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NUEVO
REVELACIONES
de
FE
LA EDICIÓN AMPLIADA
CÓMO HACER EJERCICIO PRÁCTICAMENTE
TU FE Y HAZLO
PRODUCIR LOS RESULTADOS DE LO QUE
LA PALABRA DE DIOS HABLA DE
APÓSTOL REVELADOR DE FRECUENCIAS
Destino mundial
Editorial
Copyright © 2016 Apóstol Frecuencia Revelador.
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida,
almacenada en un sistema de recuperación o transmitida de ninguna forma o por ningún
medio, electrónico o mecánico, fotográfico (fotocopiado), grabación o de otro modo, sin el
permiso por escrito del titular de los derechos de autor.
ISBN: 9780994695864 (impreso)
ISBN: 9780994695871 (libro electrónico)
El autor ha hecho todo lo posible para rastrear y reconocer fuentes, recursos e individuos. En
el caso de que alguna imagen o información se haya atribuido o acreditado incorrectamente,
el autor se complacerá en rectificar estas omisiones lo antes posible.
Las citas bíblicas están tomadas de la Santa Biblia, la Nueva Versión King James (Versión
Autorizada). Publicado por primera vez en 1611. Citado de la Biblia de referencia clásica
KJV, Copyright © 1983 por The Zondervan Corporation
Publicado por el autor © Global Destiny Publishing House, No. 128 Peter Road,
Greystone Office Park, Sandton, Sudáfrica
Sitio web: www.gdphouse.co.za
Correo electrónico: frecuencia.revelador@gmail.com
Teléfono: 0027622436745 * 0027785416006 * 0027797921646
Diseño y portada del libro diseñados por Godwin T. Mupakairi para Global Destiny Publishing
House
AGRADECIMIENTOS
y ante todo, me gustaría atribuir a Dios, el Todopoderoso,
Primero
toda la gloria, honra y poder debido a Su nombre, por concederme por
medio de Su gracia, la oportunidad divina de desvelar los misterios del Reino
y demostrar prácticamente Su poder sobrenatural. Soy lo que soy hoy por la
unción que Él ha impartido sobre mi espíritu. Siguiendo el patrón del apóstol
Pablo, la abundancia de revelaciones del Salón del Trono codificadas
divinamente encapsuladas en esta publicación no han sido enseñadas por
ningún hombre sino decodificadas directamente desde el Salón del Trono
del Cielo por el Espíritu Santo. Por lo tanto, no tengo absolutamente nada
de qué jactarme excepto en el Señor.
Dicho esto, este escrito aparece en su forma actual debido a la
influencia de varias personas, por lo que me gustaría ofrecer mi más
sincero agradecimiento a todos ellos: me gustaría expresar mi gratitud
a Kenneth Hagin, el gran Apóstol de la Fe. por iluminarme en asuntos
relacionados con la fe. Sus enseñanzas provocaron un torrente de
revelaciones sobre la fe y una sed insaciable de propagar estos
misterios hasta los confines del mundo. Agradecemos también al
ApóstolProfeta Maphosa, Presidente del Movimiento de los Hijos de
Dios Manifiestos (MSG), al Pastor Chris, al Obispo DJ Comfort of Favors
Cathedral Church, al Apóstol Chris Lord Hills de la Iglesia Sobrenatural
y al Apóstol Ron Trammell de Elijah Miracle International Ministries.
Estos hombres de Dios realmente tuvieron un impacto tremendo y
abrumador en mi vida, porque fue bajo su tutela que desarrollé un apetito insacia
IV
Nuevas revelaciones de fe
demostrar prácticamente el carácter de la fe. La mayoría de los predicadores
hablan de la fe pero muy pocos apenas la demuestran, pero estos hombres de
Dios me desafiaron no solo a hablar de la fe sino a demostrarla y producir los
resultados de lo que habla la palabra de Dios.
Me gustaría extender una mano de agradecimiento a Maryna De Canha
(mi Gerente), por su incansable inspiración, aliento y apoyo en mi carrera como
autor. Agradecimiento adicional para Moses Vhikey, mi director de Resurrection
Embassy, Nicole Campher, mi directora de marketing de Kingdom Millionaires
Global Investments (KMGI) (Pty) Ltd, pastor Gabriel Coke, mi director de Global
Power Ministries, pastor Patson May, pastor Paramjeet Singh Makani, Lana
Holmes, Emelda, el pastor Víctor, el profeta Ron y el Dr. Franklin, por ser
fundamentales en el nacimiento de la visión que Dios ha puesto en mi espíritu.
También quiero agradecer a mis compañeros de ministerio, televidentes
y mis hermanos: Kaizer, Target, Keeper, Colleter y Presence Nkomo por su amor
y apoyo en todos los sentidos. Gracias a mis mejores estudiantes universitarios
que ahora se han convertido en parte de mi familia, a saber; Clarissa Strachan,
Chantel Dickson, Precious Akapelwa, Phylicia Green, Felicia Roopram, Jessica
Venter, Monique Delpot, PoshceLee Ross, TraceLee Botha, Roxanne Osborn y
Bianca Lampretch. ¡A Dios sea la gloria!
v
CONTENIDO
Agradecimientos................................................. .......................iii
Prefacio................................................. ..........................................vii
1. Disipando los conceptos erróneos centrados en el tema
De la fe................................................ ........................................1
2. La esencia de la fe ............................................... ....................44
3. Revelaciones más profundas de la fe.................................................. ........69
4. Los principios de la fe ............................................... ...............105
5. La audacia de la fe ............................................... ..........115
6. Cómo Edificar, Aumentar y Liberar Tu Fe ..........................132
7. ¿Por qué los cristianos flaquean en su caminar de fe?..........................155
8. Las dimensiones de la fe ............................................... ............168
9. El carácter o los atributos de la fe..........................................180
10. Los reinos de la fe ............................................... ....................189
11. Escenarios prácticos de fe y su aplicación ...........................203
Sobre el Autor ............................................... ..........................212
PREFACIO
¿Alguna vez te
oraron, has preguntado
ayunaron por
e hicieron qué luo
todo na
multitud
que
saben dhe
personas
pero saus
acer firman tener
situaciones
y circunstancias no han cambiado? ¿Alguna vez se ha dado un momento para
pensar en docenas de creyentes que están enredados en un pantano de
pobreza debilitante, carencia y limitación, pero que afirman creer en Dios?
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas han llegado al
extremo de desanimarse en su caminar cristiano porque sus oraciones no
fueron respondidas? La respuesta a todos los escenarios anteriores no está
en la falta de poder, sabiduría u oración, sino que es simplemente una cuestión de falta d
Muchos del pueblo de Dios oran, ayunan, lloran, siembran semillas, confiesan
las escrituras y todavía experimentan frustración e incluso tragedias en sus
finanzas, salud, trabajos, matrimonios y negocios. Muchos creyentes están
agonizando así por su aparente incapacidad para cambiar sus situaciones y
circunstancias porque no han aprendido cómo ejercer su fe de manera
adecuada y correcta y hacer que funcione. Es un hecho irrefutable que un
elemento que se considera absolutamente esencial para el desarrollo de la
vida cristiana es la calidad de la fe. La fe es lo que hace que un cristiano sea
diferente de un no cristiano y un cristiano exitoso de uno que lucha. Esto se
debe a que la fe es lo que pone en marcha todas las demás leyes espirituales,
por lo tanto, es posible que hayas hecho todo lo que mejor conoces y hayas
aplicado todas las leyes y principios espirituales, pero si no tienes fe, todas
esas leyes y cosas por las que estás creyendo en Dios. no funcionará para usted.
La mayor verdad es que la fe establece un fundamento
inquebrantable sobre el cual se basan otras leyes y principios
espirituales. Por ejemplo, si religiosamente haces oraciones
miserables sin fe, tus oraciones no funcionarán, si das de mala
gana sin fe, tu ofrenda no cuenta para nada en el espíritu y si ayunas, sin fe,
viii
estás en huelga de hambre y no se produciría ningún impacto significativo en el
reino del espíritu. Esto se debe a que la fe es la moneda que preside el Cielo y
para que cualquier cosa sea legalizada o para que cualquier transacción se
considere legal entre el Cielo y la tierra, debe haberse hecho a través de la fe.
La fe es una licencia que ordena legalmente cualquier movimiento, transferencia
o liberación de bendiciones entre el Cielo y la tierra, por lo que ningún hombre
puede recibir nada del Cielo sin fe. Así como ningún hombre puede vivir en la
tierra sin oxígeno, ningún hombre puede vivir u operar en el reino espiritual sin
fe. Así como el oxígeno es para el cuerpo humano, la fe es correspondientemente
lo que el hombre es en el reino espiritual. En el espíritu, prácticamente todo gira
en torno al fenómeno de la fe. La fe es el aspecto más integral y fundamental
de una vida cristiana exitosa. Sin fe, es imposible agradar a Dios porque, en
primer lugar, la fe es un ámbito en el que Dios vive, opera y funciona.
Un hombre que opera en la fe funciona al nivel y clase de Dios.
En segundo lugar, la fe es el idioma espiritual que habla Dios, por lo tanto, si no
puedes hablar Su idioma, entonces no puedes tener un impacto significativo en
el reino espiritual porque no siempre Dios gravitará al nivel del vocabulario del
hombre. Solo puedes agradar a Dios si hablas como Dios habla, ves como Dios
ve, piensas como Dios piensa y actúas como Dios actúa y esto solo es posible
a través de la fe.
Sin embargo, es de suma importancia revelar la verdad de que se han
escrito una multitud de libros sobre la fe, pero este tema sigue siendo un
misterio y el más incomprendido y malinterpretado en la fraternidad cristiana.
La realidad es que, de los innumerables dones que Dios ha otorgado a la
humanidad, la fe es el don más grande que a menudo se pasa por alto o se
malinterpreta, pero es el más crítico en la vida cristiana, ya que nuestra relación
con Dios depende en gran medida de ella. Además, cientos de miles de
sermones predican sobre la fe y millones de palabras hablan de la fe, pero a
pesar de la atención que se le da al tema, sigue siendo un fenómeno confuso,
misterioso e insondable. Aunque la fe es un tema ampliamente discutido en la
fe cristiana carismática, lo que falta es el ingrediente de la revelación de lo que
es la fe, cómo opera, cómo ejercerla o demostrarla en la práctica, así como los
principios y leyes espirituales que gobiernan su operación. La verdad del asunto
es que la fe es muy mal entendida ya que hay muchas ideas peculiares de lo
que es.
Los lectores casuales de la palabra no tienen una comprensión profunda ni una
revelación de lo que es exactamente la fe, excepto la verdad elemental de que
es la certeza de lo que se espera (Hebreos 11:1). En consecuencia, el concepto
ix
Prefacio
de la fe ha sido diluida, mal interpretada o más bien mal interpretada por la mala teología.
John Wesley dijo una vez que,
“El diablo le ha dado a la Iglesia un sustituto de la fe; uno que se parece tanto a
la fe que pocas personas pueden notar la diferencia.
Este sustituto se llama “asentimiento mental”.
En vista de la declaración antes mencionada, muchas personas leen la Palabra de
Dios y están de acuerdo en que es verdad, pero están de acuerdo solo con sus mentes.
Eso no es lo que hace el trabajo. Es la fe del corazón que recibe de Dios.
Memorizar las escrituras sobre la fe tampoco hará el trabajo, excepto llevar esa palabra a tu
espíritu a través de la imaginación constante, la meditación y la confesión junto con pasos
prácticos de acción. Por lo tanto, este escrito es un soplo del Espíritu Santo que se centra en
revelar y decodificar de manera precisa y completa los misterios divinamente codificados de
lo que es la fe, lo que no es la fe, así como también cómo ejercitarla en la práctica para
producir resultados de éxito en cada esfera de su vida. vida.
Es una situación típica en un amplio espectro de la fe cristiana que multitudes de
personas hayan orado, ayunado y ejercido su fe en todas las esferas de la actividad humana,
pero aún no hayan visto ningún resultado positivo de su confesión porque han confundido su
ejercicio de la fe con presunción, confianza, optimismo o esperanza. Por lo tanto, este escrito
proporciona una solución y un modelo práctico que da la corrección divina con respecto a lo
que es la fe real y genuina para que los creyentes puedan ejercer la fe de la manera correcta.
Aclara en primer lugar, lo que no es la fe ya que todo el concepto de fe es una de las ideas
más incomprendidas no solo por el mundo sino por la iglesia misma. La fe, por ejemplo, no
es un pensamiento positivo; eso es algo muy diferente. La fe tampoco es esperar lo mejor.
Esperar que todo salga bien no es fe en absoluto. La fe no es un sentimiento de optimismo.
La fe no es ninguna de estas cosas, aunque todas ellas han sido consideradas erróneamente
por multitudes de creyentes como fe.
Es notable darse cuenta de que multitudes de creyentes en todo el mundo solo conocen
la verdad elemental de la fe como la sustancia de las cosas que se esperan y la evidencia de
las cosas que no se ven, y su revelación simplemente termina ahí. Nunca van más allá de
este nivel para buscar una revelación profunda de cómo opera la fe. Como resultado, no
están experimentando enormes bendiciones del Cielo porque su nivel de fe es demasiado
bajo para que se manifiesten todas las bendiciones del Señor en sus vidas. Como una
cuestión de
X
fe, muchas personas no han podido recibir respuestas a sus oraciones
porque su nivel de fe es tan bajo que no están teniendo un impacto
significativo en el reino espiritual. El principio divino de que sin fe es
imposible agradar a Dios infiere que sin fe es imposible recibir de Dios
porque recibir de Dios es una evidencia de haberle agradado. La verdad
es que Dios bendice a un hombre de acuerdo a la medida de fe que tiene
y si Dios te da algo más allá del nivel de tu fe, entonces podrías asfixiarte.
Por lo tanto, debe entenderse expresamente que el nivel de bendiciones
que un hombre puede recibir de Dios es directamente proporcional o
equivalente al nivel de fe en el que está operando. Por lo tanto, cuanto
mayor es la fe, mayores son las bendiciones y en el otro lado de la
moneda, cuanto menor es la fe, menor es la bendición.
Hablando proféticamente, la lectura de este libro es, por lo tanto, un
impulso tal que pondrá los resortes de la fe en tu espíritu y te catapultará
a reinos superiores de poder, bendiciones, avance y promoción.
Si desea que la promoción, la prosperidad, la curación, un gran avance
instantáneo o millones de la riqueza del Cielo se manifiesten en su vida
más rápidamente de lo que nunca soñó, entonces continúe marinando su
espíritu con una avalancha de revelaciones encapsuladas en este libro.
Este libro proporciona una solución a una miríada de problemas y
preguntas que durante mucho tiempo han permanecido sin respuesta. Da
respuestas precisas sobre por qué su fe no funcionó antes, por qué no
recibió respuestas a sus oraciones y por qué no recibió la dimensión de
las bendiciones por las que creía en Dios. Sin embargo, si su fe no
funcionó antes, no es demasiado tarde. Siguiendo los principios
espirituales de la fe revelados en esta publicación, ahora puede regresar
y ejercitar su fe nuevamente con el conocimiento de la revelación y se
emocionará al ver cómo, a causa de su fe, Dios hará que enormes
bendiciones se manifiesten rápidamente en medidas que nunca antes
había visto. soñado. Hablando proféticamente, siguiendo la lectura de
este libro, muchas personas van a recibir avances alarmantes en su
ministerio, familia, carrera y negocios como resultado de estudiar y aplicar
los principios prácticos de la fe revelados en esta publicación. Mientras
todavía estás leyendo, el nivel de fe en tu espíritu se verá tan impactado
que serás catapultado a reinos superiores del poder y las bendiciones de Dios.
xi
Prefacio
Un testimonio vivo de una práctica
aplicación y demostración de fe:
Sucedió que después de tantos años de asistir a una iglesia local,
Pensé que tenía una fe gigante. Pensé que la fe se medía por el tiempo
que uno había pasado en la salvación o por la asistencia a la iglesia y el
compromiso en esferas divergentes del ministerio. No me di cuenta de que
no me habían enseñado correctamente cómo ejercer una fe genuina,
auténtica y basada en la Palabra. De hecho, algunos pastores en mi esfera
de contacto predicaban sobre la fe; hablaban de la fe en general pero nunca
enseñaron la fe, por lo tanto nunca supe cómo ejercerla prácticamente. Por
ejemplo, pronunciaría declaraciones como: “Espero que Dios me bendiga;
deseo hacerme millonario; Dios me va a sanar un día” y como yo era muy
positivo en mi articulación, pensé que eso era fe. No sabía que no estaba
demostrando una fe genuina; en cambio, estaba ejerciendo errenamente el
optimismo, la presunción, la ilusión y la esperanza. En algunos casos, le
decía a la gente que iba a ser rico, pero no sabía que sin el conocimiento de
la revelación de la palabra de Dios, eso equivalía a hablar de jactancias.
Como resultado de mi ejercicio inadecuado de la fe, siempre estaba luchando
con mi salud, finanzas, carrera y prácticamente no veía ningún progreso o
avance en cada área de mi vida. Todo lo que necesitaba era ver los
resultados de lo que la Palabra dice manifestándose en mi vida, pero eso
era algo que desear. Al ver que no había manera de que pudiera obtener un
gran avance excepto llegar a Dios con fe y hablarme a mí mismo para salir
de mi situación, entonces me comprometí a buscar a Dios para una revelación.
Sucedió que mientras me adobaba con la presencia de Dios, junto
con un estudio minucioso de Su Palabra, Dios dejó caer una revelación en
mi espíritu de que no estaba ejerciendo la fe apropiadamente. En esencia,
la razón por la que las cosas no iban como las había planeado era
principalmente por mi falta de fe porque es a través de la fe que llegamos a
agradar a Dios. Esto me sorprendió porque, como asistente a la iglesia y
miembro comprometido de una iglesia local, pensé que las cosas me
saldrían bien automáticamente. No sabía que necesitaba acercarme a Dios
con fe. Dios me recordó que todas las cosas son posibles solo para aquellos que cree
xi
aquellos que siempre están asistiendo a las reuniones de la iglesia como supuse
que sería. Comenzó a desvelar los principios y leyes de la fe en Su Palabra que
debo hacer uso práctico de manera continua. Dios también me enseñó cómo
debo aplicar Su Palabra sin descanso en cualquier situación para producir
resultados de lo que habla. Fui despertado a una nueva realidad de fe como si
estuviera despertando de un sueño. Fue entonces cuando me di cuenta de que
todo el positivismo, el optimismo, la jactancia y las declaraciones que les decía a
mis amigos que iba a triunfar en la vida eran en realidad confianza humana y no
fe. Esta es la razón por la que en este libro he discutido en profundidad lo que no
es la fe para que los creyentes de todo el mundo puedan conocer los errores
comunes que prevalecen durante el ejercicio de la fe.
Cuando comprendí completamente los principios de la fe, comencé a
ejercitarlos en mis finanzas, salud y carrera, negocios e instantáneamente,
experimenté resultados alarmantes de progreso en mi vida. Incluso mi lenguaje
y nivel de comunicación en el espíritu cambiaron, de declaraciones ordinarias a
proclamaciones de fe. Cuando tenía la oportunidad de decir algo, solo hablaba
la fe, el idioma del Cielo, por lo tanto, todas las fuerzas de la divinidad se vieron
obligadas a trabajar en mi nombre ya que toda la atención del Cielo estaba ahora
dirigida hacia mí. Dado que la Palabra dice que Dios llama a las cosas que no
son como si fueran, usé esa proclamación como una base fundamental para mi
fe y di a las cosas espirituales a la existencia, como si fueran una realidad
tangible en el ámbito natural. Cuando me sentía enfermo, declaraba
instantáneamente: "Me niego a estar enfermo, mi cuerpo es el templo del Espíritu
Santo, por lo tanto, no se permite que la enfermedad reine en este cuerpo".
Cuando estaba arruinado, declaraba: "Me niego a estar arruinado, soy un
millonario del Reino y un imán de dinero, por lo tanto, el dinero viene en mi
dirección". Hablaría de estas cosas como si fueran reales y tangibles en el ámbito
natural. Incluso declaré que era director ejecutivo cuando ni siquiera tenía trabajo
y declaré que tenía una casa, un automóvil y un negocio incluso durante las
temporadas más secas de mi vida, pero en el reino espiritual, mis confesiones se
registraron como entradas tangibles de fe, suficiente para dar nacimiento a
manifestaciones en el reino natural. Como si eso no fuera suficiente, comencé a
decirle a la gente que era millonario incluso cuando no tenía un centavo en mi
bolsillo e instantáneamente una lluvia de finanzas comenzó a derramarse sobre
mi vida como un río inundado. Declaré que millones de clientes en todo el mundo
estaban comprando mis libros incluso mucho antes de que los publicara y estas
acciones de fe provocaron todas las fuerzas de la divinidad para que eso
sucediera. Tenía una seguridad inquebrantable de que estas cosas existían como realidade
XIII
Prefacio
no podía verlos, para mí eran tan tangibles y reales que no podía dejar de
hablar de ellos. En la ignorancia, algunos incrédulos me acusaron de mentir
y reclamar cosas que no tenía, pero el hecho de que los incrédulos no puedan
ver la magnitud de mis bendiciones con sus ojos ópticos en el ámbito natural
no significa que no tenga ellos porque opero en un reino completamente
diferente. Imbuido de este entendimiento celestial, permanecí firme,
inquebrantable y no tambaleándome ante las promesas que Dios me había
dado.
Siguiendo un ejercicio concienzudo de los principios de la fe, fui
sanado instantáneamente de una larga enfermedad, catapultado al reino de
la prosperidad financiera y recibí mi primer millón de rands de Dios.
Además, las oportunidades comerciales se aprovecharon de manera
sobrenatural para mí para comenzar mis propias empresas, como Global
Destiny Publishing House (GDP House), Kingdom Millionaires Global Investments (KMG
Pty Ltd y Resurrection TV (The DeadRaising Channel). Junto con esta ola de
innegable prosperidad, fui divinamente elevado al reino de los milagros,
señales y prodigios indefinibles, inexplorados y no registrados, por lo tanto,
me moví en mayores profundidades de demostración del poder de Dios como
nunca antes. Como si eso no fuera suficiente, las puertas se abrieron
sobrenaturalmente en todos lados para la publicación de libros, el ministerio
de televisión, el avance profesional y la creación de redes internacionales.
Era como si la atención de todos los Cielos estuviera dirigida hacia mí y todas
las fuerzas de la divinidad estuvieran atendiendo mi caso. Fue entonces
cuando me di cuenta de la realidad de que multitudes de creyentes no están
logrando su avance, no por el diablo, las circunstancias desafortunadas o las
calamidades de la vida, sino porque no están ejerciendo correctamente los
principios correctos de la fe. Esta es la razón por la que el Espíritu Santo me
ha inspirado a poner por escrito los sólidos principios y prácticas de la fe para
que multitudes de creyentes en todo el mundo puedan aplicarlos y generar
resultados positivos en todas las esferas de la existencia humana. Los mismos
principios que me catapultaron a un reino de superabundancia en cada esfera
de mi vida son los que he recopilado en este libro. Mi más profunda convicción
es que si esto me pasó a mí, entonces lo mismo te puede pasar a ti. Solo si
pudiera acceder al ámbito de la fe y aplicar correctamente las leyes espirituales
y los principios de la fe encapsulados en este libro, será elevado
instantáneamente al ámbito de la vida milagrosa y victoriosa y la
sobreabundancia, ¡gloria a Jesús!
xiv
CAPÍTULO UNO
DISIPANDO LAS CONCEPCIONES FALSAS CENTRADAS EN
EL SUJETO DE LA FE:
Revelaciones de lo que no es la fe:
En un esfuerzo d
comprensión pe
or
establecer
que es la fu
lo n
ees
e, nfoque profundo,
de suma importancia holístico
e ilos
disipar ntegral
mitos y conceptos erróneos que se han centrado en el tema de la fe. Para
que entiendas completamente lo que es la fe, es importante que primero
entiendas lo que no es la fe. Esto se debe a que muchas personas alegan
haber ejercido su fe y no producido ningún resultado porque tienden a
confundir la fe con la presunción, el optimismo, el creer, la esperanza, la
convicción mental o incluso hablar de fanfarronadas. Por lo tanto, con
miras a dar a luz una revelación de lo que es la fe y su conexión con la ley
de la divinidad, permítanme comenzar explicando lo que no es la fe. Hay
una diferencia entre la fe y la presunción, el optimismo, la convicción
mental, el deseo o la confianza ya que estos son aspectos de la naturaleza
humana. Muchas personas en realidad están siendo optimistas y
presuntuosas y tienden a confundir esas cosas con la fe y esta es la razón
por la que no ven la plenitud de la manifestación de las bendiciones de
Dios en sus vidas. Recuerde que la fe es una ley, que connota un conjunto
de principios establecidos que funcionan para aquellos que dependen de
ella. Esto insinúa el hecho de que si confiesas la palabra de Dios y la pronuncias en
1
Disipando los mitos y conceptos erróneos centrados en la fe
no funciona o produce resultados de lo que habla, entonces significa
que nunca fue fe en primer lugar porque la fe funciona. En cambio,
era presunción, optimismo, emocionalismo, ilusiones, imaginación,
esperanza o cualquier otra manifestación de la naturaleza humana.
Debe entenderse expresamente desde el principio que la fe es una
ley, por lo que la naturaleza de su operación es tal que está diseñada
para trabajar y producir resultados en cualquier circunstancia o situación
dada. Por el contrario, si de alguna manera no funciona; significa que
nunca fue fe en primer lugar. Por lo tanto, es imperativo en materia de
fe que hagas una autointrospección para comprobar si lo que profesas
como fe es realmente fe en su originalidad. Esto se debe a que hay
ciertas declaraciones que la gente siempre pronuncia y que suenan a
fe, parecen fe, saben a fe, pero en esencia no son fe. El punto de
partida significativo en este escrito es, por lo tanto, despejar el aire de
confusión al dilucidar en profundidad lo que no es la fe antes de aclarar
qué es la fe. Es muy importante que tengamos una comprensión muy
clara de lo que no es la fe antes de que podamos aclarar qué es la fe.
1. Fe es no creer
“La fe no es solo creer o tener una fuerte convicción espiritual
acerca de algo, sino dar los pasos o acciones correctos, en el
momento correcto, en el lugar correcto para producir resultados de
lo que habla la palabra de Dios”
En retrospectiva al Salón de la Fama de la Fe escrito por Pablo, el
escritor de Hebreos, es un escenario típico en muchos ciclos cristianos
que multitudes de personas en realidad confunden la fe con creer. En
esencia, están creyendo en lugar de expresar fe. La verdad es que
hay una diferencia entre fe y creer. Antes de que pueda aclarar la
diferencia entre estos dos conceptos, permítanme comenzar aclarando
sus similitudes. La relación entre creer y fe es que creer pone el
fundamento de la fe porque no puedes tener fe en lo que no crees. Si
no crees en algo, entonces se vuelve prácticamente imposible ejercitar
la fe por ello. Por ejemplo, si uno no cree en Dios, entonces no puede
ejercer la fe para recibir de él. Por lo tanto, se deduce que creer
establece un terreno propicio y una plataforma sobre la cual se puede ejercer la
2
En esencia, la creencia es una expresión y un aspecto integral de la fe. Creer es,
por lo tanto, ese ingrediente o requisito previo que se requiere para que uno pueda
poner en marcha su fe. La Biblia declara en Romanos 10:17 que,
La fe viene de oír y escuchar la palabra de Dios.
Esto implica que se necesita un paso de fe para escuchar la palabra, pero
también se necesita creer para llevarte a un lugar donde puedas escuchar la palabra.
Eso significa que primero debe creer en la palabra antes de poder dar un paso
práctico para llegar a un lugar donde pueda escuchar la predicación o el ministerio.
Por eso describimos la fe en lenguaje profético como la respuesta del espíritu
humano a la palabra de Dios. Esto se debe a que la palabra de Dios es lo que da
nacimiento a una cualidad divina especial en el espíritu humano que llamamos fe.
Sin embargo, mientras que la fe y el creer han sido etiquetados por muchos
eruditos bíblicos y teólogos como procesos entrelazados con esferas de influencia
superpuestas, en esencia, no son lo mismo. De hecho, hay una diferencia
significativa entre fe y creer.
Creer significa estar en un estado de expectativa donde visualizas en tu espíritu un
resultado positivo en cada situación. Creer se refiere al acto espiritual de tener
confianza o dependencia total en algo, pero la fe es una evidencia de realidades
invisibles. Si bien ambos actos son expresiones del espíritu humano, creer se
enfoca en tener una fuerte convicción espiritual sobre un fenómeno espiritual dado,
mientras que la fe es una sustancia espiritual tangible acompañada de acción. La
creencia se aferra a algo que no se ve, pero la fe ve en el reino de los espíritus. La
fe tiene ojos; se mueve, toca y ve en el espíritu mientras que la creencia sólo se
aferra a lo que no se ve o no se puede observar.
La mayor verdad es que creer no es fe y fe no es creer.
Creer es diferente de tener fe. Hablando filosóficamente, así como un perro no es
un gato y un gato no es un perro, creer no es fe y la fe no es creer. Sin embargo, la
creencia y la fe trabajan juntas. Creer escribe los dígitos del cheque pero es la fe la
que cobra el cheque. Creer te hará morir con una buena actitud. Creer por sí solo
escribe una sonrisa en tu rostro mientras el barco se hunde. La fe, por otro lado,
mantiene el barco a flote y te da una buena actitud. Aunque creer es el punto de
partida de la fe, no cambiará las circunstancias de tu vida.
3
Es la fe la que cambia tus circunstancias. No puedes obtener resultados en la vida
simplemente creyendo que recibirás bendiciones. Creer es un sustantivo pero Fe
es una palabra que hace. La fe es un verbo y un verbo es un acto. En sus
contextos originales, la palabra griega para creer es 'dechomai' que significa
recibir pasivamente mientras que la palabra griega para fe es "lambano" que
significa apoderarse como si fuera por la fuerza militar. Eso significa que necesitas
actuar sobre lo que crees. La fe es actuar sobre lo que crees. Para cimentar esta
revelación con referencia a un ejemplo por excelencia, si vas a tu cocina y pones
una olla llena de agua en la estufa y levantas las manos y dices: “Realmente creo
que si enciendo la estufa, esta agua en el la olla hervirá”. Te digo la verdad;
estarás allí hasta que mueras a menos que pongas el dedo en el botón 'ON' para
que el agua hierva. Aunque su creencia puede ser muy correcta, no hará que el
agua hierva si no se presiona el botón 'ON' necesario para calentar la estufa. Esto
implica que necesitas actuar sobre lo que crees para que funcione. Ahora,
permítanme reiterar rápidamente aquí que hay una diferencia entre fe y creer.
Mucha gente no entiende esa diferencia. Para profundizar su comprensión de esta
revelación, permítame ilustrarla con referencia a un ejemplo práctico. Un hombre
que sufre de una forma de enfermedad podría gritar: “¡Oh Dios, creo! Oh Dios,
realmente sé que puedes hacerlo. ¡ Hazlo por mí hoy! ¡Sáname Señor!” Él no se
da cuenta pero eso no es fe. Todo lo que está haciendo es expresar su creencia.
Esa persona podría sentirse desanimada e infeliz si no recibe sanidad, porque
pensará para sí mismo: “¡Si alguna vez he tenido fe en mi vida, esa fue una vez
que tuve fe!”. Se estará preguntando, “Oh Dios, ¿por qué no recibí?” sin saber que
lo que tenía no era fe en absoluto.
La mayor verdad es que creer es un estado o actitud del corazón mientras
que la fe es una proclamación del espíritu porque la Biblia dice que si crees con tu
corazón y confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, entonces eres salvo
(Romanos 10: 9). Esto implica que creer es un estado del corazón y aunque sienta
una base sólida sobre la cual se puede construir la fe, no constituye fe porque
carece de acción, veracidad de evidencia y fundamentación. Creer se hace en el
corazón y termina allí, pero la fe se prueba con una acción externa. Sin esa acción
en el exterior, no hay fe. Lo que estará presente es 'creer' y creer termina en el
corazón. No es fe porque no tiene ninguna acción adjunta. Termina en el corazón.
Romanos 10:10 dice,
Porque es con el corazón que el hombre cree.
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Cuando el creer se hace en el corazón, necesitas actuar en consecuencia
para que sea fe, de lo contrario será simplemente creer y eso no cambiará tus
circunstancias. Creer es solo el punto de partida y si todo lo que haces es creer
en tu corazón pero no haces nada acerca de lo que crees, entonces no se
producirá fe. Al decir esto, dechomai es del corazón y termina allí, pero lambano
sale del corazón para realizar en lo natural lo que ha sido dechomaid a través
del corazón.
Esto implica que es posible que uno crea algo aun sin decir nada pero no
es posible tener fe y callar porque la fe es proclamar o hablar la palabra de Dios
en una situación particular con la intención de efectuar cambios. Creer es una
fuerza silenciosa, pero la fe es una expresión vocal de lo que uno cree. Creer
es, por lo tanto, una mera expresión del estado, actitud o condición del corazón
hacia Dios, mientras que la fe implica vocalizar tu creencia. Por ejemplo, mucha
gente cree que Jesús vino a este mundo, murió en la cruz y resucitó después de
tres días de entre los muertos y ascendió al Cielo y terminan allí. Eso no es fe
sino creer. Creer solo no hace que uno nazca de nuevo. Pero la fe es creer en
todo eso y luego dar un paso para confesar que Jesús es el Señor y recibirlo en
tu corazón como el Señor y salvador personal y luego comenzar a tener una
comunión íntima con el Espíritu Santo. Eso es fe en su totalidad.
Dicho de otra manera, es posible que alguien crea que Jesús murió y resucitó
de entre los muertos para su justificación y aun así termine en el infierno. Esto
se debe a que simplemente creer que Él murió y resucitó no es suficiente para
garantizar la salvación. Incluso los demonios creen y tiemblan (Santiago 2:19),
pero eso no significa que sean salvos. Se requiere más para la salvación que
simplemente creer. Debes confesar el Señorío de Jesucristo sobre tu vida para
ser salvo. ¡Eso es fe en acción!
Es desalentador notar que algunas personas quieren relegar o reducir el
cristianismo a alguna forma de sistema de creencias. Creer no es suficiente. El
cristianismo no se trata de creer, sino de una expresión constante y un caminar
de fe con Dios. Es por eso que Pablo enfatizó en Santiago 2:19 que crees que
hay un solo Dios. Lo haces bien. Incluso los demonios creen y tiemblan.
Así que no basta con creer. Debes ir más allá de la mera creencia hacia el reino
de la fe genuina y no fingida. Las creencias son pensamientos pero la fe es
acción. Por ejemplo, cuando Jesús le dijo a Jairos en Marcos 9:24 que creyera,
el hombre respondió y dijo: “Creo, por favor ayuda mi incredulidad”. que este hombre
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quiere decir que cree en Jesús pero no tiene fe en la curación, por lo que
apela al Señor para que le ayude a fortalecer y desarrollar su fe. La frase
“ayuda mi incredulidad” representa o retrata una falta de fe aunque el hombre
creía en Jesús como el Mesías soberano. Creía en Jesús como el Mesías,
pero no tenía fe en que Jesús pudiera traer sanidad. Esto es contrario al
acto de un centurión en Mateo 8: 8 que ejerció perfectamente su fe al decirle
a Jesús: "Maestro, no soy digno de que entres bajo mi techo, pero solo di
una palabra y mi criado sanará". y fue concedido. La Biblia registra además
en Lucas 8:4348, un incidente en el que muchas personas empujaban y
presionaban a Jesús mientras Él iba porque creían en Él para que los sanara,
pero no se registra que nadie haya sido sanado, excepto la mujer con un
flujo de sangre que dio un paso práctico para ejercitar su fe para la sanidad
al tocar el borde del manto de Jesús e instantáneamente recibió su sanidad.
Jesús la confirmó proclamando que su fe la había sanado. En otras palabras,
a diferencia de otros que presionaban y empujaban a Jesús, ella puso su fe
en acción, por lo que recibió resultados positivos.
En Marcos 10:51, Jesús se encontró con un ciego que le gritó y le dijo:
“¡Maestro, por favor ayúdame!”. En otras palabras, creyó en Jesús, creyó
que Jesús lo sanaría. Pero cuando Jesús llegó, le hizo una pregunta: “¿Qué
quieres que haga por ti? Una persona religiosa podría preguntar: ¿No es
obvio lo que el hombre quería? ¿Cómo es que Jesús le pregunta al hombre
qué quiere que haga cuando ve que el hombre es ciego? Pero Jesús
entendió cómo funciona el sistema de Dios. Necesitaba que el hombre
tuviera fe para recibir su sanidad. Muchas personas sin darse cuenta piensan
que todo lo que necesitan es creer, pero creer solo no es suficiente. No se
trata de Dios sino de ti, porque si se tratara de Dios, todos serían sanados
en cualquier lugar y en cualquier momento, pero no es el caso porque Dios
exige que lleguemos a Él por fe. Por eso la Biblia dice en Lucas 4:27 que
había tantos enfermos en Jerusalén pero no todos fueron sanados. ¿Por
qué? Esto no fue por no creer, sino por falta de fe. Ellos creían en Jesús
como el Mesías, el Sanador, pero no podían posicionarse correctamente en
el reino espiritual para recibir su sanidad de Jesús. Solo aquellos que dieron
pasos prácticos de fe y se colocaron correctamente en el lugar correcto, en
el momento correcto fueron sanados.
Por ejemplo, el cojo junto al estanque, diez leprosos que hicieron una acción
para ir a mostrarse al sacerdote, el lisiado en la puerta Hermosa y Bathemeus
que gritaba cuando Jesús pasaba, fueron sanados.
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Aplicación práctica:
Una joven una vez se quejó conmigo y me dijo: “Apóstol, no
importa lo que haga, simplemente no puedo conseguir un trabajo.
He orado, ayunado y tengo fe, pero nada parece estar funcionando”.
Entonces le pregunté. ¿Dónde has estado solicitando trabajo? Ella
respondió: “No me he postulado en ningún lado, solo creo que Dios
me dará ese trabajo”.
Desconocido para ella, creer no es fe. Después de creer que Dios
le proporcionaría un trabajo, se suponía que debía tomar acciones
prácticas de fe en el ámbito natural al postularse, asistir a
entrevistas, enviar CV en línea, etc. Por mucho que creas en Dios
para un trabajo, eso no es suficiente porque Dios no te empleará
para trabajar en el Cielo. En cambio, tienes que trabajar aquí abajo.
Por lo tanto, debe presentarse físicamente a las empresas para que
puedan contratarlo. Muchas veces, los cristianos son tan rápidos
en culpar a Dios por sus fallas, pero son ellos los que no están
ejerciendo los principios apropiados de la fe.
En ese sentido, le puse las manos encima, liberé su trabajo y luego
le dije que fuera a una empresa de su elección y viera al Gerente y
cuando llegó allí, fue entrevistada y consiguió el trabajo y comenzó
a trabajar en ese mismo día.
La señora le creyó a Dios pero el problema es que no tuvo fe porque
creer no es fe.
¿Alguna vez te has preguntado por qué tantos cristianos están
en escasez, pobreza y enfermedad, pero afirman creer en Dios? Es
porque la fe y creer son cosas completamente diferentes. Justo y
bien, es posible que hayas creído en Dios por sanidad, prosperidad
o liberación, pero eso no es suficiente para que uno obtenga
resultados o un avance en el espíritu. Hay ciertas cosas que
necesitan corrección divina relacionadas con asuntos de fe; creer
no te libra de la enfermedad, la pobreza o la enfermedad. Lo que
hace es alinear tu espíritu para que puedas recibir de Dios, pero lo
que hace que el Cielo responda a tu situación es cuando hay una
expresión de fe en tu espíritu. Entonces, no digas: “Pero yo creo en
Dios para la sanidad, ¿cómo es que Él no ha
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me sanó todavía o, "Le creo a Dios por las finanzas, ¿cómo es que
todavía estoy arruinado?" Esto se debe a que es posible que hayas
hecho solo una parte de un todo. Después de creer, da un paso
práctico para demostrar acciones de fe al hacer algo que provocará
que todas las fuerzas de la divinidad liberen aquello por lo que crees
en Dios. Para ilustrar esta revelación con un ejemplo tipológico, el
hecho de que te hayas matriculado en un programa de estudios en
una institución no significa automáticamente que ahora califiques
para graduarte. De la misma manera, creer registra tu presencia en
el reino de los espíritus; significa o notifica a los sujetos espirituales
de tu presencia en el espíritu pero no te da la habilidad de poseer
nada que quieras en el espíritu. Sin embargo, para comenzar a ser
influyente y eficaz en el espíritu, se necesita fe.
En el espíritu, no poseemos las cosas creyendo sino por la fe. Creer
establece un campo de entrenamiento fértil sobre el cual puede
ejercer con éxito su fe.
2. La fe no es esperanza
“La fe es una expresión espiritual en el ahora, no en algún momento en
el futuro, no es esperar a ver que las cosas sucedan o que las situaciones
cambien en el futuro, sino un cambio instantáneo en las situaciones y
circunstancias en el presente”
La diferencia entre fe y esperanza es que la fe está en el ahora; siempre
se valida en el presente mientras que la esperanza está en el futuro.
Muchas personas viven con esperanza y siguen postergando y postergando
la manifestación de sus bendiciones haciendo expresiones como: “Un día
tendré una casa grande; un día conduciré el auto más clásico”, pero la fe
dice: “Tengo un auto, ahora tengo una casa”. La esperanza es la expectativa
de algo bueno que vendrá en el futuro. Sin embargo, puedes esperar toda
tu vida y nada cambiará porque no es fe. En vista de lo anterior, basta
revelar la verdad de que hay ciertas enseñanzas, tradiciones y experiencias
a las que los creyentes han estado expuestos y que necesitan corrección
divina. El problema es que mucha gente vive en el futuro, en lugar del
presente. Siguen diciendo que Dios los va a bendecir
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nosotros, Dios nos va a prosperar, Dios nos va a hacer millonarios y en el
proceso ignorantemente siguen impulsando sus bendiciones y retrasando la
manifestación de la plenitud de su riqueza en el ámbito natural. Contrariamente
a lo que creen que es verdad, esto no es un ejercicio de fe sino de esperanza
porque la esperanza está en el futuro pero la fe está en el ahora.
La esperanza produce postergación mientras que la fe produce resultados
instantáneos o inmediatos en el ahora.
La fe es ahora; no espera que las bendiciones de Dios sucedan en el
futuro. En cambio, los posee ahora. Así que al andar por fe, no estás esperando
ni creyendo tener nada, porque ya posees todas las cosas. No esperas nada de
Dios porque todas las cosas han sido puestas a tu disposición en Cristo. Muchas
personas expresan esperanza y se preguntan por qué no ha habido cambios en
su situación. La verdad es que la fe es lo que obra, no la esperanza. La
esperanza es futurista mientras que la fe es del presente. La esperanza dice:
“Creo en Dios por un milagro”, pero la fe dice: “Tengo un milagro”. Ese milagro
por el que creíste en Dios y pensaste que sucedería el año pasado no sucedió
porque creer no es fe y la fe no es creer. Por lo tanto, deja de decir: “Creo que
algún día recibiré mi sanidad” y comienza a decir: “Tengo salud divina, por lo
tanto, me niego a estar enfermo”. Esperar es poner la expectativa en el futuro.
Pero la fe toma posesión ahora llamando real y hecho lo que habéis esperado.
Tu esperanza debe traducirse en fe para que funcione. Por eso Pablo dice que
la esperanza no avergüenza; no nos decepciona porque es el primer elemento
requerido pero cuando llega la fe, toma posesión y precedencia. (Romanos 5:5)
En cuanto a Dios, Él ya ha hecho y completado todo porque vive en el
reino de la eternidad y no está limitado por el tiempo, la distancia, el espacio o la
materia. La verdad mayor es que no vamos a ser millonarios pero ya lo somos.
Es solo que tenemos que caminar en la conciencia de esa realidad para producir
manifestaciones sobrenaturales en el ámbito natural. Hablando tácticamente,
hemos pasado por este camino antes como un hombre que camina sobre sus
propias huellas donde antes había pisado. Por fe, Dios quebranta la ley del
tiempo y nos lleva al futuro y nos muestra todo lo competido y luego vuelve al
presente para mostrarnos cómo andar en el camino que Él nos ha mostrado en
el futuro. Pablo captó esta revelación; ya había visto su futuro, destino y corona
en la eternidad y volviendo al presente declaró: “Nuestros sufrimientos presentes
no valen la pena en comparación con
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la gloria que recibiremos en Cristo”. Su espíritu había viajado al futuro para contemplar
lo que Dios tenía reservado para él y luego regresó al ámbito natural para vivir por lo
que había visto.
A la luz de lo anterior, basta reiterar la afirmación profética de que vivimos
en una época en la que se siembra y se cosecha al mismo tiempo. De acuerdo a la
ley natural, si plantas una semilla, toma tiempo para que uno la coseche, pero debe
entenderse que como una nueva creación ya no estamos viviendo según la ley
natural sino la ley sobrenatural que al plantar la semilla, inmediatamente ves un
cosecha. La ley de la fe que trasciende, reemplaza y anula prevalece en todas las
circunstancias y rompe la ley del tiempo, para hacernos caminar en la manifestación
de nuestros millones en el ahora. Esta es una temporada de rápida promoción, rápido
crecimiento, rápido aumento y rápidos resultados, por lo tanto, nuestra riqueza
millonaria está a la mano.
La fe rompe la ley del tiempo, el espacio y la materia y cubre la brecha entre
el futuro y el presente. Lo que sea que Dios pueda hacer por ti dentro de diez años,
lo puede hacer en el ahora, puedes extenderte hacia el futuro para agarrar lo que
Dios ha preparado para ti y manifestarlo en el ahora. Kenneth Hagin está de acuerdo
con esta verdad divina y dice que la Fe es captar las irrealidades de la esperanza y
llevarlas al ámbito de la realidad. La procrastinación es la ladrona del tiempo. La fe
cubre la brecha entre el hombre y la creación, la brecha entre el cielo y la tierra.
Es un hecho irrefutable que la fe es el pasado y el futuro juntos en el
presente, constituyendo el ahora. La razón por la que muchas personas no ven la
manifestación completa de la riqueza de Dios es porque viven demasiado en el
futuro, pero Dios vive en el ahora. La fe no está en el futuro porque la fe no va a
estar, la fe está ahora. La fe comprime el tiempo y hace que el futuro invada el
presente. La mayoría de los creyentes saben de dónde vienen y hacia dónde van,
pero pocos creen lo que son ahora. Esto es un error porque Dios declara el fin desde
el principio, lo que significa que Él termina algo antes de mostrarle al hombre el
principio.
La esperanza mira hacia el futuro. Siempre es tiempo futuro. La fe es ahora.
La fe dice: “Recibiré la respuesta ahora mismo. Lo tengo ahora." No es esperar que
haga el trabajo; es creer, es fe. Alguien dijo: “Bueno, creo que recibiré mi sanidad, en
algún momento”. Eso no es fe, eso es esperanza,
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porque está mirando hacia un tiempo futuro indefinido. La fe dice: “Recibo mi sanidad
— ahora”. En una traducción moderna del Nuevo Testamento, el versículo familiar en
Hebreos 11:1 dice: “La fe es dar sustancia a las cosas que se esperan”. Si necesita
curación, no la quiere en el futuro; lo quieres ahora mismo, especialmente si tienes
dolor. Si está buscando el bautismo del Espíritu Santo, quiere recibirlo ahora, no en
un tiempo futuro indefinido. Si necesita la salvación, no puede posponerla para el
futuro, porque puede ser demasiado tarde. He hablado con personas que me dijeron
que esperaban ser salvos. Algunos de ellos ahora están muertos. Dejaron el mundo
sin salvación, porque la salvación que se basa en la esperanza nunca llega a buen
término. Cuando Pablo, escribiendo a los corintios, dijo: “Y ahora permanecen la fe, la
esperanza, la caridad, estas tres; pero la mayor de ellas es la caridad” (1 Corintios
13:13), no estaba infiriendo que la esperanza y la fe no son importantes. Cada uno
tiene su lugar, y uno no puede ser sustituido por otro. No podemos sustituir el amor
por la esperanza. Tampoco podemos sustituir la esperanza por la fe. Sin embargo,
muchas personas tratan de recibir cosas de Dios sobre la base de la esperanza en
lugar de la fe.
La fe está en tiempo presente. Mientras luchemos por recibir, con la
esperanza de ver la respuesta en algún momento, no funcionará. Eso es solo esperanza.
La fe dice: “Es mío. Lo tengo ahora. La esperanza, por supuesto, usada apropiadamente
es muy bendecida y hermosa. Tenemos una bendita esperanza en el pronto regreso
de nuestro Señor Jesucristo, la resurrección de los justos muertos, el arrebatamiento
de los santos vivos, la esperanza del Cielo y la esperanza de ver a nuestros seres
queridos y amigos. Damos gracias a Dios por esa esperanza. Pero todo esto es
tiempo futuro. Es la fe, no la esperanza, lo que trae sanidad y victoria. Hope es un
buen mesero, pero un pobre receptor. Demasiadas veces he escuchado a la gente
decir: "Estoy esperando y rezando" o "Todo lo que podemos hacer ahora es esperar
y rezar". Si eso es todo lo que estás haciendo, estás derrotado. Se necesita una fe
positiva, una fe ahora, para obtener resultados positivos. Pero es la fe, no la esperanza,
la que puede cambiar lo imposible en posible.
Enseñando sobre la fe en Marcos 11:24, Jesús dijo: “Por tanto, os digo,
cuantas cosas deseéis, cuando oréis, creed que las recibiréis, y las tendréis”. Al
momento de pedir en oración, debes creer que has recibido lo que has pedido; eso es
fe. Pero si esperas que Dios responda tu oración algún día, eso no funcionará aunque
lo creas. Muchas veces, cuando les pregunto a las personas que vienen a orar a mis
reuniones si creen que serán sanadas, responden: "Bueno, espero que sí". Les digo
que no, porque recibimos de
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Dios por fe, no por esperanza. No es esperar o querer: es la fe lo que
hace el trabajo. No recibirás de Dios porque esperas. En ninguna parte
dice la Biblia que cuando oramos, recibiremos lo que esperamos.
Sin embargo, la Palabra de Dios sí dice: “Todas las cosas que pidiereis,
orando, creed que las recibiréis, y las tendréis” (Marcos 11:24). Jesús
también dijo: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”
(Mateo 21:22).
Una vez, un caballero quería saber qué nivel de fe necesitaba
alcanzar para recibir la curación de una dolencia crónica. Él dijo:
“Tengo fe e incluso ayuno, pero parece que ninguna de estas cosas
está funcionando. Sin embargo, creo que Dios me liberará algún
día”. De sus comentarios, el verdadero problema es obvio; no
entendía la diferencia entre fe y esperanza. La fe obra ahora, toma
posesión ahora. No puedes decir que tienes fe y al mismo tiempo
estar esperando en Dios por un milagro. Este es un error que
cometen muchos cristianos y se preguntan por qué su fe parece
ineficaz. La fe siempre funciona, pero mientras estés funcionando
en la arena de la esperanza, no podrás efectuar instantáneamente
los cambios deseados. En cambio, solo está posponiendo y
postergando la manifestación de sus bendiciones.
Otro hombre que sufría de una enfermedad del corazón dijo
una vez: “Tengo fe en que un día voy a ser sanado de esta
enfermedad. No sé cuándo, pero va a suceder en el tiempo de
Dios”. Desconocido para él, esto no es fe sino esperanza porque
está en el futuro. El peligro es que con este tipo de confesión,
puedes esperar y esperar todo lo que quieras pero eso no es lo que
cambia la situación. Luego le hablé y lo animé a cambiar su
confesión a “Por las llagas de Jesucristo, ahora estoy sano” y en el
instante en que cambió su confesión al tiempo presente, recibió su
sanidad. La versión americana contemporánea expresa esta
revelación de una manera más poderosa como: “Por la llaga de
Jesús, fuimos sanados”.
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En otras palabras, puso ese tipo de experiencia de sanidad en tiempo
pasado, lo que significa que recibimos nuestra sanidad en el mismo
momento en que Jesús fue azotado. Lo que simplemente estamos
haciendo ahora es para apropiarnos de lo que Jesús ya ha hecho o
logrado por nosotros en el reino espiritual. Esta es la forma correcta de
expresar la fe.
3. La fe no es presunción
“La fe no se basa en la presunción o especulación de situaciones y
circunstancias prevalecientes, sino en la veracidad y autenticidad de la
evidencia de realidades invisibles”
Basta con señalar que muchas personas hablan con presunción de situaciones y
circunstancias que pretenden que tales confesiones son expresiones de fe. Hay
una diferencia entre la fe y la presunción.
La presunción es un aspecto de la naturaleza humana que se manifiesta a través
de procesos mentales o cognitivos, mientras que la fe es una expresión del
espíritu. Es un escenario típico a lo largo de muchos ciclos cristianos que
multitudes de personas en realidad son presuntuosas en sus confesiones y
tienden a confundir esos impulsos emocionales con la fe y esta es la razón por la
que no ven la plenitud de la manifestación de las bendiciones de Dios en sus
vidas. y no cosechar resultados de sus confesiones. La verdad es que si confiesas
la palabra de Dios y la hablas en una situación y no funciona o no produce los
resultados de lo que habla la palabra, entonces significa que nunca fue fe en
primer lugar; en cambio, era solo presunción.
La presunción es una percepción positiva, suposición o especulación
sobre un fenómeno dado basado en lo que se ve o en los hechos. La presunción
mira la perspectiva económica y en base a lo que ve, dice “Este año seré
bendecido”, pero la fe dice “Ya estoy bendecido independientemente de la
perspectiva económica prevaleciente”. La presunción analiza la situación o las
circunstancias prevalecientes o la perspectiva general de las cosas y luego hace
una declaración positiva basada en la realidad, pero la fe adopta un enfoque con
los ojos vendados que habla de la situación independientemente de las circunstancias preva
La presunción mira el pronóstico del tiempo afuera y en base a las nubes que
aparecen en el cielo, dice: “Hoy podría llover”, pero la fe mira
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en la sequedad de la expansión y proclama que “¡Viene la lluvia!”, de la misma manera
Elías le dijo al rey Acab sobre el sonido de la abundancia de la lluvia cuando no había
ni una leve señal en lo natural que indicara que podría llover. La presunción es producto
de procesos mentales mientras que la fe es producto de procesos espirituales. La
presunción se basa en hechos, pero la fe se basa en realidades invisibles. La
presunción es un hecho, pero la fe es espiritual. La presunción es un cuerpo de ideas
o un grupo coherente de suposiciones presentadas por procesos mentales para tratar
de explicar hechos o fenómenos observables, mientras que la fe es una sustancia de
realidades invisibles.
La fe no es matemática; no se basa en ningún movimiento calculado, teorización
de hechos o especulación, sino en la justificación de la evidencia de realidades
invisibles. Incluso cuando se trata de profetizar, lo hacemos de acuerdo a la medida de
fe que tenemos. No podéis presumir de resucitar a los muertos cuando no tenéis fe
para reprender un dolor de cabeza. Necesitas revelación para llevarte de una dimensión
a otra. Revelación es lo que exige cambio, por lo tanto no es lo mismo presumir que fe
porque la fe requiere revelación y convicción. Para ilustrar este fenómeno espiritual
con un ejemplo tipológico, cuando Jesús llevó a sus discípulos cercanos al monte de
los Olivos, donde se encontró con Moisés y Elías y su rostro se transformó en una
gloria radiante, Pedro habló con presunción y dijo:
“Maestro, construyamos tres casas, una para Ti, una para Moisés y otra
para Elías.
Esto es presunción porque la Biblia dice que no sabía lo que estaba diciendo. La
presunción es decir algo positivo basado en lo que sientes, ves o percibes en el ámbito
natural, pero la fe es una migración del ámbito de los sentidos a las realidades
espirituales. Pedro tenía el celo y el deseo de hacer algo bueno, pero su fe estaba mal
dirigida. La presunción es una mala dirección de la fe. Pedro pudo haber aplicado
correcta y exactamente su fe diciendo: “Maestro, que la misma gloria que está sobre ti,
sobre Moisés y Elías, descanse sobre nosotros”, y eso podría haber sido concedido
porque en la presencia de Dios todo es posible. No creo que Jesús llevó a sus
discípulos al monte para que fueran espectadores de la gloria de Dios sino partícipes
de la gloria, por lo tanto si hubieran dirigido su fe y encauzado en una dirección
adecuada, podrían haber participado de esa Gloria así como Moisés dio un paso de fe
cuando vio una zarza ardiendo y fue bendecido.
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En Juan 11:145, cuando Jesús dio la noticia de que Lázaro había muerto y
que lo iban a despertar, Tomás habló con presunción y dijo: “Vamos para que
podamos morir juntamente con él” . Aunque creía en Jesús hasta el punto de estar
preparado para morir con él, eso no contaba para la fe porque se suponía que
solo Jesús debía morir por el mundo, nadie más, ni siquiera los discípulos. Esta
fue una fe mal dirigida que se llama presunción. Thomas tenía una comprensión
del martirio, pero no reconoció que aún no era hora de que alguien muera por
amor a Cristo. Su motivo era correcto, pero esto fue una mala dirección de la fe.
En otro incidente, cuando Jesús les dijo a sus discípulos que había llegado su
hora y que sería arrestado, llevado a la cruz y crucificado, Pedro dijo: "Maestro,
eso nunca te sucederá". Pero Jesús lo reprendió y le dijo: “Satanás, aléjate de ti”.
Esto se debe a que, aunque Pedro tenía el motivo correcto para proteger a Jesús,
habló con presunción y eso no se contó como fe porque carecía de comprensión
de la voluntad y el propósito de Dios.
Luego toda proclamación hecha sin revelación no cuenta para la fe. La presunción
es una palabra positiva pronunciada en ausencia de revelación.
Muchas personas confían en la presunción porque carecen de la revelación de
cómo ejercer la fe.
Pero, ¿cómo puedo entonces saber si estoy ejerciendo la fe o la presunción?
Es fácil. La presunción es ansiosa, temerosa, dudosa, preocupante, pero la fe
tiene paz y sosiego en Dios. ¿Cómo puedo saber antes de orar por alguien si la fe
que se ejerce ha contactado a Dios o no?
Si una persona tiene la fe de Dios obrando, hay una confianza interna que fluye.
Cuando una persona dice sé que cuando ores por mí seré sanado, hay una paz
que viene con lo que la persona está diciendo. Esta es la esencia de la fe. Y
muchas veces, cuando rezas, funciona en consecuencia. Pero la presunción
humana siempre está ansiosa, preocupada e inestable. La fe y la ansiedad no
pueden coexistir, por lo que la presunción no cuenta para nada en el reino
espiritual.
en mi ministerio; Una vez conversé con cierto hermano que tenía celo
por la prosperidad. Pretendiendo estar ejerciendo su fe, dijo: “Tengo fe en
que podría comprar una casa de un millón de dólares este año; Voy a ser
rico”.
A pesar del celo y la confianza que tenía, desconocido para
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él, esto no es un ejercicio de fe. La fe no se basa en suposiciones,
sino en una fuerte convicción y seguridad de que te convertirás en lo
que deseas ser y tendrás lo que deseas tener. Mientras sigas usando
los adverbios "podría", "quizás", "quizás" en tus confesiones de fe,
eso significa que no estás 100% seguro de por qué crees en Dios y
esto no es fe real. Lo que quizás no sea evidente para usted es que,
como hijos de Dios, obtenemos trabajos ya sea que la economía
ofrezca o no; obtenemos ganancias si la economía es buena o no.
Posteriormente, le expliqué al joven cómo debería ejercer su fe
correctamente y cambió su confesión de decir: "Voy a comprar una
casa" a "Tengo una casa".
Declarar, “Tengo una casa”, lo hace más tangible y real en el espíritu.
Decir: “Voy a tener una casa”, es una declaración desleal que
posterga y pospone la manifestación de una bendición.
Recuerdo cuando solía decirle a la gente que soy un editor de
libros mucho antes de publicar mi primer libro y en poco tiempo, 21
de mis libros comenzaron a publicarse, algunos individualmente y
otros cuatro a la vez. Cuando confiesas que tienes algo, aunque en
el ámbito natural no se haya manifestado todavía, en el espíritu se
considera tangible, sustancial y real. Por lo tanto, cuando dices o
declaras que lo tienes, das licencia a todas las fuerzas de la divinidad
para transferirlo o traerlo del reino espiritual, no manifestación en lo
natural.
4. La fe no es optimismo
“La fe se basa en la palabra de Dios, no en el optimismo, el positivismo o
la expectativa sincera”
Es un escenario típico en el Cuerpo de Cristo alrededor del mundo que muchas personas
desean que las cosas sean positivas o que las situaciones y circunstancias sean positivas.
dieciséis
cambiar e inadvertidamente confundir eso con fe. Mucha gente desea ver que las cosas
cambien para mejor, vidas impactadas, pero sus expresiones y confesiones no están
respaldadas o mezcladas con la palabra de Dios, por lo tanto, no pueden producir los
resultados de lo que habla la palabra. Otros creen que la fe es una especie de
“pensamiento positivo”. Es como si mientras las personas tuvieran una visión optimista y
se mantuvieran optimistas sobre los eventos y circunstancias, estuvieran demostrando
fe. La Biblia en ninguna parte describe la fe con las palabras positivo u optimista, aunque
estas son ciertamente buenas cualidades de la mente. La verdad del asunto es que tener
una convicción, inclinación, expresión o deseo positivo de que algo suceda sin ninguna
base o referencia a la palabra de Dios no es fe sino optimismo. Ser y vivir con una actitud
positiva es genial, pero la fe es mucho más que positividad. La fe no opera en el ámbito
de los sentidos o las emociones, sino en un ámbito espiritual basado en la palabra de
Dios. Por lo tanto, esperar lo mejor o que las cosas mejoren no es fe sino optimismo. El
optimismo es producto o expresión de emociones mientras que la fe es expresión del
espíritu y la palabra de Dios. La fe no se basa en las emociones sino en el espíritu y la
palabra de Dios. Dios honra por encima de todo Su palabra, por lo tanto, la fe es hablar
lo que Dios dice a través de Su palabra y como Dios dice que Su palabra no volverá a Él
vacía, Dios está obligado a actuar o responder a cualquier cosa proclamada a través de
Su palabra.
El peso o sustancia de cualquier declaración proclamada en el ámbito del espíritu
es el contenido o cantidad de la palabra de Dios que lleva.
Por lo tanto, cualquier declaración positiva proclamada pero desprovista de la
palabra de Dios se traduce como optimista pero no como fe. El optimismo mira el extracto
bancario y cuando parece prometedor que las finanzas podrían mejorar, expresa una
palabra de positivismo, "vienen millones" , pero la fe mira el extracto bancario incluso
cuando hay un saldo cero y proclama que, "Yo' soy un millonario del reino”.
En Mateo 16:2122, cuando Jesús les dijo a sus discípulos que iba a ser arrestado,
crucificado y resucitado después de tres días, Pedro exclamó: “Señor, esto nunca te
sucederá a ti”. Si bien Pedro tenía la intención correcta de proteger a Jesús, su motivo
estaba en contra del plan de Dios, por lo que no se contó en absoluto como fe. En
cambio, estaba optimista de ver a Jesús vivir bien, pero eso no era fe porque Jesús lo
reprendió por falta de fe. El optimismo es el deseo de tener algo aunque no esté en
consonancia con la
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voluntad de Dios pero la fe es un resultado de lo que habla la palabra de Dios.
Es una lástima que muchas de las cosas por las que la gente ora o desea recibir
de Dios no están necesariamente en línea con Su voluntad. Hay optimistas de
recibir de Dios pero eso no cuenta para la fe porque sus peticiones no están en
consonancia con la palabra de Dios. Por eso Pablo dijo que los judíos tienen celo
de Cristo pero no tienen conocimiento. Ser celoso de algo implica optimismo pero
la falta de conocimiento por otro lado implica falta de fe porque no se puede
ejercer la fe sin el conocimiento revelado. Tomemos, por ejemplo, a alguien que
dice: "Estoy creyendo en Dios por un millón de rands" , pero luego ni siquiera
conoce la palabra de Dios sobre la prosperidad financiera o qué hacer con el
dinero y para qué lo quiere. La persona simplemente está diciendo: “Estoy
creyendo en Dios por un millón de rands ” y esa persona tiene confianza, es muy
optimista, pero eso no es fe en absoluto.
La fe es optimista pero no todo optimismo es fe. Una multitud de personas son
optimistas de que serán sanados, recibirán casas, autos y propiedades, serán
liberados pero no saben lo que dice la palabra de Dios sobre sus deseos o
situación y a menos que sus confesiones se mezclen con la fe. en la palabra de
Dios, sus expresiones se cuentan simplemente como optimismo, no como fe.
