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LA MARAVILLOSA LEY

DE LA ABUNDANCIA

DR. OMAR CABRERA


Omar Cabrer a , es sin duda,
uno de los pioneros del evangelis-
mo más reconocido de Argentina.
Fundó la Iglesia Visión de Futuro
en 1972. Sus libros y mensajes
vibrantes de fe en audios se distri-
buyeron a raudales y alcanzaron a
personas de todos los niveles y les
enseñaron a apropiarse de las ben-
diciones otorgadas por Dios. Fue
un hombre de fe que ayudó a miles
de personas a recibir un milagro de
Dios en sus vidas.
Portadas de ediciones anteriores

Primera edición

Segunda edición
Es una publicación de
VDF PRODUCCIONES
República Argentina

Todas las citas bíblicas fueron tomadas


de la Biblia Reina Valera 1960 a menos
que se especifique alguna otra versión.

Diseño de portada y diagramación: Alexis Ledezma

Quedan reservados los derechos para todos los países.


Queda prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra en cualquiera
de sus formas, gráficas, audiovisual, electrónica, mecánica, magnetofónica o
digital, sin la autorización previa y escrita de la casa editorial.

Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723


Índice
Prefacio............................................................................................................... 9

Prólogo..............................................................................................................11

Pensamiento vivo.....................................................................................13

Un principio espiritual......................................................................15

La fuente de la bendición es dar...........................................25

“Sean prosperados los que te aman”


Salmos 122:6.................................................................................................. 29

Obediencia al mandato....................................................................33

Lo que no se hace con fe es un pecado delante


de Dios................................................................................................................39

Tomar una decisión no es fácil..............................................45

La idea de pobreza y la idea de riqueza......................... 49


LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Prefacio

Cuando el Señor envió a su siervo, el Rvdo. Omar Cabrera


padre a fundar Visión de Futuro, él le pidió tres cosas: una nueva
unción, multitudes como herencia y el poder para obtener las ri-
quezas e invertirlas en Su Reino. La ‘unción’ del Espíritu Santo para
que ocurran maravillosas transformaciones empezando con la más
grande, el nuevo nacimiento, y sanidades, milagros y prodigios.
Basando en el Salmo 2:8 reclamó como herencia las naciones, ‘la
gente’, que multitudes respondan al mensaje de Jesucristo. Y ‘las
riquezas’, el capital necesario para que el reino de Dios se extienda
sin límite, con excelencia y por todos los medios. En el transcurrir
del ministerio Dios ha sido fiel cumpliendo esa oración.
La Iglesia Visión de Futuro cumplió cuarenta y cinco años
de existencia; es una sólida institución en crecimiento; cuenta ac-
tualmente con más de doscientos treinta lugares de reunión, miles
siguen acercándose a Cristo cada día y se congregan en Células, más
de 2000 personas se bautizan cada año. Obviamente, estas cifras se
explican en el maravilloso y soberano mover de la gracia de Dios en
Argentina y en la unción apostólica que reposa sobre el ministerio.
Agradecemos y honramos a Dios por esa marca con la cual lo ha
distinguido.
Los escritos del Dr. Omar y Marfa Cabrera fueron inspirados
y ungidos por Dios; dieron a conocer soluciones a los problemas de
la vida por medio de la fe, porque como ellos nunca se cansaron de
decir: “El poder más grande en el mundo es el poder de la fe en Dios”.
Así como en reuniones multitudinarias compartían una Palabra que
sanaba los enfermos y liberaba los corazones, que llevaron familias
a la prosperidad y por Su gran misericordia, al conocimiento del
Salvador, también sus textos fueron y seguirán siendo una increíble
bendición para las próximas generaciones, al enseñarles a vivir en
otra dimensión de fe. Por tanto, la unción de este libro influenciará su
vida y a aquellos a quienes se les compartan los principios contenidos.
Escribir, para los Pastores Fundadores de la Iglesia Visión

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de Futuro fue una vocación y una disciplina; ambos tenían días
asignados para sentarse a la máquina de escribir, o para plasmar en
una libreta aquella idea que venía a la mente, o grabar ese pensa-
miento inspirado estando quizá a muchos kilómetros de las Oficinas
Centrales para que luego sea impreso, enviado y una bendición a
millones de personas. Ahora, está a su disposición, creemos que en
sus páginas encontrará promesas que salieron de la boca de Dios que
no regresarán a Él ociosas, sin haber realizado Su deseo y logrado
Su propósito (Isaías 55:11). Lo que Él dijo lo hará, a fin de que usted
se regocije en Su “palabra como quien halla un gran botín” (Salmos
119:162 NVI).
Estas obras seleccionadas contienen historias, relatan testimo-
nios del poder sobrenatural de Dios; pero pretendemos que no sean
vistos solamente como tales, sino como desafíos que le provoquen
a celo de manera que, con apasionado hambre le diga al Señor: ‘Yo
también quiero ese poder, ¡aspiro a vivir en ese nivel espiritual!’.
Ansiamos que este ejemplar se convierta en un libro de consulta,
de estudio, que le acompañe en su vida de oración y produzcan una
explosión de fe. No trate de hacer de estas experiencias una fórmula,
son vivencias con Dios; introdúzcase usted también en la ‘escuela
del Espíritu Santo’ y aprenderá de Él.
Los actuales Pastores Principales –el Rvdo. Omar Jr. y Ale-
jandra Cabrera- se complacen al ofrecerlo, convencidos de que será
ciertamente una bendición porque tiene el respaldo de la bendita
Palabra del Señor. Rogamos que al tener intimidad con Dios, Su
amor le alcance, toque y transforme para Su gloria; y esto llenaría
de alegría el corazón de los autores quienes amaron y extendieron
el Reino de los cielos en la Tierra hasta que fueron llamados a la
Presencia de su Dios.

