cuida de las aves y de los lirios del campo, ( Mateo 6:25-34 )cuánto más
hará por cada uno de nosotros.

En medio de la sequía que hubo, Elías pudo ver como Dios lo sustentó en el desierto. Cuando a la viuda le faltó el
aceite, Dios operó un milagro y no escaseo.

Mientras tú mantengas tu fe en Dios y no cruces los brazos, ni te rindas ante las circunstancias, algo pasará. Tal vez
surgirá una idea o una estrategia que provendrá de Dios para que puedas salir a flote. Dicen por ahí que “la
necesidad es la madre de los inventos”. Quién sabe si en este momento de crisis que estés atravesando se te
ocurra una fabulosa idea de la que puedan surgir muchas cosas buenas.

Me gusta pensar en Habacuc 3:17-19: “Aunque la higuera no florecerá, Ni en las vides habrá frutos, Aunque falte el
producto del olivo, Y los labrados no darán mantenimiento. Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas
en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi
fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”.

Es que esas palabras que exclama Habacuc son tan profundas, creo que son un canto de victoria aún en medio de la
desesperación. Son palabras dichas con fe y que reflejan un amor que no se muda conforme a las circunstancias,
sino que es constante. Así como Dios estuvo con Israel cuando atravesaba el desierto, así como les proveyó agua,
alimento y aún sus ropas y calzado no se desgastó, Dios abrirá alguna ventana de bendición para tu vida y la de los
tuyos.
No desmayes, Dios te sostiene, él se encarga de los suyos.

También podría gustarte