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IGLESIA DE CRISTO EMMANUEL DE MINISTERIOS EBENEZER

ESCUELA DE DOCTRINA VIRTUAL EMMANUEL.


MÓDULO DE FUNDAMENTOS BIBLÍCOS

Tema 15

El entrenamiento del alma


1 Timoteo 4:7-8 (PDT) Hay quienes andan inventando cuentos tontos que no son de Dios.
No los aceptes, sino más bien entrénate para una vida dedicada a Dios. El ejercicio físico te
sirve de algo, pero una vida dedicada a Dios te trae bendiciones en el presente y en el futuro.
La palabra de Dios nos dice claramente que somos seres tripartitos: espíritu, alma y cuerpo
(1 Tesalonicenses 5:23), en donde el espíritu en comunión con Dios, tiene la función de
gobernar el alma y el cuerpo. Sin embargo, el alma no obedece, considerando que ella
gobernó hasta que el espíritu fue vivificado cuando aceptamos a Cristo, debido a que el
espíritu estuvo muerto (es decir dormido, separado de Dios) por delitos y pecados (Efesios
2:1). El alma gobernaba al cuerpo de acuerdo con la ley del pecado (Romanos 7:19-20)
adquirida en el libertinaje mientras estaba en el mundo complaciendo todo deseo de la
carne. Es por ello por lo que entrenar el alma es una función divina del Espíritu Santo, en
especial cuando ésta ha sido previamente “entrenada por el mundo”, donde ha aprendido
de injusticias, mentiras, murmuraciones y a la vez ha aprendido a odiar, a ser falsa, a tener
miedo, a ser desconfiada, etc. Luego de recibir a Cristo todo cristiano, requiere de un cambio
o un reentrenamiento guiado por el Espíritu Santo basado en la palabra de Dios.
Introducción:
La Biblia deja ver que nuestro espíritu puede hablarle a nuestra alma y pedirle que se
tranquilice, que confíe en Dios y a la vez le recuerda las promesas de Dios. Por eso David le
hablaba a su alma cuando estaba abatida, diciéndole “Espera en Dios; porque aún he de
alabarle, Salvación mía y Dios mío”. (Salmos 42:5-11). También ante las injusticias y la
persecución que estaba sufriendo, le vuelve a hablar a su alma diciéndole Espera en Dios,
pues he de alabarle otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios! (Salmos 43:1-5) y
seguramente cuando estaba inquieta o a punto de caer en la murmuración, diciéndole Alma
mía, espera en silencio solamente en Dios, pues de El viene mi esperanza. (Salmos 62:3.5).
Una de las cosas como se entrena el alma es enseñándole a bendecir a Dios en todo tiempo
y a que no olvide sus beneficios (Salmos 103:1-5).
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Desarrollo: Antes de entrar de lleno al tema, es necesario que podamos responder varias
preguntas, las cuales nos ayudarán a comprender el proceso que debe tener nuestra alma, y
como debe ser reentrenada.
¿Qué es entrenar?
Según el DRAE, es: Preparar o adiestrar personas o animales, especialmente para la práctica
de un deporte. Para el diccionario Word Reference es: a) Preparar o adiestrar física, técnica
y psíquicamente a personas o animales, especialmente para mejorar el dominio de un
deporte y b) Adiestrar a alguien en el manejo de algo.
¿Qué es el alma?
Una de sus muchas acepciones en el hebreo “lebab” H3824 que significa corazón, usado
también como alma, ánimo, ardor, corazón, deseo, entendimiento, espíritu, inteligencia,
meditación, pecho, propósito, voluntad.
¿Qué es entrenar el alma?
Se refiere a un proceso, en el cual debe someterse el alma para obtener nuevos
conocimientos, habilidades y capacidades. Podemos deducir que es necesario que nuestra
alma sea preparada para las cosas buenas de parte de Dios, así como para esperar y anhelar
de manera intensa la parusía de nuestro Señor Jesucristo. Asimismo, nuestra alma necesita
ser adiestrada especialmente para la práctica de lo bueno, lo agradable, lo perfecto, lo
honorable, lo verdadero, lo justo, lo puro, lo amable, lo que es de buen nombre, lo que
merece alabanza (Filipenses 4:8), etc.
¿Qué cosas deben ser quitadas para entrenar el alma?
Para iniciar el proceso de entrenamiento del alma, primeramente, debemos limpiarnos de
toda contaminación de espíritu, es decir; limpiarnos de toda contaminación para que no haya
infección en nuestro ser integral, la biblia deja ver muchas formas para ser libres y limpiados.
La Biblia nos deja escrito, que este debe ser un propósito continuo en nuestro corazón, el
anhelar estar limpios de toda inmundicia, buscando ser perfeccionados, en 2 Corintios 7:1
podemos leer: “Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda
inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios).
Carne = musculo (o cuerpo) + alma.
Por esta misma razón vemos cómo el Señor para edificar, le índica a Jeremías cual es el
proceso, señalándole que hay que arrancar, derribar, destruir, derrocar, para luego edificar
y plantar, dejándonos ver que hay que quitar primeramente varias cosas del alma, para luego
poder edificarla (Jeremías 1:10).
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¿Cómo entrenar el alma?


