Está en la página 1de 5

10 síntomas de un cristiano que se aleja de Dios

NOVIEMBRE 21, 2017

Nunca me imaginé que éste artículo se convertiría en el más leído del blog y el
más difundido. Me da gusto saber que el blog anterior fue de bendición para
muchas personas. 

Debo confesar que al escribir este artículo, lo hice porque yo mismo lo viví; sé
que muchos de ustedes lo han pasado también y me gustaría evitar que los
jóvenes de hoy pasaran por esta situación.

Decidí actualizar esta entrada para traer un mejor artículo que te edifique y te
ayude a restaurar tu relación con Dios.

El día de hoy les quiero compartir 10 síntomas, señales o formas que puedes ver en tu


propia vida cuando comienzas a alejarte de Dios. Aunque no lo creas, es muy difícil verlo
en uno mismo, muchas veces no nos damos cuenta que nos estamos alejando poco a poco
de Dios, sino es hasta que nos vemos en un pozo lleno de problemas y consecuencias
negativas por nuestras malas decisiones.
Alejarse de Dios es lo más terrible que puede hacer un hijo de Dios, porque después de
experimentar la libertad, el enemigo va a querer aprovecharse para volver a atarnos.
Si llegas a detectar alguna de estas señales a tiempo, ya sea en tu vida o en algún amigo o
hermano de la Iglesia, todavía puedes hacer algo: recapacitar y volver a Dios.

Veamos cuáles son esos diez síntomas:

1. Dejas de orar en privado


Cuando tienes tiempo para todo menos para orar, es un indicativo que algo esta pasando en
tu relación con Dios. Lo estas dejando a un lado. Hay quienes pueden decir: "yo oro por los
alimentos", pero eso es muy distinto a tener intimidad con Dios.

El Señor Jesús nos enseñó que debemos orar en lo secreto con nuestro Padre (Mateo 6:6).
Imagínate que tan primordial es la oración, que el mismo Señor Jesús, oraba todos los días
muy de mañana (Marcos 1:35).

Yo alguna vez dije: "No tengo tiempo para orar", pero realmente pasamos más tiempo
haciendo cosas que no edifican en lugar de pasar tiempo a solas con Dios. Si hasta el día de
hoy haz dejado de orar, determínate a hacerlo todos los días a partir de hoy.

2. Dejas de leer la Biblia


Así como la oración, la lectura de la Palabra es indispensable para la vida del cristiano,
porque de ella tomamos fuerza, aliento, impulso y fe para seguir adelante. La oración es
como el respirar y la palabra es como el pan que nos nutre.

La Biblia es la lámpara que nos guía a través del camino correcto (Salmo 119:105). La
Palabra de Dios es el alimento que nos ayuda a fortalecernos (Deuteronomio 8:3), nos
ayuda a crecer en fe (Romanos 10:17), nos ayuda a vencer al enemigo (Apocalipsis 12:11;
Mateo 4:1-11).

Retoma la lectura y el estudio de la Palabra de Dios. Hay que leerla para ser sabio, creerla
para ser salvo y practicarla para ser santo.

3. Encuentras cualquier excusa para no ir a la Iglesia


Una de las primeras excusas que encontramos es: "No voy a la Iglesia porque está llena de
hipócritas". Para esto hay una frase que circula mucho por las redes sociales que dice: "La
iglesia no es un museo de santos" Aunque tampoco debe ser una excusa para estar haciendo
lo malo, la Iglesia sirve para restaurar, para edificarnos unos a otros fundamentados
siempre en el amor de Cristo. Cual sea la excusa, siempre veremos el error de los demás
para justificar nuestros errores.

Hebreos 10:25 nos dice que no dejemos de congregarnos, como algunas personas tiene por
costumbre.
Yo fui de aquellos que ponían mil y una excusas para no ir a la Iglesia, pero de verdad que
es a veces nuestra carne la que no quiere que vayamos a recibir de lo que Dios tiene para
nosotros. Nuestro espíritu está sediento por Dios, anhela ser tocado por Su presencia. El rey
David acostumbró aún a su carne a depender de Dios que dijo: "Dios, Dios mío eres tú; de
madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida
donde no hay aguas" (Salmo 63:1).

Dale la oportunidad a tu espíritu, alma y cuerpo que se llenen de la gloriosa presencia de


Dios. Abre tu corazón, perdona y pide perdón, congrégate y sírvele a Dios con todo tu ser.

4. Comienzas a escuchar música secular


Hay algunos blogueros cristianos "famosos" que te dicen que escuchar música secular no es
malo, mientras cuides el contenido que escuchas. La verdad no estoy de acuerdo con ellos,
pues lo que entre a tu vida (vista u oídos), pasa a tu mente, baja a tu corazón y de lo que
esté lleno tu corazón, de eso hablarás. Si nos ponemos a analizar las letras de esas
canciones seculares, encontrarás mucho contenido que NO EDIFICA para nada tu vida.

No se trata de que yo te diga lo que debes hacer, lo mejor es que oremos a Dios y le
preguntemos qué le agrada y qué no. Él es quien a través de su Espíritu Santo nos guiará ala
verdad, a lo que es correcto (Juan 16:13).

La diferencia entre escuchar música secular y música espiritual (o cristiana), es que la


espiritual nos lleva a adorar a Dios, nos inspira para que alabemos y glorifiquemos con
cánticos a nuestro Señor. hay música de todos los géneros, aún la música cristiana debe
pasar por un filtro para poder elegir la música correcta.

5. Te emocionas más al escuchar temas de actualidad que


al escuchar la Palabra
Sientes un mayor interés por cualquier otra cosa (deportes, películas, series, famosos, etc)
que por escuchar la palabra de Dios. No dejes de interesarte por lo que puedas aprender en
tu devocional, en las predicaciones de tu congregación.