VDF Producciones

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LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Prólogo

Hace poco tomé en mis manos una copia del libro La Ma-
ravillosa Ley de la Abundancia, escrito por mi padre, el Dr. Omar
Cabrera. Lo primero que vi y me impactó fue el título del capítulo
1: Un principio espiritual. Este libro contiene principios espirituales
que, al descubrirlos, pueden cambiar el destino y el rumbo de tu
vida, de tu familia y tus generaciones.
Aprenderás cosas que para la Iglesia Visión de Futuro son
ciertísimas. Como le dice Lucas al receptor del Evangelio que él
escribió, el excelentísimo Teófilo:
“Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la
historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal
como nos las enseñaron los que desde el principio las vieron con sus
ojos y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí,
después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde
su origen, escribírtelas por orden, excelentísimo Teófilo, para que
conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido”
(Lucas 1:1-4, énfasis mío).
Hay cosas en VDF que son ciertísimas, las hemos aprendido
desde el principio de la obra en 1972 y han marcado nuestro ADN.
Una verdad que todos los que somos ministros de la Palabra prac-
ticamos es la generosidad. Al conocer nuestro ministerio se puede
ver el fruto que ha dado, la trayectoria de miles de almas bendecidas
por el corazón generoso de los pastores, el proveer a las necesidades
de los carenciados y el presentar a través de esta Productora libros de
excelencia al mejor precio para que la gente sea bendecida. Otro ejem-
plo es este ejemplar digital que llega a tus manos en forma gratuita.
En mi libro El Poder de la Generosidad, publicado original-
mente en 2008 con el título Prosperidad y Riquezas, ¿Para que las
Quiero?, varios pastores mencionan el corazón y espíritu generosos
de esta iglesia. Uno de ellos escribió: “son una muestra inspiradora

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de generosidad sin reservas” y otro añadió: “estaremos siempre agra-
decidos por la generosidad que nos han manifestado… e imitándoles
hospitales, hogares, comunidades criollas y aborígenes de nuestra
provincia reciben importantes donativos”. El director de un hogar
dijo: “han sido de gran inspiración para nuestras vidas y ministerio,
puesto que hemos sido receptores de su generosidad y enseñados a
actuar de igual modo”. Otro pastor agregó: “La Iglesia Visión de
Futuro es la iglesia más generosa que conozco y siempre está lista
para dar, para ayudar, para aportar y apoyar”.
Sé que Dios te hablará a través de Su siervo, el fundador de esta
Iglesia, quien nos marcó el rumbo para que todos nosotros lo sigamos.
Te invito a recorrer estas páginas siendo sensible a lo que
Dios quiere depositar como una semilla en tu corazón. Si pones en
práctica los principios espirituales que recibirás, te garantizo que
subirás a un nuevo nivel y vivirás una vida generosa cumpliendo las
palabras de nuestro Señor Jesucristo: “Mas bienaventurado es dar
que recibir” (Hechos 20:35b).
Que Dios bendiga tu vida abundantemente,

Omar Cabrera Jr.


Pastor Principal
Iglesia Visión de Futuro

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LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Pensamiento vivo
del Rvdo. Omar Cabrera

El primer paso para obtener la bendición económica es dejar


de pensar en términos de pobreza y escasez.
El segundo paso que tenemos que cumplir es que debemos dar
a Dios, fuente de nuestra provisión. Así veremos que una constante
corriente de bendición se mueve sobre nuestra vida.
Siempre debemos recordar que las bendiciones de Dios se
mantienen fluyendo mientras nosotros nos mantenemos dando y que
éste es un eterno principio establecido por el Señor para bendecirnos.
La pobreza, la ruina y la miseria son la ausencia de la pros-
peridad de Dios.
Hay diferencia entre ser pobre, estar arruinado y ser mise-
rable. Hay gente que es pobre por la enfermedad o por los vicios, o
porque le han estafado y han perdido todo, por malos socios, por
malos negocios. Pero ahora sabemos que el Señor levanta del polvo
al pobre. Hay hogares que están destruidos económicamente porque
ha entrado un espíritu de ruina, todo lo que tiene se les rompe. Y es
allí donde se va a manifestar el Espíritu de abundancia y prosperidad
del Padre.
La única forma de recibir es dar.
No podemos escapar a la fórmula divina. Así como el H2O es
la fórmula química del agua, la fórmula divina para nuestra bendición
es dar para recibir. Dicho y enseñando con su palabra y ejemplo por
el Hijo de Dios, Jesucristo.

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La maravillosa ley de la abundancia

Capítulo 1

Un principio espiritual

Un día debí hacer pintar el Jeep que estaba usando para


predicar en la provincia de Entre Ríos. En esos años no estaban
las hermosas rutas que hay hoy en día, ni se soñaba con tener
la magnífica obra de Salto Grande.

Cuando debía ir a Chajarí o a Concepción del Uruguay,


desde Concordia seguramente que el carburador, una puerta,
o algo del motor, se aflojaba hasta el punto de caerse. Eso era
por causa de que en la ruta arenosa se colocaba ripio (pequeños
rodados, o piedras) para que se pueda transitar.

Si no se le ponía eso, se comenzaba a formar lo que lla-


maban “serruchos” y era casi imposible transitar debido a los
pozos que quedaban. A veces, podía ser después de una lluvia,
o por causa de que los baches se iban profundizando por el
viento que soplaba la arena.

15
Capítulo 1: Un principio espiritual

Fue así que el Jeep debía ser arreglado y pintado. Las


piedras de los coches que iban adelante, virtualmente destro-
zaban todo el frente del auto.

El día que uno no le ponía el protector al parabrisas, una


piedra terminaba haciéndolo añicos.

Alguien me dijo que había un joven que tenía un taller


de pintura. Fui a pedirle presupuesto, y allí fue donde conocí a
Antonio, un joven de buenos modales, más bien tenía el aspecto
de un intelectual que de un pintor de autos.

Era la clase de muchacho busca vidas. Como son aquellas


personas que no les importa pintar o ser zapateros, ser albañil
o vendedor de una tienda, ser maestro o labrar una quinta; se
veía que estaba impuesto en su personalidad ese aire de triun-
fo. Pero a pesar de esta conclusión exterior, adentro había un
hombre derrotado.

Hacía dos años que se había casado y las cosas le habían


ido muy mal. Tenía dos hijitas que siempre estaban enfermas.
Había comprado un lote cerca de lo que luego sería una zona re-
sidencial, pero vivía de una manera extremadamente modesta.

Desde hacía muchos meses todo le iba de mal en peor.


Había comprado ladrillos para tener una casita de material y
nunca había podido hacer nada. Había pedido la luz trifásica
para poner una carnicería, pero la cooperativa eléctrica nunca
se había preocupado en trabajar en esa zona, y mucho menos
en extender los cables doscientos metros fuera de la carretera
principal.