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A la luz de la palabra se puede ver que hay muchas formas, como la ministración, la
consejería, la Santa Cena, por medio del Espíritu Santo, escudriñando su Palabra y
poniéndola en práctica, etc., Una de las formas que podemos usar para limpiar y reentrenar
el alma es hablarle. Nosotros podemos hablarle a nuestra alma y así poder disciplinarla. La
biblia nos habla de una parábola donde un hombre que estaba hablando solo Lucas 12:19-
20 “Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa,
come, bebe, diviértete. Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y
ahora, ¿para quién será lo que has provisto?". Acá podemos ver que este hombre estaba
hablándole a su alma, lo único que la estaba educando de una forma incorrecta.
1. Ejemplos de hombres de Dios que entrenaban su alma y ¿cómo lo hacían?
a. Los preparados y diestros para la batalla:
La Biblia habla de trecientos dieciocho hombres entrenados para perseguir al enemigo y por
ende para la guerra y se refiere a los que son hijos y que son nacidos en casa, es decir que
tienen cobertura y casa espiritual. (Génesis 14:14 PDT). También Jueces 3.15 (PDT) nos habla
de Aod quien había sido entrenado para pelear con la mano izquierda y fue quien derrotó al
rey de Moab.
b. Dejando de pecar:
Cuando Jesús sanó al paralitico le dijo: Vete y no peques más, acá podemos ver que una de
las formas de reentrenar el alma es dejando de pecar (Juan 5:14).
c. Aprender a hacer el bien: Otra forma de reentrenar el alma es dejando de hacer el mal, y
aprendiendo a hacer el bien, como lo indica Isaías 1:16-17: Lavaos, limpiaos, quitad la maldad
de vuestras obras de delante de mis ojos; cesad de hacer el mal, aprended a hacer el bien,
buscad la justicia, reprended al opresor, defended al huérfano, abogad por la viuda.
d. David
En David, podemos ver varias formas en que él le hablaba a su Alma, según la condición de
su alma en diferentes circunstancias.
i. En los momentos que se tiene un problema, solicitando protección, Salmos 16:1: Vemos
al alma hablando, pidiendo protección. Y en Salmos 16:2-5 el espíritu le habla al alma que se
relaje y que confíe en Dios y le recuerda sus promesas. Es necesario que nuestro espíritu se
levante vivificado para hablarle a nuestra alma. No se trata de regañar al alma solamente,
sino de recordarle promesas de Dios. ¿Porque cree usted que existen enfermedades
psicosomáticas que primero afectan el alma y luego el cuerpo?, ¿cuándo usted está muy
estresado a donde cree que se va el estrés? ¡AL ALMA! y luego se refleja en el cuerpo con
una gran ulcera en el estómago y ¿sabe porque pasa esto? porque el espíritu no está
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cumpliendo su función. Por supuesto que se debe ser cuidadoso y no hacerlo enfrente de

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otra gente que no comprende en el Espíritu. Hay que considerar que tampoco se trata solo
de regañar al alma, debemos de hablarle y recordarle las promesas de Dios.
ii. En los momentos de abatimiento, recordando que hay que alabar al Señor, Salmos 42:5:
Asimismo vemos en Salmos 42:5 que David le habla al alma por primera vez preguntándole
porque se abate y turba y le dice: Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez por la salvación
de su presencia. En el mismo Salmos 42:5 (R60) ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas
dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Aquí
David le está hablando a su alma a través del espíritu humano, pero su alma está demasiado
dura, por eso dice Salmos 42:6 Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por tanto,
de ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar. Luego David,
después de ver que su alma está demasiado abatida pide ayuda al Señor, mientras el espíritu
le está hablando a Dios, empieza a sentir los ríos de agua de vida por sus entrañas y empieza
el gozo del Señor Jesucristo. Es por lo que en Salmos 42:11 le habla lo mismo por segunda
vez y le dice: Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡El es la salvación de mi ser, y mi
Dios! Esto nos deja ver que hay que hablarle al Alma, pero también en medio de las
circunstancias una forma de ministrar al Alma es por medio de la alabanza al Señor,
recordando las victorias del Señor y exaltando su nombre.
iii. En los momentos que se vive injusticia, sabiendo que del Señor viene Salvación, Salmo
43: Luego en Salmos 43 empieza a pedir justicia y específicamente Salmos 43:1-4 pide a Dios
que le haga justicia y lo defienda contra una nación. En Salmos 43:5 por tercera vez le vuelve
a hablar al alma preguntando porque se abate y turba y le dice: Espera en Dios, pues he de
alabarle otra vez. ¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!
iv. En los momentos de persecución u oposición, el Señor es nuestra esperanza, Salmos
63:3-4: La Biblia dice en la versión Nueva Traducción Viviente, Salmos 62:3-4 “(NTV)
¡Cuántos enemigos contra un solo hombre! Todos tratan de matarme. Para ellos no soy más
que una pared derribada o una valla inestable. Piensan derrocarme de mi alta posición. Se
deleitan en decir mentiras sobre mí. Cuando están frente a mí, me elogian, pero en su
corazón me maldicen.” Y en Reina Valera 1960 en el siguiente verso nos dice: Salmos 62:
(R60) Alma mía, espera en silencio solamente en Dios, pues de El viene mi esperanza.
Dialoguemos con el alma recordándole las bendiciones de Dios, hablando promesas de Dios,
enseñándole que confíe y aprenda a reconocer, que en Dios tenemos nuestra esperanza.
v. En los momentos difíciles, recordando que todos los beneficios del Señor, Salmo 103:1-5:
La Biblia nos enseña en Salmos 103:1-5, que hay que enseñarle al alma a bendecir a Dios y
que no olvide todos los beneficios de Dios. El alma debe recordarse, esperar, ser paciente y
bendecir a Dios. Muchas veces en los momentos difíciles el enemigo puede venir a querer
hacernos olvidar todas las misericordias de Dios, pero una ministración a nuestra alma es
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recordarle todas las bendiciones y beneficios que hemos recibido del Señor, primeramente,