La fe actúa sobre la palabra de Dios. En realidad, la fe nace de la palabra
de Dios, esto implica que en ausencia de la palabra de Dios, no hay fe porque la
fe es hablar la palabra de Dios con la intención de cambiar una situación o
circunstancia particular. Cualquier oración hecha, desprovista de la palabra de
Dios, es una oración de optimismo, que no es bíblica.
Por lo tanto, antes de expresar cualquier cosa como fe, primero debe verificar si
está de acuerdo con la palabra de Dios. Si está en línea con la palabra de Dios,
se sigue que está en la voluntad de Dios porque la palabra de Dios es Su
voluntad. Tal oración produce tremendos resultados en el ámbito natural.
Con base en la perspectiva del estado de la economía prevaleciente,
un hombre dijo una vez: “Estoy muy seguro de que mi negocio prosperará
esta vez. Tengo fe en mi negocio y confío en que voy a ganar dinero”.
Poco sabía él que en nuestra calidad de hijos de Dios, en los negocios,
ganamos dinero independientemente de las perspectivas económicas. La
verdad es que tener una actitud positiva no es fe. Cuando operas por fe,
no
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mira las circunstancias primero y luego haz una confesión.
Eso no es fe. En cambio, tienes que hacer una confesión
basada en lo que crees, no en lo que ves porque la confesión
precede a la posesión. Hacer especulaciones y confesiones
basadas en cómo son tus circunstancias en lo natural no es fe
sino presunción. Faith mira la billetera aún cuando no hay ni un
centavo y declara, “soy millonario”. Faith observa el negocio,
en medio de una recesión o de un panorama económico cada
vez más oscuro, y declara: “Mi negocio está prosperando y soy
el hombre de negocios más exitoso del país”. Faith mira un
vientre plano a pesar de que no hay señal de embarazo y
declara: “¡Tengo un bebé, gloria a Dios!”. Así es como
ejercemos la fe bíblica apropiada.
La verdad es que en el reino de los espíritus, para que
algo sea significativo, debe haber sido dicho en el contexto de
la palabra de Dios. Cualquier declaración pronunciada en el
espíritu que esté desprovista de la palabra de Dios, no importa
cuán positiva sea, no tiene ningún valor significativo en el
espíritu, por lo tanto, no cuenta para nada. Puedes declarar
todo lo que quieras que eres el más rico, el más grande o el
más grande del mundo, pero si no está en el contexto de la
palabra de Dios, se considera una declaración de positivismo
porque la fe no contradice la palabra de Dios. El positivismo no
mueve la mano de Dios; Dios es movido por la fe. Es
desalentador mencionar que las oraciones de algunas personas
se consideran solo declaraciones en el espíritu. Cualquier cosa
que se le diga a Dios fuera del contenido de Su palabra no es
oración sino una declaración espiritual. Imagínese cuántas
personas están haciendo declaraciones espirituales, afirmando
que son fe. Creer en Dios que Él prosperará su negocio de
tatuajes no es fe. Creer que Dios enviará ángulos para traer
clientes a comprar alcohol de su Tarven no es fe. Creer que
Dios te dará mucho dinero para comprar drogas no es fe. Creer
en Dios que te concederá el favor de ganar una apuesta no es
fe. Creerle a Dios para prosperar un negocio escandaloso no
es fe en absoluto, no importa cuán positivo seas.
19
5. La fe no es confianza, orgullo o
jactancias hablando
“La fe es una expresión espiritual que viene del espíritu no una confianza
carnal, jactancia o cualquier manifestación que viene de la carne o del
reino de los sentidos”
Tener confianza en algo no significa necesariamente que tengas fe en ello.
Es un escenario típico en algunos ciclos cristianos que algunas personas
desarrollan confianza hasta el extremo de jactarse de las cosas en la carne
pensando que en realidad están expresando fe. Es sorprendente notar que
hay personas que ven la fe como una manifestación de confianza. Esto es
un error y una gran tergiversación de la fe. Sin embargo, Hebreos 10:35
dice que la confianza es importante porque dice que “No desechéis, pues ,
vuestra confianza, que tiene grande recompensa de galardón”. Si bien este
pasaje revela que la confianza es vital para los cristianos hasta cierto
punto, la confianza por sí sola no es fe. ¿Cómo saber si una expresión de
confesión es fe o no? Esta es una pista: mientras esa confianza se exprese
en la carne y no en el espíritu, no es fe sino mera soberbia o arrogancia.
Al contrario de lo que sostiene la fe, el orgullo es la confianza manifestada
en la carne mientras que la fe es una expresión manifestada en el espíritu.
En esencia, la fe es una expresión del espíritu, no de la carne. La fe no
opera en el ámbito de los sentidos sino en el ámbito del espíritu. Mientras
no venga del espíritu, no es fe porque la fe es un producto de la expresión espiritual.
Baste a este respecto adjudicar la afirmación de que cualquier palabra
ordinaria, por positiva o buena que sea, mientras no venga del espíritu y
no esté fusionada con la palabra de Dios que es espíritu, no puede decirse
que sea fe porque la fe es una expresión espiritual que se basa en la
palabra de Dios y la fe viene por el oír y oír la palabra de Dios.
La Biblia declara en Hebreos 11:6 que,
Sin fe es imposible agradar a Dios.
Esto se debe a que muchas personas tienden a expresar sus confesiones
en la carne, en su naturaleza carnal, y dado que Dios no vive en el ámbito de los
sentidos sino que opera en el ámbito de la fe, sus confesiones no tienen ningún
valor significativo en el espíritu para provocar que la mano de Dios se mueva a
favor de ellos. Esto se debe a que la carne da a luz a la carne, pero el espíritu da a luz
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al espíritu Esto implica que cualquier cosa que no nazca del espíritu o que no sea
expresada por el espíritu no producirá ningún resultado espiritual significativo. Por
tanto, cuando declares algo, comprueba primero si estás en el espíritu o en la carne
en el momento de la declaración. Mucha gente tiende a dejarse llevar y malinterpretar
la escritura que dice que si declaras algo, se te establecerá, por lo tanto, pronuncian
declaraciones vacías en nombre del ejercicio de la fe. Lo que no se dan cuenta es
que el contexto de la escritura habla de declarar las cosas en el espíritu y no en la
carne.
Es una ley espiritual y un principio que para que algo se establezca tanto en el
espíritu como en el ámbito natural, debe ser dicho o declarado en el espíritu. Si solo
lo declaras en la carne, sin importar cuánto te esfuerces, no tiene ningún valor
espiritual significativo, por lo tanto, no produce ningún resultado para ti.
Por ejemplo, los fariseos y los escribas desafiaron el pensamiento de
Jesucristo de que estaban en la fe pero que estaban actuando en la carne. La Biblia
habla de los estoicos y epicúreos griegos que eran muy conocedores de las
escrituras a tal punto que cuando los discípulos de Jesús se pusieron de pie en la
congregación para hablar la palabra, los socavaron y comentaron: "¿Qué diría este
Babler? " Pensaron que sus confesiones eran de fe, pero estaban en la carne. La
Biblia registra un incidente en el que un joven expresó su orgullo y le dijo a Jesús
que había dado a los pobres y hecho todas las cosas buenas, pero Jesús lo silenció
diplomáticamente diciéndole que vendiera todas sus pertenencias y se las diera a
los pobres.
El joven en cuestión creía que estaba expresando su fe, pero Jesús lo consideró
una manifestación de orgullo. La diferencia no está en lo que dices, sino en cómo lo
dices y el motivo detrás de decirlo.
Entonces, ¿cómo puedo saber si mi expresión de fe es fe real o confianza?
Esto es facil. Puedes saber si las personas están hablando con la cabeza o con el
corazón. Como si alguien viniera y dijera: “Estoy creyendo en Dios por esto, estoy
creyendo en Dios por aquello”. Examinas con mucho cuidado. Si el llamado creer y
todas esas confesiones están llenas de ansiedades, entonces la fe no se ha
asentado. Por lo general, las personas que hablan así, lo que esperan no sucede.
Tampoco tienen la sustancia de la fe para llevarla a cabo. Las primeras
circunstancias, las dificultades, que la persona enfrenta, esa persona se da por
vencida. Entonces, ¿cómo puede ser eso fe? La fe no se rinde.
Eso significa que nunca fue fe. Era la confianza humana. Ahora, la fe habla de
manera diferente. La fe tiene una calma que dice que Dios me ha mostrado esto.
21
A veces una persona se emociona demasiado, eso está bien. Pero hay calma y
paz en la forma en que una persona habla cuando hay fe. Hay un descanso
sobre la forma en que una persona habla. Esa persona dice sé que Dios me ha
mostrado esto. Sé que él hará que suceda. La forma en que la persona habla
transmite paz por todas partes. Y cuando la gente dice eso, significa que la fe
está ahí y que serán tan inamovibles como Noé construyendo un arca. Pase lo
que pase, lo perseguirán.
Inmediatamente después de recibir la impartición de la unción de
un hombre de Dios, un hermano joven le dijo una vez a su pastor:
“¡Soy el hombre más ungido de esta iglesia!”.
Si bien para él esto parecía ser una confesión de fe, desde un
punto de vista espiritual, no lo era porque fuera una expresión de
orgullo y egocentrismo. Aunque seas más ungido que tus pastores,
o mayores, no te atrevas a echarles en cara alardeando porque
Dios resiste la soberbia pero da gracias a los humildes. La fe no es
jactancia. La fe no es competencia. Presumir de que eres más
grande, mejor y más grande que tus superiores o pastores es solo
orgullo. Siguiendo un consejo sobre cómo ejercer correctamente la
fe, el joven buscó fervientemente un mentor y cambió su actitud,
del orgullo a la humildad y Dios concedió más gracia sobre su vida.
De manera similar pero diferente, después de haber sido inspirado
por una enseñanza de fe de su pastor un domingo, cierto hombre
llegó a su lugar de trabajo al día siguiente y les dijo a sus colegas:
“Tengo fe en que voy a ser la persona más rica”. en esta empresa
voy a registrar mi propia empresa; voy a emplearte; todos ustedes
van a ser mis siervos” Mientras que este hombre pensó que estas
confesiones están basadas en la fe, en realidad esto no es fe.
Notable en este sentido es la comprensión de que hay una delgada
línea entre la fe y el orgullo. El orgullo es confianza manifestada en
la carne mientras que la fe es confianza manifestada en el espíritu.
Así se distingue entre la fe y la soberbia porque muchas veces la
gente piensa que
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están ejerciendo la fe, pero en realidad están orgullosos, por lo tanto,
tales confesiones no tienen ningún valor significativo en el espíritu. Lo
que más importa cuando se trata de confesiones de fe no es solo lo que
dices, sino cómo lo dices.
Si su confesión de fe está llena de egoísmo y palabras que lo exaltan a
uno mismo, eso podría no ser fe, aunque parezca y suene como fe. Es
difícil para los lectores ocasionales de la palabra distinguir entre el
orgullo y la fe, pero para un hombre que ha sido inundado en
profundidades mayores de la palabra de Dios, la diferencia es evidente.
5. La fe no es una convicción mental
La fe no es un proceso mental sino un proceso o expresión espiritual.
No está en la mente sino que es un producto de tu espíritu.
Vale la pena explorar la verdad divina de que el concepto de fe ha sido diluido,
malinterpretado y malinterpretado por la mala teología. Corroborando esta
verdad, John Wesley dijo una vez: “el diablo le ha dado a la Iglesia un sustituto
de la fe; uno que se parece tanto a la fe que pocas personas pueden notar la
diferencia”. A este sustituto lo llamó “asentimiento mental”. Es notable darse
cuenta de que muchas personas leen la Palabra de Dios y están de acuerdo
en que es verdad, pero están de acuerdo solo con sus mentes. Y eso no es lo
que hace el trabajo. Es la fe del corazón la que recibe de Dios, no la fe de la
cabeza. Por eso Kenneth Hagin dice: “La fe no está en tu cabeza sino en tu
corazón”. Esto significa que la Fe no es contemplación intelectual ni proceso
cognitivo. La fe no es el ejercicio de la inteligencia. No es ni intelectual ni
mental sino espiritual. Mientras tu ejercicio de la fe esté lleno de razonamiento,
cuestionamiento, análisis mental, es una señal de que la fe está ausente
porque todos estos atributos son aspectos de la naturaleza humana y no de la
fe. Si la fe viniera por asentimiento mental o inteligencia, entonces los
profesores y doctores serían los que tendrían la etiqueta de mayor fe, lo cual
no es el caso. La fe es una cualidad del espíritu, que incluso las mentes más grandes no
Además, la fe no es lógica. Algo no tiene que tener sentido para que sea fe.
La fe puede no tener un sentido físico sino un sentido espiritual.
Aunque aturde la mente, tiene mucho sentido en el espíritu. reino
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Entonces, ¿cómo sé realmente si tengo fe para algo o no? ¿Es porque tengo
convicción mental? ¿Es porque estoy mentalmente convencido? ¿Cómo sé realmente que
tengo fe y no es acento mental o deseo? Esto es simple. Si al ejercer la fe por algo te das
cuenta, debes prestar más atención a lo que sucede en tu espíritu que a lo que sucede afuera.
Cada vez que puedas ejercer la fe en alguna área, tienes que examinar dentro de ti. La fe es
una expresión espiritual, no una expresión del alma. Necesitas discernir si es el espíritu de Dios
o simplemente una convicción mental. Necesitas examinar tu espíritu interior, orar y estar lo
suficientemente quieto para escuchar lo que hay en tu espíritu. Necesita verificar el testimonio
interno dentro y saber lo que su hombre espiritual percibe o siente al respecto.
Necesitas comprobar lo que perciben tus sentidos espirituales. Si no tuvisteis fe, si os examináis
a vosotros mismos, sentiréis que hay algo hueco dentro de vuestro corazón, interiormente no
tendréis esa paz y gozo de Dios. Tu espíritu interior está preocupado por eso. Definitivamente
debes saber que no estás ejerciendo la fe, es solo tu convicción mental.
¿Cómo puedo saber si tengo esta fe de corazón o simplemente estoy mentalmente de
acuerdo? Esto es simple. El asentimiento mental dice: “Sé que la Palabra de Dios es verdad. Sé
que Dios ha prometido sanidad, pero por alguna razón no puedo obtenerla; No puedo entenderlo .
Sin embargo, la verdadera fe en la Palabra de Dios dice:
“Si la Palabra de Dios dice que es así, entonces es así. Es mía. Lo tengo ahora. Lo tengo
aunque no puedo verlo”.
He escuchado a personas decir: “Pero lo que he estado orando aún no ha sucedido”. Si
ya lo tuvieras, no tendrías que creerlo, porque entonces lo sabrías. Tienes que dar ese paso de
creer para llegar al lugar del conocimiento. Demasiadas personas quieren saberlo desde el
punto de vista de su acontecer y luego creerlo. Debemos creerlo porque la Palabra de Dios dice
que es nuestro. Entonces se materializa.
¿Por qué a Tomás le resultó difícil creer que Jesús estaba vivo? Tomás sabía de los clavos que
atravesaron las manos de Jesús y la lanza que fue clavada en Su costado. Sus sentidos físicos
le dijeron que Jesús estaba muerto. Thomas estaba usando el conocimiento de la cabeza, en
lugar de la fe del corazón. La fe principal siempre razona y cuestiona el orden espiritual de las
cosas. La fe de la cabeza dice: “Piensa antes de hablar”, pero la fe del corazón dice: “Habla
antes de pensar”. No es pensar per se, lo que hace el trabajo. Es cómo sincronizas tu
pensamiento con la palabra de Dios lo que produce resultados instantáneos. En el campo de la
fe, grande
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los pensadores son como bebés espirituales. En realidad, son aquellos que toman la
palabra de Dios con una fe infantil que gobiernan en el reino del espíritu.
Una señora una vez confesó: “Tengo fe y sé que la Palabra de
Dios es verdad. Sé que Dios ha prometido sanidad, pero por alguna
razón no puedo obtenerla; No puedo entenderlo. Basado en sus
confesiones, su problema es obvio; ella sufría de lo que yo llamo fe
mental; ella creyó a Dios con su mente. No intentes comprender las
cosas espirituales con tu mente; mientras sigas luchando para
comprender las realidades espirituales con tu mente, todavía no
estarás actuando con fe. La fe no es convicción mental; por eso los
gigantes intelectuales en lo natural son bebes en el espíritu porque
la fe no trabaja con la lógica. En cambio, la fe toma a Dios en Su
palabra. Incluso si no tiene sentido en la fe natural, real en la
Palabra de Dios dice: “Si la Palabra de Dios lo dice, entonces es
así. Es mía. Lo tengo ahora. Lo tengo aunque no puedo verlo”. He
escuchado a personas decir: “Pero lo que he estado pidiendo en
oración aún no ha sucedido”. La verdad es que mientras todavía
estés ansioso e inquieto por un asunto, entonces la fe aún no se ha
asentado; la fe opera en un estado de reposo, con mucha seguridad.
Además, mientras todavía tiene sentido en lo natural, la fe aún no
se ha asentado. Para calificar para la fe, lo que estás creyendo en
Dios debe desconcertarte y dejarte preguntándote cómo sucederá
esto en este planeta.
Abraham no vaciló al tratar de razonar de forma natural cómo
una matriz muerta de su esposa Sara iba a dar a luz un hijo. Los
médicos podrían haber declarado que no tienes matriz, por lo tanto
no vas a tener hijos, pero en tu ejercicio de fe, no te atrevas a tratar
de razonar cómo vas a quedar embarazada sin matriz; simplemente
cree en Dios y darás a luz un hijo, ya sea que esté presente o no
en el útero natural. De manera similar, Dios podría haberlo ordenado
como millonario incluso cuando no tiene un centavo en el bolsillo.
Por eso no empieces
25
tratando de calcular y entender con sus sentidos naturales cómo
el dinero va a llegar a usted, ya sea a través de un trato comercial
o dando o qué, solo crea en Dios y se abrirá una vía en el reino
natural para que sus finanzas lluevan sobre su vida. Incluso
cuando parece imposible en lo natural que nunca recibas dinero,
Dios puede llegar al extremo de hacer llover dinero Milagroso
sobre ti. Por lo tanto, permanezca inquebrantable en su fe. El
secreto está en creerle a Dios por lo imposible y no tratar de
razonar o entender cómo funcionarán las cosas porque el reino
espiritual opera en diferentes principios en comparación con el
natural. Tu deber es creerle a Dios y cómo se va a producir tu
milagro o avance es responsabilidad de Dios. No te atrevas a
tomar el lugar de Dios; enfócate en tu parte y deja que Dios haga
la suya.
6. La fe no es un salto a la oscuridad o al
desconocido
La fe no es dar un salto a ciegas hacia lo desconocido, sino dar un salto
hacia la palabra de Dios.
Como ya dijimos, ya hemos establecido que la fe es la certeza de lo que
se espera y la certeza de lo que no se ve: Si tienes la evidencia delante
de ti o si puedes verla, de nada sirve la fe.
La fe es necesaria para lo que no podemos ver y no podemos tocar. Sin
embargo, aunque la fe se extiende más allá de lo que aprendemos de nuestros
sentidos, la Biblia no recomienda un “salto a ciegas” de fe. Contrariamente a lo
que supone una multitud de personas, la fe no es dar un salto en la oscuridad
sino un salto en la luz porque se basa en la luz de la palabra de Dios. La fe da
certeza a las cosas que no vemos con nuestros ojos ópticos, por lo tanto, la fe
no es un salto irracional hacia la oscuridad, sino un salto racional sobre la
palabra de Dios. Es creer lo que la palabra de Dios ha dicho acerca de cualquier
cosa y luego actuar de esa manera. Partiendo de esta realidad, es pues
inequívocamente evidente que la fe no es dar un salto a lo desconocido porque
la fe actúa sobre la palabra de Dios que revela el propósito de Dios que nos ha sido revela
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Espíritu. El pionero del Movimiento Palabra de Fe, Kenneth Hagin, una vez
hizo una declaración notable sobre esta realidad:
“La fe comienza donde se conoce la voluntad de Dios”.
Esto implica que actúas o basas tu fe en lo que sabes. Mientras no sepas la
dirección de tu fe y solo aceptes las cosas tal como se te presenten,
entonces ya no estarás operando en la fe sino en el destino. Eso significa
que la fe se basa en el conocimiento de la revelación. Si nada se te revela
en el espíritu, entonces no puedes estirar tu fe para ello. Haciéndose eco de
la voz del Apóstol de la fe, AW Tozer tuvo una interesante explicación para
este versículo. Él dijo,
“Fe es ver lo invisible, pero no lo inexistente”.
Fe es no tener una creencia supersticiosa. Algunas personas piensan
que la fe es creer en algo que en realidad no existe. La fe bíblica le cree a
Dios cuando nos dice que hay una realidad que no podemos ver. Fe significa
que mantenemos nuestros ojos en Dios que controla las circunstancias, no
en las circunstancias mismas. Por un lado: la fe no es un salto a ciegas en
la oscuridad. Algunas personas piensan que hay que ignorar la lógica y la
razón para creer en Dios. La noción sostenida por docenas de cristianos en
un amplio espectro de la fe cristiana de que la fe es radical, no significa que
tenga que ser siempre irrazonable. Algunas personas creen erróneamente
que para tener fe, debes estar loco, raro o fuera de este mundo. Esa es una
percepción equivocada de lo que es la fe. FE NO ES ACTUAR LOCO. La fe
no es actuar como una persona anormal. Hay ciertas cosas que algunos
ministros del evangelio están enseñando a sus congregaciones que no son
bíblicas. Aunque la fe es de naturaleza agresiva, no te da licencia para hacer
locuras que pretendan ser un ejercicio de fe. La fe tiene parámetros y se
ejerce dentro del contexto de las leyes espirituales y la palabra de Dios.
Como se mencionó anteriormente, la fe es la sustancia, la evidencia de
realidades invisibles: la fe no es una mera creencia o comprensión intelectual.
Es una voluntad de confiar, depender y aferrarse a algo real, conocido y
confiable. La fe da entendimiento al mundo invisible. Por la fe entendemos
que los mundos fueron hechos por la palabra de Dios, de modo que las
cosas que se ven no fueron hechas de cosas que se ven.
El escritor de Hebreos no dice que es difícil agradar a Dios
27
sin fe Dice que es imposible. Estos dos elementos parecen muy simples,
pero, ¡ay!, cuántos cristianos profesos actúan como si Dios no viviera; ¡y
cuántos otros, no esperan de Él como Recompensador!
Vale la pena señalar que la fe no opera contra la razón. En cambio,
opera más allá de la razón. Dios creó el universo a la perfección y lo gobierna
con leyes y principios universales, tanto naturales como espirituales. Estas
leyes no se contradicen sino que se complementan. Sin embargo, algunas
leyes son leyes superiores , mientras que otras son leyes menores. Como
ley superior, la fe opera más allá de la ley natural del razonamiento, pero no
en contra de ella. La noción de fe operando más alto que la ley de la razón
habla de que la realidad de la fe es una ley más alta y superior del universo.
Algunas personas creen erróneamente que para que algo sea fe radical
tiene que ser contra la razón, lo cual no es cierto. Si bien la fe desafía las
leyes naturales y opera más allá del ámbito de los sentidos, no actúa en
contra de ninguna ley natural.
Cierta joven que estaba aprendiendo a ejercitar su fe en los
negocios, tomó miles de dólares y los invirtió en una oportunidad
de negocios de la que no estaba segura. Esta fue su confesión de
fe: “Solo me arriesgo al invertir este dinero. No sé si voy a obtener
ganancias o pérdidas. Pero yo le creo a Dios por algo”.
Desafortunadamente, aunque ella le creyó a Dios, pero el hecho de
que hay incertidumbre, especulación y no está segura del resultado
de la inversión, no califica para la fe.
La fe no obra con sorpresas, la fe obra donde se conoce la voluntad
de Dios. Mientras no esté seguro del futuro, solo está explorando
los principios naturales del riesgo y la incertidumbre en los negocios.
Al contrario de lo que algunas personas creen, la fe NO ES UN
RIESGO. El riesgo está asociado con la incertidumbre, que es un
aspecto de la naturaleza humana, pero la fe tiene seguridad. La fe
tiene la certeza de que todo lo que se espera se cumplirá. Mientras
dejes lugar para la desilusión o el fracaso en tu
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esfuerzos, no estáis actuando con fe. La fe dice todo o
nada; ahora o nunca, o lo tienes o nada. En lugar de decir,
“No sé si voy a tener ganancias o pérdidas”, la fe dice:
“Tengo el Espíritu de Cristo en mí; por lo tanto el futuro se
me revela en su totalidad; No busco a tientas en la
oscuridad; Estoy seguro del rumbo que debo seguir, en el
nombre de Jesús; por lo tanto no puedo fallar, lo voy a
lograr; Pase lo que pase, voy a obtener ganancias
alarmantes en mi negocio”, ¡gloria a Jesús!
En una nota diferente, cierta joven que se iba a casar
dijo una vez: “Me estoy casando con este hombre, no sé
cómo va a estar en el matrimonio; Solo creo en Dios para
cambiarlo. Ni siquiera sé si este matrimonio va a funcionar
o no, ya veré”. Aunque ella está hablando de creer en Dios
en sus declaraciones, desafortunadamente, esto no es fe.
La fe no es dar un salto hacia lo desconocido. No te metas
en un matrimonio del que no estés seguro. Busque primero
el consejo piadoso para que pueda tener la seguridad de
que la persona con la que se va a casar es la pareja
adecuada para usted porque en el matrimonio no hay lugar
para experimentos. Una vez que comete un error, puede
ser demasiado tarde para salir del matrimonio. Por lo tanto,
no se limite a tomar decisiones críticas con la esperanza
de que las cosas funcionen para usted. Eso no es fe. La
esperanza puede decepcionarte, pero la fe nunca lo hará.
La razón por la que algunas personas se divorcian es
porque dan un salto a lo desconocido; se casan sin una
visión clara o dirección del Espíritu con respecto a lo que será el matrim
29
6. La fe no es denuncia ni
repudio de los hechos.
La fe no es negar los hechos, sino negar el derecho de los hechos a
continuar operando en nuestros cuerpos, circunstancias, finanzas y
prácticamente en todas las esferas de la vida.
Es importante señalar el hecho de que la fe no contradice a la razón, aunque
puede ir más allá de la razón. Es una creencia más allá de la razón, pero no
en contradicción con la razón o contra la razón. Cuando alguien está enfermo,
algunos cristianos erróneamente dicen que no está enfermo y por lo tanto
niegan completamente la existencia de la enfermedad. No es así como se
ejerce la fe. La fe no niega los hechos sino el derecho de estos hechos a
seguir operando en nuestras vidas. Una negación de los hechos no es fe sino
Ciencia Cristiana porque es la Ciencia Cristiana la que niega la existencia de
la forma material. Por ejemplo, los defensores de esta ideología te dirán que
la enfermedad no existe, solo está en la mente. Esa es una doctrina
equivocada. Algunos han malinterpretado la dinámica de la fe, pensando que
debemos negar todos los síntomas y seguir como si no existieran. Piensan que la fe es la
Hablando filosóficamente, la fe no es la Ciencia Cristiana; en cambio, la fe es
un sentido cristiano. En el ámbito del cristianismo, no negamos los dolores y
otros síntomas, porque son reales. En cambio, miramos más allá de ellos a las
promesas de sanidad de Dios. Del mismo modo, no negamos la enfermedad
sino el derecho de la enfermedad a seguir existiendo en nuestros cuerpos. Por
eso Jesús no negó la enfermedad sino que nos dio autoridad y poder para sanar
todas las enfermedades. Del mismo modo, no negamos la pobreza sino su
derecho a prevalecer sobre el pueblo. Si negar los síntomas de la enfermedad,
la pobreza o cualquier otro fenómeno debilitante que enfrenta la humanidad
fuera parte integral de nuestro mensaje de redención, Jesús podría haberle
dicho fácilmente a la gente: "Ustedes no son pobres, son ricos", sino que dijo: "
a los pobres siempre los tendréis entre vosotros”. ¿Por qué? Porque sabía que
son los que por ignorancia y falta de revelación de la palabra de Dios serán
pobres. Sin embargo, Jesús enseñó que debemos refutar, rechazar y denunciar
el derecho de cualquier enfermedad, pobreza o situación negativa,
superponiéndola con el poder de la palabra de Dios.
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En aras de potenciar un nivel significativo de realización de dicha
revelación, vale la pena señalar al respecto que existe una diferencia entre un
hecho y una verdad. Un hecho es lo que se ve en el ámbito natural con tus
ojos ópticos pero la verdad es lo que Dios dice en Su palabra. Por lo tanto,
cuando operamos en el ámbito de la fe no negamos los hechos sino que
refutamos su derecho a operar en nuestras vidas. En otras palabras, miramos
más allá de los hechos a la verdad, que es la palabra de Dios. En lugar de
descartar la existencia de los hechos, los superponemos o los reemplazamos
con la verdad, que es la palabra de Dios que prevalece. En un sentido práctico,
en lugar de que una persona enferma diga: "No estoy enfermo" , la terminología
de fe correcta que se debe usar es: "Me niego a estar enfermo". La negativa
es una refutación o una refutación del derecho de la enfermedad a prevalecer en el cuer
Un síntoma de enfermedad no desaparece porque lo niegues. En cambio,
desaparece porque refutas y desnudas su derecho legal a operar en el cuerpo.
De la misma manera, su estado financiero no cambiará porque niega estar
arruinado. En cambio, cambiará porque te niegas a estar en quiebra.
Tu negativa, y no tu negación, es lo que envía señales en el reino espiritual
que obliga a todas las fuerzas de la divinidad a moverse y cambiar tu situación
en un instante. Smith Wigglesworth creía que oras una vez, eso es fe; oras
dos veces, eso es incredulidad.
Cierto hermano que sufría de una enfermedad de la piel y tenía
erupciones visibles en todo el cuerpo dijo una vez: "No estoy enfermo,
no tengo erupciones en mi cuerpo".
Si bien esto puede parecer una actitud positiva en términos de manejar
su situación, sin embargo, no se cuenta como fe porque la fe no niega
la existencia de la enfermedad sino el derecho de que esa enfermedad
prevalezca en el cuerpo. Después de enseñarle los principios correctos
de cómo ejercitar su fe, cambió su confesión y declaró: "Mi cuerpo es
templo del Espíritu Santo, por lo tanto, me niego a estar enfermo, no se
permite que las plumas prevalezcan sobre mi piel" y como continuó
expresando su fe de esta manera, su condición fue restaurada.
Cierto joven que estaba aprendiendo a ejercitar su fe en el área
de las finanzas dijo una vez: “Tengo
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millones de dólares en mi cuenta, no estoy arruinado” Si bien esta
confesión suena como un ejercicio de fe gigante, no era porque en
su billetera no había nada que demostrara que tenía dinero. Estar
arruinado es un estado de tu billetera; si está lleno, eres rico, pero si
está vacío, estás arruinado. Por lo tanto, negar que estás arruinado
cuando tu billetera vacía da ese tipo de evidencia no es fe en
absoluto. En cambio, la fe no niega estar arruinado sino que niega
ser pobre. Esto se debe a que la pobreza, a diferencia de estar
arruinado, es un estado mental, uno puede tener dinero y seguir
siendo pobre; es una percepción; es cómo te ves a ti mismo en
relación con los demás y el mundo que te rodea. La confesión de fe
correcta cuando uno no tiene dinero es, “Soy bendecido con toda
bendición espiritual en los lugares Celestiales; El dinero es parte de
estas bendiciones que Dios me ha otorgado. como simiente de
Abraham; Me niego a estar arruinado y declaro que soy millonario”.
7. La fe no es emocionalismo. es no tener un deseo espiritual, un
sentimiento emocional o una ilusión.
La fe es no tener un deseo sino tomar una acción para ver cumplido ese
deseo.
Es una pena que algunas personas confundan el concepto de fe con algún
tipo de ilusión. A menudo comparan la fe con "ilusiones".
Hay algo de verdad en ello, pero no en ese sentido. Tu fe tiene que estar
basada en algo. No hay nadie en este mundo que pueda a través de sus
deseos llamados "fe", forzar algo a ser. Eso carece de todo tipo de fundamento.
La verdadera fe se basa en una realidad ya existente. Eso es fe. La fe
reconoce, se aferra a lo que ya está. Es como si llegaras a otra dimensión.
La fe sólo puede basarse en lo que ya existe.
Mientras sigas soñando, deseando, anhelando y fantaseando que te pueda
pasar algo bueno, aún no has visto la fe.
32
Por ejemplo, muchas personas proclaman afirmaciones desleales como “Ojalá
pudiera ser millonario, ojalá pudiera hacer señales y prodigios”, y tienden a confundir sus
deseos o ilusiones con la fe. La fe no es una ilusión, sino actuar según tus deseos
espirituales. Desear o anhelar algo no hace ninguna diferencia en el reino espiritual. Lo que
más importa es actuar para que ese cono de deseos pase. La fe se mueve más allá de las
ilusiones hacia una creencia sólida. Muchas veces, cuando les pregunto a las personas que
vienen a orar a mis reuniones si creen que serán sanadas, dicen: "Bueno, quiero hacerlo".
Pero les digo: “Es posible que desees una casa nueva, pero responde, eso no significa que
lo que hace
obtendrás
el trabajo”.
una. Verás, solo querer algo no hará el trabajo. No es querer: es la fe
La fe no se basa en un sentimiento o emocionalismo. No podemos permitir que
nuestras emociones determinen la dirección de nuestra fe. Las emociones son parte del
alma de uno y no adoramos a Dios con nuestra alma porque Él no es un Dios anímico sino
un Espíritu. El apóstol de la fe, Smith Wigglesworth, dijo una vez:
“No puedo entender a Dios por los sentimientos. No puedo entender al
Señor Jesucristo por sentimientos. Solo puedo entender a Dios Padre ya
Jesucristo por lo que la Palabra dice acerca de ellos. Dios es todo lo que la
Palabra dice que es. Necesitamos familiarizarnos con Él a través de la Palabra”.
En particular, demasiadas personas tratan de familiarizarse con Dios a través de sus
sentimientos. Cuando se sienten bien, piensan que Dios ha escuchado sus oraciones.
Cuando no se sienten particularmente bien, piensan que Él no los ha escuchado. Su fe se
basa en sus sentimientos, mientras que debería basarse en la Palabra de Dios. Por ejemplo,
Tomás basó su fe en sus sentimientos cuando comentó que no creería a menos que pudiera
ver con sus propios ojos las huellas de los clavos en las manos de Jesús y tocar esas
huellas de clavos con sus propias manos. Se basó en lo que podía ver y tocar, no en lo que
Dios tenía que decir. Tenemos muchos “cristianos de Tomás” hoy, aquellos que creen solo
lo que pueden sentir, ver, oír o tocar. Por el contrario, la verdadera fe en Dios se basa en la
veracidad de la Palabra de Dios. En otras palabras, operan en el reino de los sentidos. La
verdadera fe dice: “Si Dios dice que es verdad, lo es”. Creer en Dios es creer Su Palabra.
Si la Palabra de Dios dice que Él me escucha, sé que Él me escucha, porque Su Palabra
no puede mentir. Si nuestra fe se basa en los sentimientos, solo estamos usando la fe
humana natural y no podemos obtener resultados espirituales con la fe humana natural.
Tenemos que usar la fe bíblica que cree en la Palabra de Dios.
33
Recuerdo que hace años, yo y muchos de mis hermanos de la
Universidad que comenzamos juntos en el Señor, solíamos decir:
“Quiero ser millonario; Tengo fe para convertirme en millonario” y
puedo decirles que muchos de ellos todavía están luchando
financieramente porque nunca hicieron nada por lo que creían en
Dios. Al darme cuenta de que desear y esperar no hace el trabajo,
di un paso de fe y comencé a establecer una empresa, escribir
libros y comercializarlos a nivel mundial y Dios usó eso como un
punto de contacto para liberar más bendiciones sobre mi vida de tal
manera que dentro un corto período de tiempo, fui catapultado al
reino de los millonarios. Si hubiera continuado deseando y soñando
con tener millones, al igual que mis compañeros, todavía estaría al
mismo nivel que ellos hoy. La realidad es que es posible que desee
riquezas, riquezas o millones, pero eso no significa que las obtendrá
si no hace nada para conseguirlas. Verás, solo querer no hará el
trabajo. No es querer: es la fe lo que hace el trabajo.
En una nota diferente, recuerdo que muchos de mis colegas
universitarios solían decir: “Quiero que Dios me use en milagros,
señales y prodigios; Tengo fe para resucitar muertos, resucitar
lisiados de sillas de ruedas, abrir los ojos de los ciegos y sanar toda
clase de enfermedades”, pero solo porque desearon y esperaron y
nunca dieron un paso práctico de fe para aprovechar el poder de
Dios en lo sobrenatural, el poder de los milagros que deseaban
nunca fluyó en sus vidas. Estoy agradecido con Dios que a través
de la guía del Espíritu Santo, comencé a buscar el rostro de Dios en
fe manifestada en largas horas de oración en el Espíritu Santo,
grado extremo de consagración a través del ayuno, intenso estudio
y meditación en la palabra de Dios y estos ejercicios espirituales
provocaron que la unción de Dios fluyera en mi vida, por lo que me
convertí en el hombre más ungido de mi universidad y me moví en
el ámbito de los milagros, señales y prodigios indefinibles,
inexplorados y no registrados como un ejército enviado a la guerra
por un tiempo. masacre.
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Lo mismo te puede pasar a ti si buscas a Dios con fe.
Verá, simplemente querer poder, unción o milagros no hará el
trabajo. No es querer: es la fe lo que hace el trabajo.
8. La fe no es alucinación. no es tener
una imaginación, un sueño o una visión
La fe no es imaginación, fantasía, soñar o una visión, sino actuar sobre
tu visión para hacerla realidad.
Mientras que en el ámbito de la fe alentamos a las personas a soñar y soñar
en grande o tener una visión, eso no cuenta para la fe. La fe nace como
resultado de un contacto directo con el reino sobrenatural. Es un hecho que
la fe puede ser fortalecida por sueños, visiones y experiencias sobrenaturales.
Esto se debe a que los sueños, las visiones y las experiencias
sobrenaturales, excepto para despertar la fe, representan una combinación
del reino sobrenatural con el reino humano, y la fe los une. Sin embargo,
Faith no es fantasía, alucinación, ilusión o alguna imaginación. Algunas
personas tienen mayor imaginación o ideas. Pueden pensar o imaginar
grandes cosas acerca de sí mismos o del mundo. Pueden imaginar vivir
una buena vida, tener aviones privados y ser ricos, pero eso no hace que esas cosas
La fe es no tener una idea o imaginación, aunque la imaginación es parte
del proceso de fortalecimiento de la fe. Note que la fe es la sustancia de
las cosas que se esperan y no la imaginación de las cosas que se esperan.
Este entendimiento desacredita por completo la mentalidad de aquellos
que se sientan de brazos cruzados, imaginando que algo bueno les
sucederá. Algunas
Aún lo
peersonas
stoy pensando
le dirán:
”.
“ P
Qiensan
uiero cq
onvertirme
ue al pensar
en emn
illonario.
ello, lo
van a hacer realidad. La verdad es que puedes pensar y pensar hasta que
tu cabeza esté llena de pensamientos, pero si no haces nada después de
pensar en lo que pretendes hacer, entonces la fe no se ha asentado. Solo
puede ser fe cuando esos pensamientos se traducen en acción. A través
de la fe, puedes crear algo de la nada. La fe hace que el reino invisible se
manifieste en una forma tangible en el reino natural.
35
Es notable darse cuenta de que las visiones generalmente se asocian con
el futuro. Martin Luther the King tuvo un sueño y después de 45 años, ese
sueño se hizo realidad. Tenga en cuenta que en su declaración popular de
dirección, no dijo: "Tengo fe ", sino que proclamó: "Tengo un sueño". Si
hubiera cambiado su proclamación de “Tengo cualquier
un sueño
cosa
”
paor
“Tengo
la que fee”,
staba
creyendo en Dios se habría materializado instantáneamente porque la fe
siempre se valida en el presente. Sin embargo, por tratarse de un sueño, se
extendió a un futuro lejano, por lo que tardó casi 45 años en materializarse.
Un sueño es como una semilla que plantas en la tierra, para que en el
momento de la lluvia, brote y se convierta en una planta, pero la fe es como
una planta fácilmente disponible que colocas en la tierra junto con sus
raíces para que brota y da frutos al mismo tiempo que la plantas.
Cierto joven dijo una vez: “Tengo el sueño de que algún día voy a
tener el ministerio más grande de Sudáfrica”. Desconocido para él,
esto no era fe. La fe no es tener un sueño de lograr algo. La fe no
dice: “Sueño que algún día voy a ser grande o qué; en cambio, la
fe dice: “Tengo el ministerio más grande del continente, estoy
apartado para la grandeza”. Mientras sigas soñando con alcanzar
algo, no es fe.
La fe posee algo ahora y lo hace real en el mundo natural. Debes
tener un gran sueño, eso está bien.
Tu sueño puede ser cambiar la vida de las personas en el mundo,
que es aún mejor, pero mientras se extienda a un horizonte lejano,
no cuenta para la fe.
En una luz diferente, otro hombre dijo: "Tengo una visión de que
era dueño de mansiones, por lo tanto, va a suceder".
Aunque las visiones son poderosas y pueden traducirse en realidad,
tener una visión no es lo mismo que tener fe. Una visión es una
representación pictórica de lo que deseas o quieres lograr, pero la
fe es la tangibilidad del material o la sustancia que esperas. La fe
tiene un peso mayor, es más real que lo que sueñas o visualizas en
el espíritu. El que tiene fe es aún mayor que el que
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con una mayor profecía porque la fe puede hacer que cualquier cosa
se manifieste en el presente, mientras que la profecía es futurista y, a
veces, puede hacer que uno espere el momento adecuado para que
algo se manifieste. No hay espera en el reino de la fe, lo que te
pertenece y lo que quieres, lo obtienes ahora.
9. La fe no es sensacionalismo. tampoco es un
evento único o fenómeno intermitente
“La fe no es un evento, una ocasión, un acontecimiento, un incidente o
una circunstancia de una sola vez, sino un ejercicio progresivo, constante
y prolongado de confesiones basadas en palabras en la dimensión espiritual”
Aunque la fe está en el ahora, no es un evento único. No se basa en el azar,
ni es casual. No es algo que haces una vez y luego te olvidas. En cambio,
tiene que ser consistente, mantenida y progresiva. En el contexto de esta
revelación, la fe no es un ejercicio de creencia errático o intermitente, sino una
confesión prolongada o continua de la palabra de Dios con la intención de
cambiar una situación. Si surge temporalmente como una sensación y no tiene
un efecto duradero, entonces puede que no sea fe, aunque huele, sabe, se
siente y parece fe. La fe genuina tiene un principio y un final. Comienza en
alguna parte y termina en alguna parte y cuando termina, se crea un nuevo
nivel o dimensión de fe. La Biblia está de acuerdo en que Jesús es el iniciador
y el consumador de nuestra fe. En otras palabras, la fe tiene un punto de
partida donde despega como un avión, luego se eleva a dimensiones más
altas como el viento y se acumula como nubes a niveles más altos hasta que alcanza un
Comienza desde pequeños comienzos pero termina en reinos superiores.
Algunas personas ejercen la fe una vez y cuando parece que no ven los
resultados de la manifestación de su fe, dejan de ejercer su fe. No debería ser
así. La razón por la cual esa casa, carro o pareja por la que creíste en Dios no
vino a ti es porque hablaste una vez al respecto y antes esa confesión podría
ser lo suficientemente importante como para provocar una manifestación en
el reino espiritual, o alcanzar un estado de perfección en el espíritu, te rendiste.
Verás, la fe funciona de manera similar a un embarazo. Una mujer solo puede
quedar embarazada si el esperma masculino liberado es lo suficientemente fuerte
37
para iniciar el proceso de concepción o fecundación. Si no, independientemente del
número de veces, se libera; no dará como resultado ninguna concepción.
A veces nuestras confesiones de fe son demasiado prematuras para provocar una
manifestación sólida en el espíritu. A veces, el reino espiritual necesita ser perfeccionado
o alcanzar un estado de perfección en el que pueda dar a luz a una manifestación en
el reino natural. Hay evidencia en la Palabra de cómo después de tres años y medio
de sequía, Elías oró siete veces sin descanso hasta que una nube tan pequeña como
la mano de un hombre apareció en el cielo. Por lo tanto, decir algo una sola vez puede
no ser suficiente para provocar una manifestación o alcanzar un estado de perfección
en el espíritu. No quiero decir que debas decirle a Dios repetidamente lo mismo, pero
una vez que lo has dicho, debes tener la seguridad de que tu confesión ha echado
raíces en el espíritu, ya que la manifestación depende de la calidad de tu confesión.
La fe es un movimiento o migración constante de un nivel en el espíritu al siguiente.
Según la palabra de Dios en Romanos 1:17, nos movemos de una dimensión
de fe a otra. Esto quiere decir que la fe es un movimiento constante; no está estancada
porque la vida cristiana nunca fue diseñada para permanecer en un nivel. Es una
constante migración de gloria en gloria y de fe en fe como se proclama en (2 Corintios
3:18). Esto indica que el movimiento no comienza en un punto de partida sino que
despega de un lugar ya avanzado. La Biblia está de acuerdo en que nos movemos de
fe en fe. Esto implica que la fe es un proceso continuo y progresa o se gradúa de un
nivel al siguiente. Esto significa que si uno profesa tener fe pero no puede producir la
veracidad de la evidencia de un historial de cómo emigró o se graduó de un nivel de fe
a niveles más altos, no tiene fe en la totalidad. La Biblia dice que el justo por la fe vivirá.
Esto implica que la fe es una forma de vida, un patrón continuo de vida, un estilo de
vida inherente que es lo que es porque es una forma de vida. Eso significa que hay un
ámbito al que puedes acceder mediante el cual la fe se convierte en una segunda
naturaleza para ti y en un rasgo característico permanente de tu ser.
Por ejemplo, la Biblia registra un evento en el que se vio a Jesús caminando
sobre el agua y la fe de Pedro se despertó de tal manera que él también quería caminar
sobre el agua. Cuando Jesús dijo: “Ven”, Pedro comenzó a caminar sobre el agua.
Pero el desafío es que Pedro no pudo mantener su fe.
En cambio, miró la situación y las circunstancias prevalecientes y tenía los ojos pegados
a lo natural en lugar de a lo espiritual, por lo que comenzó
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hundimiento. Pedro no pudo mantener su fe porque estaba obstruido
por los fuertes vientos en el ámbito natural. Elías nos dio un modelo
práctico de cómo se debe mantener la fe. Cuando Elías oró para que
lloviera después de tres años de sequía, oraba y luego enviaba a su
sirviente para verificar el resultado y aun cuando nada aparecía en lo
natural, seguía ejerciendo su fe hasta que algo sucedía; una nube tan
pequeña como la mano de un hombre apareció en el cielo. Por eso la
Biblia dice que Elías, un hombre como nosotros, oró por lluvia y le fue
concedida. No te rindas, cedas o mires atrás cuando parezca natural
como si tu situación no hubiera cambiado. Es posible que esté mirando
en el lado equivocado, que es el reino natural, por lo que está viendo los
resultados incorrectos. En cambio, enfoca tu mirada en el reino
sobrenatural una vez que hayas expresado tu fe en un área en particular.
Continúe con sus confesiones de fe aunque parezca que nada sucede
en el ámbito natural. Sigue hablando de tu fe, sigue diciendo lo que
crees y, en poco tiempo, tus deseos irrumpirán en una corriente
interminable de testimonios incalculables. Dado que la fe nace de la
palabra de Dios, se sigue que la palabra debe ser predicada constantemente para
Cierto señor una vez ejerció su fe para sanar una o dos
veces y viendo que nada parecía cambiar en lo natural, dijo: “Esta
enfermedad no se quiere ir, he ejercido mi fe pero simplemente no
se quiere ir”. ”. Basado en sus comentarios, su problema es obvio;
no tiene fe. Si intentas algo una vez y fallas, no significa que seas
un fracaso, ya que es durante esos momentos de prueba que
incluso se prueba el contenido de tu personaje. La fe no se confiesa
una o dos veces y luego se da por vencida. La fe es implacable,
resistente e inamovible.
La fe no se basa en los síntomas; mientras siga observando los
síntomas, no estará actuando con fe.
La fe continúa declarando sanidad sin importar el dolor; la fe
continúa declarando, “Soy rico” incluso cuando no tienes un centavo
en tu bolsillo. A medida que continúas declarando lo que crees, no
lo que ves, en poco tiempo irrumpirá en el reino natural como una
realidad. Después de instruirlo sobre la forma correcta de ejercer la
fe, cambió su
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confesión de, "Estoy curado, no importa lo que vea o sienta en mi
cuerpo, estoy libre de enfermedades en el nombre de Jesús".
Y mientras continuaba confesándose de esa manera, en un corto
período de tiempo, fue restaurado.
Debes comprender que es posible que se efectúe un
cambio en el reino espiritual incluso antes de que su manifestación
pueda verse en lo natural. Es posible que vea un síntoma en lo
natural, pero en el espíritu, la enfermedad ya se ha eliminado; por
ejemplo, alguien que cree en Dios por curarse del VIH/SIDA puede
sentir dolor en el cuerpo, pero el virus ha sido extinguido durante
mucho tiempo por la unción.
Entonces, si te rindes en esa etapa, en realidad podrías estar
contradiciendo las leyes espirituales y, por lo tanto, revirtiendo tu
condición sin saberlo. El hecho de que tengas dolor o que nada
parezca haber cambiado en tu cuerpo físico en el ámbito natural
no significa que no estés curado.
Es posible que el proceso de curación ya se haya efectuado en el
espíritu, pero usted no es consciente de ello porque está demasiado
informado sobre los síntomas en el ámbito natural.
10. La fe no es insustancial. no es un tierno,
actitud acariciante de confesión
La fe no es una actitud o una confesión dulce y acariciadora, sino
una fuerza violenta y agresiva.
La razón por la que algunas personas aún no han recibido el avance que
anticipan es porque su confesión de fe es demasiado suave. Debe
entenderse expresamente que aunque el Espíritu Santo es de carácter
manso, es enérgico en su operación. Por eso la Biblia dice en Mateo
11:12 que desde los tiempos de Juan el Bautista el reino de los cielos
sufre violencia y los violentos lo arrebatarán. Tenga en cuenta que
incluso Jesús mismo se revela como el león de la tribu de Judá debido
al carácter de león al que se parece. Un león habla de dominio, autoridad, poder y
40
Incluso en el ámbito natural, el rugido de un león puede enviar un miedo terrible a todo su
entorno. Dado que el orden natural de las cosas es un retrato de las cosas en el espíritu,
¿imagínate al mismo León de la Tribu de Judá rugiendo desde el trono en el reino de los
espíritus? Eso significa que se liberan señales electrizantes, impresionantes y emocionantes,
más poderosas que el propio terremoto, haciendo que todos los demonios del infierno
tiemblen de miedo. Jesús reprendió a los mares ya los vientos huracanados y hubo una
gran calma. Y la Biblia da una afirmación de que Cristo en nosotros es la esperanza de
gloria (Colosenses 1:27). Y si Cristo (el León de la Tribu de Judá) mora en nosotros, eso
significa que un hombre que nace de nuevo tiene una unción leonística dentro de él que
necesita ser provocada, avivada y activada para que funcione. La unción leónica representa
un símbolo de grandeza, fuerza y poder. Por lo tanto, cuando habla un hombre que opera
en la fe, sus palabras son como el rugido de un león en el espíritu, que atraviesa el reino
de los espíritus y envía señales de fuego que hacen temblar a todos los demonios con un
miedo insoportable.
La fe es fuerza agresiva dirigida a desmantelar, desarraigar y las fortalezas del
diablo para crear una atmósfera de la presencia de Dios en cada esfera de la
humanidad.
La fe es una fuerza agresiva, dirigida hacia adelante y hacia arriba. La fe nunca es
pasiva; retrocediendo o despreocupado (Hebreos 11:323). La Biblia revela la fuerza
agresiva de la fe en acción en 1 Samuel 17:48 por la cual David corrió hacia el ejército para
encontrarse con el gigante filisteo, Goliat.
La fe es decidida, persistente y obstinada. La fe se rehúsa a darse por vencida y rendirse,
no dejará ir y no aceptará un no por respuesta (Marcos 11:2224). La fe toma agresivamente
lo que le pertenece. La mejor palabra griega para describir el carácter de un hombre que
opera en la fe es "Lambano" , que significa agarrar o agarrar agresivamente algo y hacerlo
tuyo. Por eso la fe no mendiga sino que la fe lleva!. Por lo tanto, toma con mucha fuerza,
agarra con un agarre que no se pueda sacudir lo que Dios ha provisto tan maravillosamente
a través de Su gracia. Debes apoderarte, poseer y tomar con tu fe tal como dijo Josué:
“¿Cuánto tiempo vas a esperar antes de tomar posesión de la tierra restante que Dios te ha
dado?
¿Hasta cuándo vas a estar sentado sobre tus manos y aplazar la toma de posesión de la
tierra que Dios te dio? (Josué 18:3).
Poseer significa tomar; reclamar un territorio atacándolo, apoderándose de él,
expulsando a los habitantes y ocupándolo. La fe no soluciona el problema. En cambio, la fe
agresiva exige la Palabra de Dios
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y se apodera del resultado deseado. Si te encuentras enredado en un
pantano de pobreza debilitante, debes dar un paso de fe y decir:
“¡Espíritu de pobreza, apártate de mi camino!” “O te adelantaré o te
atravesaré”. “¡De cualquier manera, voy a tomar agresivamente la prosperidad
que por derecho me pertenece en Cristo Jesús!”
Cierta mujer se empobrecía día a día a pesar de que asistía a
la iglesia regularmente, tenía comunión con otros y asistía a todas
las reuniones de oración. Según ella, no había señales de que su
situación haya cambiado.
Cuando me reuní con ella y analicé el contenido de sus oraciones,
descubrí que sus oraciones eran oraciones infieles y miserables.
Así rezaba: “Oh Señor, soy pobre, no tengo nada, por favor, Señor,
hazme rica”. Sin que ella lo sepa, no es así como ejercemos la fe.
La fe no es hacer oraciones miserables. La fe no mira indefensa al
diablo metiéndose en tu vida.
La fe no pide, la fe toma. La fe no da masajes a la situación. En
lugar de eso, confronta audazmente la situación y exige un cambio.
La fe no le da la vuelta al problema; la fe confronta y vence el
problema. La fe no habla del problema; en cambio, habla del DIOS
que es más grande que el problema. La fe no le dice a Dios cuán
grande es el problema; en cambio, la fe le dice al problema cuán
grande es Dios. Después de recibir esta revelación cambió la
dirección de sus oraciones y decretó: “¡Ya basta! ¡Espíritu de
pobreza, apártate de mi camino! O te adelantaré o te atravesaré.
¡De cualquier manera, voy a tomar agresivamente la prosperidad
que por derecho me pertenece en Cristo Jesús!” Me niego a ver al
diablo causar estragos en mi vida, familia y comunidad, ¡ya es
suficiente! ¡Diablo, quita tu sucia mano de lo que es mío! Te ordeno
huir por el fuego por la fuerza y declaro que tengo lo que Dios dice
que tengo y seré lo que Dios dice que debo ser”. Y mientras
continuaba confesándose de esta manera, hubo un cambio en su
situación.
42
VERIFICACIÓN DE FE: ¡una declaración para reflexionar!
En vista de los escenarios de fe prácticos anteriores, cuando creíste en Dios por algo
y nunca te salió bien, regresa y verifica si no fue presunción, optimismo, esperanza,
creencia, convección mental, sentimiento espiritual, emocionalismo o simplemente
expresiones carnales. . ¡Este es tu cheque de fe! Para determinar si sus confesiones
son de fe genuina, debe hacerse esta seria pregunta:
¿Fue realmente fe o fue:
Presunción
Optimismo
Positivismo
Esperanza Creer
Pensamiento
deseoso Convicción
mental Confianza
Emocionalismo o
Sensacionalismo?
43
CAPITULO DOS
LA ESENCIA DE LA FE
¿Qué es entonces la fe?
La palabra fe
cree en proviene
La fe hda
algo. el
latín
sido fidere,
definida que suignifica
como confiar,
na “creencia
incuestionable
” en Dios.
La fe generalmente
profunda, dependencia significa tener
o lealtad una
Efn
a Dios. uerte convicción,
el Antiguo confianza
Testamento,
la palabra hebrea para fe es emuwn , que significa confiar o tener fe. En el
Nuevo Testamento, la palabra griega para fe es pistis, que significa confiar,
creer, tener fe o confiar. La definición fundamental bíblica de la fe real se
encuentra en el libro de Hebreos. Esta popular porción de las Escrituras
declara claramente que “la fe es la certeza de lo que se espera, y la
convicción de lo que aún no se ve” (Hebreos 11:1). Sustancia significa
seguridad, realización, algo así como un título o escritura de una casa o
propiedad. La evidencia implica la prueba de que tienes algo. El autor de
Hebreos afirma : “Por la fe entendemos que el mundo fue formado por la
palabra [mandato] de Dios, de modo que las cosas que se ven [la creación]
no fueron hechas de cosas que son visibles” (Hebreos 11:3) . . La fe real se
basa en pruebas sólidas , no solo en sentimientos, conjeturas o ilusiones.
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Sin embargo, es de suma importancia resaltar en esta sección la verdad divina de
que el tema de la fe puede ser examinado y estudiado integralmente desde diferentes
perspectivas. La realidad es que limitar nuestra definición de la fe como una sustancia
de las cosas que se esperan es solo una verdad básica y elemental, por lo tanto, se
aconseja a los creyentes que vayan más allá de esa revelación básica para diseccionar
el tema de la fe en detalle porque tomar solo una porción de la palabra y correr con
ella no es lo que hace el trabajo. Es una referencia cruzada y un examen completo de
las escrituras junto con una integración óptima de los escenarios teóricos y prácticos
en la palabra de Dios lo que marca la diferencia. En esta etapa, la pregunta más
grande que uno puede hacerse es: ¿ Qué es entonces la fe? Si la fe no es creer ni
presunción ni optimismo, ¿qué es entonces? ¿Cómo sé y pruebo que tengo fe?
¿Cómo mido mi nivel de fe como individuo? Todas estas innumerables preguntas se
abordan de manera integral y bien abordadas en esta sección a través de una
presentación detallada de revelaciones de fe más profundas. La mayor verdad es que
los secretos para acceder al reino de una fe más profunda se encuentran en QUÉ,
POR QUÉ y CÓMO crees. Por lo tanto, en el contexto de esta revelación, definir la fe
desde una perspectiva tan holística pretende reforzar un nivel significativo de
comprensión del concepto. Por lo tanto, la fe se define como una sustancia espiritual,
un estado de ser, una evidencia, una seguridad, un título de propiedad, una fuerza de
refutación o simplemente un lenguaje del espíritu.
La fe es una sustancia espiritual.
Desconocido para muchas personas, la fe tiene una materialidad espiritual. En otras
palabras, es un producto de la orquestación divina en el reino de los espíritus, por lo
que puede describirse mejor como una sustancia espiritual. Es una sustancia en el
sentido de que es tangible, real y sustancial. Para corroborar esta revelación con
referencia a la evidencia bíblica, la Biblia dice en Hebreos 11:1 que,
Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve.
En el contexto de la escritura anterior, la palabra sustancia implica que, como
cualquier otra sustancia en el ámbito natural, la fe tiene propiedades de peso, masa y
densidad, por lo que puede medirse, tocarse e incluso
45
La esencia de la fe
pesado Por lo tanto, necesitamos llevar eso a nuestra conciencia, la realidad
de que existe tal cosa como una sustancia espiritual. Desde un punto de
vista científico, la palabra sustancia significa materia, algo pesado, tangible,
visible y palpable; algo que se puede ver, tocar y pesar.
De la misma manera, la fe es una sustancia espiritual tangible. La fe es una
sustancia espiritual tangible y visible. Eso significa que la fe se puede tocar,
ver, sentir y experimentar. En su contexto original en griego, la palabra
“sustancia” es hipóstasis, que es la palabra que usas cuando quieres hablar
de algo que es concreto y físico. Entonces, llamar a la fe la sustancia “de
las cosas que se esperan” es decir que las personas con fe viven como si
sus esperanzas se hubieran sustanciado frente a ellos, lo que por supuesto
es una paradoja porque la esperanza deja de ser solo esperanza cuando se
sustancia en realidad. En el reino de los espíritus, todo lo que deja el Cielo
a la tierra se envía como una sustancia espiritual tangible que tiene valor.
Así como nuestra vista física es el sentido que nos da evidencia del mundo
material, la fe es el “sentido” que nos da evidencia del mundo espiritual e
invisible. Si tienes esperanza en algo, la fe es lo que le da sustancia. La fe
te da todas las razones para afirmar que algo es tuyo antes de que lo veas
con tus ojos físicos. ¿Por qué? Porque la fe es la sustancia de las cosas
que se esperan; llama reales aquellas cosas que no son físicamente
observables. ¡Los llama hechos AHORA!
Es notable la constatación de que así como hay sustancias naturales,
también hay sustancias espirituales. El mundo espiritual tiene su propia
forma material. Por ejemplo, los ángeles tienen una forma y cuando Dios
creó a los ángeles, tomó sustancias espirituales del reino de los espíritus y
las unió. Más tarde, cuando Dios creó al hombre, lo creó en un ámbito
diferente con una habilidad espiritual. La Biblia también habla del alimento
de los ángeles como sustancia espiritual y en los Salmos dice que el maná
que comían los israelitas era alimento de ángeles. En otras palabras, se
transformó en un mundo físico para que el hombre físico pueda comerlo y
sobrevivir. Durante 40 años toda la nación de Israel sobrevivió con maná
del cielo y ese maná proporcionó todas las proteínas, carbohidratos,
vitaminas y minerales que necesitaban. Es notable que la sustancia espiritual
pueda convertirse en sustancia física y proporcionar todo lo que el mundo
físico podría haber proporcionado. ¿Los ángeles también comieron este
maná? Sí, lo hicieron; por eso se le llama en el libro de los Salmos alimento
de ángeles. Sin embargo, la fe no es la única sustancia espiritual. La gracia
es una sustancia espiritual. La gloria es una sustancia espiritual. Muchos de los regalo
46
Dios son imparticiones de sustancias espirituales. Basado en esta realización,
es por lo tanto inequívocamente evidente que hay una sustancia que es muy
real en el reino espiritual. Hablando filosóficamente, todo lo que sale del cielo
a la tierra viene como una sustancia espiritual del mundo de los espíritus.
De la misma manera, la fe es una sustancia espiritual. La Biblia además
descubre en Hebreos 11:6 que,
Sin fe es imposible agradar a Dios. Porque quien quiera acercarse a Dios
debe creer que Él existe y Él recompensa a los que le buscan.
En nuestra referencia anterior a Hebreos 11:3, la Biblia dejó en claro que
la fe es una sustancia y ahora dice que sin fe es imposible agradarle. Con el
fin de mejorar un nivel significativo de comprensión de esta realidad espiritual,
quiero usar esa expresión y reemplazar la palabra "fe" con la palabra
"sustancia espiritual" en el versículo 6 para poder mostrarles cómo puede
sonar diferente. Ahora dice, sin sustancia espiritual, es imposible agradarle.
Porque el que viene a Dios debe creer que Él existe en el reino del espíritu y
que es galardonador de los que le buscan diligentemente. ¿Puedes ver el
impacto de esa declaración ahora?
Sin sustancia espiritual, es imposible agradarle. La primera fue que la fe es
una sustancia espiritual. Luego lo llevamos más lejos en el versículo 6 sin la
sustancia espiritual, es imposible agradar a Dios. Ya que dice que sin fe es
imposible agradar a Dios y la fe es una sustancia espiritual. Simplemente
reemplazas esas palabras y encuentras que sin sustancia espiritual, es
imposible agradar a Dios. Y ahora tenemos el versículo 6 insinuando que sin
sustancia espiritual es imposible agradar a Dios. Debe haber algo impartido
por Dios en nuestra vida que nos permita agradarle, hacer lo que Él quiere
que hagamos. Sin esa sustancia espiritual, nada puede suceder que pueda
agradar a Dios.
Una característica peculiar del mundo de los espíritus que afecta nuestra
vida no es simplemente creer algo. Debe haber alguna impartición real
de una sustancia espiritual que llega a nuestra vida.
Por lo tanto, es innegablemente evidente que todo en el mundo espiritual
es la sustancia espiritual. Y todo lo que recibimos de Dios viene en forma de
sustancias espirituales. Si recibes sabiduría de Dios, Dios imparte algunas
sustancias reales a tu espíritu. Podía dar sustancias espirituales en medidas.
