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Y SU
FAMILIA
IGLESIA DE DIOS
(7o. DIA) A. R.
REPUBLICA MEXICANA
SECCION
PAGINA
I N T R O D U C -
CION..................................................................................5
2. ¿Y después?....................................................................................8
3. Un trueque....................................................................................11
7. Discreción..................................................................................17
8. ¿Quién lo ocasionó?.....................................................................18
- nuestro ejemplo
«Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y - Consejos
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes» Deute- - Amonestaciones
ronomio 6:7. - Diálogo
- Devocionales familiares
Qué momento tan incómodo se vivió la ocasión en que presenté a la
Es posible que haya casos donde sabiamente el Pastor comparta entre su Todos los esposos (y los Pastores no somos la excepción) debemos,
iglesia y familia los recursos o tiempo para satisfacer a ambas. con nuestro trato cariñoso, confirmar a nuestra esposa que somos hijos
de Dios y que solo por El nuestra conducta es adecuada, esto es una
No debemos albergar sentimientos de culpa cuando con justicia prefira- enorme bendición.
mos estar con la familia ya que ellos también son nuestra iglesia y parte
de nuestro ministerio. Cuando una esposa se queja o no está muy dispuesta a apoyar a su esposo
(Pastor); el esposo necesita oirla pacientemente en lugar de recriminar;
reconsiderar el tiempo y atención que ofrece a la familia o reflexionar
5. ORACION SIN OBSTACULOS si la integridad y calidad de su trabajo hace sentir orgullosa a la esposa
e hijos.
«.... sean comprensivos con sus esposas. Denles el honor que les co- Si nuestra vida es contraria al evangelio nuestra esposa e hijos se sentirán
rresponde, no solamente porque la mujer es más delicada, sino porque incómodos porque sabrán que la labor Pastoral es una farsa, pues ellos
Dios en su bondad les ha prometido a ellas la misma vida que a ustedes. son los primeros en darse cuenta.
Háganlo así para que nada estorbe sus oraciones» 1 Pedro 3:7.
Como Pastores necesitamos orar constantemente y si maltratamos a
En algunos casos, la esposa misma decidió casarse con un Pastor. Ella lo nuestra esposa: «nuestras oraciones serán impedidas»
conoció cuando él ya era un Pastor. Además de otros aspectos, quiso y se
sintió atraída por la personalidad amable y atenta del Pastor, la desilusión 6. NI POR HERENCIA, NI POR CONSECUENCIA
fue cuando se dio cuenta que esta atrayente personalidad solo era una
apariencia; una herramienta de trabajo y no parte de él como resultado
de su estrecha dependencia del Padre Dios.
No se trata de que la familia del Pastor tenga que aprender una conduc- «no critiques al rey, ni siquiera con el pensamiento» Eclesiastés 10:20.
ta especial o singular. ¡No! Lo único que se pide es que ellos vivan en
cristo, sólo que en ocasiones se enfatiza más que tengan un cargo en la Con tristeza y preocupación, escuché decir a una joven hija de un Pastor:
iglesia o que participen en las actividades, en lugar de preocuparse en «El ministro «fulano» me caía muy bien hasta que mi papá nos platicó
primer lugar por su conducta como cristianos. que es muy sensual y no está muy dispuesto a servir».
Ellos no deben hacer o dejar de hacer tal o cual cosa por ser familiares del Los Pastores, en nuestra convivencia con otros compañeros del Pasto-
Pastor sino porque son hijos de Dios, lo cual es primero y más importante. rado, percibimos más que el resto de la congregación; nos conocemos
Los Pastores no debemos enseñar a nuestra familia cierta conducta y decir de una manera más cercana y sabemos de nuestras, actitudes, reaccio-
que tienen que observarla porque son esposa o hijos del Pastor. Debemos nes, cualidades y defectos. Tal conocimiento, lejos de desanimarnos o
procurar convencerlos de los beneficios que recibimos al obedecer, y la convertirlo en tema de plática familiar, nos debe motivar a orar y hablar
responsabilidad que como creyentes tenemos de no ser ocasión de escán- directamente con nuestros compañeros haciéndoles notar nuestras per-
dalo, ya que es la demanda cristiana a todos los creyentes. cepciones.
