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Dios, Padre nuestro, Tú Hijo Jesús predicó un mensaje de

paz y nos enseñó a vivir como hermanas y hermanos.

Su mensaje tomó cuerpo en la visión de los Padres de la Patria,


quienes modelaron una nación donde todos vivieran como si fueran uno.

Este mensaje vive en nuestras mentes como una tarea para


el hoy y una promesa para el mañana.

Te damos gracias, Padre, por tus bendiciones en el pasado,


y por todo, lo que con tu ayuda, debemos alcanzar.

Bendice a nuestra nación y a cada uno de nosotros. Al darte gracias por


nuestra independencia, que podamos extender esta bendición a nuestros
hermanos y hermanas más jóvenes, los niños en el vientre materno.

Adelanta el día en que nuestra nación sea una nación con libertad y justicia,
no sólo para algunos, sino para todos, te lo pedimos
por Cristo nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN POR LA PATRIA


Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos,
nos sentimos heridos y agobiados,
precisando de tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad, sea la pasión por la verdad,
y el compromiso por el bien común.

Danos la valentía de la libertad,


de los hijos e hijas de Dios,
para amar sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
desterrando el odio y construyendo un Perú en paz,
concédenos la sabiduría del dialogo.

Tu nos convocas, aquí estamos Señor,


cercanos a María, nuestra Madre.
Jesucristo Señor de la historia, el Perú te necesita,
bendice hoy y siempre nuestra nación.
Amén.

Jesucristo, Señor de la Historia, te necesitamos.


Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser Nación, una Nación cuya identidad sea la pasión por la
verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos,
sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que
nos ofenden; aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que
no defrauda.
Tú nos convocas; aquí estamos Señor, cercanos a María, que desde
Lujan nos dice: “Argentina, canta y camina.”
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén.

ORACIÓN POR EL DÍA DE LA INDEPENDENCIA

Señor Jesús:
Elevamos hasta Ti nuestros corazones, agradecidos y suplicantes,
alabando tu Santo Nombre, con la ferviente esperanza de que
también te alaben y te adoren todas las criaturas de la Tierra.

Lo hacemos, Señor, en este día, que es el Día de nuestra


Independencia como Nación libre y soberana, y el Día de la Madre
en el Paraguay.

Atiende nuestras súplicas, Señor, y acude solícito ante las


necesidades de nuestra Patria, que se ha consagrado a Ti y a tu
Santísima Madre.

Necesitamos, Señor, una Patria real y verdaderamente


independiente, no solo por su soberanía en el concierto de las
naciones, sino por su liberación de todo lazo del pecado, fuente de
las injusticias, del hambre y la pobreza extrema, y de la
corrupción que deja sin pan y sin vivienda a los compatriotas más
desvalidos y carenciados.

Necesitamos, Señor, una Patria fiel al Mandamiento de amarnos los


unos a los otros, independiente y libre del odio entre paraguayos,
de la violencia que siembra dolor y luto en los hogares, y de las
injusticias que impiden que reinen la armonía y la paz en nuestro
bendito suelo.

Necesitamos, Señor, una Patria independiente de las despiadadas


agresiones a la naturaleza pródiga que nos regalaste, y que no
todos la cuidamos con responsabilidad, poniendo en peligro la
herencia ecológica que debemos dejar a las generaciones futuras.

Necesitamos una Patria independiente de todo signo de violencia


en los hogares, así como del secuestro desgarrador y del homicidio
impune.
Los recordamos, muy especialmente, a Edelio y a Abrahan, cuyo
retorno a sus hogares lo esperamos hace ya mucho tiempo.

Y en este día de la Madre, recordamos, con admiración y cariño, a


la mujer paraguaya, “la más gloriosa de América”, según
expresiones de tu Vicario el Papa Francisco, “porque ella,
decidiendo tener el hijo, salvó la patria, la cultura y la Fe”.

Concédenos, Señor, madres ejemplares, formadas a la luz de tu


Palabra, que se muestren como auténticas guardianas de la vida y
del amor en cada uno de los hogares paraguayos, y varones de
temple, como los Padres de la Patria, capaces de dignificar y de
honrar a la mujer.

Ven a nosotros, Señor, con tu Divino Espíritu, y habita en cada


hogar de nuestra Patria, para que en ella resplandezcan los
fulgores de tu Divina Luz.

Que cada corazón paraguayo se convierta en un Sagrario viviente


donde Tú reines, y que tengamos el valor de luchar por construir
tu Reino en la Tierra, que es un Reino de justicia, de amor y de
paz.

Solo así podremos sentirnos orgullosos de vivir en un Paraguay


realmente libre, independiente y soberano.

Intercede, Señor, por nosotros al Padre, que contigo vive y reina


en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

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