Y el espíritu de la presencia de Dios en nuestro
47
La esencia de la fe
la vida es también una especie de sustancias espirituales que entran en
nuestra vida. Tenemos que aceptar el hecho de que la unción de Dios es una
sustancia espiritual. El Espíritu Santo es una persona pero la unción de Dios,
que viene del Espíritu Santo, y el dunamis de Dios es una sustancia espiritual.
Los atributos espirituales de sabiduría, conocimiento, poder, autoridad, amor,
paz, gozo, dominio propio, mansedumbre, pueden ser vistos como sustancias
espirituales. La unción de Dios es una sustancia de Dios. El poder del Espíritu
Santo es una sustancia de Dios. Permítanme redefinir todo el sistema:
Prácticamente todo en el mundo espiritual es una sustancia. Es posible que
nunca antes haya visto estos atributos como sustancias. Pero quiero que
sepas que son sustancias. Es una pregunta diferente cuando hablas de cómo
se imparte la sustancia y qué sucede realmente. Nunca has pensado en la
humildad o la mansedumbre como una sustancia. Y, sin embargo, sabemos
que hay diferentes grados de humildad. Mucha gente no piensa en la
sabiduría como una sustancia. Pero es una sustancia. Por lo tanto, la fe es
una sustancia espiritual que puede ser impartida a nuestro espíritu para que
podamos funcionar en el ámbito de Dios para agradarle.
Recuerdo cómo creé una atmósfera propicia de fe para las finanzas
al decirle a la gente que soy millonario, cuando no tenía ni un centavo
en el bolsillo. Aunque no lo tenía en mis manos pero estaba tan
convencido en mi espíritu que esos millones los tenía. Aunque aún
no se habían manifestado en el ámbito natural, en el espíritu eran
reales, tangibles y sólidos. Eran tan reales y sustanciales que no
pude evitar hablar de ellos.
Eran una verdadera sustancia espiritual muy cargada en mi espíritu.
Podía sentir la densidad, la pesadez y el peso de la sustancia de mis
millones en mi espíritu. En otras palabras, existían como realidades
en el reino espiritual, por lo que necesitaba transmutarlos del reino
del espíritu al reino natural y eso solo fue posible a través de la fe.
Mientras continuaba con mis declaraciones de fe, en poco tiempo, el
dinero comenzó a fluir a mi cuenta bancaria.
La fe es una sustancia, es tangible, es tan real que puedes sentirla,
tocarla. Cuando otros ven una billetera vacía, usted ve una cuenta
bancaria muy cargada de dinero y si
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mantén tu confesión de fe en el espíritu, en poco tiempo se convertirá en
un flujo interminable de millones en riqueza en tu cuenta bancaria.
La fe es un estado de ser, un movimiento, un movimiento y un reino.
En su contexto original, la palabra sustancia en realidad no es un sustantivo. En el
Nuevo Testamento griego, la palabra sustancia en griego es hupostasis , que en
realidad es un participio. Un participio describe una posición o un estado de ser,
un movimiento o migración hacia algo. En este contexto, describe la fe no solo
como una sustancia sino como un estado de ser. El Nuevo Testamento en griego
describe la fe como una sustanciación de las cosas que se esperan y esto describe
la fe como un movimiento en lugar de una sustancia. De hecho, otra traducción
dice: “La fe es dar sustancia a las cosas que se esperan y esta debería ser la
forma en que debemos entender la fe.
Por lo tanto, se podría hablar estrictamente de la fe como un movimiento o estado
del ser. Al ser un estado del ser, puedes salir de él de vez en cuando.
Por ejemplo, correr es un estado del ser. Cuando digo, "Él está corriendo", estoy
describiendo a una persona en un estado de carrera. Estoy describiendo un
movimiento que está teniendo lugar. La palabra sustancia, por tanto, habla de un proceso.
La fe es un proceso del ser que tiene lugar continuamente. Es un proceso de
sustanciar las cosas que se esperan en el ámbito de la realidad.
Por lo tanto, la fe es un movimiento hacia el reino o dimensión espiritual.
Hay otra perspectiva para la definición de la fe. Aunque algunas traducciones
al inglés definen la fe como una sustancia, sin embargo, hay un elemento de
verdad en esa traducción, pero no trae el significado completo del versículo en
griego. La fe no es necesariamente una sustancia sino una sustanciación de la
sustancia, la acción que trae esa sustancia a la realidad. Es una posición o estado
de ser, de traer la sustancia. Por lo tanto, podríamos reformular Hebreos 11:1
como Fe es el estado de sustanciar las cosas que se esperan. Además afirma que
por la fe entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios. Esto quiere
decir en esa posición o en ese lugar, que Dios nos ha puesto, en, nos movemos y
entendemos las enseñanzas
49
La esencia de la fe
de la palabra. Es sólo en esa posición de saber que las cosas que no se
ven son traídas al ámbito de las cosas que se ven, que comprendes las
cosas por la fe. En esa posición entiendes que el mundo fue enmarcado
por la palabra de Dios.
Hay muchas áreas que podría pisar o tocar en esa posición. Es como
una carrera. Cuando estás corriendo, hay muchas velocidades a las que
puedes correr. A veces puedes disminuir la velocidad debido al
agotamiento físico. A veces puedes reducir la velocidad porque estás
manteniendo tu ritmo y no quieres consumir toda tu energía antes del final
de la carrera. De la misma manera, de la misma manera que sustancia
las cosas del reino espiritual en lo natural, hay diferentes grados de
hacerlo. Por eso la Biblia usa la palabra poca fe, fe fuerte, fe grande y fe
que crece. Todas estas palabras describen la fe. Por lo tanto, si entiendes
que la fe es un estado o posición del ser, entonces puedes entender cómo
Pedro caminó sobre el agua en Mateo 14. Creo que cuando caminaba
sobre el agua, estaba ejerciendo la fe. Pero mientras caminaba sobre el
agua, vio venir las olas y de repente sus pensamientos se dirigieron a esa
área y ya no estaba en posición de corroborar su fe y consideró la
posibilidad de ahogarse. Fue entonces cuando empezó a ahogarse.
¿Cómo puede suceder tan rápido? Si la gran fe es una sustancia, se
necesita tiempo para que la sustancia disminuya. Pero debido a que la fe
es un estado del ser, esa posición se obtiene desde el reino espiritual.
Vemos cómo podemos parar y salir de esa posición al instante. Y podemos
volver a esa posición instantáneamente y usted puede comprometerse
desde esa posición de vez en cuando. Es una sustancia, sin duda, pero
el énfasis en la enseñanza de la fe en el Nuevo Testamento está en el
estado de ser. Si Pedro tuvo una gran fe al caminar sobre el agua, ¿a
dónde fue la sustancia? Pero si la fe es una posición o estado del ser,
entonces entendemos que se salió de esa posición y de inmediato
comenzó a ahogarse. Entonces, la fe es una posición de traer una
sustancia a la existencia. Por lo tanto, no puede decir que ha ejercido la
fe y puede durar años. En cambio, es una posición, por lo tanto, debe renovarla tod
Hay una línea divisoria que divide el reino del espíritu del reino
de lo natural y la fe se ubica a lo largo de esa línea en el espíritu.
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Más allá de esta línea en el reino del espíritu, hay fe y debajo de esta
línea en el reino natural, no hay fe. Pedro no se posicionó constantemente
en esa línea y por eso se movió o salió de esta línea hacia el lado natural
donde no hay fe. Como resultado de esa poca fe, no puedes vencer las
circunstancias. En este caso particular en Marcos 4, los discípulos de
Jesús estaban completamente del lado de la falta de fe.
La fe es un ámbito y una dimensión en la que operamos en el espíritu, para
producir manifestaciones sobrenaturales en el ámbito natural.
Recuerdo cómo Dios me usó para orar por dos personas a quienes
resucitó de entre los muertos. Por fe, crucé la línea divisoria en la
resma espiritual y ordené que la vida volviera a sus cuerpos y
resucitaron instantáneamente. Mientras estaba en ese reino, sus
cuerpos se hicieron visibles para mí como si estuviera justo frente a
ellos en el reino natural. Es en esa posición donde había cruzado la
línea fronteriza que pude comandar una resurrección. La fe es una
posición, es un reino, y es una dimensión en el reino del espíritu por
la cual todo se vuelve visible, accesible y posible para un hombre
que opera en el reino del espíritu. Una vez que te mueves por debajo
de esa línea límite en el espíritu, literalmente sales de esa posición
de fe y ya no puedes producir resultados positivos.
¡Es por eso que sostengo firmemente que la fe es lo que une lo
"superior" a lo "natural" para producir lo "sobrenatural"! En otras
palabras, es la fe la que hace que tanto el ámbito natural como el
espiritual funcionen juntos para cumplir la voluntad perfecta de Dios.
Por lo tanto, cuando hablamos de la voluntad de Dios, estamos
hablando de la unión y la trilla de ambos reinos de la existencia en
un estado o forma que es perfecto ante Dios.
51
La esencia de la fe
La fe es una evidencia
En retrospectiva al Salón de la Fama de la Fe escrito por el apóstol Pablo en el
Libro de Hebreos, ya hemos establecido que la fe es una sustancia de las cosas
que se esperan y una evidencia de las cosas que no se ven. La fe requiere cierta
evidencia. Por lo tanto, no puede decir que tiene fe cuando no tiene nada que
probar o respaldar su afirmación. En el tribunal de justicia, cualquier reclamo
adjudicado en contra de cualquier persona se vuelve nulo y sin efecto en
ausencia de cualquier evidencia prima face. Para que sea válido o sustancial,
tiene que haber una evidencia concreta que lo respalde. De la misma manera,
si no hay evidencia sólida de que tienes fe, entonces es tan bueno como no tener fe en abs
Por ejemplo, ¿cuál es la evidencia de una persona corriendo? No. 1 la velocidad
del movimiento de la persona 2. Una posición o postura 3. El movimiento.
Así que hay signos o síntomas de una persona corriendo. Hay signos y
evidencias de una posición de fe. La evidencia de que una persona tiene fe
incluye cosas tales como su confesión (lo que dice), sus pensamientos revelan
su posición, ya sea que esté en una posición de fundamentación o no. La fe es
la evidencia de las cosas que no se ven, es decir, la evidencia de las realidades
que no se ven. No veo esas cosas con mis ojos ópticos pero son reales para mí.
Son tan reales que no me los puedes quitar. La fe es la evidencia de realidades
invisibles. Eso significa que es prueba de la existencia de algo que no es tangible
a los sentidos.
La palabra griega para evidencia es “elegchos” que significa conocimiento
previo, convicción, prueba. Esto implica que eres consciente de la realidad
adelantada a su tiempo. Cuando traes evidencia, aunque no estuviste en la
escena, te convence como si lo hubieras hecho. Jesús no entró en pánico
cuando le dijeron que su amigo Lázaro estaba enfermo y muerto. Jesús tenía fe,
una convicción dentro de Él, de que resucitaría de entre los muertos. No haga
negocios con alguien si no tiene la convicción de hacerlo.
No se case con alguien por quien no tenga una convicción. La condena es el
título de propiedad. Estás convencido de que estás curado en tu cuerpo
independientemente de lo que el médico te haya diagnosticado. Estás convencido
de que tu matrimonio está restaurado a pesar de las luchas. Si no tienes la
convicción, no tienes el título de propiedad de lo que esperas.
Si tienes la convicción de que tus hijos volverán a casa y andarán en las cosas
de Dios, tienes el título de propiedad. Si crees que Dios es
52
su proveedor, obtendrá un trabajo al final de esta semana. Si cree que Él
es su Sanador, cuando termine de leer este libro, estará sano. No dejes
que la gente te empuje a hacer algo para lo que no tienes la convicción.
Cuando tienes la convicción de que tienes el poder de Dios en ti, ningún
demonio en el infierno puede detenerte. El título de propiedad está dentro
de ti. Siéntate y cree que Dios lo hará.
La fe es evidencia que corrobora, fundamenta o prueba que algo existe
o respalda nuestra confesión.
Como se mencionó anteriormente, en la corte de justicia, cualquier reclamo
o petición es válida solo si está acompañada o corroborada por evidencia.
A falta de pruebas, se dice que la reclamación es inválida, nula y sin efecto
y no tiene ningún efecto significativo. De la misma manera, en ausencia de
evidencia sustancial, no hay fe. Que alguien profese que él o ella tiene fe
cuando en realidad no hay evidencia que lo respalde, no es fe. Nadie puede
pretender ser dueño de una casa sin un título de propiedad en su mano. De
la misma manera, nadie puede pretender tener fe sin una prueba o evidencia
tangible en su mano. La evidencia de la fe es el valor de la fe en el espíritu
de uno.
La fe es la evidencia de lo que es invisible, desconocido e
imperceptible para y por la mente natural. La forma de relacionarnos con
las realidades invisibles del Reino eterno es por la fe. Para que caminemos
en la realidad del reino invisible, más allá del plano ordinario, tiene que ser
por fe. La vista física produce una convicción o evidencia de las cosas
visibles, pero la fe es el órgano que permite a las personas ver el orden
invisible. Por eso describimos a la Fe como la evidencia, prueba o título de
propiedad de realidades invisibles. Para profundizar su nivel de comprensión
de la fe, permítame ilustrar este concepto con referencia a los siguientes
ejemplos esenciales: Una huella en el suelo, por ejemplo, es prueba de que
alguien debe haber pasado recientemente. La huella no es la persona, es
simplemente una evidencia o prueba. Cuando finalmente veas a la persona,
ya no estarás lidiando con la evidencia sino con la realidad. La fe es una
evidencia de lo que has visto en el espíritu. Eso significa que comienzas a
ver en el reino espiritual la evidencia de algo. Por ejemplo, si fue a la iglesia
y encontró la biblia del pastor allí, puede concluir que el pastor está allí. Si
su biblia está allí, entonces hay evidencia de que él ha estado allí. La
evidencia prueba la existencia de algo más. El
53
La esencia de la fe
la evidencia demuestra que algo más ha sucedido. La evidencia no es lo real. Pero
muestra y prueba algo más que existe. La evidencia no es la cosa real sino que toma el
lugar de otra cosa que es real. La evidencia te ayuda a imaginar lo que es real. Por
ejemplo, si su contable dice que ha depositado el dinero en el banco y le da un
comprobante bancario, el comprobante bancario no es la cantidad pero prueba y es una
evidencia de que hay una cierta cantidad de dinero que ha sido depositada en su banco.
cuenta. El recibo bancario en sí mismo es solo evidencia; no es la cantidad en sí.
No puedes usarlo para comprar cosas porque es solo evidencia.
La fe es una evidencia de cosas que aún no se han experimentado pero que
todavía están en el futuro. En el contexto de nuestra primera escritura (Hebreos 11:13)
las cosas que se esperan significan las cosas que están en el futuro. Y las cosas que no
se ven significan las cosas que están en el reino espiritual. Entonces, hay dos lugares
donde están las cosas por las que estás orando. Uno está en el futuro y el segundo está
en el espíritu. Entonces, la fe es la evidencia de cosas que están tanto en el reino
espiritual como en el futuro. La fe, por lo tanto, cierra la brecha entre el futuro y el presente
y también entre el reino espiritual y el reino natural. La fe es una evidencia de las cosas
que van a suceder. Cuando finalmente tienes la cosa real, ya no necesitas la evidencia.
Sólo ejerces la fe en las cosas que no se ven.
Algunas personas dicen que creeré cuando lo vea, pero cuando lo veas, no es
necesario que ejerzas la fe. Por lo tanto, la noción de que ver es creer no es bíblica ni
bíblica. Se necesita evidencia cuando la cosa real no está allí. No puedes ejercer la fe de
que estás sentado en una silla porque la silla es real y no tienes ninguna dificultad para
creer que está allí, pero si la silla no está allí, entonces es cuando se requiere fe. Siempre
que no tengas una manifestación es cuando requieres fe. Si pudieras sentirlo, tocarlo, ya
no necesitas pruebas. Por lo tanto, se requiere fe cuando aquello por lo que has orado
no está en manifestación.
Entonces, cuando Dios te da un recibo bancario, hay evidencia en tu espíritu que dice
que el dinero está ahí. Y es tuyo y está llegando a suceder. Esa evidencia que recibisteis
llamada la seguridad de las cosas que esperáis se pone en vuestro espíritu. Aunque el
mundo no puede verlo, en tu espíritu tienes esa seguridad. Tienes la evidencia de que es
real y existe en el espíritu. Lo llevas contigo hasta que un día se manifiesta y luego ya no
lo necesitas. Tienes la existencia real de las cosas por las que oraste y esperabas.
54
Pero, ¿cómo se puede relacionar la evidencia con algo que no se
ve? ¿No pensamos más bien en la evidencia como involucrando cosas que
se ven? En un tribunal, la evidencia es lo que se puede probar. Se trata de
hechos visibles para un jurado. En otras palabras, la evidencia solo involucra
cosas que se pueden ver o demostrar. Entonces, ¿cómo puede la fe implicar
evidencia que es invisible, que no se ve? La fe involucra evidencia de la
siguiente manera. La fe real, en cualquier promesa hecha por Dios, es en
realidad la evidencia. Es la creencia la que es la evidencia. Si Dios promete
hacer algo, es imposible que mienta (Hebreos 6:18). Tu evidencia de que Él
lo hará es la misma fe inquebrantable que tienes. ¿Entiendes esto?
Recuerde, Hebreos 11:1 dice: “La fe es la evidencia”. Si tienes verdadera fe
cristiana, no necesitas buscar la evidencia; ya lo posees.
Recuerdo vívidamente años atrás cuando recibí una profecía de que
Dios me iba a usar poderosamente en el ministerio apostólico y en la
arena de escribir libros. No me quedé de brazos cruzados esperando
que la profecía se cumpliera. Empecé a escribir y redactar libros,
planes de negocios, enseñanza de sermones y visiones del ministerio.
La prueba que tuve para probar que tenía fe fueron los borradores y
las inscripciones que hice, aunque no eran perfectos. Esta era la
evidencia que tenía de que iba a empezar un ministerio. Y en poco
tiempo, esa profecía se cumplió. Puede recibir una profecía de que
va a ser grande e influyente en una generación, pero si se queda de
brazos cruzados y no hace nada al respecto, puede esperar y esperar,
pero es posible que nunca suceda.
Cuando estés esperando un bebé, por fe comienza a comprar ropa
de bebé y a comportarte como una madre; si esperas un trabajo,
comienza a vestirte como alguien que tiene una oficina; si esperas
millones, empieza a dar dinero a la gente como si fueras millonario.
En poco tiempo, su expectativa se convertirá en una corriente de
realidades interminables. La fe es evidencia; debe haber una evidencia
de lo que espera lograr. La evidencia debe ser tangible tanto en el
ámbito natural como en el espiritual.
55
La esencia de la fe
La fe es una fuerza de refutación
La Biblia proclama en Hebreos 11:1, que la fe es una demostración de lo que no
se ve. Sin embargo, la palabra evidencia transmite una personalidad muy dormida.
La palabra evidencia no transmite la plenitud de lo que realmente transmite la
palabra griega. La palabra evidencia es otra palabra griega elanchos, que se usa
para referirse a una reprensión o corrección. La palabra elanchos es un sustantivo
y en su forma verbal es elancho. La forma verbal es una palabra que se usa para
reprender. Lleva más que solo evidencia. No es sólo la presentación de la
evidencia para alguien. Si digo que les doy evidencia, hay un sentido en el que
se limita solo a lo que se puede probar, pero si digo que les doy una refutación,
eso describe el carácter de un contraargumento. La refutación contiene evidencias
y hechos para probar que usted está equivocado y contradecir los puntos o
hechos del oponente. Esto habla de una acción fuerte más que de una simple
evidencia. Por ejemplo, donde hay enfermedad, la refutación dice por las llagas
de Jesús soy sanado, y donde hay pobreza, la refutación dice que Jesús se hizo
pobre para que yo sea rico, donde hay debilidad, la refutación dice Soy fuerte.
Por lo tanto, la fe es una fuerza que reprende todo lo que obra en contra de lo
que dice la palabra de Dios. Es una refutación a las cosas que se ven por las
cosas que no se ven.
En otras palabras, el reino espiritual, que es el reino invisible, pasa al
reino natural y reprende las cosas que se ven. Pone una refutación contra las
cosas que se ven y las cosas que son temporales. La existencia de las cosas que
es palpable y visible. Aplasta todas las cosas y las derriba. Reprende todo lo que
está en contra de la palabra de Dios. Viene del reino de los espíritus con una
fuerza tan poderosa. Es una refutación del mundo de los espíritus a medida que
avanza hacia el ámbito natural con tanta fuerza y autoridad, derribando las cosas
que se ven, reemplazándolas con la verdad y con las cosas que no se ven. Es
por eso que en Su libro sobre la fe, se dice que Smith Wigglesworth fue muy
agresivo cuando se movía en la dimensión de la fe a tal punto que a veces
golpeaba a sus pacientes cuando ejercían la fe para sanar. Así de poderosa es la
fuerza de la fe. Ejercer la fe significa hacer un movimiento activo de fluir junto con
las cosas de Dios. No es solo una sustancia latente que entra en el corazón al
leer ese versículo en la superficie.
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Cuando estudias la vida de Jesús y la forma en que respondió a las
diferentes circunstancias, descubrirás que siempre estuvo a cargo, su
lenguaje fue el de la fe. Siempre estaba imperturbable por cualquier cosa.
Sus palabras estaban llenas de fe y mostraban una actitud de descanso en
medio de la agitación. Debes estar tranquilo y sin perplejidad,
independientemente de lo que suceda a tu alrededor. En Marcos 4:36,
cuando Jesús dormía en una barca y sus discípulos tenían miedo de la
tormenta, Jesús reprendió al viento y se quedó quieto. La fe es encerrarte
en el reino de los espíritus y desde esa posición en la que ves las cosas
que están en el mundo de los espíritus, le das la vuelta a las cosas que se
ven y las reprendes porque no están en línea con el mundo de los espíritus.
Cuando Jesús se dio la vuelta en la tormenta, no dijo lo que vio. En cambio,
dijo lo que quería. Jesús no miró a su alrededor y dijo “¡Qué tormenta tan
grande!”, no confesó lo que vio, pero se dio la vuelta y dijo lo que quería
ver. Vio en el reino espiritual paz y tranquilidad, por lo tanto, lo reprendió
porque no estaba en línea con lo que vio en el espíritu. Entonces, la fe es una refutaci
La Biblia dice en Romanos 4:17 que Dios llama las cosas que no
son como si fueran. En otras palabras, reprende las cosas naturales que se
ven y las reemplaza con cosas que no se ven. Por lo tanto, tener fe significa
encerrarse en el reino espiritual y traerlo al mundo natural. Traerlo al mundo
natural es como tomarlo del reino de los espíritus y decirlo como una
refutación de las cosas que se ven. Por eso confesamos lo que creemos y
no lo que vemos. La confesión, por lo tanto, se convierte en una refutación
de las cosas que son. Las cosas a tu alrededor muchos dicen que tienes
problemas, enfermedades pero las cosas del espíritu dicen que por las
llagas de Jesús eres sanado, toda montaña se moverá, todo es posible para
el que cree. Y vienes a este reino y le hablas a la montaña es como una
refutación a las cosas que existen. Para ejercitar esta fe nunca debes ser
movido por las cosas que se ven.
En Génesis 1:3, Dios proporciona un modelo práctico de cómo creó
el mundo. Cuando se enfrentó a una densa oscuridad de la masa deformada
de la tierra, no exclamó cuán intensa era la oscuridad, no miró hacia la
oscuridad del mundo y dijo: "¡Está muy oscuro allá afuera! "
En cambio, habló luz y la luz salió. En otras palabras, reprendió las cosas
que se ven. De hecho, los Traductores de la Biblia no tradujeron este
versículo con impacto y poder. De hecho, en Génesis 1, es “luz sea”.
No había "let" en hebreo. La palabra 'let' lo debilita. Dios no estaba
57
La esencia de la fe
diciendo: "luz, puedes venir ahora". En cambio, Dios habló lo que quería. Reprendió
a la oscuridad diciendo lo que quería en el reino de los espíritus. Estaba
fundamentando. Entonces, Él dijo 'sea la luz' y al firmamento 'se separe el
firmamento'. Por lo tanto, necesitamos aprender a operar como Dios y hablar de las
circunstancias en lugar de hablarle a Dios acerca de ellas. La razón por la que
muchas personas no logran su avance en el ejercicio de la fe es que no están
hablando directamente de sus situaciones y circunstancias. En cambio, están
hablando indirectamente con Dios acerca de su situación. Más bien se están
quejando a Dios de la gravedad y la intensidad de sus problemas, al igual que los
discípulos de Jesús se quejaron de la severidad de la tormenta, por lo que los
reprendió por su falta de fe. Por tanto, debéis cambiar la dirección de vuestra
oración si queréis sobresalir en la dimensión de la fe.
No le cuentes a Dios cuán grandes son tus problemas. En lugar de eso, dile a tus
problemas cuán grande es Dios. Ese es el único idioma que entenderán.
Por lo tanto, es innegablemente evidente que la fe es una fuerza espiritual.
Es una energía divina que se libera del Cielo para permitir que los habitantes de la
tierra se muevan en el reino sobrenatural. Hay fuerzas en este mundo que hacen
que las personas hagan las cosas que hacen. Por ejemplo, el odio, el miedo y todas
las fuerzas negativas y destructivas que influyen en las personas para que actúen de
manera descarriada. Algunas de las atrocidades más atroces llevadas a cabo por los
hombres fueron motivadas por estas fuerzas. Correspondientemente, en el Reino de
Dios, también hay fuerzas tales como la fe y el amor que pueden impulsar a un
hombre a las alturas mayores del reino espiritual. Hasta que comprenda la fe como
una fuerza, es posible que nunca pueda prevalecer en la fe. Así como las fuerzas
negativas hacen que el hombre haga cosas audaces pero negativas, la fuerza de la
fe hace que el hombre haga proezas en el Reino.
Recuerdo el momento en que cierto hermano estaba gravemente enfermo y
todos se habían dado por vencidos con él. Fortalecido en la fe por la palabra
de Dios, llegué a un punto en el que no pude más. Me enfrenté a esa
enfermedad y ordené: “Espíritu de muerte, no te toleraré más. Te reprendo
y te ordeno que mueras, en el nombre de Jesús” Y como ordené con esa
fuerza y autoridad, ese espíritu lo dejó instantáneamente y fue restaurado.
La fe es una refutación, la fe no ruega, la fe no indefensa
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Mira cómo el diablo causa estragos en tu comunidad. La fe es una
refutación, reprende todo lo que no está de acuerdo con la voluntad
de Dios y exige juicio sobre todo lo que contradice la palabra de Dios.
La fe es una seguridad
Como se mencionó anteriormente, la Biblia proclama en Hebreos 11:1 que,
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se
ve”. ¿Te diste cuenta de que la fe involucra “evidencia” de cosas “que no se
ven”? La traducción marginal de "sustancia" es "seguridad". La fe involucra
una seguridad de las cosas que se esperan.” Pero, si algo se espera, ese
algo aún no se ha recibido. Por lo tanto, cuando se trata de fe, ¡hay seguridad
de que será recibida! Por ejemplo, esperas que las finanzas cumplan con las
obligaciones que tienes que pagar. La fe da la seguridad de que tendrás el
dinero cuando lo necesites. Por tanto, según Hebreos 11:1, la fe es una
certeza de lo que se espera. De acuerdo con la ley de propiedad comercial,
cada vez que uno compra un producto, se le da una garantía de que el
producto es genuino y seguirá funcionando correctamente. Un asegurado
tiene garantía de reclamar algo en caso de que una propiedad tenga un
defecto. La fe funciona de manera similar. La fe es una garantía de que
recibirás lo que Dios ha prometido en Su palabra. En otras palabras, la fe es
una garantía de que Dios hará lo que dice que hará. Es una convicción
inquebrantable e inquebrantable que más allá de toda duda razonable, Dios
actuará para cumplir Su palabra. Por eso dice que así será mi palabra que
sale de mi boca. No volverá a Mí vacía sino que cumplirá lo que Yo deseo y
cumplirá el propósito para el cual la envié. Fiel es Aquel que os llamó y Él
hará todo lo que ha dicho en Su palabra.
Recuerda que Dios no es hombre para que mienta ni es hijo de hombre para
que cambie de parecer. Por lo tanto, sin la palabra de Dios, uno no puede
ejercer la fe porque toda fe debe basarse en lo que Dios dice que hará en
Su palabra.
La fe es como un cheque espiritual que cae en tu espíritu. Te da el
poder adquisitivo en el ámbito del espíritu, el alma y el físico.
59
La esencia de la fe
reino. Y si entiendes el reino de los espíritus, cada vez que la fe cae en tu
corazón, tienes evidencia y seguridad dentro de ti. Sostienes ese cheque
espiritual con tu mano espiritual. Sientes que una sustancia tangible ha
caído en tu espíritu. Con él viene la convicción y la seguridad.
A veces toma tiempo para que la fe entre en ti, pero una vez que la fe
entra, algo hierve dentro de ti. Podrías estar orando por un automóvil y
llega un momento en que la seguridad cae dentro de ti. Sabes que sabes
que lo tienes. Pero si te piden que lo muestres, no puedes. está dentro
Estás embarazada del coche. Está creciendo dentro de ti. La fe es como el
embarazo. A veces se necesita tiempo para que la fe de tu bebé dentro de
ti crezca hasta el nivel en el que pueda nacer y manifestarse en el ámbito
físico. Por lo tanto, debemos ser sensibles al reino del espíritu cuando la
seguridad cae en nuestro espíritu.
Recuerdo vívidamente el día que fui a comprar equipo para el
ministerio sin un centavo en el bolsillo. Estaba tan emocionado por
hacer una compra que me movía de tienda en tienda buscando
instrumentos de la mejor calidad. Ni siquiera tenía una fuente de
ingresos, pero por fe, había hecho un presupuesto de 200.000 rand.
Obtuve una cotización y le dije al vendedor de productos en la tienda
que iba a pagar en efectivo. Tenía la seguridad y la fuerte convicción
de que el dinero me iba a llegar. Tenía una seguridad en el sentido
de que estaba más que convencido en mi espíritu de que Dios me
ayudaría como lo había asegurado en Su Palabra.
Cualquiera que me hubiera visto en ese estado se habría reído
porque eso era ridículo en la naturaleza, ya que tenía un saldo cero
en mi cuenta. Sin embargo, lo que quizás no sea evidente para usted
es que, como hijos de Dios, no hacemos planes de acuerdo con
nuestro estado financiero, sino de acuerdo con nuestras cuentas
espirituales en el Cielo. Mi fe se registró como un aporte tangible en
el reino espiritual y en unos pocos días, milagrosamente recibí las
finanzas que fueron suficientes para comprar los instrumentos de
mejor calidad que necesitaba. Así es como opera la fe genuina. No
esperas el dinero o conseguir un trabajo para poder ejercer tu fe para
las finanzas; en cambio justo cuando no tienes
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un centavo en tu bolsillo, en la aridez de tu situación financiera, comienza
a hacer un presupuesto, comienza a hacer compras y en poco tiempo, una
lluvia torrencial de la provisión de Dios fluirá en tu dirección como nunca
antes, ¡gloria a Jesús!
La fe es un título de propiedad
En Hebreos 11, la Biblia Amplificada describe la fe en un lenguaje comercial como
“El título de propiedad de las cosas que esperamos, siendo la prueba de las cosas
que no vemos”. Para cimentar esta revelación con referencia a más evidencia
bíblica, otra traducción dice: “La fe es el acto de garantía, lo que finalmente hemos
esperado es finalmente nuestro”. La mayor verdad es que la fe es un título de
propiedad. Permítanme ilustrar este concepto divino con referencia a un ejemplo
comercial. Si compraras un pedazo de tierra, no llevarías la tierra contigo a todas
partes, diciéndoles a todos: "Mira la tierra que compré".
Tendría documentos para esa tierra llamados "un título de propiedad". Según el
Oxford English Dictionary, un título de propiedad es 'un documento que contiene
o constituye evidencia de la propiedad de una propiedad'. Esto implica que
simplemente puede sacar su título de propiedad de la tierra y mostrarlos como
prueba de propiedad. Esa es la evidencia de realidades invisibles. El terreno es
real, pero debido a que no puede llevarlo consigo, es posible que no lo vean en
su oficina. Sin embargo, tiene su prueba de propiedad: el título de propiedad;
algo que puedan mirar y decir: "Sí, realmente tienes esa tierra".
De acuerdo con la ley de propiedad comercial, un título de propiedad es lo que da
derecho a la plena propiedad y posesión legal de la propiedad. Por lo tanto, en
los tribunales de justicia, cualquier disputa sobre una propiedad se resuelve o
resuelve mediante un título de propiedad. Desde el punto de vista legal, un titular
de un título de propiedad es aquel que es visto como el único propietario de la
propiedad, independientemente de un millón de argumentos presentados en su
contra. Sin un título de propiedad de una casa o propiedad, uno no puede reclamar
su propiedad. De la misma manera, la fe es un título de propiedad; la fe es lo que
nos da derecho a recibir las bendiciones del Cielo. Así como sin un título de
propiedad uno no puede reclamar la propiedad de una propiedad, sin fe, uno no
puede reclamar las bendiciones en el reino del espíritu porque se accede a cada
bendición por medio de la fe. Por ejemplo, un hombre que tiene documentos para un terraten
61
La esencia de la fe
propiedad en cierta ciudad pero vive en otro pueblo no necesita esperar a llegar
a la ciudad donde está la tierra para saber que le pertenece. Ya tiene el
documento y eso es suficiente prueba de que la tierra le pertenece. Tu fe es
como ese documento. Es el título de propiedad de realidades invisibles. Cuando
llamas real a lo que no has visto con tus ojos físicos, estás actuando con fe.
Entonces, esperar la manifestación de la palabra de Dios antes de aceptarla
como real no es fe sino esperanza.
¿Se ha preguntado alguna vez por qué la Biblia dice que somos bendecidos
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales y, sin embargo, multitudes
de creyentes caminan en la más absoluta pobreza como si no hubiera
bendiciones? Es simplemente porque estas bendiciones, aunque Dios las ha
puesto a disposición de todos los creyentes, deben ser accedidas por la fe. Así
como un título de propiedad es un documento legal que nos otorga acceso a la
posesión de una propiedad, la fe es un documento legal y válido que nos otorga
acceso al reino del espíritu para reclamar y tomar posesión de lo que legalmente
nos pertenece en Cristo. . De la misma manera el que tiene un título de
propiedad sobre una casa puede ganar un caso sobre la posesión de la casa,
en el espíritu, el que tiene fe puede ganar cualquier caso sobre la posesión de
bendiciones. En el espíritu, todos los casos que tienen que ver con la posesión
y propiedad de las bendiciones se manejan por fe. En el espíritu, las bendiciones
son suyas, no porque las desee, sino porque tiene fe para acceder a ellas.
Cualquier controversia sobre cualquier cosa se resuelve mejor si uno tiene fe o
no. Si no tienes fe, no puedes ganar nada, no puedes poseer nada y no tienes
ningún derecho a tener nada.
En un sentido práctico, esto implica que si tengo un título de propiedad
de una casa, puedes pararte en el porche delantero y amenazarme todo lo que
quieras para evitar que intente entrar a la casa. Pero no importará lo que digas
o hagas, porque tengo todo el derecho legal de agarrarte por la nuca y echarte
del patio. Si tengo el título de propiedad, es mi casa, y voy a entrar. De la
misma manera, la fe te dará toda la seguridad que necesitarás en esta vida
para tomar lo que es tuyo según la Palabra de Dios. Si construyes tu fe, tu título
de propiedad, sobre la Palabra de Dios, no importará si el diablo golpea tu
cuerpo, ataca tus finanzas o trata de robarte la paz. Puede echarlo de su
propiedad porque su fe será la prueba de propiedad que necesita. Con esa
seguridad, absolutamente nada puede interponerse en tu camino. Así que
construye esa casa de fe y muévete. La Palabra de Dios promete que Él da
"todo lo que necesitamos para la vida y la vida".
62
piedad por medio de nuestro conocimiento de él” (2 Pedro 1:3). Entonces, averigüe lo que dice
Su Palabra, obtenga el conocimiento que necesita para apoderarse de su título de propiedad.
Así como una escritura te permite reclamar la propiedad que te pertenece,
tu fe te permite reclamar las promesas de Dios que te pertenecen.
Basando esta revelación en mis experiencias de vida, hay ciertas
áreas que se consideraron áreas prohibidas, pero las pisé por fe.
Hay ciertos contratos comerciales a los que muchos no pudieron
acceder, pero los firmé por fe.
Hay un cierto nivel de riqueza al que las multitudes no pudieron
acceder, pero yo lo obtuve por fe. La fe es lo que me hizo millonario.
En otras palabras, me hice millonario por fe. La fe te otorga acceso
sin restricciones a cualquier cosa en la palabra de la abundancia,
incluso cuando a las multitudes se les niega el acceso. Es como un
título de propiedad que le otorga acceso a una casa o propiedad.
Así como un título de propiedad le otorga acceso total a una casa o
propiedad en lo natural, la fe le otorga acceso total y sin restricciones
a todos los barrios y avenidas en el espíritu. Es una licencia para
desfilar legalmente en el reino del espíritu. Es por eso que hay
ciertas bendiciones a las que solo puede acceder un principal con
fe; si no tienes fe, puedes desear y soñar toda la vida, pero esas
bendiciones no encontrarán el camino hacia ti.
La fe es una licencia; te permite acceder a ciertas cosas que las
multitudes que operan en lo natural no pueden. El hecho de que
sea cristiano no significa necesariamente que automáticamente
podrá acceder plenamente a todas las bendiciones que se han
puesto a su disposición. Pero si alguna vez hay algo a lo que es
imposible acceder por medios naturales, entonces obténgalo por fe.
La fe es como un pasaporte, os permite pisar ciertos territorios que
muchos no pisan. Si alguna vez hay ciertos lugares en los que en
lo natural es imposible para ti desfilar, entonces desfila por la fe. De
la misma manera, puede viajar a cualquier parte del mundo con un
pasaporte y conducir en cualquier camino que desee con una
licencia,
63
La esencia de la fe
la fe te permite viajar como quieras en el espíritu y tener todo lo que
quieras en lo natural. La fe es un título de propiedad; te permite
acceder a los privilegios de tu ciudadanía celestial. Lo que las leyes
y principios naturales te impiden hacer, siempre puedes hacerlo por
fe. Por eso, si el dinero no te permite comprar algo, no te quejes;
simplemente cómpralo por fe. Ya sea que los hombres comunes, el
diablo y sus secuaces griten tan fuerte como quieran a causa de mis
bendiciones y éxito; eso no tiene sentido
si tengo fe; Obtengo lo que quiero, cuando lo quiero y como lo quiero,
¡gloria a Dios!
La fe es el lenguaje del espíritu
La fe es un movimiento hacia la dimensión o reino espiritual y cierra la
brecha entre el reino natural y el reino espiritual. La Biblia proclama en
Hebreos 11, que la fe es una demostración de lo que se espera. Debe
notarse que las cosas que se esperan están en el espíritu. Y estas son sus
bendiciones, prosperidad, salud divina, aumento, abundancia, promoción, etc.
Por lo tanto, se puede hablar estrictamente de la fe como un fenómeno espiritual.
La fe es una migración a la dimensión espiritual. Tener fe significa que te
posicionas para no mirar más lo natural porque es una migración continua
y persistente hacia el reino espiritual. Tener fe significa que me posiciono;
Me encierro en mirar solo el mundo de los espíritus y traerlo al mundo
natural. Después de la caída del hombre en el Jardín del Edén, el mundo
natural se desconectó del mundo espiritual y es la fe la que trae estos dos
reinos de existencia en perfecta armonía o sincronización con la voluntad
del padre. Por lo tanto, no puedes afirmar que tienes fe si no estás operando
en el reino espiritual porque la fe es lo que traerá todas las cosas que
esperas del reino espiritual al reino natural. Muchas personas no pueden
ver una manifestación completa de las bendiciones de Dios porque no están
constantemente en el espíritu. En cambio, son visitantes a tiempo parcial en
el reino espiritual y debido a que la fe es una posición persistente en la
dimensión espiritual, no pueden traer el mundo espiritual a la manifestación
en el reino físico. Hay una línea divisoria entre lo natural y lo espiritual, y la
fe se mueve
64
en la posición intermedia. Esto es posible ya que el hombre fue creado con la
capacidad de moverse tanto en el mundo espiritual como en el reino natural.
Entonces, la fe se posiciona en el medio. Toca el reino espiritual y comienza a
formar y mover el reino natural de acuerdo con el reino espiritual. La fe es, por lo
tanto, el factor de mediación, que sustancia las cosas del espíritu en el ámbito
natural.
En esencia, la fe es la mente de Dios revelada al hombre para que
pueda operar y tener dominio sobre el tiempo, el espacio y la materia. Es la
habilidad divina dada al hombre para ir más allá del ámbito natural. La fe nos
permite traspasar los límites del reino natural y aventurarnos en la dimensión de
la eternidad. La fe es una fuerza que nos da un avance para cruzar las barreras
del tiempo, el espacio y la materia y salir de nuestro reino natural que nos hace
sujetos a los sentidos. Además, la fe es una fuerza que trae nuestras bendiciones
del reino espiritual al reino natural. Debe entenderse expresamente que las
bendiciones se liberan en el espíritu, pero el canal o medio por el cual se
manifiestan en el ámbito natural es la fe. Es por esta razón que Dios declaró en
Hebreos 11:6, sin fe es imposible agradar a Dios. De la misma manera, sin fe,
es imposible recibir de Dios porque si no puedes agradar a Dios entonces puedes
recibir de Él. Por lo tanto, necesitas fe para agradar a Dios y necesitas fe para
recibir de Dios. Es un hecho que nadie puede arruinar el suministro de Dios.
Cualquier cosa que pidas de Él y cualquier cosa por la que le creas a Dios, la
recibes en base a tu fe. La fe es lo que le permite a Dios entregar Su provisión
divina y sobrenaturalmente traer al ámbito natural los recursos que necesitamos.
La fe convierte las cosas que no se ven en algo cierto, tangible y real.
La fe hace que nuestras bendiciones o millones de riquezas se
manifiesten rápidamente al romper las leyes del espacio y el tiempo. Debe
entenderse que Dios no vive en el reino del tiempo. En cambio, Él vive en el
reino de la eternidad. Por lo tanto, desde el punto de vista de Dios, todo está
completo y en tiempo pasado. Por lo tanto, es una verdad mayor que Dios
comenzó a crearnos en la eternidad y nos terminó mucho antes de darnos la
forma y la forma que tenemos hoy. Todo lo que necesitamos hacer en el tiempo
presente es reclamar y apropiarnos de nuestra riqueza millonaria por fe en el
ahora. Hacemos planes de acuerdo a la fe no al tiempo. Si operamos de acuerdo
con el ámbito natural, toma una cantidad considerable de tiempo para que
nuestras bendiciones se manifiesten en lo físico, por lo tanto, la fe rompe la ley del tiempo y
sesenta y cinco
La esencia de la fe
manifestarse rápidamente en el ahora. Por fe podemos determinar el tiempo exacto para
recibir nuestras bendiciones. Esto se debe a que estas cosas ya están hechas en el
espíritu y nos están esperando para decidir cuándo las vamos a reclamar.
Mayor verdad es que la dimensión de la fe no se revela a los sentidos. Cuando
Dios nos ordena hacer algo, puede que no tenga sentido porque la mente carnal no ve lo
invisible. Cuando llevamos nuestra medida de fe al límite, Dios nos lleva a un nivel
superior. Esto significa que cuando no sucede nada nuevo en la iglesia, entonces nuestra
fe ha dejado de crecer, por lo tanto, necesitamos revelación para irrumpir o allanar el
camino hacia una nueva dimensión. El nivel de revelación que uno tiene es lo que
determina la medida de fe en la que operará. Según la palabra de Dios en Romanos 1:17,
nos movemos de una dimensión de fe a otra.
La fe es un movimiento constante; no está estancada porque la vida cristiana nunca fue
diseñada para permanecer en un nivel. Es una constante migración de gloria en gloria y
de fe en fe como se proclama en (2 Corintios 3:18).
Esto indica que el movimiento no comienza en un punto de partida sino que despega de
un lugar que ya está avanzado. Por lo tanto, la fe es una de esas fuerzas poderosas que
puede invadir el reino del espíritu para traer a la manifestación física millones de riquezas
y bienes del Cielo.
Es por eso que un hombre de gran fe es un hombre de gran riqueza porque se necesita
una gran fe para manifestar una gran riqueza.
La fe es un lenguaje espiritual en el sentido de que hay ciertas palabras que no
puedes pronunciar cuando eres un hombre de fe. Por ejemplo, Jesús nunca habló de la
muerte. Lo describió en lenguaje espiritual como un sueño. Cuando quiso ir a resucitar a
Lázaro de entre los muertos dijo: “Lázaro, nuestro amigo duerme pero yo voy para
despertarlo ”. Ese era su lenguaje. Para él, la muerte era tan buena como el sueño. Por
eso le fue fácil prevalecer sobre el espíritu de la muerte. La fe es un lenguaje del espíritu.
Mientras que otros decían todo tipo de declaraciones presuntuosas como Tomás que dijo:
"vamos para que también podamos morir con él", Jesús nunca se rebajó a su nivel de
carnalidad. En cambio, mantuvo Su lenguaje, el lenguaje de la fe. No cambie su
terminología o vocabulario de fe debido a las circunstancias. Habla espiritual. Continúe
hablando el lenguaje de la fe aunque la gente del mundo no lo entienda.
En el ámbito natural, el inglés es un idioma universal. Si alguna vez desea que su estadía
o viaje a cualquier parte del mundo sea efectivo, debe
66
hablar Inglés. Si no puede hablar inglés, puede que le resulte difícil viajar
a cualquier parte del mundo porque no entiende el idioma universal. De la
misma manera, si no tienes fe, que es el lenguaje universal del reino
espiritual, podría ser una tarea abrumadora para ti viajar en la dimensión
espiritual o acceder a cualquier cosa del reino espiritual para vivir una vida
efectiva, exitosa y vida cristiana victoriosa.
Recuerdo cuando estaba creciendo en la fe, tenía una condición
terrible de picazón en la piel. Picaba tanto que era imposible que
alguien no se quejara. Sentiría un fuerte dolor en todo mi cuerpo
pero me dije que nunca hablaría de lo que siento, sin importar el
dolor; Me comprometí a hablar sólo el lenguaje de la fe. En lugar de
contarle a la gente sobre mi situación para que me tuvieran lástima,
recurrí a hablar solo el lenguaje de la fe. En lugar de decir: “Me duele
la piel”, en medio del dolor, decía: “Mi piel está sana, estoy bien”. Y
al poco tiempo esa condición desapareció. La fe es un lenguaje.
Niéguese a hablar el lenguaje de la duda y la incredulidad.
Independientemente de la gravedad de la situación, mantenga su
lenguaje de fe. La fe habla de la palabra de Dios, no de la situación.
La fe no habla de lo que siente o ve sino de lo que Dios dice en Su
palabra. La fe es hablar la palabra de Dios con la intención de
cambiar una situación.
La fe es un lenguaje espiritual. Verás, debes aprender a hablar como
Dios y negarte a hablar como los hombres comunes.
La fe es el lenguaje que habla Dios. Cada vez que Dios habla, habla
en tiempo pasado. Para Él, todo es completo, perfecto y hecho. Por
eso Dios no se dirige a ti y te dice: “Te bendeciré”, sino que dice:
“Bendito seas con toda bendición espiritual en los lugares celestiales”.
Esto se debe a que para Él, bendecir a Su pueblo es un trato hecho.
Esto ya se ha hecho, incluso antes de la fundación de este mundo.
Lo mismo se aplica a nuestra curación. Dios no dice: “Yo te sanaré”,
sino que dice: “Por las llagas de Jesús fuiste sanado”. En esencia,
67
Revelaciones de fe más profundas
la sanidad se proporcionó hace más de dos mil años cuando Jesús
fue azotado y magullado por nuestras iniquidades.
Por lo tanto, lo que tenemos que hacer ahora no es necesariamente
recibir nuestra curación per se, sino apropiarnos de nuestra curación.
Es por eso que debes tener cuidado con la terminología que usas
cuando ejerces tu fe o abordas asuntos espirituales. Si dices que vas
a recibir tu sanidad, estás espiritualmente equivocado porque Jesús
proporcionó sanidad hace mucho tiempo. En cambio, la terminología
correcta para usar en el presente es "apropiarse" de su curación. La
palabra “apropiado” significa recibir algo que ya ha sido proporcionado.
68
CAPÍTULO TRES
REVELACIONES DE FE MÁS PROFUNDAS
Los secretos para aprovechar el reino de una fe más profunda
Es sólo
de spuma importancia
uede revelar
ser entendido la verdad
por revelación. divina
Esto de qaue
se debe la afe menos
que,
que se revele algo, se oculta y sigue siendo un misterio. La revelación es una
de esas claves multipropósito que puede catapultarnos a operar en mayores
profundidades, dimensiones más profundas y reinos más elevados de fe. La
verdad es que la revelación es lo que desencadena un renacimiento y provoca
una revolución espiritual en el ámbito natural. Otorga acceso sin restricciones
a los reinos superiores de la fe y las cosas profundas de Dios. Es la revelación
que trae elevación en el reino del espíritu. La revelación desbloquea el
destino, decodifica los códigos del destino y lo arroja a uno a arenas
desconocidas de su destino manifestado. La revelación engendra una
aceleración sobrenatural de las cosas en el reino espiritual. Produce un
avance en el reino del espíritu, que es un estallido repentino de conocimiento
avanzado que te lleva más allá de un punto de defensa. El factor subyacente
es que el conocimiento forma la base para cada esfera del esfuerzo espiritual
en lo sobrenatural y un factor determinante crítico a través del cual toda diversidad de m
69
podrían manifestarse maravillas. Vale la pena explorar la verdad de que hay dos
dimensiones principales de conocimiento reveladas en la palabra de Dios, es
decir, el conocimiento de las Escrituras y el conocimiento de la revelación. En
esencia, el conocimiento de las escrituras habla del conocimiento básico de las
escrituras adquirido mediante el estudio, la cita y la memorización en el ámbito
mental. Este es conocimiento tanto teológico como teórico y consiste en
información adquirida a través de la investigación intelectual, el razonamiento,
los procesos mentales y la experiencia de otros. Por el contrario, el conocimiento
revelado es la mente de Dios revelada a nuestro espíritu y se recibe al ver, oír y
percibir espiritualmente. Este es un conocimiento que va más allá de la mera
memorización de las escrituras, sino una percepción espiritual o fragmentos de
verdades espirituales y percepciones divinas que emanan directamente del Salón
del Trono del Cielo. Es la mente de Dios revelada para que la humanidad pueda
ejercer dominio sobre el tiempo, el espacio y la materia. Es este tipo de
conocimiento el que hará que su fe se eleve y entre en los reinos más profundos
de Dios. Dicho esto, la siguiente es una presentación de las divergentes revelaciones de fe:
La fe está en el Ahora. Siempre se valida en el presente.
Fe no será, Fe no fue pero Fe es.
En la definición de fe en Hebreos 11:1, dice “Es, pues, la fe la certeza de lo
que se espera, la convicción de lo que no se ve”, el verbo “es” está en tiempo
presente. Esto implica que la fe está en el ahora y si no es ahora, no es fe
en absoluto. Si se relaciona con algo que quieres recibir en el futuro, ya no
es fe sino esperanza. La fe está en tiempo presente; la esperanza es tiempo
futuro. Aunque puedas decir que crees, si lo pones en el futuro, no estás
creyendo; en cambio, estás esperando. Para que funcione, debe estar en el
tiempo correcto, que es el tiempo presente.
Algunas personas siempre están creyendo que Dios va a hacer algo por
ellos, pero la fe cree que Él lo ha hecho y lo está haciendo ahora. Esta es la
esencia de la fe. Por lo tanto, para que cualquier expresión espiritual califique
como fe, debe expresarse en tiempo presente, porque la fe existe en el
ahora, no en el futuro. La fe no es algo que vas a hacer el próximo año. Pero
la verdadera fe siempre se valida en el presente. La pregunta más importante
en nuestro ejercicio de la fe es: ¿Qué estás creyendo ahora mismo?
70
Esa es tu fe. Muchas personas están tan apegadas al pasado o al futuro,
pero difícilmente se enfocan más en lo que Dios está haciendo en el ahora
y esa es la razón por la que se pierden tanto en términos de fe.
Hablando espiritualmente, la Fe es el pasado y el futuro juntos en el
presente, constituyendo el ahora. La razón por la que muchas personas no
ven la manifestación completa de la riqueza de Dios es porque viven
demasiado en el futuro, pero Dios vive en el ahora. La fe no está en el
futuro porque la fe no va a estar, la fe está ahora. La fe comprime el tiempo
y hace que el futuro invada el presente. Hablando irónicamente, la mayoría
de los creyentes saben de dónde vienen y hacia dónde van, pero pocos
creen lo que son ahora. Dios declara el fin desde el principio, lo que
significa que termina algo antes de mostrarle al hombre el principio. Por lo
tanto, la mayor verdad es que la Fe es AHORA. La fe no será. La fe no lo
era. La fe es. No es para el futuro ni para el pasado; es por ahora. Pablo
está de acuerdo con esta revelación, por lo que declara en Romanos 12:3 que,
Porque por la gracia que me ha sido dada, os digo a cada uno de vosotros: No os tengáis
en más alta estima de lo que debéis, sino más bien pensad en vosotros mismos con juicio
sobrio, de acuerdo con la fe que Dios ha distribuido a cada uno de vosotros.
En el contexto de esta escritura, Pablo no dice que Dios te impartirá
fe en el futuro, ni tampoco dice que Dios impartió fe en el pasado. En
cambio, dice que Dios ya ha impartido fe en ti, lo que significa que lo está
haciendo ahora. La palabra “ha ” habla de hacer algo en el presente. Si
estudia la Biblia cuidadosamente, notará que las bendiciones de Dios son
tridimensionales. Están los que pertenecen al pasado, luego los que son
nuestras posesiones en el presente y por último están los que recibiremos
en el futuro. Por ejemplo, la Biblia declara en Isaías en la Versión Americana
Contemporánea, “Por las llagas de Jesucristo fuimos nosotros curados ”.
Esta es una bendición que ya ha sido provista en el pasado por eso se
expresa en tiempo pasado. Es un trato hecho. En cuanto a las bendiciones
en el presente, la Biblia declara que “Estamos sentados con Cristo en los
lugares celestiales a la diestra del padre ”. Esta es una realidad de la hora
presente; es un reino y una posición en la que estamos operando ahora.
Luego la Biblia habla de coronas que vamos a recibir del padre en el Cielo.
Esto no ha sucedido todavía, pero es una bendición que nos llegará en el
futuro. Sin embargo, lo que hace la fe es que trae todo
71
de estas realidades pasadas, presentes y futuras en el ahora. Por eso mencioné
anteriormente que la Fe es el pasado y el futuro juntos en el presente, constituyendo
el ahora.
En vista de lo anterior, es por lo tanto inequívocamente evidente que la Fe es
ahora. La traducción original de Hebreos 11:1 dice:
“La fe es la realidad y el fundamento donde vive y se establece la esperanza;
es la realidad de todo lo que existe en la dimensión sobrenatural y ejerce
control y dominio sobre las cosas que no vemos.”
La persona que camina por fe es la persona que ejerce dominio sobre las
cosas invisibles porque lo invisible es la raíz de las cosas naturales. Cuando
ejerzas dominio sobre cualquier maldición generacional, la enfermedad en el
cuerpo morirá. Andar por fe es tener dominio de la dimensión espiritual donde
existe Dios. No lo vemos ni lo tocamos, pero tenemos acceso a él cuando creemos
y tenemos esa convicción dentro de nosotros. Es por eso que debes moverte de
acuerdo a tu convicción. Dondequiera que esté su convicción, allí es donde está
su fe. Ahora es el momento donde vas y abres tu negocio. La fe no está en el
mañana ni en el pasado; Esto es ahora. Llevas tanto tiempo esperando conseguir
un trabajo y todo este tiempo has tenido la convicción de abrir tu negocio. Hazlo
ahora. Cuando Elías se reunió con el Señor en el monte Horeb, Dios le preguntó:
“¿Qué haces aquí, Elías? (1 Rey 19:9). No importaba dónde había estado o hacia
dónde se dirigía, Dios estaba preocupado por su ubicación actual. El hoy es lo que
cuenta, así que haz un movimiento para ser lo mejor hoy porque mañana solo
pertenece a aquellos que se aferran al hoy porque hoy es el trampolín para
mañana.
La fe es instantánea; no hay espera en el ámbito de la fe; recibimos en el
instante en que ejercitamos nuestra fe
Vale la pena explorar la verdad divina de que la fe genera resultados inmediatos;
no posterga de ninguna manera. Muchas personas te dirán que están creyendo y
confesando, pero se pierden en el área del “cuándo”. Marcos 11:25 dice que creer,
recibes cuando oras. Sin embargo, algunas cosas pueden
72
tardan en manifestarse en el plano físico, pero ya son un hecho espiritual. Todo
lo que Dios ha provisto para ti es un regalo gratuito que puedes recibir ahora
mismo. No tienes que esperar. Cuando se trata de la salvación o el bautismo
en el Espíritu Santo, no tienes que esperar. Puedes tenerlos ahora mismo.
¡Puedes ser salvo ahora mismo y hablar en lenguas ahora mismo, porque estos
son regalos gratuitos! Debido a que la sanidad también es un regalo gratuito de
Dios, puedes recibir sanidad ahora mismo. Algunas personas reciben curaciones
graduales. Por lo general, eso se debe a que su fe se afianza gradualmente y
aún no se ha perfeccionado en el ámbito del espíritu para que sus bendiciones
se manifiesten en el ámbito físico. Pero nuestro objetivo debe ser hacer crecer
nuestra fe para que se arraigue ahora. ¡Cuando creamos y recibamos, tendremos!
La clave para recibir es que solo tienes que actuar en tu fe de que todo
lo que le has pedido a Dios te pertenece y luego extender la mano y recibirlo.
Dios ya ha provisto sanidad para ti. En la mente de Dios, ya estás curado. Dios
recuerda cuando Él cargó nuestra enfermedad y dolencia sobre Jesús, y en la
mente de Dios, ese fue el momento en que fuimos sanados. 1 Pedro 2:24 dice:
“Por cuya herida fuisteis sanados”. Es tiempo pasado, un trato hecho. Ya sea
un dolor de cabeza, dolor de muelas, cáncer, parálisis o lo peor que se te
ocurra, en el reino de los espíritus tu curación ya está empaquetada con tu
nombre. Algunos pueden preguntar: "¿Por qué no lo tengo?" Solo está
esperando que vengas a reclamarlo. ¿Cuándo lo reclamas? ¿Después de orar?
¿Una semana después? ¿Próximo mes? ¿Cuándo se han ido los síntomas? ¡No!
La Biblia dice que para creer, recibes cuando oras. En ese momento, cuando
oras, está en tiempo presente. ¡Y lo tendrás! Puede que aún no se manifieste
en el exterior, pero sabemos que es nuestro porque lo recibimos en nuestro
espíritu. Muchas veces he sabido por dentro que había recibido algo que aún
no había aparecido. Pero mantuve mi fe en la Palabra de Dios, y no pasó
mucho tiempo antes de que apareciera. Algunas cosas pueden llevar tiempo,
pero cuando crees que recibes cuando oras, y estás dispuesto a mantenerte
firme, creyendo que has recibido, ¡no esperarás mucho!
La fe no viene por la oración, ni por el ayuno, sino por el oír y estudiar
concienzudamente la palabra de Dios
Algunas personas creen erróneamente que van a tener una fe gigantesca
basada en la enormidad o multiplicidad de oraciones y la longevidad en el ayuno.
73
¡No! No se obtiene la fe por medio de oraciones; tampoco la obtienes ayunando
porque el poder de la fe no está en la oración sino en la palabra de Dios, aunque
estos ejercicios espirituales agudizan tu antena espiritual y cultivan un terreno
propicio para que recibas fácilmente de Dios. La realidad es que la fe nace de
la palabra de Dios. La Biblia dice: “Cuando ores, cree que recibirás, y tendrás”.
Si no lo estoy teniendo, sé que debo estar perdiéndolo en alguna parte. Sé que
la Palabra de Dios no está equivocada. Por un lado, no podemos creer, o tener
fe, más allá del conocimiento real. Muchas personas me han pedido que ore
para que tengan más fe. No es realmente fe lo que necesitan tanto como el
conocimiento de la Palabra de Dios. La fe no viene por la oración, en fin, la fe
no viene por el ayuno, la fe no viene por la alabanza y la adoración, la fe no
viene por la comunión sino la fe por el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17) .
En lugar de orar por fe, debemos leer la Palabra y orar como lo hizo Pablo, para
que se abran los ojos de nuestro entendimiento (Efesios 1:16–17). Marcos 11:24
dice: “Cree que cuando ores recibes, y lo tendrás”. Nuestra parte es creer que
recibimos sanidad para nuestro cuerpo cuando oramos. La parte de Dios es
asegurarse de que lo tengamos. No queremos meternos con la parte de "tenerlo
". Esa no es nuestra parte. ¡Dios se encargará de eso! Nuestra parte es creer
que recibimos. ¿Cuando? Justo cuando oramos.
La fe opera más allá de la dimensión del tiempo
Es una verdad mayor que la Fe es lo que rompe la ley del tiempo. El reino de la
fe es un reino que está ubicado fuera de la dimensión del tiempo. Por lo tanto,
la Fe no se ve afectada por la ley del tiempo. Dios no vive en el ámbito del
tiempo sino que vive en el ámbito de la fe en la eternidad. Como resultado, no
puede haber más demoras cuando se aplica la fe a cualquier situación. En el
ámbito natural, las demoras son causadas por la ley del tiempo, pero cuando se
opera bajo la ley de la fe, la ley del tiempo se rompe, por lo tanto, las cosas se
liberan en el instante en que se ejerce la fe. Por lo tanto, cuando declaramos
algo por fe, también debemos establecer un tiempo para la manifestación en el ámbito natu
Por ejemplo, podrías decirle a un enano: “Declaro que dentro de 24 horas tu
cuerpo crecerá”, y se establecerá para ti.
74
La fe hace que nuestras bendiciones se manifiesten rápidamente al romper
las leyes del espacio y el tiempo. Debe entenderse que Dios no vive en el ámbito del
tiempo, sino que vive en el ámbito de la eternidad, por lo tanto, desde el punto de
vista de Dios, todo está completo y en tiempo pasado. Es una verdad mayor que
Dios comenzó a crearnos en la eternidad y nos terminó mucho antes de darnos la
forma que tenemos hoy. Todo lo que tenemos que hacer es reclamar el mando y
apropiarnos de millones de riquezas por fe en el ahora. Hacemos planes de acuerdo
a la fe no al tiempo. Si operamos de acuerdo con el ámbito natural, lleva tiempo que
nuestras bendiciones se manifiesten en lo físico, por lo tanto, la fe rompe la ley del
tiempo y hace que nuestras bendiciones se manifiesten en el ahora. Por fe podemos
establecer el tiempo y la distancia para recibir nuestras bendiciones. Estas cosas ya
están hechas en el espíritu y están esperando que nosotros decidamos cuándo las
vamos a reclamar. Por lo tanto, no tienes que esperar años antes de poder ver los
resultados de tu fe.
En el instante en que dices algo con fe, se declara como hecho en el reino espiritual.
Ahora, cómo traerlo a la manifestación en el reino físico depende de ti. En un sentido
práctico, cuando las personas ejercen la fe, se mueven en un ámbito diferente. El
reino de la eternidad es una dimensión atemporal.
No está gobernado ni limitado por el tiempo, la distancia o la materia. Sin embargo,
esta tierra está limitada por el tiempo porque es una de las dimensiones de esta tierra.
Cuando las personas ejercen su fe, ya sea en el antiguo pacto o en el nuevo pacto,
salen de la dispensación del tiempo y entran en esa dimensión espiritual. Y en la
dimensión espiritual deben darlo por hecho. Abraham esperó lo que Dios prometió y
lo que creyó le fue contado como justo. Entonces, miraron hacia adelante en el
tiempo mientras nosotros miramos hacia atrás en el tiempo.
La mayor verdad es que en el reino del espíritu no existe el tiempo; el tiempo
no existe en lo que respecta a Dios. En lo que a Dios concierne, ayer, hoy y mañana
es lo mismo. Por eso, en cuanto a la operación de Dios, la Biblia dice que Él era, Él
es y Él ha de venir. No hay diferencia en el tiempo para Él. El futuro para nosotros
es el mismo. Él es el Dios eterno. No le afecta el tiempo. Pero aquí estamos afectados
por el tiempo.