La esposa del Pastor no debe constituirse en la «Pastora» de la iglesia o Si acaso nuestra familia notó una actitud incorrecta en algún compañero
de las mujeres. Ella tiene la misma responsabilidad que los demás cre- del ministerio, debemos hacer una labor conciliatoria y de perdón, sin
yentes, y sí se espera que ella sea un ejemplo y fuente de motivación con que demos la impresión de negar o encubrir sino de enseñar a perdonar.
su conducta y no necesariamente con su liderazgo. Ser líder o maestro Y estar conscientes que podemos incurrir en lo mismo y de allí la nece-
son dones de Dios, y tal capacidad viene del Señor y no por relación con sidad de ser muy cuidadosos.
«Por eso todo hombre ser pronto en oír y tardío en hablar» La gente ama a quien muestra un sincero interés por ellos y aún cuando
con frecuencia hagan referencia positiva o añoren al anterior Pastor y su
familia, el buen trato y la calidad del trabajo Pastoral hará que aprendan
8. ¿QUIEN LO OCASIONO? a amar, respetar y elogiar al nuevo Pastor y su familia.
Para algunos Pastores y su familia la estancia en la iglesia les resulta - «Si pero lo que ustedes no saben es que él o ellos...»
muy difícil y amarga. Se quejan del maltrato y desprecio por parte de - «Ya me cansaron con que el otro Pastor esto o aquello»
los congregantes y desearían ser cambiados a otra congregación. Qué - «Ya olvídense del otro Pastor y no sean idólatras del hombre»
doloroso resulta para la esposa e hijos escuchar la manera ofensiva en - «Es cierto lo que dicen pero, si era tan buen Pastor, ¿porqué no...?».
que los congregantes se refieren al Pastor.
Los problemas familiares y el desprecio al Pastorado también los pode- Es verdad que quizás en la propia familia no recibamos el elogio o reco-
mos ocasionar con nuestro descuido cuando en la familia damos prefe- nocimiento que personas ajenas nos brindan, o quizás les resulte difícil
rencia al hijo que es más intelectual o más colaborador en la iglesia, o a aceptar que alguien de menor edad o status familiar: el hijo, sobrino,
quien ha manifestado su deseo de ser Pastor. primo, hermano menor, nieto, diga a ellos cómo comportarse. Tal situa-
ción aunque difícil no es imposible de superar, ya que con el poder de
No ocasionemos conflictos haciendo acepción de personas y amemos a Dios nuestro ejemplo y palabras acertadas disminuirán o quitarán por
todos nuestros hijos por igual. completo tales prejuicios.
«Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti» Lucas 8:30.
9. PROFETAS EN NUESTRA PROPIA TIERRA
Si acaso en su familia no se tienen gastos innecesarios y aun así padecen «¡Ojalá pudiera yo volver a aquellos tiempos
económicamente; sé que mientras se trabaje de manera esforzada y fiel, en que Dios me protegía!
el Señor actuará porque el testimonio es: «no he visto justo desamparado Cuando él me iluminaba con su luz
ni su simiente que mendigue pan» (Salmos 37:25). y yo podía andar en la oscuridad;
No incurra en el error de sólo procurar su propia ropa, con la equivocada cuando yo estaba en plena madurez
justificación de: «Es que me presento al frente» o la de «debo represen- y Dios cuidaba de mi hogar;
tar dignamente a la iglesia». La dignidad no se demuestra con la ropa cuando el todopoderoso estaba a mi lado
Cuando hayamos cumplido con nuestra parte, si aún persiste una mala
actitud, no vacilemos en solicitar la intervención de otro Pastor y la de
un hermano que pueda ofrecer ayuda.
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