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LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Después que me dio el presupuesto por el Jeep, fui algu-


nas mañanas para ver cómo iba el trabajo.

Cuando Antonio me comentó que estaba en la ruina, que


había perdido en cierta manera toda fe religiosa, porque hasta
había venido el sacerdote a bendecirle al lugar y todo había
sido un desastre, le dije que Dios prometía bendecir a Sus hijos.

Él me pregunto: “¿Qué debo hacer para tener la bendi-


ción de Dios?”.

“Si usted hace lo que le digo” – contesté - , “a pesar de


que está en la ruina, que debe devolver el galpón juntamente
con la herramientas que pertenecen al socio, Dios tiene sufi-
ciente poder para bendecirle y darle trabajo, y si le hace falta,
un auto también”.

El me miró con una sonrisa de duda, pero esperaba que


le dijera lo que tenía que hacer.

Le dije: “Si usted saca el 10% de lo que le voy a pagar por el


arreglo y la pintura del coche, y viene el domingo y lo entrega en
la iglesia, Dios le va a bendecir de acuerdo a la promesa escrita
en Su Palabra, como dice en Malaquías 3:10-12: “Traed todos
los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y PROBADME
AHORA en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las
ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al
devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid
en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las
naciones os dirán BIENAVENTURADOS; porque seréis tierra

17
Capítulo 1: Un principio espiritual

deseable, dice Jehová de los ejércitos” (énfasis de autor).

“Antonio, aquí hay que probarlo a Dios. Si usted trae el


domingo el diez por ciento, (los diezmos), de lo que le pago por
este último trabajo que hace antes de cerrar el negocio, Dios
le va a bendecir”.

Al auto me lo entregó un día viernes, y cuál no fue mi


sorpresa verlo a él y toda su familia, el domingo en la reunión.
Vino y se sentó bien atrás.

Observaba todo lo que iba ocurriendo. Un joven cria-


do dentro de la religión oficial no sabía qué hacer cuando
levantábamos las manos para orar, o cuando cantábamos con
entusiasmo, golpeando las manos en alabanza al Señor.

Llegó el momento de la ofrenda y el colaborador también


habrá pasado por donde él estaba. Era una gran prueba para
una persona que había sido enseñada a dar sólo limosnas.

Mucha gente da unos centavos a la iglesia, y luego va al


café, al restaurante o al boliche, y se gasta medio sueldo. Sí, el
50% y hasta el 70% de las entradas algunas personas lo gastan
en vicios, pero cuando se menciona que Dios va a bendecir a
aquellos que dan el 10% de sus ingresos, parece que fuera algo
imposible lo que Dios solicita de nosotros para derramarnos Su
bendición.

Antonio había escuchado La Palabra y la había puesto


en práctica.

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LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Como padre y jefe de su hogar, toda su preocupación en


esos días era proveer para su familia. Es doloroso, y hasta hace
perder la fe cuando un hombre trabaja y se afana y no tiene la
bendición de Dios.

Es verdad que no le roban nada a nadie, es verdad que


son honestos en su trabajo, pero es también verdad, que la única
forma de recibir la bendición de Dios es dando.

Jesús dijo: DAD Y SE OS DARÁ.

¿Cómo se nos dará?

“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y


rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida
con que medís, os volverán a medir”.

Cualquier persona que hace sólo deducciones a través


de su razonamiento humano, dejando de lado lo que Dios ha
prometido en Su Palabra, muy posiblemente hubiera pensado
que a un hombre que no tiene trabajo, que justo esa semana
había cerrado su taller, y que se encontraba sin herramientas
porque debió devolver la mitad a su socio, era ridículo decirle
que vaya el domingo a la iglesia y que dé el 10% de su trabajo
neto.

Sí, realmente es casi ridículo. Parecía que hasta podría


considerarse un abuso, pero la Palabra de Dios declara que Su
bendición sería sobre aquellos que damos.

Dios no puede bendecir lo que no damos.

19
Capítulo 1: Un principio espiritual

Si no damos nada, y Dios bendice eso, tenemos más nada.

Dios sólo puede bendecir lo que damos con fe en Su


promesa de que Él abrirá las ventanas de los cielos y derramará
bendiciones sobre nosotros hasta que sobreabunde (Malaquías
3:10).

Este joven había puesto la semilla.

Jesús dijo: DAD Y SE OS DARÁ.

Ya él había obedecido. Muchas veces parece hasta un


misterio cómo obra el poder de Dios. Muchas veces nos que-
damos anonadados cuando vemos la operación del poder del
Espíritu Santo de Dios.

Tan pronto como el creyente pone en práctica la Palabra


de Dios, y obedece a Su mandamiento, la bendición comienza
a correr de una manera sobrenatural.

Sin negocio, sin trabajo, sólo con un poco de dinero


ahorrado para vivir unas semanas, era el comienzo de este
nuevo camino que Antonio había emprendido.

El lunes a la mañana, sin esperarlo, le llega un tío que era


albañil y que por unas semanas no tenía trabajo. Algo le pasó
el domingo y se acordó que Antonio tenía en el patio como
5000 ladrillos que hacía varios años que estaban allí esperando
ser utilizados para la construcción de una habitación, cocina
y baño.

20
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

El tío le dijo: “Antonio, como no tengo trabajo por unas


semanas, pensé en venir a ayudarte así te haces la pieza a la
calle, donde tenías pensado instalar tu negocito”.

Esto era casi imposible de creer.

El nunca hubiera podido pagar un albañil para hacerse


esas piezas que por años estaba deseando tener. El dinero era
sólo para subsistir; pero para su propia sorpresa, la mano de
Dios se había comenzado a mover a su favor. Durante ese
tiempo trabajó fuerte y en pocos días levantó las paredes hasta
el techo.

A la noche este joven venía a mi casa y pasábamos horas


hablando de las cosas de Dios. Tenía una verdadera sed en su
corazón por saber más acerca de las promesas de Dios; de su
posición como hijo de Dios.

Era una persona sincera que cuando encontró la luz,


deseó caminar por ella.

Dios obró en sus hijitas. Cuando se enfermaron de


gravedad, se puso al lado de la cama y oró al Señor pidiendo
sanidad para ellas. Ya no corría desesperado al hospital. Había
conocido la fuente inagotable de salud.

