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Universidad de Concepción Asociación Chilena de Sismología e

Departamento de Ingeniería Civil Ingeniería Antisísmica

Nº A12-07
LONGITUD DE EMPALME POR TRASLAPE DE BARRAS DE REFUERZO
VERTICAL DE MUROS DE ALBAÑILERÍA ARMADA

Maximiliano Astroza I.1 y David Silva S.2

1.- Departamento de Ingeniería Civil. Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Universidad de Chile.
Avda. Blanco Encalada 2002. 4ª Piso, Santiago, Chile.
email: mastroza@ing.uchile.cl
2.- Ingeniero Civil. Universidad de Chile.
Plaza Ercilla 883, Santiago, Chile.
email: dsilva@idiem.uchile.cl

RESUMEN

La necesidad de obtener mecanismos estables de disipación de energía para lograr la supervivencia de


estructuras sismorresistentes, obliga a identificar las zonas y los materiales que deben cumplir con este
compromiso. En el caso de los edificios de albañilería armada, el acero de refuerzo vertical es una de las
mejores alternativas para controlar el mecanismo de disipación de energía cuando se logra que este
refuerzo fluya por efecto de los momentos de flexión que produce la acción de un sismo, con este
propósito, se debe tener un buen detallamiento de las armaduras, dentro del cual las longitudes de
empalmes por traslape son fundamentales.

Teniendo en cuenta lo anterior, en este trabajo se entregan recomendaciones para calcular la longitud de
empalme por traslape de las barras con resaltes usadas como refuerzo vertical de los muros de albañilería
armada. Con este propósito, se revisaron los resultados de estudios experimentales realizados tanto en
Chile como en el extranjero, entre estos resultados se destacan los obtenidos por Da Fonseca (Da Fonseca,
2002) por representar la situación actual en Chile.

Palabras Clave: Albañilería Armada, Diseño Sísmico, Empalmes de Barras.


Congreso Chileno de Sismología e Ingeniería Antisísmica
IX Jornadas, 16-19 de Noviembre de 2005, Concepción - Chile

1. INTRODUCCIÓN

Por limitaciones propias de la construcción, muchas veces es necesario empalmar las barras verticales de
un muro de albañilería armada, lo que se hace mayoritariamente por simple traslape de ellas. Desde el
punto de vista de un diseño racional, se debe lograr que la capacidad del muro con barras empalmadas
debe ser la misma que la del elemento sin empalmes, es decir, cualquier barra vertical debe alcanzar en la
zona empalmada su máxima resistencia nominal, sin que se produzca una “falla del empalme”, para evitar
que la capacidad resistente y la capacidad de deformación y de disipación de energía del muro se vean
disminuidas.

En general, las recomendaciones de buena práctica indican que los empalmes se deben ubicar lejos de los
puntos donde se producen las máximas solicitaciones en las barras y no deben ubicarse a la misma altura
para todas las barras. Teniendo en cuenta lo anterior, las normas de hormigón armado (ACI 318, 2002)
identifican distintas “clases” de empalmes de acuerdo con el porcentaje de barras que están siendo
empalmadas y del nivel de tensiones que actúa en las barras en la zona del empalme, exigiendo una mayor
longitud de empalme cuando éstos se realizan a la misma altura y ella corresponda a la posición en que las
barras están sometidas a altas tensiones de tracción.

Desafortunadamente, si se analizan los factores que se reconocen como desfavorables desde el punto de
vista de los empalmes de armaduras, algunos de ellos se presentan normalmente en los muros de
albañilería armada, viéndose favorecida la posibilidad que se produzca una falla en el empalme al ubicarse
éstos en las zonas más solicitadas y al estar el 100% de las barras empalmadas a la misma altura. Además,
se agregan otros factores desfavorables, propios de la albañilería armada, como son: el menor espesor del
recubrimiento de material de relleno, la dificultad para compactar el material de relleno por el
congestionamiento de barras, la segregación del material de relleno por su bajo contenido de cemento, la
menor contribución de las paredes de las unidades como parte del recubrimiento para resistir las fuerzas
que producen la falla por hendimiento, la falta de confinamiento en la zona de empalme y el uso de
materiales de relleno de baja resistencia.

Para el caso de las armaduras verticales de los muros de albañilería armada, algunos de los factores
destacados varían de un país a otro al cambiar las propiedades de las unidades y de los materiales de
relleno utilizados en su construcción. En Chile se debe destacar el uso de unidades cerámicas con huecos
de dimensiones reducidas y paredes perforadas compuestas por tabiques de paredes delgadas, de bloques
de hormigón de baja resistencia y de morteros de relleno con una fluidez inadecuada, bajo contenido de
cemento y baja resistencia a la compresión.

