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EL NUEVO CREYENTE

Ser un nuevo creyente es ser ahora un bebé espiritual que comienza


a dar pequeños pasos hacia el conocimiento pleno de Dios.

Y que mientras empieces a caminar, podrías enfrentar obstáculos


que pongan en riesgo tus inicios como nuevo creyente.

Te aseguro desde ya que no será fácil. Pero mientras seas firme en la


decisión que has tomado, Dios jamás te desamparará.

Para eso, aprovecha todas las herramientas para tu crecimiento que


existan en tu Iglesia.

Por ejemplo, el discipulado para nuevos creyentes es el medio


principal para ayudar a un nuevo cristiano a afirmar su fe en Cristo.

Si sigues este discipulado al pie de la letra, estoy seguro que serás


inconmovible en tu fe.

Pero como te dije, empezar una nueva vida en Cristo no será fácil.
Pasarás por un proceso en donde te verás enfrentado, incluso, a tu
propia familia.

¿Qué hacer entonces?

Pues en este artículo quiero que conozcas las cosas a las que podrías
enfrentarte como nuevo creyente, y como responder a cada una de
ellas.
1. La Iglesia es un lugar de
pecadores
Así como sucede con un hospital, que está lleno de enfermos, así
la Iglesia está llena de pecadores.

Personas que como tú y yo buscan su salvación todos los días.

Pues el hecho de tener años congregando en una iglesia, no quiere


decir que ya tengas el cielo ganado.

Por tal motivo, quiero que deseches la idea de que la Iglesia es sólo
para "santos". No se va a caer por el simple hecho de que un pecador
ingrese.

Hasta fue el mismo Jesús quien dijo que vino por los enfermos, no
por los sanos. (Mr. 2:17)

Así que, si estás empezando tu vida en Cristo, no te creas menos que


los demás. No los veas como inmaculados.

Deja de oír las voces que te digan que la Iglesia no es para ti. Que
sólo perderás tu tiempo porque es un lugar de gente más pecadora
que ellos.

Pero ten por seguro que no perderás tu tiempo. Que ganarás vida
eterna. Porque la iglesia es eso, un lugar para pecadores.
El pastor y los líderes
podrían fallar
Vuelvo a repetir lo dicho en el punto anterior: "La iglesia es un
lugar de pecadores en busca de arrepentimiento".

Esto incluye también al pastor y los líderes. ¿O creías que ellos si


son inmaculados?

Claro que no.

De hecho, al igual que tú y toda la congregación, ellos también están


buscando su salvación. No tienen el cielo ganado sólo por
administrar la iglesia.

Por tal razón, desecha la idea de que el pastor o los líderes nunca
deben fallar. Que ellos siempre deben estar al margen de la
perfección.

Pensar en esto es un grave error.

Porque cuando falle el pastor o líder, inmediatamente lo tomarás


como excusa para no confiar en Dios.

Así que te aconsejo fijar tu mirada sólo en Jesús. Él único que no


fallará ni te decepcionará jamás.

Los demás, como el pastor o líderes, son tan imperfectos como tú.
Te van a decepcionar sus errores. Y lo más probable es que
murmures y critiques de ellos.
En vez de eso, has oración por tu pastor y líderes. Ama y perdona tal
como Dios lo hace contigo.

3. Puede que te sientas


rechazado
Esta situación se repite muy a menudo en algunas iglesias. Pareciera
como si un nuevo creyente debe pasar un proceso para ser recibido
en algún grupo de la congregación.

Si este es tu caso, quiero pedirte por favor que no vayas a renunciar


a Cristo.

El hecho que cierto "grupito" en la Iglesia no te incluya, no quiere


decir que Dios sea así. Él está interesado en tener una gran relación
de amistad contigo.

Por lo tanto, lo primero que debes hacer es orar. Para pedir que Dios
te permita conocer a verdaderos amigos, que te ayuden a crecer en
todas las áreas de tu vida.

Tengo fe de que en la Iglesia donde congregas existen algunos


buenos cristianos que te amarán en gran manera. Te ayudarán a
crecer y se preocuparán por ti.

No vayas a permitir que satanás te inunde de pensamientos,


como: "Aquí nadie me quiere, mejor me voy".

Dios te ama. Y es el mejor y más grande amigo que puedas tener.