Y cuando queremos movernos en el reino del tiempo, tenemos que salir de esta
dispensación del tiempo y movernos al reino del espíritu. Nadie puede ejercer el tipo
de fe que Dios quiere para ellos a menos que salgan de la dimensión del tiempo y
entren en la dispensación de Dios.
75
La fe es la mente de Dios revelada al hombre para que pueda operar y tener
dominio en la dimensión del tiempo, el espacio y la materia.
Es la habilidad divina dada al hombre para ir más allá del ámbito natural.
La fe nos permite traspasar los límites del reino natural y aventurarnos en la dimensión
de la eternidad. La fe es una fuerza que nos da un avance para cruzar las barreras del
tiempo, el espacio y la materia y salir de nuestro reino natural que nos hace sujetos a
los sentidos. En el nuevo pacto, siempre que ejerzamos la fe, también tenemos que
transformarnos en la dispensación del tiempo. Por eso si quieres ejercer la fe, y vas a
limitar a Dios por el tiempo diciendo “esto lo voy a confesar por solo 2 meses, y si no
funciona me doy por vencido”, tu fe no se ha movido a la dimensión espiritual que es
atemporal. La fe tiene que entrar en ese reino ilimitado y oportuno del espíritu donde
recibes de Dios.
La fe es lo que cierra la brecha entre el futuro y el presente y entre el reino
espiritual y el reino natural.
La fe es una evidencia de cosas que aún no se han experimentado pero que todavía
están en el futuro. En el contexto de la escritura en Hebreos 11: 13,
Las cosas que se esperan habla de las cosas que están en el futuro. Y las cosas
que no se ven hablan de las cosas que están en el reino espiritual.
Esto implica que hay dos lugares o reinos donde están las cosas por las que
estás orando o creyendo en Dios, es decir, uno está en el futuro y el segundo está en
el espíritu. La fe es lo que une la brecha entre el futuro y el presente y también entre
el reino espiritual y el reino natural. Por lo tanto, tenemos que ver que hay dos reinos
diferentes de existencia en términos de disposición o ubicación de nuestras bendiciones.
Uno es el reino del espíritu, el otro es el reino de lo natural. La pregunta es: ¿Cómo
haces que estas cosas que están en el futuro y en el reino espiritual se materialicen
en el reino natural ahora? El secreto está en la fe. Los dos mundos no se contactan
directamente y no están en perfecta sincronización, pero la fe es lo que los une. La fe
es lo que nos lleva a hacer un contacto directo con el mundo de los espíritus. A través
de
76
fe, el mundo de los espíritus puede materializarse en un reino de lo natural para
que podamos sentir su tangibilidad. La realidad es que lo natural no puede
pasar a lo espiritual y retroceder. Y cuando lo natural se espiritualiza, no hay
camino de regreso. Por eso, cuando Enoc caminó con Dios, entró en el reino
de Dios y no retrocedió. Su ser simplemente se transformó en el reino espiritual.
Sin embargo, el reino espiritual puede transformarse o transmutarse en el reino
natural para que las personas físicas lo toquen y contacten. Aunque estos son
dos reinos completamente separados, la fe es lo que los pone en perfecta
sincronización con la voluntad de Dios. La fe es lo que trae ambos reinos de
existencia a la armonía o sincronización. En otras palabras, Fe es lo que une lo
“super” a lo “natural” para producir lo “sobrenatural”. Desde la caída del hombre,
ambos reinos de la existencia no han estado sincronizados, por lo tanto, la fe
es una fuerza magnética tan dominante que los une para que funcionen para la
gloria de Dios.
La fe no es una fuerza exteriorinterior; en cambio, funciona desde adentro
hacia afuera.
Contrariamente a lo que suponen multitudes de personas, la fe no es una fuerza
exterior. En cambio, la fe viene de adentro y se mueve en una dirección externa.
Esto significa que la fe transforma primero el interior de nuestro ser antes de
que pueda cambiar el exterior de nuestras circunstancias. Por lo tanto, nunca
esperes que Dios responda tus oraciones o tu ejercicio de fe a menos que la
palabra de fe transforme tu vida de pensamiento, tu vida de visualización y todo
tu ser dentro de ti. Lo que se transforma por fuera es proporcional a lo que se
transforma por dentro. En la medida en que la palabra ha cambiado nuestro
interior, en ese mismo grado y proporción la palabra es capaz de cambiar
nuestro exterior. Puedes enfrentarte a cualquier obstáculo, circunstancia,
montaña desde afuera, pero el problema está más adentro. Por lo tanto, no
espere que sus circunstancias externas cambien si alguna vez no hay cambios
en su interior porque la fe trabaja desde adentro hacia afuera. Los resultados de
la fe, como su curación, comienzan dentro de usted, su avance financiero, la
prosperidad y la promoción comienzan desde dentro de usted antes de que
puedan manifestarse en el exterior. Entonces, cuando la Biblia dice que mayor
es el que está en mí que el que está en el mundo, habla de una comparación de la grande
77
dentro de ti en comparación con la apariencia de las circunstancias externas. En
otras palabras, Mayor es la fe que hay en mí que las circunstancias que hay en
el mundo.
En un sentido práctico, recibimos sanidad primero en el interior, en el
hombre interior, y luego aparece en el exterior. Todo lo que recibimos de Dios,
lo recibimos con nuestro espíritu, nuestro hombre interior primero y luego se
asimila al cuerpo y al alma. Dios no endurece primero el cuerpo o el alma, pero
cada vez que bendice o hace contacto con la humanidad, siempre es el espíritu
el que hace contacto directo con él. Dios no es un Dios anímico o carnal, sino
que es un Espíritu, por lo tanto, el Espíritu contacta o atrae al espíritu.
Incluso antes de que lo veamos por fuera, creemos, o sabemos por dentro, que
lo tenemos. Y tan seguro como que lo creas y lo sepas, aparecerá. ¡Dios se
encargará de ello! La fe viene de escuchar la Palabra de Dios. ¡Lo “ creemos en
nuestro corazón” y lo “confesamos con nuestra boca”—creyendo lo recibimos
cuando oramos—y la fe produce resultados!
Kenneth Hagin dice que creer tiene lugar en tu corazón, no en tu cabeza.
Considere lo que la Palabra de Dios tiene que decir acerca del corazón. Se
nos dice que creamos con nuestro corazón, pero ¿qué es el corazón? 1 Pedro
3:4 dice: “Pero sea el hombre escondido en el corazón, en lo que no es
corruptible, sí, el adorno de un espíritu afable y apacible, lo cual es de gran
precio a los ojos de Dios”. Aquí, Pedro usa los términos “hombre escondido del
corazón” y “espíritu” indistintamente. Nuestro corazón es nuestro hombre interior,
o nuestro espíritu. Sabemos por las Escrituras que el hombre es un ser de tres
partes: espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 4:12). No le
creemos a Dios con nuestra alma (que involucra nuestro intelecto y emociones)
o con nuestro cuerpo. Creemos en Dios con nuestro espíritu o corazón. Cuando
la Biblia habla de creer con nuestro corazón, no se refiere a creer con el órgano
físico que bombea sangre por todo nuestro cuerpo. Está hablando de creer con
el hombre interior, o nuestro espíritu. La fe es del corazón, el espíritu del hombre.
En otras palabras, usted cree en el interior. Y lo que crees por dentro se
manifiesta por fuera. Dios comienza a trabajar en el interior de una persona y
trabaja hacia el exterior. Por ejemplo, la curación no comienza en el exterior,
comienza con creer en tu corazón (en el interior).
Cuando oras, crees que recibes, y entonces tendrás la sanidad que deseas (en
el exterior).
78
La fe es un caminar en la dimensión espiritual y no una carrera.
Vale la pena explorar la gran verdad de que la Fe no es una carrera, sino un caminar
en la dimensión espiritual. La Biblia dice en 2 Corintios 5:67, que por fe andamos y no
por vista. Tenga en cuenta que la Escritura no dice que saltemos o corramos por fe
como lo hacen muchas personas, pero dice que caminamos por fe.
Dios nunca nos hace saltar. Puede el hombre o la carne o el diablo, por eso le pide a
Jesús que salte desde lo más alto porque quiere atajos. No hay atajos en el reino
espiritual. En el reino de la fe, no volamos por fe sino que caminamos por fe y esta es
una ley espiritual. El diablo entrena a sus agentes para que vuelen en el espíritu
mediante viajes astrales, pero nosotros caminamos en el espíritu.
Esto significa que la fe es estrictamente un caminar en la dimensión espiritual. No tienes
el salto de fe. Caminar nos dice que hay pasos involucrados en los que progresivamente
migramos de un nivel al siguiente. ¿Cuál es la definición de un paseo? Una caminata
es cuando pones un pie delante del otro mientras te mueves en cierta dirección. Y cada
paso te lleva en una dirección predeterminada.
Entonces, nuestra caminata consiste en pasos, no en saltos. Dependiendo de la
longitud de la caminata, una caminata consta de muchos pasos. Y cada paso no es una
lucha; es diferente de una carrera. Un paseo es bastante relajante. Dado que nuestras
acciones pueden crecer, la fe puede crecer en consecuencia. La primera vez que actúa
sobre algo, puede ser difícil, luego, a medida que lo hace continuamente, se vuelve
habitual y, cuando se vuelve habitual, también se convierte en una parte subconsciente de usted.
Se convierte en una carrera en tu vida. El andar por fe tiene que ser desarrollado. Es
algo que puede desarrollarse hasta convertirse en un hábito. A medida que crecemos
en vida, también seguirá creciendo de fe en fe hasta que venga Jesús.
Por lo tanto, es evidente que la Fe es un caminar en la dimensión espiritual y
no un salto, no una carrera. Kenneth Hagin está de acuerdo con esta revelación, por lo
que sostiene que si desea que su fe crezca, debe comenzar donde está. Nadie sube
una escalera empezando por el peldaño superior. Tienes que empezar en el peldaño
inferior y subir si vas a llegar a la cima. Eso es lo que derrota a muchos cristianos bien
intencionados; tratan de creer más allá de su fe. La fe no es un atajo. No es evitar la
aplicación de las leyes espirituales de Dios y luego tomar el camino más corto. Ejercer
la fe no significa manipular el sistema de Dios o violar Sus leyes universales. Son
personas que intencionalmente
79
violan las leyes y los principios espirituales de Dios pensando que obtendrán todo por
la fe.
Una ilustración tipológica de cómo camina un bebé es un buen ejemplo de
cómo opera la fe. Toma una foto de cómo camina un bebé, comienza gateando porque
sus extremidades aún no están desarrolladas para que pueda caminar por sí mismo y
algunos todavía gatean en su fe. Si un bebé en esa etapa intenta correr o saltar, se
caerá con un ruido sordo y se lastimará. Pero llega un momento en que el bebé
comienza a caminar paso a paso y esto sucede hasta que sus extremidades están
fuertes para caminar solo. Así es como opera la fe. es un paseo Incluso en la profecía,
los ministros no comienzan siendo perfectos, aprenden en el proceso y crecen para
volverse precisos en el proceso. La razón por la que muchas personas han vacilado
en su fe y finalmente se han rendido es porque cometieron un error en el ministerio y
luego se dieron por vencidos sin saber que la fe se ejerce paso a paso. Por ejemplo,
si eres nuevo en las cosas de la fe y tu fe no está completamente desarrollada y das
un salto de fe y de repente tienes esta compulsión por una enseñanza incorrecta de
dar la totalidad de tu salario, es posible que te encuentres hambriento porque tu nivel
de fe aún no estaba listo para eso. Dios nunca te dice que saltes por fe, sino que
camines por fe, que es un proceso paso a paso. Por ejemplo, Dios nunca te dirá de la
nada que ministres a las personas gravemente enfermas que están en la UCI y en
tubos cuando eres nuevo en esas cosas porque tu fe debe crecer al orar por las
personas. Pero a medida que comienza a orar por los enfermos, está creciendo de fe
en fe y llegará un día en que su fe personal y la unción dentro de su espíritu serán lo
suficientemente fuertes como para sanar casos difíciles. Entonces, más fe se construye
dentro de ti. Cada vez que actúas exteriormente, algo funciona interiormente. Al igual
que las personas que ejercitan sus músculos, no exagere su fe, sino que la lleve paso
a paso.
SALÓN DE LA FAMA DE LA FE:
Hebreos 11 se conoce popularmente como el Salón de la Fama de la Fe. Es un
catálogo rico, inspirador y desafiante de hombres y mujeres que tuvieron fantásticos
testimonios de cómo agradaron a Dios e hicieron proezas en sus generaciones porque
caminaron por fe. Obtuvieron un buen informe de Dios. En otras palabras, Él los
calificó altamente por su fe, por las cosas que hicieron y dijeron. Hebreos 11:2 nos
deja saber que por la fe los ancianos obtuvieron buen informe. Esto se refiere a los
hombres que nos han precedido como ejemplos, los patriarcas de la fe como Abraham,
Isaac, Jacob, Moisés, Samuel, David, Elías y Eliseo, incluido Pablo.
80
Ejemplos de Entrenamiento Práctico en los asuntos de
caminar por fe:
Abraham: La vida de Abraham es un camino de fe en Dios. El primer paso de
fe que Dios le exigió a Abraham fue dejar su país para ir a un lugar que él le
mostrará. Fue necesario un acto de fe para dejar su ciudad natal. Así que
Abraham tuvo que arrancar sus raíces y moverse hacia lo desconocido y eso
requirió un paso de fe. Sin embargo, Abraham obedeció en parte al llevar
consigo a Lot y Dios tuvo que esperar hasta que Abraham estuvo dispuesto a
renunciar a Lot, lo que lo llevó al siguiente paso de fe. Cuando Abraham y Lot
se peleaban por las tierras de pastoreo, Abraham, según las costumbres
tradicionales, debería haber tenido la primera opción porque era mayor que
Lot, pero renunció a las mejores opciones, renunció a la mejor tierra posible
para Su ganado. Se necesitó un acto de fe para hacer eso porque Abraham
confiaba en que Dios proveería y no confiaba en lo que Él puede obtener por
sí mismo. Abram necesitó un acto de fe para confiar en Dios y ese fue su
segundo acto de fe. Cuando Sara y Hagai estaban peleando, Abraham tuvo
que dejar ir a Hagai e Ismael, su propia carne, fue una decisión emocionalmente
dolorosa, pero solo porque Dios lo dijo, los dejó ir y fue un paso de fe porque
Abraham creyó que Dios lo haría. cuida de ellos. Entonces Abraham enfrentó
la mayor prueba cuando Dios le dijo que renunciara a Isaac. Esa no era la
primera vez que Dios le había dicho que renunciara a algo. Dios lo había
estado entrenando todo el tiempo desde Génesis 1221. Por eso decimos que
la fe es un caminar paso a paso porque si Dios hubiera comenzado con ese
tipo de demanda, Abraham nunca lo hubiera podido hacer. Pero la Biblia dice
en Hebreos 11 que él y una gran confianza en que Dios resucitaría a Isaac
nuevamente, por lo que su nivel de fe era alto.
Pablo: Pablo inició su primer viaje misionero en Hechos 13 y después de 10
años, mientras adoraban, Dios dijo Apartaos a Pablo ya Bernabé para la obra
a que los he llamado. Y la forma en que Dios habló fue tan clara y confirmada
por todos los líderes clave. El segundo viaje misionero comenzó en Hechos
15: 36 después de completar el primer viaje misionero.
Y esta vez no hubo una voz grande, audible o clara que les dijera que siguieran
como al principio. Aunque el primer viaje misionero comenzó fantásticamente,
el segundo comenzó como una inspiración para ir. Se necesitó fe para
obedecer al primero, pero se necesitó más fe para obedecer al segundo.
Durante el tercer viaje misionero en Hechos 18:2223, Pablo simplemente se fue. En este
81
etapa, conocía a Dios y fue a hacer algo porque su nivel de fe había crecido. No
hay registro de que haya visto una visión o haya recibido una profecía.
Su nivel de fe fue tal que se movió en la mente de Dios y lanzó uno de los
avivamientos más grandes que jamás haya tenido lugar en la historia de la Biblia.
La iglesia estaba tan atada que toda la región escuchó la predicación de la
palabra de Dios.
Samuel: En 1 Samuel 16:12, operar en la unción requiere que te muevas en la
unción paso a paso. Cuando se le pidió a Samuel que fuera y ordenara a David
como rey, fue arriesgado porque Saúl podría matarlo fácilmente. Entonces, se
necesitó fe para dar ese paso. No sabía a qué hijo iba a ungir, por lo que tuvo
que empezar por hacer que todos los hijos de Jesé se presentaran ante él uno
por uno. Por un momento, pareció que su misión había fallado. Si la mayoría de
nosotros estuviéramos en el lugar de Samuel, podríamos dudar si Dios realmente ha hablad
Pero Samuel se mantuvo firme en la fe hasta que finalmente coronó a David
como Rey de Israel.
Elías: Cuando Elías estaba orando para que lloviera después de tres años y
medio de sequía, envió a su sirviente para que fuera a verificar y el sirviente le
informó que no había nada que apareciera en el cielo y Elías continuó hasta que
el sirviente le trajo el informe. que vio una nube tan pequeña como la mano de un
hombre. Es por esta razón que la Biblia dice que Elías era un hombre como
nosotros, pero ansiaba fervientemente que lloviera. Se necesitó una gran fe para
tirar de lo sobrenatural y tocar los Cielos para liberar la lluvia.
David: Antes de que finalmente pudiera ser Rey, David se quedó en una cueva y
primero se convirtió en Rey de Judá y finalmente en Rey de todo Israel. Cada
paso requería un ejercicio de fe. Incluso cuando se le presentó la oportunidad de
tomar un atajo y matar a Saúl, todavía estaba decidido a dar cada paso a la vez.
Así es como funciona la genuina fe bíblica.
82
La fe es lo que determina la magnitud de las bendiciones que podemos
recibir de Dios ya que Dios trata con las personas de acuerdo a su nivel
de fe.
Es una verdad divina que Dios nos trata de acuerdo a nuestro nivel de fe.
Por lo tanto, cuanto mayor sea la fe, mayor será la posibilidad de que Dios
opere a su favor. Jesús proclamó en Mateo 9:29 que “Conforme a vuestra fe
os sea hecho” Esto implica que todos tenemos diversos grados de fe en
nuestra relación con Dios, y respondemos al Padre basados en esa cantidad.
Si tenemos mucha fe, Él puede confiarnos desafíos más grandes y hacer
cosas asombrosas a través de nosotros. La forma en que Dios lo guía
depende de la medida en que se desarrolle su nivel de fe. Esto se debe a
que, por encima de todo, Dios usa su fe para moverse en nombre de la
humanidad. Por eso la Biblia dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Lo
contrario de esta afirmación es cierto, con fe es posible agradar a Dios. Eso
significa que Dios te obra, te bendice, te promueve y te aumenta de acuerdo
a tu nivel de fe. Todo lo que puedes poseer o tener en esta vida es conforme
a tu fe. El poder se da de acuerdo a su fe. La unción se da de acuerdo a su
fe. Por lo tanto, la ley de la fe es el factor dominante, general o determinante
por el cual se toman decisiones en el Cielo en nombre de la tierra.
La mayor verdad es que virtualmente cada riqueza o recurso del
Cielo se libera sobre la base del nivel de fe de las personas en la tierra, por
lo tanto, en ausencia de fe, el Cielo no hace nada. Hablando filosóficamente,
si quieres determinar la cantidad de riqueza o bendiciones que puedes recibir
del Cielo, simplemente mira el tamaño de tu fe. Esto se debe a que el tamaño
de las bendiciones que un hombre puede recibir del Cielo es directamente
proporcional al tamaño de su fe. Dios no irá más allá del nivel de fe que
tienes. Si Él hiciera eso, entonces Sus bendiciones serían demasiado
grandes para ahogarte en lugar de bendecirte. Es como darle un coche a un
niño de tres años, que podría aplastarlo y destruirlo en lugar de ser una
bendición.
83
La fe es un lenguaje del Cielo y es lo que nos da entrada legal al reino
del espíritu.
Vale la pena explorar la verdad divina de que cualquier cosa que le pidas a
Dios, cualquier cosa por la que le creas a Dios, la recibes en base a tu fe.
La fe es lo que le permite a Dios entregar Su provisión divina y
sobrenaturalmente traer al ámbito natural los recursos que necesitamos. La
fe convierte las cosas que no se ven en algo cierto, tangible y real.
La mayor verdad es que cualquier transacción legal o intercambio entre
el Cielo y la tierra se lleva a cabo o se legaliza por la fe.
La fe es lo que conecta el Cielo y la tierra. La fe es lo que permite o
legaliza que los recursos del cielo sean enviados a la tierra. La fe es lo que
legaliza a un hombre para desfilar el reino del espíritu. Espiritualmente
hablando, a nadie se le permite desfilar en el reino del espíritu sin fe porque
la fe es lo que nos da la entrada legal a la dimensión espiritual. Incluso
cuando se trata de que recibamos bendiciones de Dios, todas las demandas
de la riqueza del Cielo se hacen por fe. Por lo tanto, si puedes operar en el
tipo de fe de Dios, entonces todo el Cielo está abierto para ti. Por otro lado,
si parece que no puedes dejar de querer enfocarte en la fe ciega, entonces
todas las promesas de la Palabra de Dios te servirán de poco en esta vida
y las bendiciones del Cielo podrían eludirte.
Para hablar con Dios, debes conocer Su lenguaje, que es la fe.
Por lo tanto, se puede hablar estrictamente de la fe como un lenguaje
espiritual oficial del Cielo. El único lenguaje que Dios entiende es el lenguaje
de la fe. Cada alabanza, oración y petición será escuchada por Dios cuando
se exprese a través de la fe. Cualquier cosa entregada de la tierra al Cielo
sin fe se considera ajena o ajena al reino Celestial. Esta es la razón por la
que muchas oraciones no son respondidas porque nunca se hicieron con
fe, por lo tanto, no tienen ningún valor sustancial en el Cielo para que
produzcan resultados en el ámbito natural. Filosóficamente hablando, el
caso legal más brillantemente elaborado caerá en saco roto si se argumenta
ante Dios sin fe. Esto se debe a que para que algo se comunique claramente,
se entienda y produzca resultados, debe haber sido hecho a través de la fe.
84
La fe es el lenguaje espiritual que habla Dios. Es la corriente sobre la que
Él cabalga. En lo natural, el inglés es el idioma universal del mundo. Cualquier
cosa escrita o hablada en cualquier otro idioma puede no ser entendida por
todos en todo el mundo, por lo que es posible que no respondan como se
esperaba. De la misma manera, la fe es el lenguaje universal del Cielo. Para
que cualquier cosa sea entendida por todas las fuerzas del Cielo para producir
alguna respuesta o retroalimentación, debe ser comunicada a través de la fe.
La comunicación efectiva en el espíritu solo es posible por la fe, por lo tanto,
así como es obligatorio aprender inglés como idioma universal, también es
imperativo aprender el lenguaje del espíritu, que es la fe. Hay dos formas
principales de comunicándose efectivamente en el espíritu y eso es orando en
el espíritu (Lenguas) y orando en fe, que es el lenguaje del espíritu. Por lo
tanto, las personas que no pueden hablar el lenguaje de la fe son como niños
pequeños que balbucean en el espíritu. Pueden estar produciendo algunos
sonidos en su comunicación pero no tienen sentido en el espíritu.
Los seres espirituales en el mundo de los espíritus no requieren fe para
operar en el espíritu porque es su dominio, ellos viven en el mundo de los
espíritus. Sin embargo, requerimos fe porque vivimos en la palabra física pero
operamos en el ámbito espiritual. De acuerdo con las leyes espirituales
universales que Dios ha establecido para gobernar el universo, Dios no permite
que los seres espirituales operen en el ámbito físico sin el permiso legal de un
cuerpo humano. Es por eso que los demonios no pueden operar en la tierra a
menos que entren en las personas e influyan en ellas para que hagan ciertas
cosas y los ángeles no pueden operar efectivamente en favor de los creyentes
a menos que se lo permitan a través de la sensibilidad y el reconocimiento de
su presencia. Incluso Dios se limita a operar en la tierra en ausencia del hombre
porque Él se la ha dado al hombre. Por eso la Biblia dice en Amós 3:7 que Dios
no hace absolutamente nada en la tierra a menos que se lo revele a sus siervos
los profetas. Eso significa que Dios usa a un hombre a favor del hombre para
lograr su propósito en la tierra. Por otro lado, así como a los seres espirituales
no se les permite operar en la tierra sin un cuerpo, tampoco se le permite al
hombre operar en el mundo espiritual sin fe. La fe es un documento legal o un
pasaporte que legaliza al hombre para funcionar, operar y vivir en el mundo de
los espíritus. Por lo tanto, la Fe es correspondientemente a los creyentes que
operan en el mundo espiritual lo que el cuerpo es a los seres espirituales que operan en e
85
La fe es lo que transfiere las bendiciones espirituales del reino del espíritu a
la manifestación en el reino natural.
La Biblia declara en Efesios 1:3 que somos bendecidos con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales. La pregunta es: ¿Por qué multitudes de
personas parecen no tener estas bendiciones en el ámbito natural del que habla
la Palabra? Este es un problema de falta de fe. La fe es esa fuerza dominante
que atraerá estas bendiciones desde su ubicación en el espíritu hasta su
disposición en el ámbito físico. En otras palabras, la fe es una fuerza que trae
nuestras bendiciones del reino espiritual al natural. Las bendiciones se liberan
en el espíritu, pero el canal o medio por el cual se manifiestan en el ámbito
natural es la fe. Por eso sin fe es imposible agradar a Dios. De la misma manera,
sin fe es imposible recibir de Dios porque si no puedes agradar a Dios, entonces
puedes recibir de Él. Así que necesitas fe para agradar a Dios tanto como
necesitas fe para recibir de Él.
La fe es la clave que trae la respuesta al ámbito físico.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”
(Hebreos 11:1). Tu fe trae lo que Dios ha logrado a la realidad física. Dios te lo
da en el espíritu, luego la fe lo trae al ámbito físico. Muchas veces no sabes que
Dios ha contestado tu oración porque no puedes percibirlo en lo físico. Tienes
que creer que algo está pasando más allá de tus cinco sentidos. Si no lo cree
hasta que lo vea, no recibirá de Dios. La Biblia dice que tienes que creer que
recibes cuando oras. Esta es la forma correcta de ejercer la fe.
Ahora la pregunta es: ¿Qué sucede entre el momento en que dices “Amén” y el
momento en que ves la respuesta manifestada en el ámbito natural?
Aprendemos algo sobre esto cuando leemos acerca de las oraciones
de Daniel. En Daniel 9:20, Daniel está orando, y el ángel Gabriel se le aparece
y le dice en el versículo 23: “Al comienzo de tus súplicas salió el mandamiento,
y he venido para mostrártelo” En solo tres minutos,
86
Dios contestó su oración. El ángel Gabriel dijo al comienzo de su oración que Dios
respondió, pero tomó tres minutos para que se hiciera visible. A veces lleva un
poco de tiempo manifestarse en el ámbito físico.
A menudo, damos un paso fuera de la fe y evitamos que llegue la manifestación.
En Daniel 10, Daniel está orando de nuevo. Esta vez dice, en el versículo 3, que
ayunó y oró durante tres semanas. En el versículo 10, Dios envía un mensajero y
responde. ¿Por qué tomó tres minutos la primera vez y tres semanas la segunda
vez? Algunas personas dicen que Dios les está haciendo esperar para enseñarles
algo. Eso no es bíblico.
Si bien a veces puede llevarnos tiempo ver que nuestras bendiciones se
manifiestan en lo físico, se debe a que nuestra fe aún no se ha perfeccionado en
el ámbito espiritual para causar una manifestación en el ámbito natural.
En otras palabras, nuestra matriz del espíritu aún no se ha desarrollado
completamente a un nivel en el que pueda llevar y dar a luz al bebé espiritual que
estamos incubando en el espíritu. Expresado de otra manera; el tamaño de
nuestros músculos espirituales aún no está completamente desarrollado a un nivel
en el que pueda soportar el peso necesario para provocar una manifestación en el ámbito na
Esa es la razón por la que Elías oró para que lloviera y siete veces, siguió enviando
a sus sirvientes para que fueran y revisaran el cielo para ver si había algún cambio
en la atmósfera. La razón por la que tuvo que realizar este ejercicio siete veces es
porque quería que el milagro se perfeccionara primero en el reino espiritual antes
de que se pudiera ver una respuesta o manifestación en el reino natural en forma
de lluvia. Gedeón hizo lo mismo al caminar alrededor del muro de Jericó siete
veces antes de que pudieran ver los resultados del colapso de los muros
manifestándose en el ámbito natural. La noción de “7 veces” aquí simplemente
habla con
del efe
stado
y no dve
perfección
es en el irnmediata,
una respuesta eino del espíritu.
Por lo
no significa tanto, si hablas
necesariamente qaue
lgo
Dios no haya respondido tu oración; tampoco significa que debas pedirle a Dios
repetidamente lo mismo una y otra vez. Lo que simplemente significa es que su fe
todavía se está perfeccionando en el espíritu, por lo tanto, debe agradecer a Dios
por la respuesta y actuar como si ya la tuviera y demostrarlo a través de sus
acciones de fe. Esto se debe a que, aunque aún no se ha manifestado en el
ámbito natural, en el ámbito espiritual, ya es tuyo.
En consecuencia, su curación, prosperidad, éxito y victoria ya son realidades en
el reino espiritual. Pero, ¿cómo aferrarse a estas realidades espirituales y hacerlas
reales en su vida en el mundo natural? Ahí es donde entra tu fe.
87
La fe trasciende más allá del reino de los sentidos
Al contrario de lo que suponen muchas personas, la fe no se basa en lo que vemos.
De hecho, la fe opera en oposición directa a lo que nos revelan los sentidos
naturales (vista, oído, tacto, gusto, olfato). La fe es una fuerza espiritual que
reemplaza las leyes naturales o físicas de la naturaleza y cambia lo que es
en lo que queremos. En 2 Corintios 5:7, la Biblia declara que debemos “andar
por fe y no por vista”. Hebreos 11:1 nos dice que la Fe es la “evidencia de lo
que no se ve”. Debe entenderse expresamente que Dios no se ve afectado
por lo que ve. En cambio, Él cambia lo que Él ve en lo que Él quiere por
medio de Su Palabra. Él habla y espera plenamente que Su Palabra se
manifieste en situación y cambie las circunstancias. Note que cuando Dios
creó el universo en Génesis 1:1, no permitió que la oscuridad lo afectara . Él
no exclamó cuán oscura estaba la tierra porque Él no fue afectado por lo que
vio. En cambio, simplemente habló luz en la oscuridad y la situación cambió.
Creyó que lo que dijo se manifestaría y así fue. Así es como opera el tipo de
fe de Dios.
El tipo de fe de Dios cree sin ver.
Ocho días después de que Tomás hubiera declarado que no
creería hasta que no viera al Señor con sus propios ojos, Jesús aparece
de nuevo. Jesús permite que Tomás lo vea, lo toque y lo sienta, y luego
Jesús hace otra declaración asombrosa: “Porque me has visto, has
creído; bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29).
¿Te das cuenta de que creer tiene sus propias bendiciones asociadas?
Esto me dice que la fe tiene una recompensa. En el contexto de la
escritura anterior, Jesús declaró que no son los que creyeron porque
vieron , sino los que creyeron sin ver. ¿Por qué es creer sin ver una
bendición? ¡Porque es creer sin ver que es el Tipo de Fe de Dios en
operación y es el Tipo de Fe de Dios que hace que las promesas de
Dios se manifiesten en nuestra vida! Por lo tanto, el cliché secular
común de que ver es creer no es bíblico. Recuerda lo que Jesús le dijo
a Marta cuando se enfrentó a la muerte de su hermano Lázaro: “¿No te
dije que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40). Eso significa
que primero crees y luego ves. Note que las promesas de Dios (sanidad,
liberación, provisión, etc.) se manifiestan en nuestra vida solamente
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si y cuando creemos. La mayoría busca verla antes de creer y no entiende que
primero debemos creer en la promesa si queremos verla. Es por eso que no están
viendo la manifestación completa de las bendiciones de Dios en sus vidas. La
mayor verdad es que contrariamente a lo que suponen multitudes, la dimensión
de la fe no se revela a los sentidos. Cuando Dios nos ordena hacer algo, puede
que no tenga sentido porque la mente carnal no puede ver lo invisible. Mateo 14
muestra que Jesús caminó sobre el agua como si fuera tierra seca. En otras
palabras, trascendió las leyes naturales. Funcionó desde un ámbito superior, el
ámbito de la fe. Es por eso que produjo resultados en el ámbito natural.
La fe tiene una materialidad espiritual.
Desconocido para muchos creyentes, la fe es un espíritu o más bien la fe tiene
una materialidad espiritual. La Biblia dice en 2 Corintios 4:13, que teniendo el
mismo espíritu de fe que tuvo Aquel que escribió: “Creo y así hablé”, nosotros
también creemos y así hablamos. Tenga en cuenta que en el contexto de esta
escritura, se llama el espíritu de fe. Este espíritu de fe estaba trabajando en el
Antiguo Testamento y estaba trabajando con ellos, les ayudó a creer y hablar.
Pero en el nuevo pacto ese espíritu de fe no solo está obrando con nosotros sino que vive en
Es la fe de Jesús la que se imparte en nuestro espíritu. Por lo tanto, la fe es una
sustancia espiritual que fluye desde el interior de nuestro espíritu para tocar la
vida de millones de personas en todo el mundo. La razón por la que a algunas
personas les resulta difícil ejercer la fe es porque viven demasiado en la carne y
aún no han captado la revelación de la fe como sustancia espiritual. La fe es un
espíritu, por lo tanto, para acceder a las bendiciones espirituales, debemos operar
en la fe. Si algo se proclama en la carne, por poderoso que suene, no es la fe sino
el orgullo. El orgullo es confianza manifestada en la carne, pero la fe son
proclamaciones hechas en el espíritu.
La fe es una impartición de la naturaleza de Dios en nuestro espíritu
La fe también se describe en la Biblia como un fruto o cualidad impartida por el
Espíritu Santo (1 Corintios 12:9; Gálatas 5:22). La definición de Martín Lutero, "...
la fe es una confianza viva e inquebrantable", es una paráfrasis del apóstol Pablo.
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palabras en 1 Corintios 15:58. Hay dos dimensiones principales o reinos de la
fe, que es la fe en Dios y la fe de Dios. Tener fe en Dios significa acercarse a
Dios, creer que Dios haría algo. Pero tener una fe en Dios es una impartición
del espíritu de Dios en nosotros. La fe de Dios es un espíritu que Dios ha puesto
o impartido en nosotros, para que podamos operar como Dios opera en la tierra.
Esto implica ver como Dios ve, pensar como Dios piensa, hablar como Dios
habla y actuar como Dios actúa. Así es como funcionamos con el tipo de fe de
Dios. Es de suma importancia resaltar el hecho de que el origen de nuestra fe
está en Dios. Viene directamente de Dios y tenemos que reflejarlo de regreso a
Él desde dentro de nuestro espíritu, por lo tanto, existe lo que en el ámbito de
la fe se llama reciprocidad de la fe. Si nos movemos con ese entendimiento
celestial, expresar la fe no será difícil ni confuso porque simplemente estamos
reciprocando o reflejando la naturaleza de Dios en nuestro espíritu hacia Él. La
fe es una sustancia espiritual. La fe es un material espiritual. La fe tiene una
materialidad espiritual. Es cierto que Dios se comunica con nuestro espíritu, no
con nuestras facultades de razonamiento. A medida que obedecemos
instantáneamente a nuestro espíritu, encontraremos que estamos obedeciendo al Espíritu
Dios dijo en Su Palabra: “Lámpara del Señor es el espíritu del hombre que
escudriña todas las entrañas del vientre” (Proverbios 20:27). Esto significa que
Dios va a usar nuestro propio espíritu para guiarnos, por eso dice que el espíritu
del hombre es la vela del Señor.
La fe es la única fuerza que mueve a Dios o lo obliga a actuar en nombre de
la humanidad.
Es de suma importancia revelar la verdad divina de que la razón por la que no
se contestan tantas oraciones es porque la gente no tiene fe y, lamentablemente,
sin fe, Dios no se puede mover. Cada vez que Dios se mueve en el ámbito
natural, ese movimiento sería en respuesta a una demostración de fe. En otras
palabras, cada mover de Dios está motivado por la fe. La fe es la única fuerza
que mueve la mano de Dios y lo obliga a actuar en favor de la humanidad. Hay
algunas enseñanzas cristianas tradicionales mal interpretadas con respecto a
la fe que necesitan corrección divina. Debe entenderse que a Dios no lo
conmueven las lágrimas, ni lo conmueven tus emociones. Además, Dios no se
conmueve por vuestra oración; ni se conmueve con vuestro ayuno o un canto
aunque estos espirituales
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Los ejercicios son necesariamente en términos de construir la atmósfera
correcta y propicia para que Su presencia se manifieste. El hecho de que
hayas orado y ayunado no significa necesariamente que Dios esté obligado a
actuar en tu situación. En cambio, lo que hace que Dios se mueva es
simplemente una oración de fe. Por eso dice en Jeremías 33:3: “Clama a mí y
te responderé y te mostraré cosas grandes que tú no sabías”. Hay una
diferencia entre un llamado y una oración. Una oración es una comunicación
espiritual entre el hombre y Dios, mientras que una llamada es una expresión
superior de fe dirigida hacia Dios. Escuche la declaración de un hombre de fe,
Smith Wigglesworth, quien declaró que,
“Si el Espíritu Santo no se mueve, yo muevo el Espíritu Santo”.
Esta es una profunda expresión de fe. Con esta declaración, el Apóstol
de la fe mostró un profundo entendimiento de que lo único que hace que Dios
se mueva y obre a favor de la humanidad es cuando nos acercamos a Él en
la fe . En ese caso, Él no tiene otra opción que moverse, manifestarse y
trabajar en nuestro nombre, a tiempo y fuera de tiempo. La fe es lo que obligó
a la mano de Dios a moverse a favor de Abel. La diferencia entre el sacrificio
de Caín y el sacrificio de Abel (Génesis 4:35) no fue entre animal y vegetal.
La diferencia fue que el sacrificio de Abel fue hecho por fe. El sacrificio de
Abel fue preferido al de su hermano por la única razón de que estaba
santificado por la fe; porque ciertamente la grasa de los animales brutos no
olía tan dulcemente, que podría, por su olor, pacificar a Dios.
Es una verdad divina que Dios no se mueve por nuestras circunstancias
sino por la fe. Los tiempos y las estaciones no cambian el carácter y la
naturaleza de Dios, aunque describen o estipulan lo que Él está haciendo en
un momento determinado. Gritar y cantar no cambia lo que Dios se ha
propuesto en Su corazón. Los gritos, las súplicas y las peticiones no cambian
quién es Dios y lo que representa. Lo único que mueve a Dios es la fe porque
Él no vive en un ámbito de piedad sino de fe. Para cimentar esta revelación
con referencia a la evidencia práctica, cuando los Hijos de Israel estaban
frente a las crecientes aguas del Mar Rojo, sus gritos y gritos no conmovieron
a Dios de ninguna manera. Uno podría preguntarse: ¿Cómo esperaba Dios
que los israelitas cruzaran el Mar Rojo? ¿No es interesante que solo porque
se encontraron con una imposibilidad, Dios no les dijo que podían renunciar?
Esa barrera imposible no parecía molestar a Dios. No hizo ninguna diferencia para Dios
91
que el río Jordán bloqueó el paso de los israelitas a la Tierra Prometida. ¿Por
qué? Porque con fe, las barreras imposibles no son nada para Dios porque Él
puede hacer una salida de la nada. En cambio, el Señor le dijo a Josué que
instruyera a los Sacerdotes que estaban cargando el Arca del Pacto para que
primero cruzaran el río Jordán. El Señor dijo que tan pronto como las plantas de
sus pies tocaran el agua, el río Jordán se pararía en un montón para que todo
el pueblo pudiera pasar sobre tierra seca (Josué 3:13). En lo natural, seguramente
no tenía ningún sentido enviar a los sacerdotes a un río en etapa de inundación.
Así es como opera la fe. A menos que tome la audacia de la fe para caminar a
través de sus situaciones y circunstancias, independientemente de cuán grandes
sean, es posible que no vea ningún resultado positivo. La fe genuina marcha a
través de las circunstancias, se eleva por encima de toda oposición y prevalece
sobre todas las situaciones.
La fe es un estilo de vida, una forma de vida y un modelo Universal de cómo
debemos vivir como creyentes
En el ámbito natural, solo hay dos formas de vivir. Una forma, con mucho la
más común, es vivir por la vista para basar todo en lo que puedes ver.
El otro camino, mucho menos común, es vivir por fe, basar tu vida principal y
finalmente en lo que no puedes ver. Ese es el camino cristiano, el camino
bíblico, que es el camino que ha vivido siempre el pueblo de Dios. La fe es una
forma de vida o un estilo de vida. Esto significa que la fe es lo que determina la
naturaleza, el patrón y la dirección de todo lo que hacemos en esta vida. La
mayor verdad es que la vida de un cristiano es la de la fe. De la misma manera,
el andar de un creyente es un andar de fe.
Hablando filosóficamente, la vida se define como un camino de fe constante
y ferviente en nuestro esfuerzo por migrar a través de varias etapas de
perfección en el reino de la gloria mientras esperamos ansiosamente la
segunda venida de Cristo.
Dios usa Su Palabra para establecer los estándares por los cuales
debemos operar. El estándar es que debemos vivir por fe, caminar por fe, orar
por fe, predicar por fe, adorar por fe, trabajar por fe, estudiar por fe, hacer
negocios por fe y comer por fe. En prácticamente todo lo que hacemos en cada esfera de
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esfuerzo humano, por pequeño que sea, debe haber un ingrediente de fe
encapsulado en él. La mayor verdad es que tiene que ser por fe o no hacerlo.
De hecho, solo hay una forma en que podemos agradar a Dios. En Hebreos
11:6, aprendimos que “sin fe es imposible agradarle”. Todo en el Reino de Dios
funciona por el principio de la fe. Por eso la Biblia dice que el justo por la fe
vivirá. No dijo que el justo vivirá por la santidad o la justicia, sino por la fe. Esto
muestra cuán importante es la fe y por qué el 'mensaje de fe' debe ser tomado
muy en serio por cualquiera que desee vivir una vida exitosa en el Reino de
Dios. Todo en tu vida depende de tu comprensión de este importante tema de
la fe. Sin fe, no funcionarías bien en tu trabajo, en tu negocio, familia, academia,
finanzas, salud o ministerio.
Hay un versículo del Antiguo Testamento que es tan importante que se
repite dos veces en el Nuevo Testamento. Habacuc 2:4 dice: “el justo por su fe
vivirá”. Esta es una poderosa declaración acerca de la fe como una forma de
vida. Es la fe de cada persona (nótese la palabra singular “su”) la que guía a
los individuos a lo largo de la vida. Hebreos 10:38; Romanos 1:17 repite
Habacuc casi palabra por palabra: “Ahora bien, el justo por la fe vivirá”. Tenga
en cuenta que la definición de fe sigue inmediatamente después de este
versículo, en (Hebreos 11:1). Una vez más, Dios no puede exigir que las
personas vivan por fe y luego no decirles qué es. Luego, en el mismo versículo
38, Dios continúa, “pero si alguno retrocede, mi alma no se complacerá en él”.
Esto implica que donde falta la fe, Dios no se complace. La fe no es simplemente
algo que solo ejercitas durante los momentos de crisis de la vida.
No es solo algo a considerar cuando “las cosas no van bien”. En otras palabras,
la fe no es solo para los “malos tiempos”, es un ministerio de tiempo completo.
Capte este punto vital. La fe es completamente inseparable de toda la
comprensión espiritual a través de la cual debes enfrentar todos los problemas
que enfrentas en el “andar” cristiano (2 Corintios 5:7). En otras palabras,
debemos vivir por fe, comer por fe, dormir por fe y actuar por fe. Cada esfera
del esfuerzo humano debería depender en gran medida.
En vista de lo anterior, lo mejor que puede hacer un hombre que busca
agradar a Dios es simplemente vivir por fe. Pon en práctica lo que lees en las
Escrituras. Confía en Dios y Su Palabra. Si la Biblia dice que lo haga, entonces
hágalo, no discuta con las Escrituras. El escritor estadounidense Ralph Waldo
Emerson declaró: “Vivimos por fe o no vivimos en absoluto. O nos aventuramos o
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vegetamos” Si nos aventuramos, lo hacemos por fe simplemente porque no
podemos saber el final de nada en su comienzo. Nos preparamos para una profesión
por fe o nos damos por vencidos antes de empezar. Por fe, movemos montañas de
oposición o nos detiene un topo.
La fe es la moneda del Cielo
Es una verdad divina que en el Cielo todo gira en torno a cuestiones de fe. La fe
es lo que determina la economía del Reino. La fe es lo que regula el sistema de
funcionamiento del Reino de Dios.
La fe es una llave que abre todas las puertas en el espíritu. Cuando alguien recibe
un avance en lo sobrenatural, es porque la llave de la fe habría abierto el reino
sobrenatural, para que sea accesible en lo natural. La fe es un tipo de cambio
divino o moneda del Cielo.
Esto quiere decir que es equivalente, equivalente o proporcional a cualquier valor
monetario de una moneda en el natural. En el ámbito natural, compramos con
dinero, pero en el ámbito espiritual, necesitamos fe para liberar cualquier bendición
o posesión. Para que cualquier transacción espiritual entre el Cielo y la tierra se
efectúe y se haga válida, debe efectuarse a través de la fe.
La oración es una transacción divina pero la fe es una moneda que pone en
movimiento o legaliza todas las transacciones divinas.
La fe es lo que determina todas las transacciones legales y económicas en
ambos ámbitos de la existencia. Por lo tanto, se puede hablar estrictamente de la
fe como moneda del Cielo. Hablando filosóficamente, si quisieras comprar algo en
el Cielo, lo comprarías usando la fe. En el reino de Dios, lo que no puedes creer, no
lo puedes permitir porque la fe es la moneda del Cielo. En el Cielo, lo que no puedes
creer, no lo puedes comprar. En el Cielo compras por fe, vendes por fe, te mueves
por fe y recibes milagros por fe. Tienes una moneda mayor que el dinero, mayor
que la fama, mayor que tu intelecto y mayor que tu grado. Si tienes fe, puedes
tomarla.
En el ámbito natural, cuanto mayor sea el valor de la moneda o la cantidad de
dinero que tenga, mayor será la posibilidad de acumulación de riqueza.
De la misma manera, cuanto mayor es la fe, mayor es la posibilidad de
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acumulando una enorme riqueza espiritual. En el Cielo, lo que no puedes creer,
no lo puedes comprar. Cuando Pedro usó su fe para sanar a un hombre lisiado
en la hermosa puerta del templo, conocía una moneda celestial de la que el
mundo no sabe nada. Cuando dijo que no tengo plata ni oro, pero los que tengo
te los doy en el nombre de Jesús, quiso decir que no tengo la moneda de este
mundo, pero sí tengo la moneda del cielo, que es la fe para hacer. tú caminas.
Pedro no estaba en posesión de la moneda de este mundo pero estaba en
posesión de la moneda del Cielo, que es la fe ya través de ella hizo posible que
el paralítico caminara. En otras palabras, Pedro escribió un enorme cheque y
cobró la economía del Cielo porque sabía lo que poseía. Sin embargo, la mayoría
de los cristianos solo pueden escribir cheques pequeños porque su incredulidad
oscurece lo que poseen.
La fe es un producto de la revelación porque la revelación es lo que genera
una fe enorme en un creyente.
Vale la pena resaltar la verdad divina de que no se puede hablar de fe sin
revelación porque la fe es actuar sobre la revelación de la palabra de Dios.
Algunas personas no pueden actuar en lo que creen porque no tienen revelación
de lo que creen. La Biblia habla de un centurión a quien Jesús proclamó que
tenía una gran fe después de que le pidió a Jesús que solo dijera una palabra y
su siervo sería sanado. ¿Alguna vez te has preguntado por qué Jesús dijo que
este hombre tenía la mayor fe? Es porque tuvo la luz o la revelación de quién
era Jesús y lo que podía hacer. Vio la verdad de la Palabra de Dios por sí
mismo, y cuando se registró en su interior, vino la fe. Y su fe le permitió recibir
lo que deseaba. No tuvo que esperar. Recibió de inmediato. Algunas personas
citan las mismas escrituras que han escuchado citar a un predicador y se
preguntan por qué no obtienen resultados. Dirán: “Tengo fe en que sucederá en
algún momento”. Pero nunca reciben. ¿Por qué? Porque no tienen una revelación
de por qué le creen a Dios y si la luz no ha venido, si la verdad no ha amanecido
en sus corazones, la fe no está allí. Pero cuando llega la luz, la fe está presente.
Y cuando hay fe, la gente no está esperando “en algún momento”. Ellos creen
que reciben ahora mismo (Marcos 11:24). Cuando tomamos nuestra medida de fe
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al límite, Dios nos lleva a un nivel superior. Por lo tanto, es evidente que
sin revelación, no hay fe. De hecho, cuando no sucede nada nuevo en la
iglesia, entonces nuestra fe ha dejado de crecer, por lo tanto, necesitamos
revelación para entrar o allanar el camino hacia una nueva dimensión.
El nivel de revelación en un individuo es lo que determina la medida de
fe en la que operará.
En un sentido práctico, recibí el Nuevo Nacimiento por fe y fui
sanado por fe. Había leído todos esos versículos de Hechos capítulo 2
antes, y los había citado pero la luz no vino la primera vez que los leí
hasta que presioné para recibir una revelación. Es por eso que usted
necesita meterse en la Palabra por sí mismo y permanecer en la Palabra,
para que la luz de la verdad de la Palabra pueda iluminar su espíritu. Por
lo tanto, necesitas seguir meditando en la Palabra acerca de la sanidad
o el bautismo en el Espíritu Santo o lo que sea que necesites recibir de
Dios. Tarde o temprano, si continúas meditando en ello y hablándolo, la
verdad se registrará en tu espíritu. La luz estará allí, y recibirás lo que
quieras o necesites de Dios. La mayor verdad es que primero recibes
revelación y entendimiento en tu espíritu. Y tan seguro como lo recibes
en tu espíritu, no pasará mucho tiempo antes de que lo que estás
creyendo se manifieste en el exterior. Pero la manifestación no siempre aparece ins
La revelación produce expectativa y la expectativa engendra fe.
La fe tiene una atmósfera de Cielo. Cuando hablas fe por revelación,
se produce una gran expectativa. Cuando hablas fe desde tu cabeza, no
produce nada. Pero si hablas fe por revelación, se creará en ti una
expectativa. En el Cielo hay una espera continua, y de allí viene la fe que
tenéis. ¿Por qué? Porque en el Cielo, cada segundo, Dios está revelando
algo nuevo. En el Cielo, los ángeles cantan ¡Santo, Santo, Santo! La
palabra Santo significa diferente, diferente y diferente. Los ángeles están
a la expectativa: ¿Qué va a revelar Dios ahora? Hoy no hay expectativa
porque las iglesias predican el mismo mensaje todo el tiempo. En el Cielo
hay una expectativa continua porque la revelación siempre trae algo
nuevo. Si no es nuevo, no es una revelación. Entonces, la fe de la
revelación producirá una expectativa. Cuando no escuchas nada nuevo,
no tienes ninguna expectativa. Dios va a crear una expectativa de algo
nuevo en este tiempo del fin.
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La fe se activa rápida e instantáneamente bajo la unción del Espíritu Santo.
En otras palabras, existe una intrincada conexión divina entre la fe y la unción.
Es una verdad mayor que la Fe se activa más rápido bajo una unción que en
ausencia de la unción. Hay dos formas principales de recibir por fe, y es decir, bajo
la unción interior y bajo la unción sobre una vasija, pero el avance se manifiesta
rápidamente bajo la unción sobre que bajo la unción interior. La razón por la que
tantos cristianos no están viendo un resultado inmediato de sus confesiones de fe
es porque están ejerciendo la fe en ausencia de la unción. Ejercer la fe sin la
unción es como conducir un automóvil sin combustible. Esto se debe a que la
unción actúa como un lubricante en el reino espiritual para agilizar o acelerar la
velocidad a la que tus bendiciones son transportadas desde el reino espiritual al
físico. Así como un automóvil conduce más rápido en un camino asfaltado que en
un camino pedregoso o de grava, los resultados de la fe se manifiestan más rápido
bajo la unción sobre una vasija que cuando la unción no está presente. Entonces,
si ha orado y ayunado y creído en Dios por algo durante años y no ha llegado y ha
aplicado otras leyes espirituales y parece no estar ganando, simplemente identifique
una fuente donde pueda exigir la unción y tu avance se manifestará
instantáneamente. Esto se debe a que el único tesoro celestial que no puede ser
resistido por la fe es la unción. Por lo tanto, existe algo llamado fe en la unción.
La fe es una ley del espíritu
Es una verdad divina que Dios gobierna el universo con leyes y principios.
Así como el reino natural está gobernado por leyes naturales, el reino espiritual
también está gobernado por otro conjunto de leyes llamadas leyes espirituales.
Estos dos cuerpos de leyes funcionan juntos para asegurar el orden, la
sincronización y la armonía entre el reino del espíritu y el reino de lo natural.
Sin embargo, una de las características clave de una ley espiritual es que no
cambia y esta es la razón por la cual Dios declaró en Génesis 8:22 que mientras la
tierra subsista, el tiempo de la siembra y el tiempo de la cosecha nunca cesarán. La Ley
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está establecido para que la humanidad cambie su comportamiento de
acuerdo con lo que requiere y no cambia para adaptarse a las debilidades o
fallas de nadie. En esencia, la ley es completa por derecho propio y no
cambia por su culpa. En cambio, la ley te cambia porque tienes que cambiar
de acuerdo con lo que dice. La otra cosa que debes asentar en tu mente es
que la fe siempre obra. 1 Corintios 13:13 describe la fe, la esperanza y el
amor como tres principios creativos y permanentes del espíritu humano. Eso
significa que están fundamentados, bien fundamentados y siempre producirán
resultados; nunca fallan.
Por ejemplo, teniendo en cuenta la ley de la gravedad, al conducir
un automóvil, no puede esperar que su automóvil comience a flotar
repentinamente porque su movimiento se rige por la ley de la gravedad. En
el ámbito natural, por ejemplo, la ley de la gravedad estipula que todo lo que
se lanza hacia arriba siempre encontrará su camino hacia el suelo. Por lo
tanto, si saltas a un nivel adecuado, podrás aterrizar bien en el suelo, pero
si saltas y superas el límite requerido, podrías caer con un ruido sordo. Del
mismo modo, la fe es una ley, por lo tanto, cuando se aplica correctamente,
se espera que funcione y produzca resultados para usted, pero si no la
aplica correctamente, no puede funcionar para usted.
La mayor verdad es que la Fe se rige por leyes. Romanos 3:27 dice:
“¿Dónde, pues, está la jactancia? Está excluido. ¿Por qué ley? de obras?
No: sino por la ley de la fe.” El Reino de Dios opera bajo la ley. es consistente
Cuando alguien muere debido a la ley de la gravedad, podemos preguntarnos
por qué Dios hizo eso. No lo hizo, pero hay leyes que Él puso en su lugar.
La gravedad dice que si saltas de un edificio, morirás. Si cooperas con las
leyes de Dios, estarás bien. Si ignoras esas leyes, puedes ser asesinado
por las leyes destinadas a tu bien. Es lo mismo con las leyes espirituales de
Dios. Algunas personas han sufrido heridas en el espíritu porque no aplicaron
correctamente ciertas leyes espirituales. Por ejemplo, algunos oraron durante
largas horas e incluso llegaron al extremo de ayunar y abandonar sus
trabajos para dedicarse al ministerio de tiempo completo, pero luego
experimentaron desilusiones porque hicieron cierta confesión sin fe, oraron
oraciones sin fe y emprendieron ciertos ejercicios espirituales sin fe. Sin
embargo, muchos cristianos solo desean y esperan que suceda. Piensan
que no hay forma de apoderarse de los milagros y hacerlos realidad. Eso no
es lo que la Biblia enseña. Dios es predecible y ordenado. Él no hace una
cosa esta vez y otra cosa en otro momento. Dios creó este mundo
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y todo lo físico que nos rodea, y el mundo físico está ordenado. Dios es el
mismo ayer, hoy y siempre. Él es para siempre fiel. Si aplicas Sus leyes
correctamente, obrarán a tu favor.
La fe es la Ley suprema o predominante que trasciende todas las leyes
espirituales del universo.
Así como hay una luz mayor y una luz menor expresada en Génesis 1:16, en
Dios también hay leyes mayores y leyes menores. La ley de la fe es una ley
mayor que rige sobre otras leyes. Por ejemplo, la ley de la oración se hace
por fe. El ayuno se hace en la fe. El dar se hace con fe. La fe gobierna,
gobierna y determina cómo deben operar otras leyes. En otras palabras, la fe
pone en marcha otras leyes. Para que otras leyes operen, requieren fe. La fe
es como un interruptor principal. Para que todas las demás subestaciones
funcionen, deben estar conectadas al interruptor principal. Así es como funciona el unive
Por lo tanto, es una verdad divina que la fe es una ley universal, que rige los
mundos físico y espiritual. La Biblia nos dice en 1 Corintios 13:13 que hay tres
cosas que son esenciales en la vida “Y ahora permanecen la fe, la esperanza,
el amor, estas tres; Pero el mayor de ellos es el amor. En el contexto de esta
escritura, aunque el amor es lo más grande, la fe es lo primero porque sin fe
uno no puede operar en el ámbito del amor. La fe es la fuerza universal de
este universo. Es una fuerza primaria según Hebreos 11:3, Por la fe
entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios. La fuerza
principal de este universo es la fe.
La fe reemplaza y trasciende todas las demás leyes del espíritu en el
sentido de que toda ley espiritual se ejerce a través de la fe. En otras palabras,
la fe es lo que da permiso para que se ejerza cualquier ley. La fe gobierna en
el reino del espíritu. Gobernamos por fe en el mundo de los espíritus. Es la fe
la que nos sujeta a todos los seres espirituales. La fe prevalece en todas las
situaciones y no falla bajo ninguna circunstancia. En virtud de ser una ley, la
fe no puede fallar. Es imposible que la fe no funcione porque toda ley espiritual
fue creada para funcionar. Si no produce resultados, entonces nunca fue fe
en primer lugar, sino presunción, optimismo o simplemente creer.
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La fe es desencadenada o provocada por los ejercicios espirituales
gemelos de creer y hablar.
Creer y hablar son procesos gemelos de fe genuina. Para cimentar esta
revelación con referencia a la evidencia bíblica, la Biblia dice en 2 Corintios
4:13, que puesto que tenemos el mismo espíritu de fe que tuvo Aquel que
escribió: “Creo y así hablé”, nosotros también creemos y por eso hablar. Esto
implica que la fe verdadera o genuina tiene dos componentes o aspectos:
creer y hablar. En el contexto de la evidencia bíblica mencionada
anteriormente, está escrito: ̀Creí; por eso he hablado.' Con ese mismo
espíritu de fe, también nosotros creemos y por eso hablamos. Esto significa que creer y
No es solo hablar o confesar lo que produce resultados porque la confesión
sola sin creer en lo que estás confesando no funcionará. Por otro lado, no es
solo creer lo que importa porque si solo crees y luego te callas y no dices
nada, nada te funcionará. Para que se le llame una expresión completa de
fe, debe tener los ingredientes de creer y hablar.
Sin embargo, muchas personas solo hablan sin creer, mientras que
otras solo creen sin hablar y esa es la razón por la que no obtienen ningún
resultado positivo. Otro error común que cometen las personas es que oran
en lugar de hablar. Los creyentes deben entender expresamente que hay
tiempos para orar por los problemas y tiempos para hablar de los problemas.
¿Recuerdas cuando Moisés quedó atrapado entre el Mar Rojo y el ejército
invencible de Faraón? Los hijos de Israel comenzaron a clamar a Dios por
ayuda. Entonces Dios extrañamente le preguntó a Moisés: “¿Por qué clamas
a mí?” (Éxodo 14:15). ¿No es esa una pregunta inesperada para Dios? Uno
pensaría que Dios estaría feliz de que Su pueblo clamara a Él. Pero Él no
estaba impresionado. Esto se debe a que no están hablando de la situación.
De hecho, estaban hablando de su situación a Dios y no hablando de la
situación. En cierto modo, le estaban diciendo a Dios cuán grande es su
problema en lugar de decirle a su situación cuán grande es Dios.
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Dios respondió a su petición de ayuda con esta orden:
“¡Adelante!” ¿Te imaginas escuchar esas palabras, mientras miras el rugiente
Mar Rojo? “¡Adelante! ¡ Dios debe estar bromeando! Estos tenían que ser
los pensamientos de la gente temerosa. Pero por mandato de Dios, Moisés
extendió su vara para dividir las aguas, y el pueblo avanzó. Podemos extraer
una verdad importante de esta narración: hay momentos en que Dios quiere
que tomemos autoridad sobre las situaciones en lugar de pedirle que haga
algo al respecto. El problema es que muchos están orando por su situación
y no hablan de la situación y esa es la razón por la que no ven ningún
cambio positivo en sus situaciones y circunstancias. La verdad del asunto
es que creer y hablar trabajan de la mano para perfeccionar nuestra fe.
Kenneth Hagin dice que un hombre que escuchó una enseñanza de
fe acerca de hablar la palabra se dijo a sí mismo: “Voy a intentar esto de la
fe. Quiero saber si funciona. Entonces, una mañana fría, se levantó temprano
y le dijo a una pequeña colina que bloqueaba la vista desde su patio trasero:
“Le ordeno a esta colina que se vaya. ¡Ve a tirarte al mar!'” No pasó nada. A
la mañana siguiente saltó de su cama y corrió al patio trasero. Para su
consternación, la colina seguía allí. Exclamó: "¡Sabía que no se iría!" Este
hombre olvidó un componente importante de la fe: LA CREENCIA. Jesús
dijo que tenías que CREER que lo que dijiste sucedería antes de que
sucediera. Este hombre no creyó; sólo habló palabras. La confesión por sí
sola es intrascendente si no crees lo que dices. No solo hablas; en cambio,
debes decir lo que crees. Es la combinación de creer y hablar lo que produce
resultados poderosos. Por eso la Biblia dice, creímos y por eso hablamos.
La fe no ve el problema. En cambio, ve la respuesta.
La Biblia registra un incidente en el que Jesús maldijo una higuera y, a la
mañana siguiente, cuando pasaron junto a la higuera muerta, Pedro tuvo
que señalarle a Jesús que la higuera había muerto. Pedro dijo: “Rabí, ¡mira!
¡La higuera que maldijiste se ha secado!” Jesús ni siquiera estaba mirando
el árbol para ver si su apariencia era diferente a la del día anterior. Él nunca
se guía por lo que ve. Ni siquiera estaba mirando para ver si la apariencia del árbol
101
Deeprer Revelations of Faith se
había alterado. ¡No! Le habló al árbol y luego siguió Su camino, sabiendo que
tendría que obedecer Sus palabras llenas de fe. Esta debe ser la razón por la que
Pablo declara enfáticamente: “Vivimos por fe, no por vista” (2 Corintios 5:7).
La fe no mira el problema. No enfoques tus ojos, tu atención en tu dificultad. No
controle los síntomas para ver si sus palabras están funcionando. Ten confianza
en que tus palabras de fe deben funcionar y producir resultados. Con demasiada
frecuencia somos extremadamente rápidos para mirar y ver si la situación ha
cambiado. Si no es así, entonces nos desanimamos y comenzamos a dudar. En
consecuencia, no recibimos aquello por lo que creíamos en Dios.
He visto manos puestas sobre los enfermos para su sanidad, y luego
inmediatamente sienten que detectan cualquier diferencia perceptible. Si todavía
sienten el dolor, entonces declararán: "Supongo que no estoy curado". Ves, ellos
van por lo que sienten en lugar de la Palabra de Dios. Podrías decir: "¿Qué se
supone que debo decir si todavía siento el dolor en mi cuerpo?" Haz lo que hizo
Abraham cuando creyó en la promesa de Dios acerca de que su esposa tuviera un bebé.
¡Cambió su nombre de Abram a Abraham incluso antes de que su esposa
quedara embarazada! Abraham significa “padre de muchas naciones”. ¿Te
imaginas llamarte padre de muchas naciones y no tener ni un solo hijo que lleve
tu nombre? Abraham estaba “llamando las cosas que no son como si
fueran” (Romanos 4:17). Nosotros también debemos seguir los pasos de su fe. Él
es el padre de la fe. ¡Él es nuestro ejemplo! Por lo tanto, no declare que el
problema sigue ahí. En su lugar, declara el final desde el principio.