Con el propósito de contribuir al diseño de los empalmes por traslape, en este trabajo se entregan
disposiciones para el calcular el largo de los empalmes por traslape de barras con resalte que funcionan
como refuerzo vertical de los muros de albañilería armada. Las recomendaciones que se establecen son el
resultado de una revisión de estudios experimentales y de las recomendaciones que establecen las normas
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de diseño de albañilería armada. Mayores detalles de esta revisión se encuentra en la memoria para optar
al título de Ingeniero Civil de David Silva (Silva, 2005).

2. ANTECEDENTES GENERALES

2.1. Modos de falla

Desde el punto de vista de la falla de un empalme por traslape, se reconocen tres modos de falla: arranque
o deslizamiento de la barra (Pullout), hendimiento y rotura de la barra. La falla por hendimiento es la más
frecuente en los ensayos realizados y se identifica por la presencia de un agrietamiento longitudinal del
material que rodea la barra en una buena extensión a lo largo de la zona de empalme. Esta falla se produce
cuando las tensiones de tracción que producen las componentes radiales de las fuerzas de interacción que
se desarrollan en los resaltes de la barra (Fig. 2.1) superan la resistencia del material que la rodea,
produciéndose un agrietamiento como el mostrado en la Fig. 2.2.

Figura 2.1. Mecanismo de transmisión de fuerzas entre armadura y hormigón (González y Robles, 1985)

Figura 2.2. Fallas por hendimiento en empalmes de albañilería


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2.2. Alcances de los datos obtenidos de los estudios experimentales

En relación con la información proporcionada por los ensayos realizados para estudiar la adherencia de
barras, es conveniente destacar que los ensayos de Pull-Out proporcionan información de algunos de los
factores que determinan la capacidad de un empalme y esta información es más bien de tipo cualitativa.
Por otra parte, los ensayes de muros de albañilería armada sometidos a carga lateral alternada con barras
verticales empalmadas (Muñoz, 1982, San Bartolomé et al, 2003) han fallado por corte y en la medida que
esta falla ha sido por deslizamiento en la base del muro, no se ha podido analizar el efecto del traslape de
las barras verticales sobre el comportamiento de los muros.

Teniendo en cuenta lo anterior, para estudiar los factores que determinan la capacidad resistente de un
empalme por traslape se han efectuado ensayes en probetas como las mostradas en la Fig. 2.3.

Figura 2.3. Configuraciones de ensayo usadas para evaluar la capacidad de empalmes por traslape

3. ESTUDIOS EXPERIMENTALES

Con el propósito de identificar los factores que determinan la capacidad resistente de las barras verticales
de un muro de albañilería armada en la zona de un empalme por traslape, se revisaron los resultados de
estudios experimentales realizados en probetas que reproducen la situación encontrada en las zonas de
empalme y que permiten que se produzca la falla del empalme. Las probetas utilizadas corresponden a
muretes de albañilería (NCMA, 1999, Borchet and Elder, 1997, Hogan et al., 1997, Cruzat, 1986) y
prismas de albañilería (Castilla y Villalobos, 1986, Da Fonseca, 2002).
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Entre las variables consideradas en los estudios experimentales revisados, se pueden destacar: el largo del
empalme por traslape, el tipo de unidad, la calidad del material de relleno, el espesor del recubrimiento de
material de relleno en torno de la barra y el diámetro de la barra. Las unidades utilizadas corresponden a
ladrillos cerámicos y a bloques de hormigón. Como resultado de los ensayos se entrega la carga máxima
aplicada y el desplazamiento relativo entre dos puntos ubicados en las barras empalmadas fuera de la
probeta. La falla observada prácticamente en todas las probetas ha sido por hendimiento.

Conocida la carga máxima se puede establecer la relación entre la tensión normal máxima aplicada sobre
la barra (σmax) y la tensión de fluencia (σy) del acero del cual está fabricada y conocido el desplazamiento
relativo máximo alcanzado (∆max), se define la relación entre este desplazamiento y el desplazamiento de
fluencia de la barra (∆y) como una medida de la ductilidad de desplazamiento de la falla.