Sin embargo, en la Iglesia, como en todo lugar, al principio siempre


cuesta integrarse a los demás.
Pero no vayas a usar ese "rechazo" como una excusa para alejarte de
Dios.

Perderás familia y amigos


por causa de Cristo
Los inicios de un nuevo creyente siempre son difíciles. Y es que el
precio que tenemos que pagar es el rechazo de los más cercanos a
nosotros.

¿Creíste que era cosa fácil? Pues no.

El diablo jamás va a permitir que así de fácil se le escape un alma de


las manos.

Por eso, su principal punto de ataque a los nuevos convertidos es su


círculo más cercano (familia y amigos). Y los usa a través del
rechazo y la burla.

Así que vas a encontrarte con amigos que dirán: "Ahí va el


hermanito. Ahora se cree mejor que nosotros. Tremendo pecador".

O a familiares diciendo: "Ya te volviste evangélico aburrido. Seguro


que nos predicarás. Ya no lo inviten a reuniones".

¿Complicado, verdad?

Ese es el precio que tienes que pagar por haber aceptado el camino
de la salvación.
Y Jesús mismo lo advirtió. Pero dijo que si sufrimos y soportamos
estos rechazos, seremos recompensados.

No olvides, además, que quienes te rechazan ahora son tu carga para


que ores pidiendo por su salvación.

5. Tu vida pasada buscará


arrastrarte de nuevo
Otra de las cosas que tienes que afrontar es tu vida pasada intentado
que regreses al lugar de donde Cristo te rescató.

En esto van a tener que ver mucho tus amigos o familiares. Que
como te dije en el punto anterior, se mofarán de tu conversión a
Cristo hasta verte caer.

Por ejemplo. Si antes de Cristo eras un borracho empedernido, tus


amigos o familiares gritarán: "Hermanito, una cervecita. Jesús tomó
también. ¿Acaso eres mejor que nosotros?".

Si vivías como picaflor, te incitarán a volver a estar detrás de los


chicos. Pero si les rechazas, seguro te dirán monja, aburrida o
cristianita.

Así que oro al Señor para que puedas enfrentar a todas las
tentaciones que se te presenten.

Y ora también tú, pidiendo a Dios por misericordia y fortaleza.

Pero en el caso que hayas vuelto a pecar, no olvides que el trono de


la gracia de Dios está disponible todos los días. (Lm. 3:22-23)

Sin embrago, ser fiel a Cristo también demanda se tu esfuerzo


diario. Porque si resistes al diablo, el diablo huirá de ti.
6. Se te hará difícil orar y
leer la Biblia
Para poder estar firme en los caminos de Dios, y soportar las cosas
que en los anteriores puntos he mencionado, se hace necesaria la
oración y la lectura Bíblica.

Pero empezar a orar y leer la Biblia puede que sea tedioso. Hasta
puede que pienses que sólo basta con ir a la Iglesia todos los
domingos.

Sin embargo, si quieres mantener tu alma nutrida de Dios, debes


orar y leer la Biblia.
Puede que orar te parezca complicado por no saber qué decir, pero la
oración es una sencilla conversación con Dios. No necesitas palabras
rebuscadas.
7. Podrías caer en pecado de
nuevo
Aún con todo el deseo de estar firme en Dios, podrías caer en
pecado nuevamente y asumir un juicio por cuenta propia.

Es más, podrías pensar que Dios se olvidó de ti porque le fuiste


infiel. Que no volverá a verte jamás y se olvidará hasta de tu
nombre.

Y al final podrías decir como muchos: "¿Para qué ir a la Iglesia si


voy a estar pecando a cada rato?".

Sin embargo, estas son sólo ideas absurdas que satanás usa para que
renuncies a tu vida en Cristo.

Por lo tanto, debes comprender que hasta los hijos de Dios son
propensos a pecar todos los días.

Que mientras estés en este mundo lleno de pecado, tu vida tendrá


atracción al mal en todo momento. (Gl. 5:17)

Y si cedieras al pecado, con todo eso Dios te seguirá amando. Para


Él tu pecado no es razón suficiente para odiarte.

Y ahí tienes la oración y la Palabra de Dios. Dos armas poderosas


que te darán el vigor para poder enfrentar cualquier dificultad.

Además, si Dios está contigo, nadie podrá contra ti.

Hazme saber abajo en los comentarios, ¿qué te ha parecido este


artículo? Además, cuentas en pocas líneas, cómo llegaste a Cristo.

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