La fe es siempre cultivada por un deseo intrínseco
El principal punto de partida para demostrar una gran fe es el deseo.
La fe comienza con un deseo. El espíritu de fe sólo estará presente donde exista
un deseo verdadero y preciso. Donde no hay deseo nunca hay fe. La fe está
regulada por el nivel de nuestros deseos. Por lo tanto, debes tener un deseo real
detrás de aquello por lo que le estás creyendo a Dios. El interés a medias nunca
patrocinará la fe. Jesús dijo en Marcos 11:24 “Por tanto, os digo, todo lo que
pidáis, orando, creed que lo recibiréis, y lo tendréis”. Las meras creencias pueden
sobrevivir en las regiones del
102
mente abstracta, compartiendo pensamientos con dudas e inseguridades, pero la fe
requiere un enfoque completo y el compromiso total de sus deseos con su objetivo.
Haz de la glorificación de Jesucristo la razón de tu deseo. Cuando glorificar a
Jesús es la razón principal de tu deseo, entonces tu razón se alineará con la razón del
Cielo y tendrás una conexión divina.
Dios respaldará tu fe con Su respuesta, porque está de acuerdo con Su propósito.
Dios no nos sana solo porque lo necesitamos, o sería culpable de ignorar a millones
de personas afligidas. La razón que mueve el Cielo es la exaltación de Jesús. Y la
exaltación de Jesús es la única ayuda verdadera para la humanidad. En otras palabras,
Dios quiere que seamos sanados (así como Sus otras provisiones). De hecho, Él envió
a Su Hijo y ya lo proveyó y demostró Su preferencia a través del ministerio de Sanidad
de Jesús.
Pero como cualquier otra provisión para las vastas necesidades del hombre, Dios ha
hecho esas provisiones en la persona de Su Hijo, Jesucristo. Jesús es la respuesta a
toda necesidad y deseo. ¡Él está dispuesto a proporcionarlo siempre que usted esté
dispuesto a recibirlo en Cristo!
La fe es una prueba de cuánto de Dios crees, por lo tanto, existe una prueba de fe.
La fe es nuestra calificación o credenciales divinas por haber operado o movido con
éxito en la dimensión espiritual. El que tiene el nivel más alto de fe es un profesor en
el reino del espíritu. Por lo tanto, la fe genuina puede ser probada. Dios dijo pruébame
y ve si no soy capaz de proveer. La fe es lo único que obliga a Dios a moverse o actuar
en nombre de la humanidad. La fe desafía a Dios a moverse incluso cuando no es el
momento ni la estación para hacerlo.
Muchas personas luchan por migrar a reinos superiores de fe porque nunca crean una
plataforma para probar a Dios en el nivel en el que se encuentran. Sin embargo, Dios
dice pruébame y verás. Una prueba de fe es lo que Dios requiere por encima de todo.
Todos tenemos testimonios de diferentes cosas por las que hemos pasado. ¡Ha habido
algunas pruebas tremendas! Pero como probablemente sepas, las pruebas vienen,
básicamente, ¡solo para probar lo que ya sabes! En la escuela, no solo te hacían un
examen el primer día. Primero te enseñaban, y aprendías cosas, y luego te daban un
examen. No aprendiste por la prueba; aprendiste antes de la prueba. La prueba vino a
probar lo que ya sabías.
103
La fe es para la humanidad; Dios necesita la fe humana para operar
La Biblia aclara en Hebreos 11 que por la fe entendemos que el mundo fue
creado por la palabra de Dios. Esto habla de la misma palabra que Dios
habló a las tinieblas de la tierra deforme y dijo; “Sea la luz” y vino la luz. Este
texto no dice que Dios creó el mundo con o por fe. Dado que Dios ve y
conoce todas las cosas, la "fe" en un sentido humano no se aplica a Él.
Puesto que entendemos la fe como la certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve, sabemos que Dios lo ve todo y no “espera”
nada. De modo que las cosas que se ven, no fueron hechas de cosas que
se ven: La mayoría de los científicos en el momento en que se escribió el
Libro de Hebreos creían que el universo fue creado a partir de la materia
existente, no de la nada. Creían que el mundo estaba hecho de cosas
visibles. Pero la Biblia corrige este malentendido, diciendo claramente que
el mundo no fue hecho de cosas visibles. Por lo tanto, es evidente que Dios
no necesita la fe para hacer las cosas; en cambio, Dios habla cosas a la
existencia. Él no tiene que creer o tener fe para que nada suceda.
104
CAPÍTULO CUATRO
LOS PRINCIPIOS DE LA FE
Debe entenderse expresamente que la fe opera dentro de ciertos
parámetros, uno de los cuales es el contexto de la voluntad de Dios. El hecho
de que la fe no conozca fronteras no significa necesariamente que puedas
ejercerla de todos modos. Hay ciertos principios que nos pueden guiar para que
podamos hacer efectiva nuestra fe. Si ejerce su fe y no produce resultados
positivos, verifique si está siguiendo los principios correctos de la fe porque
algunos creyentes afirman haber ejercido su fe y no han visto ningún resultado
positivo por no adherirse a los principios universales de la fe. . Los principios
están estipulados en la palabra de Dios como un punto de referencia sobre cómo
podemos ejercer nuestra fe de manera efectiva. Dicho esto, analicemos ahora
algunos de los principios clave involucrados en el ejercicio de la fe.
La fe actúa solemnemente sobre la palabra de Dios.
La fe genuina se basa en la palabra de Dios. Es un producto de confesar la
palabra de Dios. La palabra de Dios es el único material que se nos da para
edificar nuestra fe. Cada confesión o expresión de fe se hace dentro de los límites
de la palabra de Dios. En ausencia de la palabra de Dios, la fe no se ejerce.
Cualquier confesión que no esté basada en la palabra de Dios no se cuenta como fe,
105
Principios de la fe
por lo tanto, no puede tener ningún impacto significativo en el reino espiritual.
Para que cualquier cosa califique como fe, debe tener el ingrediente o la receta
de la palabra de Dios encapsulada en ella. La verdad es que la palabra de Dios
eleva nuestro nivel de fe en nuestro espíritu, por lo tanto, la fe podría hablarse
estrictamente como una respuesta del espíritu humano a la palabra de Dios.
Espiritualmente hablando, la fe nace de la palabra de Dios porque la Biblia dice
que la fe viene de oír la palabra. Pero, ¿por qué entonces no todos tienen fe?
Es porque muchos no están escuchando la palabra. En cambio, están
escuchando tantas voces mundanas. Hay una diferencia entre escuchar la
palabra y escuchar la palabra. Escuchar la palabra significa prestar atención a
la palabra. Habla de desarrollar un nivel significativo de sensibilidad a la palabra
de Dios. Tiene la connotación de aferrarse a la palabra con toda firmeza. Tal
como dice la Biblia, Dios tocó el corazón de Lidia a la orilla del río y la hizo
prestar atención a la palabra que hablaron los apóstoles. En un sentido
espiritual, se relaciona con el acto de llevar la palabra de Dios directamente a
tu espíritu porque la fe mora en un espíritu humano, por lo tanto, para que sea
elevado por la palabra, eso significa que la palabra tiene que llegar al espíritu del hombre
La fe es una expresión espiritual que sale del espíritu, por lo que para que la
fe responda a la palabra de Dios, esa palabra debe llegar a invadir los pasillos
interiores del espíritu del hombre.
En Romanos 10:8, Pablo llamó al mensaje que predicaba la palabra
de fe. Llamó a la Palabra de Dios la palabra de fe, porque la Palabra hará que
la fe sea impartida en tu espíritu (Romanos 10:17). La Palabra de Dios edificará
seguridad, confianza y fe en su espíritu. Entonces debes ejercitar esa fe.
Entonces, sabemos que la medida de fe que hemos recibido se puede
aumentar haciendo dos cosas: alimentándola de la Palabra de Dios y
poniéndola en práctica (o ejercitándola) en la vida diaria.
Por eso David proclamó que “Para siempre, oh Señor, permanece tu palabra
en los cielos” (Salmos 119:89). Por lo tanto, es evidente que Dios se mueve
solo de acuerdo con Su Palabra. Ha magnificado Su Palabra por encima de Su
Nombre. Y no podemos esperar recibir ayuda de Dios si tomamos partido en
contra de Su Palabra, aunque sea un acto inconsciente de nuestra parte.
106
La fe es una acción. Si no va acompañada de la
acción correspondiente, se dice muerta, pasiva y nula.
Para que su fe sea completa y genuina, no debe ser pasiva sino actuar
sobre la palabra de Dios. Santiago 2:17 dice: “Solo la fe sin obras es
muerta”. En el contexto de la escritura anterior, la palabra "obras" tiene la
connotación de "acción correspondiente". Si solo crees en la Palabra, pero
no actúas en consecuencia, tu fe no llegará a su plenitud. Por ejemplo, si
crees en la sanidad de tu cuerpo, ¡haz algo que antes no podías hacer!
Actúa en lo que crees. Comience a actuar como si la Palabra fuera verdad.
Creer que recibes es tu espíritu, tu alma y tu cuerpo trabajando juntos en
armonía con la palabra de Dios, dando al Espíritu de Dios la oportunidad
de llevarla a cabo en tu vida. Alcanza con fe hoy.
Cree que te está sucediendo ahora. Permita que la fe que mueve
montañas, el tipo de fe en Dios dentro de usted cambie sus circunstancias
así como su vida, ¡Gloria a Dios!
Es posible que uno tenga fe y no actúe como el hombre insensato del
que habla Jesús en Mateo 7. A veces por no ser sensibles al Espíritu
sabemos que lo que hay que hacer es actuar pero estamos no actuando
Toda expresión de fe debe ir acompañada de la acción correspondiente.
Sin ninguna acción recíproca, la fe no ha tenido lugar. La fe es activa, no
está muerta. La fe muerta se manifiesta en ausencia de acción. La fe en
acción significa hablar o confesar la fe y luego dar los pasos necesarios
para asegurar que la fe se cumpla. La acción puede ser física o espiritual.
Lo que creemos se expresa en nuestras acciones. Nuestras acciones nos
dicen a nosotros oa otros nuestra fe y es la evidencia de nuestra fe.
Tenemos que crecer en la fe y nuestro crecimiento se sella cuando actúas
en consecuencia. No importa cuánto creas en algo de fe, el golpe final del
martillo en el clavo, el sello final es cuando actúas. Es cuando actúas en
fe que algo se cristaliza en ti y se completa todo el proceso de fe en tu
vida. Algo nace en ti. La Biblia dice en Santiago 2:1726 que,
107
Principios de la Fe
La fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta, y como el cuerpo sin el
espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.
Es desafortunado que mucha gente tenga sueños y visiones pero muera sin
realizarlos. A Dios le gustan las personas de acción que creen y tienen los motivos
correctos no solo para decir Su palabra sino también para actuar de acuerdo con ella.
Hay un movimiento en la fe. Como se mencionó anteriormente, Santiago nos dice
que la fe sin obras es como un cuerpo sin espíritu. Cuánta fe tienes realmente se
demuestra en este momento por cuánto has actuado realmente. El nivel de tu fe es
directamente proporcional al tamaño de tus acciones que has demostrado hasta
ahora. Puedes engañarte a ti mismo y a los demás afirmando cosas que están más
allá de tu fe, pero no puedes engañar con tus acciones. Tu acción muestra tu nivel
real de fe. Si quieres verificar qué tan lejos estás en términos de tu desarrollo en el
nivel de fe, verifica tus acciones en términos de lo que realmente has hecho. Si no
has hecho nada, eso significa que no tienes fe y si has hecho poco, eso significa
que tienes poca fe y si has hecho mucho, eso significa que tienes mucha fe. La
ausencia de acción indica la ausencia de fe.
La fe debe ser una acción o siempre estará inactiva.
La fe es la acción correspondiente a lo que crees. Es la respuesta del espíritu
humano a la Palabra de Dios. Para el que está enfermo, cuando escucha la Palabra
que dice “Por sus llagas fuisteis sanados” y la cree, su respuesta o acción
correspondiente a esa Palabra será comenzar a declarar “Por las llagas de Jesús
fuisteis sanados”. ¡Curado !” Debería comenzar a actuar como alguien que ha sido
sanado y, como resultado, comenzar a hacer las cosas que antes no podía hacer.
Ahora, cuando declara que es sanado por las llagas de Jesucristo, su declaración
no se va a basar en sus sentimientos, sino en la Palabra de Dios que dice que fue
sanado.
La Biblia dice en Santiago 2:17 (Versión Amplificada) “Así también la fe, si no tuviere
obras (obras y acciones de obediencia que la respalden), por sí sola es destituida
de poder (inoperante, muerta) Sabiendo que la voluntad de Dios La palabra es viva
y las acciones que desencadenan la fe en el ámbito natural. La Nueva Traducción
Viviente dice: “Ya ves, su fe y sus acciones trabajaron juntas. Sus acciones
completaron su fe.” Jesús ilustró el concepto de acción contando la historia de dos
hombres, uno de los cuales dijo que haría una tarea delegada pero no la hizo pero
el otro dijo que no la haría pero luego procedió para hacerlo. Al final, el que produjo
la acción fue justificado que el otro. Eso significa que la acción es tal
108
un requisito crítico en los asuntos de la fe. El desempeño de uno en los asuntos del
espíritu se mide por el grado de acción exhibido. El que lo dice no es mejor que el que
lo hace. La Biblia dice además que debemos ser hacedores de la palabra y no solo
oidores de la palabra.
Algunas personas dicen que tengo fe en que todo el mundo será sanado pero se
acuestan y no hacen nada.
La fe no es pasiva sino activa
Es un escenario típico en la iglesia escuchar a algunas personas decir: "Estoy esperando
en Dios". Pero es antibíblico que esperemos en Dios para que nos dé un beneficio que
Él ya ha provisto en Su Palabra. Es posible que tengamos que esperar ante Dios en
oración por algo de lo que Él no ha hablado específicamente en Su Palabra.
Pero no tenemos que esperar en Dios para ninguna de las provisiones que Él ya ha
dicho que nos pertenecen en Cristo. Alguien puede decir: "Bueno, solo estoy esperando
que Dios venga". Pero no es bíblico esperar que Dios venga. Dios ya “pasó” por nosotros
en la Cruz del Calvario. Ahora, existe tal cosa como estar en un tiempo de transición
desde el momento en que le pides a Dios que cumpla Su Palabra en tu vida hasta el
momento en que tu respuesta se manifiesta realmente en el ámbito natural. Pero eso no
es tiempo de espera pasiva. Si tienes fe, estás involucrado en la actividad porque crees
activamente en Dios. No estás simplemente esperando pasivamente a que suceda algo.
Por eso un hombre de fe no espera a que sucedan las cosas.
En cambio, hace que las cosas sucedan.
La fe no es inactiva ni pasiva. La fe es activa; alabando a Dios porque Su
Palabra se está cumpliendo en tu vida. ¿Qué debe hacer entre el momento en que le
pide a Dios con fe su respuesta y el momento en que realmente se manifiesta en su
vida? Ese es el momento de demostrar tu fe agradeciendo y alabando a Dios por tu
respuesta. Declare continuamente: “¡Gracias, Padre, por mi respuesta! Tu lo dijiste; Yo
lo creo; y se va a manifestar” Una de las maneras de aprovechar el maravilloso beneficio
de sanidad de Dios es alabar a Dios por tu sanidad antes de ver tu respuesta,
simplemente porque la Palabra dice que ya estás sanado. Así es como te aseguras de
no olvidar los beneficios curativos de Dios. No olvides que Dios perdona todas tus
iniquidades y sana todas tus enfermedades. Entonces camina a la luz de estos beneficios,
para que puedas comenzar a disfrutar lo que Dios ha provisto para ti. Todos los
beneficios de Dios están ahí para que los disfrutes. Depende de usted establecerlos
firmemente en su
109
Principios de Fe
corazón para que no los olvides. Manténgalos ante sus ojos. Medita en ellos
para que se establezcan firmemente en tu corazón. No se deje robar de
experimentar las bendiciones de Dios al permitir que el enemigo lo aleje de la
Palabra de Dios. Hazte con la Palabra de la misma manera que aprendiste a
recordar otras verdades que eran importantes para ti. Si piensas constantemente
en los beneficios de Dios, ¡no los olvidarás! No olvides todos los beneficios de
Dios. Actúe según la Palabra de Dios con fe y disfrute de las bendiciones que
son suyas en Jesucristo.
La fe está viva. Ha fluido de Jesús resucitado a tu corazón.
Y cuando le haces un pedido, sobre la base de Su Palabra prometida, da la
oportunidad de que surja la fe de que puedes llevar ese pedido a Dios, donde Él
puede ser glorificado al cumplir Su Palabra.
Debemos vivir bajo la influencia y disciplina de la fe, aprendiendo sus caminos,
regidos por sus principios, caminando en sus victorias. Es el camino de nuestro
Señor Jesús, como Pablo escribió en Gálatas 2:20, que estoy crucificado con
Cristo, pero vivo; pero no yo, sino Cristo vivió en mí; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
La fe es una expresión espiritual del espíritu humano.
La fe viene del espíritu. No emana del reino de los sentidos, por lo tanto, bajo
ninguna circunstancia debe entenderse desde una perspectiva mental. La fe no
se basa en emociones, perspectiva, razonamiento, lógica o cualquier convicción
mental. Es un producto de la expresión espiritual. La fe no es un producto del
alma sino del espíritu. Argumentos, emociones, ideologías, debates y todo tipo
de filosofía, viene del alma pero la fe es producto del espíritu. La fe afecta tu
deseo, voluntad, intuición y comunión y la alinea con la voluntad de Dios.
Es una verdad divina que el hombre es un ser triuno o tripatito. Eso
significa que eres un espíritu que tiene un alma (que consiste en tu mente, tu
voluntad y tus emociones) y vive en un cuerpo. Cada área tiene un papel
específico que desempeñar al creer que recibes. Cada área de tu ser produce un
tipo específico de fuerza. A medida que su cuerpo se nutre con alimentos,
produce fuerza física. Asimismo, tu alma produce fuerza de voluntad a medida que alimenta
110
intelectualmente Asimismo, tu espíritu produce una fuerza espiritual llamada “fe”.
Debe nutrirse con alimento espiritual: la Palabra de Dios. “La fe es por el oír, y
el oír por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Dios te hizo un ser espiritual
que te dio la habilidad de tener dominio sobre el reino natural. Cuando comienzas
a usar tu fe para mover una montaña en tu vida, debes comenzar con un
fundamento espiritual en la Palabra de Dios. No tienes que preocuparte de que
tu espíritu crea la Palabra. Nace de Dios y asimila el alimento espiritual y
produce la fe. Jesús dijo: “Mis palabras son espíritu y son vida”. Basar tu fe en
la Palabra de Dios es, por lo tanto, el aspecto espiritual de creer que recibes.
La fe es una aplicación. Siempre está especializado en un área o aspecto en
particular.
Es bueno que uno diga que tengo fe, pero la pregunta es; tienes fe para que?
Esto se debe a que para que sea Fe, tiene que estar especializado en un área
en particular. Uno tiene que especificar si tiene fe para las finanzas, la sanidad,
los milagros, el ministerio o los negocios. Por lo tanto, es posible que uno pueda
tener fe para las finanzas pero no para las almas porque la fe está especializada
en un área en particular. ¿Por qué es una situación típica encontrar en la iglesia
ministros que tienen unción pero no dinero? Esto se debe a que el ministro
habría ejercido fe en el área de los milagros pero no en las finanzas. Hay una
cierta progresión en la vida cristiana de fe en fe, de gloria en gloria, de gracia
en gracia, por lo que la fe puede ejercerse en un área específica o diferente.
Esto implica que a medida que crecemos en nuestra vida cristiana, tendremos
fe para más y más cosas si crecemos adecuadamente en la forma en que Dios
quiere que crezcamos. Existe lo que en el ámbito de la fe se llama especialización
de la fe que implica el acto práctico de aplicar la fe en un aspecto o área
particular de la vida. Por ejemplo, hay muchas áreas de fe que podemos lanzar
a la perfección, como las finanzas, la ganancia de almas, la sanidad, la liberación,
etc.
La mayor verdad es que su fe, por lo tanto, será más fuerte en el área
en la que tiene la mayor revelación. Por lo tanto, es una experiencia común que
algunas personas sean fuertes en la fe en ciertas áreas pero no en otras áreas.
Por ejemplo, uno podría haber ejercido la fe por las almas pero nunca ejercido
la fe por las finanzas porque la fe también puede estar en diferentes áreas. El
que ejerce más fe en ganar almas
111
Principios de la fe
producirá más resultados de una avalancha de millones de almas en el
reino mientras que la persona que ejerza más fe en las finanzas producirá
millones de riqueza financiera. Si un ministro tiene la unción pero no tiene
dinero, significa que las finanzas son un área donde su fe aún no ha sido
lanzada. Por lo tanto, es importante que diversifiquemos nuestras acciones
de fe ejerciendo la fe en un área más amplia, un acto espiritual similar a
echar nuestras redes en lo profundo.
La fe es un ejercicio espiritual. Se establece al igual que
desarrollar nuestros músculos espirituales.
Como todo ejercicio espiritual, la fe se ejercita, crece y se desarrolla. Una
ilustración tipológica de cómo funcionan los músculos del cuerpo puede
ayudarnos a comprender el concepto del desarrollo de nuestra fe. En
nuestro cuerpo, tenemos diferentes tipos de músculos y no es posible
ejercitar todos los músculos al mismo tiempo porque no tienes la energía
para hacerlo, por lo tanto, como parte del ejercicio, te enfocas en desarrollar
ciertos músculos primero y luego graduarse o progresar a otros. De la
misma manera, a veces en el ámbito espiritual, una persona desarrolla una
fe tan fuerte para la curación, pero le falta la capacidad de creer en Dios por
las finanzas. Están demasiado desarrollados en ciertas áreas y no es
proporcional. El desarrollo proporcional es lo que la gente debe buscar.
Entonces, crecemos en la fe en diferentes áreas. Crecemos en la fe en la
misma área de vez en cuando también. Pero a medida que crecemos en la
fe, hay un principio que debe alcanzarse antes de que pueda entrar en esa
área de dolor y gemido. El área de dolores y gemidos es el área donde
termina su fe. Es solo el área donde tu fe no puede llegar, solo entonces
entras en dolores de parto y gemidos. De lo contrario, es casi imposible
entrar en él. Habrá áreas donde necesitamos gemir para entrar. Incluso las
promesas en la Biblia, sabes que son tuyas pero no hay suficiente fe.
112
La fe tiene niveles, grados y dimensiones. Se gradúa, o migra de un nivel
al otro.
La fe es de naturaleza progresiva; no está estancado. Nos graduamos y
progresamos a través de varias etapas de crecimiento en la fe. Por lo tanto, existe
una fe menor y una fe mayor. En cuanto al centurión escrito por Lucas, Jesús dijo:
"Nunca he visto una fe tan grande, ni siquiera en Israel". Esto significa que el nivel
de fe del Centurión había crecido tanto que todo era posible. La mayor verdad es
que de la misma manera que un bebé crece de un bebé a un niño pequeño, a un
adolescente y finalmente a la edad adulta, Faith crece, se desarrolla y se eleva a
través de varios niveles, grados y dimensiones. Por lo tanto, una persona que se
encuentra haciendo lo mismo una y otra vez, operando en el mismo nivel o
dimensión durante mucho tiempo, no tiene fe porque la naturaleza de la fe es tal
que está diseñada para migrar de un nivel a otro. .
En Romanos 12:3, se nos dice que Dios le ha dado a cada hombre “la” medida de
fe, no solo “una” medida de fe. Dios no hace acepción de personas; Él da la misma
porción de fe a cada persona. Según Marcos 11:1214, 2024, la medida que se
ha dado es la “fe de Dios”.
La razón por la que no vemos a todos los hombres operando en el tipo de fe de
Dios es porque no todos han desarrollado su porción inicial de fe. Kenneth Hagin
dice que la fe debe crecer; no se puede permitir que permanezca inactivo.
La fe es una expresión espiritual. No es el tamaño de tu fe lo que determina la
cosecha, sino el acto de expresión de esa fe lo que importa.
Cualquier medida de fe, independientemente de su tamaño o magnitud, es
suficiente para producir los resultados esperados de una cosecha. Es por eso que
Jesús dijo que si alguien tiene fe tan poco como una semilla dominada, le dirá a
este árbol, arráncalo y arrójalo al mar y se le dará. Cuando entendemos cómo
viene la fe, actuar sobre nuestra fe y recibir de Dios se vuelve simple. Dios hizo
que la fe fuera fácil de entender: ¡todas las respuestas están en la Palabra! Hay
tres procesos involucrados en la producción de la fe: regeneración, escuchar y
113
Principios de la Fe
impartición Note particularmente la primera parte del versículo: “Pero sin fe es
imposible agradarle”. Si Dios exige que tengamos fe cuando nos es imposible
tener fe, entonces tenemos derecho a desafiar Su justicia. Pero si Él pone en
nuestras manos los medios por los cuales se puede producir la fe, entonces la
responsabilidad recae en nosotros en cuanto a si tenemos fe o no.
Dios nos ha dicho que sin fe es imposible agradarle, pero también nos ha
dicho cómo obtener la fe. Él nos ha dicho cómo viene la fe.
La Biblia concuerda en Romanos 10:17 que la fe es por el oír, y el oír por la
palabra de Dios. Si no tenemos fe, no es culpa de Dios. Culpar a Dios por
nuestra falta de fe no es más que ignorancia. Dios ha provisto el camino por el
cual todos pueden tener fe. El Apóstol Pablo dijo que somos salvos por la fe
(Efesios 2:8). Pero, ¿cómo se obtiene la fe para ser salvo?
La fe para salvación viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios.
La Biblia registra un incidente en Hechos 14:7–10 en el que Pablo y
Bernabé predicaron el evangelio. Y estaba sentado en Listra cierto hombre,
impotente de los pies, lisiado desde el vientre de su madre, que nunca había
andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, mirándolo fijamente, y viendo que
tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y
saltó y caminó. Un lector casual de la Palabra podría decir: "¿No es maravilloso
cómo Pablo sanó a ese hombre?" Pero Pablo no sanó al hombre. El hombre
no fue sanado porque Pablo era un apóstol, ni fue sanado por la fe de Pablo.
El hombre mismo tenía fe. Este hombre no fue sanado por algún poder que
poseía Pablo. El hombre mismo tuvo fe para ser sanado. ¿Y cómo consiguió la
fe para ser sanado? Lo entendió por lo que escuchó. Oyó hablar a Pablo. ¿Y
qué habló Pablo? Predicó el Evangelio (versículo 7). Este hombre lisiado en
Listra tuvo fe para ser sanado.
En Marcos 5:34, Jesús le dijo a la mujer que acababa de ser sanada del flujo
de sangre: “Hija, tu fe te ha sanado”. Cuando oyó hablar de Jesús, se acercó
por detrás y tocó su manto.
Porque ella dijo: “Si alguna vez toco el borde de su manto, seré sana”.
Y en el versículo 34 leemos: “Y él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado ” ¿De dónde
obtuvo esta mujer la fe para recibir sanidad? Cuando oyó la palabra (versículo
27). Esto es para mostrarte que la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de
Dios.
114
CAPÍTULO CINCO
LA AUDACIA DE LA FE
Cómo ejercitar tu fe de manera práctica y hacer que funcione
La Biblia
fe. Sdin
eja
en claro
embargo, cqómo
ue Duios ha tratado
tilizamos la mcedida
on cada
usno
que e ndos
e nhosotros
a dado uena mqedida
s lo ue de
determinará cómo crecemos en la fe. La fe es como el músculo de nuestro cuerpo.
Todo el mundo tiene músculos, pero es posible que no levanten pesas. Asimismo,
la fe en Dios se ha puesto gratuitamente a disposición de todos. Sin embargo,
algunas personas simplemente lo ignoran y pronto se acumula grasa en su cuerpo
en lugar del músculo. Algunos, al disciplinarse a sí mismos, trabajan tanto que si
simplemente lo dicen en el nombre de Jesús, las personas son instantáneamente sanadas y libe
Es lamentable que algunos digan que tienen fe pero vivan en la enfermedad, la
carencia y la pobreza. La Biblia deja en claro que la fe sin obras (o ejercicio) es
muerta.
El principio fundamental es que debes ejercitar lo que tienes.
El gran principio que consideraremos es cómo crecer en la fe. La ley divina
de usar lo que tienes traerá más de lo mismo. Las Escrituras nos expresan esta ley
de muchas maneras. Jesús dijo en Mateo 25:29 porque a todo el que tiene, se le
dará, y tendrá en abundancia; pero
115
La audacia de la fe
al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Esto implica que cuanto más
tengamos y más lo usemos, más nos traerá.
Invierte lo que tienes, y traerá más. Dios hizo todas las cosas visibles simbólicas
de las verdades espirituales. Es por eso que Jesús siempre recurría a la
naturaleza para enseñar la verdad. Él hizo esto no porque simplemente quisiera
usar estas cosas de la naturaleza como parábolas o ilustraciones. Sabía que los
principios de la naturaleza eran principios divinos e irrevocables y que revelaban
leyes espirituales divinas e irrevocables.
Hay un principio en el ámbito natural que revela una gran ley espiritual.
Este es el principio del ejercicio. Cuanto más ejercitamos nuestros músculos
físicos, más fuertes se vuelven. Cuanto menos los usamos, más débiles se
vuelven, esta es una verdad que todos conocemos. Que cualquiera de nosotros
se acueste en la cama y no se mueva durante tres semanas. Nuestros músculos
físicos se debilitarían tanto que no podríamos estar de pie. Esto se debe a que no
los usamos y se han debilitado. Por otro lado, aquellos que utilizan el levantamiento
de pesas continuamente, ejercitando sus músculos físicos día a día, se fortalecen
físicamente. Sus músculos físicos se vuelven más y más fuertes. Es un principio
divino y siempre funciona, en el ámbito de lo físico, y es un principio divino en el
ámbito de lo espiritual. Cuanto más ejercitamos nuestros sentidos espirituales,
cuanto más usamos lo que tenemos, más fuertes nos volvemos. Por lo tanto, usa
lo que tienes y recibirás más. Cuanto menos ejercitamos nuestros sentidos
espirituales, más débiles nos volvemos.
Es por eso que tantos cristianos en el mundo de hoy son tan débiles
espiritualmente. No han ejercitado sus sentidos espirituales. No se han metido en
la batalla por Dios. Esta es una de las mejores maneras de hacer ejercicio
espiritual. Estos cristianos no han leído la Palabra, no han orado y no se han
comunicado con Dios. Se han vuelto tan débiles por la simple falta de ejercicio
que no tienen fe, ni fuerza, ni poder. La Biblia deja claro que el ejercicio espiritual
es muy provechoso.
El apóstol Pablo escribió a su joven hijo en la fe, Timoteo (1 Timoteo 4: 8) Porque
el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha,
pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. Pablo dice en
Hebreos 5:14 Pero el alimento sólido era para los mayores, para los que por el
uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Por lo
tanto, es un principio divino absoluto, que si comenzamos a usar la fe que
tenemos, se fortalecerá. No importa cuán débil se haya vuelto una persona en lo
físico, si comienza a ejercitar sus músculos, estos crecerán.
116
más fuerte. Como señalamos anteriormente, podemos acostarnos en una cama
durante tres semanas y no usar nuestros músculos físicos. Se volverán tan
débiles que no podremos movernos. Sin embargo, tan pronto como nos
levantemos y comencemos a hacer ejercicio, no importa cuán débiles se hayan
vuelto, comenzarán a fortalecerse. Aun así, con sus sentidos espirituales, no
importa cuán débiles se hayan vuelto, el día que comencemos a usarlos y ejercitarlos, se for
Cuanto más usemos la fe que tenemos, más fuerte se volverá.
Los siguientes son ejercicios espirituales que los creyentes deben emprender
para desatar, desbloquear su fe:
Sea constante e inquebrantable en su confesión o expresión de fe.
Vale la pena revelar la insoportable verdad de que si alguna vez se encuentran
al final de la escalera de la vida, es porque eso es todo por lo que han creído en
Dios. Cuando hablas y crees correctamente de manera consistente, definitivamente
llegarás a la cima. Con respecto a los asuntos de la confesión, la Biblia dice que
Abraham no dudó de la promesa de Dios por incredulidad, sino que se fortaleció
en la fe (Romanos 4:20). Esto implica que no vaciló en la fe, sino que permaneció
firme e inquebrantable frente a las adversidades. Aunque era ilógico y ridículo
para los naturales que una pareja de ancianos pudiera tener un hijo, Abraham
tomó la palabra de Dios y así mantuvo sus confesiones de fe. Se necesita
carácter para permanecer conectado a tierra independientemente de las
circunstancias debilitantes que prevalecen. En el momento en que dudas o
vacilas en la fe, ya has salido de la fe y, en consecuencia, también sales del reino
espiritual hacia lo natural. Por lo tanto, no hables hoy de algo y mañana hablas
de otra cosa sólo por la gravedad de la situación. Algunas personas ejercen su
fe por algo, pero luego, antes de que puedan verla manifestarse, ya han seguido
adelante y comienzan a confesar otra cosa. No es así como se ejerce la fe. Sea
específico sobre el cambio que desea ver en su vida y mantenga sus confesiones
de fe hasta que lo vea suceder. Sin embargo, cuánto tiempo deben persistir sus
confesiones de fe dependerá de los resultados de su confesión. El secreto es
que debes proclamar tu fe hasta que suceda algo. En el reino del espíritu, en el
momento en que dices: "Quiero un auto", instantáneamente aparece un auto
justo frente a ti, incluso mientras
117
La audacia de la fe
todavía estás pensando en ello. Hacer que ese auto se manifieste realmente en lo
físico requerirá otra ley espiritual completamente diferente. La fe es esa fuerza
dominante o poder que la verá manifestarse en el ámbito físico.
En el reino del espíritu, por lo tanto, importa lo que dices, cómo lo dices y
cuándo lo dices.
Desarrollar y mantener un alto nivel de conciencia de fe.
Hay un reino al que puedes acceder o alcanzar en el espíritu de tal manera que la
fe se convierte en una segunda naturaleza para ti. El secreto para alcanzar ese
nivel de fe está en la conciencia de fe. Desarrollar un grado significativo de
conciencia de fe significa hablar fe, escuchar fe, pensar fe, percibir fe, ver a través
de los ojos de la fe y básicamente programar tu espíritu de tal manera que esté
continuamente lleno u ocupado con fe. Debe absorber la totalidad de vuestra
conciencia, ocupar el centro de vuestro corazón y deambular en cada fibra de
vuestro ser, en cada célula de vuestra sangre, en cada hueso de vuestro cuerpo
y en cada pigmento de vuestra imaginación. Algunas personas piensan
erróneamente que la fe se expresa a través de la confesión o solo hablando y esta
es la razón por la cual no están produciendo resultados tremendos de sus
confesiones de fe. Por el contrario, la fe puede expresarse a través del pensamiento
o la meditación de la fe, viendo los resultados de la fe, escuchando la fe, gustando
la fe, hasta el punto de ocupar realmente todos los sentidos del cuerpo. Esto es lo
que describimos en lenguaje espiritual como conciencia genuina de fe y esto es lo
que genera tremendos resultados de avance en el reino espiritual. Algunas
personas afirman haber hablado palabras de fe y no han visto ningún cambio
significativo en sus circunstancias porque la fe aún no se ha arraigado en su
conciencia. Un hombre de fe no lucha para que sus oraciones sean contestadas,
ni lucha para obtener un gran avance.
Es sorprendentemente interesante notar que, contrariamente a lo que
mucha gente piensa, los procesos de pensamiento también están involucrados en
el proceso de construcción de la fe. Por lo tanto, sigue hablando de tu fe, no dejes
de hablar de ella. Pronúncialo públicamente y proclamalo tan fuerte como puedas. El
118
cuanto más lo vocalizáis, más se encarna en vosotros; más se vuelve como una
segunda naturaleza en ti hasta tal punto que cuando hablas, hablas sólo de fe. Elcana
creyó a Dios por un hijo a tal punto que su fe absorbió toda su conciencia y Dios le
concedió un hijo. Cuán desesperadamente expreses tu deseo por algo determina
hasta qué punto eres capaz de recibir de Dios. A menos y si la fe se ha arraigado en
tu espíritu, puedes hablar y hablar todo lo que quieras pero generar resultados
insignificantes. Por lo tanto, crear una atmósfera y una conciencia de fe es una de
esas claves vitales para desbloquear las bendiciones espirituales en el ámbito natural.
Basa tu fe en la revelación de la palabra de Dios: Debe estar profundamente
arraigada y cimentada en la palabra de Dios.
Hay muchas cosas que necesitan corrección divina en cuanto a asuntos de fe. Es
importante que alimente su fe con la palabra de Dios. La fe tiene una dieta especial y
su dieta es exclusivamente la palabra de Dios y nada más. Es por eso que la Biblia
dice que la fe viene por el oír la palabra de Dios. En otras palabras, es producido o
dado a luz por la palabra de Dios. Ya sea escuchándolo ser predicado, o leyéndolo
usted mismo, ya sea discutiéndolo con otros, no hay diferencia.
Cuando la Palabra de Dios entra en tu corazón; se convierte en alimento para tu alma
y espíritu. Para ilustrar la gravedad de esta revelación, Bosworth dijo una vez que,
La mayoría de los cristianos alimentan su cuerpo con tres alimentos calientes
al día y su espíritu con un refrigerio por semana y se preguntan por qué son
tan débiles en la fe.
En el ámbito natural, si solo comieras un refrigerio frío a la semana, te debilitarías
físicamente. Pero lo mismo es cierto espiritualmente. La Palabra de Dios es alimento
de fe, y si queremos que nuestra fe crezca, debemos alimentarla más de una vez por
semana. Jesús le dijo a Satanás durante la gran tentación en el desierto en (Lucas
4:4), Escrito está, que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
Ahora depende de usted desarrollar o fortalecer esa fe. Así como tienes que comer
todos los días para que tu cuerpo físico se fortalezca, tú
119
La audacia de la fe
también debe “comer” el alimento espiritual. Esto se hace leyendo y meditando en la
palabra de Dios todos los días. No puedes leer tu Biblia una vez al mes o recogerla
cuando ocurre una crisis y esperar que tu fe sea fuerte. Kenneth Hagin, el Gran
hombre de Dios que estuvo al frente del Movimiento de la Palabra de Fe, solía decir:
“Debes alimentar tu fe y matar de hambre tus dudas”.
La mayor verdad es que la fe real se basa en la Palabra. Debemos meditar
en la Palabra, profundizar en ella y alimentarnos de ella. Entonces la Palabra se
vuelve parte de nosotros, así como el alimento natural se vuelve parte de nuestro
cuerpo físico cuando comemos. Kenneth Hagin también dijo:
“Lo que el alimento natural es para el hombre físico, lo es la Palabra de
Dios para el hombre espiritual”.
Contrariamente a lo que profesan multitudes de personas a lo largo de los
ciclos carismáticos cristianos; la fe no viene por la oración o el ayuno sino por el oír
la palabra de Dios. La Biblia dice que debemos orar siempre, por eso la actitud de
oración es fundamental para el crecimiento y desarrollo de la fe pero no produce fe
pues la fe viene por el oír la palabra de Dios. De la misma manera, el ayuno agudiza
tu espíritu para que estés correctamente posicionado para recibir de Dios, pero el
proceso real de fe es producido o generado por la palabra de Dios. De hecho, según
2 Tesalonicenses 1:3, su fe crece sobremanera al vivir en la palabra de Dios.
Hablando filosóficamente, Jesús es el autor y fabricante de nuestra fe.
Nuestro fabricante creó un manual de instrucciones para que cada uno de nosotros
sobreviva y prospere en cualquier situación, circunstancia y problema que enfrentemos
en la vida. Sin embargo, si no lo leemos y estudiamos, entonces tendremos problemas
continuamente todos los días de nuestra vida natural. La Biblia muy a menudo usa
términos humanos naturales para enseñar pensamientos espirituales. Por ejemplo,
así enseñó Jesús en su ministerio terrenal. Proclamó en Mateo 14:4 que “No sólo de
pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. En el contexto
de esta escritura, Jesús está usando una idea humana natural para transmitir un
pensamiento espiritual. Nos está diciendo que lo que el pan (o el alimento) es para el
cuerpo, la Palabra de Dios lo es para el espíritu del hombre. En lo natural, si comes
alimentos con regularidad, te fortalecerán físicamente. Sin embargo, si comes bien
pero no haces ejercicio, todo lo que harás será quedar flácido.
120
y fuera de forma. De la misma manera, necesitas alimentar tu fe con la Palabra de
Dios. Pero también necesitas ejercitar tu fe, porque si no lo haces, los músculos de tu
fe se debilitarán. No podrán hacer mucho espiritualmente cuando se trata de mover
montañas en tu vida. La mayor verdad es que Kenneth Hagin dice:
Puedes alimentar tu espíritu con la Palabra de Dios y así alimentar tu
fe, porque la Palabra de Dios es alimento de fe. Pero también necesita ejercitar
su fe para desarrollarla y hacerla crecer.
En el contexto de la evidencia bíblica mencionada anteriormente, Jesús
estaba diciendo que el hombre no puede tener vida solo con el pan natural, sino con
toda palabra que sale de la boca de Dios. Jesús le estaba citando a Satanás un
versículo de Deuteronomio donde Dios habló por medio de Moisés a los hijos de Israel
en el desierto: (Deuteronomio 8:3) Y te humilló, y te hizo pasar hambre, y te sustentó
con maná, que tú no sabías. , ni vuestros padres lo supieron; para hacerte saber que
no sólo de pan vive el hombre, sino que de toda palabra que sale de la boca de
Jehová vivirá el hombre. El pan, tal como lo usaron Moisés y Jesús, era un símbolo
de todo lo que es material o natural. Dios estaba diciendo que el hombre debe llegar
a saber que la vida no viene por el pan material o natural, o cosas materiales
solamente. El hombre también debe tener la Palabra de Dios para vivir y tener vida.
Esto se debe a que el hombre no es sólo un ser físico material.
El hombre es también un ser espiritual. El pan material puede bastar para la parte
física del hombre pero el hombre también debe tener el pan espiritual, la Palabra de Dios.
Para que la parte espiritual del ser del hombre, el espíritu del hombre sea fuerte en la
fe, debe alimentarse de la palabra de Dios.
Al comer el pan físico, el hombre puede fortalecerse físicamente y su cuerpo
se fortalecerá. Sin embargo, también debe alimentarse del pan espiritual, para ser
fuerte espiritualmente o fuerte en la fe. Las dos partes de la naturaleza del hombre
deben ser satisfechas, las dos necesidades deben ser alimentadas con los alimentos
que le son apropiados. El pan físico no puede satisfacer las necesidades del espíritu,
solo el pan espiritual puede hacerlo. Sabemos lo que pasaría si dejáramos de comer
pan físico. Nuestro cuerpo físico se volvería tan débil que no sería capaz de
mantenerse en pie. Si no comes tu cena esta noche, tu cuerpo físico será más débil
de lo que hubiera sido si hubieras comido. Si se olvida de su desayuno a la mañana
siguiente, será mucho más débil. Si sigues por este camino el tiempo suficiente, tu
físico
121
La audacia de la fe
el cuerpo se debilitará tanto que no podrá mantenerse en pie. Aun así, cada comida
espiritual que un cristiano se pierde hace que se debilite espiritualmente.
Es por eso que tantos son tan espiritualmente débiles, débiles en la fe. No han
estado alimentando sus espíritus con la Palabra de Dios. Solo podemos ser fuertes
espiritualmente si nos alimentamos del alimento espiritual, la Palabra de Dios. Solo
así podremos tener vida, paz, gozo, felicidad, fe y poder.
Es desalentador notar que cada cristiano come tres comidas naturales al
día porque sabe que debe hacerlo para mantener su cuerpo fuerte físicamente,
pero comen solo una comida espiritual a la semana cuando van a la iglesia el
domingo por la mañana. Muchos cristianos ni siquiera entienden eso. No es de
extrañar que sean tan débiles espiritualmente. Con razón no tienen fe. Con razón
se enferman y no pueden obtener sus sanidades. Es porque no oyen, no leen ni
se alimentan de la Palabra de Dios. Si quiere ser fuerte en la fe, coma tres comidas
espirituales al día. Lea su Biblia tres veces al día. No importa si no lo entiendes. El
Espíritu de Dios hará de ella alimento para vuestra alma. Escuche tantos sermones
como sea posible, predicados por aquellos que están ungidos por Dios y llamados
a alimentar al pueblo de Dios. Siempre que sea posible, vaya a la iglesia y escuche
a los ministros ungidos ministrando la Palabra de Dios, para que su alma se
alimente de la Palabra de Dios. Lea tanta literatura de buena fe como sea posible
que provenga de la Palabra de Dios. Al hacerlo, estarás alimentando tu espíritu
con el Pan de Vida. Como resultado, tu fe aumentará automáticamente. Si
derraman verdades positivas de la Palabra de Dios y literatura ungida escrita por
siervos de Dios, quienes hablan y predican verdades positivas en sus corazones.
Si viertes esto en tu mente consciente, fluirá hacia tu subconsciente y tu fe crecerá
automáticamente. Comenzarás a ver el poder de Dios en tu vida. Es un principio
científico absoluto que si no escuchas la Palabra de Dios, serás espiritualmente
débil. Lo mismo que la persona que deja de comer alimentos físicos hasta el punto
en que sus cuerpos físicos se desploman y ya no pueden mantenerse en pie.
En vista de la revelación anterior, por lo tanto, debe entenderse que
cualquier confesión hecha fuera del contexto de la palabra de Dios no es fe sino
pecado porque la Biblia dice que todo lo que no tiene fe es pecado (Romanos). La
fe siempre está en línea con la palabra de Dios. En esencia, la fe es hablar la
palabra de Dios en una situación particular. Muchas personas están creyendo en
Dios para algunas cosas y aún no han visto los resultados porque sus confesiones
no están basadas en la palabra de Dios sino en el individuo.
122
ideología, emociones o pensamiento filosófico. Algunas personas hablan de la
gravedad y la intensidad de la situación en lugar de lo que Dios dice sobre la
situación. Debes decirle a la situación cuán grande es Dios en lugar de decirle a
Dios cuán grande es tu situación. Deje que la palabra de Dios domine sus
conversaciones, decisiones, discurso diario de tal manera que no pueda dejar de
hablar con fe. No debe expresar su mente, sus emociones, sino su fe,
independientemente de cómo se vean las situaciones. Esto es exactamente lo
que Pablo quiso decir cuando proclamó que el justo por la fe vivirá. Por lo tanto,
no podemos esperar crecer si no aplicamos los principios de la Biblia. Si basa su
fe para la sanidad en cualquier cosa que no sea la Palabra de la promesa de Dios, su fe flaq
Dios no se enfrentará a la fe que se basa en un alto nivel emocional, sentido de
confianza humana o justicia propia. Solo Sus promesas inquebrantables pueden
apoyar la verdadera fe que mueve montañas. Entonces, ancla tu confianza en Su
Palabra, no en tu condición, y serás testigo del poder de Dios fluyendo
poderosamente en tu vida.
Crear una atmósfera propicia o Clima Espiritual de fe
Desconocido para muchas personas, la fe requiere una atmósfera propicia o un
clima espiritual para que dure o persista. Por lo tanto, es muy imperativo que uno
cree una atmósfera de fe. El proceso de la fe es como una nube que se acumula
en la atmósfera y suelta lluvia cuando alcanza el punto de saturación. El proceso
de fe puede ser terminado o abortado, por lo que es imperativo mantener una
atmósfera en la que persista. El problema es que estás rodeado de gente que no
puede sacar la grandeza de la fe en ti. En lo natural, el entorno del suelo en el
que se planta la semilla determinará cómo crece. Una vez plantada en el suelo,
una semilla le exige al suelo el suministro de nutrientes y si el suelo no es fértil o
nutritivo, no puede suministrar lo que se espera. Pero una semilla que está
rodeada de abundancia de agua y nutrición extiende sus raíces hacia la fuente y
crece abundantemente. De la misma manera, cualquier entorno o atmósfera que
no exija su fe no es propicio para su crecimiento.
Por lo tanto, crea un ambiente donde tu fe pueda extenderse, nutrirse y
desarrollarse. Smith Wigglesworth, el DeadRaiser dijo una vez:
123
La audacia de la fe
“¿Cómo puede uno llegar a poseer una gran fe? Ahora escuche,
aquí está la respuesta a eso: Primero, la hoja, luego la mazorca, luego
el maíz lleno en la mazorca. La fe debe crecer con la tierra, la humedad y
el ejercicio”.
Esto habla de una atmósfera de fe. Otro principio que es de gran valor
para crecer en la fe es ser cuidadoso con tus asociaciones. Si buscamos crecer en
la fe y la mayoría de nuestras asociaciones son personas que no tienen fe,
personas que no creen en el Señor Jesucristo, que no creen en la Palabra de Dios,
que no hablan de fe, cuyas conversaciones son siempre mundanas . Será el doble,
diez veces más difícil para nosotros crecer en la fe. Por lo tanto, asóciate con
aquellos que tienen y hablan de fe. Busque personas que crean en la verdad y que
tengan una actitud positiva hacia Dios y hacia Su Palabra y el poder que hay en el
nombre de Jesús. Esta es la esencia de la ley de asociación. Es imposible para
nosotros evitar que otras personas nos afecten positiva o negativamente. Seremos
levantados o drogados negativamente. Nos vemos afectados por nuestras
asociaciones con los demás, por sus conversaciones y acciones, nos guste o no,
queramos o no. O nuestras asociaciones se elevarán en la fe o otras nos
arrastrarán hacia abajo en la fe. Por lo tanto, cuando buscamos crecer en la fe,
debemos separarnos, siempre que sea posible, de todas aquellas personas que
tienen una actitud negativa hacia Dios. Si lo hacemos, creceremos en la fe.
El principio es que debes crear una atmósfera propicia de fe
asociándote con cosas positivas.
Si buscamos crecer en la fe, debemos ser muy cuidadosos en nuestras
asociaciones y con nuestros supuestos placeres y diversiones. Muy pocas personas
saben que leer revistas, o tener un interés malsano en el diario y ciertamente en la
televisión secular, son fuerzas negativas adversas en el mundo que pueden hundir
nuestra fe y evitar que crezcamos en la fe. La mayor parte de lo que se presenta
en los periódicos y la televisión es negativismo. La mayor parte de lo que se
presenta en la mayoría de las revistas de nuestro mundo actual son pensamientos
e ideas negativas. Tomamos el periódico y leemos sobre guerras, asesinatos y
luchas. Hay luchas continuas entre individuos, naciones y políticos. No hay nada
más que negativismo bruto. Presenta a nuestro subconsciente nada más que la
idea de que el mundo está en una condición desesperada y que no hay nada que
124
incluso Dios o cualquier otra persona puede hacer al respecto. Es un lastre para nuestra fe.
Cuando nos sometemos a esto, día tras día, definitivamente estorbará
nuestro crecimiento en la fe. Si cerramos esas cosas y, en cambio,
permitimos que entren en nuestro subconsciente solo las cosas que son
positivas, solo la literatura que es positiva, si podemos separarnos siquiera
de la lectura del diario, de la gran cantidad de negativismo que contiene,
entonces creceremos en la fe. Si no eliminamos estas cosas de nuestra
vida, no podremos crecer en la fe.
En vista de lo anterior, se advierte a los creyentes que estén atentos
porque ¡todo lo que el diablo quiere de ustedes es su tiempo! A él no le
importa particularmente si te tiene sumergido en un pecado profundo o no.
A él no le importa particularmente si pasas tu tiempo en el tarven o no. A él
ni siquiera le importa particularmente si te involucras en adulterio, asesinato
o robo si solo puede conseguir tu tiempo. Hacer cosas aparentemente
inofensivas, que no son positivas, que no edifican la fe, que no alimentan tu
espíritu, (leer revistas negativas, ver televisión secular día tras día, perder el
tiempo en cosas que no te edifican ni edifican espiritualmente) , a él no le
importa si alguna vez cometes un pecado terrible o no. Te tiene exactamente
donde te quiere. Él puede enfermarte y mantenerte enfermo. Él puede
hacerte sufrir y mantener tu cuerpo sufriendo.
Él puede robarte toda la fe y mucho menos el crecimiento en la fe.
Por eso, si quieres crecer en la fe, debes aprender a redimir tu
tiempo. Debes aprender a dedicar más tiempo a esas cosas ya esas
actividades, que son positivas, que te edifican espiritualmente. Deben
separarse de esas actividades negativas que derriban.
La conversación ociosa con amigos es una de las mayores armas del diablo
para robar a los cristianos su poder y evitar que crezcan en la fe.
Jesús dijo en Su Palabra, que de toda palabra ociosa daremos cuenta; No
quiso dar a entender que algún día, en el futuro lejano, en algún Cielo lejano,
Dios dirá: “Hablaste tantas palabras ociosas, da cuenta de ello”. (Mateo
12:36) Jesús quiso decir que cada hora que podríamos haber pasado en
actividades positivas, que podrían construir fe en nosotros, construyendo el
poder de Dios en nuestras vidas; tendremos que dar cuenta de cada una de
estas palabras ociosas. Sufriendo por nuestra falta de fe, falta de poder, por
el dolor y la enfermedad, por todas estas cosas que sufrimos aquí en la
tierra. Y como resultado, no tenemos fe ni poder con Dios. Si tuviéramos una
gran fe, debemos verter en nuestra conciencia sólo eso
125
La audacia de la fe
lo que es positivo y excluye todo lo que es negativo. Un hombre sabio dijo una vez:
“Considero que mi mente es un almacén, y si pongo en ella solo lo que es bueno,
entonces cuando necesito lo que es bueno, puedo ir a ella y sacar solo lo que es bueno. ”
Actúe su fe a través de la demostración práctica,
experimentando, probando y ejercitando tus acciones de fe.
Si alguna vez quieres crecer en asuntos de fe, entonces permite que tu fe se
manifieste. El verdadero acto de fe debe expresarse. La fe es una expresión del
espíritu humano y se expresa con acciones, no solo con palabras o pensamientos.
En otras palabras, la mejor manera de expresar tu fe es actuando o demostrándola.
Esto está en línea con una ley espiritual de que en el reino del espíritu, las cosas se
expresan a través de demostraciones en lugar de solo ideas. La ley de acción
establece que a menos que se actúe algo, no tiene sustancia, materialidad o valor en
el espíritu. No es suficiente que uno simplemente profese que tiene fe. Después de
hacer su confesión basada en la fe, tome las medidas correspondientes necesarias
para validar, autenticar y respaldar su fe. Esto implica la aplicación práctica de la fe.
Por ejemplo, dando un salto de fe para imponer manos sobre los enfermos y expulsar
demonios. A menos que ejercites tu fe, no verás los resultados tangibles de tu fe. No
basta con escuchar la palabra; la acción es lo que completa todo el proceso. Es por
eso que Santiago nos advirtió que “Sed hacedores de la palabra, y no solamente
oidores”
(Santiago 1:22). Por eso la Biblia dice que la fe sin acción es muerta. ¿Recuerdas a
la mujer con el flujo de sangre que dio un gran salto de fe y tocó el borde del manto
de Jesús e instantáneamente recibió su sanidad? No solo escuchó la palabra, sino
que puso en acción la palabra que había escuchado y obtuvo su sanidad. Esto implica
que si ella no hubiera ejercido su fe al prácticamente dar pasos para tocar el manto
de Jesús, nada hubiera pasado. Esto significa que tomar las medidas correspondientes
para respaldar su fe es un aspecto tan vital para obtener resultados de fe.
De hecho, la traducción de la Biblia Mensaje de 1 Crónicas 16:9 dice que
debemos “reproducir todas Sus maravillas”. Esto significa que estamos llamados a
manifestar Su poder, mostrar Su gloria y exhibir Sus virtudes. El cliché común de que
las acciones hablan más fuerte que las palabras es en realidad un principio espiritual
de la fe porque la acción es un reino más allá de la mera confesión
126
palabras. Después de confesar, debes actuar de acuerdo con lo que has confesado.
Esta es la esencia de la fe. A medida que actúa según la Palabra de Dios, su fe da
sustancia a lo que espera. Podemos decir que sabemos que la Palabra de Dios es
buena, pero nunca lo sabremos realmente hasta que hayamos actuado de acuerdo con
ella y hayamos cosechado sus resultados. La fe es dar sustancia a las cosas que se
esperan. Actuar sobre la palabra es lo que le da sustancia.
Tome el caso de los israelitas cuando se enfrentaron al río Jordán en su camino
desde Egipto, por ejemplo. Si la gente se hubiera quedado allí sin dar un paso de fe, no
habría pasado nada. Tenían que ser obedientes al mandato de Dios y dar ese paso de
fe y meterse al agua. La fe toma acción y se mete al agua. ¿Ha llegado a tu vida un río
en etapa de crecida, causándote muchos problemas? En lugar de dar un paso de fe,
¿estás parado en la orilla clamando: “Señor, harás algo con el río?” Dios ya te dijo que
tomaras el Arca, por así decirlo, y cruzaras el río. El Arca del Pacto representa la
Presencia de Dios. Cuando naces de nuevo, tienes la Presencia de Dios viviendo en ti,
y tienes la Palabra de Dios morando en tu corazón. Si te levantas y das ese primer paso
de obediencia, la Palabra que mora en ti será una luz para tus pies, mostrándote
exactamente dónde dar el próximo paso. El Espíritu Santo dentro de ti te mostrará cómo
cruzar cualquier río en etapa de inundación en tu vida. Pero el Arca de la Presencia de
Dios no te hará ningún bien hasta que des un paso de fe y te metas en el agua. La fe
trae a Dios a la escena. Dios vino a través de esos sacerdotes tan pronto como entraron
en el agua. El Jordán se abrió para que el resto de los israelitas pudieran cruzar en seco.
¡Qué milagro tan espectacular!
La mayor verdad es que solo necesitas aferrarte a la Palabra de Dios y meterte
en el agua, entonces verás que algo sucede en tu vida. Puedes quedarte al margen todo
lo que quieras, esperando que Dios haga algo, pero el Señor está esperando tu
obediencia. El Señor prometió que te libraría de tus problemas, circunstancias y
problemas, sin importar cuáles sean. Ya sea que sus problemas sean espirituales,
físicos, financieros o cualquier otra cosa, no hay diferencia para el Señor. No importa
cuán grande parezca ser el problema o la inundación, Dios te librará. Estar al borde de
la obediencia con esperanza y ilusiones no te llevará a cruzar el río y entrar a tu tierra
prometida. Es hora de que tú, como creyente, comiences a hablar la Palabra con
autoridad sobre tu situación. Entonces obedientemente muévete en el poder de
127
La audacia de la fe
el Espíritu Santo para recibir lo que te pertenece. Hoy es tu día para comenzar a
poseer la promesa.
La mayor verdad es que un ejercicio de Fe tiene recompensa. La traducción
de la Biblia Amplificada de Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradarle y
satisfacerle. Porque quienquiera que se acerque a Dios debe [necesariamente] creer
que Dios existe y que Él es el galardonador de los que con fervor y diligencia lo
buscan”. De acuerdo con la Concordancia de Strong, la palabra griega para
recompensador es misthapodotēs (G3406) y significa: “el que paga salario, un
recompensador”. Él es el que paga salario a aquellos que lo buscan diligentemente.
premio. La fe paga.
Dios recompensa nuestra fe de acuerdo a nuestras acciones. Tu acción es el pago
de tu fe. Es por esta razón que Dios proclamó en Jeremías 17:10 en la Nueva
Traducción Viviente diciendo: “Pero yo, el Señor, escudriño todos los corazones y
examino los motivos secretos. A todos les doy la recompensa debida, según lo que
merecen sus acciones”. ¿Cuáles son sus debidas recompensas por buscarlo
diligentemente y fielmente? Te van a pagar por ello.
Caminar constante y fervientemente en el espíritu
Debe entenderse que la fe es una expresión del espíritu, no de la carne, por lo tanto,
siempre se debe caminar en el espíritu. El viaje o caminar de fe es en el espíritu no
en la carne. La fe es una migración al reino del espíritu, por lo tanto, para no vacilar a
través de pensamientos negativos y deseos carnales, uno debe estar siempre en el
espíritu. Pablo dice en Gálatas 5:1619:
Pero yo digo, andad por el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Porque los deseos de la carne son contra el Espíritu, y los deseos del Espíritu son
contra la carne; porque estos se oponen entre sí para evitar que hagas lo que
quisieras. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Si vivimos por
el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
Es notable el darse cuenta de que hay diferentes niveles de estar en el
Espíritu. Una persona puede llamarse a sí misma llena del Espíritu pero sin embargo
vive en la carne. Hay diferentes niveles de estar en el Espíritu y también hay cosas
que hacer para seguir estando en el Espíritu. La gran mayoría de
128
Los cristianos no están en el Espíritu. Si toda la iglesia de Jesucristo se está moviendo
en el Espíritu hoy, todo el mundo hoy será sacudido por lo que Dios está haciendo.
Preferiría decirlo de esta manera, la mayoría de las iglesias están en el Espíritu
algunas veces. Pero solo algunos en la iglesia están en el Espíritu todo el tiempo. Y
hay una cierta esfera en el Espíritu que está ahí. Tenemos que aprender a fluir con el
Espíritu. Tenemos que mantener para calificar de una manera en que Dios mirará
hacia abajo y dirá que eso es estar en el Espíritu. Jesucristo, mientras se movía en
esta tierra, siempre estuvo en el Espíritu.
Permítanme darles algunos consejos aquí. Si alguna vez te preocupas por
algo en esta tierra, simplemente te has movido del Espíritu y de la fe. ¿Sabes que
Jesús nunca se preocupa? Él mismo dijo en Mateo 6: “Mira las aves del cielo y la
hierba del campo. Ponen toda su confianza en las manos del Padre celestial”. Jesús
reprendió, exhortó y les dijo a los discípulos que no debían preocuparse. La mayoría
de nosotros conocemos Mateo 6:33 que dice: “Buscad primeramente el reino de Dios
y todas estas cosas os serán añadidas”. La condición para recibir todas las bendiciones
de Dios es buscar primero el reino de Dios. Pero esa es sólo una de las condiciones.
Las otras condiciones se mencionan antes del versículo 33. Tienes que leer primero
del versículo 25 al 33. Y esas son las otras condiciones. Si por un momento te
preocupas por tus necesidades, acabas de salir del reino del Espíritu al reino de la
carne. Este es el mismo Jesús hablando en (Mateo 6).
Entonces, ese es solo uno de los pequeños puntos de los que estoy
hablando. Parece un punto importante, pero eso es sólo un punto pequeño. Estar en
el Espíritu, vivir en el Espíritu y mantenerse en la esfera del Espíritu no es tan fácil
como la gente lo hace. Mucha gente entra y sale del Reino todo el tiempo. Dicen que
permanezco en la vid. Pero la mayoría de las veces se alejan de la vid y luego vuelven
a aparecer. Entonces le preguntan a Jesús por qué no tienen fruto. Dices que si
permanezco en la vid daré mucho fruto. Jesús dice que permaneces parte del tiempo.
La mayor parte del tiempo estás corriendo. Ese poco tiempo que tienes con Jesús, Él
rápidamente canalizaría toda la nutrición hacia ti para que pudieras dar fruto. Y así
como te salieron unas gotitas te arrancaste y te volviste a apartar.
No es de extrañar que lleve mucho tiempo dar frutos.
129
La audacia de la fe
Cultiva tu fe orando mucho en el Espíritu Santo
Es de suma importancia revelar la verdad divina de que el crecimiento de la
fe es como el de una planta. La palabra de Dios riega tu fe pero orar en
lenguas es lo que la cultiva para crecer rápidamente. Orar en el espíritu es
un ejercicio espiritual tan poderoso que acelera el crecimiento y desarrollo
de nuestra fe y hace que los resultados de nuestra fe se manifiesten
rápidamente. La edificación en la fe se desarrolla orando en el lenguaje del
espíritu. Las cosas espirituales se construyen usando sustancias espirituales,
por lo tanto, la fe se construye usando el lenguaje del espíritu.
La Biblia dice que edificad vuestra santísima fe orando en el Espíritu
Santo (Judas 1:20). La Biblia registra que a través de la oración en el Espíritu
Santo, no solo se construye la fe, sino también la fe más santa. Esto significa
fe que supera todos los ámbitos, niveles y dimensiones de la fe. Significa
que la fe más amplia, tremenda, abrumadora, notable y magnífica se crea a
través de la oración en el Espíritu Santo. Esto implica que así como un
hombre construye una casa, la fe puede ser activada, avivada y edificada.