Del análisis de los resultados de estos estudios experimentales, se puede destacar:

• Para los empalmes con un recubrimiento de espesor similar (Borchet and Elder, 1997):

i. Al aumentar el diámetro de la barra, conservando el largo del traslape, tanto la relación entre la
tensión máxima, σmax, y la tensión de fluencia, σy, como la relación entre el desplazamiento
relativo máximo, ∆max, y el de fluencia, ∆y, disminuyen, resultando la reducción mayor en la
ductilidad de desplazamiento.
ii. Al aumentar el diámetro de la barra y la longitud del traslape, ambas relaciones disminuyen, siendo
mayor la reducción en la relación entre los desplazamientos.
iii. Al aumentar la longitud del traslape manteniendo el diámetro de barra, se incrementan ambas
relaciones. Nuevamente, el mayor cambio se produce en la ductilidad de desplazamiento.

• Para empalmes con una longitud de traslapo similar (Borchet and Elder, 1997):

i. El diámetro de la barra tiene poca influencia en el valor de la relación entre las tensiones. La
ductilidad de desplazamiento disminuye al aumentar el diámetro de la barra.
ii. Al aumentar el diámetro de la barra conservando el recubrimiento, las relaciones entre las
tensiones y entre los desplazamientos disminuyen.
iii. Al aumentar el recubrimiento, aumenta la relación entre las tensiones. La relación entre los
desplazamientos aumenta para las barras más pequeñas (φ12 y φ16), pero disminuye para las
barras de mayor diámetro (φ19 y φ22).

• Para un material de relleno de los huecos de resistencia mayor que 14 MPa (Da Fonseca, 2004), las
barras fluyen cuando el largo de empalme es de 40db. En cambio, para un relleno con una resistencia
de 10 MPa sólo se alcanza la fluencia de las barras de las probetas construidas con ladrillos cerámicos
con largo de empalme de 60db.
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• Las probetas construidas con bloques de hormigón presentan una separación entre el material de
relleno y las paredes de la unidad (Da Fonseca, 2004). Esta situación reduce la contribución de las
paredes de la unidad a resistir las componentes radiales de las fuerzas de interacción que producen la
falla por hendimiento.

En relación con las expresiones recomendadas por las normas de diseño, se puede destacar:

• La expresión recomendada por el UBC-97 (ICBCO, 1997) para determinar el largo del empalme
incluye los factores que influyen en la capacidad de éstos, pero no se valida la expresión recomendada
por la norma (Hogan et al., 1997). De esta forma, las expresiones basadas en una relación lineal entre
la longitud de traslape y el diámetro de la barra, quedan invalidadas por no considerar los efectos de
las otras variables que influyen en el comportamiento del empalme.

• Las expresiones recomendadas por el comité conjunto ACI/ASCE/TMS-95 (MSJC, 1995) y el UBC-
97 (ICBCO, 1997) definen largos de traslape inferiores a los necesarios para desarrollar la capacidad
de fluencia en barras de diámetro mayor que 19 mm cuando se usan recubrimientos menores que 3,4db
(Hogan et al., 1997).
• Según Castilla y Villalobos, la longitud de traslape del empalme se puede calcular con una ecuación
que depende del diámetro de la barra, la tensión de fluencia del acero, la resistencia a la compresión
del hormigón de relleno y el recubrimiento del material de relleno.

4. DETERMINACIÓN DE LA LONGITUD DE EMPALME POR TRASLAPO

Para determinar la longitud del traslape se comparan los resultados obtenidos por Da Fonseca (Da
Fonseca, 2002) con los resultados de los ensayos realizados en los Estados Unidos de Norteamérica, los
que se muestran en la Fig. 4.1 junto con la resistencia esperada, Tr, calculada con la ecuación Ec. 4.1
(NCMA, 1999):

2
Tr = −17624 + 305l s + 25204d b + 322 f m + 3332ccl (4.1)

donde:
Tr = capacidad esperada del empalme [libras]
ls = longitud del empalme ensayado [pulgadas]
db = diámetro de la armadura [pulgadas]
fm = resistencia a compresión de la albañilería ensayada [libra/pulgada2]
ccl = recubrimiento de la armadura, incluyendo el espesor de la pared de la unidad [pulgada]
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Figura 4.1 Resistencia medida en ensayos norteamericanos vs. resistencia esperada, Tr (MSJC, 2002)

En la Fig. 4.2 se puede observar que los resultados obtenidos por Da Fonseca, resultan inferiores a los
valores obtenidos con la Ec. 4.1. Teniendo en cuenta este resultado, resulta inadecuado usar la ecuación
recomendada por la norma norteamericana (MSJC, 2002) para las albañilerías chilenas.