Sus relaciones familiares mejoraron, y después de varias


semanas, en uno de esos crudos días de invierno, a la hora de
la siesta, golpeó a la puerta de mi casa. Antonio venía a verme
elegantemente vestido. Tenía un traje nuevo, camisa nueva,

21
Capítulo 1: Un principio espiritual

zapatos; y se veía como un verdadero hombre de negocios.

Después de saludarme me dijo: “Vengo a pedirle perdón”.

“¿Por qué?”- pregunté inmediatamente, “pase, pase…”.

“Bueno, yo pensé que usted estaba loco”, respondió.


“Cuando hace unas semanas vino a mi taller que estaba cerrado
por falta de trabajo, fundido, con mis hijas enfermas, cansado
de que todo me vaya mal, sin ropas y muchas veces sin tener
qué comer. Usted me dijo que si yo daba los diezmos a la iglesia,
Dios me iba a bendecir dándome un empleo y hasta un auto,
pensé que estaba loco. Usted no sabía lo que yo había luchado
por levantar mi familia. Todas las cosas que hice para darles
un pedazo de pan a mis hijas. Luego, escuchar que podía tener
un empleo y un auto, eso no era para mí. Sólo una persona
fanática podía decirme tal cosa. Pero mire, mire lo que ten-
go, mire cómo estoy vestido. Hace dos días vino a verme un
amigo que por años no lo había visto, y se acordó que yo había
sido vendedor de motos cuando era soltero, y como justo en
la agencia de autos donde él trabaja necesitaban un vendedor,
vino a mi casa a buscarme. Fui a la agencia, hablé con el dueño,
y ahora tengo sueldo, comisión, y aquí en la puerta un auto.
La compañía me da este auto para hacer visitas a los clientes.
¡Increíble! Parece increíble”.

Sí, parecía increíble, pero Dios nunca falla a Sus pro-


mesas.

Antonio no sólo tuvo un trabajo en la agencia de autos,


sino que hasta puso su propia agencia. Además le conectaron

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LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

la luz y tenía carnicería y almacén en su casa.

Yo me fui de esa ciudad donde tenía la congregación


más grande de toda la provincia, y vino a visitarme después
de unos años a mi departamento.

Trajo un amigo; quería que yo le hable de las cosas


de Dios y cómo ser prosperado. En virtud de que no podía
quedarse para la reunión, y sabiendo que yo no recibo dinero
personalmente de nadie, al otro día cuando voy a buscar co-
rrespondencia en la casilla del edificio, allí había dejado dinero.
Como ofrenda para la obra.

¿Por qué?

Sabía cuál era la fuente de la bendición.

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Capítulo 2

La fuente de la
bendición es dar

Algunos tratan de discutir y negar esta enseñanza que


es parte del cristianismo.

Debemos reconocer que hay muchos cristianos que lo


son, no porque tienen una convicción interior, sino porque
como yo, hemos solamente sido bautizados cuando éramos
niños en el sacramento de la Iglesia y hemos creído que eso
nos daba el título de cristianos.

Pero no, ser cristianos significa aceptar y poner en prác-


tica las enseñanzas de Jesucristo.
Capítulo 2: La fuente de la bendición es dar

CRISTO ENSEÑÓ LA MARAVILLOSA LEY DE LA


PROSPERIDAD.

Si nosotros obedecemos las leyes o mandamientos de


Dios, siempre hemos de tener respuestas positivas a nuestras
necesidades, porque Dios no puede mentir y mucho menos no
cumplir Sus promesas.

En el Salmo 34:8-10 leemos:

“Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre


que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues
nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen
hambre; Pero los que buscan a Jehová NO TENDRÁN FALTA
DE NINGÚN BIEN” (énfasis de autor).

Buscar a Dios significa aferrarse a Sus promesas y re-


clamar lo que Él ha prometido para nosotros; más que todo es
obedecer a Sus mandamientos.

Cuando la Palabra de Dios declara que hay que traer el


10% a Su casa, nos parece que es algo que nosotros no podemos
hacer. Pero debemos gustar y ver que el Señor es bueno para
con nosotros. Cuando Su pueblo traía los diezmos (10%) la
bendición recaía sobre el 90% que les quedaba.

Ellos comenzaron a robarle a Dios, comenzaron a hacer-


se sus propias leyes, querían continuar siendo bendecidos pero
haciendo las cosas a su manera. Probaron de hacerlo pero sus
cosechas no rendían el 100%. De pronto vino el devorador, la
peste comenzó a hacer estragos entre el ganado y la siembra.

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LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Después de haber trabajado como antes, sólo les quedaba un


40% o un 60%.

Al principio les parecía mucho, o no práctico, que Dios


les impusiera como condición para la bendición traer los diez-
mos. ¿Pero ahora qué sacaban? Como no tenían la bendición
de Dios, no alcanzaban a ese noventa por ciento que tenían y
gozaban cuando daban el diez por ciento.

Ellos se habían olvidado de que la bendición no venía


de sus esfuerzos, la bendición no venía de sus cosechas, de su
ganado, la bendición no venía de lo que ellos en sus propias
fuerzas podían hacer; la bendición venía de Dios.

DICHOSO EL HOMBRE QUE CONFÍA EN ÉL

El que quiere realmente vivir tranquilo por el resto de su


vida sin preocupación financiera, debe confiar en Dios siempre.

Cuántos desearían ser dichosos, no tener preocupa-


ciones, no afligirse por los negocios, por las deudas, pero no
pueden, porque no se han decidido a confiar en el Señor.

LOS QUE BUSCAN AL SEÑOR NO TENDRÁN FALTA DE


NINGÚN BIEN

La ley de la prosperidad impuesta por Dios hace que en


ningún momento tengamos falta de Sus bendiciones.

Puede haber inflación.

27
Capítulo 2: La fuente de la bendición es dar

Pueden aumentar los precios todos los días.

Pueden estar los sueldos muy bajos en relación al costo


de vida, pero la persona que busca al Señor verá día a día más
prosperidad, más abundancia, y no solo tendrá para sus propios
gastos, sino que Dios le dará el poder de dar a otros que están
en necesidad.

28
La maravillosa ley de la abundancia

Capítulo 3

“Sean prosperados los


que te aman”
Salmos 122:6

Cuando amamos al Señor sabemos que lo que tenemos


no es nuestro.