La fe no es pasiva, sino que se activa, se agita, se fortalece, se provoca y
se desencadena para que opere con eficacia.
Ejercer la Fe es como construir una casa; debe construirse sobre
una base sólida si va a resistir las pruebas y las tormentas. El fundamento
de la fe es la Palabra de Dios. No se puede construir una gran vida de fe sin
ella. La mejor parte de esta verdad es que la Palabra de Dios nunca fallará.
Su tasa de éxito es de 100 percepciones. Nada ha cambiado desde entonces
con respecto a las promesas de Dios. Dios quiere ser el cimiento de tu casa
personal de fe, y todavía está cumpliendo sus promesas. Por lo tanto,
puedes confiar en que Él hará lo que ha dicho. Es evidente que la fe también
se desarrolla a través de la oración en el espíritu. Es por esta razón que
Judas dice: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima
fe, orando en el Espíritu Santo”. Eso significa que orar en otras lenguas es
un ejercicio espiritual. Al pasar tiempo todos los días orando en otras
lenguas, mantiene su espíritu activo en lugar de pasivo. Seréis edificados
sobre vuestra santísima fe, preparados para cualquier situación contraria.
130
Asegurar una comprensión profunda de cómo funciona el reino de
los espíritus.
Es importante en nuestro caminar de fe que entendamos completamente
cómo opera el reino del espíritu. La razón por la que muchas personas han
vacilado en su camino de fe es por falta de comprensión del espíritu, sus
leyes y principios. Por ejemplo, en el reino de los espíritus, las cosas se
crean mediante palabras habladas. En el momento en que dices coche, se
suelta un coche. Sin embargo, permanecería en el reino de los espíritus
aunque sea legítima o legalmente tuyo. Requeriría fe para moverlo del reino
espiritual a la manifestación en el reino físico. La razón por la que multitudes
de personas no han visto resultados positivos en sus oraciones es porque
oraron y liberaron sus bendiciones en el reino espiritual. Sin embargo,
carecen del ingrediente clave de la fe para mover las bendiciones que ya
han liberado del reino espiritual a la manifestación en el reino natural. Pero
una persona que entiende claramente el reino de los espíritus y cómo opera,
sabrá dónde están sus bendiciones y cómo traerlas al reino natural.
Deshazte de cualquier impedimento, estorbo u obstáculo que pueda
enturbiar o tragar tu fe.
En su esfuerzo por desarrollar un nivel de fe significativamente alto, es
importante que se elimine cualquier cosa que pueda interponerse entre
usted y sus confesiones de fe. Esto podría incluir relaciones no saludables,
algunos hábitos o asociaciones o tendencias impías. Los hábitos impíos, la
duda, la incredulidad y el miedo son todos enemigos de la fe, por lo tanto,
deben ser eliminados si alguna vez la fe persiste en una situación dada. Es
imposible ejercer el miedo y la fe al mismo tiempo porque lo opuesto a la fe
es el miedo. Jesús enfatizó repetidamente que no se preocupen por nada,
ya sea comida, techo o vestido porque preocuparse es enemigo de la fe.
Por lo tanto, no mates tu fe con la incredulidad. La fe viene de Dios y, como
Él, es celosa y no quiere mezclarse con el miedo y la incredulidad.
Así que mantén tu actitud de corazón y la profesión de tus labios fija en el
objetivo de tu fe. No socave su oración de fe con doble ánimo, queja o
incredulidad.
131
CAPÍTULO SEIS
COMO CONSTRUIR, AUMENTAR Y LIBERAR
TU FE
Hay cescrituras
iertos principios divinos
por las cuales que se
podemos anumentar
os revelan
en efe
nuestra l diariamente. La
Biblia registra un incidente en Lucas 17:5 en el que los discípulos de Jesús
le dijeron: “Señor, por favor auméntanos la fe”. De la revelación que tuvieron
los discípulos, esto implica que es posible que nuestro nivel de fe se eleve.
Crecemos de fe en fe. Sin embargo, es el pensamiento incorrecto, la creencia
incorrecta y el hablar incorrecto lo que lo derrotará. El diablo no puede vencerte,
porque Jesús ya ha vencido al diablo por ti. Satanás no te derrota; te derrotas a
ti mismo. O si lo hace, usted le permite hacerlo. Es un consentimiento de la
ignorancia. Dios nos ha dado Su Palabra para dirigirnos para que nuestra
creencia sea correcta. Si nuestro pensamiento es correcto y nuestra creencia
es correcta, nuestro hablar será correcto. Estos principios giran en torno a hablar
(confesión), pensar (meditación) y ver (visualizar) nuestra fe.
La mayor verdad es que ninguna de las bendiciones de Dios obra
automáticamente, aunque nos pertenezcan. Se manifiestan en nuestra
vida a medida que ejercitamos nuestra fe para recibirlos. La sanidad
pertenece a todo creyente, pero esa gran bendición la disfrutan sólo
aquellos que ejercen su fe para recibirla. De la misma manera, el retorno
de cien veces es una fuerza poderosa en la bendición financiera del
creyente, pero tienes que soltar tu fe para recibir todo lo que la Palabra te ofrece. la
132
la fe para el céntuplo debe ser aplicada por la Palabra de Dios en tu
corazón y por la confesión de tu boca. Por lo tanto, los siguientes son
principios vitales por los cuales podemos liberar nuestra fe.
1. Confesión
“Si quieres desatar la fe, entonces dilo y obtendrás lo que digas”
Una de las claves para aumentar su fe es por las palabras que hablamos.
La palabra griega para confesión es homóloga, lo que significa decir las
mismas cosas que dice Dios. Significa declarar abiertamente a través de la
expresión libre una convicción profunda de los hechos. Esto significa que
cuando confiesas algo, lo dices exactamente como Dios lo ha dicho. En
otras palabras, cuando haces confesiones de fe, estás proclamando lo que
Dios ha dicho acerca de ti en Su palabra. La confesión es la forma de
expresión de la fe. La confesión de la fe crea la realidad. No es suficiente
simplemente creer; su creencia debe ser seguida por sus audaces
confesiones de fe. 2 Corintios 4:13 dice que teniendo el mismo espíritu de
fe, según está escrito: Creí, por lo cual hablo. Tenga en cuenta que este
versículo no dice, "hablé y luego creí". En cambio, dice: “Creí y por eso
hablo”. Irónicamente, algunas personas simplemente hablan sin creer
primero y esa es la razón por la cual sus confesiones no producen ningún
resultado significativo. En el otro lado de la moneda, están aquellos que simplemente
No es así como se ejerce la fe. La fe es más que simplemente creer; es
dar voz a tu creencia. El principio es que primero debes creer y luego dar
otro paso práctico vocalizando tu creencia.
Sin embargo, algunas personas pretenden estar confesando la fe, pero
están confesando cosas malas. Tu confesión se basa en lo que crees. Por
lo tanto, si tu creencia es incorrecta, entonces tu confesión también será
incorrecta. La Biblia dice en Romanos 10:17 que la fe viene por el oír y oír
la palabra de Dios. En el contexto de esta escritura, el término “Palabra”
proviene de la palabra “Rhema”, que significa la palabra hablada. Por lo
tanto, Pablo se refiere más a una palabra hablada que a una palabra escrita
porque habla de la predicación del evangelio en los versículos 1516. El
principio es que a menos que hables, no habrá manifestación ni crecimiento.
133
Cómo construir, aumentar y liberar tu fe
Por lo tanto, el proceso de hablar la palabra está involucrado en el crecimiento
de su fe. La Biblia proclama además en Marcos 11:23 que cualquiera que diga a
este monte quítate y échate en el mar, y no duda en su corazón, sino que cree
que se cumplirán las cosas que dice, todo lo que diga le será hecho. . Es
evidente, sobre la base de las Escrituras, que decir es más importante para
nuestro crecimiento espiritual que simplemente creer. Hay poder que se libera
cuando proclamamos la palabra. Hablar la palabra producirá un aumento en la
fe en nuestras vidas. Hay dos áreas de hablar la palabra, que es leer la palabra
escrita de Dios en voz alta o predicar o declararla en una situación particular.
Hay poder potencial en la palabra escrita de Dios, pero ese poder
necesita ser liberado y la confesión es la mejor manera de liberarlo.
Libera la energía latente que es inherente al libro. La palabra escrita
es como muchos pequeños segmentos de energía almacenada. Cada
verso es como una batería almacenada en un kittle completamente cargada
con electricidad.
Si compras una batería en el supermercado y te la llevas a casa, la batería
tiene energía pero necesitas saber cómo sacar esa energía para que te sea útil.
Lo que tienes que hacer es poner la conexión correcta a un aparato eléctrico.
Sin embargo, debe haber una conexión adecuada.
A veces no funciona porque la conexión se ha soltado. Entonces, hay que
ajustarlo un poco para que se haga el contacto. Así que conocemos las leyes
para extraer el poder que está allí. La única forma de liberar esa energía potencial
inherente a la palabra es pronunciarla. Hay demasiadas personas que andan por
ahí con baterías que son potentes pero que no están siendo aprovechadas.
Simplemente permanece como está. La vida interior necesita ser liberada como
fuente de energía. Cuando Dios da Su palabra, hay más energía almacenada en
la palabra de la que nos damos cuenta. Pero la palabra debe ser pronunciada
para que la fuerza de energía sea liberada. Jesús no dijo que la montaña sería
removida por tu pensamiento, pero Él dice que la montaña sería removida por tu
hablar. No importa cuánto pienses o creas, a menos que se pronuncie esa
palabra, la energía no se libera.
La energía espiritual que está almacenada en la palabra solo se libera cuando
pronuncias la palabra. Entonces, hay suficiente de la palabra aquí para darle
suficiente energía, poder y dinamita para hacer que su vida sea próspera,
abundante y exitosa. Hay suficiente energía para hacerte multimillonario. Hay
suficiente energía para hacerte saludable y sanar cada
134
enfermedades y dolencias en el mundo. Hay suficiente energía en la palabra
para hacer de su ministerio un tremendo éxito y ayudarlo a lograr lo que Dios
lo ha llamado a hacer.
El principal problema es que la gente no lo aprovecha. Han olvidado que
su llave está en su boca. La llave del Reino de Dios está en tu boca. Pero no
te lo tragues, dáselo. En Mateo 16), cuando Jesús hizo a sus discípulos una
simple pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?”, Pedro dijo: “Tú eres el
Cristo, el hijo del Dios viviente”, y Jesús lo bendijo. Cualquiera sea la revelación
que tuvo, cualquier palabra que recibió en sí mismo, fue cuando la pronunció
que Jesús dijo que las llaves del Reino le fueron dadas. Entonces, las claves
para liberar el reino son el poder de la palabra hablada. Esto es para decirte
que lo que eres hoy es en parte el resultado de lo que has dicho o hablado
sobre ti mismo en el pasado. Piensa y examina tu pasado, lo que has estado
diciendo sobre tu vida porque lo que eres hoy es el resultado de lo que dijiste.
La mayor verdad es que no hay fe sin confesión.
La confesión es la forma de expresión de la fe.
La fe, como el amor, es del corazón, del espíritu. Y sabemos que no hay
amor sin palabra ni acción. No podemos razonar el amor en las personas, ni
podemos sacar el amor de ellas. es del corazón. Como la fe también es del
espíritu o del corazón, podemos decir con seguridad que no hay fe sin confesión.
La fe crece con la confesión. La confesión del creyente hace dos cosas por
él. Primero, lo identifica. En segundo lugar, establece los límites de su vida.
Nunca tendrá más que su confesión. Según Marcos 11:23, podemos tener
cualquier cosa que digamos o confesemos, ya sea creer o no creer, éxito o
fracaso, enfermedad o salud. La razón por la que la mayoría de los cristianos,
aunque sinceros, son débiles es porque nunca se han atrevido a hacer una
confesión de quiénes y qué son en Cristo. Deben averiguar cómo los mira
Dios y luego confesarlo. Cuando descubras todo lo que Dios tiene para ti,
confiesa con valentía lo que la Palabra declara que eres en Cristo. Al hacer
esto, su fe abundará. La razón por la que la fe se mantiene en cautiverio es
porque nunca te has atrevido a confesar lo que Dios dice que eres. Recuerde,
la fe nunca crece más allá de su confesión. Tu confesión diaria de lo que el
Padre es para ti, de lo que Jesús está haciendo por ti ahora a la diestra del
Padre, y de lo que Su Espíritu Santo está haciendo en ti, edificará una vida de
fe sólida y positiva. No tendrás miedo de ninguna
135
circunstancias. No tendrás miedo de ninguna enfermedad. No tendrás miedo de
ninguna condición. Te enfrentarás a la vida sin miedo, un conquistador. Y para ser un
vencedor debes confesar que lo eres (Romanos 8:37).
¿Cómo entonces la Confesión aumenta tu nivel de fe?. Hay poder en la palabra
hablada que causa un tremendo crecimiento en tu fe cada vez que la liberas. Para
que más fe venga y pase a través de ti, la energía de Dios tiene que pasar a través
de ti y ser liberada de ti. Con razón Jesús dijo que los fieles en lo poco recibirían más.
Cuando liberas lo que tienes, creas un vacío para recibir más. Cuanta más palabra se
libera, más fe entra. Y su capacidad de recibir aumenta con los músculos de la fe que
se estiran. Decir esto aumenta tu fe y tu capacidad para hacerlo. A veces, cuando
Dios te dice algo que debes hacer y has discernido que es la voluntad de Dios,
necesitas hablarlo, aún necesitas decirlo en privado y en público. Porque decirlo
implica el proceso de aumentar la capacidad dentro de ti y la fe dentro de ti para
esforzarte para lograrlo. Decirlo aumenta tu fe para hacerlo. Cuanto más lo dices,
más fe tienes para hacer eso.
La mayor verdad es que incluso los milagros comienzan a ocurrir en el momento
en que comenzamos a confesar la palabra de Dios. Debido a que Dios vela por Su
palabra para llevarla a cabo, por lo tanto, cuando la pronuncias, creas una plataforma
y una oportunidad viables y provocas que Dios actúe. Hay algunas personas a
quienes Dios ha llamado a hacer algo y han orado y ayunado pero nada parece estar
cambiando porque su boca tiene un pegamento especial para cerrarla herméticamente.
Cuando Dios te ha dicho que hagas algo, debes decirlo constantemente en medio de
la adversidad, la incredulidad y la duda. No importa lo que diga la gente, sigue diciéndolo.
Lo que sea que estés diciendo ya sea de tu vida o de la palabra de Dios, o de lo que
Dios te ha dicho, sigue diciéndolo, sigue proclamándolo, en medio de la adversidad,
la crítica o el escarnio. Sigue diciéndolo y hablarás para salir de la situación.
Hablando filosóficamente, tu boca es como un grifo de agua y decirlo es como
abrir un grifo de agua. Cuanto más lo dices, más fe se añade a tu espíritu. Cuanto
más lo dices, más poder fluye de tu espíritu para impactar el mundo que te rodea. Por
eso la Biblia concuerda en que de tu interior correrán ríos de agua viva (Juan 7:38).
Y estos ríos comenzarán a fluir profusamente cuanto más lo digas. Hablando
proféticamente, ríos de salud divina, sanación, promoción y super abundancia fluirán
del
136
más lo sigues diciendo. Hay una conexión intrincada entre tu boca y tu espíritu.
Tu espíritu es lo que lo produce, pero tu boca es lo que atrae su fuerza y hace
que se manifieste en el ámbito natural. Tu vientre simboliza el centro de tu
espíritu. Entonces, decirlo provoca un flujo de poder desde el centro de tu
espíritu. No es solo una cuestión de fe salir de tu corazón hacia Dios sin decir
nada.
Eso no funcionará. En ninguna parte de la Biblia leemos que debemos hacer
eso. La fe mantenida solo en tu corazón nunca traerá sanidad a tu cuerpo, la
llenura del Espíritu Santo o una respuesta a la oración. Pero la fe en tu
corazón, liberada a través de tus labios, producirá tremendos resultados.
Sin embargo, es desalentador notar que muchas veces, los cristianos
simplemente aceptan lo que otros dicen sobre ellos en lugar de estudiar la
Biblia por sí mismos. Por lo tanto, lo alentamos no solo a tomar las palabras
de las personas por algo, sino a estudiar la Biblia por sí mismo. Multitudes de
creyentes se han convertido en fanáticos de los hombres de Dios, por lo tanto,
andan diciendo que el pastor fulano dijo esto y aquello y apenas tienen algo
que decir que recibieron de Dios directamente. No, esta postura que llamo
“fanatismo espiritual” no es la forma correcta de expresar la fe. Averigüe por sí
mismo lo que dice la Biblia y luego vaya diciendo: “La Biblia dice tal y tal cosa”.
Kenneth Hagin dice que lo que yo digo, o lo que cualquiera diga, no es
importante a menos que sea bíblico. Averigüe por sí mismo lo que dice la Biblia
y repítalo, no solo lo que escuchó decir a otra persona. Si la Biblia lo dice,
repítelo. Pero si la Biblia no lo dice, no lo repitas. No acepte lo que dice
cualquier predicador a menos que pueda leerlo por sí mismo en la Palabra. No
debemos seguir a ningún hombre; debemos seguir a Dios.
Por lo tanto, es aconsejable que los cristianos busquen cada escritura que se
da en un sermón y se alimenten de esas escrituras en su propio tiempo.
En cambio, muchos de ellos simplemente toman la palabra del predicador y
tratan de vivir de lo que el predicador sabe y cree. Conozco buenas personas
que son salvas y llenas del Espíritu Santo que pasan su tiempo escuchando
todo tipo de cintas de enseñanza, han estado escuchando durante años, pero
no tienen ni una pizca de fe. Piensan que tienen fe, pero son grandes
conversadores y pequeños hacedores. En otras palabras, están hablando
mucho, pero en realidad están viviendo muy poco de lo que han escuchado.
No puedo enfatizar lo suficiente la importancia de escuchar en relación con la
fe. Pero también debes estudiar la Palabra de Dios por ti mismo para que
venga la fe. Debes creer la Palabra de Dios por ti mismo, en tu propio corazón,
para recibir de Él. Sí, Dios obrará milagros e iniciará algunas cosas milagrosas por Su pro
137
veces, pero esa no es la forma ordinaria de recibir de Él. Así que no te sientes y
esperes a que aparezca algo. En lugar de eso, introdúzcase en la Palabra, créala en
su corazón y luego haga lo que dice la Palabra.
Vale la pena revelar la verdad divina de que la confesión de nuestros labios es
lo que le dará a Dios oa Satanás algo en qué trabajar o tener dominio sobre nosotros.
Por ejemplo, no niego el hecho de que quizás no tenga suficiente dinero para algo.
Pero lo que digo es: “No ahora mismo. No entenderé eso ahora. Sin embargo, si digo,
“Oh hombre, no puedo permitirme eso,” no le estoy dando a Dios nada con qué
trabajar. En cambio, le estoy dando al diablo algo para que lo use en mi contra. Por
eso es imperativo que prestemos atención a lo que decimos. Además, a medida que
estudiamos la Palabra de Dios y conocemos Sus pensamientos, podemos atrevernos
a pensar los pensamientos de Dios después de Él a medida que alineamos nuestro
pensamiento con Su Palabra. Si nuestra confesión es incorrecta, es porque nuestra
creencia es incorrecta. Si nuestra creencia es incorrecta, es porque nuestro pensamiento es incor
Y si nuestro pensar está mal, es porque nuestra mente aún no ha sido renovada con
la Palabra de Dios. La falta de la palabra da como resultado un pensamiento incorrecto,
una creencia incorrecta y una confesión incorrecta. Ahora la pregunta es: ¿Qué es
una confesión incorrecta? La confesión incorrecta es una confesión de derrota y
fracaso y la supremacía de Satanás. Hablar de cómo el diablo te impide el éxito, te
mantiene en cautiverio o te mantiene enfermo es una confesión de derrota. Y tal
confesión simplemente glorifica al diablo.
La confesión es dar testimonio de una verdad que hemos abrazado, testificar de algo
que sabemos y afirmar algo en lo que creemos. Muchas veces nuestras confesiones
admiten la derrota y glorifican al diablo en lugar de dar testimonio de lo que la Palabra
de Dios tiene que decir sobre un asunto.
No es suficiente creer en tu corazón. Para que Dios obre para ti, también debes
creer con tus palabras. La fe se mide por nuestra confesión. Nuestra utilidad en el
Señor se mide por nuestra confesión.
Las confesiones de fe crean realidades. La realización sigue a la confesión y la
confesión precede a la posesión. Eventualmente nos convertimos en lo que
confesamos, ya sea para bien o para mal. Hay una confesión de nuestros corazones
y una confesión de nuestros labios, y cuando estas dos armonizan, nos volvemos
poderosos en nuestra vida de oración. La razón por la que tantos cristianos son
derrotados es porque tienen una confesión negativa. Siempre están hablando de sus
debilidades y fracasos, e invariablemente se hunden hasta el nivel de su confesión.
Así no es como debería ser; usted tiene que ser un cristiano que habla. Tienes que
confesar la palabra de Dios hasta que la veas cumplirse en tus finanzas,
138
el matrimonio, los negocios y todas las esferas de su vida. Eso significa que debes
mantener continuamente encendido el interruptor de la fe mediante tu vocalización.
2. Creer
Si quieres aumentar tu fe, entonces cree y la amplificarás
La Biblia proclama en Marcos 9:23 que al que cree todo le es posible.
¿Por qué? Porque el que cree tiene llaves en su mano para abrir los Cielos
y mover la mano de Dios para que obre a su favor. Note que en el contexto
de esta escritura, la Biblia dice que todo es posible para aquellos que creen,
no para aquellos que oran, ayunan o cantan sino para aquellos que creen.
Esto implica que creer es un ingrediente de circuito en el proceso de fe más
que cualquier otra cosa. Muchas personas quieren recibir y luego creen que
lo tienen. Desafortunadamente, no funciona de esa manera, sin embargo.
Tienes que creer primero, y luego recibirás. La Biblia atestigua además en
Romanos 10:816, que si confiesas con tu boca que Jesucristo es el Señor,
y crees con tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Esto
significa que creer es una expresión de fe, por lo tanto, en su camino para
elevar su fe, debe creer. Jesús le dijo a Jairos solo si pudieras creer. Sin
embargo, hay una diferencia entre fe y creer. Con respecto a las cuestiones
de creer, Smith Wigglesworth dijo:
“No me conmueve lo que veo. No me conmueve lo que siento. Sólo me
mueve lo que creo”.
Además, Smith Wigglesworth agregó : “Miedo se ve; la fe salta. La fe nunca
deja de obtener su objeto. Si los dejo como los encontré, no soy el canal de Dios.
No estoy aquí para entretenerte, sino para llevarte al lugar donde puedas reírte de
lo imposible”. La fe no se contradice a sí misma sino que contradice las
circunstancias. En un escenario relacionado, Mark Victor Hansen dijo una vez: “Tu
creencia determina tu acción y tu acción determina tus resultados, pero primero tienes que cree
Hablando filosóficamente, la fe es creer que Dios te llevará a lugares antes
de que llegues allí. Creer significa tomar a Dios por Su
139
palabra. La fe real en la Palabra dice: “Si Dios dice que es así, es así”. Si Él dice : “Por
Su llaga fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24), somos sanados. Si Él dice: “Mi Dios suplirá
todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”
(Filipenses 4:19), Él lo hace. Si la Palabra dice: “El Señor es la fortaleza de mi
vida” (Salmos 27:1), Él lo es. En otras palabras, la verdadera fe en Dios simplemente
dice acerca de uno mismo lo que dice la Palabra. Tenemos lo que la Palabra dice que tenemos.
Somos lo que la Palabra dice que somos. Si Dios dice que somos fuertes. Eso es
exactamente lo que somos. Si Él dice que somos sanados, lo somos. Si Él dice que se
preocupa por mí, lo hace. Te desafío a tomar al Señor en Su Palabra. Ya que la Biblia
es la Palabra de Dios para ti, elige creerle. Cuando lo hagas, cosas asombrosas
comenzarán a suceder en tu vida. Comienza a confesarte ahora mismo:
Soy lo que la palabra de Dios dice que soy. Tengo lo que la palabra de Dios
dice que tengo. Y puedo hacer todo lo que la palabra de Dios dice que puedo
hacer. ¡Gloria a Jesús!
¿Cómo entonces se cree? La respuesta es simple. Usted cree con su corazón.
Con el fin de desvelar una explicación satisfactoria de lo que significa creer con el
corazón, permítanme referirles a Marcos 11:23. Dice: “Porque de cierto os digo, que
cualquiera que dijere a este monte: Quítate, y échate en el mar; y no dudará en SU
CORAZÓN, sino que creerá que las cosas que él dice se cumplirán; tendrá todo lo que
diga” (Romanos 10:10) también habla de creer con el corazón: “Porque CON EL
CORAZÓN se cree para justicia”. La palabra “corazón” usada en estas Escrituras no
se refiere al órgano físico que bombea sangre. a través de nuestro cuerpo y nos
mantiene vivos. Eso sería creerle a Dios con nuestro cuerpo. No podíamos creer con
nuestro corazón físico más de lo que podíamos creer con nuestra mano o dedo físico.
La palabra “corazón” se usa para transmitir un pensamiento. Habla del espíritu. Note
cómo usamos la palabra “corazón” hoy. Cuando hablamos del corazón de un árbol,
nos referimos al centro, al núcleo mismo. Cuando hablamos del corazón de un tema,
nos referimos a la parte más importante de ese tema, el centro mismo del mismo, la
parte principal alrededor de la cual gira el resto. Y cuando Dios habla del corazón del
hombre, está hablando de la parte principal del hombre, el centro mismo de su ser,
que es el espíritu.
140
3. Audición
Si desea aumentar su fe, cree una atmósfera propicia para que escuche
las palabras correctas de fe que se proclaman.
Oír es la tercera clave para aumentar el nivel de fe. Como se mencionó
anteriormente, la Biblia dice que la fe viene por el oír y oír la palabra de Dios
(Romanos 10:17). Eso significa que a medida que escuchas la palabra, a
medida que la palabra de Dios llega a ti, tu fe también se activa. Esto implica
que a menos que escuches la palabra, y si escuchas la palabra, tu nivel de fe
no se despertará. Jesús dijo en Juan 6:63 que las palabras que yo os hablo
son espíritu y vida. Por lo tanto, para aumentar tu fe debes crear una atmósfera
u oportunidad para que sigas escuchando la Palabra. Hay una conexión
intrincada entre decir y pronunciar la palabra y escucharla porque tendemos a
decir lo que escuchamos o lo que hemos escuchado.
Por lo tanto, es importante que escuches la Palabra primero antes de poder
pronunciarla. Por lo tanto, escuchar establece una base sólida para su confesión.
Mezclarse con personas con muy poca fe o escuchar mensajes
equivocados puede consumir su fe para hacerlo. Esa incredulidad y el hablar
negativo han anulado toda la fe que has desarrollado en tu vida devocional
privada. Las personas son lo que son en parte por lo que oyen o leen. Por lo
tanto, mezclarse con la multitud adecuada agrega una mayor motivación para
conformarse a las cosas de Dios. Por lo tanto, es importante que pierdas tu
espíritu donde existe la posibilidad de que escuches las cosas incorrectas que
no edifican tu fe sino que la devoran. Necesitas aprender a proteger y
salvaguardar tu fe cerrando tu espíritu. ¿Cómo cierras tu espíritu? En el
momento en que tomas la decisión de no entretener o escuchar nada de lo
que estás escuchando, hay un mecanismo inherente que en realidad cierra tu
espíritu. Así como hay una apertura y un cierre espirituales, también hay una
apertura y un cierre naturales todo el tiempo. Este es un proceso de dos vías.
Entonces, debes aprender cómo cerrar tu espíritu a las cosas que no edifican
tu fe y cómo abrir tu espíritu a las cosas de Dios.
Debes cuidar lo que escuchas y esto involucra lo que lees y las personas con
las que te relacionas.
141
Por tanto, es absolutamente necesario que conozcamos las promesas de
Dios para que podamos comenzar a edificar nuestras casas de fe, porque la fe
es por el oír, y el oír por la palabra de Dios (Romanos 10:17). Es solo cuando
usted y yo escuchamos la Palabra de Dios, Sus promesas, con respecto a
nosotros que nuestra fe crecerá y será estable. Esa misma Palabra entonces se
convierte en toda la evidencia que necesitamos hasta que llegue la manifestación.
Tengo el testimonio de una mujer que se curó con solo escuchar la palabra de
Dios. Se trata de la notable recuperación de una mujer en la iglesia que se
inspiró para traer a su vecino, que estaba a punto de ser ingresado en el hospital
psiquiátrico estatal. La mujer accedió a asistir a nuestros servicios con su vecina
donde escuchó atentamente la palabra siendo ministrada en poder.
Instantáneamente, sin que nadie le pusiera una mano encima, la mujer fue
sanada, llena del Espíritu Santo, y nunca más fue al hospital psiquiátrico. Esto
es para mostrarte que hay poder en escuchar la palabra de Dios.
4. Recibir
Si quieres tener fe, entonces aprende el arte de cómo recibirla porque la
fe es recibir
Hay una conexión intrincada entre creer y recibir. De hecho, la razón por la
que expresas tu fe hacia Dios es porque quieres recibir de Él. ¿De qué sirve
ejercer la fe cuando no vas a recibir nada? Tenga en cuenta que recibir y
creer ocurren simultáneamente. Por eso la Biblia dice siempre que ores,
cree que lo has recibido y lo tendrás (Marcos 11:24). Tenga en cuenta que
no dice orar primero y luego, después de haber orado, puede recibir. En
cambio, dice mientras oras, recibe tu respuesta al mismo tiempo. En otras
palabras, creer es recibir. Algunas personas suponen erróneamente que
deben ejercer su fe hoy y luego esperar un tiempo para ver sus bendiciones
manifestarse en el ámbito físico. Otros esperan que los síntomas de
enfermedad en sus cuerpos desaparezcan para creer. Esta es una teología
equivocada porque Dios muestra en Su palabra que cuando oras, debes
creer que has recibido. En otras palabras, pone la palabra “recibir” en tiempo
pasado para mostrarte que es algo que sucede simultáneamente con creer.
Por ejemplo, cuando estés enfermo y estés ejercitando tu fe para sanar, en
ese mismo momento cuando ores, cree que recibes ese
142
cicatrización. Tu confesión no debe basarse en si todavía sientes dolor o
síntomas en tu cuerpo o no, sino en lo que dice la palabra de Dios sobre tu
situación.
Por lo tanto, es inequívocamente evidente que existe una intrincada
correlación entre la fe y la recepción. Espiritualmente hablando, la fe es
recibir porque tu creencia afecta tu recepción. La evidencia de que uno ha
ejercido la fe es recibir. Por lo tanto, si no ha recibido nada del reino
espiritual durante el ejercicio de su fe, eso significa que no ha ejercido
ninguna fe en absoluto. La Biblia dice en Romanos 4 que cuando ores, cree
que has recibido y será tuyo. En una escritura relacionada en Marcos 11:24,
la Biblia dice las cosas que tanto deseas, cuando ores, cree que las recibirás,
y las tendrás”. En el contexto de esta escritura, Jesús simplemente estaba
diciendo: “Tienes que creer que lo tienes antes de poder recibirlo”. Esta es
una expresión de hecho. Tenga en cuenta que la palabra "recibido" está en
tiempo pasado. Esto significa que cuando oramos, debemos creer que ya
sucedió en el reino espiritual. Eso significa que recibir ocurre al mismo
tiempo que orar o creer. A medida que crees, recibes. No crees y luego
esperas algún tiempo para recibir porque estos procesos de fe ocurren
simultáneamente. La tangibilidad de una sustancia espiritual que recibes
cuando ejerces la fe es una evidencia de tu fe. Es por esta razón que
Kenneth Hagin dice que tu creencia afecta tu recepción. En Marcos 9:23,
Jesús dijo:
“Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
En vista de las referencias bíblicas anteriores, es evidente que lo que
crees determina lo que recibes del Señor. En otras palabras, tu creencia
afecta tu recepción. Tenga en cuenta que su recepción no se basa en la fe
de otra persona; se basa en su fe. Y el solo escuchar a alguien más predicar
la Palabra no le dará fe para recibir a menos que entre en la Palabra por sí
mismo. La Biblia dice en Santiago 1:5–7, que si alguno de vosotros tiene
falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente, y le
será dada. Pero pida con fe, no dudando nada. Porque el que vacila es
como una ola del mar impulsada por el viento y sacudida. Porque no piense
ese hombre que recibirá cosa alguna del señor. Sobre la base de la
evidencia bíblica anterior, es evidente que la falta de fe es la razón por la
cual las personas no reciben del Señor.
143
5. Meditación
Si quieres aumentar tu fe, entonces no solo hables de ello, piénsalo también.
La ley de la meditación está conectada en mayor medida con la ley de la
visualización porque ambas son procesos gemelos clave de la prosperidad del
alma. Por definición, la meditación se refiere al proceso de concebir, visualizar,
absorber y asimilar la palabra de Dios en el espíritu humano. La mayor verdad es
que la Biblia es la Palabra de Dios, el combustible mismo de nuestra fe. Si
queremos saber lo que Dios piensa, cómo actúa y qué puede hacer y hará, la
Biblia es el lugar para las respuestas. La meditación diaria en él permite que el
Padre llegue a nuestra mente y corazón y provea nuestras necesidades.
La meditación es pensar en la palabra. Le muestra cómo actuar en la palabra.
Se trata de leer prácticamente a fondo, digerir y hablar la palabra de Dios para
uno mismo. La meditación es un ejercicio espiritual muy importante en el área de
la fe porque lo que piensas determina lo que haces o actúas y tu acción determina
tu fe real. Según el Salmo 1:13, la meditación es el principio de la inmersión total
en la palabra de Dios tal como la expone David: “Bienaventurado el varón que no
anduvo en el consejo de los malos, ni se detuvo en el camino de los pecadores,
ni se detuvo en el camino de los pecadores. se sienta en la silla de los
escarnecedores. Pero su delicia está en la ley del Señor; y en su ley medita de
día y de noche. Y será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da
su fruto en su tiempo; su hoja tampoco se marchitará; y todo lo que hace
prosperará.” Note que en el contexto de esta escritura, la frase “Día y noche” habla
de inmersión total en la Palabra de Dios. La transformación total en tu forma de
pensar proviene de la inmersión total en la Palabra de Dios. Al sumergirte
constantemente en la Palabra de Dios, eliminarás todo temor al fracaso y te
arraigarás en la verdad de tu prosperidad. Esto es lo que se necesita para romper
la mentalidad de carencia y establecer una nueva forma de pensar.
Moisés advirtió enfáticamente a su hijo espiritual Josué diciendo: “No se
aparte de tu boca este libro de la ley, sino que medita de día y de noche para que
cuides de hacer conforme a todo lo que en él está escrito, entonces tu prosperidad
brotará como la luminosidad del mediodía”. Tenga en cuenta que en el contexto de
este mandato espiritual, hay una condición adjunta a la prosperidad y esa condición
es el proceso de meditación, que para que uno sea adecuado, debe comenzar
144
meditando en la palabra de Dios. Eso significa que la prosperidad nace del
proceso de meditación. La meditación es la fuerza creativa o el poder de la
mente humana. Es un proceso de concepción. Eso significa que a medida que
la palabra de Dios se incrusta permanentemente en la mente, el espíritu y el
sistema completo de uno, la realidad de la prosperidad se vuelve natural. Debe
entenderse implícitamente que el reino del espíritu funciona sobre la base de
imágenes, códigos y visiones, por lo tanto, cuando meditamos en esas
imágenes, nuestras visiones se vuelven realidad. Esto implica que parte de su
viaje para convertirse en millonario del Reino implica dirigir su atención a la
palabra de Dios, así como recibir una avalancha de revelaciones de la palabra de Dios.
Moisés advirtió fuertemente a Josué, su hijo espiritual, que meditara
constantemente en la Palabra de Dios (Josué 1:8). Esto se debe a que la fe
está asociada con el hombre espiritual, por lo que no puedes crecer
espiritualmente si no creces en la fe. En otras palabras, el crecimiento espiritual
se mide por el crecimiento proporcional en la fe. La pregunta es: ¿Cómo medito?
Es sencillo. Lea la palabra de Dios en voz alta, escriba lo que lee, busque los
significados del hebreo griego y lea las traducciones alternativas, memorice
completamente la palabra, ore en el Espíritu mientras piensa en los versículos
y visualice lo que ha leído usando su imaginación ( Génesis 11:6).
Como coincidió Moisés en Josué 1:8, si puedes emprender estos ejercicios
espirituales como parte del proceso de meditación, entonces tu éxito brillará
como el resplandor del mediodía. La diferencia entre la mera lectura de la
palabra y la meditación es que la mera lectura lleva la palabra a tu mente, pero
la meditación lleva la palabra a tu espíritu. Y la verdad es que sólo cuando la
palabra de Dios está en tu espíritu producirá resultados. Te hará de lo que habla.
Es una verdad mayor que sin una revelación, uno no puede ser millonario
porque convertirse en millonario es una revelación de la riqueza financiera de
Dios. Por lo tanto, necesita captar una revelación de lo que Dios dice acerca de
la prosperidad, luego entrará en la arena de millones.
La revelación es lo opuesto a la ignorancia. Muchas personas no han recibido
de Dios porque ignoran lo que Dios dice sobre su situación y sobre cómo
convertirse en millonarios del Reino. Por lo tanto, es una verdad mayor que la
prosperidad tiene que tocar el reino de sus almas como Juan declaró en 3 Juan
1:2, que hermanos, deseo sobre todas las cosas que ustedes puedan prosperar
como prospera su alma. Esto implica que no podrá recibir prosperidad financiera
sin prosperidad del alma. Y en este contexto
145
John está hablando del suministro de todo lo que necesita en el ámbito corporal.
El requisito previo es que prosperes y alimentes tu alma primero y encender el
fuego de Dios en tu alma a través del proceso de meditación es lo que hará
que tu prosperidad estalle como el brillo del mediodía. A medida que tu alma
prospere, tu cuerpo y tu espíritu prosperarán. En este contexto, por lo tanto, si
desea la prosperidad, debe lidiar con sus circunstancias, la vida de pensamiento
y el lugar en el que meditan y contemplan sus pensamientos. Esto se debe a
que tu vida mental es un factor tan vital para la ley de la prosperidad. Tiene
que ser controlado y sujeto a la palabra de Dios. Por lo tanto, la meditación
juega un papel fundamental para hacer realidad tu visión de convertirte en
millonario.
6. Visualización
Si desea aumentar su fe, debe ver las cosas que suceden antes de que
pueda tenerlas y su visión se convertirá en una realidad.
En Génesis 15:5, Dios llevó a Abraham a una expedición de exploración y le
dijo: “Mira hacia el cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas”. Entonces
le dijo: “Así será tu descendencia”. ¿Alguna vez te has preguntado por qué
Dios decidió sacar físicamente a Abraham de la casa y lo hizo mirar las
estrellas en el cielo? Es porque Él quería que Abraham visualizara la Palabra
que se le había dicho y la implantara y grabara en su imaginación. A Abraham
se le dio una visión de sus hijos tan numerosos como el polvo y las estrellas.
Dios lo hizo meditar en la visión que estaba implantando en su espíritu día y
noche. Durante el día, meditaba sobre el polvo y durante la noche, meditaba
sobre las estrellas. Dios le hizo meditar y visualizar día y noche. Dios trató con
Abraham para ayudarlo a ver durante 25 años. La visualización es la capacidad
de ver en el reino espiritual. Esto significa que la fe ve el resultado de lo que
estás pidiendo. Si no puedes ver el resultado, si no puedes visualizarlo,
entonces la fe aún no se ha apoderado de tu vida. La fe debe ver en el ámbito
del espíritu y considerar esas cosas como si fueran reales.
La fe es una visión en el reino espiritual.
146
La Biblia dice en Hebreos 11:3, que la fe es la evidencia de lo que se
espera. Tener evidencia no es suficiente, debes visualizar la evidencia en el
espíritu y en el futuro. La evidencia debe ser una visualización clara y vívida
de lo que está por venir. Solo cuando visualizas la evidencia, se vuelve real
y se manifiesta en lo físico. Tal vez le estés creyendo a Dios por un negocio.
¿Qué evidencia tienes ahora que puedes visualizar? O tienes una profecía
sobre un ministerio global. ¿Puedes verlo venir a pasar? ¿Puedes visualizar
ese auditorio de 30 000 asientos? No lo dejes colgando ahí. Dios le hizo
una pregunta retórica a Jeremías cuando le estaba mostrando una visión:
Hijo de hombre, ¿qué ves?”. Esto se debe a que su capacidad para ver una
visión determinará qué tan lejos puede llegar en términos de cumplir esa
visión. ¿Puedes verlo? El Espíritu Santo le ayudará a pintar el cuadro.
La evidencia es sólo la estructura esquelética de lo que está por venir. Por
lo tanto, necesita visualizarlo con precisión y vívidamente. Si Dios te dice
que vas a construir la iglesia más grande del país, tienes la certeza de la
edificación pero es solo en el espíritu. Pero necesitas visualizarlo, necesitas
verlo claramente.
El mayor desafío que enfrenta el Cuerpo de Cristo es que muchas
personas están creyendo en Dios por las cosas pero no están viendo su
manifestación porque están viendo sus problemas en lugar de visualizar
o ver la respuesta.
Algunas personas luchan en el área de visualización. Ellos ven su
visión claramente en una reunión donde se predica la palabra de Dios y se
apodera de su espíritu y pueden ver exactamente lo que Dios quiere que
sean, hagan y tengan, pero cuando salen de la reunión, las circunstancias
vienen y tratar de poner imágenes adversas en ellos. Los otros tipos de
imágenes vienen a sus mentes, como imágenes de carencia, imágenes de
necesidad e imágenes de ellos mismos sin poder hacer lo que Dios los ha
llamado a hacer. Y empieza a surgir la duda. Sin embargo, la evidencia en
tu corazón de una visión está claramente construida en ti, la duda no surgirá.
Para no dudar, debes tener la visión cristalizada en ti. Cuando puedas ver
algo con claridad, ya no lo dudarás. La razón por la que mucha gente duda
es porque la visión no se ha apoderado de su vida. La imagen de las cosas
que han de venir todavía no está encerrada en su espíritu.
Por lo tanto, en tu ejercicio de fe, imagínate viviendo en la realidad de
lo que la Palabra dice acerca de ti. Contemplar el nivel de éxito
147
y la victoria que desea alcanzar y verse a sí mismo funcionando a ese nivel.
Cuando las circunstancias a su alrededor parezcan contradecir lo que ve en el
espíritu, obligue a su mente a enfocarse en la imagen correcta y declare la palabra
de Dios sobre usted y esa situación y prevalecerá.
7. Actuación o demostración de fe
Si quieres aumentar tu fe, entonces actúa y tu acción se convertirá en una
realidad.
Como se mencionó anteriormente, la Biblia dice que la fe sin acción es muerta.
Esto implica que, independientemente del nivel de tu fe, si lo que profesas no va
acompañado de ninguna acción, es como si no tuvieras fe en absoluto.
Aumentar nuestro nivel de fe implica actuarlo. Algunas personas dicen que Dios
los ha llamado a ser empresarios cristianos pero ni siquiera están dando en este
momento. Puede que nunca llegues a ese nivel porque ahora tienes que empezar
a actuar y aprender a dar al cuerpo de Cristo antes de llegar allí. Puede que estés
hablando de un ministerio para orar por los enfermos, pero ¿qué estás haciendo
en este momento? Necesitas comenzar a aprender cómo operar los dones del
espíritu en un grupo ante una multitud.
No necesita esperar a las grandes reuniones para decir que ahora es el momento.
Actúa ahora mismo estés donde estés o no crecerás. Es probado por su acción
ahora. Podrías estar diciendo que se necesita compañerismo con las personas
adecuadas, pero el problema es que no lo estás actuando. Actuar está involucrado
en nuestra fe. Hacerlo es lo que pone nuestra fe en acción. Actuar según la palabra,
actuar según la fe es parte del proceso de aumentar la fe. Por lo tanto, nunca
aumentaremos en el área de la fe a menos que comencemos a actuar en esa área
ahora mismo. Por lo tanto, ponga su fe en la línea. Comience a usar y ejercitar su
fe actuando de acuerdo con la palabra de Dios. La fe sin la acción correspondiente
está muerta (Santiago 1:23; 2:1722). Cuando la fe comienza a crecer, las
circunstancias comienzan a perder su fuerza.
Creer en Dios es una forma de vida. Hay momentos en los que usaré mi
fe a propósito para obtener algo aunque tenga el dinero para pagarlo. En lugar de
usar el dinero de mi cuenta corriente, esperaré hasta que Dios me lo proporcione.
De esa manera, estoy constantemente desarrollando mi
148
fe. Entonces, cuando me enfrento a lo que parece ser una situación imposible,
estoy en mi mejor momento. Y estoy listo para conquistar la imposibilidad con
fe en la posibilidad. Demasiadas personas esperan hasta que les diagnostican
cáncer o alguna otra enfermedad terminal antes de comenzar a llenar sus
corazones con escrituras de sanidad. Puede comparar eso con tratar de poner
un techo a una casa durante una tormenta. Se puede hacer, pero va a ser
difícil. Es por eso que necesita comenzar a desarrollar fe para sanar, por
ejemplo, cuando se siente bien y no enfrenta un desafío. No espere hasta que
suceda una crisis para desarrollar la fe en la posibilidad. Pasa tiempo
continuamente leyendo, meditando y confesando la Palabra. Cuando lo haga,
no importará lo que se le presente, su fe convertirá las imposibilidades en posibilidades.
Las acciones de un hacedor de la Palabra coinciden con su confesión.
Sin embargo, uno de los errores más grandes que cometen los creyentes es
confesar su fe en la Palabra de Dios y, al mismo tiempo, contradecir su
confesión con acciones incorrectas. Santiago 2:1422 dice , hermanos míos,
¿de qué aprovecha si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Puede la fe salvarlo?
Así también, la fe, si no tiene obras, es muerta. La traducción de Weymouth
dice: “¿De qué sirve, hermanos míos, si un hombre profesa tener fe y, sin
embargo, sus acciones no corresponden? Note que su fe estaba cooperando
con sus acciones y que por sus acciones, su fe fue perfeccionada. Muchos
profesan a Cristo y declaran creer en la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis,
pero no son hacedores de la Palabra. En cambio, son habladores de la Palabra.
Hay un mundo de diferencia aquí. Los “habladores” han asentido mentalmente
que la Palabra de Dios es verdad, pero no les hace ningún bien, porque no la
están haciendo propia. No están reclamando sus promesas. Los “hacedores”
por otro lado, ponen la palabra en acción y cosechan resultados alarmantes de
progreso, excelencia, poder, milagros, señales y prodigios. Por lo tanto, la
forma de hacer tuya la Palabra de Dios es actuar de acuerdo con ella. Haz lo que dice.
Dios declaró en Jeremías 1:12 que velaré por mi palabra para llevarla a cabo”.
Esto implica que si no tomas la Palabra como tuya, Dios no tiene nada que
usar para traer el bien a tu vida. Él quiere que tengas lo que Su Palabra
promete. Pero si no actúas de acuerdo con Su Palabra, entonces Él no tiene
nada con qué trabajar para traer el bien a tu vida.
Cuando confío en la Palabra con todo mi corazón, dejo de apoyarme
en el razonamiento humano y dejo de buscar la liberación en las personas,
tengo acciones que se corresponden con mi fe. Mis acciones están en perfecta
comunión con mi confesión de fe. A algunos de nosotros nos ha costado mucho
149
tiempo para aprender esto, ya otros les tomará más tiempo, porque han
estado caminando en el camino equivocado. Sus mentes están tan llenas de
razonamiento humano que les llevará un tiempo renovar sus mentes con la
Palabra de Dios hasta que sus acciones correspondan con su confesión de
fe. Hasta que haya acciones correspondientes, habrá un fracaso continuo en
la vida. Puedo confesar y decir que Dios es la fortaleza de mi vida, pero si
sigo hablando de mis debilidades y falta de fe, seré derrotado, porque no hay
una acción correspondiente. Recurrir a métodos humanos en lugar de confiar
en el Señor genera confusión en tu espíritu. Trae debilidad y fracaso a tu
vida. Solo hay una cosa que hacer: volverse a la Palabra de Dios y actuar de
acuerdo con ella. Nuestro peor enemigo es la carne. La carne y el
razonamiento humano natural nos limitan a nuestras propias capacidades.
Miramos las circunstancias, los problemas, las pruebas y las tormentas, y
decimos que no podemos. El lenguaje de la duda, la carne y los sentidos es:
“No puedo. No tengo la capacidad, la oportunidad o la fuerza. Estoy limitado.
Pero el lenguaje de la fe dice: “Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece” (Filipenses 4:13). Pablo no dijo que podía hacer todas las cosas
porque era un apóstol y tenía un poder o gracia especial. En cambio, dijo
categóricamente: “Todo lo puedo en Cristo”. Tenemos este mismo acceso a
Cristo. Pablo dijo: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Tú
también eres una nueva criatura en Cristo. Cristo no le pertenece a Pablo
más de lo que te pertenece a ti. El lenguaje de la fe dice: “Todo lo puedo en
Cristo. No puedo ser conquistado, y no puedo ser derrotado,” Si las fuerzas
naturales vienen contra ti, no pueden derrotarte, porque no hay suficientes
fuerzas naturales en todo el mundo para conquistar al Espíritu Santo que
mora en ti. Estás fortalecido desde dentro. Por eso la Escritura dice : “Mayor
es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).
EL FORMULARIO DE LA FE
Si bien las cosas de Dios no pueden limitarse a algún tipo de metodología,
cuando se trata de la aplicación de nuestra fe, existen pasos o pautas clave
que podemos seguir para que nuestra fe sea efectiva. Esto ha sido etiquetado
por los héroes de la fe como la fórmula de la fe. Kenneth Hagin, el pionero
del Movimiento de Fe dice que la fe tiene una fórmula y la fórmula para
150
fe es primero, encontrar una promesa en la palabra de Dios para cualquier cosa que
estés buscando. En segundo lugar, cree en la palabra de Dios y no consideres
circunstancias contradictorias. En tercer lugar, ponga su fe en acción o más bien actúe
según la palabra de Dios. Y en cuarto lugar, gracias a Dios por la respuesta. El tema
central o la verdad en esta fórmula de fe es que puedes tener lo que dices. Marcos
11:23, es una de las referencias bíblicas de uso frecuente en la enseñanza de la fe,
porque en él vemos la “fórmula de la fe” para mover cualquier montaña que esté presente
en nuestras vidas. Ya sea que su montaña en particular sea la enfermedad, los seres
queridos que no son salvos, las dificultades financieras o los problemas familiares,
puede encontrar la solución en este versículo de las Escrituras. Marcos 11:23 23 dice:
Porque de cierto os digo, que cualquiera que dijere a este monte: Quítate, y
échate en el mar; y no dudare en su corazón, sino que creyere que se
cumplirán las cosas que dice; tendrá todo lo que diga.
La última frase dice, “él tendrá todo lo que diga”. En otras palabras, puedes
tener lo que digas que puedes tener. Lo que dices es tu fe hablando. Esto funciona
de manera negativa al igual que funciona de manera positiva, como vemos en la
historia del Antiguo Testamento de los 12 espías que fueron enviados a Canaán
para reconocer la tierra. En Números 14:69, no fueron los gigantes en la tierra de
Canaán los que mantuvieron alejados a los israelitas, sino los gigantes del miedo
en sus corazones.
Paso 1: Dilo
Refirámonos al relato popular de la mujer con flujo de sangre.
¿Qué es lo primero que hizo esta mujer? En el versículo 28, ella dijo: “Si alguna
vez tocare sus vestiduras, seré sana”. Alguien le había hablado a esta mujer acerca
de Jesús. Ella sabía que Él estaba sanando a la gente. Con esta información, ¿cuál
fue su primer paso para recibir sanidad? Lo primero que hizo fue decirlo. Hay un
lado hacia Dios y un lado hacia el hombre en cada batalla, cada victoria y todo lo
demás que recibimos de Dios. Tenemos nuestra parte que desempeñar. Hay algo
que debemos hacer. Dios no fallará. Si hay algún fallo, es de nuestra parte. Sin
embargo, si hacemos nuestra parte, podemos estar seguros de que habrá una
respuesta y una victoria. Esta mujer pudo haber hecho una confesión negativa, y
eso habría sido lo que recibió. Podría haber dicho que no servía de nada; había
sufrido tanto y había estado en tanto
151
muchos doctores Podría haber dicho que tal vez sería mejor para ella morir.
Pero ella no habló negativamente; ella habló positivamente. Ella dijo: “Si
puedo tocar solo su ropa, seré sana”. Y sucedió, porque podemos tener lo
que decimos. Por lo tanto, el primer paso para escribir su propio boleto con
Dios es decirlo. Si eres vencido, eres vencido con tus propios labios: como
sostuvo David: “Enredado estás con las palabras de tu boca, estás preso
con las palabras de tu boca” (Proverbios 6:2).
Paso 2: Hazlo
Note que lo siguiente que hizo la mujer con flujo de sangre fue actuar en su
fe. Ella no habló y luego se cruzó de brazos para esperar los resultados de
su confesión. No le habría hecho ningún bien a esta mujer haber dicho: “Si
puedo tocar tan solo su ropa, seré sana” sin actuar en consecuencia.
Nuestras acciones nos derrotan o nos superan. Según nuestras acciones,
recibimos o se nos impide recibir. La mujer con el flujo de sangre lo dijo y
actuó en consecuencia.
Ella tocó Su ropa. Ese fue un acto de fe y es sobre la base de sus acciones
que Jesús respondió: "¿Quién me tocó?". Note que Jesús no dijo, “¿Quién
me habló?”. Si solo hubiera hablado palabras de fe en su corazón y no
hubiera actuado de acuerdo con su fe, eso no habría hecho ninguna diferencia.
Pero ella actuó e instantáneamente recibió su avance curativo.
Paso 3: Recíbelo
La tercera cosa que hizo la mujer en cuestión después de actuar en su fe
fue recibir. Primero, la mujer lo dijo. Ella confesó su fe. Luego actuó de
acuerdo con esa fe extendiendo la mano y tocando al Maestro. Paso tres,
ella recibió su sanidad. Sintió en su cuerpo que estaba curada de la peste.
Nótese que el sentimiento y el folio curativo se casan con el decir y el
actuar. La mayoría de la gente quiere primero el sentimiento y la curación;
entonces piensan que tendrán el decir y el hacer. Pero no funciona de esa
manera. Tienes que tener el decir y el hacer primero. Entonces tendrás la
curación. Jesús percibió que había salido poder de él.
152
Paso 4: Cuéntalo
Nótese que lo siguiente que hizo la mujer fue contarlo. En otras palabras,
proclamó con valentía y habló sobre lo que Jesús había hecho en su vida. El
versículo 33 nos dice que la mujer con flujo de sangre reconoció lo que había
hecho. Ella le dijo toda la verdad. Jesús quiere que lo digamos para que otros
puedan recibirlo. El primer paso para escribir nuestro propio boleto es: Dilo. El
cuarto paso es: Cuéntalo. Hay una diferencia. Al principio, la mujer dijo lo que
creía. Luego contó lo que había sucedido.
Tenemos que decir algunas cosas con fe antes de recibirlas de Dios. La gente
dice cosas equivocadas porque creen cosas equivocadas.
Cuando empiecen a creer y decir lo correcto, eso es lo que tendrán. En 1
Samuel 17:4547, David le dijo al filisteo:
“Tú vienes a mí con espada y lanza y escudo; pero yo vengo a ti en el
nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel,
a quien tú has provocado. El Señor os entregará hoy en mi mano; y te
heriré, y te cortaré la cabeza; y daré hoy los cadáveres del ejército de los
filisteos a las aves del cielo ya las fieras de la tierra; para que toda la tierra
sepa que hay un Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que el
Señor no salva con espada y lanza; porque de Jehová es la batalla, y él
os entregará en nuestras manos”.
Y metiendo David su mano en su alforja, tomó una piedra, y arrojándola,
hirió al filisteo en la frente, y la piedra se hundió en su frente; y cayó sobre su
rostro en tierra. Entonces David venció al filisteo con una honda y con una
piedra, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces, David tomó la cabeza del filisteo y
la llevó a Jerusalén.
Cuando David mató al gigante con su honda de pastor, supo que podía
escribir su propio boleto con Dios. Sabía que Dios haría cualquier cosa que
dijera. Y en los versículos anteriores, vemos cómo David usó estos cuatro pasos
para escribir su propio boleto con Dios. Primero, lo dijo: “Hoy el Señor te
entregará en mi mano. . .” (versículo 46). David tenía fe, no en su propia
153
fuerza, sino en la fuerza de su Dios. David sabía que en su propio poder
era impotente contra este filisteo. Pero no confiaba en su propio poder;
estaba confiando en el Señor. Entonces David actuó sobre su fe: “Y
metiendo David su mano en su alforja, tomó de allí una piedra, la calafateó
e hirió al filisteo en la frente, de modo que la piedra se hundió en su frente;
y cayó sobre su rostro en tierra” (versículo 49). Si David hubiera sido guiado
por sus sentidos naturales, si hubiera escuchado el razonamiento humano,
habría sabido que sería imposible matar a un gigante con la honda de un pastor.
Pero estaba sintonizado con la voz interior de la fe, no con la voz exterior
del razonamiento humano, y la victoria fue suya. Recibió la victoria de los
israelitas sobre sus enemigos los filisteos. Entonces David tomó el paso cuatro.
“La noticia de la gran victoria del día se publicaba por toda la tierra: Y David
tomó la cabeza del filisteo, y la llevó a Jerusalén ” (versículo 54). Muy pocas
personas saben que pueden escribir su propio boleto con Dios. La razón
por la que Dios no ha hecho más por ellos es porque no han dicho más; no
han actuado más. Todo lo que tienen hoy es el resultado de lo que dijeron
ayer. Si estás al final de la escalera, es porque eso es todo lo que has creído.
154
CAPÍTULO SIETE
POR QUÉ LOS CRISTIANOS TAMBALEAN EN SU ANDAR
DE LA FE
Errores a evitar o tener cuidado al hacer ejercicio
¡Tu fe!
La presentación de esta qsue
los errores comunes ección
pretende
cometen alertarlo
muchos sobre
en eal
cristianos lgunos de
ejercicio
de su fe. Te ayudará para que puedas evitar estos errores. Hay
situaciones en la Biblia donde la fe de las personas vaciló o tropezó.
Actuaron con fe, pero a la mitad del camino, su fe vaciló; no pudieron
aferrarse a su fe el tiempo suficiente. Sin embargo, debe entenderse
expresamente a este respecto que la derrota y el fracaso no pertenecen
al hijo de Dios. ¡Dios nunca hizo un fracaso! Dios nos hizo nuevas
criaturas con una habilidad inherente para dominar y vencer. No nacemos
de la voluntad de la carne ni de la voluntad del hombre, sino de la
voluntad de Dios. Somos creados en Cristo Jesús. Las fallas son hechas
por el hombre. Están hechos por creer y pensar mal. Las siguientes son
razones clave por las que algunos creyentes fallan en su camino de fe:
Intentar ejercer la fe fuera del contexto de la voluntad de Dios
El hecho de que la fe sea un ejercicio espiritual agresivo no significa que
debas aplicarla al azar, incluso si es en contra de la voluntad de Dios. El
155
Por qué los cristianos flaquean en su camino de fe
La Biblia da una narración de cómo Abraham cometió un error al intentar aplicar
su fe en un área equivocada. En Génesis 16:12, Abraham vaciló cuando
escuchó la voz de Sara para engendrar hijos de Hagai. Los siguientes 12 años
se conocen como los años silenciosos de Abraham porque Dios nunca le volvió
a hablar hasta que cumplió 99 años. La fe de Abraham vaciló porque nunca le
preguntó a Dios qué pensaba o qué diría sobre el asunto. No consideró la
voluntad de Dios y tomó una decisión sobre un asunto muy crítico sin escuchar
a Dios.
Esta es la primera área en la que los cristianos fallan en su fe porque
generalmente no escuchan a Dios, pero la Biblia dice que la fe proviene de
escuchar a Dios a través de Su palabra escrita o hablada. No hay forma de que
puedas operar más allá de lo que Dios no dijo. Abraham escuchó la voz
equivocada. Era la voz de su esposa, no de Dios. Esto es lo mismo que hizo
Adán en el Jardín del Edén. Hoy, todavía tenemos gente peleando en el Medio
Oriente por Abraham. No tendríamos al ismaelita si Abraham hubiera escuchado
a Dios. Estaríamos teniendo paz en el Medio Oriente. Todo comenzó con Ismael.
Vacilamos en la fe cuando nos alejamos de la voluntad de Dios o cuando
empiezas a moverte en la dirección que Dios no te pidió. Por lo tanto, toda
expresión de fe debe ejercerse dentro de los límites de la voluntad de Dios. Por
eso Kenneth Hagin dice: “La fe comienza donde se conoce la voluntad de Dios”.
Falta de revelación o ignorancia de asuntos de fe.
Como profesa la palabra de Dios, la ignorancia es una gran piedra de tropiezo,
impedimento u obstáculo para nuestro ejercicio útil de la fe. Si no comprende la
dinámica de la fe o no tiene una revelación de lo que es la fe y cómo funciona,
entonces puede ser difícil ejercerla plenamente.
Algunas personas solo llegan al nivel de conocer la definición elemental de la
fe, pero nunca llegan al nivel del conocimiento de la revelación en el que pueden
aplicar prácticamente las leyes espirituales y los principios de la fe para hacer
las cosas. Como resultado, su fe no se ejercita en absoluto. La palabra griega
para conocimiento en 2 Pedro 1:2 es “epignosis”. Significa pleno conocimiento
que trasciende la mera conciencia; conocimiento esotérico discernimiento o
pleno entendimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo. En ausencia de esta profunda
156
conocimiento espiritual acerca de Dios y la dinámica del reino de los
espíritus, la fe no se puede ejercer con eficacia. Para que la fe sea eficaz,
debe ir acompañada del conocimiento revelado.
Muchas veces nuestro concepto del reino espiritual es infantil. No
entendemos las cosas espirituales, por eso no podemos convertirlas en
cosas reales cuando el cheque entra en nuestro espíritu. La fe es un cheque
espiritual que cae en tu espíritu. Te da el poder adquisitivo para todas las
cosas. El espíritu y el alma son más poderosos que el medio físico. El
cheque de fe que Dios deja caer en tu espíritu te da el poder adquisitivo
para lo que necesites para tu espíritu, alma y cuerpo. Y a veces la gente no
entiende el reino de los espíritus; son como niños pequeños a los que les
dan cheques y no entienden que un cheque es igual a poder adquisitivo. Lo
miran y dicen que esto es un pedazo de papel. Usan la seguridad de las
cosas que están saliendo para jugar a las cartas. Es por eso que flaquean
en su caminar de fe.
Fracaso en caminar ferviente y persistentemente en el espíritu
Es desalentador notar que multitudes de cristianos en el Cuerpo de Cristo
no están en espíritu. La razón por la que multitudes han vacilado en el
ejercicio de la fe es que intentan ejercer la fe en la carne. Esta no es la
forma bíblica de ejercer la fe. Dado que la fe es un fenómeno espiritual, el
ejercicio de la fe requiere que uno esté en el espíritu. El ejercicio de la fe
implica exigir las bendiciones que se encuentran en el reino espiritual, por
lo tanto, debe operar estrictamente en la dimensión espiritual si alguna vez
desea acceder a la plenitud de estas bendiciones. La fe es un caminar en
el reino espiritual. La fe se mueve hacia el reino espiritual para aferrarse a
las bendiciones de Dios y traerlas de regreso al reino natural. Eso significa
que si no tienes fe, no hay forma de que puedas pasar al reino espiritual y,
por lo tanto, las posibilidades de que manifiestes las bendiciones de Dios
desde el reino natural son mínimas. Muchas personas están hablando pero
el problema es que están hablando demasiado en la carne y no en el
espíritu, por lo que su confesión no tiene ninguna sustancia en el espíritu.
En el reino del espíritu, en el momento en que piensas en algo, se crea
justo frente a ti. En el reino espiritual, algo se concibe en el momento en
que le crees a Dios por ello. Pero es en el mundo caído en el que vivimos que concib
157
algo y tarda en salir. Porque son muchas las fuerzas que actúan en su contra
pero en el Cielo sólo prevalece la ley del espíritu . Entonces, si desea lograr algo
en el espíritu, y estas otras leyes no ceden fácilmente, debe prevalecer mediante
el ejercicio de la fe. Las primeras veces puede parecer difícil, pero a medida que
sigues prevaleciendo, esa ley que quiere ciclarte se rompe. La fe no es solo una
ley, sino una ley superior que quebranta todas estas otras leyes. Por ejemplo, la
ley del tiempo, el espacio y la distancia para que su avance se produzca
rápidamente en el ámbito espiritual.