Figura 4.2. Resistencia medida por Da Fonseca vs resistencia esperada, Tr (Silva, 2005)
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Considerando que la capacidad medida del empalme para el caso de una albañilería armada hecha en
Chile depende de las características de las unidades nacionales, las cuales tienen una menor resistencia
que las unidades norteamericanas, y que los ladrillos cerámico tipo rejilla con hueco no proporcionan un
recubrimiento efectivo, en la Fig. 4.3 se comparan los resultados obtenidos por Da Fonseca con la
expresión de Tr, pero esta vez, considerando la resistencia a compresión del material de relleno en lugar de
la resistencia prismática y el recubrimiento proporcionado solamente por el material de relleno, es decir:

t − 2e p − d b
ccl e = (4.2)
2
donde:
ccle = recubrimiento de la armadura proporcionado por el material de relleno [mm]
t = espesor de la unidad [mm]
ep = espesor de la pared de la unidad [mm]
db = diámetro de la barra empalmada [mm]

En la Fig. 4.3 se observa una buena relación entre los valores medidos y los esperados, especialmente si se
deja fuera los casos en los que el material de relleno tiene una resistencia a la compresión igual a 10 MPa,
lo que corrobora que la contribución del material de relleno es determinante en la capacidad de un
empalme por traslape por las características de las unidades nacionales.

[kN]
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90
20000 90
Ladrillo (relleno grout, f'c = 22,7 Mpa)
18000 80
Ladrillo (relleno mortero, f'c > 14 MPa)
16000 Ladrillo (relleno mortero, f'c = 10 MPa)
Bloque (relleno grout, f'c = 22,7 MPa) 70
Bloque (relleno mortero, f'c > 14 MPa)
Capacidad medida [lb]

14000
Bloque (relleno mortero, f'c = 10 MPa) 60
12000
50
[kN]

10000
40
8000
30
6000

4000 20

2000 10

0 0
0 2000 4000 6000 8000 10000 12000 14000 16000 18000 20000
Capacidad esperada [lb]
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Figura 4.3. Resistencia medida en ensayos nacionales versus resistencia esperada (Silva, 2005)

El punto encerrado en un círculo corresponde a una probeta que presentó una falla producto de un mal
llenado del hueco, como lo destaca Da Fonseca en su memoria de título (Da Fonseca, 2002), alcanzando
una capacidad inferior a su probeta gemela. Este último resultado destaca la importancia de controlar los
procedimientos utilizados durante la construcción de los muros con el propósito de alcanzar las
capacidades recomendadas por las normas.

Considerando este resultado, se recomienda determinar la longitud de empalme de las barras verticales de
los muros de albañilería armada con una expresión similar a la propuesta por el MSJC, la cual corresponde
a una simplificación de la expresión que resulta de la longitud de empalme al igualar Tr con 1,25 veces el
producto de la tensión de fluencia y el área de la sección transversal de la barra (NCMA, 1999, MSJC,
2002), usando en la Ec. 4.1 el espesor efectivo del material de relleno, ccle, y la resistencia de este material,
f’c. La expresión propuesta es:

2
1,1 d b f y
l de = (4.3)
c cle f 'c
donde:
lde = longitud de empalme básica [mm]
db = diámetro de la armadura [mm], menor o igual a 16 mm.
fy = tensión de fluencia de la armadura [MPa]
ccle = recubrimiento de la armadura proporcionado por el relleno [mm], no mayor a 5 veces el diámetro
de la barra para evitar la falla de Pullout.
f’c = resistencia cúbica a la compresión del relleno (mortero o grout) en [MPa], mayor o igual a 14 MPa.

En la Tabla 4.1 se comparan los valores de la longitud del empalme determinados con la Ec. 4.3 y los
utilizados en los ensayos realizados por Da Fonseca, lde real, observándose que a medida que la relación
σmax/fy se aproxima a 1,25, la longitud de empalme requerida por la ecuación es mayor, lo que es
recomendable como criterio de diseño si se desea que no se produzca la falla del empalme antes que la
barra fluya. En la Fig. 4.4 se grafica la Ec. 4.3, en función del diámetro de la barra, junto con la longitud
de empalme en pulgadas, lde, que resulta al considerar un valor de Tr igual a 1,25 veces la tensión de
fluencia por el área de la barra empalmada:

2
1,25 f y Ab + 17624 − 25204d b − 322 f ' c − 3332ccle
l de = (4.4)
305

Nota: Las unidades de los términos de la Ec. 4.4 corresponden a las indicadas en la Ec. 4.1
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TABLA 4.1. COMPARACIÓN DE LAS LONGITUDES DE EMPALME CALCULADAS CON LAS