Un ejemplo que he visto, es cuando la gente se apasiona demasiado por el fútbol. He visto a
gente llorar, pelear y hasta matar por su equipo favorito, es una pasión llevada al extremo.
A eso se le llama fanatismo.

El fanatismo no solo se da en la religión, se puede dar en cualquier ámbito, ya sea


deportivo, musical, política entre otros. Nos hace falta más pasión por la Palabra.

6. Tu novio o novia no es cristian@


Es uno de los errores más grandes que cometemos cuando nos alejamos de Dios, y es el de
unirnos con yugo desigual.  Conozco muchísimos testimonios que acabaron mal, al querer
elegir pareja sin pedir dirección a Dios. 
Me da mucha tristeza ver casos y más casos de chicos cristianos que prefieren comenzar
una relación incorrecta en lugar de agradar a Dios. Hubo un caso de una discípula mía, que
tenía poco de acercarse a Cristo; fue a un encuentro, estuvo en la escuela de líderes, asistía
a la célula.

De pronto conoció a un chico que no era cristiano. Ella lo empezó a llevar a la iglesia, lo
involucró en la célula, lo mandamos al encuentro. Hablamos con ella y le aconsejamos que
ese noviazgo no era correcto, que era importante que se dieran un tiempo, pues el chico
asistía por quedar bien con mi discípula.

Qué fue lo que pasó, que estos muchachos cayeron en fornicación, se tuvieron que casar
para que el chico se hiciera cargo del bebé que habían concebido. Después el muchacho le
prohibía a la chica a que fuera a la Iglesia. El ahora esposo de mi discípula, la comenzó a
maltratar, a golpear y a engañar con otras.

Dios no se equivoca cuando nos dice que: "No os unáis en yugo desigual con los
incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión
la luz con las tinieblas?" (2 Corintios 6:14).

7. Tus mejores amig@s no son cristian@s


No es malo tener amigos inconversos, pero se vuelve una alerta roja cuando pasas más
tiempo con ellos, pues es muy probable que termines siendo como ellos. Dice un popular
refrán: "Dime con quién te juntas y te diré quién eres". Como ya tienes amigos nuevos,
dejas a un lado a tus amigos y hermanos de la Iglesia porque crees que son aburridos.

En 1 Corintios 15:33 nos dice que: "¡No se dejen engañar! Bien dice el dicho, que «Las
malas amistades echan a perder las buenas costumbres.»" (TLA).

Hubo un tiempo que me junte mucho con personas que no tenían temor de Dios, y siempre
te cuestionan el por qué no haces o practicas ciertas cosas. Uno sabe que todo lo podemos
hacer, pero no todo nos edifica (1 Corintios 10:23).

La gente inconversa no tiene temor de hacer lo incorrecto y siempre van a criticar a los
hijos de Dios. Por eso debemos de haceros de amigos que edifiquen y que nos motiven a
seguir buscando de Dios.

8. Ves programas de televisión donde muestran el pecado y


te es indiferente
Cuando comienzas a ver el pecado como algo normal, deja de parecerte pecado. Después
comienzas a pensar: "Si otros lo hacen, por qué yo no".

Hay series de televisión, películas, novelas y aún caricaturas que exaltan al enemigo, o que
quieren sembrar en el corazón de las personas todo aquello contrario a los principios de
Dios. El asesinato, la fornicación, el adulterio, es satanismo, espiritismo, magia, conjuros,
demonios, y toda clase de pecado; deseos de la carne, de los ojos y la vanagloria de la vida.
Todo esto proviene del mundo y del diablo y por eso el enemigo quiere que tu corazón se
llene de todo eso. (1 Juan 2:16; Gálatas 5:19-21)

La palabra dice que esos frutos de la carne los debemos desechar para no entristecer al
Espíritu Santo (Efesios 4:25-32).

9. Cometes pecado y no te duele


Primero piensas que el pecado es algo "normal", ya cuando lo haces sientes que no pasa
nada, pero las consecuencias siempre vienen. Este es uno de los síntomas más delicados,
porque cuando no te sientes mal por el pecado, quiere decir que estamos evitando que el
Espíritu Santo nos redarguya.

Cuando hacemos entristecer al Espíritu de Dios, Él se aparta de nosotros, lo cuál es un gran


peligro porque Él es quien nos lleva al Padre, nos guía a toda verdad y nos convence de
pecado, justicia y juicio. (Juan 16:8).

10. Te alejas de Dios y de todo lo que lo representa


Cuando menos lo imaginas ya estas tan lejos de Dios, y te es indiferente cuando alguien te
dice que vuelvas. Crees que eso ya no es para ti y que es mejor como estas ahora. Cuando
veas que ya no quieres saber nada de Dios, ni de la Biblia, ni de la Iglesia, ni de los
cristianos. Cuando quieres alejarte de todo aquello que te recuerde de Dios, es uno de los
síntomas más graves.

Es tiempo que hagas un auto análisis de tu vida espiritual y te des cuenta en cuál de estos
diez síntomas te encuentras.

Tal vez hoy sientas que estas muy alejado de Dios pero nunca es tarde para arrepentirse.
Lea Santiago 4:8 e Isaías 55:6-7.

Si te identificaste con estos síntomas, aún estas a tiempo de volver a Dios. Arrepiéntete y
pídele perdón a Dios. Él esta con los brazos abiertos para recibirte de nuevo.

 
PASANDO POR EL DESIERTO

PROFUNDIDAD SIN FIN

LAS RAÍCES DEL CRISTIANO

También podría gustarte