Inconsistencia en la confesión de fe
Muchas personas confiesan ciertas cosas hoy, pero mañana dirán cosas
completamente diferentes. La falta de consistencia en su confesión es lo que
desactiva o acorta el poder de la fe para que no fluya de sus espíritus. Por eso la
Biblia dice que una persona de doble ánimo no recibe nada del Señor. ¿Por qué?
Porque no está establecido en la fe; hoy está dentro pero mañana está fuera. Es
inconsistente en su confesión de fe, por lo que nada fructífero se materializa en
su vida. Esta es la razón por la cual el ángel tuvo que cerrar la boca de Zacarías
para que no confesara algo negativo que anulara lo que Dios le había ordenado
(Lucas 1:525). Pedro experimentó esta situación cuando negó a Cristo tres veces
(Lucas 22:3132). Estos momentos son inevitables en nuestras vidas; sin embargo,
Dios los usa para fortalecer nuestra fe y enseñar a otros.
Es un escenario típico que multitudes de creyentes en un amplio espectro de
la fe carismática tiendan a vacilar en su fe, especialmente cuando se enfrentan a
situaciones y circunstancias desafiantes en la vida.
Mientras que algunas personas vacilan en la fe, la Biblia dice en Santiago 1:6 que
pida con fe, nada vacilante. Porque el que vacila es como una ola del mar
impulsada por el viento y sacudida. Porque no piense ese hombre que recibirá
cosa alguna del Señor. Por ejemplo, decimos que confiamos en que Dios proveerá
para nuestras necesidades financieras, pero al mismo tiempo nos preocupamos
por cómo vamos a pagar nuestras cuentas. Un minuto confesamos que la Palabra
de Dios es verdad, y al siguiente repudiamos todo lo que hemos dicho con malas acciones.
Tus acciones deben corresponder con tus creencias si vas a recibir
158
de Dios. Cuando dices algo positivo y en línea con la palabra de Dios, se
establece en el reino espiritual. Sin embargo, si ahora enfrenta desafíos y
luego confiesa negativamente, la confesión negativa tiene el poder de
cancelar todas las declaraciones positivas que hubiera pronunciado.
No aplicar correctamente los principios y leyes de la fe.
Muchas personas profesan estar ejerciendo la fe, pero en realidad no están
aplicando correctamente las leyes espirituales y los principios de la fe para
obtener resultados positivos. Debe entenderse expresamente que la fe es
una ley y si alguna ley no se aplica correctamente, hay consecuencias. El
libro de Romanos habla de las leyes de la fe y la ley del espíritu que contrastan
con la ley del pecado y la muerte. Hay dos leyes opuestas bajo las cuales no
puedes vivir. O vives bajo esta ley o vives bajo la otra. Pero no puedes vivir
bajo ambos. No puedes tener ambos funcionando al mismo tiempo. Uno te
operará y te controlará. En el momento en que escogiste la ley de la fe, la ley
del reino de los sentidos tratará de desanimarte en el camino de la fe.
La mayor verdad es que la Fe es una ley. Si lo aplicas correctamente,
funcionará para ti, pero si lo aplicas incorrectamente, funcionará en tu contra.
La razón por la que Giezi no resucitó al niño de entre los muertos después de
que Eliseo le dio un bastón es porque no aprovechó correctamente los
principios espirituales para lograr una resurrección. Lo intentó pero fracasó a
pesar de que tenía la unción. Muchas personas tienen todo el poder de la
unción, pero no saben cómo aprovechar las leyes y los principios espirituales
de Dios para canalizar ese poder o la unción y producir una manifestación en
el ámbito físico. Kenneth Hagin dice Habla con tu montaña, no sobre ella. Hay
una diferencia entre hablarle a tu montaña y hablar de tu montaña. Hablar de
tu montaña magnificará el problema en tu mente. El problema comenzará a
verse cada vez más grande a tu vista. Pero hablarle a tu montaña mantiene
las cosas en la perspectiva adecuada.
Cuando pones la Palabra de Dios en tu boca, magnificando la respuesta por
encima de todo, hablarle a la montaña hará que se mueva (Marcos 11:23–24).
159
En un sentido práctico, tómate un día y haz un seguimiento de cuántas veces
hablas sobre el problema al que te enfrentas. Luego vaya a la Palabra de Dios, la
Biblia, y averigüe lo que dice sobre el problema. Luego comience a reemplazar
sus palabras sobre la situación con la palabra de Dios sobre el asunto.
Cada vez que comience a hablar sobre el problema, recuérdese hablarle,
diciéndole que cambie y se ajuste a lo que dice la Palabra. Si puedes hacer esto,
antes de que te des cuenta, resultados alarmantes de cambio estallarán en tu
situación.
Carnalidad o demasiado enfoque en el ámbito natural.
El mayor desafío que enfrentan los cristianos es que vivimos tanto en el ámbito
natural donde todos estábamos perdidos en el pecado. Nacemos de nuevo,
probamos los poderes celestiales, pero ahora volvemos a pensar en el ámbito
natural nuevamente. Siempre pensamos en términos de las fuerzas naturales.
Desde el trasfondo de pecado de donde venimos, siempre pensamos en términos
de lo natural. Tenemos tanta confianza en lo natural porque nuestra vida pasada está en lo na
A veces, cuando nos movemos hacia el ámbito espiritual, flaqueamos porque
tenemos más confianza en el ámbito natural que en la ley espiritual. Esto es
carnalidad. Lo opuesto a la divinidad es la carnalidad.
La Biblia dice en 2 Corintios 5:7 que por fe andamos y no por vista. Hay
un contraste entre la fe y la vista. Y muchas personas confían mucho en sus
sentidos naturales, en lugar de los ojos de la fe. Es un desafío que muchas
personas estén demasiado enfocadas en lo natural y todo lo que ven son sus
circunstancias y negatividad y en el proceso, renuncian a su fe ante las críticas y
la adversidad. Muchos tienen una interpretación y comprensión natural de lo que
es la fe y cómo debería funcionar. Por lo tanto, ver las cosas desde una perspectiva
natural va en contra de la ley de caminar por fe.
En Mateo 14:28, cuando Pedro vio a Jesús caminando en el agua,
también pidió caminar y comenzó a caminar en fe. Este es un acto de fe que
empezó bien pero en el camino algo pasó. Surgieron dudas, vio algo equivocado.
Se asustó, por lo que comenzó a hundirse. Mucha gente es como Pedro; empiezan
bien en su fe pero en el camino,
160
dan paso a las circunstancias. Pedro comenzó a ver las circunstancias en lugar del
Señor y su palabra. Por lo tanto, la duda comenzó a surgir en su medio y en el
momento en que temió, comenzó a hundirse. Algunas personas piensan que Peter
caminó unos tres pasos y luego comenzó a hundirse. No podía ser porque él era un
pescador; él era nadador. En Juan hacia el final, en realidad nadó hasta la orilla
cuando vio a Jesús en la orilla.
Era un buen pescador y un buen nadador. Conocía muy bien el agua porque había
vivido allí toda su vida. Si estuviera a solo 3 pasos en el agua, no habría gritado; en
cambio, simplemente habría nadado de regreso al bote. Así que debe haber caminado
una distancia tal vez fue a mitad de camino entre Jesús y el barco. El bote estaba
demasiado lejos para regresar y Jesús estaba demasiado lejos para alcanzarlo.
Caminaba sobre el agua hasta que vio la circunstancia. Sus ojos vieron el reino físico.
Muchos cristianos fallan en su camino de fe debido a circunstancias adversas.
Permiten que su fe se sofoque y se vuelva ineficaz por circunstancias que la misma
fe debería haber dominado. Al igual que Pedro, apartan la vista de la Palabra y miran
con miedo los vientos bulliciosos y las olas embravecidas. Esto culmina en un
escenario en el que muchos se hunden cuando en realidad deberían estar caminando
sobre el agua. Mientras camines en fe, nunca debes ser afectado por los cinco
sentidos y tu fe nunca debe ceder ante la adversidad, porque caminamos por fe y no
por vista.
Romanos 4 dice que Abraham se fortaleció en la fe, dando gloria a Dios y no
considerando su propio cuerpo como muerto, ni la matriz de Sara que estaba muerta.
Las circunstancias le dijeron que era imposible. Pero si alguna vez quieres moverte
en el reino de la fe, debes romper ese camino de los cinco sentidos. Mientras estés
afectado por los cinco sentidos, él nunca tendrá una fe fuerte.
Determina ahora mismo que si alguna vez quieres tener una fe fuerte, no puedes ser
afectado por los cinco sentidos. Los cinco sentidos te dirán que no puedes hacerlo,
pero la fe sí.
Cada vez que la fe flaquea, flaquea porque has apartado tus ojos del reino
espiritual y has mirado hacia lo natural. Si alguna vez quieres caminar en la fe, debes
tomar la decisión de calidad de nunca considerar los sentidos físicos. Si vas a
considerar tus sentidos físicos como a la mitad de la línea, serás como Peter. Hay
muchas personas que comienzan a caminar en la fe, pero en algún momento se dan
por vencidos porque consideraron las circunstancias físicas. Por lo tanto, se remontan
al reino de los cinco sentidos. Abraham también empezó bien pero a mitad de camino
161
En línea, su esposa vino y dijo: ¿no ves que no tenemos hijos? Deja que Hagai te
dé un hijo.
Pero la fe está en contraste directo con el reino de los sentidos porque la
Biblia dice en 2 Corintios 5:7 que no andamos por vista. Estas son dos experiencias
opuestas. Caminas por la fe que está en el reino de lo invisible o caminas por la
vista que está en el reino carnal. No puedes considerar los cinco sentidos una vez
que caminas en fe. Mucha gente cree en Dios para un gran avance financiero,
pero están limitando a Dios en el ámbito natural. Le imponen limitaciones naturales
a Dios, sin embargo, hay millones de fuentes que Dios podría usar para traer
prosperidad a su vida, pero si eliminara esos límites, Dios podría ir más allá de
ese ámbito.
Incredulidad/ Duda
La duda es uno de los mayores enemigos que destruyen nuestra fe. La duda es
tener fe en el reino físico y en el diablo. La duda es la marcha atrás de la fe FF
Bosworth, el autor de Christ the Healer, dijo una vez que “la fe y la duda no pueden
vivir en la misma casa”. El cristiano no tiene por qué hablar de la duda, porque no
le pertenece. En Marcos 9:23, Jesús proclamó que “al que cree todo le es posible”.
Al contrario, esto significa que para el que no cree, todas las cosas son imposibles.
Jesús dijo que todas las cosas son imposibles si tienes fe, por eso es importante
que tengas fe para moverte en el reino de las imposibilidades. ¿Qué quiere decir
cuando dice que todas las cosas son posibles? ¿Cuál es la definición de
imposibilidad? Es algo que las leyes naturales no pueden lograr. Es algo que está
más allá de la comprensión del hombre en cuanto a cómo saldrá. Por ejemplo,
quitar una montaña, no hay leyes naturales que sepamos que podamos quitar una
montaña instantáneamente. Entonces es imposible.
El problema es que los cristianos muchas veces han relegado todas las
cosas a Jesús y han dicho que Jesús puede hacer esto y estas otras cosas que
nosotros nunca podemos hacer, pero Jesús quiere que lleguemos a un punto en
el que las obras que él hace, también las podemos hacer. La fe se mueve en el
reino imposible y si alguna vez te enfrentas a la imposibilidad, lo más importante en tu vida
162
obtener es fe para que puedas convertir todas tus imposibilidades en posibilidades. Para que
pueda volar en pedazos y dinamitar todo el reino de lo imposible. Jesús dijo que la fe, tan poco
como la semilla dominada, convertirá todas tus imposibilidades en posibilidades; destruirán
todas las cosas que te eran imposibles en lo natural. Por lo tanto, es importante que cuando
te enfrentes a una situación imposible, tu consideración más importante sea obtener la fe para
ello. Porque si tienes fe, ya no existe tal cosa como imposible. El principio es que la fe se
mueve en el reino imposible.
Es una verdad mayor que la duda es un ladrón de las mayores bendiciones de Dios.
La duda robará al creyente lo mejor de Dios para su vida (Mateo 12: 2230). En esta historia,
Jesús envió a Sus discípulos al otro lado del mar mientras Él iba solo a una montaña a orar.
En la cuarta vigilia de la noche (entre las 3 y las 6 de la mañana siguiente), los discípulos
vieron a Jesús caminando hacia ellos sobre el agua. Pensando que estaban viendo un
fantasma, gritaron de miedo. Jesús habló tranquilizadoramente: “Soy yo; No tengas miedo." El
impetuoso Pedro gritó: “Señor, si realmente eres Tú, mándame ir a Ti”. Jesús respondió con
una sola palabra: “Ven”. Pedro comenzó con fe, y mientras mantuvo sus ojos en Jesús, le fue
bien. Pero cuando apartó los ojos de Jesús y miró las circunstancias que lo rodeaban, el viento
que azotaba el mar a su alrededor, tuvo miedo y comenzó a hundirse. “¡Señor, sálvame!” gritó.
Jesús tomó la mano de Pedro y lo condujo de regreso a la barca, reprendiendolo con las
palabras: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” La fe es actuar sobre la Palabra de Dios.
Mientras Pedro cumpliera la palabra de Jesús, estaba bien. Pero cuando comenzó a dudar,
cuando tuvo miedo y dejó de actuar según las palabras de Jesús, comenzó a hundirse. Jesús
no tenía la intención de que Pedro se hundiera. Quería que Pedro caminara de regreso al
barco con Él. La duda le robó a Pedro esta bendición. La duda y el miedo van de la mano,
pero la fe y el amor también van de la mano: “El amor perfecto echa fuera el miedo”.
(1 Juan 4:18).
El uso de la frase “Si” es ilegal en el ejercicio de la fe porque representa una señal de
duda. Alguien dijo una vez: “Hemos estado orando para que si es la voluntad de Dios que ella
sea sanada, Él nos dará la fe para creer que ella será sanada”. No es bíblico orar, “Si es tu
voluntad” con respecto a algo que la Palabra de Dios ya nos ha prometido. Cuando pones un
“si” en tu oración, estás orando con dudas. Algunas personas piensan que están siendo
humildes cuando, en realidad, están siendo ignorantes. No obtendrá respuesta si
163
usted pone "si" en sus oraciones cuando la Palabra de Dios ya ha dejado en
claro Su voluntad. Es solo cuando estás rezando una oración de consagración
que pones un consagración,
"si" en la oración.
no eEstás
sto se
eguro
debe
dae qcue,
uál en
s lua
na
voluntad
oración
ddel
e Señor.
Pero en cuanto a la oración de es la insignia de la duda, y no debe estar en sus
particular en
oraciones
su vida, clomo
a fe, u"si"
na ceuando
nfermedad
está o rando
dolencia.
para cambiar una situación
Miedo/Falta de audacia y audacia en la fe
Muchas personas no ven los resultados esperados de su ejercicio de la fe por
falta de audacia o audacia en la fe. Por ejemplo, muchos tienden a ejercer su fe
por miedo, desesperación y como resultado, su confesión no hace ningún
impacto significativo en el espíritu. Para trabajar, la fe debe ejercerse en un lugar
de descanso que de ajetreo. Debe entenderse que la fe es una actitud del
espíritu. Requiere audacia y audacia para que tenga algún efecto. La Fe viene
por oír la palabra de Dios pero el Temor viene por oír y oír la palabra del diablo.
El diablo opera en el ámbito de los sentidos pero Dios opera más allá de los
sentidos. El miedo es la marcha atrás de la fe. La fe y el miedo no pueden
coexistir. La fe y el miedo son sinónimos porque el miedo es fe invertida. Inventar
algo significa invertir su posición, orden o condición. En otras palabras, el miedo
significa que simplemente crees más en lo que no quieres que suceda que en lo
que realmente quieres que suceda. Mientras que la fe es la evidencia de
realidades invisibles, el miedo es la evidencia de la duda. Es por eso que algunas
personas interpretan el acrónimo de MIEDO en el sentido de evidencia falsa que
parece real.
David proclama en el Salmo 34:14 que “Busqué al Señor, y él me oyó,
y me libró de todos mis temores”. La fe y el miedo son expectativas.
La fe espera lo mejor. El miedo espera lo peor. La fe y el miedo son imanes.
La fe es un imán que atrae provisión. El miedo es un imán que atrae la carencia.
(Proverbios 29:25) dice: “El temor del hombre es un lazo” (Romanos 10:17)
La fe para las finanzas viene al escuchar la Palabra de Dios acerca de la prosperidad y el temor a
la escasez viene al escuchar las mentiras del diablo acerca de la pobreza (Hebreos 11:1). La fe es
la sustancia de la prosperidad esperada, la evidencia de la prosperidad que no se ve. El miedo es el
164
sustancia de la pobreza temida, la evidencia de la pobreza no vista. Por lo tanto, debemos
adoptar una "política de tolerancia cero" hacia cualquier forma de miedo. Desarrolla una
fe de bulldog. Cuando Jairo buscó a Jesús para que sanara a su hija, el Señor le dijo: “No
temas; cree solamente, y será salva” (Lucas 8:50). Muchos cristianos a no dar frutos de
su fe porque tienden a reprender sus circunstancias, el diablo y la enfermedad en el miedo.
El miedo envía una señal negativa en el reino del espíritu y cualquier cosa que se envíe
como entrada al reino del espíritu que tenga un elemento de miedo no cuenta para nada.
En Números 14:69, no fueron los gigantes en la tierra de Canaán los que mantuvieron
alejados a los israelitas, sino los gigantes del miedo en sus corazones.
Por lo tanto, tu valentía en tu fe te abrirá puertas de oportunidad (1 Timoteo
3:13). En la Traducción de las Buenas Nuevas, “Los ayudantes que hacen bien su trabajo
fe en Cse
risto
ganan
Jesús”.
una
Pbor
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lo tanto,
reputación
nunca yd ejes
dicen:
que
pueden
el miedo
hablar
a lo
cdon
esconocido
valentía atcerca
e impida
de su
hacer lo que al principio parece imposible cuando en realidad es posible (2 Timoteo 1:7 7).
Porque Dios no nos ha dado espíritu de cobardía; sino de poder, y de amor, y de dominio
propio.
El miedo tiene un origen externo. El miedo no es algo que viene de tu interior. Es
algo que viene de afuera, tratando de apoderarse de ti. Es del enemigo. No debemos
confesar el miedo; más bien, debemos confesar poder, amor y dominio propio.
La Biblia registra un incidente en el que una tarde, después de un día entero de
predicar a las multitudes, Jesús dijo a sus discípulos, que estaban reunidos a su alrededor
en una barca: “Pasemos al otro lado”. Estaba cansado y rápidamente cayó en un sueño
profundo en la parte trasera del bote, ajeno a la tormenta que se levantó. Siguió durmiendo
plácidamente a pesar de las olas que golpeaban el pequeño bote. Sus discípulos eran
cualquier cosa menos pacíficos.
Mientras los vientos aulladores crecían y la barca se llenaba de agua, los discípulos
despertaron a Jesús y le dijeron: “¿Ni siquiera te importa que nuestra barca esté a punto
de hundirse y todos muramos?”. Habían olvidado las palabras de Jesús cuando habían
comenzado su viaje. Jesús se puso de pie, reprendió al viento y calmó la tormenta. El Mar
de Galilea se volvió tranquilo y pacífico una vez más. Luego se volvió hacia sus discípulos
y los reprendió: “¿Por qué dudasteis de mí?
¿Por qué estás tan lleno de miedo? ¿Dónde está tu fe? ¿No te dije al principio de este
viaje que cruzaríamos al otro lado? ¿Por qué no me creíste?” Los discípulos habían
permitido que la duda y el miedo entraran en sus corazones, expulsando la fe en la
promesa de Jesús de que llegarían sanos y salvos al otro.
165
lado. Una vez más, el ladrón llamado Duda había triunfado. No fueron los gigantes en
la tierra de Canaán los que mantuvieron alejados a los israelitas, sino los gigantes del
miedo en sus corazones.
No caminar en el amor
Es una verdad espiritual que la fe obra a través del amor. Por lo tanto, la clave para
operar en la fe es estar arraigado y cimentado en el amor para que su fe opere a
través del amor. La Biblia nos dice claramente que todo creyente debe estar arraigado
y cimentado en el amor de Cristo, si queremos experimentar la plenitud de Dios, quien
es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos. En Efesios 3:1620 dice: “Que os dé, conforme a las riquezas
de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; Que
Cristo habite en vuestros corazones por la fe; para que, arraigados y cimentados en
amor, seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la
longitud, la profundidad y la altura; Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Además, se nos dice
que nos pongamos la coraza de la fe y el amor, los dos van juntos como mano y
guante. (1 Tesalonicenses 5:8), “Pero nosotros, los que somos del día, seamos
sobrios, vistiéndonos con la coraza de la fe y del amor; y por yelmo, la esperanza de salvación.”
Mientras caminamos en el Espíritu, el amor de Cristo comenzará a fluir a través de
nosotros y dará a luz mucha fe. Entre los frutos del Espíritu encontramos tanto la fe
como el amor (Gálatas 5:2233), “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; no hay ley.” Cuando el
amor de Cristo fluye a través de nosotros, trae mucha fe. La Palabra de Dios nos dice
claramente que la fe obra por el amor (Gálatas 5:6), “Porque en Jesucristo ni la
circuncisión vale nada, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por el amor.
166
Enseñanzas mal interpretadas y conceptos erróneos centrados en el
tema de la fe.
Algunos cristianos nunca tienen su fe para trabajar porque se les enseña
incorrectamente a ejercer la fe. La mala teología o las enseñanzas o
doctrinas cristianas mal interpretadas tienen el poder de desactivar la fuerza
de la fe. Anula la capacidad de Dios para obrar, actuar o moverse en nombre
de la humanidad. Muy a menudo nos han lavado el cerebro religiosamente.
Nuestras cabezas están llenas de cosas religiosas y no hemos sido
entrenados para escuchar y seguir a nuestros espíritus. Por ejemplo, en
algunos ciclos cristianos en todo el mundo, a algunas personas se les
enseña que la fe es optimismo, creencia, esperanza o convicción mental.
Como resultado de estas enseñanzas malinterpretadas, nunca podrán
ejercer la fe correctamente. Por eso debéis sopesar cada enseñanza con la
palabra de Dios. Cualquier enseñanza que no esté en línea con la palabra
de Dios no engendrará fe en absoluto. Es desalentador notar que algunas
de las cosas que los predicadores despotrican y deliran detrás del púlpito
en realidad no están en línea con la palabra de Dios. Es lamentable que
tales enseñanzas envíen una gravedad espiritual negativa que desactive la
fe de la congregación. Por eso es importante que revises con qué alimentas
tu espíritu porque eso es lo que determinará si tu fe crece o decae.
167
CAPÍTULO OCHO
LAS DIMENSIONES DE LA FE
Tres Desafortunadamente,
dimensiones de la fe pharecen
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tipo) e fe y d
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que descubramos qué tipo de fe estamos usando. Hay diferentes tipos de
fe y estos pueden superponerse. Las personas pueden tener más de un
tipo en un momento determinado. La buena noticia es que una persona
puede tener todos estos diferentes tipos de fe. Notable es la comprensión
de que el tipo de fe de Dios es lo que usamos para hacer las cosas en el
ámbito espiritual y produce resultados en el ámbito natural. Es el tipo de fe
que mueve la mano de Dios y convierte las montañas en valles y las
imposibilidades en posibilidades. Estos se ilustran mejor en un análisis
comparativo. Por ejemplo, la fe humana frente a Dios Tipo de fe, la fe en
Dios frente a la fe de Dios. Estas son las decisiones clave de la fe:
LA PRIMERA DIMENSIÓN
LA FE HUMANA VERSUS LA FE DE DIOS
Fe humana
Esto también se conoce como fe natural o intelectual y, en algunos casos,
como el tipo de fe de Tomás. La Biblia describe un cierto humano temporal
168
fe que mucha gente tiene. En el Nuevo Testamento, cuando Cristo sanó a las
personas, a veces les dijo: “Vuestra fe os ha sanado” (Mateo 9:22) o “según vuestra
fe os sea hecho” (Mateo 9:29). Estas personas carecían del Espíritu de Dios pero
tenían una fe humana temporal que permitió que Cristo los sanara. En Marcos
5:34, cuando Jesús le habló a la mujer con flujo de sangre, Jesús no dijo que fue
Su poder el que sanó a la mujer que tenía flujo de sangre; En cambio, Él dijo que
su fe lo hizo. Él dijo: “Hija, tu fe te ha salvado. Esto implica que la mujer tuvo fe
para ser sanada. Esto se llama fe humana. Es este crecimiento de la fe humana a
la fe de Cristo a lo que Pablo se refirió cuando dijo, “la justicia de Dios se revela
por la fe [humana] y para la fe [de Cristo en nosotros]” (Romanos 1:17). Si no
hubiera fe humana y la fe de Cristo en nosotros, ¿de qué otra manera podría la
gente ir “de fe en fe”? Si uno está en una habitación, esa persona no puede ir a
una habitación diferente y seguir estando en la misma habitación.
¿Ves este punto? Es lo mismo con la fe. La fe humana es como una pequeña
habitación, que los verdaderos cristianos deben dejar para entrar en la gran
habitación de la fe de Cristo que obra en ellos.
El principal rasgo característico de la fe humana es que oscila
continuamente y sube y baja según cómo uno se sienta en un momento dado. Es
muy parecido a una montaña rusa. Cuando los acontecimientos parecen positivos
o se ven bien, la fe humana está alta. Cuando las cosas se ven mal y el resultado
de un asunto parece sombrío, la fe humana desaparece en un instante. La fe de
Dios es permanente y no vacila. Él requiere que todos los que vienen a Él en
oración, con peticiones, “no titubeen”. Él considera que todos los que vacilan son
inestables en todo lo que hacen, y dice que nada recibirán de Él (Santiago 1:68).
La fe humana cree que algo es verdad sin prueba ni compromiso. Por ejemplo, una
persona puede creer intelectualmente que Jesús fue una persona real que realizó
milagros, pero no aceptar el hecho de que Él era Dios en el hombre. El tipo de fe
de Tomás funciona directamente de manera opuesta a cómo opera el tipo de fe de
Dios. Un ejemplo perfecto de este tipo de fe se nos da en Juan 20:25. En este
ejemplo, Jesús se apareció a los discípulos después de Su resurrección, pero
Tomás no estaba con ellos cuando se apareció. Los discípulos le dicen a Tomás
que han visto al Señor y Tomás se niega a creerles . Entonces los otros discípulos
le dijeron: “Hemos visto al Señor”. Pero él les dijo: A menos que vea en sus manos
la marca de los clavos, y meta mi dedo en la marca de los clavos, y meta mi mano
en su costado, no creeré”. (Juan 20:25). Note que Tomás declara que a menos
que, o hasta que vea al Señor,
169
Las dimensiones de la fe
él no creerá. Demasiados cristianos tienen una “fe de Tomás” cuando deberían
tener una “fe abrahámica”. Tomás dijo: "No creeré hasta que pueda verlo",
mientras que "Abraham no se tambaleó ante la promesa de Dios, sino que se
fortaleció en la fe". Así es como tantos del pueblo de Dios también tratan con
las promesas de Dios. No les creerán hasta que los vean manifestarse. Como
Tomás, quieren ver antes de creer, quieren sentir antes de creer , quieren
experimentar la promesa antes de creerla .
Todo el mundo tiene fe. La fe es el corazón de la vida. Vas a un
médico cuyo nombre no puedes pronunciar. Te da una receta que no puedes
leer. Lo llevas a un farmacéutico que nunca has visto. Te da un medicamento
que no entiendes y, sin embargo, lo tomas. Ahora, eso es vivir por fe. El hecho
es que no podemos pasar un solo día sin vivir por fe. Cuando enciende un
interruptor de luz, confía en el cableado eléctrico. Cuando enciende el
interruptor de encendido de su automóvil, confía en el motor.
Cuando envía una carta, tiene fe en el servicio de correo. Lo mismo ocurre
con la fe espiritual. Incluso cuando las personas afirman no tener ninguna
religión, todavía viven por fe. Todo ser humano pone fe en algo. Puede estar
en alguna noción del potencial humano. Puede estar en la supremacía de la
ciencia o de la razón o del poder político. O pueden tener fe en algún concepto
vago como “unidad con la naturaleza”. Pero todos viven por fe.
Sin embargo, el Apóstol Pablo en Gálatas 2:20 dice que está viviendo
por la Fe del hijo de Dios. Es interesante ver el uso “Fe del Hijo de Dios”, [no
“Fe en el Hijo de Dios”.] El uso “Fe del Hijo de Dios” aparece muchas veces
en la traducción literal de la Biblia King James [ Romanos 3:22, Gálatas 2:16,
2:20, 3:22, Efesios 3:12, Filipenses 3:9, Santiago 2:1, Apocalipsis 14:12]. Una
vez nacido de nuevo, Su Fe está disponible para nuestro beneficio. Un
creyente ya no vive por su propia fe humana.
El problema con la iglesia ahora es que los ministros o maestros están
ocupados enseñando a los creyentes cómo edificar su fe humana; por la
confesión, enseñando todos los principios, leyes, técnicas y dinámicas de la
fe. JCuanto más habla una persona sobre su fe, está revelando su incredulidad.
Cuanto más una persona habla de Jesús, está revelando su gran fe. Los
creyentes deben migrar de la fe humana a la clase de fe de Dios si alguna vez
quieren prevalecer sobre todas las circunstancias.
170
El tipo de fe de Dios
Jesús nos dio una lección importante e inolvidable sobre el poder de la fe
(Marcos 2). En una tarde de primavera, Jesús y sus discípulos viajaban a pie
por el seco desierto del Medio Oriente cuando se encontraron con una higuera.
Cuando se acercaron no encontraron nada más que hojas. Entonces,
sorpresivamente, Jesús le dijo al árbol: “Que nadie vuelva a comer fruto de
ti”. Lo dijo lo suficientemente alto para que sus discípulos lo oyeran. Al día
siguiente, cuando comenzaron su viaje de regreso por el antiguo camino
familiar, Pedro vio que la higuera se había secado desde las raíces.
"¡Rabino!" el exclamó. “¡La higuera que maldijiste se ha secado! “Y con ese
milagro, Jesús comenzó a exponer sobre el tema de la fe. “Ten fe en Dios”,
respondió Jesús. “De cierto os digo, que si alguno dice a este monte: 'Ve,
tírate al mar', y no duda en su corazón, sino que cree que sucederá lo que
dice, le será hecho”. Jesús demostró que tenía el tipo de fe de Dios. Fue
entonces cuando Jesús hizo la declaración: “Tened fe en Dios [tened la fe de
Dios, o la clase de fe de Dios]. Es importante tener en cuenta que el texto
griego original dice: "Tengan la fe DE Dios". Esta es la clase de fe de Dios.
Pero quiero que sepas que la fe en Dios y la fe de Dios en ti son dos
tipos diferentes de fe. No se puede comparar la fe y la creencia naturales
con la fe sobrenatural impartida por Dios. Su fe en Dios es diferente de la fe
que Dios imparte en usted. Recuerda (Hebreos 12:2) mirando a Jesús, el
autor y consumador de nuestra fe. Autor y consumador significa que Jesús
es quien comienza tu fe y Él es quien pone fin a tu fe.
Jesús es quien imparte vuestra fe. Marca. 11:22 dice que tengáis fe en Dios ,
pero en la Biblia griega dice que tengáis la fe en Dios. Hay un mundo de
diferencia allí. Tener fe en Dios significa creer en Dios. Tener la fe de Dios
significa que cuando la fe de Dios entra en ti, entonces hay algo que funciona.
Después de decirles a sus discípulos en el versículo 22 que tuvieran
la clase de fe de Dios, Jesús continuó explicando lo que esto significaba: La
clase de fe de Dios es la clase de fe en la que un hombre cree con su
corazón y dice con su boca lo que él cree en su corazón, y sucede. Jesús
mostró que tenía ese tipo de fe, porque creía que lo que dijo se cumpliría. Él
171
dijo al árbol: 'Nadie coma fruto de ti en lo sucesivo jamás'. ¡Este es el tipo de
fe que habló al mundo a la existencia! “Por la fe entendemos que los mundos
fueron hechos por la palabra de Dios, de modo que las cosas que se ven no
fueron hechas de las cosas que se ven” (Hebreos 11:3). ¿Cómo lo hizo?
Dios creyó que lo que dijo se cumpliría. Él habló la Palabra, y hubo una
tierra. Él habló para que existiera el reino vegetal. Él habló para que el reino
animal existiera. Él habló los cielos, la luna, el sol, las estrellas y el universo
a la existencia. ¡Él lo dijo, y así fue! Esa es la clase de fe de Dios en
operación. Dios creyó que lo que dijo que sucedería, y sucedió.
¿Y cómo funciona esta fe? Jesús explicó cómo: “Cualquiera que
creyere que sucederá lo que él dice; tendrá todo lo que diga” (Marcos 11:23).
Simplemente cree que lo que dices sucederá y tendrás lo que dijiste. Así es
como Dios creó todas las cosas. Dios creyó que sucedería lo que dijo y
sucedió. Nosotros también podemos operar en este tipo de fe de Dios que
Dios nos ha dado generosamente.
LA SEGUNDA DIMENSIÓN
FE “EN” DIOS VERSUS FE “DE” DIOS
Fe en Dios.
Es de suma importancia revelar la verdad divina de que hay una diferencia
sutil pero importante entre tener fe EN Dios y tener la fe DE Dios. La verdad
del asunto es que nunca moverá montañas si tiene fe en Dios. Muchas
personas tienen fe en Dios y todavía no ven el poder de Dios en sus vidas.
Las circunstancias cambian solo cuando usamos la fe de Dios. Si has nacido
de nuevo, entonces Dios ha depositado en tu espíritu Su propia fe. ¡Tienes
la fe de Dios!
Tener fe en Dios significa creer en la existencia de Dios y sus habilidades.
Una persona con este tipo de fe posee una convicción segura de que Dios
cumplirá lo que ha prometido. Debe entenderse expresamente que todo
creyente tiene fe en Dios. Esto se refiere a una expresión de fe.
172
de un espíritu humano dirigido a Dios. Se trata de trabajar muy duro para llegar
a Dios desde nuestro espíritu. Se trata de creer lo que Dios dice que haría en
una situación particular. Jesús dijo que si alguno tuviere fe, tan pequeña como
una semilla dominada.
La fe en Dios es nuestra expresión de nuestra fe en Dios. La fe en Dios
depende de nuestra visión de Dios. Si ves que Dios es capaz, entonces puedes
confiar en él en esa área. Entonces, según tu visión de Dios, tu percepción de
Dios, tienes fe en lo que Dios puede hacer. Si ves a Dios que solo es capaz de
hacer algo, entonces solo confiarás en él en algo. Si ves a Dios como alguien
capaz de todas las cosas, entonces puedes confiar en él en todas las cosas.
La fe en Dios es necesaria. Depende de la revelación de Dios a nuestra vida,
de nuestra percepción de Dios.
Sin embargo, esto es diferente de tener fe en Dios. Tener fe en Dios
era una expresión de la gente del Antiguo Testamento. Estaban esperando la
salvación que vendría en Cristo. Tenían que seguir creyendo. Tenían que
seguir presionando. Para ellos, estaba en el futuro. Hay una diferencia entre
mirar hacia adelante y mirar hacia atrás con fe. Mirar hacia adelante es tener fe
en Dios y tiene un elemento de tiempo futuro que tiene un aspecto más fuerte
de esperanza, pero mirar hacia atrás es tener fe en Dios porque nuestra fe se
ha convertido para nosotros en tiempo pasado.
Tener fe en Dios es, por tanto, tener fe en el futuro. Tener fe en Dios significa
tender la mano a Dios porque Cristo aún no había venido, por lo que tenían que
apoyarse en el antiguo pacto de curación que tenían que invocar con la oración.
Esta fue una dispensación por la cual tienen que seguir pidiendo para poder
invocar ese pacto. Ellos creían que era su derecho pedir pero tienen que pedir
y enviar una petición. Sin embargo, esto ya no es necesario en el nuevo pacto
aunque hay algunas personas que aún no han descubierto el beneficio del
nuevo pacto.
Fe de Dios.
Una de las escrituras más importantes del Nuevo Testamento es el pasaje
donde Jesús, respondiendo a los discípulos que estaban asombrados por un
evento milagroso, dijo: “¿Tenéis fe en Dios? (Marcos 11:22). Los eruditos que
tienen una comprensión más profunda del idioma griego antiguo nos dicen que
173
una traducción más precisa de este pasaje es: “Tened la fe de Dios”. En otras
palabras, “Tener el Dios Tipo o tipo de fe”. El hecho de que Dios tiene fe y usa la
fe sorprenderá a muchos, sin embargo, Hebreos 11:3, así como muchos otros
pasajes, nos aseguran que Dios no solo tiene fe , sino que también usa la fe. Este
es un don del espíritu. Es una impartición directa de la fe de Dios en una persona.
Es esta dimensión de la fe la que hace que uno resucite a los muertos, abra los
ojos de los ciegos, sane a los enfermos y se mueva en milagros, señales y
prodigios. Le permite a uno usar el nombre de Jesús para hacer grandes hazañas.
Jesús dijo que si alguno dijere a este monte quítate y échate en el mar, y no
dudare en su corazón, sino que creyere que será hecho lo que dice, lo que diga
le será hecho.
Tener fe en Dios es la expresión de la fe de Dios en nosotros. Es como
si Dios se acercara a nosotros. Es una expresión del pacto del Nuevo Testamento.
Esta es una posesión de la hora presente. Es un rasgo característico principal de
la dispensación de los últimos tiempos a la que hemos sido conducidos.
La gente del Antiguo Testamento, sus espíritus aún no habían sido regenerados.
Tenían fe en Dios, pero debido a que nacemos de nuevo y nuestro espíritu es
regenerado, Dios puede concedernos la fe de Dios. En el pacto del Nuevo
Testamento, la sanidad se ha trasladado al ámbito más allá de una simple
promesa. Es un reino de un pacto completado. En otras palabras, Dios no va a
hacer nada más acerca de la sanidad del mundo por nosotros. Todo lo que había
hecho en cuanto a sanidad se refiere, lo ha hecho en Cristo. Cristo tomó sobre sí
mismo en Mateo 8:17 todas nuestras enfermedades, dolencias. Dios no va a
hacer nada. De hecho, Él declaró que está consumado. El cielo ha declarado que
la obra de curación se ha completado. No hay necesidad de preguntar más. Ya
no hay razón para rogar. Este es un reino completamente diferente.
En Efesios 2:8, la Biblia dice Porque por gracia sois salvos por medio de
la fe y esto no de vosotros, pues es don de Dios. Esto habla de la fe de Dios.
Cualquier estudioso de la Biblia le dirá que el don se aplica directamente a la fe e
indirectamente a la gracia. Por gracia, has sido salvado por medio de la fe y esta
fe no es tuya. Es la fe que es un don de Dios. Y el don de Su fe y la sustancia de
Su fe entran en tu vida cuando naces de nuevo. Y el mismo que dijo eso enfatiza
su obrar interior a lo largo de su vida. Recuerde que él habla de la obra de la
gracia, también habla de la obra de la fe y están conectados.
El don de la fe es por la gracia de Dios.
174
En Romanos, Pablo dice mirando a Jesús el pionero y autor de nuestra fe. En
el contexto de la escritura, la palabra “nuestro” no está en el griego. Está en
cursiva en la Biblia King James. Todos los demás traductores nunca pusieron
en cursiva lo que agregaron. Solo la Biblia King James tiene cursiva. Si los
traductores agregaron algo en cursiva a las escrituras, es porque temen
agregar a la palabra de Dios. La palabra “nuestro” no está en griego. Léalo sin
la cursiva nuestra y subestimará la gran declaración que está haciendo acerca
de Jesús, "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe". Jesús
no es el único autor y consumador de nuestra fe. Él mismo es la manifestación
eterna de la fe. Él es el principio y el fin de nuestra fe. Él es la fuente y el
cumplimiento de nuestra fe. Entonces, en el nuevo pacto, no solo podemos
tener fe, sino que tenemos el espíritu de fe. La gente del Antiguo Testamento
tenía el espíritu trabajando con ellos, pero en el nuevo pacto, lo tenemos a Él
viviendo en nosotros. Hay una impartición divina de una sustancia en nosotros en el nuev
pacto.
Pablo dice en Colosenses 2:7, que arraigados y edificados en él y
confirmados en la fe (Él nunca dijo en nuestra fe) como habéis sido enseñados,
abundando en acción de gracias. En el versículo 12 dice que sepultados con
Él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados con Él por medio de
la fe en la obra de Dios, que le resucitó de entre los muertos. Note que la fe
está conectada con lo que Dios hizo en Cristo. No es solo tu fe en Él. Es la
impartición de la misma operación de fe que actuó en Su vida cuando Jesús
resucitó de entre los muertos. Y en griego actual dice a través de la fe de la
operación de Dios. El tipo de fe de Dios cree antes de ver la manifestación
física real de ello. El tipo de fe de Dios cree lo que Dios ha dicho antes o sin
necesidad de verlo (Caminamos por FE y NO por vista (2 Corintios 5:7).
En Gálatas 2:20, Pablo dice que ya no vivo yo, sino que Cristo vive en
, ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el hijo de Dios.
mí la vida que
En la nueva versión King James, la expresión “en el Hijo de Dios” y todas las
otras traducciones está la palabra “en”. En la antigua King James, se usa la
palabra “de” , para convertirla en “del hijo de Dios”. En y 'de' son dos cosas
diferentes. “En” es una posición. “de” es género o naturaleza. Habla de un flujo
de imparticiones, de nombre. Entonces, aquí Pablo dice la vida que vivo por
esa fe que ha sido energizada en mí. No mi fe sino por la fe de Jesús impartida
en mí. Parafraseando lo que Pablo está diciendo, él está diciendo “Él es el
autor y consumador de la fe” porque hay una sustancia de fe que
175
opera en mi vida. Es la misma fuerza energizante que lo levantó de entre los
muertos que ahora opera en mí. Hay una operación y energización de Su fe. Y la
vida que vivimos no la debemos vivir por nuestra propia fe.
Incluso la profecía en Habacuc cuando dice que el justo vivirá por la fe es
calificada como que el justo vivirá por Su fe. Él profetizó acerca de un tiempo
venidero cuando la gente ya no vivirá simplemente por su propia fe, sino que Dios
les impartirá Su propia fe en el nuevo pacto. Y van a ser sensibles en la obra de
Dios hacia el exterior a través de ellos.
Y todo lo que haces en el nuevo pacto fluye de esa obra de fe de Jesús dentro de
tu hombre espiritual que está fluyendo.
LA TERCERA DIMENSIÓN
EJERCER LA FE BAJO LA UNCIÓN INTERIOR
Y LA UNCIÓN SOBRE TU ESPÍRITU
¿Cómo recibimos las cosas (lo que le estamos creyendo a Dios) por fe?
Muchas personas oran y ayunan para recibir cosas de Dios pero no conocen el
principio y los procesos involucrados en cómo recibir de Dios.
Dos reinos de fe se expresan en la palabra de Dios que está involucrada cada
vez que ejercemos la fe y estos son el ejercicio de la fe bajo la unción SOBRE y
bajo la unción ADENTRO. Muchas veces la gente quiere recibir cosas de Dios y
muchas veces no ven que recibir por fe personal y recibir por la unción requiere
dos procesos diferentes. Son como dos vías diferentes de hacer las cosas. Hay
muchas maneras en que Dios nos ha ordenado que seamos bendecidos por Él.
Estas son como dos avenidas separadas y se operan diferentes leyes y funcionan
de manera diferente. Necesitamos conocer estas diferencias para que podamos
saber cuándo debemos ejercer la fe personal en la unción interior y fluir con los
principios involucrados.
176
Ejerciendo fe bajo la unción dentro de tu espíritu hombre
(Fe Personal/Unción de Creyentes)
Esto es por lo que ejercitas la fe por algo por lo que estás creyendo en Dios.
Uno de los principios como se muestra en Marcos 11: 2324 es que debes
creer que has recibido. En griego, en realidad está en tiempo pasado. Dice
en el versículo 24 que cuando ores debes creer que lo has recibido y lo
tendrás. Hay tres tiempos en ese verso. Uno es el tiempo presente, uno es
el tiempo pasado y uno es el tiempo futuro. En el tiempo cuando oras debes
creer en el tiempo pasado perfecto que has recibido algo en el pasado. Y lo
tendrás, la manifestación vendrá.
De acuerdo con el ejercicio de la fe, en Romanos 4, Abraham era como
Dios que llama a las cosas que no son como si fueran. La razón por la que
puede hacer eso es porque cree que ha recibido. Por lo tanto, lo llama y
habla de ello como si ya hubiera sucedido. Abraham cambió su nombre de
Abram, llamándose a sí mismo padre de naciones cuando aún no tenía hijos,
hubiera sido una completa locura para el mundo. Sin embargo, él creía que
había recibido y estaba ejerciendo este carácter de fe. Debe creer que ya se
ha hecho en el ámbito espiritual. Él lo confesó en consecuencia.
Esa avenida de la fe es bastante similar a Many of is. Se llama el área
general de la fe o ejercer la fe bajo la unción del creyente o hacer tapping en
la unción del creyente que está dentro. Así es como liberamos y hacemos
las cosas a través de nuestra fe personal.
Ejerciendo la fe bajo la unción sobre tu espíritu
(Fe en la unción)
Por otro lado, ejercer la fe bajo la unción es diferente.
En Marcos 5:25 Jesús iba camino a resucitar a la hija de Jairos de entre los
muertos y una mujer con flujo de sangre lo tocó y ella fue sanada.
Nótese que ejerció la fe porque Jesús dijo que tu fe te ha sanado, vete en
paz y sé sana de tu aflicción. Examinemos el
177
El carácter o atributos de la fe
fe que ejerció. ¿Qué hizo exactamente y cómo lo hizo?
El versículo 27 dice que ella escuchó acerca de Jesús. Mira, la fe viene por
oír la palabra de Dios. La fe viene por el oír ya veces el oír la palabra del
testimonio. Cuando escuchas que las personas son sanadas, tu fe se enciende.
Ya sea que la palabra viniera a través del testimonio, la enseñanza o la
predicación, pero la fe aún viene a través de escuchar la palabra de Dios.
Entonces ella escuchó acerca de las cosas que Jesús había hecho y su fe
se encendió. El principio es que debe haber audiencia; la audiencia de fe
debe tener lugar. Pero el versículo 28 dice esto: “Si toco sus vestiduras,
seré sano”. Aquí hay algunas cosas que son diferentes de la fe personal.
ejerces fe personal. “si insignia de duda. ” No. 1 Hay un
“si ”. No pones un “si ” cuando
En la oración de fe no se debe orar con “Si”. Sólo en la oración de dedicación
se te permite que no sea una oración para recibir sino una oración para
entregarte. Cuando quieras recibir, no puedes usar la palabra “si”. Cuando
rezas una oración de rendición, puedes usar la palabra “si”. Haré lo que
quieras que haga Señor, si quieres que vaya al Polo Norte, lo haré. La
palabra “ si ” implica una entrega que es una oración
una oración
de dedicación
de fe. La
yo nración
o es
de fe requiere completamente que la palabra “si” esté ausente. No se puede
rezar una oración de fe y laico y por lo tanto una persona y decir Señor si
quieres que esté bien hazlo señor. Eso no es una oración de fe. No traería
el resultado que traería la oración de fe.
No 2. Ves los tiempos. Ella dijo que si solo lo toco, seré sana. Shall
es un tiempo futuro. Ni siquiera es el tiempo presente. Ni siquiera estaba
confesando o creyendo que estaba sana. Ella estaba confesando un tiempo
futuro, "Yo lo haré ". Si está familiarizado con el mensaje de fe, no se le
permite decir: "Lo haré ". Hay muchas personas que tratan de recibir sanidad
por la fe personal y dicen: “Voy a estar bien ”. Seré sanado un día. Y mucha
gente murió de esa manera. Murieron deseando y esperando estar bien.
Cuando tienes un tiempo futuro, se clasifica bajo esperanza. La fe está en
tiempo presente. La fe es ahora. Shall es siempre un tiempo futuro. Entonces,
hay una ligera diferencia en la forma en que suceden las cosas aquí. Ella
dice: “Si lo toco, seré sana ”, es un tiempo futuro. Está prohibido bajo la
enseñanza de la fe. No usamos el tiempo futuro cuando ejercitamos la fe
personal. En cambio, usamos el tiempo presente; de hecho, usamos el
tiempo pasado, “creo que he recibido mi sanidad”.
178
Entonces, debe haber algo diferente en este caso. Esta mujer
estaba pisando la unción sobre Jesús. Ya no era la fe personal la que toca
la unción interior que cada uno de nosotros tiene personalmente.
Hay diferentes leyes que operan. Sin embargo, si trata de operar la unción
sin fe, no funcionará. No significa que cuando Dios te da una manifestación
tangible de la unción sobre la que puedes operarla sin fe.
Por lo tanto, si has orado y ayunado y no has recibido nada de Dios,
y si no puedes obtenerlo por fe personal, entonces tienes que obtenerlo por
la unción sobre un hombre de Dios. ¿Por qué es que hoy en día, cuando
algunas personas están ejerciendo la fe, les toma un año o dos o hasta diez
años antes de que vean los resultados? Esto se debe a que hay una
diferencia en el tiempo que toma recibir la unción dentro de tu espíritu y el
tiempo que toma recibir la unción sobre la vida de un ministro. Cuando
recibimos por la unción, hay una manifestación inmediata cuando se realiza el acto de
Habrá una cierta medida de la unción. En la unción sobre, habrá un
discernimiento de fe por parte del que ministra para discernir la presencia
de fe en la otra persona que quiere recibir de la unción del ministro.
Jesús ministró estrictamente bajo la unción sobre. La unción interior
no se manifestó hasta la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Detrás
de una avalancha de milagros que realizó Jesús, estaba la unción. La fe
que se ejerce en la unción y los principios que gobiernan la recepción por la
unción caen bajo las leyes de la fe.
179
CAPÍTULO NUEVE
EL CARÁCTER O ATRIBUTOS DE
FE
El carácter de la fe
Vale
la pu
tiene ena
na epxplorar
la verdad
ersonalidad divina
y una de qP
actitud. ue
la
efso
or e tiene
un carácter.
hablamos del Fe
carácter de la fe. Esto facilita que las personas identifiquen cuándo
algo es fe y cuándo no, observando las propiedades de la fe. El
carácter de la fe es tal que la fe ve, la fe habla y la fe toma. Además,
se puede discernir; es persistente y se puede medir. Por lo tanto, si
alguien dice tener fe pero no parece manifestar estas cualidades o
características de la fe, entonces significa que no tiene una fe
genuina. El carácter de la fe nos ayuda a autoexaminarnos oa
realizar una autointrospección para determinar si todavía estamos
en el camino correcto en lo que se refiere al ejercicio de la fe.
¿Cómo sé si algo es fe genuina o no?
la fe ve
“Los ojos de la fe”
Un principio vital de la fe es que tienes que ver lo que no se ve.
En otras palabras, debe poder visualizar lo que desea y verlo en el
180
espíritu primero antes de que puedas apoderarte de él en el reino natural.
Esto se debe a que no puedes poseer lo que no puedes ver. Cualquier
cambio o deseo que no haya ocurrido primero en tu espíritu o que aún no
hayas visto en tu interior, no se manifestará en el exterior. Tu visión es el
límite de tu bendición. Tu poder de imaginación es tu habilidad creativa. La
verdad es que tienes que ver lo invisible. En otras palabras, imagínese
viviendo en la realidad de lo que el Señor dice acerca de usted. Tienes que
ver como Dios ve. En un sentido práctico, contempla el nivel de éxito y
victoria que quieres alcanzar y mírate a ti mismo funcionando en ese nivel.
Al mirar continuamente la Palabra, la fe ve la respuesta. La fe no es
algo que tenemos tanto como algo que hacemos. La fe no es esperar que
veamos la respuesta en el futuro; fe es creer que tenemos la respuesta
ahora. Los ojos de la fe ven la respuesta como si ya hubiera sucedido.
Desafortunadamente, muchas personas fracasan en el ejercicio de su fe
porque se ven a sí mismas fracasando. La Palabra de Dios dice: “Él mismo
[Jesús] tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias” (Mateo
8:17). Si esa Palabra no se aparta de delante de vuestros ojos, estáis
obligados a veros a vosotros mismos sin enfermedad y sin dolencia. También
te verás a ti mismo. Sin embargo, si no te ves a ti mismo como sin
enfermedad, entonces esa Palabra se ha apartado de delante de tus ojos. Y
aunque Dios quiere hacer de la salud una realidad en tu vida, no puede.
Y una de las instrucciones es, Proverbio 4:21, “Que [mis palabras]
no se aparten de tus ojos”. Sigue mirando lo que dice la Palabra. Demasiadas
personas oran y oran, pero nunca se ven con la respuesta.
Simplemente ven que todo empeora. Siguen mirando las cosas equivocadas
—los síntomas, las condiciones, ellos mismos— y así caminan en incredulidad
y destruyen los efectos de su oración. Pon tu mente en la respuesta. Mírate
a ti mismo como si hubieras recibido. Corintios 13 afirma constantemente,
incluso frente a evidencia contradictoria, que Dios ha escuchado tu oración
porque la Palabra así lo dice. Ahí es cuando obtendrás resultados. Tienes
que creer que lo tienes antes de poder recibirlo. “Todas las cosas que
pidiereis, cuando oréis, creed que las recibiréis, y las tendréis”
(Marcos 11:24). El creer viene antes que el recibir. Hay quienes dicen: “No
voy a creer nada que no pueda ver”. Pero en lo natural, creemos muchas
cosas que no podemos ver. El mundo entero se alarmó cuando explotaron
bombas atómicas, liberando material radiactivo a la atmósfera. No puedes
verlo ni sentirlo, pero es un poder destructivo.
181
la fe habla
“La palabra de fe”
Uno de los caracteres clave de la fe es que la fe habla. En 2 Corintios 4:13
(NKJV), dice: “Y teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está
escrito: 'Creí, y por eso hablé', también nosotros creemos, y por eso hablamos”.
Cuando ejercitamos nuestra fe, creemos y por lo tanto hablamos. Esto
significa que la fe se activa al creer y hablar. Hablar es una evidencia de fe.
La Biblia revela la verdad divina de que la fe viene por el oír (Romanos
10:17), pero se libera principalmente al hablar. Para corroborar aún más esta
revelación, la Biblia dice en Proverbios 18:21 que “la muerte y la vida están
en poder de la lengua”. Eso significa que hablar fe tiene el poder de destruir
o crear destinos. La fe es un lenguaje. Por un momento solo piensa en lo que
es un idioma. Un idioma es parte de nuestra cultura. Así es como nos comunicamos.
Piénsalo; La fe es el lenguaje del Cielo. Así es como habla el Cielo.
Y si es el lenguaje del Cielo, entonces también es parte de la cultura del
Cielo. Entonces, si quieres la cultura del Cielo en la tierra, necesitas aprender
a hablar el lenguaje del Cielo. No están hablando de la muerte en el Cielo.
No están hablando de dolores y molestias. La fe es un lenguaje. Y cuanto
más lo hables, más tendrás la cultura del Cielo en tu vida, en tu hogar y en tu
familia.
El Señor Jesús nos dio la receta para efectuar cambios en cualquier
situación. Él dijo: “Todo lo que digas a la montaña, todo lo que digas te será
concedido”. En otras palabras, para cambiar cualquier situación aparentemente
sin esperanza, lo que necesitas hacer es declarar palabras llenas de fe;
hablar con la montaña. Lamentablemente, algunas personas en lugar de
hablarle a la montaña, eligen hablar de la montaña. Y eso no va a cambiar
las cosas. Mientras discuta su situación en lugar de observarla, no obtendrá
los resultados de los que habló el Señor Jesús, la montaña no se moverá.
Deja de contarle a los demás lo que estás pasando. Deja de quejarte con
Dios acerca de tu situación. En su lugar, declara la palabra de Dios con fe.
La fe no mira para ver la montaña ir. En cambio, la fe considera que la
montaña se ha ido una vez que ha hablado.
182
La fe toma.
“La acción o toma de fe”
Vale la pena desvelar la verdad divina de que la fe no pide limosna;
en cambio, toma. En la arena de la fe, no estás tratando ni esperando
obtener nada, sino que eres un poseedor, un maestro sobre las circunstancias.
Algunas personas son mendigos espirituales; mendigan todo y eso no es
fe. La fe no suplica; se necesita. En su forma más pura, la fe nunca es
pasiva, retraída o atrasada. Dios reveló este secreto en Hebreos 10:3839
cuando declaró que “El justo por la fe vivirá; mas si alguno se apartare, mi
alma no se complacerá en él. Pero nosotros no somos de los que retroceden
para perdición; sino de los que creen para salvación del alma.” Lo que
aprendemos de la porción de esta escritura es que la fe es una fuerza
agresiva. La fe siempre está avanzando. La vida de un hombre de fe está
programada para moverse en una sola dirección: hacia arriba y hacia
adelante solamente. Para demostrar el carácter agresivo de la fe, la Biblia
revela en Hebreos 11:33 un catálogo de hombres y mujeres que por la fe
sometieron, poseyeron y conquistaron Reinos.
La fe no suplica; la fe toma. La Biblia dice en Marcos 11:24 “Cree
que los recibirás, y los tendrás”. La palabra griega “Tener” es catalambano
que significa tomar algo con mucha fuerza. Significa Agarrar o agarrar con
un agarre que no se puede sacudir. Este es el carácter agresivo de la fe.
Para corroborar aún más mis puntos de vista, la Biblia declara en Mateo
11:12 que “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los
cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. Esto implica que tomas
lo que es tuyo con la fuerza de la fe. Con miras a instruir a sus hijos en
cómo ejercer su fe, Dios dio una instrucción a los hijos de Israel en
Nehemías 9:2125:—¡Entrad y Tomad la Tierra!: Y entraron los hijos y
poseyeron la tierra. Entraron y se lo llevaron. Jesús pagó el precio para que
camináramos en la bendición de Abraham.
Tómalo en el Nombre de Jesús.
183
la fe prevalece
“Un escudo de fe/ La lucha de la fe”
Uno de los caracteres clave de la fe es que la fe lucha y vence; nunca es
vencido o derrotado. Si no funciona, eso significa que nunca fue fe en primer
lugar. Para corroborar esta revelación con referencia a la evidencia bíblica,
Pablo le dijo a Timoteo: “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la
vida eterna” (I Timoteo 6:12). La fe es más que una batalla. ¡Es una guerra
que todos los cristianos hacen a lo largo de su vida! Y no es una guerra fácil,
ganada con la victoria en una sola batalla. Implica muchas batallas. Operar
con la corriente humana o el ingenio puede no ser suficiente para sobrevivir,
por lo tanto, la fe completa en todas las promesas de Dios es obligatoria. En
Efesios 6:12, la Biblia habla sobre todo de tomar el escudo de la fe, con que
apaguéis todos los dardos de fuego del maligno. Necesitamos entender el
escudo de la fe como un aspecto de la fe en nuestras vidas. El escudo de la
fe es la única pieza de armadura que Pablo da una descripción de lo que
hace. Todas las demás piezas de armadura están enumeradas y tienes que
cruzar referencias para averiguar qué hacen. Pero el escudo de la fe, Pablo
inmediatamente describe lo que hace. Incluso
todo significa
enfatiza
m“ás
sobre
importante
todo” . Sqobre
ue
cualquier otra cosa. ¿Dice eso de las otras piezas de armadura?.
¡No! Sin embargo, eso no significa que las otras piezas no sean importantes.
Pero hay un énfasis que Pablo pone aquí en el contexto de la guerra
espiritual. La fe nos da doble protección contra el enemigo. Es con fe que
podemos llegar a un punto donde ya no sentimos al diablo.
Tampoco tememos su ataque, contraataques o cualquier estrategia que se
idee contra nosotros.
La fe persiste
“La fe es obstinada y nunca se da por vencida ni se da por vencida”
Un elemento clave que distingue la fe de otros aspectos de la
naturaleza humana es que la fe es resistente; nunca se rinde ante
184
adversidad. En cambio, persiste; es terco e implacable. A veces las personas tienen
que mantenerse firmes en la fe hasta que llegue la manifestación, especialmente en
el área de la sanidad. Empuje hasta que algo suceda. Sí, habrá desafíos a su fe;
Habrá momentos en los que se verá tentado a darse por vencido y renunciar. ¡Pero
qué gran gloria le traerá a Dios si sigues peleando la batalla y corriendo la carrera! ¡Y
qué gran recompensa te esperará en la línea de meta! La situación económica y
laboral, las guerras inminentes, la continua amenaza del terrorismo y los problemas
familiares y de la vida diaria que enfrentamos pueden hacer que abandonemos la
lucha. ¡Pero es en estos tiempos precisos que debemos pelear la buena batalla de la
fe! Ahora es el momento para que creamos en Dios y confiemos en Su Palabra más
que nunca. La Biblia dice en 1 Timoteo 6:12 que debemos pelear la buena batalla de
la fe. Estos son los momentos en los que debemos mantenernos firmes y no darnos
por vencidos, incluso si parece que vamos a perder. ¡No te rindas! Dios hará que
seamos victoriosos si creemos en Su Palabra y no nos damos por vencidos. El hecho
de que estés pasando por momentos difíciles no significa que estés derrotado.
Por lo tanto, permanece en la lucha de la fe hasta que triunfes. ¡No creo en renunciar!
Hay un viejo dicho: “¡Los que se rinden nunca ganan y los ganadores nunca se dan
por vencidos!” De hecho, una traducción de Hebreos 12:11 dice: “Por tanto, viendo
que estamos en el campo de juego con una tribuna llena de testigos, despojémonos
de los pesos con que nos enredan”. Puedo imaginarme esa gran nube de testigos:
Pablo, Pedro, Moisés, Abraham, los grandes patriarcas de la antigüedad y toda la
hueste de nuestra familia celestial, observando desde las tribunas del Cielo.
Nuestros seres queridos que se han ido a casa para estar con el Señor también están
allí en esa compañía, alentándonos a la victoria. Por lo tanto, cuando los pensamientos
de derrota corran por su mente, recuerde esta escritura y que no está solo y no puede
permitirse el lujo de decepcionar a aquellos que cuentan con usted.
La fe discierne
“Discernimiento de fe”.
Uno de los aspectos más importantes de la fe es actuar al discernir la presencia de la
fe en alguien que debe ser sanado. La Biblia registra un incidente en Hechos 14: 812
en el que Pablo y Bernabé sanaron a un hombre cojo de nacimiento. Pablo vio o
discernió que este hombre tenía fe. la biblia dice
185
en el versículo 8 y 9 que este hombre escuchó la palabra de Dios. Entonces, escuchó
la palabra de Dios y la fe comenzó a derramarse en su corazón. La fe crecía a
medida que le llegaba la palabra. Este hombre tuvo fe porque la Biblia dice que Pablo
lo miró fijamente. Esta es una forma muy educada de decir que Paul lo miró fijamente.
Natural y socialmente sentimos que las personas que miran demasiado tiempo son
muy groseras. ¿Notas que las personas que miran al natural te quieren mucho o
están muy enojadas contigo? Entonces, Paul está mirando fijamente a este hombre.
La razón por la que Pablo lo miró fijamente fue porque vio que la fe se estaba
manifestando en él. No puedes ver la fe hasta que se actúa o hasta que se expresa
por expresión facial, por confesión verbal o por acción. Así que aquí hay un registro
de hombres mirándose unos a otros, Pablo discernió la fe en el espíritu. El
discernimiento de la fe es diferente del discernimiento de los espíritus , que habla de
la capacidad de ver en el reino de los espíritus, ya sean ángeles o espíritus demoníacos.
Lo sorprendente es que el hombre tenía fe para ser sanado pero aún no
estaba sanado. Entre el momento en que tuvo fe y el momento en que fue sanado,
todavía estaba acostado mirando a Pablo. Él mismo no sabía que tenía fe. Es posible
que haya escuchado el evangelio por primera vez. Era nuevo en las cosas del
espíritu. Tenía algo sucediendo en su espíritu donde se impartía la fe que él no sabía.
Pablo era más maduro en las cosas del espíritu, por lo que podía discernir cuando
algo espiritual estaba ocurriendo. Es importante que nos demos cuenta de que la fe
debe estar allí antes de que llegue la acción. Si hubo una acción antes de que venga
la fe, habría sido desastrosa. Entonces, antes de cualquier acción, debe haber
discernimiento de fe. Antes de actuar por fe, ya sea por sanidad o por una situación
financiera, primero debe discernir la fe. Si no hay fe y luego actúas, no culpes a Dios
por tu desastre o fracaso porque Él no es responsable. En Hechos 3:16, cuando
Pedro y Juan sanaron a un paralítico en la puerta Hermosa del templo, Pedro dijo:
“Míranos ” y lo miró fijamente.