LONGITUDES DEL ESTUDIO DE DA FONSECA
f’c fy db ccle lde lde real lde σmáx
Probeta
[MPa] [MPa] [mm] [mm] [mm] [mm] lde real fy
L1MN1-720-12 14,0 420 12 26 684 57db 720 60db 0,95 1,40
L2MN1-720-12 14,0 420 12 26 684 57db 720 60db 0,95 1,46
L1MM-480-12 16,8 420 12 26 624 52db 480 40db 1,30 1,27
L2MM-480-12 16,8 420 12 26 624 52db 480 40db 1,30 1,22
L1MM-720-12 16,8 420 12 26 624 52db 720 60db 0,87 1,47
L2MM-720-12 16,8 420 12 26 624 52db 720 60db 0,87 1,53
L1G-480-12 22,7 420 12 26 537 45db 480 40db 1,12 1,29
L2G-480-12 22,7 420 12 26 537 45db 480 40db 1,12 1,40
B1MN1-720-12 14,0 420 12 26 684 57db 720 60db 0,95 1,45
B2MN1-720-12 14,0 420 12 26 684 57db 720 60db 0,95 1,37
B1MM-480-12 16,8 420 12 26 624 52db 480 40db 1,30 1,25
B2MM-480-12 16,8 420 12 26 624 52db 480 40db 1,30 1,16
B1MM-720-12 16,8 420 12 26 624 52db 720 60db 0,87 1,20
B2MM-720-12 16,8 420 12 26 624 52db 720 60db 0,87 1,40
B2G-480-12 22,7 420 12 26 537 45db 480 40db 1,12 1,14

Para trazar las curvas de la Fig. 4.4 se ha considerado una resistencia a la compresión del material de
relleno de 15 MPa, una tensión de fluencia de la barra de 420 MPa y el recubrimiento proporcionado por
el material de relleno en una unidad con un hueco cuya dimensión mínima es 56 mm, dimensión que
corresponde a la menor dimensión del hueco de una unidad de 14 cm de ancho.

Teniendo en cuenta los resultados de la Tabla 4.1 y de la Fig. 4.4, se recomienda calcular la longitud del
empalme por traslape con la Ec. 4.3, utilizando un factor de reducción de resistencia φ = 0,8 (MSJC,
2002). Este factor φ toma en cuenta la variabilidad de las propiedades de los materiales, los defectos de
construcción y otras incertidumbres de diseño. La longitud resultante, lde/φ, debe ser mayor o igual a 40db,
valor mínimo usado en el estudio de Da Fonseca, y menor o igual a 90db, valor considerado en las
disposiciones de la norma peruana (CEN, 2004). Además se recomienda limitar el diámetro de las barras a
16 mm, para tener un recubrimiento efectivo mayor o igual a 1,5db, y para evitar una falla de Pullout por
una pobre compactación y segregación del material de relleno.
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3000
Ec. 4.3
2500 Ec. 4.4
Largo empalme [mm]

2000

1500

1000

500

0
0 5 10 15 20 25
Diámetro barra [mm]

Figura 4.4. Longitud de empalme en función del diámetro de la barra

5. CONCLUSIONES

• Según los resultados obtenidos por Da Fonseca, no debe usarse un mortero de relleno con una
resistencia de 10 MPa ya que en las probetas fabricadas con este relleno no se alcanza a desarrollar la
capacidad de fluencia de la barra.

• Para establecer recomendaciones de diseño relacionada con la longitud de empalme por traslape en las
barras verticales de acero con resaltes en los muros de albañilería armada, se debe considerar la
capacidad resistente de los materiales usados en el relleno de los huecos de las unidades, el espesor del
recubrimiento de material de relleno que rodea la barra y la escasa contribución de la pared de las
unidades cerámicas como material de recubrimiento de la barra.

• El uso de barras de diámetros mayores que 16 mm debe evitarse en albañilerías construidas con
ladrillos cerámicos.

• Las expresiones para determinar los largos de los empalmes por traslape en función del diámetro de la
barra y de la tensión del acero recomendadas en las normas, son inadecuadas ya que no consideran
todas las variables que intervienen en forma explícita. Los resultados de los ensayos realizados en los
Estado Unidos han permitido comprobar que las longitudes de traslapo calculadas con estas
expresiones son insuficientes cuando se usan barras de diámetro igual o mayor que 22 mm y
recubrimientos menores que 3.4 db.
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• La longitud del empalme de las barras debe establecerse de manera que la capacidad de adherencia de
la barra garantice que se desarrolla por lo menos la capacidad de fluencia de la barra y además que
exista un margen de holgura con respecto a la carga máxima asociada con la falla por hendimiento,
debido a la naturaleza frágil de este tipo de falla. La expresión recomendada en este trabajo para
calcular la longitud básica de empalme por traslapo (Ec. 4.3), cumple con estas dos condiciones.

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