Hemos sido puestos como administradores de Sus


bendiciones.

Cuando hay amor las cosas se comparten.

Toda persona que ama desea dar a la otra persona lo


mejor que tiene.

Si amamos a Dios nunca estaremos pensando, o estare-


mos especulando, sobre nuestras posesiones, porque los que
aman al Señor son prosperados.
29
Capítulo 3: "Sean prosperados los que te aman" Salmos 122:6

No niego que hay problemas en todos los aspectos de


nuestras vidas.

Muchas veces experimentamos períodos de mucha pros-


peridad y otras veces debemos ajustarnos el cinturón porque
las cosas no andan muy bien.

La vida está hecha de estos desafíos.

Pero debemos aceptar las enseñanzas del Señor. El dijo:


DAD Y SE OS DARÁ.

Justo en los períodos cuando todo parece ir mal, es


cuando debemos obedecer a esta ley, dando aunque sea con
sacrificio.

Nos sometemos a la voluntad de Dios. Amamos y


servimos a otros, damos a Dios, a Su Obra que pertenece al
Señor Jesucristo, y hacemos nuestros negocios de una forma
honesta y correcta, dejando que opere adentro de nuestro ser
esa maravillosa ley de prosperidad que nos hará cosechar lo
que sembramos.

Muchos me han preguntado: “¿Cómo puede ser esto


posible?”.

Bueno, hay una maravillosa ley de la abundancia.

Eso lo vemos en todas las cosas que Dios ha creado.

30
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Dios creó el mundo haciendo todas las cosas en abun-


dancia.

Si vamos al mar, allí encontraremos abundancia de


peces, de diferentes formas, peso y medidas. Cuando creó los
pájaros, también lo hizo de variadas formas, y en abundancia.

Cuando puso las estrellas en el firmamento lo hizo de


tal manera que no se pueden ni contar.

Cuando nos dio a Su Hijo, nos dio juntamente con Él


toda la abundancia, porque dijo: “Yo he venido para que tengan
vida, Y PARA QUE LA TENGAN EN ABUNDANCIA” (San
Juan 10:10 b - énfasis del autor).

Hay una abundancia que viene solamente de Dios.

Esto es posible por cuanto nosotros nos determinamos


a creer.

Jesús dijo: “AL QUE CREE TODO LE ES POSIBLE”.

Llegó un momento en la vida del Maestro, que debía


pagar los impuestos porque Su pueblo estaba sometido bajo el
yugo de los romanos.

Llamó a Pedro y le dio orden de que fuera al mar y


pescara. Iba a sacar un pez que tenía una moneda de oro en la
boca. Pero debía sacarla y luego pagar los impuestos por los dos.

Allí en la boca de un pez, sacado al azar por mandato


del Señor, estaba la ley de la abundancia.
31
Capítulo 3: "Sean prosperados los que te aman" Salmos 122:6

Cuando nos determinamos a tener fe de que Dios nos


va a bendecir, dejamos de pensar en la pobreza.

Dejamos de pensar en la miseria.

Dejamos de pensar en la ruina.

Aunque parezca que hay momentos de grandes cala-


midades, momentos de grandes fracasos, momentos en que
nos parece que todo va mal, nuestra fe nos impone un ritmo
de confianza, que no vemos ninguna clase de opresión, por
cuanto el Señor en cualquier momento y de cualquier lado nos
envía Su bendición.

Nosotros, en vez de estar pensando en que las cosas van


mal, estamos buscando el ‘pez’ que nos dará la abundancia.

Dios proveerá nuestra necesidad de una manera sobre-


natural.

32
La maravillosa ley de la abundancia

Capítulo 4

Obediencia al mandato

Hay dos clases de bendiciones.

Las bendiciones aparentes y las bendiciones reales.

En el Salmo 37:7-9 dice:

“Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él. No te alteres


con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que
hace maldades. Deja la ira, y deshecha el enojo; no te excites
en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán
destruidos. Pero los que esperan en el Señor, ellos heredarán la
tierra”.

Cuando hemos visto prosperar a la persona que hace


maldad, hemos pensado que Dios era injusto con nosotros,
quizás nos hemos airado y enojado, pero el mandamiento es
que guardemos “silencio”, y esperemos en el Señor.
33
Capítulo 4: Obediencia al mandato

En el momento nos parece que la persona que estafa,


que engaña a su prójimo, vive en prosperidad.

Todo esto es aparente.

Veremos que a lo largo del camino la persona que hace


eso, recoge lo que sembró. Un día, en un momento, pierde todo
lo que obtuvo con falsedad.

Podría mencionar cientos de casos de gente que pros-


peraba prestando dinero en usura, pero al final todo el dinero
que obtenía sangrando a su prójimo, lo tenía que gastar en
tratamiento médico, y muchos de ellos con pedazos menos en
el estómago, por las operaciones que debieron soportar por
causa de las úlceras.

Otros acumulaban riquezas sin compartirlas, y al final


quedó para que los hijos se pelearan. En algunas ocasiones
mientras estaban velando al padre o a la madre, ellos se mira-
ban con odio porque estaban pensando quién se iba a llevar la
mejor parte de la herencia.

La bendición que puede recibir una persona que no teme


a Dios, y que no procura cumplir con Sus mandamientos, es
aparente. Aquí correspondería usar el refrán tan conocido “lo
que es del agua, el agua se lo lleva”.

Pero hay otra bendición que es real.

Hay una bendición que el Señor nos imparte, que nos


enriquece y no añade aflicción a ella.
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LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Cuando tenemos la verdadera y real bendición de Dios,


también tenemos el poder para gozar de las bendiciones ma-
teriales.

No hay aflicción. Si tenemos un negocio, reconocemos


que nuestro principal socio es el Señor.

Si hemos podido seguir una carrera profesional, recono-


cemos que la sabiduría nos ha sido dada de arriba.

Si tenemos éxito en lo que emprendemos, sabemos que


es la bendición de Dios sobre nuestras vidas, y Su ley de abun-
dancia está sobre todo lo que tocan nuestras manos.

En mis años de ministerio he visto que los que han cons-


truido algo realmente permanente, han sido aquellas personas
que han sabido trabajar honestamente, que han amado a Dios
y que han hecho algo bueno en favor de su prójimo.