¿Por qué? Porque quería discernir la fe. El hombre yacía allí y Pedro vio tanta fe que
tuvo el valor suficiente para levantar al hombre. ¿Cómo sabemos que este hombre
tuvo fe para ser sanado? Porque la Biblia dice en el versículo 16 dice Y su nombre,
por la fe en su nombre, ha fortalecido a este hombre.
186
medidas de fe
“La medida de la fe”.
Es una verdad divina que la fe se puede medir, lo que significa que se puede
aumentar o disminuir. Jesús dijo que si tuviereis fe como un grano de
mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá; y se quitará; y nada os
será imposible” (Mateo 17:20). Cuando estudias la Palabra de Dios, es
importante que tomes nota no solo de lo que dice, sino también de lo que no
dice. En esta Escritura, el Señor Jesús no estaba diciendo que la fe de todos
es como un grano de mostaza. Lo que quiso decir es que incluso si tu fe es
tan pequeña como un grano de mostaza, aun así movería montañas. Dios
no te da mucha fe; Él te da una medida de fe. Por lo tanto, es su
responsabilidad hacer crecer su fe.
Al enseñar sobre el tema de la fe, es importante mostrarle a la gente
de las Escrituras que Dios no ha bendecido a una persona con más fe de la
que ha bendecido a otra persona. La gente a menudo ve a alguien
prosperando según la Palabra, ya sea en su salud, sus finanzas, su familia,
etc., y tienen la impresión errónea de que Dios debe haberle dado a esa
persona más fe. Entonces, lo primero que quiero que sepas es esto: a cada
creyente se le ha dado una medida, la misma medida del tipo de fe de Dios.
Note también que Dios lo ha hecho (Romanos 12:3); no es algo que Él va a
hacer. No estamos tratando de obtener fe. No estamos orando por eso. Lo
tenemos. Todo creyente ya tiene una medida de la clase de fe de Dios. Verá,
Dios hace que todos comiencen de la misma manera. Él no le da a una
persona más fe de la que le da a otra. Él da a cada hombre la medida de la
fe. Entonces tu fe crece de acuerdo a lo que haces con ella. Depende de ti
lo que hagas con la medida de fe que Dios te ha dado. Entonces, la segunda
cosa que quiero que sepas es esto: esta medida de fe se puede aumentar.
Pero eres tú quien lo aumenta, no Dios. Ciertamente, Dios proporciona los
medios por los cuales la fe puede aumentar. Kenneth Hagin dice que
aumentas tu fe haciendo dos cosas: alimentarla con la Palabra de Dios y
ejercitarla, o ponerla en práctica.
Como se mencionó anteriormente, todo cristiano tiene fe, porque
Romanos 12:3 nos dice: “Dios repartió a cada uno la medida de la fe”. nunca ha dado
187
nadie menos de lo que Él le dio a Jesús. Note que no dice, “una medida de fe”,
sino, “la medida de fe”. Eso es significativo porque cada uno de nosotros recibió la
misma cantidad definida de fe que otros cristianos cuando nacimos de nuevo. Eso
significa que tenemos la cantidad exacta de fe que necesitamos para efectuar
cambios en nuestras vidas, pero lo que hacemos con nuestra fe es lo que importa.
A medida que avanzamos en nuestro caminar cristiano, los desafíos que
enfrentamos aumentan, por lo que nuestra fe también debe aumentar para enfrentar cada des
Aumentas tu fe al escuchar más y más de la Palabra de Dios.
Recuerda, la Biblia dice que la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios
(Romanos 10:17). Ahora, ¿cómo fortaleces tu fe? como lo haces fuerte ¡Es
poniéndolo a trabajar! Cuando actúas en la Palabra, tu fe se fortalece. También es
probado y fortalecido por cada crisis de la vida que enfrentas y superas.
188
CAPÍTULO DIEZ
LOS REINOS DE LA FE
Los reinos divergentes y los niveles de fe
La Biblia
dice que
pnrogresiva
de naturaleza os movemos due
y hay fe
meigración
na n fe. Esto significa qque
o graduación ue lta
fe es
iene
lugar de un nivel al siguiente. Al graduar la fe, los discípulos eran humanos
y su fe pasó por un proceso de desarrollo. Es una buena idea hacer una
pausa de vez en cuando para evaluar dónde estamos en nuestro desarrollo
espiritual. Todos los cristianos operan en uno de los tres niveles de fe.
Aunque todos pasamos tiempo en cada uno de ellos en varios momentos de
nuestra vida, nuestro objetivo debe ser avanzar continuamente hacia arriba.
La fe de una persona puede no ser la misma que la fe de otra persona.
Puede haber una diferencia medible. Verás, la Palabra de Dios nos dice que
nuestra fe puede crecer. Por lo tanto, la fe de una persona puede no estar
tan desarrollada o tan fuerte como la fe de otra persona. Recuerda, depende
de ti lo que hagas con la medida de fe que Dios te ha dado. Por ejemplo,
puedes hacer que tu fe crezca. Puedes alimentarlo y ejercitarlo para que
cuando lleguen las tormentas de la vida, tengas una fe fuerte. Pero otra
persona no puede hacer nada con su fe. La persona que no hace nada con
su fe tendrá una fe débil. En 2 Tesalonicenses 1:3 dice: “Hermanos, siempre
debemos dar gracias a Dios por vosotros, como en la reunión, porque
vuestra fe crece en gran manera”. Dios está diciendo que la fe puede crecer. Bueno, ya
189
Los reinos de la fe
puede ser fuerte o débil, desarrollado o subdesarrollado. Los siguientes son
diferentes niveles o etapas a través de los cuales la fe puede crecer o desarrollarse.
El reino de la no fe o la fe muerta:
Hay un nivel elemental en el ámbito de la fe en el que uno no tiene fe en absoluto.
Después de suplicarle a Jesús que viniera y sanara a su hija que estaba al borde
de la muerte, Jesús le dijo a Jairos que tuviera fe. Y el hecho de que Jesús le dijo
que tuviera fe implica que Jairos no tenía fe.
Si tuviera fe, Jesús no le habría dicho que tuviera fe. Algunas personas están en
este reino. No tienen fe en que Dios pueda intervenir para cambiar sus situaciones
y circunstancias. La Biblia registra en Mateo 17, cuando Jesús bajó del monte de la
transfiguración y se encontró con un grupo de discípulos que habían tratado de
echar fuera un demonio pero no lo lograron. El padre del endemoniado vino y se
arrodilló y dijo Señor ten piedad de mí. Quería resultados. Algo no funcionaba. Algo
estaba fallando. Jesús respondió en Mateo 17:7, comprar diciendo Oh generación
incrédula y perversa. Dijo que es una generación que no tiene fe. ¡Qué acusación
hizo sobre la generación!
Jesús requirió fe. A pesar de que había muchos de ellos, no funcionó. La fe no
requiere números sino sustancia. En la situación que estaba pasando, no había fe
involucrada. Si no tienes fe, nada funciona. Sin fe es imposible agradar a Dios
(Hebreos 11).
Aconteció después que allí los discípulos se acercaron a Jesús en privado
y le preguntaron por qué no podían echar fuera al demonio. ¿Significa que no
tenían poder para expulsar al demonio? No, tenían el poder y la autoridad, pero no
tenían la fe para hacer que ese poder funcionara. Ahora bien, Jesús había dado a
sus discípulos autoridad sobre todos los poderes del enemigo, por lo que claramente
no les faltaba autoridad para expulsar ese espíritu inmundo (Lucas 10:19), “He aquí,
os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del
enemigo, y nada os dañará.” Entonces, ¿qué les faltaba a estos discípulos?
Claramente no les faltaba autoridad. Lo que les faltaba era fe en su autoridad.
Entonces, cuando le preguntaron a Jesús por qué no podían expulsar el espíritu, Él
les dijo rotundamente que les faltaba fe. Jesús dijo que no podían expulsarlo debido
a su incredulidad. Paradójicamente, en Mateo
190
10:1, Jesús les había dado todo el poder y autoridad sobre los demonios.
Entonces, objetivamente ellos tenían la autoridad. Tenían la autoridad sobre
el papel, pero no funcionaba en la vida real. Y muchos cristianos tienen
muchos privilegios, autoridad y bendiciones en papel. La palabra de Dios
declara que en Cristo tenemos todas estas cosas. Muchos lo tienen en el
papel pero no lo tienen en la práctica. El padre del niño realmente no tenía fe
e incluso los discípulos tampoco tenían fe. Entonces, ¿cómo pueden hacer alguna cone
Tanto el ministrado como el ministro no tienen fe; no hay conexión eléctrica.
Toda la situación no tenía fe. Por eso Jesús culpó a toda la generación
porque tanto el ministro como el ministrado no tenían fe. Necesitamos dejar
de vacilar y comenzar a tomar a Dios por Su Palabra y aferrarnos a Sus
promesas. Si dijo que echaremos fuera demonios, entonces significa que nos
ha dado la capacidad de expulsar esos espíritus malignos. Si Él dijo que
tenemos derecho a ser sanados en el nombre de Jesús, entonces tenemos
ese derecho, y debemos comenzar a confiar en Él y creerlo.
La Biblia dice en Marcos 9:24 que cuando Jesús le dijo al padre del
niño que si crees todo es posible, el padre cayó de rodillas ante Jesús y le
dijo creo pero ayuda mi incredulidad. ¿Cómo puede ser eso posible? Creer y
no creer no existen juntos. Lo que está pasando aquí es que el padre estaba
siendo condenado por no tener fe.
Él tenía incredulidad. Y él estaba diciendo perdona mi incredulidad. Aquí, el
padre debe haber creído hasta cierto punto, de lo contrario no habría llevado
al niño a los discípulos para que expulsaran los demonios. Si la gente los
trae, debe haber un cierto nivel de creencia. Pero aquí hay mucha incredulidad.
Antes de que Jesús pudiera entrar en esa situación, había como un bloqueo.
Y eso fue incredulidad. Además, a los discípulos también les faltó fe durante
la tormenta en el mar (Marcos 4:40). El hecho de que Jesús preguntara
dónde está vuestra fe quiere decir que no tenían fe. Si tuvieran fe, no habría
hecho esa pregunta. Sin embargo, hay una diferencia entre no tener fe en
absoluto y no ser consciente de la fe. Algunas personas tienen fe pero no
saben que tienen fe (Deuteronomio 32:20; Marcos 4:40). No saben nada
acerca del conocimiento de Dios. Sirven a Dios desde la distancia. Se
aprovechan del diablo. Ejercen el miedo. El hecho de que uno no esté
ejerciendo la fe no significa necesariamente que no tenga fe. Por lo tanto, el
primer paso para desarrollar tu fe es reconocer que tienes fe para que puedas
hacer que crezca. No me refiero a esto, sino a una situación en la que no hay
fe en absoluto.
191
Los reinos de la fe
En un sentido práctico, a menudo escuchamos a los cristianos decir
que necesitan más poder para hacer más por Dios. Sin embargo, ¡ese no
es su problema en absoluto! Si tienen el Espíritu Santo, tienen el poder.
Piensan que si tuvieran más poder, funcionaría automáticamente, pero
funciona por fe. El problema es la falta de fe, no la falta de poder. Es la
duda lo que le está robando a la gente lo mejor de Dios. Jesús no les dijo a
los discípulos que no pudieron expulsar al diablo porque no tenían el poder.
Dijo que era por su incredulidad. ¿Cuánta fe se necesita para echar fuera
demonios? Jesús dijo en el pasaje de las Escrituras anterior que la fe no
más grande que un grano de mostaza podría mover una montaña entera.
¡Cada creyente lleno del Espíritu tiene dentro de sí suficiente poder para
reclamar lo mejor de Dios para su vida! Si está viviendo por debajo de sus
privilegios, no es por falta de poder, sino por no poder liberar ese poder a
través de la fe.
El Reino de la Fe Pequeña o Grano de Mostaza:
Hay otro nivel elemental de poca fe en el que un individuo puede graduarse
de no tener fe. Este es un reino de poca fe.
Se dice que es pequeño en el sentido de que todavía es insignificante y no
tiene ningún impacto significativo en el ámbito espiritual. Con referencia a
la escritura presentada anteriormente, Jesús dio una solución final a sus
discípulos sobre cómo pueden aumentar su fe. En respuesta Él dijo: Si
tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí
allá; y se quitará; y nada os será imposible”
(Mateo 17:20). Cuando estudias la Palabra de Dios, es importante que
tomes nota no solo de lo que dice, sino también de lo que no dice. En esta
Escritura, el Señor Jesús no estaba diciendo que la fe de todos es como un
grano de mostaza. Lo que quiso decir fue que incluso si tu fe es tan pequeña
como un grano de mostaza, aun así movería montañas. Dios no te da
mucha fe; Te da poca fe. Así que es su responsabilidad hacer crecer su fe.
En este ámbito, uno tiene fe pero en menor medida, por lo tanto, necesita
ser aumentado, fortalecido y edificado.
No necesitas miles de tonos de fe para hacer que las cosas funcionen
o cambiar la situación. La fe no se mide por el tamaño de las creencias
de uno.
192
Jesús usó la analogía de la semilla dominada para ilustrar cómo
funciona la fe. Una semilla de mostaza representa el tamaño de la fe que se
necesita para hacer la obra de Dios y eso no es mucho. Según Jesús, ¿solo
un poco de eso moverá una montaña? Es tan poderosa que incluso una
medida tan grande como una semilla de mostaza puede arrancar una
montaña y arrojarla al mar. Solo piensa en lo que sucederá si tienes solo un
gramo de fe. Toda la tierra temblará. Cuando los apóstoles le pidieron al
Señor en el versículo 5 que aumentara su fe, Jesús les respondió diciendo,
en efecto, “No necesitas más fe. Solo necesitas usar la fe que ya tienes.
dijo:
Él
“Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este árbol sicómoro: Sé
arrancado de raíz, y plántate en el mar; y debe obedecerte”. Quiero que vea
la última declaración en ese versículo. Jesús no estaba hablando solo de un
árbol sicómoro. Él estaba dando una ilustración física usando objetos que
probablemente estaban cerca de donde Él estaba en ese momento. La
razón por la que Jesús usó la analogía de la fe de una semilla dominada es
porque la semilla dominada representa algo más que el tamaño. Representa
una semilla de vida.
Jesús dijo en Lucas 12:28, si Dios viste así la hierba que hoy está
en el campo, y mañana es echada en el horno; ¿cuánto más os vestirá a
vosotros, hombres de poca fe? (Mateo 14:28–31) y Pedro respondió [a
Jesús] y dijo: Señor, si eres tú, dime que vaya a ti sobre las aguas y él dijo:
ven. y bajando Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Pero cuando vio el viento huracanado, tuvo miedo; y comenzando a hundirse,
dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! E inmediatamente Jesús, extendiendo
la mano, lo agarró y le dijo: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? Esta
etapa se caracteriza por la lucha por creer en Dios. Esperamos que responda
a nuestra oración, pero no estamos seguros. A veces surgen dudas porque
estamos mirando la situación, no al Señor y Su Palabra. O tal vez nuestro
problema es que simplemente no sabemos lo que Dios ha dicho en la Biblia,
así que no tenemos nada para anclar nuestra fe. Según (Mateo 6:30; 8:26;
14:31), tienen poco conocimiento de Dios. Poco miedo y duda. Son bebés
que necesitan ser alimentados con leche pero no con hueso.
193
Los reinos de la fe
El reino de la fe débil
Es una verdad divina que la fe puede ser débil o fuerte. Romanos 4:19 habla
de una fe débil. Y no siendo débil en la fe, [Abraham] no consideró su propio
cuerpo ya muerto, siendo como de cien años, ni la esterilidad de la matriz de
Sara. Todo el mundo comienza aquí. La fe débil considera las circunstancias.
Limita constantemente a Dios y sus beneficios. Las enseñanzas incorrectas
son una influencia aquí. No puede ver el espíritu, el poder de Dios, o que
Dios puede hacer todas las cosas. (Romanos 4:19; 14:1). Estas personas
son creyentes pero aún no han madurado. Ellos creen en la palabra de los
hombres en lugar de la palabra de Dios. Siempre citan a hombres (Romanos
4:19; 14:1). Se dice que es fe débil porque aunque creen, la palabra de Dios
aún no ha sido establecida en su espíritu. Desafortunadamente, demasiadas
personas hablan la Palabra de Dios antes de que haya crecido en su interior,
y esperan que eso funcione para ellos. Esto es lo que yo llamo fe de “cabeza” .
Han escuchado lo que dice la Biblia acerca de algo, y lo creen
superficialmente. Pero cuando su cuerpo comienza a doler o se encuentran
con la adversidad, en lugar de hablar la Palabra de Dios, hablan lo que
sienten o ven. Necesitan continuar diciendo lo que dice la Palabra de Dios
hasta que esa Palabra penetre en su espíritu y una fe viva surja en su corazón.
La mayor verdad es que cualquier fe que no esté basada en la
palabra de Dios y que se deje influir por las fuerzas naturales y las
circunstancias de la vida se dice que es una fe débil. En el contexto de la fe,
la debilidad habla de la falta de fuerza para ejercer la fe. ¿Por qué algunas
personas no creen que su fe en Dios funcionará? Es porque muchas
personas tienen fe en la fe de los demás pero no tienen confianza en que su
propia fe en Dios funcionará. Por alguna razón, no creen en sí mismos. La
razón de su incredulidad es que no saben lo que la Biblia enseña acerca de
quiénes son en Cristo. Necesitan averiguarlo. Algunas personas piensan
que no son “lo suficientemente buenas” para que su fe funcione. Algunos
sienten que su fe no es lo suficientemente fuerte. Algunas personas están
tan familiarizadas con todas sus propias fallas y debilidades que siempre
están dispuestas a creer cualquier cosa en su contra: su indignidad, su
incapacidad, su debilidad, su falta de fe, etc. Todas estas son manifestaciones de una
194
El reino de la fe temporal/creciente
La Biblia habla de una fe creciente (2 Tesalonicenses 1:3). A medida que nos
hacemos más fuertes, recibimos la Palabra de Dios por un tiempo y creemos,
pero luego fallamos cuando llegan las pruebas (Lucas 8:15). Estas personas
están atrapadas en la inspiración del momento. Han escuchado un buen
sermón y están entusiasmados con lo que Dios puede hacer. Pero no tienen
ninguna Palabra en su corazón, por lo que su fe nunca produce nada. Esa es
la fe temporal. Aunque estas personas saben lo que dice la Palabra de Dios,
le dan más peso al dolor de su cuerpo oa sus circunstancias. Harán una
confesión de fe en un minuto, pero rápidamente serán atrapados por las
palabras de sus bocas al decir lo que sienten al minuto siguiente (Proverbios
6:2). Eso es fe creciente.
Aunque intentan ejercer la fe, su fe está llena de errores, faltas y
errores. 1 Timoteo 1:19 habla de fe naufragada y de aferrarse a la fe ya una
buena conciencia. Estas personas tienen pleno conocimiento acerca de Dios.
Han gustado la bondad del Señor pero de una forma u otra pierden la fe por
descuido e indisciplina. Ejemplos son: Demas, Judas Iscariote, Rey Saúl, etc.
El nivel de su fe determinará el nivel de su responsabilidad ante Dios. Cuando
Jesús oró por Pedro en Lucas 22:3132, dijo: “Pedro, Satanás te ha pedido
para ser rápido como a trigo. Pero yo he rogado por ti, que tu fe no
desfallezca.” Jesús oró para que la fe de Pedro no fallara. ¿Por qué? Porque
la fe es la victoria que vence al mundo. La fe del naufragio es una fe que
vacila. Es una fe que tropieza.
El Reino de la Fe Dinámica/Activa
Esta es la fe que se fortalece con la acción. Para corroborar esta revelación
con referencia a la evidencia bíblica, la Biblia afirma que la fe sin obras es
muerta (Santiago 2:1426). Esto habla de fe dinámica. Esto implica
195
Los reinos de la fe
que necesitamos hacer más que solo creer, ya que hasta los demonios creen
y tiemblan. Los apóstoles actuaron en su fe, predicaron el evangelio e hicieron
buenas obras. La fe dinámica involucra a todo el hombre, el intelecto, las
emociones y la voluntad. La mente comprende la verdad, el corazón desea y
se regocija en la verdad y la voluntad actúa sobre la verdad. La fe dinámica es
tener fe en un Dios fiel. Podemos tomar a Dios en Su Palabra, creerla y recibir
Sus promesas como nuestras. Podemos tener una fe inquebrantable en Dios y
estar plenamente persuadidos de que lo que Él ha prometido, también es fiel
en cumplirlo.
La fe dinámica provoca cambios, mueve cosas, cambia
instantáneamente las circunstancias, genera avances y es la fe la que produce
resultados. Por ejemplo, hay personas que tienen fe de posibilidad. Se han
tomado el tiempo de meditar en la Palabra de Dios hasta que se ha vuelto más
real para ellos que cómo se sienten o lo que ven. Si bien reconocen que les
duele el cuerpo, por ejemplo, reconocen que la Palabra de Dios es una
autoridad superior. No importa lo mal que se sientan o las circunstancias,
confiesan continuamente las Escrituras.
No se conmueven por lo que sienten o ven, sino que se mantienen firmes en lo
que Dios ha dicho. Como resultado, no pasa mucho tiempo antes de que se
manifieste su curación, su respuesta. 1 Timoteo 1:5 habla de la fe no fingida o
fe que es genuina y sincera ya que se basa en la acción sobre la palabra de
Dios, la fe dinámica es original, y no es imitación del hombre. Hablando
proféticamente, este será un año de fe dinámica y fluida. Corrientes inusuales
de fe fluirán a través del Cuerpo de Cristo. Sí, el mundo está experimentando
tinieblas y tragedias que no hemos visto en años, pero incluso en medio de los
eventos que sacuden la tierra, Dios está liberando una nueva dimensión de fe.
Esto provocará una mayor confianza en Él entre los creyentes.
El reino de la fe fuerte, autoritaria o vencedora
Hay un nivel más alto de fe llamado fe fuerte o imperiosa. Para corroborar esta
revelación con referencia a la evidencia bíblica, la Biblia dice en Romanos 4:20
que Abraham no dudó de la promesa de Dios por incredulidad; pero se fortaleció
en la fe, dando gloria a Dios. Esta es una fe que no se tambalea ante las
promesas de Dios. Uno rechaza la derrota, y no aceptará ninguna
196
Nuevas Revelaciones de
Fe para una respuesta. La persona habla en voz alta al diablo, lo reprende y
pone a Dios en acción. Es una fe obstinada. Está edificado sobre el
fundamento de la palabra. No puede ser balanceado hacia y desde por los
vientos. Todos nosotros enfrentamos circunstancias difíciles en la vida. Nos
sentimos amenazados por la derrota, la vergüenza y la desesperación.
Cuando enfrentamos ese tipo de batallas en la vida, nuestra mayor defensa
es una fe fuerte en el Dios vivo, basada en el fundamento de la palabra de
Dios. Cuando la fe se basa en este libro, es posible ser victorioso y conquistar
en todas las circunstancias de la vida. La fe fuerte se trata de la Fe que
conquista, como lo ejemplifica la historia de David y Goliat. Todos nosotros
tenemos Goliats en nuestras vidas. Pueden ser personas, un trabajo, malos
hábitos, problemas de pareja. La Fe que vence hace posible enfrentar esos desafíos y s
Esta es la fe vencedora de la que se habla en Juan 5:4.
El reino de la gran fe o la fe que mueve montañas:
Hay otra dimensión de la fe llamada fe que mueve montañas. Espiritualmente
hablando, necesitas entender la connotación “la fe moverá montañas” o ¿puede
la fe mover montañas y cuándo se usa? Primero, uno debe determinar si este
es un significado literal o un significado comparativo. Una montaña es una
metáfora que significa una tarea aparentemente imposible. La Biblia emplea
muchas formas o géneros de literatura. Hay narrativa histórica, poesía, profecía,
escritura apocalíptica y literatura epistolar. Entre estos diversos géneros literarios
se encuentra la técnica literaria conocida como metáfora: una palabra para una
idea o cosa utilizada en lugar de otra para sugerir una semejanza entre ellos
(como en la fe puede mover montañas). La fe que puede mover montañas no
implica una fe que literalmente puede mover montañas. El punto que Jesús
estaba destacando es el tipo de fe que puede vencer obstáculos montañosos en
nuestras vidas.
Los pasajes siguientes aluden a la fe que mueve montañas: (Mateo
17:20) Entonces Jesús les dijo:
“Por vuestra incredulidad, porque de cierto os digo, que si tuviereis fe
como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y
197
Los Reinos de la Fe
se moverán; y nada te será imposible. (1 Corintios 13:2)
Y aunque tenga el don de profecía, y entienda todos los misterios y
todo el conocimiento, y aunque tenga toda la fe, de modo que pueda
mover montañas, pero no tengo amor, nada soy.
Esto habla de una fe grande o que mueve montañas. Esta es una clase
de fe que produce obras mayores y es una manifestación de las obras mayores
de Cristo. Se llama gran fe porque la grandeza de Dios es producida por la obra
de esta fe. Las personas que se mueven en milagros, señales y prodigios
generalmente aprovechan este tipo de fe. Los cristianos en este nivel están
comenzando a pararse en la verdad de las Escrituras. Cuando dejamos que la
Palabra de Dios moldee nuestro pensamiento y nuestras peticiones, podemos
saber que Él concederá nuestras peticiones. En Mateo capítulo 8, Jesús elogió la
fe del centurión que vino a Él en nombre de su siervo. Un centurión en Capernaum
se acercó a Jesús y le dijo que Su sola palabra sería suficiente para curar a un
siervo moribundo. Jesús les dijo a sus discípulos: “De cierto os digo que en nadie
de Israel he hallado una fe tan grande” (Mateo 8:11). Jesús dijo que el centurión
tenía mucha fe. En otras palabras, había mostrado una comprensión profunda de
cómo aplicar prácticamente la palabra de Dios en una situación, por lo que los
discípulos debían aprender del ejemplo de este hombre. Por lo tanto, es evidente
en la palabra de Dios que Jesús le dijo a un hombre que tenía mucha fe y le dijo a
otro hombre que tenía poca fe. Gran Fe tiene una gran expectativa de tal manera
que basta con escuchar la palabra para que se le conceda el pedido. Como en el
centurión, quien dijo “solo necesitas hablar la palabra, y mi siervo sanará”. Ni
siquiera le pidió a Jesús que viniera.
Sus palabras fueron suficientes (Mateo 8:10). Jesús midió la fe del centurión por
sus palabras y sus acciones. La escala medía una gran fe
Ejemplos bíblicos de hombres de gran fe incluyen: El centurión soldado
(Mateo 8:513), La mujer con flujo de sangre (Mateo 9:2022), Los ciegos (Mateo
9:2829), El el ciego Bartimeo (Marcos 10:4652), Caleb y Josué (Números 13 y
14), Abraham (Romanos 4:1725), Los tres hombres hebreos (Daniel 3:1418 y
2130), (Daniel 6: 1922). Y las Características de los hombres de fe son: Tienen
acciones fuera de lo común, tienen una fuerte relación con Dios, expanden el reino
de Dios, dejan ir para dejar a Dios y develan los misterios de Dios.
La mayor verdad es que Dios no quiere que vivas sujeto a sus elementos
miserables. A medida que actúe según la palabra de Dios, liberará el
198
Nuevas Revelaciones de
Fe poder de Dios dentro de ti, esa fe que mueve montañas, para traerte
victoria sobre las circunstancias de la vida. Tener fe en Dios. Porque de
cierto os digo, que cualquiera que dijere a este monte, quítate, y échate en
el mar; y no dudare en su corazón, sino que creyere que será hecho lo que
dice; tendrá todo lo que diga (Marcos 11:2226).
El nuevo testamento del traductor dice, “si alguno le dice a este monte, 'sé
llevado y arrojado al mar', y no duda en su corazón, sino que cree que está
sucediendo lo que dice, entonces le sucederá” ( Marcos 11:23). Por tanto
os digo, cuantas cosas deseáis, cuando oréis, creed que las recibiréis, y las
tendréis (Marcos 11:2226). En el contexto de esta escritura, creer que
recibes es creer que te está sucediendo ahora. El propósito de la fe que
mueve montañas es eliminar las cosas que entran en nuestras vidas para
obstaculizarnos espiritual, mental, financiera o físicamente. Algunas
personas creen que esta promesa solo se refiere a las montañas espirituales.
Sin embargo, en Mateo 21:21, Jesús usó palabras llenas de fe para hacer
que una higuera se secara desde las raíces y muriera. Eso era natural, no
espiritual. En Marcos 11:2226, Jesús dijo: “Cualquiera”, así que esto es
para el creyente, no solo para el ministro o alguien con algún tipo de llamado
especial. Tienes el potencial para operar en la misma fe que tuvo Jesús.
El principio fundamental de la fe que mueve montañas es
“creyendo se recibe”.
La fe que mueve montañas se centra en creer que recibes (creer
que te está sucediendo ahora). Creer que recibes implica más que
simplemente que alguien te imponga las manos y te diga: “Creo que recibo”.
Algunas personas harán que otros oren con fe, pero no se esforzarán lo
suficiente como para recibir realmente algo de Dios. Se necesita esfuerzo
y compromiso con la Palabra de Dios para caminar en este tipo de fe. Para
creer que recibes, debes establecer en tu corazón que la Palabra de Dios
es verdadera. Necesitas un estándar, algo que te ponga de acuerdo con
Dios. El milagro que necesitas ya está dentro de ti porque Dios está en ti.
Todo lo que necesitas es encontrar la llave que abrirá la puerta y soltarla.
La clave es poner tu espíritu, alma y cuerpo de acuerdo con la Palabra.
199
Los reinos de la fe
El reino de la fe inconmensurable
En el ámbito de la fe de Dios, existe algo llamado fe inconmensurable. Para corroborar
esta revelación con referencia a la evidencia bíblica, la Biblia dice que Jesús tenía el
pleno espíritu de fe sin medida (Juan 3:34). Jesús midió la fe de una iglesia. Se movió,
operó y funcionó en la plenitud de Dios. Esta es una fe inconmensurable o un
desbordamiento de fe. Es la fe que no tiene límite. No puede ser cuantificado o calificado
por ninguna medida. El Apóstol Pablo escribió a la iglesia de Tesalónica en 2
Tesalonicenses 1:23 Gracia y paz a vosotros, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Estamos obligados a dar gracias a Dios siempre por vosotros, hermanos, como es debido,
porque vuestra fe crece sobremanera (sobreabundantemente sobre o más allá de toda
medida). Su fe era tan grande que Pablo dijo en 1 Tesalonicenses 1:8: “Dondequiera que
voy, la gente ha oído hablar de su fe. Ya ni siquiera puedo contar la historia. Te has
convertido en la caja de resonancia de la fe. “La palabra griega para sobremanera es
“perissos” , que significa “superabundantemente por encima, más allá de toda medida”.
Puedes llegar a un nivel tan alto que tu fe se vuelva inconmensurable.
La fe de la iglesia de Tesalonicenses era tan grande que Pablo dijo: “Dondequiera que
voy, la gente ha oído hablar de su fe. Ya ni siquiera puedo contar la historia. Te has
convertido en una caja de resonancia para la fe”. Hechos 6:5 dice que Esteban estaba lleno de fe.
Eso significa que su fe había crecido tanto hasta un nivel en el que se había desbordado.
Los cristianos de hoy deberían ser la caja de resonancia de la fe.
La única forma en que puedes desarrollar tu fe hasta un punto inconmensurable es
aplicando la ley: “La fe es por el oír y el oír por la palabra de Dios”
(Romanos 10:17).
El reino de la fe perfecta (divina)
En Santiago 2:22, la Biblia habla de una fe perfecta. Es una verdad mayor que nos
movemos de la grandeza a la perfección. Después de pasar de un nivel de
200
fe al otro, alcanzamos un nivel que acabamos de sumergirnos en la perfección.
Este tipo de fe está motivada por el amor o tiene lugar cuando el hombre
comienza a funcionar plenamente en el ámbito del amor de Dios. Esto es lo que
llamamos la plenitud de Dios. Esta es la confianza absoluta en la propia Palabra
y Ser de Dios. Esto será probado con pruebas de fuego. Mientras que otros
niveles de fe reciben algún apoyo y aliento de Dios, este nivel toma lo aprendido
de los niveles anteriores y perdura hasta el final sin apoyo aparente. Este nivel
se caracteriza por descansar en la confianza de que el Señor ya ha logrado lo
que queremos. he preguntado Cuando nuestras peticiones se alinean con Su
voluntad, es un "trato hecho". Nuestro trabajo es simplemente agradecerle y ver
cómo su promesa se hace realidad. No importa dónde estés, el Señor quiere
que progreses continuamente. Estar en Su Palabra es la única manera de avanzar hacia a
¿Cómo podemos creerle si no sabemos lo que ha dicho que hará?
Pero si sabes lo que Él ha prometido, aguanta y no lo sueltes.
Esta es la santísima fe expresada en Judas 1:20 como la fe perfecta.
Es la fe que ha llegado a la perfección y según Judas esta fe se construye o
desarrolla orando mucho en lenguas. Esta clase de fe es rica.
Santiago 2:5 habla de una fe abundante. Este es el nivel más alto de fe en el
que estás en armonía con Dios. En ese nivel de fe, cualquier cosa que digas
tendrá un tremendo efecto en el reino del espíritu. Las huestes celestiales y el
poder de las tinieblas están en sujeción con tus palabras y acciones. Hay un
ámbito en el que un hombre puede acceder a Dios mediante el cual ve con los
ojos de Dios y piensa como Dios, ve todas las cosas desde la perspectiva de
Dios y en ese nivel comienza a funcionar con la fe perfecta de Dios. Este es el
mismo tipo de fe que Dios usó o ejerció cuando creó el cielo y la tierra. Esta no
es solo una fe de Dios, sino la fe que Dios ejerce.
En un sentido práctico, las personas que demostraron este tipo de fe
durante el tiempo del Antiguo Testamento son: Josué, quien ordenó que el sol
se detuviera por horas (Josué 10: 114), Elías, que ordenó que la lluvia se
detuviera por un período. de tres años y medio en Samaria (I Reyes 17:1),
Eliseo que levantó el sitio (hambruna) en Samaria (2 Reyes 7:12), Daniel cuya
fe arrestó leones en el foso de los leones (Daniel 6:1 27), Los tres hombres
hebreos (Sadrac, Mesac y Abednego) en el horno de fuego. (Daniel 3:130), Un
madero flotó el hacha perdida. David mató a Goliat (I Samuel 17:2651), Sansón
mató a un león con su mano desnuda (Jueces 14:56). Personas que
demostraron este tipo de fe en el Nuevo Testamento
201
Los reinos de la fe
son: El centurión soldado (Mateo 8:513), La hija de Jairo resucitó de entre
los muertos (Marcos 5:3543), Jesús maldijo a la higuera (Marcos 11:1222),
Jesús aquieta la tempestad., Pablo escapó milagrosamente de la muerte
cuando la víbora lo muerde (Hechos 28:19), La fe de los hombres de Dios
que oraron por Pedro cuando estaba en prisión. (Hechos 12:511), el juicio
de Ananías y Safira por Pedro (Hechos 5:111), Pedro sanó al mendigo
lisiado (Hechos 3:110) y así sucesivamente.
202
CAPÍTULO ONCE
ESCENARIOS PRÁCTICOS DE FE Y SUS
SOLICITUD
Cómo demostrar prácticamente tu fe en Divergente
Situaciones y Circunstancias
La fe
no es un ecspiritual
fenómeno oncepto qteológico o teórico.
ue se puede es un
demostrar ep ractico
n todas las esferas
del esfuerzo humano. No puedes decir que tienes fe y no demostrarla
o ejercerla prácticamente. La fe trabaja más a través de la confesión,
por lo que debes aprender a ejercitar tu fe declarando la verdad de la
palabra de Dios a tu cuerpo, finanzas, negocios, matrimonio, estudios,
etc. Permítame recordarle algunos puntos que debe tener en cuenta
cuando ejerce su fe. En primer lugar, basa siempre tus confesiones
de fe en la palabra de Dios. En segundo lugar, cuando hagas tus
declaraciones de fe, no ores hacia el futuro, sino ora en el presente
porque la fe siempre se valida en el presente. Por último, cree que
todo lo que pides o confiesas, lo recibes y es tuyo; existe como una
realidad en el reino espiritual. Los siguientes son escenarios prácticos
y pautas de revelación que se pueden usar para ejercitar de manera
práctica su fe en esferas divergentes de la vida, ya sea sanidad,
finanzas, liberación, empleo, negocios, relaciones, etc.
203
Escenarios prácticos de fe y su aplicación
Cómo ejercitar tu fe para sanar
Mi cuerpo es templo del Espíritu Santo, Santo santificado,
consagrado y dedicado al Dios vivo; por lo tanto, me niego a estar
enfermo. La enfermedad no tiene ningún papel que desempeñar en mi cuerpo.
La curación es mi legítimo derecho divino de nacimiento como
hijo de Dios; por lo tanto, no toleraré ninguna forma de
enfermedad en mi vida. Baso mi fe inquebrantable e
inquebrantable en la palabra infalible de Dios y por lo tanto
declaro que por las llagas de Jesucristo soy sanado. La
enfermedad no tiene derecho a prevalecer en mi cuerpo.
Suplico y rocío la CATA DE JESÚS sobre cada parte de mi
vida; por lo tanto, despojo al diablo de cualquier punto de apoyo
legal para manipular y deambular en mi cuerpo. Tengo la vida
de Dios en mí; fluye en cada fibra de mi ser, en cada célula de
mi sangre y en cada hueso de mi cuerpo. Por lo tanto, ninguna
enfermedad, enfermedad o dolencia puede prosperar en mi
cuerpo, porque el mismo espíritu que resucitó a Jesús de entre
los muertos vive en mí y ha vitalizado mi cuerpo por completo.
Estoy completo, santificado y sano en el nombre de Jesús. Por
las llagas de Jesucristo, fui sanado, hace más de dos mil años
y, por lo tanto, me apropio de mi sanidad ahora por fe en el
nombre de Jesús. La presencia permanente del Espíritu Santo
en mi vida me transporta a los reinos gloriosos y superiores de
la vida, lejos de la muerte, la derrota, la destrucción, la
enfermedad y el fracaso. Por lo tanto, la enfermedad, la
dolencia, la dolencia no tienen lugar en mí porque como Él es,
así soy yo en este mundo.
Cómo ejercitar tu fe para
un avance financiero y provisión
Soy una simiente de Abraham por fe, por lo tanto; todas las
bendiciones de Abraham son mías. La prosperidad es mi legítimo
derecho divino de nacimiento. Por eso me niego a ser pobre. Soy
coheredero con Cristo. Todo lo que tiene Cristo es mío; por lo
tanto, declaro que soy rico. Por eso rechazo la pobreza, la carencia, la deuda
204
y toda forma de limitación en mi vida. Estoy caminando a la luz de mi
prosperidad hoy. Por eso evito y denuncio la pobreza en su totalidad.
Como simiente de Abraham, tengo acceso ilimitado a riquezas
incalculables; por lo tanto, soy consciente de la oferta. La carencia y la
necesidad no son parte de mi vida porque estoy conectado al suministro
interminable de Dios. Mi espíritu está inundado de fe en mí para
superar cada adversidad financiera y vivir triunfalmente en el nombre
de Jesús. El señor es mi pastor; Me niego a tener una sensación de
carencia. Porque Él suple todas mis necesidades conforme a Sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús. Vivo una vida trascendente de
prosperidad, sorpresa y abundancia. Soy millonario del Reino. Como
simiente de Abraham, y coheredero con Cristo; Soy, por tanto, poseedor
de todas las cosas; Soy dueño del mundo. Soy bendecido con todas
las bendiciones espirituales en los lugares pesados de Cristo.
Estoy bendecido con dinero; Estoy bendecido con plata y oro.
Declaro que todas las cosas son mías. Vivo en la realidad de quien soy
en Cristo. Este es mi tiempo establecido para experimentar el favor sin
precedentes y las múltiples bendiciones en cada área de mi vida.
Declaro que todas las cosas cooperan para mi bien porque amo al
Señor y he sido llamado de acuerdo con Su propósito. Por lo tanto,
todo lo que necesito para la vida y la piedad me ha sido entregado en
el nombre de Jesús. Declaro que mis semillas financieras son
santificadas por el Espíritu, haciéndolas aceptables a Dios y recibo una
cosecha multiplicada de bendiciones por cada semilla que siembro.
Por lo tanto, soy millonario en el nombre de Jesús.
Cómo ejercitar tu fe para un
oportunidad de negocio
Tengo la mente de Cristo. Por lo tanto, tengo las mejores y más
brillantes ideas para los negocios. Nunca puedo fallar en ninguno de
mis esfuerzos comerciales. Tengo el espíritu de excelencia en mí. Mi
negocio está prosperando y floreciendo. La unción en mí habla de un
salto cuántico, para traer nuevas ideas e innovaciones que transformen
las vidas de millones de personas.
205
el mundo. Soy una solución a los retos empresariales y
económicos de este mundo. Se me ha concedido la gracia de
hacer que las cosas sucedan para el mundo y para los demás.
La grandeza, la excelencia y el éxito están en mi espíritu, por lo
que el fracaso no es una opción. Estoy develando la gloria,
virtudes y perfecciones de mi espíritu recreado en el mundo de
los negocios. Trato con decisión en todos mis asuntos
comerciales porque he hecho de la palabra de Dios mi
meditación constante. Por lo tanto, estoy programado para la
vida extraordinaria de dominio en el nombre de Jesús. Los ojos
de mi entendimiento están iluminados; Veo lo invisible y tengo
el poder de hacer lo imposible en el ámbito de los negocios. Se
me ha concedido una cosecha múltiple de bendiciones. Su
sabiduría me impulsa a caminar por el camino de la victoria, el
avance y la prosperidad. Cristo me ha legado una herencia
inestimable. Funciono desde una posición de ventaja, por lo
tanto no puedo fallar. Opero en el más alto reino de favor; los
montes y las colinas prorrumpen en alabanzas ante mí, y todos
los árboles del campo baten palmas porque yo soy el bendito
del Señor.
Cómo ejercitar tu fe para milagros, señales y prodigios
Soy el recipiente más ungido del mundo. Mis manos no son mis
manos; mis manos son un símbolo del poder de Dios y un
instrumento de la gloria de Dios. Me muevo en el poder de Dios,
demuestro el carácter del espíritu. Me muevo en señales y
prodigios; Levanto a los muertos, abro los ojos a los ciegos,
curo a los enfermos, levanto a los lisiados de las sillas de
ruedas. Soy el resplandor de la gloria de Dios, el resplandor de
Su gracia y poder. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Él
vive en mí en plenitud, por eso soy invencible. Doy expresión a
Su sabiduría y excelencia en mí hoy. Soy partícipe, partícipe y
partícipe de la vida divina en Cristo.
Soy dispensador de verdades eternas, en la demostración del
Espíritu y del poder. Mi vida es la expresión de la
206
gloria de Cristo; Él se ha revelado en mí a mi mundo hoy.
Soy una maravilla en este mundo. Soy una encarnación de
las bendiciones divinas, todo lo que pongo en mis manos
prospera, y todos los que conozco reciben una impartición
de bendiciones. Con solo saludar, dar la mano y abrazar,
las bendiciones de Dios se transfieren a los destinatarios.
La palabra de Dios en mis labios es Dios hablando. Las
palabras que hablo están trazando el curso de mi vida en la
dirección del destino y propósito divino de Dios para mí. La
palabra de Dios está tomando protagonismo y se ha
convertido en el foco de mi existencia. Yo reino triunfalmente
sobre todas las situaciones y circunstancias. Soy el custodio
de los poderes de la era venidera; el poder del Espíritu
Santo en mí se activa. Declaro que estoy refrescado,
revivido y renovado con la fuerza divina y la habilitación que
necesito para cumplir cada tarea en el nombre de Jesús.
Soy más que un conquistador; El poder de Dios está
obrando en mí. Ya no soy oerdinario,
ordinario, ya
dnel
stoy lleno o p
vivo
del
oder plano
del
Espíritu
Santo. Estoy completamente inundado por el poder del
Espíritu. Lanzo la palabra a mayores profundidades de lo
milagroso. Soy una expresión de la personalidad divina.
Expreso el carácter de Cristo, exhibo la virtud de Dios, soy
la imagen expresa del padre y el resplandor de su gloria, la
plenitud de Dios, con la totalidad de su poder habita en mí.
Por el poder del Espíritu saturo mi mundo con el poder de la
Palabra. Se me concede acceso directo a la presencia de Dios.
Soy una bendición para el mundo, ordenada y escogida por
Dios para manifestar Su gloria y excelencia a mi mundo.
Declaro que soy sensible al mover del Espíritu Santo.
avance y liberación
Estoy liberado y libre de opresión. Ningún demonio, maldición,
enfermedad o carencia puede morar en mi cuerpo. Cristo en mí
la esperanza de gloria. Cristo habita en mí. Por tanto, nada que
esté en contradicción con la palabra de Dios puede obrar en mí. Por
207
por causa de la unción, estoy libre de toda servidumbre y
yugo de opresión. tengo autoridad en el cielo y en la tierra
para andar en dominio sobre todo el poder del enemigo;
Hoy reino gloriosamente sobre cada fuerza de la naturaleza
mientras cumplo triunfalmente la perfecta voluntad de Dios
para mí. Ningún arma creada contra mí prosperará, con el
escudo de la fe, extingo todos los dardos de fuego del
enemigo, frustrando y haciendo ineficaces sus dispositivos
y estratagemas, en el nombre de Jesús. Caerán mil a mi
izquierda y diez mil a mi derecha, pero a mí no llegará. No
me sobrevendrá mal, ni plaga tocará mi morada. Estoy
progresando a pasos gigantes en el espíritu. He vencido al
mundo y sus sistemas. Satanás y sus huestes de tinieblas,
incluidas todas las negatividades del mundo, son sometidos
ante mí, y yo reino triunfalmente sobre ellos en Cristo.
Pongo fin a todas las operaciones satánicas en mi esfera
de contacto y apruebo solo aquellas cosas que son
consistentes con los planes divinos y el propósito de Dios
para mí. La atmósfera celestial de dicha y victoria me rodea.
La presencia divina de Dios me protege del daño y me
protege contra el mal y la violencia. Soy una nueva creación,
camino en novedad de vida, resucito juntamente con Cristo,
en el lugar de victoria, autoridad y dominio; Soy piloteado
por la palabra y el espíritu hacia el reino más alto de gloria
donde gobierno y reino con Cristo. Mayor es el que está en
mí que el que está en el mundo. Por lo tanto, ninguna
adversidad o circunstancia adversa puede abrumarme
porque soy más que un vencedor. No me mueven las
circunstancias físicas, pero me mantengo firme en la
palabra de Dios para protegerme de los proyectiles de
fuego del adversario. Resisto y anulo audazmente toda
obra contraria u oposición del enemigo; Estoy firme en la victoria que C
208
Nuevas revelaciones de fe Nuevas revelaciones de fe
Cómo ejercitar tu fe para
un trabajo o una oportunidad de empleo.
Opero en divino favor de Dios, por lo tanto, un aura divina brota de mi
ser. Tengo el trabajo de mis sueños y por lo tanto nunca puedo
competir con nadie. Nunca puedo estar involuntariamente desempleado.
Vivo con éxito y navego victorioso por la vida; Estoy puesto en el curso
de la gloria y la excelencia, progresando por el poder del Espíritu. Mi
vida es una de infinitas posibilidades. Nunca me desanimaré ni me
someteré a los principios paralizantes de ese mundo. Las circunstancias
de la vida están sujetas a mí mientras ejerzo mi autoridad dada por
Dios todos los días. Soy lo que Dios dice que soy, tengo lo que Dios
dice que tengo; por lo tanto tengo un trabajo de mis sueños. No soy un
buscador de empleo sino un creador de puestos de trabajo en la
economía porque soy la cabeza y no la cola. Soy un tesoro peculiar
para Dios, nacido de nuevo con la vida sobrenatural de gloria,
excelencia y poder en mi espíritu. Me niego a luchar por nada porque
todas las cosas son mías. Soy poseedor de todas las cosas porque soy
heredero con Cristo. Tengo una mente excelente, el espíritu de Dios en
mí me da una amplitud de comprensión extraordinaria; por lo tanto soy
circunspecto y tengo éxito en cada empeño.
Mi fe en Dios es firme e inquebrantable, fundada e inamovible,
arraigada y establecida. El espíritu de excelencia está obrando
en mí, haciéndome funcionar de manera eficiente y efectiva
en mi trabajo. Por eso soy una historia de éxito sin fin en mi
trabajo; Soy un paquete de éxito que va a suceder en alguna
parte. Establezco altos estándares de excelencia en el
desempeño de mi trabajo a causa de la unción. Por lo tanto,
no hay competencia en mi mundo. Todo lo que toco con mis
manos en mi trabajo resulta ser oro. El que me bendice es
bendito y el que me maldice es maldito. Por lo tanto, mi patrón
es bendito a causa de mí. Mi presencia en mi empresa es un
punto de contacto con las bendiciones de Dios. Soy un
conducto para transmitir las bendiciones de Dios a todos
aquellos que lo necesitan en mi trabajo. Por lo tanto, soy un
centro de atención en mi trabajo debido al favor de Dios en mí.
209
compañero de vida, matrimonio y relaciones
La palabra de Dios es alimento divino para mi espíritu, mientras la
medito; Soy impulsado por la sabiduría divina en la dirección del
destino de Dios para mí. La palabra ha iluminado mi mente a la realidad
de mis potenciales y habilidades en Cristo. Mi espíritu es más receptivo
a la guía divina de Dios, por lo que estoy plenamente familiarizado con
su perfecta voluntad con respecto a mi pareja. Funciono en el más alto
nivel de sabiduría, por lo tanto, es imposible para mí fallar o cometer
errores.
Mi mente está inundada de comprensión sobrenatural; por lo tanto
tengo un buen juicio cuando se trata de relaciones. Estoy imbuido de
habilidad sobrenatural y sabiduría para vivir triunfante sobre todas las
situaciones.
Por lo tanto nunca caminaré en tinieblas, confusión o incertidumbre
porque Dios es mi luz. El propósito de Dios se cumple a través de mí.
Por lo tanto, nunca estaré solo.
Tengo pareja y busco ayuda cuando la necesito. Doy un salto de fe
hacia el futuro atemporal basado en la palabra de Dios.
Por lo tanto, nunca me decepcionaré. El poder de mi fe es impulsado
en la dirección del Espíritu; por lo tanto, se me concede la guía divina y
el consejo piadoso. Mi pareja es un hombre/mujer temeroso de Dios.
El Señor me ha concedido generosamente el espíritu de sabiduría y
revelación, en el conocimiento de él; alumbran los ojos de mi
entendimiento, para conocer la esperanza de mi vocación y la gloria
de la herencia en los santos. Por lo tanto, mi compañero se me da a
conocer.
¡Amén!
210
ORACIÓN POR LA SALVACIÓN
Si nunca ha recibido a Jesucristo como su Señor y salvador personal,
recite en voz alta la siguiente oración, ahora:
¡Querido Padre Celestial! Presento mi vida ante ti hoy.
Confieso con mi boca que Jesucristo es el Señor y creo en mi
corazón que murió en la cruz y resucitó de entre los muertos
después de 3 días, para la remisión de mis pecados. Reconozco
que soy un pecador y te pido que me perdones por todos los pecados
que he cometido. Lávame con la sangre preciosa de Jesucristo y
escribe mi nombre en el Libro de la vida. Por lo tanto, recibo vida
eterna en mi espíritu ahora mismo. Declaro que de ahora en
adelante, Jesucristo es mi Señor y Salvador y proclamo Su Señoría
sobre cada área de mi vida. Gracias Señor Jesucristo por salvar mi
alma. Ahora soy un hijo de Dios, nacido de nuevo, nacido del Espíritu
del Dios vivo.
¡Amén!
Felicidades y Bienvenidos a la familia de Dios. ¡Ahora eres una nueva
creación que pertenece al linaje de los bienaventurados, el sacerdocio
real, la generación elegida y los muy favorecidos! Lo más importante es
que ahora ha recibido el tipo de fe de Dios para creerle a Dios por lo
imposible, ¡gloria a Jesús!
211
SOBRE EL AUTOR
Revelator es un apóstol, llamado por Dios a través de Su
Frecuencia
gracia para ministrar el Evangelio del Señor Jesucristo a todas las
naciones del mundo. Es un ministro de televisión, conferencista y autor
talentoso, cuyos escritos son soplos del Espíritu Santo que revelan flujos
constantes de revelaciones frescas directamente desde el Salón del Trono
del Cielo. Es el presidente, fundador y portador de la visión de Frequency
Revelator Ministries (FRM), un ministerio multirracial mundial que abarca una
miríada de movimientos con visiones divinas como la Embajada de la
Resurrección (La Iglesia Global), el Movimiento de la Resurrección de Cristo
(CRM) ( un movimiento global para resucitar a los muertos), la Red Apostólica
y Profética Global (GAP) (una red de apóstoles, profetas y ministros quíntuples
en todo el mundo), Revival For Southern Africa (REFOSA) (una visión regional
llena de poder para el sur de África) y el Global Destiny Publishing House (GDP) (la edit
La visión principal de este ministerio global es propagar el poder de la
resurrección de Cristo desde el Salón del Trono del Cielo hasta los confines
del mundo y lanzar al mundo a las mayores profundidades de lo milagroso.
Es por esta razón que Frequency Revelator Ministries (FRM) impulsa
visiones ministeriales apostólicas y proféticas divergentes y programas
espirituales como la Escuela Global de Resurrección (GSR), el Centro de
Resurrección Global (GRC), el Centro de Sanación Global (GHC), la
Escuela Global de Milagros, Señales y Maravillas (SMSW), Escuela Global
de Millonarios del Reino (SKM), Ministerio del Campus Global, así como
Conferencias, Seminarios y Centros de Capacitación de Resurrección. Para
cumplir con su mandato global de ganar almas, el ministerio encabeza la
Comisión de Radiodifusión de los Cielos (HBC) en televisión, una iniciativa
ministerial estratégica que transmite programas del ministerio a través de
Dead Raising Channel (también conocido como Resurrection TV) y otras
cadenas de televisión cristiana en todo el mundo.
212
Presidiendo una red global de visiones apostólicas y proféticas, el Apóstol
Frecuencia Revelador considera que las universidades, colegios, escuelas
secundarias y otros centros de aprendizaje son fundamentales para cumplir el
propósito de Dios y alcanzar al mundo para Cristo, especialmente en esta
temporada del tiempo del fin. Como Movimiento de Señales y Maravillas, el
ministerio organiza sesiones de capacitación en la Escuela Global de Resurrección
(GSR) que incluyen, entre otros, impartición y activación de los dones del Espíritu,
declaración y ministración profética, invocaciones de visiones abiertas, encuentros
angelicales. y visitas al Salón del Trono, enseñanzas reveladoras, entrenamiento
y tutoría, así como sesiones de capacitación ministerial del Espíritu Santo sobre
cómo resucitar a los muertos de manera práctica. Por lo tanto, este ministerio
global se caracteriza por una profunda revelación de la palabra de Dios acompañada
de una demostración práctica del poder de Dios a través de milagros, señales y
prodigios manifestados en levantar lisiados de sillas de ruedas, abrir los ojos de
los ciegos, desbloquear el habla de los mudos, voladuras quitar los oídos de los
sordos y resucitar a los muertos, como manifestación de las obras consumadas de
la cruz por el Señor Jesucristo. El ministerio también está salpicado de una plétora
de manifestaciones de la riqueza del Cielo a través del dinero milagroso, junto con
la lluvia dorada de polvo de oro, piedras de plata, aceite sobrenatural y un torrente
de milagros creativos, como el desarrollo del diseño original del cuerpo. partes en
territorios corporales donde antes no existían, germinación de cabello en cabezas
calvas, pérdida y aumento de peso, así como curaciones instantáneas del VIH/
SIDA, cáncer, diabetes y toda clase de enfermedades y dolencias que los médicos
han declarado como incurables.
El autor ha escrito una colección de 21 libros ungidos, que incluyen El reino del
poder para resucitar a los muertos, Cómo convertirse en millonario del reino,
Revelaciones más profundas de la unción, Demostraciones prácticas de la unción,
Cómo operar en el reino de lo milagroso , El reino de la gloria, Revelando el
misterio del dinero milagroso, Nuevas revelaciones de fe, Una revelación divina del
reino sobrenatural, El movimiento profético del Espíritu Santo en la arena global
contemporánea, El ministerio de los ángeles en el mundo de hoy, Reino espiritual
Leyes y Principios, Derechos Divinos y Privilegios del Creyente, Claves para
Desbloquear lo Sobrenatural, La Dimensión Profética, La Dinámica de la Palabra
de Dios, El Sonido de la Abundante Lluvia, Tiempos de Refresco y Restauración,
El Poder de Orar en el Salón del Trono, El Revelaciones de Jesucristo en los
últimos tiempos y Lluvia de revelaciones, que es una concordancia devocional
diaria que comprende un registro anual de 365 nuevas revelaciones directamente desde el Sa
213
Sobre el Autor
El Apóstol Frecuencia Revelador reside en Sudáfrica y se graduó de la
Universidad de Fort Hare, donde despegó su ministerio. Sin embargo,
como ministro global, su ministerio incorpora cruzadas de profecía,
liberación y sanidad milagrosa en el Reino Unido (UK), Sudáfrica, India,
Australia, EE. UU., Canadá y una densa red de visiones de ministerio que
cubre el resto del mundo. Como custodio del poder de la resurrección de
Dios, al apóstol se le ha dado un mandato divino del Cielo para levantar
una nueva generación de Apóstoles, Profetas, Pastores, Evangelistas,
Maestros, Millonarios del Reino y Hacedores de Milagros (resucitados de
Muertos) que propagarán el mundo con el evangelio del Señor Jesucristo
y demostrar de manera práctica Su poder de resurrección a través de
milagros, señales y prodigios manifestados al resucitar a personas de
entre los muertos, lanzando así al mundo a las mayores profundidades de
lo milagroso. A tal efecto, se promulga una plataforma propicia para la
impartición, tutoría, capacitación y equipamiento global de los ministros del
evangelio para la obra del ministerio. Notable es la comprensión de que el
ministerio marca el comienzo de una nueva ola de señales y prodigios que
catapulta al Cuerpo de Cristo a reinos más altos de gloria en los que
resucitar a los muertos es algo común y demostrar el poder de Dios es la
norma. Habiendo sido poderosamente usado por Dios en el campo de la
fe, en este libro, el Apóstol Frecuencia Revelador presenta un modelo
práctico de cómo uno puede ejercer su fe y creerle a Dios por lo imposible,
¡Gloria a Jesús! ¡Que Su Nombre sea glorificado, alabado y honrado por los siglos de
INFORMACIÓN DE CONTACTO DEL AUTOR:
Para saber más sobre el ministerio del Apóstol Frecuencia Revelador, sus
publicaciones, enseñanzas reveladoras, seminarios globales, escuelas ministeriales,
productos ministeriales y misiones globales, comuníquese con:
Apóstol Revelador de frecuencias
@ Embajada de la Resurrección
(La Iglesia Global)
*Impulsado por el Movimiento de Resurrección de Cristo (CRM)*
(Contáctenos en el Reino Unido, Sudáfrica, EE. UU., Canadá, Australia,
India, Holanda y otras naciones del mundo).
Como Visión Global, El Ministerio del Apóstol Revelador de Frecuencias está
presente en todos los continentes del Mundo. Puede comunicarse con nosotros
desde cualquier parte del mundo para que podamos referirlo a los Pastores y
Asociados del Ministerio Residente en las respectivas naciones.
Nuestras oficinas y las de la editorial del ministerio (Global Destiny Publishing
House (GDP House), están listas para despachar cualquier libro solicitado desde
cualquier parte del mundo.
Correo
electrónico: frequency.revelator@gmail.com
Teléfono celular:
0027622436745
0027785416006/002779792164
Sitio web:
www.gdphouse.co.za/www.resurrectionembassy.org
Sobre el Autor
Contactos de redes sociales:
También se puede acceder al Autor en las redes sociales a través de
Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y otras formas más recientes de
redes sociales, como Revelador de la Frecuencia del Apóstol. Para una
comunicación directa con el Apóstol, puede invitarlo en Facebook y leer sus
publicaciones diarias. También puede ver el Revelador de la Frecuencia del
Apóstol en Dead Raising Channel, también conocido como Resurrection TV,
y otros canales de Christian Television en su área.
productos cristianos:
También puede comprar DVDs, CDs, MP3s y posiblemente ordenar los 21
libros ungidos publicados por Apostle Frequency Revelator, ya sea como
libros de tapa dura o libros electrónicos. Los libros electrónicos están
disponibles en amazon.com, Baines & Nobles, create space, Kalahari.net y
otros sitios de libros electrónicos. También puede comprarlos directamente
del autor @ www.gdphouse.co.za. También puede solicitar una colección de
todas las enseñanzas poderosas y reveladoras del Revelador de la Frecuencia
del Apóstol y se las entregaremos de inmediato.
Redes y asociaciones ministeriales:
Si desea asociarse con Apostle Frequency Revelator para ejecutar esta
visión global, la asociación está disponible a través de visiones divergentes
de ministerios apostólicos y proféticos y programas espirituales como Global
School of Resurrection (GSR), Christ Resurrection Movement (CRM),
Resurrection TV (también conocido como The Dead Raising Channel), Global
Apostolic & Prophetic Network (GAP), Global Resurrection Center (GRC),
Global Healing Center (GHC), Global School of Miracles, Signs and Wonders
(SMSW), School of Kingdom Millionaires (SKM) , Global Campus Ministry y
otras vías. Al asociarse con el Revelador de la Frecuencia Apóstol, de alguna
manera se une a la visión de Dios y, por lo tanto, se prepara para una vida
de crecimiento, aceleración y superabundancia.
MISIONES GLOBALES, ASOCIACIONES Y
Colaboraciones:
Si sucede que su fe aumenta después de la lectura de este
libro, comparta su testimonio con Frecuencia Apóstol
Revelador en los contactos anteriores, para que pueda
fortalecer la fe en Dios de otros creyentes en todo el mundo.
Su testimonio también se incluirá en la próxima edición de
este libro.
Si desea invitar al Revelador de Frecuencia Apóstol a su
iglesia, ciudad o comunidad para que venga y encabece
Seminarios de Resurrección, Conferencias, Sesiones de
Capacitación de Resurrección de Muertos o realice una
Escuela Global de Resurrección (GSR), ya sea en (Europa,
Australia, Canadá, EE. UU., América del Sur, Asia o África),
puede hacerlo.
Si desea iniciar un Centro de Resurrección o establecer la
Escuela Global de Resurrección (GSR) en su iglesia, ciudad
o comunidad bajo este movimiento, también puede hacerlo.
Estaremos más que dispuestos a enviar copias de este libro
a cualquier continente en el que viva.
Si desea que su iglesia o ministerio sea parte del Movimiento
de Resurrección de Cristo (CRM) y se sume al carro de
resucitar a los muertos en todo el mundo, es bienvenido a
ser parte de esta comisión ordenada por el Cielo.
217
Sobre el Autor
Si desea más copias de este libro para que pueda utilizarlas
en su iglesia para seminarios, enseñanzas, conferencias,
grupos celulares y distribución global, no dude en comunicarse
con el Apóstol Revelador para que pueda enviar copias a
cualquier continente en el que se encuentre. Si necesita una
cobertura espiritual, impartición o tutoría para su Iglesia o
ministerio guiado por el Espíritu Santo, es más que bienvenido
a contactarnos y unirse a la liga de pastores y creyentes
resucitadores de muertos que ya estamos asesorando en
todos los continentes. del mundo.
Si desea donar o dar libremente para promover esta visión
global, también puede hacerlo a través del sitio web de nuestro
ministerio (wwww.resurrectionembassy.org) o contáctenos a
los detalles proporcionados anteriormente.
Si tiene un mensaje candente que le gustaría compartir con el
mundo entero y desea que el Revelador de frecuencias de
apóstol lo ayude a convertir sus ideas en un guión y publicar
su primer libro, no dude en contactarnos y enviar un borrador
de su manuscrito en Global Destiny Publishing House
(www.gdphouse.co.za). Puliremos a fondo su guión y lo
convertiremos en un libro increíble lleno de revelaciones del
Salón del Trono que impactarán a millones en todo el mundo,
¡gloria a Dios!
¡El Señor Jesucristo regresará pronto!
218

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