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nuestra Salvación, la cual dice la escritura el salmista, “devuélveme el gozo de mi Salvación”
ya que cuando estamos gozosos, recibimos la fortaleza de parte del Señor.
vi. En los momentos que vienen preocupaciones o stress, recordarle que repose en el Señor,
Salmos 116:6-7: La Biblia en estos pasajes nos dice: “El SEÑOR guarda a los sencillos; estaba
yo postrado y me salvó. Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque el SEÑOR te ha colmado de
bienes. Este pasaje bíblico nos enseña a hablarle al alma para que se vuelva a Dios que es el
Señor Jesucristo y que busque el reposo. Muchas veces cuando tenemos orgullo, o estamos
afanados en varias actividades que estemos realizando puede venir stress o preocupaciones,
pero el Señor nos enseña, “aprended de mí que soy manso y humilde y hallaréis reposo para
vuestras almas” (Mt. 11:29).
2. ¿Cuáles son los beneficios de entrenar el alma?
a. Obtener Galardón, 1 Corintios 9:25 PDT En estos pasajes vemos como la Palabra nos
muestra que el atleta o deportista, se prepara, se abstiene de muchas cosas, se entrena con
disciplina, para recibir un galardón, para recibir un premio. Ahora bien, nosotros nos
estamos preparando y reentrenando nuestra alma, para recibir el galardón de participar en
el arrebatamiento, en la parusía del Señor, y ser hallados irreprensibles en nuestro espíritu,
alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23). Por eso dice la escritura que el ejercicio físico
aprovecha poco, pero la piedad para todo, ya que no solo tiene promesa para la vida
presente, sino también para la futura (1 Timoteo 4:8).
Conclusión: La ministración al alma sin duda alguna es una herramienta poderosa para
nosotros los cristianos, tal como lo hemos venido aprendiendo. Y una de las formas efectivas
de ministrar nuestra alma es hablándole de parte de Dios las bendiciones dadas en su
Palabra, así como exhortarla a que aprenda a esperar y confiar en Dios. Debemos practicar
esta estrategia bíblica, aunque parezcamos locos. La Biblia nos deja esta estrategia y
debemos hacer uso de ella. Debemos hablarle al alma que se sujete a la palabra de Dios y al
espíritu quien recibe instrucciones de parte del Espíritu Santo y de esta manera reentrenarla.
Salmos 146:1-2 Aleluya! Oh alma mía, alaba al SEÑOR. Alabaré al SEÑOR mientras yo viva;
cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista. 82

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NIVEL: FUNDAMENTOS BIBLÍCOS
HOJA DE TRABAJO 15

TEMA: El entrenamiento del alma.

1. ¿Qué es el alma?

2. ¿En qué consiste el entrenamiento del alma?

3. ¿Qué cosas deben de ser quitadas para entrenar el alma?

4. ¿Se puede hablar al alma? ¿Por qué es importante hacerlo?

5. ¿Por qué es importante dejar de pecar como un proceso del entrenamiento del alma?

6. ¿Es importante la ministración y por qué?

7. ¿Por qué antes del entrenamiento del alma no se sabe hacer el bien?

8. ¿Cómo podemos ver que David vivió este proceso de entrenar su alma?

9. ¿Cuáles son los beneficios de entrenar el alma?

10. ¿Cuál sería la herramienta más poderosa para entrenar el alma?


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