Debemos dar de nuestro dinero, de nuestro talento, de


nuestro tiempo, de nuestras oraciones; debemos dar y recibi-
remos todo esto en abundancia.

La gente que viene a mis reuniones, o que se ha puesto en


contacto con este ministerio, que está sola y únicamente para
ayudar a los enfermos, a los que están desahuciados, a los que
están en sus vicios, a los que viven atormentados, ha aprendido
que “más bienaventurado es dar que recibir”.

Muchas veces hemos necesitado el dinero para pagar


el alquiler del lugar donde estábamos haciendo las reuniones.
35
Capítulo 4: Obediencia al mandato

Se ha necesitado dinero para pagar los programas de radio. Se


ha necesitado dinero para levantar los templos, para pagar los
sueldos en la oficina. Se ha necesitado dinero para promover la
obra, para contestar la correspondencia, y todas aquellas per-
sonas que han dado, que han dado hasta con sacrificio, han ex-
perimentado que la bendición sobre ellos es real y permanente.

Recuerdo a un amigo que era tan grande su mejoría, que


al irlo a visitar me quiso dar dinero.

Yo, como lo dije anteriormente, no recibo dinero. Nadie


podría pagar las bendiciones que Dios imparte y derrama en
nuestras reuniones.

El insistió tanto que en ese momento pensé que no acep-


tarlo sería robarle la bendición o privarle de que Dios le bendiga.

Al querer dar una ofrenda estaba moviendo la ley de la


abundancia. Le dije: “Usted bien sabe que no acepto dinero
personalmente de nadie, pero póngalo en un sobre, y déselo
aquí a nuestro administrador general, luego le enviaremos un
recibo”.

El profesional me miró profundamente a los ojos y me


dijo: “Reverendo, qué son estos doscientos pesos nuevos, com-
parados con los ciento veinte mil que me cobraron en Rosario
por la operación que me hicieron de más; además, yo doy mis
diezmos a la Iglesia todos los meses”.

Y así lo sentí como él dijo. Era verdad -¿Qué es dar el diez


por ciento al Señor, a Su Obra, cuando muchas veces hemos

36
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

gastado más del 70% o el 100% en remedios, tratamientos y


enfermedades?

¿Qué es darle una parte de nuestras entradas al Señor,


después de todas las bendiciones que hemos recibido?

No es nada, sí, no es nada, cuando estamos seguros de


que lo que damos traerá aparejada la bendición y podremos
tener una medida buena, apretada, remecida y rebosando en
nuestro hogar.

Cuántas obras de caridad se podrían hacer con el dinero


que la gente gasta en ver una pelea, un partido de fútbol, en lo
que juega a las carreras, o en lo que gasta en vicios.

Cuántos templos se hubieran podido levantar, donde el


alma humana podría ir a buscar de Dios, la paz para su corazón
atormentado.

Cuánta gente podría estar calzada, vestida, y con un


pedazo de pan en la mano, si la gente que es cristiana diera
a las sociedades de beneficencia que se encargan de suplir a
aquellos que han sido menos privilegiados.

Muchas veces hemos tenido la oportunidad de dar, pero


dejamos que nuestro corazón se endurezca, y por otro lado, el
dinero que hubiera sido usado como un medio para ayudar
a nuestro prójimo, va a parar donde sólo sirve de maldición.

37

La maravillosa ley de la abundancia

Capítulo 5

Lo que no se hace con


fe es un pecado
delante de Dios

Como es habitual en las reuniones que se llevan a cabo


en diferentes lugares, llega el momento cuando hablo sobre la
ofrenda.

Estaba presentando a la gente las necesidades que tiene


un ministerio como el nuestro, que trata de todas maneras de
alcanzar por medio de la predicación a los que necesitan de fe
y sanidad, y le decía a la multitud que la única manera en que
puede ser posible para nosotros ir de un pueblo a otro es si nos
ayudan a pagar los gastos.

Entre los asistentes estaba un hombre que se fue enojado


porque dije que al menos debían dar diez Pesos Argentinos, si

39
Capítulo 5: Lo que no se hace con fe es un pecado delante
de Dios

realmente querían cooperar. Era casi el precio de un cafecito.


Este hombre creía que la Obra del Señor vivía del aire.

Creyó que por la cantidad de gente que había, estábamos


levantando cifras millonarias, y ojalá hubiera sido así. Pero
generalmente en las grandes reuniones, todos piensan que va a
poner el de al lado, y se quedan con las manos en los bolsillos.

Este hombre levantó su dedo de juicio. Pero no fue muy


lejos. Al otro día apareció cabizbajo y humillado. El diablo vio
que salió todo enojado de la reunión, y para hacerlo enojar más
todavía, cuando subió al colectivo le robaron la cartera.

Este hombre se perdió la oportunidad de dar para que


Dios le bendiga, y aparte de eso debió soportar el golpe del
diablo, el cual hizo que le robaran la cartera, porque el diablo
sólo se acerca a nosotros para matar, hurtar y destruir. Pero
Jesús ha venido a nuestro encuentro para que tengamos vida,
y para que la tengamos en ABUNDANCIA.

Muchos han tratado que la gente no dé a Dios.

Otros han tratado que la gente dude de la obra que se


está llevando a cabo en Visión de Futuro.

Muchos no han visto cómo los ciegos ven, los sordos


oyen, los paralíticos andan, los vicios son dejados, los hogares
son cambiados; sólo han querido decir que nos interesa el
dinero de la gente.

Pero cada vez que hemos hablado que hay que dar, he-
mos establecido una ley espiritual que Dios ha dejado escrita
40
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

en Su Santa Palabra.

“DAD Y SE OS DARÁ”.

“Traed los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa;


y probadme ahora en esto, dice el Señor de los ejércitos, si no
os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde”.

“Dios bendecirá la obra de tus manos”.

“Dios hará que tus bienes se multipliquen”.

“Dios permitirá que tengas el poder de gozar del bien de


la tierra”.

“Dios hará que toda enfermedad y dolencia salga de tu


hogar”.

“Dios enviará sus ángeles que te guarden en todos tus


caminos”.

“LA LEY DE LA ABUNDANCIA estará constantemente


sobre aquellos que obedecen Sus mandamientos”.

Cuando llegue el día en que Dios pagará de acuerdo a


nuestras obras, estaremos sorprendidos al ver que la recom-
pensa que Dios nos va a dar, no es sólo por el bien que hemos
hecho, sino que la recompensa que Él nos dará, tendrá mucho
que ver con el lugar donde hemos invertido nuestro dinero.

Las riquezas, nuestro dinero, son el medio que el Señor


41
Capítulo 5: Lo que no se hace con fe es un pecado delante
de Dios

usa para que otros reciban y conozcan el Poder de Dios. Jesús


dijo: “HACEOS RIQUEZAS EN EL CIELO, DONDE LA PO-
LILLA Y EL HERRUMBRE NO CORROMPEN”. Es decir que
tenemos las cosas materiales, pero no estamos atados a ellas.

Sabemos que todo lo que tenemos, un día lo hemos de


dejar, porque desnudos hemos venido a este mundo, y segura-
mente nada nos podremos llevar.

Esa mesa en su hogar, ese juego de living, ese televisor,


ese electrodoméstico, ese auto, esa casa, esa estancia, ese nego-
cio; todo lo que se tiene, al momento de partir de este mundo,
no podremos llevar completamente nada, todo deberá dejarse.
Quizás quede en manos de personas indignas que no cuidarán,
otros quizás aprovecharán, y otros derrocharán lo que deja;
pero lo que usted hace por la Obra de Dios, permanece en el
cielo.

No hay otro medio a través del cual se pueda recibir la


ley de la abundancia.

No hay ningún otro camino que pueda hacernos recibir


las bendiciones materiales y espirituales de Dios, excepto aquel
que produce en nosotros el deseo de dar.

Debemos dar.

Debemos dar con fe.

Debemos dar sistemáticamente.

42
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Si apartamos todos los meses dinero para pagar el alqui-


ler, para pagar los créditos, para pagar los impuestos, ¿por qué
no apartar todos los meses el 10% para que sea invertido en la
obra de Dios, y que a través de nuestro dinero otros puedan
recibir los mismos milagros y las mismas bendiciones que
nosotros hemos recibido?

43
La maravillosa ley de la abundancia

Capítulo 6

Tomar una decisión no


es fácil

A mí me llevó meses y meses entender que no había otro


medio para poder recibir la bendición económica, que había
que dar primero.

Me llevó mucho tiempo hasta que me convencí de que


era parte del plan de Dios que transmita esa fe en la promesa
de Dios a los que escuchan Su Palabra. Luché conmigo mismo
hasta que me impuse que debía siempre dar al Señor, el 10%
de mis entradas.

En un momento sentí como muchos sienten, esa sensa-


ción de que le están sacando el dinero.

45
Capítulo 6: Tomar una decisión no es fácil

Pensé que enseñarle a la gente a dar a la Obra de Dios iba


a ser interpretado como que yo estaba interesado en el dinero.

Pero debí reconocer que los mandamientos son man-


damientos y si queremos que la ley de la abundancia opere en
nosotros, debíamos obedecer.

Este es un principio espiritual instituido por Dios para


que Sus criaturas obtengan abundancia en todas las cosas.

Es un medio, o una ley, que ahuyenta la enfermedad y la


dolencia de nuestros hogares. Es una ley que hace que nuestro
trabajo prospere y sea permanente.

La ley de la abundancia, es una ley que, para que opere,


hay que obedecerla.

TRAED, dijo Dios.

DAD, dijo Jesús.

Luego veríamos la abundancia.

Hoy mismo haga un pacto con Dios.

Hoy mismo pruebe a Dios. Desde hoy en adelante pro-


póngase probar al Señor, dando el 10% de sus entradas. Dé
algo a alguien.

Colabore con Su Obra, y verá que la ley de la abundancia


nunca falla.

46
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

El dinero que usted dará, ayudará a que otros reciban


el mensaje de liberación. Miles podrán ser sanados si tenemos
los medios para llegar a ellos, ya sea a través de la radio, de la
televisión, de las reuniones de fe, de la literatura.

Miles serán bendecidos porque usted ha puesto su parte,


y de toda esa gente que será bendecida, cuando llegue el día en
que estaremos frente al Tribunal de Cristo, donde se nos pagará
respecto a nuestras obras, usted tendrá dividendos a su favor.

Cuando el Señor le llame y le retribuya, quizás usted dirá:


“Pero, Señor, si yo no prediqué. Yo nunca sané a los enfermos.
Yo nunca fui adonde estaban los necesitados. Nunca me moví
de mi casa”.

Y el Señor le responderá: “Nunca fuiste, nunca hablaste,


nunca predicaste, pero diste tu dinero para que otros lo hagan
en tu lugar”.

47
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Capítulo 7

La idea de pobreza y la
idea de riqueza

Últimamente hemos estado escuchando expresiones


realmente negativas, en relación a la situación económica, y
sólo se ha hablado de pobreza y miseria, tirándose abajo la
posibilidad de pensar en producción, reactivación y liberación
de la inflación.

Deberemos definir que no hay virtud en la pobreza. No


hay ningún mérito en carecer de las cosas indispensables para
vivir. Tiene que llegar a nuestra mente el conocimiento pleno
de que somos hijos de Dios, y como hijos de Dios, también
herederos de todas Sus bendiciones que incluyen la parte es-
piritual, física y también económica.

Cuando hablamos de prosperidad es más que tener dine-


ro en el banco, o en acciones, o en bonos. Deberíamos aclarar

49
Capítulo 7: La idea de pobreza y la idea de riqueza

que la prosperidad es una manera de pensar. Es en sí, un estilo


de vida que incluye el bienestar, la sensación de poder lograr
todo lo que uno necesita, y una realización interior de que al-
canzamos con satisfacción, todo aquello que es imprescindible
para nuestras vidas.

Es verdad que debemos presentar a Dios nuestras peti-


ciones con acción de gracias, y hacer presentes las necesidades
diarias al Señor, para que Él las supla, pero también debemos
entender que la prosperidad no es sólo el resultado de orar, sino
que la prosperidad es el resultado de poner en cumplimiento LA
MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA, que establece
que para recibir tenemos que dar.

Cada uno de nosotros, siempre tenemos algo para dar, y


de hecho, hemos estado ofreciendo nuestro esfuerzo, trabajo,
dedicación y hasta sacrificio. Tenemos talentos latentes que
quizás, a veces, los hemos dejado enterrados, pero que pueden
producir bendiciones cuando los ponemos a trabajar. Las habi-
lidades que hemos adquirido, añaden algo constructivo y útil
al mundo que nos rodea. Pensemos que la fuente ina-gotable
de poder y bendición puede operar a través de nuestras vidas.

Deberíamos rechazar la idea de miseria y de pobreza, de


la cual tanto se ha hablado. La Palabra de Dios nos enseña que
“por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás con-
denado” (Mateo 12:37). Hablando constantemente de pobreza
y de miseria, hemos atraído una condenación hacia nosotros
mismos, a nuestra familia, y diría también a nuestra patria.

Cuando nos determinamos a creer, nuestra fe es como


un eslabón que nos pone en contacto con Dios, y Su corriente
50
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

de prosperidad comienza a fluir dentro nuestro, y lógicamente,


eso es el producto de un deseo, de una idea.

Así como un poderoso río puede tener su comienzo en


un pequeño arroyo, así también el poderoso río de la substancia
y de la provisión divina, comienza como un pequeño arroyo
de ideas, fluyendo hacia nosotros y a través de nosotros, desde
la presencia de Dios.

¿Qué sería tener una idea de riqueza en vez de una idea


de pobreza?

Tener una idea de riqueza es aquello que engendra


aumento, que produce condiciones de bienestar, y cualquier
propósito que traiga prosperidad a nosotros y a los demás.

Tener una idea de pobreza es ver la escasez, la necesidad,


aquello que nos produce una sensación de angustia y desespera-
ción, y que en vez de levantarnos el ánimo nos tira por el suelo.

Deberíamos probar lo que es la prosperidad dejando


que nuevas ideas fluyan en nuestra mente y corazón. Que
podamos ser liberados del temor a la escasez y del temor a la
pobreza, sabiendo que “el perfecto amor echa fuera el temor”
(1 Juan 4:18b).

Hay ideas que pueden cambiar nuestras circunstancias,


que pueden cambiar la condición de pobreza en que vivimos.
Debemos tratar de encontrar aquellas ideas ricas, justamente
cuando hay una necesidad, cuando hay una escasez. Podemos
comprobar que las grandes ideas, y los grandes inventos y

51
Capítulo 7: La idea de pobreza y la idea de riqueza

descubrimientos, fueron el resultado de la existencia de una


necesidad.

A veces estamos tan desesperados, que sólo pensamos


en que necesitamos un empleo, y desgastamos toda nuestra
fuerza, y la energía se pierde, porque sólo tenemos la fijación de
que lo que nos traerá la salida es el empleo, sin darnos cuenta
que mientras oramos desesperadamente por el trabajo, puede
ser que surja, o aparezca en nuestra mente, una idea de pros-
peridad, una idea divina, acerca de lo que podríamos hacer, o
de las nuevas posibilidades de encontrar algo apropiado para
salir del paso.

Todo lo que estamos viviendo, la escasez, la inflación,


la miseria, es el producto de las condiciones que ha producido
el hombre. Eso no tiene nada que ver con los deseos o las ideas
de Dios. El hombre -al ser creado- tenía todo suplido y en
abundancia, pero al perder el contacto con el Espíritu de Dios,
ha tratado por sus propios medios, de producir condiciones
viables para las soluciones de problemas sociales, pero sin la
bendición de Dios, sin reconocer que hay una fuente inagotable
de prosperidad, de bendición, de ayuda económica, seguimos
luchando solos, sin alcanzar completamente nada.

Jesús dijo: “No os afanéis pues, diciendo: ¿Qué comere-


mos, o qué calzaremos, o con qué nos vestiremos…? Vuestro
Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas esas cosas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas”. También dijo Jesús: “No temáis,
manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el
reino” (San Lucas 12:32).

52
LA MARAVILLOSA LEY DE LA ABUNDANCIA

Liberémonos de pensar que en el futuro tendremos


necesidad.

Veamos con los ojos de la fe, que el Padre, hoy nos provee
el pan cotidiano.

Veamos que hoy, nos provee el alimento, el calzado, el


vestido.

Veamos que hoy, Él provee la casa, el auto, los muebles.

¡Usted puede alcanzar la prosperidad!

No importa cuánto tiempo haya vivido con la idea de


pobreza. Hoy puede liberarse, puede sentir que la presencia del
Señor le sanó de la miseria, y que sus limitaciones son rotas
por el poder de Dios.

Decídase a cumplir ya mismo con LA MARAVILLOSA


LEY DE LA ABUNDANCIA.

Aparte su semilla de fe, enviando su ofrenda o diezmos


a la casa del Señor, para que habiendo en ella lo suficiente para
llevar adelante Su reino, usted sienta que realmente Dios abre
las ventanas de los cielos y derrama sobre su vida, bendiciones
hasta que sobreabunde.

Le deseo lo mejor, y las más ricas bendiciones sobre


usted y su familia.

53
Capítulo 7: La idea de pobreza y la idea de riqueza

  Oración

Señor, vengo a rogarte que el poder de la vida abundante


obre en mí.
Te pido que el Espíritu Santo me dé el poder para dar a
Tu Obra.
Quiero tener Tu bendición, pero sé que primero debo
obedecer a Tus mandamientos.
En este día tomo la firme decisión de probarte dando
parte de mi dinero, de mi tiempo, de mi amor, para que Tú me
bendigas. Confío que Tu poder de abundancia y de prosperidad
se moverá a mi favor.
Sé que desde el momento en que yo ponga la semilla,
desde el momento en que comience a dar, Tú comenzarás a
suplir todas mis necesidades de acuerdo a las riquezas en gloria
en Cristo Jesús.
Gracias por el trabajo, gracias por el negocio, gracias por
prosperar las obras de mis manos.
Gracias porque sé que la ley de abundancia comenzará a
atraer hacia mi vida, el bien que como hijo Tuyo me corresponde.
En este momento creo que al dar, Tú me das una medida
buena, apretada, remecida y rebosando en mí regazo.
Te doy gracias, Señor, porque Tu maravilloso poder me
libera de la ruina, la miseria y la pobreza.
Gracias, porque haces que mi ser experimente el poder de
una vida abundante mediante Tu bendición. Amén.

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